segundo momento

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El ecofeminismo ofrece una posición central a valores de respeto, amor,
amistad, confianza y reciprocidad, valores que presuponen que nuestras
relaciones con otros son cruciales para entender quienes somos.
Karen Warren
SEGUNDO MOMENTO.
41
SEGUNDO MOMENTO: CONTEXTO EPISTEMOLÓGICO DEL
ECOFEMINISMO
Los contextos de la investigación deben ser considerados como
multidimensionales, y ante la necesidad de establecer una temática para el
abordaje del problema de estudio, a continuación se presenta un esbozo
sobre la epistemología ecofeminista, su cosmovisión de la Naturaleza y la
relación ser humano Naturaleza.
1. Las epistemologías ecofeministas
El ecofeminismo nace de la confluencia de las propuestas de dos
movimientos sociales, una, la del movimiento ecológico que busca proteger
la naturaleza a través del desarrollo de la cultura del respeto a la vida o provida, y la otra, la del movimiento feminista, cuyos fundamentos se centran en
el género, como un constructo social, no sólo como la distinción de los sexos,
sino de la diferenciación de los roles que deben desempeñar cada uno , lo
cual ha dado origen a lo que se conoce como el sesgo de género. Este sesgo
que
ha sostenido la supremacía del varón para ejercer el dominio
establecido en por sistema y un modo de pensar androcéntrico, tiene entre
de sus propósito subyugar la Naturaleza.
El análisis del dominio de la Naturaleza desde la comprensión de las
interrelaciones con las otras formas de dominación como el sexismo, ha sido
develado por la filosofía ecofeminista, al mostrar las imbricaciones de estos
con la ciencia, los constructos sociales, el feminismo, la ética del cuidado y la
41
42
ecología, temas ampliamente debatidos por las feministas, desde hace
muchas décadas.
Según Puleo (2011) existen una serie de
hitos considerados como
principales en la evolución histórica de esta cosmovisión que tiene el
ecofeminismo sobre muchos temas, como el trato a los animales y la
experimentación, la relación con la naturaleza y el principio utilitarista de la
misma, el trato sexista de temas que guardan relación como el trato similar a
la mujer y la Naturaleza, las tecnociencia desarrollada por la biotecnología y
la reproducción asistida, el uso militar de la energía nuclear y los fines de
estos para lograr el sometimiento de los pueblos, el desarrollo de la
agrotóxicos para sostener el modelo agrobiotecnológico, lo cual, pone en
riesgo la existencia de las formas de vida hasta hoy conocida.
Guardando consistencia con el tema central del ecofeminismo, citamos a
la filósofa Puleo (2005) quien le atribuye a Simone de Beauvoir, la primera
exploración detallada que revela la asignación de labores ejercida al sexo
femenino, que guardan relación con la Naturaleza o con el mundo natural.
Ello, la excluyó del modelo de progreso de la civilización o de la cultura, lo
cual expuesto de manera magistral en su obra El Segundo Sexo, publicado
en 1949.
Esta concepción denunciada por la escritora, estaría marcada por el
dominio del pensamiento patriarcal, el cual relega a las mujeres a cumplir
funciones de labores de cuidados del hogar, de reproducción, de
procreación, de crianza de animales domésticos y el cultivo de plantas,
43
porque representaba estar más cerca del mundo natural, pero esto según
Puleo (2005) “de alguna forma habría contaminado el estatus del colectivo
femenino debido a la devaluación previa de la Naturaleza en todas las
culturas” (p. 32)
Esta cercanía a ese mundo natural, no representó en ningún momento
una ventaja, por el contrario, debido a que la imposición de ese modo de
pensar expuesto por Descarte, conocido como el racionalismo, cosificó a la
Naturaleza, puesto que la consideró como una máquina que responde a
leyes. Sin lugar a dudas, el racionalismo cartesiano desmitificó a la
Naturaleza, al reducir su complejidad a través de leyes matemáticas. Este
modelo que ha sido impuesto por los filósofos y científicos al resto de la
sociedad, a través de los métodos de pensamiento que lo sustenta , los
modos de abordaje de la realidad y de las sinergias, está impregnado por el
elemento central de la teoría que se sustenta en el concepto de jerarquía, lo
que se ha demostrado el ecofeminismo como totalmente falso y antinatural.
El ecofeminismo, explica Puleo (2011), mantiene una serie elementos que
convergen entre los intereses y las temáticas de la ecología y del feminismo,
también señala que el término “Lo acuño en 1974 Francoise D’Eaubonne
(Paris 1920-2005), una pensadora libertaria,…En 1978, momento de la
publicación del libro Eco-Féminisme”(p.32). Puleo (2011) recrea parte de la
obra Eco-Féminisme al decir que recoge “la doble visión del bien común y la
dignidad individual femenina… la autora sostiene que, antes del surgimiento
del feminismo radical, el colectivo femenino, era la única mayoría humana
44
tratada como minoría”, y que realmente las mujeres se contentaba con luchar
por las reivindicaciones parciales en gestión del mundo, como el derecho al
voto (p.35).
Sobre el deterioro ecológico que se cierne sobre el mundo, en el texto se
alega que el capitalismo es incapaz de reaccionar ante tal situación, debido a
la imposición patriarcal de mantener una organización jerarquíca, donde el
sexismo es su último estadio.
Considera D’Eaubonne , citada por Puleo
(2011) que la única salida a esta grave situación es asumir el ecofeminismo,
dado que ello implica terminar con las estructuras tradicionales de
“dominación, competitividad, agresión y absolutismo, construyendo una
sociedad igualitaria y convival tanto entre los individuos, como entre éstos y
el medio ambiente” (p.38).
El ecofeminismo en su evolución ha sido represando desde varias
prespectivas, este es el caso de la ecofeminista, Ynestra King (Puleo 2011),
la cual ha propuesto el enfoque social, sustentado en las ideas de Murray
Bookchin, ideas que han sido matizadas por el ecofeminismo dándole el
sentido
que
lo
define
como
“una
análisis
de
las
dominaciones
interrelacionadas de la naturaleza no humana… y la posición histórica de las
mujeres en relación a estas formas de dominación” (p.40).
Esta ecofeminista estadounidense es considerada por Warren (2003)
como racionalistas y anarquista,
porque sus análisis se centran en la
oposición a la “uniformidad de la cultura industrial tecnológica del capitalismo
y del socialismo, y que, además, sea crucial para el feminismo, la ecología y
45
la lucha de las culturas indígenas” (King, 1989, p.177, citada en Warren,
2003, p.40)
La
epistemología
ecofeminista,
tiene
dentro
de
sus
principales
representantes a María Mies y Vandana Shiva, de origen inglesa la primera
e hindú la segunda, lo cual le confiere al ecofeminismo del sur o esencialista,
una visión en
conjunto
con
características
singulares, al
conjugar
experiencias de las culturas enfrentadas, como la ideología colonizadora de
Inglaterra y colonizada como en la India. También han sido impregnada está
visión por la formación académica de Vandana Shiva, quien es física nuclear,
la cual ha logrado importantes reconocimiento académicos por su labor
humanitaria y ecológica a favor de las mujeres de la India, habiendo recibido
por ello el premio Nobel alternativo. En el caso de Mies su destacada labor
académica como socióloga y su amplia trayectoria como líder feministas, por
lo cual complementa la cosmovisión del ecofeminismo esencialista.
Ambas
escribieron
una
obra
en
el
año
1998,
denominada
“Ecofeminismo: Teoría, crítica y perspectiva”, en el cual abordan los puntos
centrales de los problemas objeto de estudio de esta epistemología. En la
obra Mies y Shiva (1998), muestran elementos sobre la epistemología
ecofeminista y la confrontación con el modelo desarrollista de intenso
consumo, proponiendo en contraposición el modelo de subsistencia, el cual
permite la preservación, sustentabilidad y regeneración del planeta.
En el mismo orden de ideas las autoras plantean “la necesidad de una
nueva cosmogonía y de una nueva antropología holística que abarquen a
46
todos los seres vivos” (p.77), resaltando que ello implica necesariamente un
nuevo concepto de libertad. El Ecofeminismo impulsado por Mies y Shiva
(1998), tiene como fundamento el reconocimiento de la vida en la naturaleza
y con la naturaleza, en la que se incluye a los seres humano, como un
elemento más de la misma, que condiciona y es condicionado por ella,
siendo importante para la epistemología ecofeminista mostrar que el papel
del ser humano debe ser de respeto, cuidado mutuo y amor, hacia el resto
de la diversidad de todas las formas de vida que la integran la naturaleza.
El Ecofeminismo se enfrenta el
paradigma antropocentrista y los
supuestos teóricos centrados en la supremacía del hombre y la concepción
de que toda significación pivota alrededor del hombre y toda finalidad regresa
a él. Ello está
impregnado por la discriminación hacia el resto de las
especies, incluso asumiéndose que el hombre solo está obligado moralmente
con la especie humana, lo cual ha sido catalogado por escritores como Horta
(2009) de “especismo antropocéntrico” (p.36), conceptos que cada vez
encontrará mayor rechazo dentro de la comunidad científica y en general.
