LA SEGREGACIÓN HORIZONTAL Y VERTICAL POR GÉNERO ENTRE EL PAS Y EL PDI DE LA UNIVERSITAT DE LES ILLES BALEARS. Catalina Escarrer, Capilla Navarro, Esperanza Bosch y Victoria Ferrer Sesión científica IV: El trabajo femenino en la empresa. Autoras: Catalina Escarrer, Capilla Navarro, Esperanza Bosch y Victoria Ferrer Palabras clave: Trabajo femenino, segregación horizontal, segregación vertical. Institución de procedencia: Oficina para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. Universitat de les Illes Balears. Dirección: Oficina para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. Universitat de les Illes Balears. Ed. Guillem Cifre de Colonya. Cra. de Valldemossa, km. 7'5 07122 Palma Teléfono: 971259510 Fax: 971173190 E-mail: [email protected] En enero de 2004 se creó por Consell de Direcció1 el Observatorio para la Igualdad de Oportunidades en la Universitat de las Illes Balears (UIB), dando así cumplimiento a un compromiso del equipo rectoral para con un grupo de profesoras comprometidas con la igualdad que habían realizado esta propuesta. Las finalidades y acciones con que nace se centran en tres ámbitos de actuación: • personas con discapacidad, • personas pertenecientes a grupos desfavorecidos socialmente y/o en riesgo de exclusión social, • género (tratado también de modo transversal en los dos ámbitos anteriores). De entre sus objetivos, cabe destacar: • recoger, analizar y difundir información periódica y sistematizada sobre sus ámbitos de actuación, • proponer acciones que tiendan a mejorar la situación en cada uno de esos ámbitos, con la intención de conseguir una plena igualdad de oportunidades en el acceso a la UIB, en el seno de la comunidad universitaria y en su posterior inserción sociolaboral. En 2007, el Observatorio se convierte en Oficina (Oficina para la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres), consolidándose como servicio de la UIB y preparándose para 1 FOU núm. 278, de 28 de febrero de 2007 1 los cambios que se esperan a raíz de la aprobación de la reforma de la Ley Orgánica de Universidades y la entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Igualdad efectiva entre Mujeres y Hombres. La LOU otorga a las oficinas o unidades de igualdad un papel importante como garantes de las políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en los centros universitarios; de hecho dice: “Las universidades contarán entre sus estructuras de organización con unidades de igualdad para el desarrollo de las funciones relacionadas con el principio de igualdad entre mujeres y hombres”2. Por su parte, la Ley de Igualdad, en el artículo 25 señala lo siguiente: “En el ámbito de la educación superior, las Administraciones públicas en el ejercicio de sus respectivas competencias fomentarán la enseñanza y la investigación sobre el significado y alcance de la igualdad entre mujeres y hombres. 2. En particular, y con tal finalidad, las Administraciones públicas promoverán: a) La inclusión, en los planes de estudio en que proceda, de enseñanzas en materia de igualdad entre mujeres y hombres. b) La creación de postgrados específicos. c) La realización de estudios e investigaciones especializadas en la materia”.3 Entre las actuaciones más destacadas del Observatorio/Oficina se halla la elaboración anual de un informe de situación. Estos informes pretenden ser un punto de partida para profundizar en la igualdad de oportunidades en el seno de la comunidad universitaria de las Illes Balears, así como desvelar cuál es el estado actual de la cuestión en materia de género, es decir, cuál y cómo es la presencia de los hombres y las mujeres en las diferentes instancias de la UIB y en qué situaciones se da. Los datos aquí presentados han sido extraídos de los tres primeros "Informes de situación" elaborados. Dichos datos, obtenidos por el Observatorio/Oficina entre 2004 y 2007, permiten obtener una imagen sobre la presencia de hombres y mujeres entre el PAS (Personal de Administración y Servicios) y el PDI (Personal Docente e Investigador) que indica la posible existencia de segregación horizontal (que mide el índice de concentración en los sectores o disciplinas ocupacionales sin realizar ninguna evaluación de las oportunidades) y vertical (que afecta a la posición de los hombres y las mujeres en las jerarquías científicas)4 por géneros en el seno de la UIB. 2 LEY ORGÁNICA 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades. Disposición adicional duodécima. 