Importancia del Estudio del Metabolismo Secundario en Plantas: Lucila Méndez Morán1, Julia Zañudo Hernández1, José Pedro Castruita Domínguez1, Karen Elizabeth Meza Vázquez, Juan Florencio Gómez Leyva2 1Departamento de Ecología, CUCBA, [email protected], [email protected], [email protected], [email protected], 2 Instituto Tecnológico de Tlajomulco, [email protected] INTRODUCCIÓN La mayor parte del carbono, nitrógeno y de la energía termina en moléculas comunes en todas las células, las cuales son necesarias para su funcionamiento y el de los organismos (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Esta serie de reacciones químicas que tienen lugar en los organismos constituye el metabolismo. Las células vegetales realizan procesos metabólicos comunes que conducen a la formación de compuestos como azúcares simples, aminoácidos, nucleótidos, ácidos grasos, así como de polímeros derivados de estos compuestos (polisacáridos, proteínas, ácidos nucleicos y lípidos, entre otros), que son esenciales para la vida celular y en general para el desarrollo de la planta. El conjunto de estos procesos forman el metabolismo primario, por lo tanto a los compuestos derivados se les denominan metabolitos primarios. No obstante, a diferencia de otros organismos, las plantas destinan una cantidad significativa del carbono asimilado y de la energía, a la síntesis de una amplia variedad de moléculas orgánicas que no parecen tener una función directa en algunos procesos como fotosíntesis o respiración celular, a dichos compuestos se les denomina metabolitos secundarios y presentan una distribución taxonómica restringida. Los metabolitos secundarios derivan biosintéticamente de ciertos compuestos primarios, por lo que ambas clases de metabolismo están interconectadas en una extensión que hace difícil establecer una clara división entre ellas (Azcon-Bieto y Talón, 2008; Ávalos y PérezUrria, 2009) (Figura 1). La biosíntesis de los metabolitos secundarios suele estar limitada a estadios específicos del desarrollo de la planta, a ciertos órganos o células especializadas, así como a periodos de estrés causados por la deficiencia de nutrientes o bien el ataque de microorganismos (Azcon-Bieto y Talon, 1995). 1 METABOLISMO SECUNDARIO METABOLISMO PRIMARIO METABOLISMO SECUNDARIO Fotosíntesis Glucosa Fenilpropanoides flavonoides G L I C O L I S I S Unidades cons tuyentes Aminoácidos Alcaloides Carbohidratos Ácidos grasos Lípidos Proteínas Ace l-CoA Ácidos Nucleicos Terpenos Esteroides Ciclo del Ácido cítrico ADN-ARN Figura 1. Esquema representativo de los principales productos del metabolismo primario y secundario (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Este fenómeno se debe a la formación, dependiente de fase, de una correspondiente enzima, lo que significa que la expresión del metabolismo secundario se basa en un proceso de diferenciación. Las proteínas formadas como resultado de procesos de diferenciación se pueden clasificar según su función y papel biológico en la célula productora, como proteínas del metabolismo primario o como proteínas de especialización. De acuerdo con esta clasificación, el metabolismo secundario se puede identificar como la biosíntesis, transformación y degradación de compuestos endógenos a través de ciertas enzimas específicas. El hecho de que la expresión del metabolismo secundario sea una característica de la especialización celular, indica que la formación del compuesto secundario, en contraste con el primario, no tiene una importancia directa para la célula productora. Sin embargo, el metabolito secundario puede tener un significado para el organismo productor como un todo, ya que muchos metabolitos secundarios están implicados en interacciones ecológicas, es decir, en la relación de la 2 planta productora con otros organismos de su ámbito natural (Azcon-Bieto y Talon, 1995). Los metabolitos secundarios además de no presentar una función definida en los procesos mencionados, difieren también de los metabolitos primarios en que ciertos grupos presentan una distribución restringida en el reino vegetal, es decir, no todos los compuestos secundarios se encuentran en todos los grupos de plantas. Los metabolitos secundarios por sus características se puede definir como moléculas pequeñas que se sintetizan en bajas concentraciones y no de forma generalizada en la planta. Por otro lado, la distinción entre ambos metabolismos