De igual forma, deben considerarse como elementos de este análisis la
posición que la ecofeminista Karen Warren tiene sobre los diferentes
enfoques ecofeministas, la cual es citada por Holland -Cunz (1996), quien
además comparte la posición esgrimida por ésta, referida a la existencia de
reinvindicaciones. Las coincidencias que se develan del estudio de los
diferentes tipos de ecofeminismo, han sido generalizada los diferentes
enfoques como: la represión de la naturaleza y de la mujer, así como la
47
comprensión de la relación de represión de la mujer y la naturaleza; la
necesaria inclusión de la perspectiva ecológica en las teoría y práctica
feminista y por último la idea de que la perspectiva feministas debe estar
presente en la solución de los temas ecológicos.
Según la ecofeminista socialista Holland-Cunz (1996), el ecofeminismo
debe ser entendido como un término abreviado del espectro que engloba los
diferentes enfoques que atiende las emergencias surgidas del feminismo,
referidas a: las crisis ecológicas, las relaciones sociales que implican a la
naturaleza y las relaciones entre los sexos. También señala Holland-Cunz
(1996) para “ofrecer soluciones prácticas, enfoques que van desde la filosofía
natural hasta la sociología, pasando por la crítica de las ciencias y la historia”
(p.55)
Desde ese mismo interés el ecofeminismo teológico o de la teología de la
liberación, representado por Ivone Gebara (2000) visibiliza el cómo la
destrucción de la naturaleza afecta de mane ra directa a las mujeres pobres y
a los pueblos indígenas,
por ello que el interés de este enfoque se
caracteriza por la defensa de estos grupos. La filósofa Gebara (2000), reseña
en su libro “Intuiciones ecofeministas” los cambios que la teología ha sufrido
desde la década de los años 70 del siglo pasado, por ello, se enfrenta a los
diversos puntos de vistas sobre las actitudes de las cúspides eclesiásticas y
la simbología presente en el lenguaje patriarcal, caracterizado por categorías
jerárquicas y excluyentes, que catalogan a ciertos individuos como inferiores.
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De igual forma invita a la reconciliación, al tiempo que analiza la
epistemología ecofeminista, destacando el carácter interdisciplinario del
conocimiento y el uso de los enfoques hermenéuticos para estudiar la vida
cotidiana, permitiendo reivindicar la acción práctica en lo cotidiano.
El enfoque del ecofeminismo seguido por la filósofa española Alicia Puleo
(2011), es descrito en su obra Ecofeminismo para un Mundo Posible, en el
contempla la doble mirada desde la crítica y el constructivismo, entra en la
búsqueda constante de la reivindicación de la igualdad, reflejado en que es
posible la autonomía de las mujeres, y aceptar “con suma precaución los
beneficios de la ciencia y la técnica, que fomente la universalización de los
valores de la ética del cuidado hacia los humanos, los animales y el resto de
la Naturaleza” (p.403-404).
El
ecofeminismo
social,
ecofeminismo
teológico,
ecofeminismo
esencialista o del sur y el ecofeminismo crítico, son algunos de los enfoques
que el ecofeminismo presenta, tal como lo señala Warren (2003). Ella señala
que el ecofeminismo representa “la diversidad de estudios filosóficos que
examina las diferentes conexiones entre el feminismo y el medio ambiente”
(p.12). En sus argumentos sobre la diversidad de enfoques ecofeministas,
resalta la idea de que existe un consenso entre todas las vertientes sobre las
interconexiones de dominación de la naturaleza, de las mujeres y de los otros
oprimidos.
Entre las conexiones que muestran la existencia de relaciones entre el
feminismo y la ecología, Warren (2003) señala ocho tipos o categorías:
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Histórica y casual, conceptual, empíricos, epistemológica, simbólica, ética,
teoréticas y política-práctica. En cada una de estas categorías se muestran
innumerables detalles que serán temas de análisis en el abordaje de la
investigación, por lo cual en esta propuesta inicial solamente esbozaremos
algunos conceptos esenciales, de cada una de estas conexiones.
La relación histórica y casual entre el feminismo y la ecología, definida
como conexión causal dado que usan datos extraídos de eventos históricos
que permiten “generar teorías sobre el origen de las dominaciones gemelas
de la mujer y de la naturaleza” (Warren, 2003, p.13), estas conexiones están
referidas a prototipos de modelos utilizados para la dominación de las
sociedades invadidas, o para reconocer el papel de la ciencia y la filosofía en
relación a estas dominaciones de la Naturaleza y la mujer, al igual que los
cambios de patrones culturales producto de la revolución tecnocientífica y
sus alianzas con el mercantilismo explotador de la Naturaleza.
Señala Warren (2003) que la conexión conceptual, se refiere a los
argumentos esgrimidos por las ecofeministas, sobre las estructuras
conceptuales que sustentan los vínculos históricos y causales entre la
dominación de la mujer, dado que estas conceptualizaciones han sido
tomadas de la cultura racionalista occidental.
El vínculo empírico, sugiere que los datos científicos sociales sobre la
mujer y el medio ambiente guardan relevancia para los estudios teóricos de
muchas áreas de la filosofía, develando incluso que las conceptualizaciones
50
mujer y naturaleza están plagadas de conceptos antropocéntricos y
androcéntricas.
La conexión epistemológica que vincula a la mujer con la ecología,
plantea la posibilidad de un privilegio epistémico de las mujeres sobre la
agricultura y la silvicultura, surgido de su cercanía con la Naturaleza y las
labores del hogar.
Warren (2003) señala que la conexión simbólica, permite observar como
en las diferentes expresiones de las artes plásticas, literarias y religiosas,
existe una asociación y devaluación simbólica de la mujer y de la naturaleza,
concediéndole un maltrato igualitario. Develado por Ynestra King cuando
señala que existe un lenguaje genérico sexual de la expresión “Madre
Tierra”, que puede entenderse desde dos vertientes como liberador o como
subordinador de la mujer al igual que la naturaleza.
La sexta conexión, está referida a la ética como forma de vincular el
feminismo con el medio ambiente, lo cual permite desarrollar teoría y
prácticas que conciernan tanto a los humanos como al medio ambiente; esto
guarda relación con las relaciones teóricas, puesto que se establece que
cómo se conceptualiza, conduce a cómo se trata. En el ecofeminismo no
hay una sola filosofía ética, ni mucho menos están plenamente definidas, se
considera que aún están en construcción, dado el poco tiempo que tiene
desde el surgimiento como una corriente de pensamiento.
La última conexión según Warren (2003) entre la mujer y la naturaleza
se refiera a la política práctica,
con ella se demuestra la existencia de
51
inferiores condiciones de vida para las mujeres y para el resguardo de la
naturaleza, lo que se hace visible en las políticas y prácticas sociales
impuestas en las sociedades.
La revisión de estas ocho conexiones entre el feminismo y la naturaleza,
han sido claramente expuestas por Warren (2003), aún cuando en estos
párrafos reflejan un simple esbozo de lo que desarrollo su libro, permite
comprender que existe una preocupación en temas que son atendidos por e
ecofeminismo, y abordados desde las diferentes posiciones esgrimidas por
los enfoques y sus exponentes, por lo que es necesario ahondar en el
análisis de manera más concienciada, incorporando para ello, nuevas
visiones de los problemas atendidos de manera separadas por el feminismo
o la ecología.
La visión holística del ecofeminismo es fundamental para poder develar
aspectos vitales, sobre el trato a las mujeres, a los animales y a los
ecosistemas de manera general, y las construcciones de las respuestas o
remedios para tantos males que han sido ocasionados a través de las formas
tradicionales de concebir las relaciones de los seres vivos.
Las diferentes perspectivas del ecofeminismo, identificados previamente
mediante, se logró dada, la revisión bibliográfica de varias autoras que
atienden este aspecto. Albareda (2011) recoge en un gráfico una
clasificación integral, al que ha sido necesario incorporar a la clasificación la
recopilación de lo expuestos por otras ecofeministas y la inclusión de nuevas
exponentes a las ya presentes en la propuesta por la autora, por lo que se
52
incluyó la categoría de Ecofeminismo crítico. Los diferentes enfoques se han
representado en el gráfico 2, el cual se presenta a continuación.
Gráfico 2. Enfoques Ecofeministas
Fuente: Ayala (2012)
2. La Naturaleza desde contexto histórico filosófico
El aparte de este capítulo tiene dos propósitos fundamentales para la
investigación, el primero está referido a interpretar el entramado de la
Naturaleza desde la epistemología ecofeministas, y el segundo a examinar
53
las relaciones de los seres vivos humanos y no humanos en ese entramado
de la Naturaleza.
Sin lugar a dudas, para afrontar estos propósitos, inicialmente debe
precisarse el sentido del término Naturaleza. La interrogante surgida es:
¿Qué es la Naturaleza?, esta tarea, para nada puede considerarse como una
tarea sencilla, puesto que la respuesta a tan importante pregunta está ligada
incluso a los sentimientos humanos, por lo que se ha logrado generar
diversidad de estos, consideradas como inspiraciones, contradicciones o
emulaciones. De igual forma, ello ha conducido a la realización de acciones
que le permiten develar sus misterios, para entenderla, interpretarla e incluso
controlarla.