3 LEY ORGÁNICA 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. 4 COMISIÓN EUROPEA. DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN (2001). «Promover la excelencia mediante la integración de la igualdad entre: COMISIÓN EUROPEA. DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN (2001). «Promover la excelencia mediante la integración de la igualdad entre géneros». Informe del Grupo de trabajo de ETAN sobre las mujeres y la ciencia. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas. Disponible en internet: http://www.cordis.lu/rtd2002/science-society/women.htm 2 En términos generales y por lo que se refiere a la situación del mercado laboral en general, cabe comentar que en los últimos veinticinco años se ha producido una clara “feminización” del mercado de trabajo, como consecuencia de la incorporación masiva de las mujeres a la actividad laboral (no doméstica), en mucha mayor proporción a lo que se ha incrementado la participación masculina durante el mismo período. En cualquier caso, dicho acceso masivo de la mujer al mercado laboral no se ha traducido en un nivel de ocupación equivalente; de hecho, el paro femenino y el subempleo también han alcanzado cotas elevadísimas, en tanto el mercado laboral no resulta aún demasiado permeable al empleo de la mujer. De cualquier modo, esa “feminización” del mercado laboral no ha ido acompañada de una penetración igualitaria de la mujer en todos los empleos y sectores de actividad; de hecho, las mujeres han seguido engrosando las filas en las profesiones tradicionalmente “femeninas”, mientras que las ocupaciones tradicionalmente “masculinas”, continúan siendo cotos vedados para ellas. Y es que la concentración de los empleos femeninos aún es una característica básica del mercado de trabajo actual. Por lo que se refiere a la participación de las mujeres en los ámbitos científicos, en 1998 la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea creó un grupo de expertas sobre mujeres en la ciencia (ETAN) y les encargó la tarea de redactar un informe sobre la política científica y las mujeres en la Unión Europea. Este informe, publicado en 2001, estudia la situación de las mujeres en la ciencia y la tecnología y concluye que su infrarrepresentación amenaza los objetivos científicos de llegar a la excelencia, además de ser un derroche y una injusticia, y formula recomendaciones a la comisión, al Parlamento Europeo, a los estados miembros y a las organizaciones que forman, financian y se valen de científicas y científicos. En cuanto al ámbito universitario, los datos de este informe muestran algunas características comunes en las universidades de muchos estados miembros de la Unión Europea, que se pueden resumir como sigue: • las mujeres constituyen la mitad de la población de estudiantes de pregrado y no hay grandes diferencias entre países en cuanto a la distribución por disciplinas, siendo aquellas con más presencia masculina también las más valoradas socialmente; • las mujeres siguen abandonando en un elevado porcentaje la carrera científica profesional en diferentes fases antes de llegar a un cargo y, cuanto más alto es este en una determinada jerarquía, menor es el número de mujeres que lo ocupan. Una de las conclusiones de este informe es, pues, que las mujeres abandonan el mundo académico a un ritmo muy superior que los hombres y su presencia disminuye a medida que avanzamos en el nivel formativo y en la carrera docente. Es decir, muchas mujeres bien formadas se pierden para la ciencia y la docencia universitaria, de modo que hasta podríamos hablar de una “grieta en el sistema” que sugiere que el paso del tiempo y la presencia de las mujeres en los estudios universitarios por sí mismos no son una garantía de mayor presencia femenina entre el profesorado universitario. 