Alimentos ricos en grasa: ACEITES COMESTIBLES Los aceites comestibles son productos de origen animal, vegetal, o de la mezcla de ambos, cuyos componentes principales son los triglicéridos representando más del 95% del peso de la mayoría de las grasas alimentarias en la forma en la cual son consumidas, pudiendo contener otras sustancias en proporciones menores, no se disuelven en el agua y se obtienen mediante el proceso de refinado, blanqueado y deodorizado (aceites refinados). Aunque también existen aceites “vírgenes” que conservan el sabor de la fruta o semilla de la que son extraídos. Algunos de los ácidos grasos más comúnmente presentes en los aceites y grasas naturales son el butírico, laurico, palmítico, esteárico, oleico y linoleico. El número relativo de estos diversos ácidos grasos y su particular ubicación en las moléculas de glicerol determinan diversas características. Los aceites son líquidos a temperatura ambiente los cuales también pueden ser calificados como grasas “insaturadas”. Esto no quiere decir que todos los ácidos grasos de ese producto en particular sean insaturados, sino simplemente que hay en general una elevada proporción de ácidos grasos insaturados, suficiente para hacer que ese producto específico sea líquido. El tamaño de la cadena, o el número de átomos de carbono de un ácido graso, también tienen una gran influencia sobre si una grasa es sólida o liquida. La mayoría de los ácidos grasos tienen de 4 a 22 átomos de carbono, fundamentalmente en número par. Los productos que contienen elevadas proporciones de ácidos grasos de cadena corta (4-12 átomos de carbono) son propensos a estar en estado líquido. Existen diversos aceites animales, como los aceites de ballena, de foca o de hígado de bacalao que han llegado a consumirse pero actualmente en la cocina ya sea para freír, asar, aromatizar, hacer masas al horno, conservas, marinadas, ensaladas, etc. sólo se utilizan aceites vegetales, extraídos de semillas, de frutas o de raíces. Los más comunes son los aceites de oliva, canola, cártamo ajonjolí, algodón, maíz y girasol, que presentan elevadas concentraciones de ácidos grasos insaturados como el ácido oleico (C18:1), linoleico u omega 6 (C18:2) y pequeñas cantidades (<2%) de linolenico u omega 3 (C18:3), excepto el de soya que puede contener hasta el 10% y el de cacahuate con el 30%. Solo las grasas de coco y palma contienen ácidos grasos saturados de 12 carbonos o menos, hasta el 55% de ácido laurico (C12:0) y entre 11 y 18% de caproico (C6:0), caprílico (C8:0) y cápríco (C10:0) juntos. La mayoría de los aceites no refinados contienen cantidades relativamente elevadas de ácidos grasos libres (cualquier ácido graso no unido a glicerol en un aceite o grasa). Una cantidad típica para el aceite de soya bruto es de 0,5 a 1,5%. El aceite bruto de palma contiene del 3,0 al 5,0% de ácidos grasos libres. Los aceites y grasas refinados que están listos para el uso en alimentos tienen habitualmente un nivel de ácidos grasos libres inferior al 0,05%.