es difusa en ocasiones, si tenemos en cuenta que la biosíntesis de muchos de ellos comparten numerosos intermediarios que derivan de las mismas rutas metabólicas. Por lo tanto, la diferenciación entre metabolitos primarios y secundarios puede no ser del todo adecuada. Las principales rutas de biosíntesis de productos secundarios derivan del metabolismo primario del carbono y son: Ruta del ácido shiquimico, Ruta del ácido malónico, Ruta del ácido mevalónico y Ruta del metileritritol fosfato (Ávalos y Pérez-Urria, 2009) (Figura 2). Las plantas se caracterizan por ser organismos sésiles, por lo que están obligadas a discriminar entre los diferentes retos que les plantea su entorno y responder a ellos. Estas respuestas a su ambiente biótico y abiótico les permiten la mejor distribución de sus recursos para crecer, reproducirse y defenderse. La enorme diversidad fitoquímica y el largo tiempo de evolución del metabolismo secundario han resultado en interacciones de complejidad creciente. En el caso de las interacciones entre plantas e insectos, por ejemplo, ciertos compuestos con estructuras muy similares pueden ejercer actividades muy disímiles, desde insecticidas hasta repelentes o incluso atrayentes. La variedad de respuestas, resulta de una compleja coevolución, que no sólo resulta fascinante desde el punto de vista biológico, sino que también acarrea consecuencias económicas importantes. Cabe señalar que la interacción con organismos microbianos, herbívoros y otras especies de plantas puede ser de carácter positivo, negativo o neutral. Depende, en cada caso, de una serie de vinculaciones complejas, sobre la mayoría de las cuales conocemos muy poco. Las interacciones de carácter negativo, casi siempre asociadas a la supervivencia ante el ataque de predadores, parásitos o patógenos; conforman un marco de competencia interespecífica (Vivanco et al., 2005). 3 METABOLISMO PRIMARIO DEL CARBONO CO2 Fotosíntesis Piruvato 3-Fosfoglicerato 3-PGA Eritrosa-4-P Fosfoenol piruvato PEP Ciclo de los ácidos tricarboxílicos Ace l-CoA AA alifá cos Ruta del ácido Shiquímico Ruta del ácido Malónico Ruta del Me leritritol fosfato (cloroplastos) Ruta del ácido Mevalónico AA Aromá cos COMPUESTOS NITROGENADOS TERPENOIDES COMPUESTOS FENOLICOS METABOLISMO SECUNDARIO DEL CARBONO Figura 2. El metabolismo primario y su relación con las rutas biosintéticas del metabolismo secundario (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Es importante destacar que los metabolitos secundarios también reciben la denominación de productos naturales, y tienen un valor significativo medicinal y económico, derivado este último de su uso en la industria cosmética, alimentaria y farmacéutica. Un gran número de estos productos naturales, que ya se usaban en la medicina antigua como remedios para combatir enfermedades, se utilizan en la 4 actualidad como medicamentos, resinas, gomas, potenciadores de sabor, aromas, colorantes, etc. Dentro del metabolismo secundario, los principales grupos de moléculas que destacan son: los terpenos, glucósidos, compuestos fenólicos y alcaloides (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Los terpenos, o terpenoides, constituyen el grupo más numeroso de metabolitos secundarios (más de 40.000 moléculas diferentes). Los compuestos que forman parte de este numeroso grupo de productos naturales pueden realizar distintas actividades biológicas, dentro de las que destacan, las de atraer y repeler insectos, hormonas, inhibidoras del crecimiento, fitoalexinas, como parte constituyente de moléculas transportadoras de electrones y transportadoras de restos de azúcar a través de las membranas, y otras. Los terpenos o isoprenoides se sintetizan a partir de isopentil pirofosfato que se puede considerar como el isopreno activo. Los terpenos se clasifican según el número de unidades teóricas de isopreno de que se componen como: Monoterpenos (C10), Sesquiterpenos (C15), Diterpenos (C20), Triterpenos (C30), Tetraterpenos (C35), y Politerpenos (C>40). Se conocen algunos terpenos acíclicos, pero la mayoría son cíclicos, con diversas estructuras carbonadas. Un gran número de ellos presentan funciones oxigenadas (alcoholes, epóxidos, aldehídos, cetonas, ácidos y lactonas) y ciertos terpenos pueden poseer halógeno-, sulfuro- y nitrógeno- en su estructura. Además, hay terpenos formando parte de ésteres, glucósidos, alcaloides y compuestos aromáticos (Azcon-Bieto y Talon, 1995). La ruta biosintética de los terpenos da lugar tanto a metabolitos primarios como secundarios de gran importancia para el crecimiento y supervivencia de las plantas. Entre los metabolitos primarios se encuentran hormonas (reguladores del crecimiento), carotenoides, clorofilas y plastoquinonas (fotosíntesis), ubiquinonas (respiración) y esteroles (de gran importancia en las estructura de membranas). Para ser más precisos, el grupo de los terpenos, como antes se menciona, incluye hormonas (giberelinas, citocininas y ácido abscísico), pigmentos carotenoides (carotenos y xantofilas), esteroles (ergosterol, sitosterol, colesterol), derivados de los esteroles (glicósidos cardiacos), latex y aceites esenciales (proporcionan el olor y el sabor característico de las plantas). Aunque las citoquininas y las clorofilas no son terpenos, contienen en su estructura una cadena lateral que es un terpeno (Ávalos y Pérez-Urria, 2009; Azcon-Bieto y Talon, 1995). Es evidente que la enorme variedad de terpenos tienen un importante valor fisiológico y comercial. 5 Muchos terpenoides son comercialmente interesantes por su uso como aromas y fragancias en la alimentación e industria cosmética, o para la elaboración de productos agrícolas. Otros compuestos terpenoides tienen importancia medicinal por sus propiedades anticarcinogénicas, antiulcerosas, antimalariales, antimicrobianas, etc. Muchas plantas (limón, menta, eucalipto o tomillo) producen mezclas de alcoholes, aldehídos, cetonas y junto con compuestos terpenoides forman los denominados aceites esenciales, responsables de los olores y sabores característicos de estas plantas, algunos de los cuales actúan como repelentes de insectos o insecticidas (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Los glucósidos son metabolitos vegetales de gran importancia. Su nombre hace referencia al enlace glucosídico que se forma cuando una molécula de azúcar se condensa con otra que contiene un grupo hidroxilo. Existen tres grupos de glucósidos de particular interés: saponinas, glucósidos cardiacos y glucósidos cianogénicos. Una cuarta familia, los glucosinolatos, se incluyen en este grupo debido a su estructura similar a los glucósidos (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Los alcaloides son una gran familia de más de 15,000 metabolitos secundarios que tienen en común tres características: son solubles en agua, contienen al menos un átomo de nitrógeno en la molécula, y exhiben actividad biológica. La mayoría son heterocíclicos aunque algunos son compuestos nitrogenados alifáticos (no cíclicos) como por ejemplo la mescalina o colchicina. Se encuentran en el 20% aproximadamente de las plantas vasculares, donde la mayor parte son dicotiledóneas herbáceas. En humanos, los alcaloides generan respuestas fisiológicas y psicológicas, la mayoría de ellas en consecuencia de su interacción con neurotransmisores. A dosis altas, casi todos los alcaloides son muy tóxicos. Sin embargo, a dosis bajas tienen un alto valor terapéutico como relajantes musculares, tranquilizantes, antitusivos o analgésicos. Se sintetizan normalmente a partir de lisina, tirosina y triptófano, aunque algunos como la nicotina y compuestos relacionados derivan de la ornitina (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). Las plantas sintetizan una gran variedad de productos secundarios que reciben el nombre de compuestos fenólicos, polifenoles o fenilpropanoides y derivan todas ellos del fenol, un anillo aromático con un grupo hidroxilo. Existen dos rutas básicas implicadas en la biosíntesis de compuestos fenólicos: la del ácido shiquímico y la del ácido malónico. Entre los compuestos fenólicos se encuentran los flavonoides. Su esqueleto contiene 15 carbonos ordenados en dos anillos aromáticos unidos por un 6 puente de tres carbonos. Se clasifican en función del grado de oxidación del puente de tres carbonos, siendo los principales las antocianinas (pigmentos), flavonas, flavonoles e isoflavonas. Entre sus funciones se encuentra la defensa y la pigmentación (Ávalos y Pérez-Urria, 2009). La utilización de sustancias fenólicas se remonta a tiempos muy antiguos, cuando algunas de ellas se aplicaron por primera vez a procesos industriales, por ejemplo los taninos en el curtido de pieles, la elaboración de tinta y el refinado de vinos. Los compuestos fenólicos constituyen uno de los grupos de productos