Recurso de casación para la unificación de doctrina núm

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Recurso
de
casación
para
la
unificación
de
doctrina
núm.
4480/2004.
Ponente: Excmo. Sr. D. Jesús Gullón Rodríguez
PRESTACIONES POR INCAPACIDAD PERMANENTE: revisión: suma de dolencias
derivadas de distintas contingencias; concesión de la nueva prestación por ser
innecesario tener cubierto el período de carencia.
El TS estima el recurso de casación para la unificación de doctrina (núm. 4480/2004)
interpuesto por doña Teresa contra la Sentencia de fecha 22-07-2004, del TSJ de
Andalucía, que casa y anula en el sentido que se indica en el último fundamento de
derecho, dictada en autos promovidos por la recurrente contra el INSS y otros, sobre
prestaciones por incapacidad absoluta.
En la Villa de Madrid, a catorce de febrero de dos mil seis.
Vistos los presentes autos pendientes ante esta Sala en virtud de recurso de casación
para la unificación de doctrina interpuesto por el Letrado D. Pedro Javier Casado
Galán, en nombre y representación de Dª Teresa, contra la sentencia de 22 de julio de
2004 dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
con sede en Sevilla en el recurso de suplicación núm. 141/04, interpuesto frente a la
sentencia de 21 de octubre de 2003 dictada en autos 19/03 por el Juzgado de lo
Social núm. 8 de Sevilla seguidos a instancia de Dª Teresa contra el Instituto Nacional
de la Seguridad Social, la Tesorería General de la Seguridad Social, el Ayuntamiento
de Villanueva del Río y Minas y Mutua Fremap, sobre Invalidez.
Ha comparecido ante esta Sala en concepto de recurrida, el Instituto Nacional de la
Seguridad Social representado por el Letrado D. Andrés Trillo García.
Es Magistrado Ponente el Excmo. Sr. D. Jesús Gullón Rodríguez.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO Con fecha 21 de octubre de 2003, el Juzgado de lo Social núm. 8 de Sevilla,
dictó sentencia cuya parte dispositiva es del siguiente tenor literal: «Que estimando la
demanda interpuesta por Dª Teresa contra INSS, TGSS el Excmo. Ayuntamiento de
Villanueva del Río y Minas y la Mutua FREMAP debo declarar y declaro el derecho de
la actora a percibir las prestaciones de Incapacidad permanente Absoluta en la
cuantía del 100% de la base reguladora fijada inicialmente en la IPT que venía
percibiendo, condenando a los demandados a estar por dicha declaración y al INSS. y
la TGSS. al abono de las correspondientes prestaciones en la cuantía legal y
reglamentariamente le corresponda y efectos determinados en la presente resolución
(19-08-2002)».
En la anterior sentencia se declararon probados los siguientes hechos:
«I.-Dª Teresa, con DNI núm. NUM000 fue declarado en situación de Incapacidad
Permanente Total para su profesión habitual de limpiadora derivada de la
contingencia de Accidente de Trabajo por resolución del INSS. de 19/11/1997, con
derecho a percibir una prestación vitalicia equivalente al 55% de una base reguladora
de 76.407 ptas. (f.15-16).
II.-Tal resolución traía causa de informe propuesta emitido por el EVI de fecha
15/7/1997 en el que se reconocía a la actora afecta del siguiente cuadro clínico
residual: "Lumbalgia post-traumática por fractura de L4 consecuencia de accidente
laboral" (f. 16) sufrido cuando prestaba servicios para el Ayuntamiento de Villanueva
del Río y Minas (f.31).
III.-Solicitada por la actora la revisión, por agravación, del grado de incapacidad
permanente que le fue reconocido, el INSS dictó resolución el 16/10/01 expresando
que no existía variación del estado de sus lesiones derivadas de accidente de trabajo,
pero que al haber aparecido nuevas dolencias derivadas de enfermedad común, se
procedía instruir de oficio expediente de incapacidad por enfermedad común (f.80).
IV.-Tal resolución traía causa de informe propuesta del EVI, en sesión, celebrada el
14/09/01, en la que se reconocía a la actora afecta del consiguiente cuadro clínico
residual: "secuelas de fractura de L4, espondiloartrosis; escoliosis D-L estructurada;
Protusión discal C5-C6: PD T6-T8; Hernia discal L4-L5-S1; Ca. de mama derecha y
Depresión (f. 129)". Conforme a tales secuelas, el EVI proponía declarar a la actora
afecta de Invalidez Permanente Total por accidente de trabajo e Incapacidad
Permanente Absoluta derivada de enfermedad común. Propuesta que fue aceptada por
el INSS el 14/09/2001 (f.129).
