INTERÉS REMUNERATORIO Y MORATORIO, LÍMITES – USURA – CRÉDITO DE VIVIENDA, INTERESES - UVR Concepto 2006044055-001 del 29 de septiembre de 2006. Síntesis: El interés remuneratorio que se pacte en las operaciones celebradas por las instituciones vigiladas es libre y responde a los requerimientos del mercado mientras la Junta Directiva del Banco de la República no establezca límites. El límite del interés moratorio que pueden cobrar las entidades financieras en sus operaciones no puede sobrepasar el equivalente a una y media veces el interés bancario corriente certificado por esta Superintendencia. De conformidad con el artículo 305 del Código Penal, el delito de usura se tipifica cuando se cobran intereses superiores a una y media veces el interés bancario corriente que certifica la Superintendencia Bancaria. Tanto la tasa de interés remuneratorio como moratorio deben respetar los límites legales. Las tasas máximas de interés remuneratorio que pueden cobrarse en créditos hipotecarios de vivienda son el tope máximo establecido por la Junta Directiva del Banco de la República, para lo cual resulta necesario distinguir si se trata de créditos en UVR, en pesos o si es para vivienda de interés social. «(…) consulta sobre aspectos relacionados con las tasas de interés para créditos hipotecarios. Al respecto, con el propósito de atender en debida forma su consulta se considera necesario en primer término efectuar una referencia a las tasas de interés aplicables a cualquier naturaleza de crédito y posteriormente puntualizar el régimen particular aplicables a los créditos hipotecarios para la adquisición de vivienda. Veamos: Es del caso precisar que las tasas de interés son libres, es decir, tanto en operaciones activas como pasivas, el interés responde a un acuerdo entre las partes quienes con fundamento en el principio de la autonomía de la voluntad fijan las condiciones que han de regir los convenios que celebren, con sujeción a los límites legales. Ahora, en torno al tema de los límites a las tasas de interés y con ocasión del concepto rendido el 5 de julio de 2000 por la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado en relación con este tema, esta Superintendencia expidió la Circular 051 del 12 de julio de ese mismo año, mediante la cual este organismo efectuó algunas precisiones en relación con la materia. En la citada circular y respecto de la tasa máxima que pueden cobrar las instituciones financieras tanto para los intereses de plazo o remuneratorios como de mora, se expuso lo siguiente: “… 2. De acuerdo con lo indicado por dicha Corporación, por virtud de lo dispuesto en el artículo 884 del Código de Comercio, sustituido por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999, el interés moratorio no podrá sobrepasar el equivalente a una y media veces el interés bancario corriente certificado por esta Superintendencia 1 . “3. Las tasas máximas del interés remuneratorio que los establecimientos de crédito pueden cobrar o pagar a su clientela sobre todas las operaciones activas y pasivas, únicamente puede señalarlas la Junta Directiva del Banco de la República, por ser una función exclusiva y permanente que le está asignada por el literal e) del artículo 16 de la Ley 31 de 1992, en el texto que quedó vigente después de la declaratoria de inexequibilidad parcial contenida en la Sentencia C-208 del 1º. de marzo del 2000, proferida por la Corte Constitucional. 1 Debe advertirse que hasta el 3 de agosto de 1999, fecha de entrada en vigencia de la Ley 510, mediante la cual se modificó el artículo 884 del Código de Comercio, el interés moratorio no podía sobrepasar el doble del interés bancario corriente. “4. En tanto la autoridad monetaria no señale tales tasas máximas remuneratorias, las mismas responderán a los requerimientos del mercado, teniendo en cuenta en todo caso que, como precisó el Consejo de Estado, ‘No se pueden cobrar o recibir intereses que excedan la tasa constitutiva del delito de usura’ ”. “5. Las modificaciones que presenten las tasas de interés durante la vida de préstamos pactados con instituciones vigiladas por la Superintendencia Bancaria deben traducirse en la correspondiente reducción de los montos convenidos al tiempo de la celebración de los contratos, cuando quiera que al momento de la causación de los réditos aquellos sobrepasen los límites establecidos en normas que, dado su carácter de disposiciones de orden público, priman sobre cualquier acuerdo de voluntades. En este sentido destacó el máximo Tribunal de lo contencioso administrativo que no puede predicarse la existencia de derechos adquiridos en relación con intereses pactados en contratos de mutuo