naturales más importantes y ampliamente distribuidos en el reino vegetal. Muchos de ellos son muy significativos fisiológica y ecológicamente para las plantas que los producen (AzconBieto y Talon, 1995). Los flavonoides, también conocidos como bioflavonoides, forman un grupo de alrededor de 3,000 compuestos fenólicos que tienen una estructura química similar. Estos metabolitos pueden encontrarse en todas las familias de plantas superiores y en casi todas las especies vegetales; es decir, que los flavonoides están presentes en todas las frutas, verduras y hierbas aromáticas. Es más, los constituyentes activos en numerosas plantas medicinales parecen ser los flavonoides; lo cual explica tal vez porqué las plantas que contienen estos compuestos son tan ampliamente usadas en todo el mundo, principalmente en la medicina herbolaria tradicional. En general, se acepta que los flavonoides tienden a mejorar la resistencia capilar e inhibir la inflamación, atrapan radicales libres e inhiben una variedad de enzimas. De una manera más amplia, se acepta que los compuestos fenólicos (flavonoides y no flavonoides) son capaces de inhibir las células cancerosas a través de múltiples mecanismos. La estructura de estos compuestos desde luego, tiene características semejantes, ya que derivan de un precursor común, la chalcona. La síntesis de estos compuestos dentro de una ruta del metabolismo secundario está interrelacionada en las células vegetales (Figura 2) (Soriano, 2003). Se sabe que los flavonoides cumplen diferentes funciones en las plantas, como antioxidantes, protectores de las radiaciones ultravioletas y como antibióticos contra microorganismos fitopatógenos, entre otras. En esta última función, los isoflavonoides que actúan como antibióticos, son una parte importante del sistema de defensa en las leguminosas, el cual se activa por la presencia de los microorganismos en los tejidos vegetales. Los productos finales del metabolismo secundario que originan la formación 7 de los isoflavonoides (faseolina, faseolidina y kievitona) son los antibióticos más potentes y los isoflavonoides, genisteína y daidzeína son metabolitos intermediarios dentro de la ruta de síntesis. Todos los compuestos fenólicos, incluidos isoflavonas, flavonas y flavonoles, pueden actuar como antioxidantes debido a la capacidad donadora de hidrógeno de su grupo fenol y en algunos casos, a su potencial quelante de metales; esta última propiedad les permite bloquear la generación de radicales libres incluidos cobre o hierro (Soriano, 2003). ESTUDIO DE CASO: COMPOSICIÓN FÍSICO-QUÍMICA DE FRUTOS DEL GÉNERO Bromelia: Existen muchos estudios sobre metabolitos secundarios en plantas, sin embargo hay mucho por recorrer. En particular, este trabajo se ha destacado el caso del estudio de frutos mexicanos entre los cuales destaca el fruto denominado “cocuixtle” de Bromelia pinguin L. y Bromelia karatas L. En el caso del género Bromelia ubicado taxonómicamente en la familia Bromeliaceae tiene una amplia distribución y se desarrolla bajo un extenso intervalo de condiciones ambientales, presenta una gran variación morfo-anatómica y diferentes formas de vida (González-Salvatierra et al., 2013). Los principales usos de las bromelias son como fuente alimenticia que incluyen desde el fruto completo hasta una parte de la planta, consumidas ya sea como vegetales o en bebidas preparadas (fermentadas o no) (Hornung-Leoni, 2011). La especie Bromelia pinguin L. (“maya” o “piña de ratón”) es una planta ampliamente distribuida en Centroamérica y las islas del Caribe cuyo uso tradicional ha sido como antiparasitario en las regiones rurales de nuestro país, además se han reportado otras acciones terapéuticas para esta planta (Payrol et al., 2005). Por otro lado, Bromelia karatas L. es conocida como cocuixtle (Xocuixtle: xocolt=agridulce, ixtle=fibra), piñuela y guámara. Los frutos de estas dos especies tienen la forma de un pequeño plátano de sabor agridulce y composición fibrosa con una aceptable calidad de azúcar para diabéticos. En el caso de Bromelia pinguin L. los frutos son de color amarillo y para B. karatas L. de color púrpura, característica que los distingue entre ellos. Los frutos son utilizados de distintas maneras que van desde teñir, la preparación de néctar, hasta la elaboración de ponche, agua fresca, jarabes y dulces (Casillas, 2010). Su propagación 8 natural es lenta, y sólo se