Las diferentes posiciones epistémicas han dado origen a multivocas
interpretaciones que están asociadas al desarrollo cultural de cada sociedad.
Es por ello, que en el devenir de la historia del pensamiento filosófico, la
Naturaleza ha sido un tema de constante interés y por supuesto, de diversas
cosmovisiones de la misma.
Para afrontar el primer propósito es necesario iniciarlo con lo expresado
por el filósofo español Ferrater (1994), también por lo escrito por Olmedos en
su artículo titulado “Naturaleza”, reseñado en el Diccionario de Filosofía y
otros autores que realizan importantes aportes en el estudio de este
interesante tema.
En el artículo expuesto por Ferrater (1994) se hace un análisis histórico y
sistemático del concepto Naturaleza, desde un sentido filosófico, puesto que
54
el término Naturaleza tiene variedad de valores semánticos, pero que
etimológicamente ha sido tomado del griego “f ?s?? (transcrito: physis)” al
que usualmente se le traduce por Naturaleza, pero que su significado, hace
mención a la esencia de la Naturaleza, es decir, significa “producir, hacer
crecer, engendrar, emerger, formarse…poder, poder propio, fuerza, habilidad
innata, fuente” (p.253), por lo que existe la multiplicidad de acepciones que
dan respuesta a cada contexto en el cual se utiliza la palabra, proponiendo
diferentes usos de la palabra griega f ?s??, sin lugar a dudas proporcionan
significado y sentido a lo expresado en un contexto dado.
Según
el
filósofo
español,
la
palabra
f ?s??,
también
coincide
razonablemente con el sentido etimológico de la voz latina Natura, la cual da
origen a la palabra Naturaleza , y cuyo significado es “nacer, formarse,
empezar, ser producido” (p.254), sin lugar a dudas es un término que ha sido
y es objeto de estudio de la filosofía, por lo que, en las diferentes etapas de
la historia del mundo ha originado innumerables tratados, que dejan ver las
perspectivas del mismo. Es necesario indicar que existen disimiles
posiciones en este andar histórico, incluso existen corrientes filosóficas como
el naturalismo que han desarrollado su epistemología basada en la misma,
por ello la importancia del estudio del término, antes de emprender la tarea
de desentrañar la visión de las ecofeministas
El abordaje del término naturaleza, lo realiza el Ferrater (1994) desde dos
sentidos, que no implican exclusión intrínseca o independencia entre ambo:
“el sentido de ‘naturaleza’ principalmente como la llamada "naturaleza de un
55
ser“ y el sentido de ‘naturaleza’ como "la Naturaleza" (p.255). La Naturaleza
como un sujeto, se distingue por el uso de la mayúscula inicial. El enfoque
expuesto por el filósofo, se torna interesante, dado que recoge las
acepciones más significativas del uso del término, al mismo tiempo que las
interpretaciones según cada época y filósofo. Sin embargo ante la revisión
amplia de diferentes posiciones filosófica se encuentran interminables usos y
sentidos del término, sin contar que el mismo es utilizado como adjetivo
calificativo, por lo que origina e incluso como lo contrario a lo creado por el
hombre, el arte o más allá lo sobrenatural.
Siendo una palabra cuyo origen se encuentra en la lengua griega, ello
indica el camino a ser trazado, al cual se dará inicio con los aportes
realizados por los presocráticos, utilizando lo planteado por Olmedos (1992)
en su obra Los Presocráticos. Señala Olmedos (1992) que “Suele afirmarse
que los presocráticos fueron cosmólogos, fisiólogos por haber reflexionado
sobre la naturaleza y no sobre el hombre” (p.25), es decir, que su principal
interés era el descubrimiento de la Naturaleza, dado los fundamentos sobre
la posibilidad del hombre de conocer el universo, y descartando los aspectos
sobrenaturales del mismo. Se centraron en la idea de la Naturaleza,
intentando conocer las verdades de esta.
El autor de la obra señala que, “La Naturaleza es entendida como natura
(del latín nascor-nacer), como physis (del griego phyo- hacer salir, hacer
nacer, hacer crecer, engendrar, dar a luz)” (p.26), se destaca en esta
56
representación que existe un potencial en el interior de lo natural, que debe
ser expresado en el exterior, desde su totalidad orgánica que los relaciona.
En oposición a lo antes planteado los sofistas defensores de la posiciones
individualistas de la sociedad y la importancia de las estructuras de los
Estados-Nación, destacaron concepciones como, lo que es por naturaleza y
lo que es por convención, es decir consideran que por naturaleza cada
hombre posee un cuerpo con diferentes miembros, y las plantas tiene hojas,
tallos y raíces, a la vez que distinguen lo que es por convención como los
nombres puestos o asignados a las cosas, personas o animales. Se habla de
convención, puesto que se ha concertado entre varios miembros de una
sociedad aceptarlos, y reconocerlos por estos nombres.
El énfasis puesto por los sofistas en la distinción de lo que es producto
de la convención o leyes acordadas
por los miembros de una sociedad
«Nómos» y lo que debe considerarse producto de la
por Naturaleza
«physis», marcó una ruptura en el pensamiento occidental.
A diferencia de los sofistas la posición de Aristóteles, el filosofo de la
Naturaleza, según Torretti (1998) fue el dar respuestas a las interrogantes
¿qué es Naturaleza? y ¿qué es por naturaleza?, para conocer las respuestas
a las interrogantes planteadas se hará cita del fragmento del Capítulo I, del
segundo libro de Física; escrito por Aristóteles:
57
De los entes, unos son por naturaleza, otros por otras
causas; por naturaleza, los animales y sus partes, y las
plantas, y los cuerpos simples, como tierra y fuego y aire
y agua, pues éstas y otras cosas por el estilo son las que
decimos que son por naturaleza. Pero todas las cosas
mencionadas se muestran como diferentes de las cosas
no constituidas por naturaleza. Pues todas las cosas que
son por naturaleza aparecen poseyendo en sí mismas un
principio de movimiento y reposo, unas con respecto al
lugar; otras, con respecto a la alteración.
(Aristóteles Citado por Torretti ( 1998) p.54)
Señala Totteti (1998) que Aristóteles, le concede a la Naturaleza el
principio de generación y regeneración de cosas a partir de sus elementos
esenciales y la concibe como una causa eficiente, lo cual se evidencia en lo
indicado
en
su
discurso; además
aclara,
que
esta
causa
obra
teológicamente, considerando con ello que esto es similar a lo que ocurre
con las semillas de las cuales brotan las plantas.
La segunda pregunta sobre ¿qué es por naturaleza?, se detalla en los
siguientes párrafos del mismo libro de Aristóteles, donde aclara que las
cosas fabricadas por el hombre no forman parte de la naturaleza, dado que
no poseen el principio congénito al cambio, y señala el ejemplo de los
materiales que son utilizados para elaborar una casa de piedra, donde se las
piedras son un elemento de ella, pero la casa de piedra no es Naturaleza,
sino que está conformado por una forma representativa de la Naturaleza.
Señala Ferrater (1994) que Aristóteles, elaboró diferentes definiciones o
sentidos del término physis, lo cual se evidencia cuando conceptualiza la
palabra naturaleza como:
58
“la generación de lo que crece; el elemento primero de donde
emerge lo que crece; el principio del primer movimiento
inmanente en cada uno de los seres naturales en virtud de
su propia índole; el elemento primario del que está hecho un
objeto o del cual proviene; la realidad primaria de las cosas”
Aristóteles Citado por Ferreter (p.253)
En todas ellas según el autor,
Aristóteles indica que existe algo que es
común, a ellos, la esencia que poseen dentro de sí, o sea el principio de
movimiento, interpretándose esto como que solamente se le puede nombrar
como Naturaleza a lo que cumpla el principio de movimiento, puesto que es
intrínseco a ella y no es aleatorio. Tal como lo señala Ferrater (1994), al igual
que los sofistas, Platón había dedicado un tiempo a contrastar lo que es por
naturaleza y lo que es por convención, distinguiendo entre aquello que tiene
un modo de ser que le es propio y que hay que conocer tal como efectiva y
naturalmente es, y aquello cuyo ser, o modo de ser, ha sido determinado de
acuerdo con un propósito realizado por los humanos.
Con el paso del tiempo y luego de perdurar por siglos las ideas expuestas
por Aristóteles, en la edad media el concepto Naturaleza adquiere otras
características. Tal como lo expresa Barroso (2000) se humaniza la
naturaleza y sufre su desacralización, por ello es común encontrar en los
diferentes escritos de la época la adjetivación moderada de la naturaleza,
dada por los matices de las asociaciones semánticas que se le dio, producto
de las percepciones y significados que sus autores le imprimieron en el
59
marco del renacimiento. La naturaleza salvaje y naturaleza hostil, se utilizó
para designar su carácter de indomable, o naturaleza amiga, para significar
la bondad y la hermandad de ella con el ser humano.