que contravengan tales preceptos”. Por otra parte, el artículo 305 del Código Penal -Ley 599 de 2000- estableció el delito de usura en los siguientes términos: “El que reciba o cobre, directa o indirectamente, a cambio de préstamo de dinero o por concepto de venta de bienes o servicios a plazo, utilidad o ventaja que exceda en la mitad del interés bancario corriente que para el período correspondiente estén cobrando los bancos, según certificación de la Superintendencia Bancaria, cualquiera que sea la forma utilizada para hacer constar la operación, ocultarla o disimularla, incurrirá en prisión de dos (2) a cinco (5) años y multa de cincuenta (50) a doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales vigentes”. De lo antes transcrito, proceden las siguientes conclusiones: - El interés remuneratorio que se pacte en las operaciones celebradas por las instituciones vigiladas es libre y responde a los requerimientos del mercado mientras la Junta Directiva del Banco de la República no establezca límites. - El límite del interés moratorio que pueden cobrar las entidades financieras en sus operaciones no puede sobrepasar el equivalente a una y media veces el interés bancario corriente certificado por esta Superintendencia. - De conformidad con el artículo 305 del Código Penal, el delito de usura se tipifica cuando se cobran intereses superiores a una y media veces el interés bancario corriente que certifica la Superintendencia Bancaria. - Tanto la tasa de interés remuneratorio como moratorio deben respetar los límites legales. Ahora, en cuanto a las tasas máximas de interés remuneratorio que pueden cobrar las entidades financieras en los créditos hipotecarios de vivienda, es preciso indicar que sólo a partir del 3 de septiembre de 2000 existe un tope máximo establecido por la Junta Directiva del Banco de la República, en cumplimiento del fallo C-955 de 2000 de la Honorable Corte Constitucional, el cual se encuentra previsto en las Resoluciones 14 y 20 del año 2000, incorporadas en la Resolución Externa 09 de 2004 y modificadas mediante Resolución Externa 08 de 2006, para lo cual resulta necesario distinguir si se trata de créditos en UVR, en pesos o si es para vivienda de interés social. Pues bien, como usted manifiesta que su crédito fue otorgado en UVR, resulta pertinente informarle que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1° de la Resolución 14 de 2000 de la Junta Directiva del Banco de la República, para los créditos denominados en UVR que se otorgaron a partir del 3 de septiembre de 2000, la tasa máxima de interés remuneratoria de los créditos de vivienda individual a largo plazo y de los créditos para financiar proyectos de construcción de vivienda denominados en UVR no podía exceder de 13.1 puntos porcentuales nominales anuales, pagaderos mes vencido, adicionales a la UVR. El anterior límite fue modificado por el artículo 2° de la Resolución 08 de 2006 que prevé: “LÍMITES MÁXIMOS A LAS TASAS DE INTERÉS DE CREDITOS EN UVR. La tasa de interés remuneratorio de los créditos de vivienda individual a largo plazo y de los créditos para financiar proyectos de construcción de vivienda denominados en UVR no podrá exceder de 12.7 puntos porcentuales efectivos anuales, adicionales a la UVR”. Ahora bien, en cuanto a la denominación de los créditos en UVR, es de precisar que si bien es cierto la Unidad de Valor Real fue creada por la Ley 546 de 1999 como el principal componente del sistema especializado de financiación de vivienda individual a largo plazo, también lo es que la misma norma al definirla indica que “es una unidad de cuenta que refleja el poder adquisitivo de la moneda, con base exclusivamente en la variación del índice de precios al consumidor certificada por el DANE...” (artículo 3), que con la misma filosofía con la que se creó el UPAC en su momento, busca ajustar el valor del dinero en el tiempo con el elemento denominado “corrección monetaria”, en operaciones que como los préstamos hipotecarios suponen la colocación a largo plazo de unos recursos. A partir de la expedición de la Ley 546 de 1999 antes mencionada y por ministerio de ésta, todas las obligaciones de crédito individual de vivienda vigentes a esa fecha –23 de diciembre de 1.999-, debían redenominarse en UVR, de conformidad con los artículos que a continuación se transcriben: “Artículo 38. Denominación de obligaciones en UVR. Dentro de los tres (3) meses siguientes a la fecha de vigencia de la presente ley, todas las obligaciones expresadas en UPAC se expresarán en UVR, según la equivalencia que determine el Gobierno Nacional. Vencido este término sin que se hayan modificado los documentos en que consten