hace a través de la siembra de hijuelos basales. Es una especie terrestre con alto valor comercial con gran importancia ecológica entre las plantas perennes (González-Salvatierra et al., 2013). De la pulpa de Bromelia pinguin L. se obtiene una preparación que ha sido tradicionalmente utilizada como antihelmíntica, Los estudios de rendimiento conducen a la confirmación de que los frutos de B. pinguin son una fuente muy importante de proteasas (Payrol et al., 2005) y la preparación proteolítica obtenida de los frutos de Bromelia pingui se la ha dado el nombre de pinguinaína. La pulpa de los frutos tiene propiedades antifúngicas, en particular hacia basidiomicetos que se encuentran en el suelo (Looby et al., 2012). Bromelia karatas L. es una planta con uso potencial industrial además sus frutos verdes podrían utilizarse en la industria alimentaria. Se espera un futuro promisorio para los frutos maduros por ser una buena fuente de metabolitos antioxidantes, esta funcionalidad biológica podría ser comparable a la de antioxidantes universalmente reconocidos como el BHT o el ácido ascórbico (Moyano et al, 2012). Asimismo, presenta actividad antimicrobiana y toxicidad contra Escherichia coli (Contreras y Santos, 2012). Actualmente el grupo de trabajo tiene como objetivo general el análisis fisicoquímico de frutos de Bromelia karatas L. y Bromelia pinguin L., con el fin de determinar su aplicación biotecnológica y uso frutos con base en sus características químicas. Para este trabajo se colectaron frutos de Bromelia en el municipio de Ixtacán, Jalisco, en este caso se separó la semilla, la pulpa y la cáscara, que se usaron para su caracterización física y una parte fue macerada y liofilizada para el análisis químico de frutos. Descripción morfológica de frutos de Bromelia karatas L. y Bromelia pinguin L.: Se llevó a cabo un registro de diez variables cuantitativas (longitud, anchura, número de semillas por fruto, longitud y ancho de semilla, peso de semillas por fruto, peso de 100 semilla, peso de fruto, peso de pulpa, peso de cáscara, y una cualitativa (color de fruto) en 50 frutos de cada especie. Para la medición de las variables cuantitativas se utilizó un vernier y balanza analítica. Para la obtención de las semillas se elaboró un corte longitudinal del fruto y las semillas se depositaron en una charola y se dejaron secar de 20 a 25 días, en 10 semillas se realizaron cortes longitudinales y se tiñeron con Lugol y por otro lado con azul de toluidina (una gota), se observo la presencia del embrión con un microscopio estereoscópico y se fotografiaron. 9 Los análisis físicos de los frutos de las especies de Bromelia indican que en el caso de la especie B. karatas la cáscara es de color púrpura (Figura 3A y C) (Meza-Vázquez et al., 2013) mientras que para B. pinguin (Figura 3B y F) presenta una cáscara de color amarillo. Figura 3. Imagen comparativa de las características distintivas entre los frutos de Bromelia karatas (A, C, D, E) y Bromelia pinguin(B, F, G, H), y la posición del embrión en las semillas teñidos con azul de toloudina (D y G), y con lugol que tiñe almidón (E y H). Las diferencias en el número de semillas y tamaño de frutos entre las dos especies es significativamente diferente (ANOVA, p<0.05) (Figura 3C y F), por lo que se puede determinar que existe una diferencia relacionada entre especies. La tinción con lugol de las semillas (Figura 3E y H) permite observar claramente la posición del embrión ya que es específica para el almidón dando un color café y no tiñe el embrión. Además, la tinción con azul de toloudina (Figura 3D y G) también fue clara la definición y nos permitió localizar la posición del embrión permitiendo con ello establecer diferencias entre las especies. Ensayo de germinación de Bromelia karatas y Bromelia pinguin en cajas de Petri y medio MS. Para la germinación, las semillas de cada especie se desinfectaron y 10 escarificaron con etanol 70%, hipoclorito de sodio 30% y agua destilada estéril. Las semillas se colocaron en cajas de Petri con papel filtro estéril saturado con agua estéril y se incubaron en una cámara bioclimática (25°C y 16 h luz). Se analizó el porcentaje de germinación, y tiempos de emergencia de la plántula, en cada caso se llevó un seguimiento del desarrollo de la planta el cual fue documentado para la caracterización fenológica. Las plántulas fueron crecidas en sustrato (vermiculita y peat-moss 1:2 v/v). Se estableció la germinación de semillas de cada una de las especies en medio Murashine y Skoog (MS) en condiciones controladas de luz y temperatura (25oC, 16 h luz) para la germinación y obtención de explantes celulares, con el fin de establecer su crecimiento in vitro, que podrá ser utilizado para su propagación en condiciones controladas. Se logro la germinación de semillas obteniendo mas del 89% (Figura 4A) (Meza-Vázquez et al., 2013). . Figura 4. Pruebas de germinación de semillas de Bromelia en papel filtro (A) y desarrollo de plántulas en sustrato (B). 