V.-El INSS dictó resolución el 18/01/02 denegando el abono de prestación alguna por
la IPA reconocida como derivada de enfermedad común al entender que la actora no
reunía el período de carencia genérica ni específica para causar la prestación (f. 69).
VI.-Con fecha 15/11/2001, la actora interpuso reclamación previa contra la expresada
resolución interesando que la base reguladora de la prestación de IPA reconocida
debía ser la que se determinó en su día para la IPT derivada de accidente de trabajo.
VII.-Por resolución expresa de la Entidad Gestora demandada de 1/03/02 se
desestimó tal pretensión (f. 106). Resolución que fue notificada a la actora el
14/03/02.
VIII.-Con fecha 19/11/02 se formula nueva reclamación previa por la actora del tenor
que obra a los folios 4 y 5 de los autos que se da por reproducida en aras a la
brevedad. Reclamación desestimada por resolución expresa de 20/12/02 (f. 114). Con
fecha 9/01/03 tiene entrada en el Juzgado Decano la demanda que da origen a las
presentes actuaciones. Demanda ampliada el 16/05/03 (f. 127-128) a requerimiento
del juzgador interesando una sentencia que declare su derecho a percibir la prestación
de Invalidez Permanente Absoluta conforme a la base reguladora de IPT en la cuantía
del 100% de la misma desglosada de la siguiente forma: 25% de la base reguladora
fijada inicialmente para la prestación de IPT derivada de accidente de trabajo a cargo
del INSS sumada al 75% de la citada base reguladora que ya viene abonando la
Entidad Gestora.
IX.-En la fecha del Accidente de Trabajo sufrido por la actora la contingencia de
enfermedades profesionales estaba cubierta por el INSS».
SEGUNDO Posteriormente, con fecha 22 de julio de 2004, la Sala de lo Social del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía con sede en Sevilla, dictó sentencia en la
que consta la siguiente parte dispositiva: «Estimamos el recurso de Suplicación
formulado por el Sr. Letrado de la Administración de la Seguridad Social y revocamos
la sentencia dictada en los autos 19/03 por el Juzgado de lo Social número ocho de
los de Sevilla, promovidos por Dª Teresa, contra Instituto Nacional de la Seguridad
Social, Tesorería General de la Seguridad Social, Excmo. Ayuntamiento de Villanueva
del Río y Minas y Mutua Fremap, y desestimamos la demanda interpuesta por Dª
Teresa».
TERCERO Contra la sentencia dictada en suplicación, se formalizó, por la
representación procesal de Dª Teresa el presente recurso de casación para la
unificación de doctrina, que tuvo entrada en el Registro General de este Tribunal
Supremo, el día 4 de noviembre de 2004, alegando la contradicción existente entre la
sentencia recurrida y la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Castilla y León sede Valladolid de fecha 9 de octubre de 2001 (AS 2001,
4254) y la infracción de lo establecido en el artículo 138.3 y 138.2 b) de la LGSS (RCL
1994, 1825).
CUARTO Por providencia de esta Sala de 15 de septiembre de 2005, se admitió a
trámite el presente recurso, dándose traslado del mismo a la parte recurrida para que
formalizara su impugnación en el plazo de diez días.
QUINTO Evacuado el trámite de impugnación por la representación del Instituto
Nacional de la Seguridad Social, se dio traslado al Ministerio Fiscal para informe,
dictaminado en el sentido de considerar el recurso procedente, e instruido el Excmo.
Sr. Magistrado Ponente, se declararon conclusos los autos, señalándose para la
votación y fallo el 9 de febrero de 2006, fecha en que tuvo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO Tal y como consta en el relato de hechos probados de la sentencia del
Juzgado de lo Social número 8 de los de Sevilla, trascritos en los antecedentes de esta
resolución, la demandante fue declarada el 19 de noviembre de 1997 en situación de
incapacidad permanente total para su profesión habitual de limpiadora, a causa de
accidente de trabajo. La situación clínica resultante que condujo a esa declaración fue
la siguiente: «lumbalgia post-traumática por fractura de L-4». La pensión señalada era
del 55% de una base reguladora de 76.407 ptas. mensuales y el riesgo de accidente
estaba cubierto por el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Solicitó revisión por agravación de sus dolencias, lo que determinó que interviniese el
Equipo de Valoración de Incapacidades de la Dirección Provincial del INSS. de Sevilla,
que en informe de 14 de septiembre de 2001 estimó que la situación de la trabajadora
a efectos médicos era la siguiente: «secuelas de fractura de L4. Espondiloartrosis.
Escoliosis DL estructurada. Protusión discal C5-C6. PD T6-T8. Hernia discal L4-L5S1. Carcinoma DE mama derecha y depresión». Con base en tal diagnóstico se
proponía una incapacidad permanente total derivada de accidente de trabajo y una
incapacidad permanente absoluta derivada de enfermedad común.