3 En el caso del Estado español cabe destacar dos tipos de actuaciones relevantes en relación con este tema: los estudios para determinar el estado de la cuestión y las acciones emprendidas para corregir posibles desigualdades. En cuanto a los trabajos de investigación sobre el estado de la cuestión, entre 1994 y 2003, se publicaron, al menos, dieciséis trabajos sobre la situación de las mujeres en las universidades españolas. Se trata de trabajos tanto cualitativos como cuantitativos y realizados o bien en una única universidad o bien en todas las universidades públicas de una comunidad autónoma, a nivel nacional o internacional y tanto sobre el alumnado como sobre el PDI como el PAS. Las conclusiones generales a que se llega en este tipo de estudios son muy semejantes en todos los casos y se podrían resumir diciendo que, a partir de los años sesenta, la situación de las mujeres en las universidades españolas ha mejorado sensiblemente, aunque de forma diferenciada por sectores. Así, las alumnas y las mujeres que trabajan como PAS han llegado a convertirse en mayoría en sus respectivos grupos, mientras que las profesoras universitarias han avanzado posiciones y han pasado de ser una mera presencia testimonial a constituir un colectivo importante dentro de la universidad española. Sin embargo, en algunos países, como por ejemplo el nuestro, la historia de las mujeres en la universidad es del paso de la exclusión (cuando no podían acceder porque la ley se lo prohibía) a la segregación en ciertas disciplinas o niveles (cuando se elimina la prohibición y se puede acceder pero las mujeres se concentran en ciertas disciplinas o categorías profesionales). De hecho, los datos sobre la presencia masiva de mujeres en la universidad española no muestran y hasta ocultan ciertas situaciones de segregación o discriminación de este colectivo dentro de nuestras universidades, motivo por el cual se hace necesario profundizar más en ciertos aspectos a fin de obtener una imagen más clara y no distorsionada del estado en cuestión. En este sentido cabe recordar, como ya se desprende del informe ETAN (2001), que es relativamente sencillo disponer de estadísticas que nos den una idea aproximada del número de hombres y mujeres que siguen carreras científicas o ocupan ciertos cargos, pero esto no es suficiente para tener una idea exacta de la situación ni para planificar medidas destinadas a optimizar los recursos. Se necesitan análisis en mayor profundidad que ofrezcan medidas de la segregación existente por género. La segregación ocupacional por razón de género es un fenómeno presente en todos los países, con independencia del nivel de desarrollo económico, e indiferente a la existencia de condicionantes religiosos, culturales y sociales particulares. Es, además, una característica común en todos los mercados de trabajo de todos los países. 4 Concretamente, el informe ETAN apunta la existencia de diversos tipos de segregación: • • • • La segregación horizontal, que mide el índice de concentración en los sectores o disciplinas ocupacionales. La segregación vertical, que afecta a la posición de hombres y mujeres en las jerarquías científicas. La segregación financiera, que trata de las diferencias salariales por género. La segregación temporal, o la distribución del tiempo dedicado a tares domésticas o de cuidado y a tares científicas. El fenómeno de la segregación sexual del trabajo puede explicarse desde distintos puntos de vista; el primero, económico, ya atendiendo a las diferencias de capital humano entre hombres y mujeres, ya a la denominada segmentación del mercado laboral; el segundo, no económico, asentado en una perspectiva feminista o de género. En definitiva, para acabar con la segregación ocupacional por razón de sexo es básico eliminar o cambiar tanto los estereotipos femeninos como los masculinos, al objeto tanto de integrar a los varones en los trabajos tradicionalmente “femeninos” como a las mujeres en los empleos comúnmente considerados “masculinos”. Sin embargo, la segregación ocupacional de la mujer y los empleos habitualmente “femeninos” no sólo responden al estereotipo sexual femenino relativo a las “presuntas” habilidades o aptitudes femeninas, sino también a prejuicios –asimismo sexuales- basados en las “hipotéticas” preferencias de las mujeres en lo que se refiere al empleo (básicamente en su –al parecer “innata”inclinación por los trabajos “flexibles”). La responsabilidad, casi exclusiva, de las mujeres frente al trabajo doméstico y el cuidado de los hijos afecta, lógicamente, a los tipos de trabajos por ellas preferidos, reflejándose en un claro desplazamiento de las trabajadoras hacia la flexibilidad laboral en materia de tiempo de trabajo (horario /jornada flexible y trabajo a tiempo parcial), y por aquellos empleos en que haya facilidad de reingreso tras el abandono temporal. Los condicionantes culturales merecen, asimismo, una