Señala el autor que en la edad media la relación del hombre con la
naturaleza estuvo marcada por
“el culto antiguo y supersticioso a la
naturaleza y el culto moderno y laico al progreso tecnológico. Dos creencias
que se superponen y entrelazan con una tercera, característicamente
medieval, el culto a Dios como creador de la naturaleza.” (p.80).
naturaleza se considera sagrada
La
por ser la creación del poder divino y
porque ese mismo poder supremo se encuentra en esencia representada en
ella.
En esta etapa de la historia, se considera al hombre como parte de la
naturaleza e inseparable de su entorno, no existía la “distinción entre sujetohombre y objeto-naturaleza, la consideración de la naturaleza era como un
sujeto” (Barroso, 2000, p.82) y el ser humano se le consideraba como un
elemento natural más del paisaje, al igual que las rocas y los ríos, a quienes
también se le atribuyen características de seres vivos, por lo que atentar en
su contra o dañarla se considera un pecado.
La Naturaleza era protegida y respetada como un miembro más de la
familia, como ejemplo de ello, Barroso (2000) cita una de la obra de San
Francisco de Asís, el Cántico de las criaturas (1980), en la que “llama
hermanos al Sol, a la luna y a las estrellas, al viento, al agua y al fuego, y
llama madre a la tierra "la cual nos sustenta y gobierna y produce diversos
60
frutos con coloridas flores y hierbas" “ (Francisco de Asís (1980) p. 49 Citado
por Barroso (2000)).
En la edad media se considera
que la producción y explotación
económica de la Naturaleza se llevaba a cabo tomando en cuenta los ciclos
de vida de cada especie, por lo que se puede definir dado el resguardo del
equilibrio ecológico, como proteccionista. Si es cierto, que para esa época ya
el hombre contaba con herramientas que servían para ayudarlo a
desempeñar su trabajo, para ejercerlo con menor esfuerzo, pero nunca
representó la sustitución del mismo en las labores del campo, aspecto que
cambió radicalmente en la edad moderna con la industrialización de la
agricultura.
La edad media dio paso a la edad moderna y con ello a la imposición de
nuevos significados para la Naturaleza, ese paso se le atribuye al
razonamiento científico influenciado por Descartes y Bacón, sobre el vuelco
dado a la relación hombre-naturaleza, puesto que desde la posición
epistémica de una relación de dependencia del hombre con la Naturaleza ,
por una de necesidad de conocer e incluso controlarla para que le sirva a los
interés del hombre.
Arnau (2001), señala que la revolución científica significó una ruptura con
el sistema ptolemaico defendido por Aristóteles, el cual dominó la visión de la
Naturaleza durante la Edad Media. Esta visión desechada proclamaba a la
tierra como el centro del universo, lo cual dio origen a la teoría geocéntrista y
a la consecuente ruptura entre el sistema defendido por Aristóteles y el
61
paradigma impuesto por astrónomos como Copérnico, fue lo que origino la
nueva ciencia, dado que la fundamentación del sistema heliocéntrico,
condujo a otras formas de ver las cosas, ahora desde la mira del planeta
tierra alrededor del sol y no como centro del universo.
Estas ideas expuesta por Copérnico, se consolidan luego con los aportes
de Galileo mediante la utilización del telescopio, Kepler con la teoría de las
orbitas elípticas y finalmente con lo expuesto por el físico Isaac Newton,
sobre la ley de la gravitación universal y sus implicaciones. Según Arnau
(2001) “La crítica del sistema aristotélico-ptolemaico se desarrolla en dos
aspectos: astronómico y físico, y lleva a la constitución de un nuevo
paradigma de método científico (p.142).
Todos estos aportes a la construcción de la nueva ciencia o ciencia
moderna, también produjo un cambio axiológico en la ciencia y de los
objetivos que la habían sustentado, los cuales según lo señalado por Capra
(2009), servía para la obtención de sabiduría, y para comprender el orden y
la armonía de la Naturaleza. Estos preceptos luego fueron cambiados por
los defendidos por Francis Bacon, a quien se le considera el cosificador de
la
Naturaleza,
al
convertirla
en objeto
del
conocimiento
científico,
desmitificando la misma al establecer que era regida por leyes naturales y no
por Dios. Bacon consideró que la Naturaleza estaba compuesta por
elementos que se encontraban aislados y que cada uno estaba regidos por
leyes explicables, tal como lo señala en el párrafo 2, libro segundo del
Novum Organum publicado en el año 1620: “Porque así como nada existe
62
en la naturaleza excepto cuerpos individuales que exhiben claros efectos
individuales en relación con leyes particulares así, en cada rama del
conocimiento esta auténtica ley, su investigación, descubrimiento y desarrollo
son los fundamentos tanto de la teoría como de la práctica” (Bacon citado por
Benítez (2005),p.5); con esta forma de ver la Naturaleza, este inminente
físico logró desmitificarla, permitiéndole experimentar en ella, sin que esto
pudiera ser considerado como un pecado.
Estos conceptos son coincidentes en las prácticas metodológicas de
Francis Bacon y René Descartes y tal como lo señala Benítez (2005) para
ambos el objeto de conocer la Naturaleza es llegar a sus estructuras más
profundas y reales mediante el uso del empirismo. Para Benítez (2005) “La
teoría cartesiana de los elementos no se apoya directamente en ninguna
clase de experimentos, surge más bien de una concepción general mecánica
y cinemática y, podría entenderse, como un despliegue deductivo de esas
teorías” (p.8 ).
Bacon escribe un libro muy controversial en la época contemporánea, el
Temporis partus masculus, en el cual compara la forma de indagar y conocer
a la naturaleza como la de un sabueso que escudrina hasta encontrar la
presa, así dice “for the further disclosing of the secrets for nature (a man
should not) make scruple of entering and penetrating into these holes and
corners, when the inquisition of truth is his whole object” (Bacon p.63 , citado
Novo (2007: 163)
63
Siendo Bacon un admirador de Maquiavelo y ampliamente influenciado
por su forma de ver a la sociedad, se vale de la frase el fin justifica los
medios, ello sirve de sustento para esa visión del abordaje de la naturaleza .
Dice Bacon en el párrafo 2, antes citado, que cuando el objeto de la ciencia
es conocer la verdad, los escrúpulos del hombre al momento de entrar y
penetrar a la Naturaleza, sólo son obstáculos. Según Novo (2007) estos
conceptos luego son ratificados en su libro el Discours de la Méthode, al
considerar que la experimentación hace al hombre dueño y poseedor de la
Naturaleza. Cuando Bacon hace este señalamiento, excluye de manera
tajante a las mujeres, puesto que para él, la nueva ciencia sólo podía ser
emprendida por el hombre y su peculiar forma de verla y abordarla .
Se considera a Bacon como el responsable de la ciencia patriarcal,
puesto que consideró que el hombre era el llamado a construir los grandes
avances de la edad moderna y la
misión era conocer, controlar
y
aprovechar todo lo que la Naturaleza proporcionaba, y que se podía obtener
mediante la exploración, disección y separación de cada una de las partes.
Tal como lo señala Capra (2009) en su obra Sabiduría Insólita, el espíritu
baconiano estaría impregnado de la ciencia mecanicista y los valores
patriarcales, que aún están presentes en el siglo XXI, dada la forma de
hacer ciencia y tecnología cuyos fines son profundamente antiecológistas.
La Naturaleza según este recorrido histórico filosófico, puede ser
considerada en primer lugar como principio de
vida y movimiento, en
segundo lugar como manifestación del espíritu y la tercera visión como
64
universo o conjunto de elementos aislados que se encuentran regidos por
leyes explicables.
La
conceptualización
de
la
Naturaleza
realizada
anteriormente permitirá verificar cuales de estas visiones están presentes los
diferentes enfoques ecofeministas.
3. Una mirada a la Naturaleza desde la epistemología ecofeminista.
El recorrido histórico del ecofeminismo, se inicia con la palabra que fuera
acuñada por Francoise d`Eaubonne, en su libro Le feminisme ou la mort de
d´Eaubonne (1974) citada por Mellor (2000). El término ecofeminismo nació
enmarcado por la interrogante formulada por ella, sobre cómo el hombre
mantenía el control de la producción y también de la sexualidad femenina, y
el doble impacto que estas acciones tenían sobre la Naturaleza tanto por la
depredación de la misma, como por la sobrepoblación de humanos.
Todo ese discurso puso en relieve el poder ejercido por la jerarquía
eclesiástica propugnada por el catolicismo y la cultura patriarcal sobre las
mujeres, al negarle la posibilidad del ejercicio de su sexualidad y del control
de la natalidad. La escritora invitaba a las mujeres a promover la cosmovisión
del género femenino puesto que considerar que era lo único que le permitiría
el ejercicio igualitario de participación de hombres y mujeres en la
construcción de un mundo posible, dada su proximidad a la Naturaleza.
