• en sociedad • • espacio æquitas LA GUARDA DE HECHO A necesidad de hacer frente a la protección y cuidado de las personas dependientes ha generado la regulación de figuras como la tutela, la patria potestad o la curatela. En los últimos años está cobrando cada vez mayor fuerza la guarda de hecho, una institución que no precisa tantos trámites legales. La Fundación Æquitas pretende difundir sus beneficios. L • ‘La Guarda de hecho y la protección de las personas con discapacidad’ A Fundación Æquitas, en colaboración con la editorial universitaria Ramón Areces, ha editado el libro “La Guarda de hecho y la protección de las personas con discapacidad” en su colección “Por Más Señas. La Llave”. La obra, cuyo autor es Cristóbal Francisco Fábrega Ruiz, fiscal de la Audiencia Provincial de Jaén y Profesor Asociado de Derecho Civil de la Universidad de Jaén, fue finalista del IV Premio Æquitas de Investigación Jurídica. L REDACCIÓN L A GUARDA de hecho es una institución que, aunque existía ya en la dinámica social, se introdujo y reconoció en el Código Civil en 1983, con la intención de regular jurídicamente a aquellas personas que cuidaban de otras, careciendo de nombramiento como tutor o curador. De forma completamente voluntaria, el guardador se encarga del cuidado de un menor o de un adulto que, sin estar legalmente incapacitado, no puede valerse por sí mismo. Para el Fiscal Cristóbal Fábrega, autor de “La Guarda de Hecho y la Protección de las personas con discapacidad”, el hecho de que estos individuos no requieran un reconocimiento legal de incapacitación explica su eficacia. “Son escasas las sentencias de incapacitación que se producen en la práctica, por lo que la importancia de esta institución es innegable. Su extensión está provocada por la desconfianza hacia las formalidades legales, el desconocimiento social y el temor a las costas del procedimiento”. En su obra, Fábrega expone con ejemplos concretos las ocasiones en que la guarda de hecho es idónea. “Supongamos una persona humilde que carece de bienes, vive en un pueblo donde todos le quieren, y administra bien una pensión que recibe, ahorrando incluso. O un anciano internado en una Escritura 72 PÚBLICA Cada día son más numerosas las personas al ciudado de otras que no son de su familia. residencia, sin bienes en el exterior, cuya pensión va al pago de la misma, quedándole sólo unos euros para sus propios gastos. En estos casos, la declaración de incapacidad no viene a proteger nada que no esté ya protegido, no reporta ningún beneficio, provocando el perjuicio anímico de ver devalua- da su situación jurídica a cambio de nada. Hay causa de incapacidad, pero no motivo para incapacitar ya que las necesidades de autogobierno de la persona están totalmente cubiertas”. Por sus especiales características, la Guarda de Hecho cubre a la perfección las necesidades de determinados colectivos, como el de personas mayores, como sostiene Isabel Zurita Martín, profesora de Derecho Civil. “La guarda de hecho es hoy especialmente utilizada en el campo de la ancianidad, un segmento poblacional que está en continuo aumento debido al desarrollo de la esperanza de vida experimentado en los últimos tiempos”. Sin embargo, esta importante trascendencia social no va acompañada por una regulación suficientemente amplia que le permita la utilización de todo su potencial como tal mecanismo protector, como arguye Rafael Leña, notario jubilado, patrono de la Fundación Æquitas y miembro de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia. “Hay que buscar solución a los múltiples problemas que plantea la escasa e insuficiente regulación legal de esta figura. Debemos buscar caminos anchos y flexibles para proteger los intereses personales y patrimoniales del discapacitado, en todos los supuestos y situaciones en que éste pueda encontrarse y no solo en los estereotipados jurídicamente”. El principal obstáculo al que se enfrenta la Guarda de Hecho para su actuación en el tráfico jurídico es el derivado de la constatación de su existencia. La realización de actividades de carácter fundamentalmente patrimonial (gestión de cuentas bancarias, firmas de contratos de arrendamiento de cosas o servicios, incluso el acceso a escritura pública de determinados actos dispositivos) es difícil sin un documento que acredite las facultades de administración de una persona que carece de representación legal. Con el fin de paliar esta carencia, se han buscado mecanismos extrajudiciales que la solventen basados en la jurisdicción voluntaria o la fe notarial. El procedimiento de jurisdicción voluntaria precisa de una resolución judicial que declare frente a terceros la existencia de una situación de guarda de hecho. El principal problema es que la actividad jurisdiccional es demasiado lenta para la resolución de los problemas que se van presentando. Otro mecanismo es la utilización del acta notarial de notoriedad. Las circunstancias que debe probar el notario son variadas: valorar la capacidad civil o legal de la persona guardada; probar la inexistencia de incapacitación; demostrar el ejercicio prolongado en el tiempo de la guarda de hecho... El notario practicará cuantas pruebas estime necesarias y en el acta hará constar la declaración de ■ dos testigos. El guardador se encarga del cuidado de un anciano o de una persona que no puede valerse por sí misma Escritura PÚBLICA 73