Por resolución del INSS. de fecha 18 de enero de 2002 se denegó a la demandante el
percibo de prestación alguna de incapacidad permanente absoluta derivada de
enfermedad común porque no reunía el período genérico mínimo de cotización de
quince años, ni el específico de que un quinto de ese período estuviese comprendido
dentro de los diez años inmediatamente anteriores a la fecha del hecho causante.
Disconforme con tal decisión planteó demanda de la que conoció el Juzgado de lo
Social a que antes se hizo referencia, que en sentencia de 21 de octubre de 2003
estimó la pretensión, declaró a la actora en situación de incapacidad permanente
absoluta para todo trabajo y condenó al INSS. y Tesorería General de la Seguridad
Social al pago de una pensión equivalente al 100% de la base reguladora
anteriormente fijada para la incapacidad total.
La sentencia de instancia fue recurrida en suplicación por el INSS, resolviéndose el
recurso en la sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía, sede de Sevilla de fecha 22 de julio de 2004 en la que, en esencia, se
reconoce que la demandante se encuentra incapacitada para todo trabajo, pero se
afirma que se estado, sus dolencias actuales antes reseñadas «no tienen su causa en
el traumatismo sufrido en el accidente, salvo, en todo caso, la hernia discal y si bien
existe una agravación importantísima de su anterior incapacidad permanente,
generadora de una Invalidez Permanente Absoluta, ésta no es consecuencia del
accidente de trabajo, no guarda relación o nexo causal con el mismo... y en
consecuencia, precisa reunir el requisito de carencia...».
SEGUNDO Frente a esta sentencia se ha interpuesto el presente recurso de casación
para la unificación de doctrina por la demandante, en el que se invoca como sentencia
contradictoria la dictada por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de
Castilla y León, sede de Valladolid, de 9 de octubre de 2001 (AS 2001, 4254) , en la
que aparece una identidad sustancial de hechos fundamentos y pretensiones en
relación con la recurrida, tal y como exige el artículo 217 de la Ley de Procedimiento
Laboral para la viabilidad del recurso. En la sentencia de la Sala de Valladolid se trata
también de un trabajador que sufrió el 2 de noviembre de 1988 un accidente de
trabajo a causa del que fue declarado en situación de incapacidad permanente total
para su profesión habitual de albañil, haciéndose cargo del pago de la pensión la
Mutua Patronal. Años más tarde, en 1993, solicitó el trabajador revisión por
agravación que le fue denegada. Nuevamente pidió esa revisión en el año 2000, que
también le fue denegada. La sentencia de contraste comienza por afirmar que la
situación incapacitante actual del trabajador no cabe encuadrarla como derivada de la
contingencia de accidentes de trabajo, pero dicho esto, el estado de incapacidad
absoluta que presenta, procedente de revisión de incapacidad total, determina que se
valore el estado del beneficiario en su conjunto, sin que sea exigible una situación de
alta o acreditar un período mínimo de cotización, por lo que termina admitiendo la
agravación postulada e imputando al INSS. el pago del 45% de la pensión,
manteniéndose el 55% a cargo de la Mutua Patronal por la incapacidad total derivada
de accidente de trabajo. Como puede verse, las situaciones son sustancialmente
iguales, y sin embargo las sentencias comparadas llegaron a soluciones
contrapuestas. Procede entonces que la Sala lleve a cabo su función unificadora
determinando la doctrina que resulte ajustada a derecho, tal y como exige el artículo
226 de la Ley de Procedimiento Laboral.
TERCERO El problema jurídico que se plantea en el presente recurso, como ha
quedado apuntado, se refiere a determinar si en aquellos casos en que el trabajador
ha sido declarado en situación de incapacidad permanente a causa de contingencia
profesional, puede más adelante, sin necesidad de estar en alta o situación asimilada
ni acreditar período de cotización desde la declaración de incapacidad, solicitar y
obtener la revisión por agravación porque concurren con las anteriores lesiones otras
dolencias que le hacen acreedor del nuevo grado de incapacidad.
Tal y como propone el Ministerio Fiscal en su informe, la doctrina ajustada a derecho
para resolver ese problema es la que se contiene en la sentencia de contraste, que
viene a coincidir con la que esta Sala de lo Social del Tribunal Supremo mantiene
desde su sentencia de Sala General de 4 de noviembre de 2004 (RJ 2005, 559) recurso
1045/2003).