Por ello el ecofeminismo surgido en los años 70 del siglo pasado, derivó al
igual que el feminismo en diferentes enfoques ya antes señalados, lo cual
indica la necesidad de contextualizar los aspectos que se estudiaran según
cada una de las perspectivas a fin de que las respuestas a las interrogantes
65
planteadas estén revestidas de las cosmovisión de cada una. Las
interrogantes que serán atendidas son: ¿Cómo
conceptualizan
las
ecofeministas a la Naturaleza?, ¿Cómo se descifran desde las diferentes
perspectivas del ecofeminismo las sinergias entre el ser humano con la
Naturaleza? ¿Cuál es el papel de la mujer en relación con la Naturaleza? A
continuación se indagaran en documentos escritos por las representantes de
los ecofeminismos: esencialista, socialista, teológico y crítico- constructivista ,
dando inicio por el ecofeminismo esencialista -espiritual.
3.1.1. La Naturaleza como principio femenino
La corriente esencialista considera que las diferencias entre el trato a la
Naturaleza,
tienen sus raíces en la propia esencia diferenciada de los
hombres y las mujeres, este enfoque sitúa a las mujeres como las
verdaderamente identificadas con la Naturaleza y, por lo tanto, más
inclinadas a resolver los problemas relacionados con ella. La corriente
defiende de manera radical las conexiones existentes entre la Naturaleza y
las mujeres, y considera que el modelo de desarrollo centrado en el dominio
del orden patriarcal es el causante de la explotación y opresión tanto de la
mujer como de la naturaleza.
El análisis sobre le perspectiva del ecofeminismo esencialista o del Sur
como se conoce a la corriente, es defendida por la Premio Nobel 1997 y
Premio Sydney por la Paz 2010 Vandana Shiva, quien es considerada hoy
como la más prominente defensora del ecofeminismo, originaria de la India:
66
Su cosmovisión está impregnada por la cultura y religión hinduista, la cual
expresa en los siguientes párrafos.
Desde el punto de vista de la cosmología india, tanto en las
tradiciones exotéricas como esotéricas, el mundo se
produce y se renueva por el juego dialéctico de creación y
destrucción, cohesión y desintegración. La tensión entre los
opuestos, de la que surgen motor (motion-moción) y
movimiento, es descrita como la primera aparición de la
energía dinámica (Shakti). Toda existencia nace de esta
energía primordial que es la sustancia de todo, que lo llena
todo. La manifestación de este poder, de esta energía, se
denomina naturaleza (Prakriti).
La naturaleza, tanto
animada como inanimada, es así una expresión de Shakti,
el principio femenino y creativo del cosmos; en conjunción
con el principio masculino (Purusha), Prakriti crea el mundo.
La naturaleza como Prakriti es inherentemente activa, una
poderosa fuerza productiva en la dialéctica de la creación,
renovadora y sustento de toda vida.
Vandana (1998, p.161)
El principio femenino también debe ser entendido como Naturaleza, por
cuando el principio femenino (Purusha) es creador,
el cual mediante la
interacción dialéctica con el principio masculino (Prakriti) crea la energía
dinámica y constante del universo (Shakti). Según la cosmología hindú la
Naturaleza es la manifestación del principio de movimiento generador de la
existencia de lo humano y no humano, las manifestaciones de lo animado y
lo inanimado de la Naturaleza (Mahad), el cual se expresa en energía
reproductiva y permanente. En el siguiente gráfico se presenta la
cosmogonía hindú y la dialéctica de la creación de la Naturaleza como
principio femenino.
67
Gráfico 3. Principio femenino, Naturaleza Creadora, Madre Naturaleza.
Fuente: www.energyenhancement.org.
Las diversas manifestaciones de la Naturaleza, se expresan como
criaturas, seres humanos, animales, piedras, árboles, ríos, porque siendo la
fuerza creativa da origen a expresiones en el cosmos, pero todas son
originarias de la Madre Naturaleza y por lo que en ellos se refleja
plenamente, creando un mundo dinámico e interrelacionado.
Según lo expresa Shiva (1998) ontológicamente el principio femenino está
presente en todos los seres, tanto en hombres como en mujeres, plantas o
animales, puesto que la Naturaleza es femenina por su fuerza creadora, por
lo que las dualidades no son el principio sino la complementariedad
integrada, una unidad dialéctica. A continuación se cita párrafos de lo
expresado por la ecofeminista referido a los aspectos antes descritos y las
contradicciones de la visión oriental con la forma de pensamiento occidental
sobre la Naturaleza.
68
La naturaleza como expresión creativa del principio femenino está en
ontológica continuidad con los humanos y también por encima de
ellos. Ontológicamente, no hay división entre hombre y naturaleza, o
entre hombre y mujer, porque la vida en todas sus formas surge del
principio femenino.
Las visiones occidentales contemporáneas de la naturaleza están
lastradas con la dicotomía o dualidad entre hombre y mujer y persona
y naturaleza. En contraste, en la cosmología india persona y
naturaleza (Purusha-Prakriti) son una dualidad en la unidad. Son
complementos inseparables uno del otro en la naturaleza, en la
mujer, en el hombre. Toda forma de creación lleva el signo de su
unidad dialéctica, de la diversidad dentro de un principio unificador.
Esta armonía dialéctica, entre los principios femenino y masculino y
entre la naturaleza y el hombre, deviene la base del pensamiento y la
acción ecológica en la India. Dado que, ontológicamente, no hay
dualismo entre la naturaleza y el hombre y que la naturaleza como
Prakriti sustenta la vida, la naturaleza ha sido tratada como integral e
inviolable.
(Shiva 1998. p.163)
El ecofeminismo esencialista considera a la Naturaleza como energía
integral en movimiento que compone al todo y está presente en todas las
formas o creaciones, por lo que existe el rechazo al pensamiento sustentado
en las dicotomías o separaciones, que prevalece en pensamiento occidental,
patriarcal y antropocéntrico, que ha impuesto las dualidades hombre/mujer,
hombre/Naturaleza, Naturaleza/cultura, orden/caos, cuando realmente son
complementarios es decir hombre y mujer, ser humano en relación con la
Naturaleza, en una dialéctica de creación y destrucción, cohesión y
desintegración, orden y caos. Es necesario resaltar que la Naturaleza como
divinidad en la cultura hinduista es inviolable, porque sustenta la
biodiversidad.
69
3.1.2. La fundamentación materialista histórica de la Naturaleza y el
ser humano.
El ecofeminismo socialista considera que el origen de las diferencias en la
visión de la Naturaleza y la relación Naturaleza-ser humano, reside en la
relación que hombres y mujeres mantienen con el entorno y básicamente
está en las funciones socialmente asignadas a cada uno de los géneros: la
reproducción social y el cuidado del grupo familiar condicionan que sean las
mujeres las que tienen un contacto más directo con los recursos naturales
como el agua, los suelos, y los bosques; especialmente en sistemas
económicos de subsistencia. Es importante resaltar que de ese contacto más
directo se deriva un conocimiento diferente, cotidiano, basado en lo concreto
y con mayor capacidad y sensibilidad para percibir los problemas
medioambientales que puedan afectar a la vida cotidiana, la salud e incluso
la supervivencia del grupo familiar. Las ecofeministas socialistas proponen la
construcción de una sociedad basada en una nueva relación entre los
géneros y una relación distinta con la Naturaleza.
Para conocer las posiciones epistemológicas del ecofeminismo social
sobre la Naturaleza y la relación que debe existir entre el ser humano y la
Naturaleza, se indagará en lo expresado por Barbara Holland-Cunz (1996),
sus contribuciones teóricas y políticas al ecofeminismo socialista han estado
impregnada de un activismo permanente, que lleva a cabo siendo miembro
de diferentes movimientos alemanes feministas, antimilitaristas y antinuclear,
entre otros. La ecofeminista pertenece a la corriente de pensamiento político
marxista y el anarquismo clásico, también conocidas como teoría política
70
orientada a la liberación y en la que se incluyen elementos ecológicos,
descritos por Fourier y Engels, y por Marx en la época tardía, lo cual ha sido
enriquecido por formación académica como doctora en Ciencias Políticas y
su amplio conocimiento de la filosofía de la naturaleza, políticas feministas e
historia del ecofeminismo, por ello es considerada una autoridad en temas
como la Naturaleza y la relaciones con el ser humano:
… la idea de la naturaleza como un sujeto está en el centro de la
filosofía ecofeminista. En el ecofeminismo, fue ampliada y
expandida; la vitalidad y la productividad, así como el espíritu y el
alma fueron concedidas (de nuevo) a la naturaleza. Hay muy
pocos filósofos ecofeministas que no se refieran a «ella» como
una subjetividad viviente, como una hermana viviente.
El ecofeminismo puede ser interpretado como una filosofía de la
naturaleza como sujeto hermana…
Holland–Cunz (1996) deja en claro que si es cierto no se puede obviar el
esencialismo de la Naturaleza, ello se transciende en el ecofeminismo
socialista hacia las construcciones teóricas de ella y de la relación del ser
humano con la Naturaleza, por lo que “deben interpretarse y elaborarse
exclusivamente en el sentido de la fundamentación material que les resulta
propia” (p.306), puesto con ello, se logra la integración teórica de los
conceptos de finitud de la naturaleza y todo tipo de vida en el planeta, desde
una posición de rechazo al pensamiento mecanicista y androcentrista.