consideración importante como fuentes de segregación sexual en el empleo desde la perspectiva feminista. En la medida que existen fuertes y extendidos estereotipos sexuales que afectan, no sólo a las “presuntas” aptitudes y preferencias de los trabajadores y trabajadoras, sino a la misma conformación de los empleos y de sus “presuntas” características, la mayoría de hombres (y, sobre todo, las mujeres) son confinados en empleos “etiquetados” como “masculinos” o “femeninos”, respectivamente. Las explicaciones a tal fenómeno son diversas, y parten de puntos de vista diferentes; sin embargo, desde una perspectiva feminista o de género, se pone de manifiesto la gran similitud entre las aptitudes y preferencias de hombres y mujeres individualmente considerados, localizando las razones subyacentes para la segregación tanto dentro como fuera del mercado de trabajo. Desde la perspectiva feminista se explica por qué en todo el 5 mundo los principales empleos ocupados por mujeres no hacen más que alimentar los típicos estereotipos femeninos (habilidad para el trabajo asistencial, destreza en las tareas manuales, falta de fuerza física, actitud más sumisa, preferencia por empleos asimilados al trabajo doméstico, etc.) aplicados a las trabajadoras. Se explica a través de esta perspectiva por qué las mujeres adquieren menos experiencia profesional que los hombres: casi únicamente sobre ellas recae la responsabilidad del cuidado familiar; esta perspectiva ayuda, igualmente, a explicar por qué las mujeres en ciertos países están prácticamente excluidas de los trabajos que requieren contacto público entre hombres y mujeres, también explican cómo las restringidas e inferiores oportunidades laborales de las mujeres, asociadas a la segregación, se perpetúan de generación en generación (las limitadas perspectivas inducen a muchas familias a reducir la inversión en la educación, formación y experiencia laboral de las mujeres). A través de esta perspectiva se explica, asimismo, por qué el trabajo a tiempo parcial y los horarios flexibles se asocian a muchos trabajos “femeninos” más como efecto de la consideración como “femeninos” de tales trabajos que como consecuencia de una necesidad real de flexibilidad en los mismos. Igualmente, se explica la razón de que, a pesar de las elevadas tasas de desempleo, en los países industrializados relativamente pocos hombres están dispuestos a acceder a profesiones tradicionalmente etiquetadas como “femeninas”. Los estereotipos masculinos y femeninos, generalizados para todos los países, poseen importantes implicaciones en lo que al desarrollo y competitividad de las economías se refiere y, por tanto, en lo que afecta a su eficiencia. En este sentido es importante comentar que la división sexual del trabajo lleva no solamente a que las mujeres dediquen una mayor cantidad de tiempo a trabajo doméstico y al cuidado de otras personas, sino que, incluso en muchos casos, realicen una carrera profesional interrumpida con períodos inactivos o prácticamente inactivos. En esta situación, la interpretación de los méritos, la calidad y la productividad desde los valores y modelos de trabajo masculinos que potencian las carreras interrumpidas o los obstáculos para avanzar en la carrera profesional relacionados con la edad constituyen, en la práctica, formas indirectas de discriminación por razón de género que van a favor de un género, el masculino, en perjuicio de otro, el femenino. Así pues, si bien en la mayoría de países de nuestro entorno las formas de discriminación directas que llevan a la exclusión han desaparecido, es importante analizar con sumo cuidado las posibles situaciones o circunstancias que, como las descritas aquí, pueden constituir formas de discriminación indirecta y cabe, pues, establecer mecanismos para corregirlas, orientados hacia los siguientes objetivos: • • • Conciliación de la vida laboral y familiar de trabajadoras y trabajadores, Concienciación social sobre la necesidad de eliminar los estereotipos y los prejuicios en materia de género, Educación, 6 • Acción positiva.5 En nuestra universidad, la de las Islas Baleares, se han iniciado algunas acciones que tienden a garantizar la igualdad de oportunidades, entre las cuáles destaca la conversión del Observatorio para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres en Oficina, a la que hicimos referencia anteriormente. Los indicadores Los