Putin no puede quedar impune

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Putin no puede quedar impune
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Sólo una respuesta internacional contundente podría compensar la manipulación de Moscú
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Cada hora que pasa sus responsabilidades en la matanza están cada vez más probadas
19.07.2014/ Natalia Shapovalova/ El Mundo/ Spain (Op-ed)
http://www.elmundo.es/internacional/2014/07/19/53ca8dbaca4741090f8b4574.html
El derribo fatal del reactor de pasajeros de Malaysia Airlines al este de Ucrania ha devuelto al
primer plano internacional la guerra que Kiev libra contra los insurrectos prorrusos. Eso
demuestra que, en el mundo actual, la seguridad es algo compartido y que lo que a primera
vista parece un conflicto local puede tener un alcance mundial y consecuencias políticas
internacionales. Ya no se trata siquiera de la seguridad regional. Las personas y los países
afectados por el derribo del avión se encuentran en distintos continentes.
Si bien una investigación independiente habrá de desvelar la verdadera causa del accidente del
avión, hay cada vez más pruebas que apuntan a que el MH17 fue derribado por los
insurrectos apoyados por Rusia en el este de Ucrania. Durante la semana pasada, dos aviones
militares de Ucrania, entre ellos un avión de carga AN-26, fueron derribados a gran altura por
misiles de largo alcance mientras sobrevolaban la zona de conflicto. Inmediatamente después
de la tragedia, el comandante en jefe separatista Strelkov se apresuró a presumir en las
redes sociales de haber derribado un AN-26, en un mensaje que desaparecía a las pocas
horas.
Sin embargo, los servicios de seguridad de Ucrania interceptaron conversaciones telefónicas
entre los separatistas y sus supervisores rusos en las que éstos últimos reconocían haber
recibido de Rusia un sistema de defensa antiaérea Buk-M junto con su dotación de personal
y haber derribado cerca de Grabovo un avión que resultó ser comercial. Los análisis
preliminares del accidente a cargo de los servicios de información de los Estados Unidos
también han llegado a la conclusión de que el Boeing 777 fue derribado probablemente por los
rebeldes apoyados por Rusia.
A pesar de los enormes esfuerzos de Moscú por cargar las culpas de la catástrofe sobre
Ucrania, Rusia se ha visto cada vez más implicada en los acontecimientos ucranianos. Hasta
ahora, Putin se las había ingeniado para continuar interviniendo en esta guerra no declarada
contra Ucrania, que ya se ha llevado incontables miles de vidas humanas, sin implicarse él
mismo directamente. En primer lugar, Rusia se anexionó Crimea como resultado de un
'referéndum' celebrado bajo la protección de "hombrecitos verdes" que, como reconoció
tiempo después, eran soldados rusos.
A continuación, el descontento popular en Donbas, donde al principio unos "manifestantes
pacíficos", según los llamó la propaganda rusa, iban armados con [fusiles de asalto]
kalashnikov, que luego se hicieron con artillería pesada y sistemas de fuego de largo alcance,
de producción rusa, y que ahora han obtenido acceso, aparentemente, al sistema ruso de
defensa antiaérea. De la misma manera que en la cirugía telemática, la máquina hace el
trabajo mientras un cirujano la manipula a distancia desde un ordenador.
De confirmarse estas acusaciones, a Rusia le resultará extremadamente difícil eludir no sólo la
responsabilidad de instigar la guerra en Ucrania sino también la de la proliferación
incontrolada de armas potentes en manos de grupos terroristas, que pone en peligro la
seguridad mundial. La Rusia de Putin está en vías de adquirir la condición de estado sin ley,
igual que el Afganistán controlado por los talibán. El derribo del avión también ha apuntado a
la dirección en la que el conflicto de Ucrania puede evolucionar. A medida que las fuerzas
separatistas de Ucrania se ven progresivamente más asediadas y hostilizadas por el ejército
ucraniano, demandan cada vez más la ayuda militar de Rusia.
Sistemas de defensa antiaérea, su propia aviación, armas de destrucción masiva... ¿Qué clase
de armas van a ser las próximas que obtengan los combatientes prorrusos en Ucrania? Es
más, hay informaciones en el sentido de que fuerzas armadas regulares rusas participan ya de
forma clandestina en el conflicto de Ucrania.
El gobierno ucraniano afirma que uno de sus aviones de combate SU-25, atacado el 16 de julio,
fue blanco del lanzamiento de un misil aire-aire desde un reactor militar ruso al otro lado de la
frontera. Los rusos han disparado contra posiciones militares de Kiev en la zona fronteriza y el
ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Lavrov, se ha declarado dispuesto a atacar a las
fuerzas ucranianas desde el otro lado de la frontera con el pretexto de que se está abriendo
fuego desde Ucrania sobre territorio ruso.
Es de esperar que este trágico accidente lleve a una percepción diferente del conflicto en
Ucrania y de la forma en que debe ser tratado por la comunidad internacional. Los dirigentes
europeos no pueden seguir alentando conversaciones de paz entre Kiev y los separatistas,
mientras el que mueve los hilos de lo que se decide se encuentra en Moscú. Eso tendrá el
mismo efecto que si el paciente le cuenta sus dolores a la máquina que lo opera.
Ahora le va a ser difícil al 'lobby' económico de la UE defender que todo ha de seguir como
siempre en las relaciones con Rusia y es de esperar que la Unión adopte una actitud más
tajante con respecto a Rusia. Ya no se trata sólo de proteger las vidas y la dignidad humana de
los ucranianos, sin de los mismos ciudadanos de la Unión. Ahora bien, el mundo no puede
permitir que los dirigentes rusos se queden impunes con sus mentiras, que se han convertido
en las armas más potentes del país.
Mientras los insurrectos prorrusos tratan de impedir con el apoyo del Kremlin una
investigación independiente sobre el derribo del avión en territorios controlados por los
separatistas, al igual que hizo la Unión Soviética en 1983, cuando sus fuerzas aéreas derribaron
un avión de pasajeros de Corea del Sur sobre el Mar de Japón, todo el mundo debería
plantarse para exigir la verdad.
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