En relación a lo señalado por Holland-Cunz (1996) sobre la visión de la
corriente del ecofeminismo denominado socialista, la ecofeminista Mary
Mellor (2000) lo ratifica, en su libro Feminismo y Ecología , a la vez que hace
71
mayor énfasis en la relación de explotación de la mujer y la Naturaleza. En el
indica que el ecofeminismo surge en el contexto de lo que se denominó el
movimiento verde de Europa, el cual puso al descubierto el impacto negativo
del modelo capitalista de consumo humano, lucha a la que se unieron las
feministas para reivindicar los conceptos de la Naturaleza tan relacionada
con el trato a las mujeres.
La perspectiva socialista del ecofeminismo ha proporcionado la visión del
problema entre la humanidad y la capacidad de ésta para destruir a la
Naturaleza. Según ella, el ecofeminismo ha hecho una gran contribución al
visibilizar la importancia del papel de la mujer en los sistemas económicos y
la vinculación existente entre la explotación de las mujeres y de la
Naturaleza. Sus aportes en la economía política ecofeminista, ponen en
relieve otro tipo de economía que se encuentra entre la economía capitalista
depredadora y la necesidad de respetar los sistemas y ciclos de la
Naturaleza, esta propuesta se conoce como democracia económica, la cual
propugna el desarrollo sostenible.
Según la autora la esencia del problema es la finitud temporal de la
existencia de lo orgánico proporcionado por la Naturaleza, a pesar que
reconoce que pueden existir visiones cosmogónicas, pero se centra en la
percepción ecológica de las acciones reales del ser humano ante la
Naturaleza.
A fin de ampliar aún más los conceptos presenten en el ecofeminismo
socialista a continuación se presentan algunas ideas de la ecofeminista
72
socialista Mellor (2000) sobre la Naturaleza, la relación de la humanidad con
la Naturaleza y la relación de la humanidad con la humanidad.
La conciencia ecológica, la conciencia de la inmanencia,
aunque se alcancen, sólo será el punto de partida
(motivación) para desarrollar una política de la naturaleza. Yo
afirmaría junto con Soper, y en contra de los ecologistas
profundos, que no es posible “leer totalmente” la mente de la
naturaleza,
espiritual,
política,
ética
ni
siquiera
científicamente. Lejos de revelar su desarrollo y el lugar
particular que ocupa la humanidad en ese desarrollo, la
naturaleza como un todo y en sus partes es radicalmente
incierta en su dirección y resultados. (Mellor 2002, 186)
Mellor (2002), deja entrever en su discurso que si es cierto que considera
que la Naturaleza está viva y contiene en sí misma su propio programa y
acción, lo cual la hace incierta, impredecible y sobre todo incontrolable por el
ser humano, donde aspectos como los espirituales o místicos, deben ser
considerados puesto que posee una energía creativa, pero sin que pueda
considerarse como una Diosa.
Sin lugar a dudas, la autora no niega los aspectos espirituales ligados a la
Naturaleza, pero enfatiza que allí no está lo esencial, sino en resaltar que
esto obedece a una verdadera conciencia humana que necesariamente es
ecológica, y la cual ha sido negada por el pensamiento racional, por lo que
debe Naturaleza también debe verse desde el papel que la humanidad tiene
que jugar en relación a los aspectos ecológicos, por ello el ecofeminismo
aboga por una política de la Naturaleza, en la cual se regulen las relaciones
humanidad-naturaleza y las relaciones de la humanidad consigo misma.
73
Según la ecofeminista es fundamental tener conciencia sobre la
necesidad de preservar la Naturaleza, pero aún considera más importante,
tener clara la “orientación profunda hacia la naturaleza, y el lugar que tiene la
humanidad en ella, dado que la humanidad no es un todo indiferenciado, es
esencial comprender la construcción de las relaciones humanidad-naturaleza
dentro del contexto de las relaciones humanidad-humanidad” (p.187). El
materialismo histórico es el fundamento de este enfoque ecofeminista
socialista, defendido por politóloga, en donde lo real tiene un papel
fundamental en la forma de concebir la Naturaleza, su esencia y sus
relaciones, al igual que las praxis de la humanidad y su efecto en la
Naturaleza.
El enfoque epistemológico apropiado para el análisis de estos contextos
de relaciones de la humanidad con la Naturaleza y la humanidad consigo
misma, sugiere la autora, es el realismo crítico inmanente que incluya el
enfoque ecológico y rescate la necesidad de una política de la Naturaleza. La
política de la Naturaleza debe considerar que la humanidad tiene
necesidades materiales que debe satisfacer con lo que la Naturaleza le
provee, pero que debe ser aprovechada respetando sus capacidades y ciclos
de regeneración.
El énfasis de esta propuesta implica un profundo análisis materialista de
las relaciones naturaleza-humanidad, es decir, que la relación humanidadhumanidad debe entenderse de manera dialéctica e histórica desde la
74
relación humanidad-naturaleza y la satisfacción de necesidades como un
proceso continuo.
Según la ecofemininista el núcleo del ecofeminismo socialista, es similar al
ecofeminista esencialista en relación a que considera que todos los seres
humanos están arraigados a la naturaleza, son seres corpóreos. La
diferencia está en que el esencialista defiende la preeminencia y el derecho
de la mujer a imponer su visión en defensa de la Naturaleza por estar
identificada de manera especial con ella. En el caso del ecofeminismo
socialista, se defiende desde la construcción de que la visión de la mujer de
la Naturaleza no es algo esencial, sino que proviene del quehacer en las
labores, donde el hombre ejerce mayormente su labor fuera del hogar, en
áreas de producción e industria, academicista,
mientras las mujeres
primordialmente ejercen labores de cuidado, lo cual la conecta más a la
Naturaleza.
Otra protagonista del ecofeminismo socialista es la británica Carolyn
Merchant (2005), quien publicó su obra Radical Ecology: The Search for a
Livable World, en el año 1992, en el cual se destaca el carácter de
constructos sociales los conceptos de naturaleza y relaciones naturalezahumanidad. Ellos han sido construidos social e históricamente en el tiempo y
transformados a través de la praxis humana. La naturaleza es un sujeto
activo, no un objeto pasivo a ser dominado, y los seres humanos deben
desarrollar una relación duradera con
ella,
destaca
la
autora. El
ecofeminismo social va más allá de ecofeminismo cultural, al ofrecer una
75
crítica del patriarcado capitalista que se centra en las relaciones dialécticas
entre la producción y reproducción, y entre la producción y la ecología.
Según Merchant, la perspectiva ecofeminista socialista, ofrece un punto
de vista para analizar las transformaciones sociales y ecológicas, además de
sugerir las acciones sociales que conduzcan a la sustentabilidad de la vida y
una sociedad justa. El ecofeminismo socialista, según Merchant, se abre
camino entre una concepción natural de la Naturaleza y la idea de
construcción social de la Naturaleza desde la experiencia de la mujer dada
su cercanía con ella.
Mellor señala, que Ynestra King utiliza el análisis crítico para plantear que
el ecofeminismo toma del feminismo socialista la idea de que “a las mujeres
se les ha situado históricamente en la línea divisoria biológica en donde lo
orgánico emerge de lo social” (King (1981) citada por Mellor (2000)p.83), es
decir que la dominación de lo natural se origina desde los conceptos de la
jerarquización de la sociedad, por ello para reconstruir los razonamientos
debe volverse a los cimientos de los constructos sociales.
La crítica de la visión occidental de relación del hombre con la Naturaleza
es descrita por Carolyn Merchant (p.147-260) como utilitarista, puesto que se
considera la Naturaleza como una fuente de recursos para satisfacer las
necesidades del hombre, y como un objeto de investigación científica. De
igual apunta que la Naturaleza vista desde el mecanicismo es asimilada a
una máquina que debe ser escudriñada para conocer su funcionamiento y
dominarla.
76
3.1.3. La visión de la teología de la liberación.
Gebara Ivone, representa al ecofeminismo teológico, el cual es
sustentado desde la Teología de la Liberación. Gebara (2000) es
considerada la principal representante de este enfoque, de origen brasileño,
es una religiosa de la Orden Canónica de San Agustín, firme seguidora de la
teóloga norteamericana Rosemary Radford Ruether. La teóloga brasileña
considera que el ecofeminismo centrado en la Teología de la Liberación,
tiene entre sus fundamentos la justicia social, y la justicia de la Naturaleza,
sus frentes se ubican en la lucha por las mujeres pobres y los indígenas que
son víctimas de la destrucción la Naturaleza por empresas apoyados por la
concepción antropocéntrica del modelo capitalista.
El ecofeminismo teológico según Gebara (2000) es “Una postura política
crítica, que tiene que ver con la lucha antirracista, antisexista y antielitista.
Las mujeres, los niños las poblaciones de origen africano e indígena son las
primeras víctimas y, por lo tanto, los primeros en ser excluidos de los bienes
producidos por la tierra. Son ellos también los que ocupan los lugares más
amenazados del ecosistema. Son ellos quienes viven más fuertemente en el
cuerpo el peligro de muerte que el desequilibrio ecológico les impone”.