trabajos de investigación sobre las universidades españolas sugieren que el análisis de la desigualdad entre géneros en el marco que nos ocupa, la universidad, y en concreto los colectivos PAS y PDI, necesita la recogida y el estudio posterior de una serie de indicadores objetivos y datos cuantitativos disponibles en el seno de la propia institución, aún cuando no estén desagregados por género, tal como sería deseable. En el informe ETAN ya se señala que la carencia de estadísticas y indicadores sobre igualdad entre géneros que se elaboren y publiquen de modo regular y sistemático es un problema. De hecho, en la elaboración de este informe ya se constató que en muchos casos no se recogían datos desagregados por género y que no se utilizaban estos datos como recurso o herramienta de gestión, ni que todas las cifras disponibles son públicas o se publican de modo que sean sencillas de usar o contextualizar. De los informes elaborados por la Oficina para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres se desprende que, cuando se desarrollan indicadores, modelos y sistemas de igualdad de oportunidades, es necesario establecer cuáles son los objetivos que se quieren conseguir: • • • Identificar un problema social, es decir, considerar que las mujeres son un grupo vulnerable de la comunidad científica y que es necesaria una intervención política para protegerlas. Identificar una cuestión de equidad; considerar que en la comunidad científica no se respetan ciertos derechos y que hace falta una intervención política para corregir las diferencias. Identificar un problema de falta de provecho de los recursos científicos, es decir, considerar que estamos desaprovechando recursos y que cabe una intervención política para reconducir esta situación y ofrecer a las mujeres mejores oportunidades para mantenerse en la vida académica e investigadora. En nuestra opinión, como hemos señalado, la distribución tradicional de los roles sociales de género provoca un desequilibrio social que da lugar a una falta de equidad y optimización de los recursos. 5 Fuente: Garrigues, A. Mainstreaming de género: alternativas para la igualdad - 2006/2007 - 3ª Edición 7 A partir de esta consideración, planteamos la necesidad de determinar si, efectivamente, se dan estas situaciones. Y, para proceder a identificarlas, se analizarán los principales indicadores entre los considerados como más relevantes para determinar la posible segregación horizontal y vertical por género en la Universitat de les Illes Balears y todo ello a partir del curso 1997-98 que es el primer año para el cual disponemos de datos estadísticos fiables. El Personal Docente e Investigador Los indicadores que se tomaron para el PDI6 se refieren a: • • • La estructura profesional: o número de hombres y mujeres por departamentos y porcentaje que representa cada género, o número de hombres y mujeres por categoría docente y por porcentaje que representa cada género, o cambios en las categorías docentes por género y porcentaje que representa cada género. La excelencia investigadora: o Número de memorias de investigación dirigidas por hombres y mujeres y porcentaje que representa cada género, o Número de tesis doctorales dirigidas por hombres y mujeres y porcentaje que representa cada género, o Dirección y participación en grupos de investigación y temática en cada caso, o Dirección y participación en proyectos de investigación y temática en cada caso. La representación: o Número de mujeres y hombres que ocupan cargos de gestión universitaria y porcentaje que representa cada género, o Número de hombres y mujeres que forman parte del claustro y porcentaje que representa cada género, o Número de hombres y mujeres que forman parte del Consell de Govern como miembros electos y porcentaje que representa cada género. Los indicadores para analizar el estado de la cuestión en el PAS son: • • La estructura profesional: o Número de hombres y mujeres según su vinculación con la UIB y porcentaje que representa cada género, La representación: 6 El análisis de datos del PDI se hizo comparando dos momentos temporales, el año 1997-98 y 2003-04. Oficina per a la Igualtat d’Oportunitats (2004). I Informe de Situació. Palma: Universitat de les Illes Balears. 