11 A partir de la emergencia de la plántula se comenzaron a observar diferencias notables en el desarrollo. Es relevante señalar que se presentó un desarrollo más rápido de las plántulas en el tratamiento con más lavados y tiempo de agitación en etanol e hipoclorito de sodio, y estas mismas presentaron un mejor desarrollo en sustrato (Figura 4B), lo que podría ser aplicado para el cultivo de esta planta en campo, y además fue más efectivo para la germinación en medio MS bajo condiciones estériles logrando la propagación de esta planta bajo dichas condiciones. Caracterización química de Bromelia karatas y Bromelia pinguin: Se llevó a cabo la obtención de dos extractos: etanólico y acuoso, para el primero se utilizó etanol al 70% acidificado con 0.1% de HCl, y para el segundo H2O bidestilada estéril, en ambos casos usando agitación constante por 24 h a 25°C. El extracto etanólico fue evaporado y solubilizado en H2O bidestilada estéril, y el extracto acuoso solo solubilizado, posteriormente fueron liofilizados. Análisis de compuestos fenólicos. Podemos mencionar que entre los compuestos fenólicos más importantes se encuentran los flavonoides, los cuales además de su ya comprobada actividad antioxidante, se les ha atribuido una gran diversidad de efectos terapéuticos, tales como actividades cardiotónica, antiinflamatoria, hepatoprotectora, antineoplástica, antimicrobial, entre otros. Los métodos usados comúnmente para determinar y cuantificar fenoles totales en alimentos y vegetales son el ensayo de la vainillina y el de Folin-Ciocalteu. Este último método se basa en la capacidad de los fenoles para reaccionar con agentes oxidantes. El reactivo de Folin-Ciocalteu contiene molibdato y tungstato sódico, que reaccionan con cualquier tipo de fenol, formando complejos fosfomolíbdico-fosfotúngstico. Dentro del uso de los fenoles es el de antioxidante, que por definición, la actividad antioxidante es la capacidad de una sustancia para inhibir la degradación oxidativa (Gutiérrez et al., 2008). En el caso de frutos de B. kararas y B. pinguin, la medición de fenoles totales se realizó utilizando los extractos etanólicos mediante el método de Folin-Ciocalteu (Gutiérrez et al., 2008) y espectrofotometría a 760 nm. La concentración de muestra se calculó a partir de una curva de calibración con ácido gálico. Para flavonoides totales, se utilizó una reacción con acetato de potasio, nitrato de aluminio y etanol midiendo por espectrofotometría a una absorbancia de 415 nm, y para cuantificar se utilizó una curva estándar de quercetina. 12 En el caso del contenido de fenoles y flavonoides en las dos especies de Bromelia utilizadas se determinó que existe una mayor concentración de éstos en cáscara comparado con la pulpa del fruto, siendo el comportamiento similar para cada especie. Probablemente este cambio podría ser por el contenido de pigmentos como las antocianinas que se encuentra en la cáscara de estos frutos, principalmente en B. karatas, en la cual cáscara se presenta de color púrpura. Además, las diferencias con respecto al tiempo de cosecha (0 días) y 30 días de almacenamiento no fueron muy significativas. Análisis de capacidad antioxidante: Existe muchos métodos para medir la capacidad antioxidante de una especie o sustancia, pero el método más usado se basa en la estabilidad del radical 1,1- difenil-2-picrilhidrazil (DPPH), la cual se atribuye a la deslocalización del electrón desapareado, lo que también le otorga una coloración violeta caracterizada por una banda de absorción en solución etanólica, centrada alrededor de 520 nm. Cuando una disolución de DPPH entra en contacto con una sustancia que puede donar un átomo de hidrógeno o con otra especie radical (R), se produce la forma reducida DPPH-H ó DPPH-R con la consecuente pérdida del color y por lo tanto la pérdida