De igual forma se oponen a la teología patriarcal que subordina a las
mujeres y la naturaleza, por ello la ecoteóloga se sustenta en una ética que
deconstruye el papel de la religión y sus estructuras jerárquicas excluyentes,
por ello propone una interpretación bíblica desde la perspectiva de la
hermenéutica de Ricoeur, en la que se reconoce la interrelación del ser
77
humano con la Naturaleza. De igual forma Gebara (2000) visibiliza el dominio
ejercido por el modelo aristotélico-tomista o de tradición dualista, que ha
dado origen a las categorías patriarcales impuestas por la el catolicismoromano y su forma de ver lo religioso y lo bíblico, de allí que vio la necesidad
de construir una teología ecofeminista o ecosofista.
La teología ecofeminista propuesta ha sido ampliamente reseñada por la
también ecofeminista Ress (2002) en su libro Lluvia para Florecer, en el cual
indaga
sobre
las
perspectivas
de
varias
ecofeministas
teológicas
latinoamericanas y estadounidenses. En sus páginas Ress (20002) cita a
Gebara, dada la conversación en la entrevista que mantuvieran para conocer
las características principales del ecofeminismo teológico, la respuesta fue
que se encuentra “la adopción del feminismo, a las preocupaciones
ecológicas y con una crítica del sistema religioso patriarcal que excluye a las
mujeres del poder público y de la producción social religiosa de
sentido”(p.149), destaca la relación intrínseca que existe entre la violencia
hacia la naturaleza y la mujer, a través del propugnado modelo de desarrollo
antropocéntrico y el ejercicio del poder practicado sobre ellas por el modelo
androcéntrico de organización política, económica, social, religiosa, familiar y
educativa, donde el hombre está siempre en la cúspide de la jerárquica.
Destaca la importancia de que la mujer haya descubierto la asociación de la
mujer con la naturaleza y del varón con la cultura, por lo cual se revela su
dominio sobre las mujeres y de la naturaleza, y la imposición de su visión
patriarcal en el modelo de desarrollo, que implica destrucción y devastación
78
de todo lo que representa la Naturaleza. Según esta visión “existen estrechas
conexiones entre las distintas formas de opresión y violencia, desde las
producidas en el seno de la familia, en la sociedad y en la vida política, hasta
las llevadas a cabo contra la naturaleza.” (Tamayo y Rodríguez, 2008, p.
246).
Se reconoce mediante esta postura crítica que es necesaria otra forma de
pensar las relaciones de los seres humanos que debe conducir a su
liberación y humanización, siendo la teología ecofeminista la de servir de
vehículo para llevar a cabo la integración de la naturaleza y por ende de la
mujer en el ámbito de la cultura y el desarrollo humano, siendo necesario
para ello desenmascarar a religión católica romana y los fundamentos que
han perpetuado el modelo androcentrico.
El ecofeminismo teológico pretender llevar a cabo un despertar de
conciencias en relación a temas hasta antes prohibidos como la exclusión de
la mujer en las estructuras jerárquicas de la iglesia católica y el discurso
sexista manejado en la biblia, donde se evidencia teóricamente que el papel
de la mujer está enmarcada en la sumisión al hombre, hechos que se
evidencia en varios pasajes de la biblia, donde se relaciona a la mujer con el
mal, como es el primer libro del génesis, donde se le impone a Eva-mujer la
responsabilidad del pecado original, que marca la salida de Adan- hombre
del paraíso.
Señala Gebara (2000) en cuatro pasos de reflexión que lleva a cabo en
su publicación denominada Ecofeminismo: algunos desafíos teológicos, que
79
sirven de base para enfrentar los desafíos que el ecofeminismo tiene ante las
teologías patriarcales.
El primer paso de reflexión, se titula, una cosmología diferente; en el
aparte señala que es necesario resaltar el hecho de “que somos con todos
los demás seres, con todo lo que existe, un único y Sagrado Cuerpo que
sobrevive en el equilibrio y en la articulación de sus diferencias” (p.176). Es
decir, que desde una cosmología diferente a la tradicional forma de ver de
manera objetiva a la Naturaleza y al ser humano separado de ella. Se
rescata la concepción del ser humano como parte del planeta y por lo tanto
está ligado a su evolución. De igual forma señala “con la tierra existimos
como seres vivos. La Tierra es nuestra “Matriz”, es nuestro cuerpo y nuestro
medio de existir”, concluye diciendo que por lo tanto debe ser desechada la
idea de la Naturaleza como fuente de recursos que deben ser explotados por
pocas empresas o grupos de empresas. Hace un llamado de reflexión para
abandonar las tradiciones religiosas que impone la jerarquización del hombre
sobre el resto de los seres vivos.
El segundo paso está ligado a la visión antropológica del ser humano, el
cual según ella debe ser como “de una intimidad e interdependencia de vida
captadas en la cosmología diferente… al ser humano ya no en oposición a
los demás sino en relación de reciprocidad. La vida humana depende de la
vida de todo el planeta” (p.177). Destaca la ecofeminista de la teología que
los últimos seres producto de la evolución de la Naturaleza son los humanos,
considerados por ella como recién nacidos, y si permanece en su empresa
80
de destruir al planeta con él también se autodestruirá, “Por lo tanto el ser
humano no puede destruir su origen, su fuente, su raíz, sin el peligro de
destruirse a sí mismo” ( p. 178). Esta forma de relación rompe con la visión
jerárquica y absolutista del pensamiento antropocéntrico, que considera la
preeminencia del ser humano y de la idea utilitarista de la como la correcta.
Esta otra forma de antropología, también establece cambios en la
concepción de relación hombre y mujer, conduciendo a ser equiparables en
derechos y espacios en el contexto de una realidad colectiva.
La tercera parte o paso de este pensamiento emergente, aborda de un
conflicto diferente en el seno de las estructuras jerárquicas de las iglesias
tradicionales, sobre todo en el catolicismo romano. La autora hace el análisis
crítico
del
pensamiento
filosófico
y
teológico
que
soportan
a
las
organizaciones eclesiásticas, como el Magisterio o la asociación de obispos,
quienes tienen responsabilidades de interpretar de forma correcta la biblia, lo
cual ha centrado esta actividad en una cúspide o élite que no acepta el
pluralismo y la diversidad de cosmologías, que explican este sagrado libro.
Ello ha conducido a grandes conflictos sociales que están irrumpiendo en
esas estructuras, con un discurso democrático y participativo, que parte del
pluralismo de las ideas.
El último paso o cuarto paso, señala la autora que se centra en una
concepción diferente de la comunidad cristiana y el surgimiento de nuevos
movimientos eclesiásticos, que “Discuten problemas concretos de la vida
colectiva y personal, reafirman valores y convicciones, celebran la vida a
81
partir de referencias que extraen de la tradición patriarcal de sus diferentes
iglesias”(p. 182), con estas ideas han surgido una gran diversidad de grupos
eclesiásticos, los cuales mantienen comportamientos de relación incluyente e
igualitaria entre hombre y mujeres, al igual que el resguardo de la Naturaleza.
Concluye la ecoteóloga que “La nueva cosmología
y la nueva
antropología abren el pensamiento hacia una nueva comprensión de la
autoridad y del poder común que tenemos” (p.183). Con ello resalta la
necesidad de eliminar el orden que sostiene la exclusión del pluralismo, y
sustituirlo por una nueva forma que dé cabida a la diversidad, creatividad
para sentir y redescubrir la vida desde otro punto de vista.
3.1.4. La construcción social de la ética de la Naturaleza.
El ecofeminismo constructivismo defendido por Alicia Puleo (2011) y otras
autoras como Hazel Handerson, Bina Haraway, Charlene Spretnak, y Val
Plumwood, revela n que existe un carácter histórico en la construcción del
modelo de racionalidad androcéntrica occidental, basado en oposiciones
binararias que han impuesto el pensamiento dual que obstaculiza otras
formas de ver las relaciones entre los elementos que hasta ahora sobre la
Naturaleza/cultura, mujer/hombre, afectividad/racionalidad, cuerpo/mente.
La visión del ecofeminismo constructivista representado por la australiana
Val Plumwood (2003), deja ver los elementos que ponen al descubierto las
corrientes éticas de la perspectiva occidental de la naturaleza, es un
interesante enfoque que muestra lo que es ignorado por el común de los
ciudadanos del mundo, señala la autora que es entender al ser humano
82
como una continuidad con la Naturaleza, puesto que “ las corrientes éticas
han ignorado completamente, la idea de que la naturaleza es discontinua o
está ontologicamente separada de la esfera humana. Por consiguiente, se
interpreta que los humano existen aparte o «fuera» de la naturaleza,
generalmente como dueños o controladores externos de ésta” (p.264). La
autora apunta que se han dado avances para internalizar nuevos constructos
sobre la relación ser humano-Naturaleza, pero solo lo hace ver como un
elemento más o un ser más que forma parte de la misma.
Según la visión del ecofeminismo constructivista, es necesario destacar
que el destino de los seres humano dependen de las condiciones que rigen
los ecosistemas del planeta biosfera y por supuesto la devastación de estos
los afectará inevitablemente. Este problema es importante cuando se intenta
entender las razones para que el ser humano se sienta separado de la
Naturaleza y por lo tanto, solo la entiende desde su perspectiva instrumental,
la cual permite la satisfacción de sus necesidades.