8 o Número de hombres y mujeres que ocupan cargos de gestión y porcentaje que representa cada género, o Número de hombres y mujeres que forman parte del claustro y porcentaje que representa cada género, o Número de hombres y mujeres que forman parte del Consell de Govern como miembros electos y porcentaje que representa cada género. El análisis de la situación realizado en base a estos indicadores muestra que el profesorado (PDI) de la UIB es mayoritariamente masculino, en torno al 65%. En el año académico 1997-1998 (699 personas), el 66’95% (468) eran hombres y el 33’05% (231) eran mujeres. En 2003-2004, del conjunto de este personal (940), el 64’15% (603) son hombres y el 35’85% (337) mujeres. En términos generales puede decirse que, aunque el porcentaje de hombres ha disminuido y el de mujeres se ha incrementado a lo largo del periodo estudiado, la variación es de muy pequeña cuantía de modo que la plantilla de PDI de nuestra universidad sigue siendo bastante masculinizada. Gráfico 1. Porcentaje de PDI, por años académicos y género 80 70 66,95 64,15 63,23 61,74 60 50 40 36,77 35,85 38,26 MUJERES HOMBRES 33,05 30 20 10 0 1997/1998 2003/2004 2004/2005 2005/2006 Fuente: elaboración propia Al desglosarlo por Departamentos se constata una importante segregación horizontal, con 9 una elevada concentración de profesorado femenino en unos departamentos (como los de Enfermería, Biología, Ciencias de la Salud y Ciencias de la Educación) y profesorado masculino en otros (Departamentos de Biología Ambiental, Ciencias de la Tierra, Ciencias Matemáticas e Informática...). Gráfico 2. Porcentaje de PDI, por departamentos y género. Año académico 2005-2006 Enfermería y Fisioterapia 29,25 70,75 Filología Española, Moderna y Latina 37,5 62,5 Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación 38,75 61,25 Biología Fundamental y Ciencias de la Salud 42,42 57,58 Psicología 58 42 59,62 40,38 Derecho Público 63,27 36,73 Ciencias Históricas y Teoría de las Artes 34,72 65,28 34,55 65,45 33,96 66,04 Economia Aplicada Pedagogía y Didácticas Específicas Derecho Privado Química 71,43 28,57 Filosofía y Trabajo Social Biología Economia de la Empresa 27,5 72,5 26,87 73,13 76,39 23,61 Ciencias Matemáticas e Informática Ciencias de la Tierra 22,13 77,87 21,21 78,79 84,51 15,49 Física 0 10 HOMBRES 69,44 30,56 Filología Catalana y Lingüística General MUJERES 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Fuente: elaboración propia También se observa en este sector la existencia de segregación vertical, al analizar la distribución por género de categorías docentes. El porcentaje de mujeres es inferior al porcentaje de hombres para casi todas las categorías (si bien la presencia de mujeres se ha incrementado en el periodo analizado por la Oficina). Esta masculinización se agrava en las categorías superiores; es decir, se confirma la tónica general que puede observarse en el conjunto del país en cuanto al escaso número de Catedráticas de Universidad y que queda detalladamente descrita en los trabajos de las profesoras M. Antonia García y M. Luisa García (1998, 2001). Gráfico 3. Porcentaje de PDI, por categorías y género. Año académico 2006-2006 10 90 80,95 80 80 75 67,3 70 61,9 59,49 58,33 60 54,78 50 50 50 45,21 41,67 38,1 40 MUJERES 40,51 HOMBRES 32,7 30 25 20 19,05 20 10 em ér ito s/ -a s) (v isi ta nt es , As oc ia do s/ -a s O tro s Ay ud an te s co la bo ra do r/a Do ct or /-a Pr of es so r/a Co nt ra ta do /-a de Ti tu la r de U ni ve rs ita ria Es cu el a Un ive rs ita ria Es cu el a de Ti tu la r Ca te dr át ico /-a Ca te dr át ico /-a de Un ive rs id ad U ni ve rs id ad 0 Fuente: elaboración propia Si analizamos los datos absolutos a lo largo de todo el período de que disponemos de información, vemos que tanto el profesorado masculino como el femenino han crecido en todas las categorías excepto en las ayudantías; además, porcentualmente, la presencia de mujeres ha crecido más que la de hombres. Tabla 1. Número de PDI, por categorías, años académicos y género 11 MUJERES CU CEU TU TEU Contr. Dr. P. col. Ay. As. Otros Total HOMBRES 1997/1998 2003/2004 2004/2005 2005/2006 Variación 1997/1998 2003/2004 2004/2005 2005/2006 Variación 10 7 42 62 16 16 66 85 17 17 66 87 16 17 69 85 6 10 27 23 57 14 105 83 68 20 140 115 67 19 141 114 68 17 142 103 11 3 37 20 0 0 0 1 1 0 0 2 4 4 0 21 89 0 231 4 24 125 1 337 7 21 148 1 364 16 20 192 1 417 16 -1 103 0 32 177 0 468 11 30 214 5 603 12 31 234 6 626 26 28 282 3 673 26 -4 105 Fuente: elaboración propia En cuanto a los indicadores de excelencia investigadora, un