de la absorbancia. El parámetro IC50, que es la concentración necesaria para obtener un 50% de efecto, es generalmente usado para la interpretación de este método (Gutiérrez et al, 2008). En el caso de frutos de B. karatas y B. pinguin se utilizaron en cada caso las muestras liofilizadas de extractos etanólicos tanto de pulpa y cáscara, diluidos en H 2O bidestilada estéril. La actividad inhibidora del radical catión ABTS (2,2-azinobis-3- etilbenzotioazolín-6-sulfonico) sobre los extractos se midió de acuerdo al método descrito por Re et al. (1999) con algunas modificaciones referidas a las concentraciones en los extractos; y el método DPPH (2-2 difenil-p-picrylhydrazyl). Para ambos casos se utilizó una curva estándar de trolox y la actividad antioxidante se expresa como equivalentes trolox. La actividad antioxidante relacionados con los índices trolox ABTS y DPPH fue mayor en cáscara de B. pinguin comparativamente con B. Karatas, además de que existe diferencia entre los tiempos utilizados de cosecha (0 días) y almacenamiento (30 días). Con los datos obtenidos se logró determinar una actividad antioxidante por parte de los frutos de estas dos especies, especialmente en B. pinguin. 13 Se encontró una alta correlación entre ambos ensayos (DPPH y ABTS), tal como se observó en otras investigaciones (Babbar et al., 2011; Floegel et al., 2011), lo cual muestra que los extractos evaluados tienen actividades comparables por ambos métodos y por tanto que estos son reproducibles al momento de medir la actividad antioxidante. El radical ABTS es el más indicado para ensayos de compuestos coloreados, como el caso de las antocianas, por presentar absorción máxima próxima a la región infrarroja (734 nm) reduciendo posibilidades de interferencias de compuestos coloreados que absorben en la región del visible o compuestos resultantes de reacción secundaria (Kuskoski et al., 2004). . Análisis de calidad de frutos. Se utilizaron muestras liofilizadas de extractos acuosos que fueron diluidos en H2O bidestilada estéril, para lo cual se utilizó un refractómetro calibrado para ácido cítrico, azúcares totales e inulina. La cuantificación de proteína se llevo a cabo por el método de Bradford por espectrofotometría, midiendo a una absorbancia de 595 nm, para calcular la concentración de proteína se utilizó una curva estándar de Albúmina-sérica-bovina (BSA, por sus siglas en inglés). La concentración de azucares totales por grados Brix fue mayor en pulpa que en cáscara, encontrándose una diferencia en tiempo de cosecha, ya que en B. karatas se incrementa con el tiempo comparado con B. pinguin que es lo contrario ya que disminuye. La concentración de inulina con el método utilizado fue alto, sin embargo, se deben de hacer análisis químicos más específicos para valorar su contenido en los frutos, y el sabor característico del fruto que es acidez se demostró con base en la cantidad de ácido cítrico presente en el fruto, siendo mayor en pulpa que en cáscara, disminuyendo con el tiempo de almacenamiento, característico del sabor del fruto, y que es más dulce después del almacenamiento como es el caso de los frutos de B. Karatas. En el caso de la concentración de proteínas se determinó que existe una mayor cantidad en pulpa que en cáscara, siendo mayor la concentración en los frutos de B. karatas que en los de B. pinguin. Conclusión. Finalmente, es importante mencionar que este es el primer trabajo que se hace de manera comparativa entre los frutos de B. karatas y B. pinguin. En base a los resultados se determina que existen datos importantes de B. karatas y B. pinguin, que destacan su uso potencial dentro de las plantas nativas, esto es por su valor nutritivo 14 como en el caso de azúcares (inulina), ácido cítrico y proteínas. Además, que estas especies muestran capacidad antioxidante, por lo que tienen un potencial uso medicinal. Asimismo se destaca en esta investigación la propagación de estas especies en condiciones in vitro. LITERATURA CITADA Ávalos G.A. Pérez-Urria E. C. , 2009. Metabolismo secundario de plantas. Reduca (Biología). Serie Fisiología Vegetal. 2 (3): 119-145. Azcon-Bieto J., Talon M. 1995. Fisiología y Bioquímica vegetal. Interamericana, McGrawHill. Madrid, España. Azcon-Bieto J., Talon M. 2008. Fundamentos de Fisiología Vegetal, segunda edición. Interamericana, McGraw-Hill. Madrid, España. 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