Estas concepciones son producto del pensamiento racional occidental,
que ha impuesto la cosmovisión del hombre fuera de la Naturaleza, ello
basado en “un firme dualismo, humano/naturaleza, que es parte de un
conjunto de dualismos interrelacionados, mente/cuerpo, razón/ emoción,
masculino/femenino,
con
los
que
mantiene
conexiones
importantes”
(Plumwood 2003, p.265)
La crítica central a este pensamiento es que las contraposiciones han
hecho ver al ser humano como racional, para hacerlo parecer excluido de lo
83
que es natural, como los animales, las plantas y los minerales, entonces lo se
dice que existen ciertas características que diferencian, distinguen, o separan
al ser humano de lo natural, intentando eliminar de él aspectos comunes con
la Naturaleza, y desarraigándolo de los aspectos emocionales, sensoriales,
sexuales, para centrarlo en lo racional.
Señala Plumwood (2003) “ De modo
que la humanidad ha sido definida no como parte de la naturaleza ( a lo
sumo, como una parte especial), sino como una forma separada y
antagónica a esta. Así que, la relación entre los humanos y la naturaleza es
como un dualismo antagónico y de valores jerárquicos.” (p.266).
La construcción de estos dualismos impuestos desde el pensamiento
occidental, incluye el antagonismo hombre/mujer, en el cual se destaca la
concepción de la naturalización de las mujeres, fundamentada en la falta de
racionalidad de ellas, al mostrar conductas más emocionales que las acercan
a la Naturaleza proporcionándole una continuidad con ella, pero según este
modelo las aleja de las características transcendentes del ser humano.
La propuesta se centra en la reconceptualización del concepto ser
humano, humanidad y Naturaleza, conceptos que deben ser construidos
desde nuevas perspectivas históricas y relacionales, tal como lo señala
Plumwood (2003):
“ el concepto de naturaleza, el cual se ha construido con términos
polares, como entidad pasiva, sin poder agente, sin teología, como
pura materia, cuerpo y mecánica, desprovisto de las cualidades que
el concepto de humano se ha apropiado. Deben desarrollarse
conceptos alternativos de las virtudes humanas, y alternativas a la
percepción mecánica del mundo que el racionalismo nos ha legado”
p. 277.
84
Ello implica también la reconceptualización del ser humano en relación
con la naturaleza, develando otras formas de relación diferentes a la
instrumental, permitiendo con ello incluso identificar nuevas posiciones del
ser humano con la humanidad, basadas en las interrelaciones e
interdependencia existentes con los otros seres humanos o no humanos.
Existen dentro del ecofeminismo constructivista, bemoles que vislumbrar
aspectos tratados por la epistemología ecofeminista desde posiciones
epistemológicas que reconocen la importancia del pensamiento ilustrado
desde su carácter emancipatorio, el cual permitió superar las etapas de
opresión que marcaron algunos siglos de la humanidad. La filósofa Alicia
Puleo, es la representante española más destacada de esta perspectiva que
propone algunas claves para abordar los problemas medioambientales
utilizando el pensamiento ilustrado.
En su más reciente obra Ecofeminismo para un Mundo Posible, Puleo
(2011) resalta la importancia del concepto Naturaleza para el ecofeminismo:
“Tanto en el feminismo como en la ecología, la noción de
Naturaleza ocupa un lugar importante de la reflexión y la praxis, si
bien por diferentes razones. Como Naturaleza interna, es nuestro
cuerpo. Como Naturaleza externa, es el conjunto de ecosistemas y
sus habitantes no humanos. Naturaleza no es un concepto
meramente descriptivo, sino eminentemente político” p.409.,
Destaca la filosofa española que el concepto Naturaleza sigue asociado a
los preceptos defendidos por el racionalismo al imponer las dualidades
hombre/Naturaleza y Cultura/Naturaleza , en las cuales se interpreta a la
85
Naturaleza como el par inferior que no tiene finalidad o dignidad, como medio
instrumental que puede ser usado o enajenado para beneficio del hombre y
las industrias.
La autora le confiere al ecofeminismo haber utilizado el análisis crítico
ante los discursos que condenan a la mujer a una posición inferior a la de la
humanidad, es decir a la inmanencia de la Naturaleza y sujeta al patriarcado,
sustentado en el pensamiento andocéntrista, por ello la importancia de
develar la lógica del dominio y de la devaluación que está intrínsecos en
este modelo.
Coincide Puleo (2005) con Plumwood (2003) en cuanto a la importancia de
desentrañar los dualismo Cultura/Naturaleza que imbrican el dualismo
jerarquizado hombre/mujer, y del cual derivan los dualismos generizados
“razón/emoción;
mente/cuerpo;
civilizado/primitivo;
espiritual/
materia;
universal/ particular, self/Otro”( p.203), en los cuales la distinción tiene que
ver con el sexo, y por su puesto considerando que incluso se utiliza el cliché
el sexo fuerte para catalogar al sexo masculino. Según Puleo (2005) deben
ser reconstruidos el concepto de instrumentación de la Naturaleza y el de
hiperseparación y negación del hombre como ser interdependiente de la
Naturaleza.
86
Cuadro 5. EPISTEMOLOGÍA ECOFEMINISTA ESENCIALISTA Y SOCIALISTA
Epistemología
Ecofeminista
Esencialista
Socialista
Naturaleza
Ser humano
(Hombre y
Mujer)
Relaciones del
Ser humano con la
Naturaleza
“La
naturaleza
como
Prakriti
es
inherentemente activa, una poderosa fuerza
productiva en la dialéctica de la creación,
renovadora y sustento de toda vida.
Representada por el Principio Femenino
(Shakti) creativo, que está en todo en la
Naturaleza animada e inanimada.”
“Conexiones ex istentes entre
la naturaleza y las mujeres.”
“La naturaleza, tanto animada como
inanimada, es así una expresión de
Shakti, el principio femenino y creativo
del cosmos; en conjunción con el
principio masculino (Purusha), Prakriti
crea el mundo.”
“La Naturaleza es una subjetividad viviente, es
como una hermana viviente del ser humano.”
“La naturaleza debe verse como un todo y en
sus partes es radicalmente incierta en su
dirección y resultados ”
“La Naturaleza es un construcción social que
también debe ser construido desde la
experiencia de la mujer dada su cercanía
social con ella.”
Fuente: Ayala (2012)
“Ontológicamente, no hay
división entre hombre y
naturaleza, o entre hombre y
mujer, porque la vida en
todas sus formas surge del
principio femenino.”
“Los seres humanos están
arraigados a la naturaleza,
son seres corpóreos.”
“Los hombres ejercen
mayormente su labor fuera
del hogar, en áreas de
producción e industria,
academicista, mientras las
mujeres primordialmente
ejercen labores de cuidado, lo
cual la conecta más a la
Naturaleza.”
“La humanidad tiene necesidades
materiales que debe satisfacer con lo
que la Naturaleza le provee, pero que
debe ser aprovechada respetando sus
capacidades y ciclos de regeneración”.
“La naturaleza es un sujeto activo, no
un objeto pasivo a ser dominado, y los
seres humanos deben desarrollar una
relación duradera con ella.”
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Cuadro 6. EPISTEMOLOGÍA ECOFEMINISTA TEOLÓGICA Y CONSTRUCTIVISTA
Epistemología
Ecofeminista
Teológica
Naturaleza
Ser humano
(Hombre y
Mujer)
Relaciones del
Ser humano con la
Naturaleza
“La Tierra (Naturaleza) es la “Matriz” de
nuestro cuerpo y nuestro medio de existir.”
“El hombre es como todos los
demás seres con todo lo que
existe, un único y Sagrado
Cuerpo que sobrevive en
equilibrio y en la articulación
de sus diferencias.”
“Se reconoce la interrelación del ser
humano con la Naturaleza.”
“La tierra es la morada de una multiplicidad
infinita de seres.”
“La Naturaleza es un complejo sistema que
permitió la irrupción de la vida humana, como
su más reciente creación.”
“Es una postura política
crítica que gira en torno al
respeto a todas las criaturas y
no solo al ser humano.”
“El ser humano es el recien
nacido de la evolución de la
vida.”
“Los seres humanos somos
integrantes de el sistema de
vida biodiverso.”
Constructivista
Fuente: Ayala (2012)
“La Naturaleza no es un concepto meramente
descriptivo, sino eminentemente político”
“Nuestra
autoconciencia
como especie humana ha de
avanzar hacia la igualdad de
mujeres y hombres en tanto
partícipes no sólo de la
Cultura sino también de la
Naturaleza.“
“Existe una relacionalidad entre todos
los seres y su interdependencia es
absolutamente fundamental para el
mantenimiento de la vida.”
“El ser humano está ligado a
losprocesos de evolución de la
Naturaleza.”
“Con la tierra el ser humano existe
como seres vivos.”
“La destrucción de la Naturaleza por el
ser humano, es la destrucción de su
origen, su fuente, su raíz, lo cual
significa que también su destrucción.”
“Los seres humano dependen de las
condiciones que rigen los ecosistemas
del planeta biosfera y por supuesto la
devastación de estos los afectará
inevitablemente”
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