primer dato en este sentido viene dada por la dirección de memorias de investigación y tesis doctorales. Como se puede observar en el siguiente gráfico, en el caso de las memorias de investigación el porcentaje de directoras está por debajo del 20% en los dos años académicos estudiados. En cuanto a las tesis, se ha más que triplicado el número de directoras en los dos períodos estudiados; aún así, tan sólo una tercera parte de las tesis doctorales presentadas en la Universitat de les Illes Balears en el año académico 2004/2005 han tenido una directora. Gráfico 4. Dirección de memorias de investigación y tesis doctorales, por género Dirección memorias 2003-2004 18,06 Dirección memorias 2004-2005 78,24 15,25 3,7 52,54 32,2 MUJERES HOMBRES NO CONSTA Dirección tesis 2003-2004 13,07 86,93 Dirección tesis 2004-2005 34,04 0 10 20 65,96 30 40 50 60 70 80 90 100 Fuente: elaboración propia De acuerdo con los datos ofrecidos por la Oficina de Suport a la Rercerca (Oficina de 12 Apoyo a la Investigación), durante el curso académico 2004/2005 había en la UIB 90 grupos de investigación, de los cuales 73 (81,11%) estaban dirigidos por un hombre y 17 (18,89%) por una mujer. En estos grupos participan un total de 740 personas de las cuales sólo 280 son mujeres. Al diferenciarlos por ámbitos de conocimiento, vemos que en todos los casos hay una mayoría de investigadores principales, siendo el ámbito de Humanidades el que cuenta con un mayor porcentaje de investigadoras principales (en torno al 40%). En cuanto a los miembros de los grupos de investigación, en Ciencias de la Educación y Psicología, hay más de un 50% de miembros que son mujeres; en Humanidades y Ciencias Sociales y Jurídicas, éstas representan más de un 40%; en el caso de Ciencias Biomédicas y Ciencias Experimentales el porcentaje no llega al 40%. Gráfico 5. Dirección y participación en grupos de investigación, por ámbitos de conocimiento y género 250 219 200 150 122 IP MUJERES IP HOMBRES EQUIPO MUJERES EQUIPO HOMBRES 100 76 73 58 57 50 42 34 17 5 8 4 32 19 13 2 12 0 3 6 0 Humanidades Ciencias Sociales y Jurídicas Ciencias de la Educación y Psicología Ciencias Biomédicas Ciencias Experimentales y Técnicas Fuente: elaboración propia En cuanto a los proyectos de investigación, de acuerdo con los datos que pueden extraerse de los catálogos de investigación de la UIB de 2002 y 2003, la situación es muy semejante. Así, menos del 10% de los proyectos en el marco de la Unión Europea y alrededor de un 20% de los proyectos nacionales tienen una investigadora principal y alrededor del 30% de los miembros de los equipos investigadores son mujeres. 13 Gráfico 6. Proyectos de investigación, por tipo de financiación, año y género. 700 660 600 545 500 400 MUJERES 2002 HOMBRES 2002 MUJERES 2003 HOMBRES 2003 300 215 212 200 128 110 100 37 34 31 4 30 3 0 Proyectos de investigación en el marco de la unión europea (IP) Proyectos financiados por el gobierno español y por el Govern de les Ille Balears (IP) Proyectos financiados por el gobierno español y por el Govern de les Ille Balears (equipo) Fuente: elaboración propia Finalmente y por lo que se refiere a la presencia de PDI en cargos de gestión y dirección universitaria, podemos decir que ambos tipos de cargos están ocupados mayoritariamente por hombres, con la excepción de las secretarias de facultad. Gráfico 7. Cargos de gestión de la UIB, por categoría, año académico y género 18 16 16 14 13 12 12 11 10 MUJERES HOMBRES 8 7 6 6 6 5 6 5 4 4 4 4 3 2 2 2 1 0 de fa cu Se lta cr eta d r i D os ire /-a ct sd or ef es /-a ac ul sd tad ee sc ue la un D iv ire er cto sit ar re ia s/as de Su de bd pa ire rta ct m or en es to /-a sd ed ep Se ar cr ta et m ar en io to s/as de de pa rta m en to de fa cu lta d V ice de ga no s/as D eg an os /-a s Vi ce rre cto ra do Re cto ra do 0 14 Fuente: elaboración propia En los órganos de dirección, la representación del PDI tiene un componente masculino muy elevado, a pesar de que el predominio es claramente superior entre el personal docente doctor y más matizada en el caso del resto de personal docente. Gráfico 8. Representantes del PDI. Any académico 2003-2004 Consell de Govern-grupo a 14,29 Claustre-grupo a 85,71 30,2 69,8 MUJERES HOMBRES Consell de Govern-grupo b 50 Claustro grupo b 50 57,11 0 20 42,86 40 60 80 100 120 Fuente: elaboración propia El Personal de Administración y Servicios En cuanto al