tales obligaciones, éstas se entenderán expresadas en UVR, por ministerio de la presente ley. Parágrafo. Las entidades financieras quedan facultadas para redimir en forma anticipada los títulos valores denominados en UPAC. Igualmente, a elección del deudor, se podrán denominar las cuentas de ahorro y demás pasivos, en UVR o en pesos. Artículo 39. Adecuación de los documentos contentivos de las condiciones de los créditos. Los establecimientos de crédito deberán ajustar los documentos contentivos de las condiciones de los créditos de vivienda individual a largo plazo, desembolsados con anterioridad a la fecha de vigencia de la presente ley a las disposiciones previstas en la misma. Para ello contarán con un plazo hasta de ciento ochenta (180) días contados a partir de la vigencia de la presente ley. No obstante lo anterior, los pagarés mediante los cuales se instrumenten las deudas así como las garantías de las mismas, cuando estuvieren expresadas en UPAC o en pesos, se entenderán por su equivalencia, en UVR, por ministerio de la presente ley (…)” (El texto subrayado fue declarado inexequible por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-955 de 2000).. Por su parte, en desarrollo de lo dispuesto en la ley antes mencionada esta Superintendencia expidió la Circular Externa 007 del 2000, la cual sobre el tema precisa lo siguiente: “La ley 546 de 1999 ordena que en el término de tres (3) meses contados a partir de su vigencia, es decir hasta el 23 de marzo del año 2000, todos los créditos que estuvieren denominados en UPAC deberán redenominarse en UVR. Para tal efecto, el Gobierno Nacional determinó, mediante Decreto 2703 de 1999, la equivalencia entre la UVR y la UPAC, indicando que al 31 de diciembre de 1999, último día de existencia de la UPAC, una unidad de poder adquisitivo constante equivalía a 160.7750 unidades de valor real…” De lo anterior se colige, que si se tenía contratado un crédito en UPAC, éste debía trasladarse, por disposición expresa de la norma a UVR, salvo que se solicitara a la entidad financiera su redenominación en moneda legal colombiana. En tal sentido y dado que las metodologías de cálculo de la UPAC y de la UVR son diferentes, toda vez que al final de su existencia la UPAC tenía un alto componente para su cálculo de la DTF, que corresponde al promedio de la tasa de interés de las captaciones que realiza el sistema financiero, en tanto que la UVR se calcula con base en el índice de precios al consumidor (IPC), la conversión de las tasas indexadas en UPAC o DTF a UVR se realizó considerando las equivalencias entre aquellas tasas y ésta última. A manera de ejemplo, si el crédito estaba contratado al DTF + 8.5 puntos debía considerarse cual era la tasa equivalente en UVR, así mismo, ocurrió para la tasa indexada con UPAC; por tal razón las conversiones en tasas debían hacerse a tasas equivalentes, siempre y cuando no superaran para vivienda de interés social (VIS) la UVR + 11 puntos y para no VIS la UVR + 13.92 puntos, en cuyos casos donde resultare mayor a estos topes debían reducirse. En el documento técnico del Banco de la República contenido en la Resolución 13 del año 2002, se estableció que de la metodología empleada por dicho banco para transformar a tasa de interés real la tasa variable otorgada por los establecimiento de crédito a los créditos hipotecarios resultó que la DTF era equivalente a la UVR + 7.3 puntos porcentuales. De otra parte, para el mes de diciembre de 1999 la UPAC alcanzó el 12.16% y de acuerdo con el Decreto 2703 de 1999 se estableció que una UPAC sería equivalente a 160.7750 UVR del 31 de diciembre de 1999. Así las cosas, si se tenía contratado un crédito a la DTF + 8.5 puntos, la tasa equivalente en UVR sería entonces (UVR + 7.3) + 8.5, es decir UVR + 15.8 puntos porcentuales; no obstante, en el caso sometido a estudio y de los datos suministrados respecto del mismo se desprende que la precitada conversión dio ocasión a que la tasa del crédito se redujera aproximadamente 2 puntos porcentuales frente a la tasa anterior. De otra parte, le informamos que la tasa máxima remuneratoria que fije la Junta Directiva del Banco de la República será obligatoria para los futuros créditos y también para los vigentes, de manera que si se pactaron tasas superiores deben de inmediato reducirse a la tasa máxima que dicho órgano fije. Finalmente, es de resaltar que, a partir de agosto de 2006, el tope máximo legal de las tasas establecidas para los créditos de vivienda individual a largo plazo denominados en UVR es de 12.7 puntos porcentuales efectivos anuales, adicionales a la UVR tal como se dejó consignado en la Resolución 08 de 2006, ya citada. (…).»