personal de administración (PAS), una primera aproximación nos muestra que las mujeres son mayoría, ya que, del total de este personal (519 personas), las mujeres representan un 64'74% (336 mujeres) y los hombres un 35’26% (183 hombres). Sin embargo, esta alentadora cifra queda deslucida al ver en qué categorías profesionales se concentran hombres y mujeres en el caso del PAS laboral y contratado, dándose segregación horizontal significativa en este colectivo: las mujeres copan categorías como telefonista, personal de limpieza… y los hombres otras categorías como: oficial, programador/-a operador/-a de informática… perpetuándose de este modo los estereotipos de género. 15 Gráfico 9. PAS según vinculación con la UIB, por género. Año académico 2005-2005 90 85,29 80 70 64,74 61,11 60 56,32 52,04 47,96 50 MUJERES 43,68 HOMBRES 38,89 40 35,26 30 20 14,71 10 0 Funcionario/-a de carrera Personal laboral Personal contratado capítulo 1 Personal contratado capítulo 6 Total Fuente: elaboración propia Los datos nos permiten ver que también en este sector se da el fenómeno de la segregación vertical, especialmente por lo que se refiere a los puestos de gestión. Si bien en éstos el 85’71% de las personas que ocupan cargos de administración de centro son mujeres, las direcciones de servicio y otros lugares de gestión son ocupados por hombres. Gráfico 10. Cargos de gestión de la UIB. Año académico 2003-2004 16 90 85,71 81,82 80 75 70 60 50 MUJERES HOMBRES 40 30 25 18,18 20 14,29 10 0 Administradores/-as de centro y jefes/-as de servicio Direcciones de servicios Otros (direcciones de oficinas…) Fuente: elaboración propia Lo mismo ocurre con los cargos de representación de este colectivo, que a pesar de su fuerte feminización, los miembros de este colectivo delante del Claustre y del Consell de Govern son en su mayoría hombres, con un 64'86% y un 75% respectivamente. Gráfico 11. Representantes del PAS. Año académico 2003-2004. 80 75 70 60,87 60 50 40 39,13 Mujeres Hombres 30 25 20 10 0 Claustro Consell de Govern Fuente: elaboración propia Así pues, cabría analizar cuales son las causas de la segregación horizontal y vertical por 17 género entre el PAS y el PDI de la UIB y formular una serie de alternativas que permitieran corregir la tendencia seguida por esta institución a lo largo de su existencia. En primer lugar, que la UIB siga perseverando en sus esfuerzos para ofrecer todos sus datos desagregados por género. Como hemos podido ver, los datos ya recogidos muestran que en la UIB, tal y como sucede en otras universidades del Estado español y de la Comunidad europea, se da una segregación tanto horizontal como vertical. Según nuestra opinión, las dos hipótesis que nos permiten comenzar a analizar las causas de esta situación son, por un lado, la división del trabajo entre mujeres y hombres desde el punto de vista productivo que hace que las mujeres todavía tengan asignadas las tareas de cuidado inmediato de la vida humana, mientras que los hombres tienen asignadas tareas que no guardan relación inmediata con los procesos vitales pero que crean las condiciones para su desarrollo, división que tiene su reflejo en la vida pública y también en la misma universidad de forma que hombres y mujeres se distribuyen en las diferentes carreras siguiendo estos patrones tradicionales de roles de género. Es decir, las mujeres se concentran en estudios y profesiones relacionados con el cuidado y la atención a las personas (como la educación o la enfermería) y menos prestigiados socialmente, y los hombres en aquellos relacionados con el control del entorno natural o social (como las ingenierías) y con mucho más prestigio social. Referencias bibliográficas ÁLVARO, M. (coord.) (1994). Propuesta de una sistema de indicadores sociales de igualdad entre géneros. Madrid: Instituto de la Mujer. COMISIÓN EUROPEA. DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN (2001). «Promover la excelencia mediante la integración de la igualdad entre géneros». Informe del Grupo de trabajo de ETAN sobre las mujeres y la ciencia. Luxemburg: Oficina de Publicacions Oficials de les Comunitats Europees. Disponible en http://www.cordis.lu/rtd2002/science-society/women.htm GARCÍA DE CORTÁZAR, M. L.; GARCÍA DE LEÓN, M. A. (1997). Mujeres en minoría. Una investigación sociológica sobre la catedráticas de universidad en España. 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