En esta sentencia se parte y aplica la conocida y uniforme línea jurisprudencial sobre
concurrencia o solapamiento de dolencias derivadas de contingencias profesionales
con otras comunes, a efectos de valorar la situación invalidante que resulte, en la que
se sostiene que en el artículo 143.2 de la Ley General de la Seguridad Social (RCL
1994, 1825) cuando contempla la posibilidad de revisión de la incapacidad por mejoría
o por agravación, no se alude a «las lesiones», sino a la eventual alteración «del estado
invalidante», de lo que se desprende que tal expresión «estado» hace referencia a la
situación completa y global del incapacitado, no sólo a las concretas dolencias en que
se basó el reconocimiento anterior del grado inferior de invalidez (Sentencias de 9 de
junio [RJ 1987, 4320] y 1 de octubre de 1987 [RJ 1987, 6801], 18 de octubre de 1988
[RJ 1988, 8112], 13 de febrero de 1989 [RJ 1989, 742] ). Y más recientemente, las
sentencias de unificación de doctrina de 20 de diciembre de 1993 (RJ 1993, 9975)
(recurso 707/1993), 7 de julio de 1995 (RJ 1995, 5910) (recurso 1349/2003) y 27 de
julio de 1996 (RJ 1996, 6426) (recurso 711/1996). En ésta última se resume la
referida doctrina que la jurisprudencia ha venido admitiendo, con arreglo a la que,
como ya se ha dicho, todas las dolencias y secuelas del interesado han de ser
apreciadas conjuntamente, a los efectos de la revisión del grado de invalidez, aunque
tengan diferentes fuentes generadoras, pues «la incapacidad laboral constituye un
estado o situación personal de quien la sufre en relación con el trabajo a realizar, en
cuya conformación debe cobrar una relativa relevancia el factor originario de la
misma. En otras palabras, lo importante es saber, con certeza y de manera unitaria y
global si una persona se halla impedida para todo trabajo, para el propio de su
profesión habitual o para parte importante -más del 33%- de este último, con
independencia de la causa que la haya originado».
Esas referencias jurisprudenciales cabría completarlas, puesto que transitan en la
misma línea de unidad del estado invalidante del trabajador que solicita la revisión
por agravación, con tres sentencias que se refieren a la determinación de la base
reguladora en estos casos, con las sentencias de 12 de junio de 2000 (RJ 2000, 8322)
(Sala General, recurso 898/1999), 12 de noviembre de 2001 (RJ 2001, 9875) (recurso
37/2001) y las de 23 de septiembre (RJ 2003, 7190) y 1 de diciembre de 2003 (RJ
2005, 3334) (recursos 1971/2002 y 4268/2002, respectivamente).
Conviene también detenerse ahora en nuestra sentencia de 18 de febrero de 2002 (RJ
2002, 4359) (recurso 2424/2001), que contiene una doctrina sobre esta materia
próxima a la sentencia hoy recurrida en casación para la unificación de doctrina y
citada en ella, pero que fue modificada por la citada sentencia de Sala General de 4 de
noviembre de 2004 (RJ 2005, 559) , teniendo en cuenta que era la sentencia que en
ese recurso se invocó como contradictoria.
En esa sentencia de 18 de febrero de 2002 se trataba también de una revisión por
agravación de una incapacidad total derivada de accidente de trabajo, que se
pretendía revisar por agravación para obtener un resultado de incapacidad absoluta
derivada de contingencias comunes, sin que allí tampoco el trabajador estuviese en
alta o situación asimilada ni reuniese el período mínimo de cotización para cubrir esas
contingencias comunes. En ese caso, se obtuvo la invalidez permanente total derivada
de accidente laboral en 1978, con las siguientes secuelas: «artrosis D-11, D-12 y L-1»;
la revisión por agravación la reclamó en 1998 y le fue denegada por no hallarse en alta
ni en situación asimilada a la de alta en la fecha de solicitud de la revisión, y ello a
pesar de reconocérsele el siguiente cuadro clínico: «Cardiopatía isquémica con IAM
(inferior 1985, anteroseptal 1994). Angor prolongado grado III/IV en 1997 (enero): HTA
con afectación severa macro y microvascular. DMID. Hiperlipemia; Insuficiencia renal
crónica leve. Retinopatía diabética con afaquia en OI y AIT con secuela de disartria y
cataratas en ojo derecho». En este supuesto la repetida sentencia de esta Sala
entendió que el reclamante no tenía derecho a percibir las prestaciones
correspondientes a la invalidez absoluta que reclamaba, porque la situación nueva
acreedora de la incapacidad había surgido por limitaciones funcionales que nada
tenían que ver con la declaración de incapacidad total anterior, y por ello resultaba
exigible que el beneficiario reuniese los requisitos previstos para acceder a la
incapacidad absoluta derivada de enfermedad común.
Ciertamente que como se afirmó en nuestra sentencia de 22 de diciembre de 2003 (RJ
2003, 9206) (recurso 4662/2002) se trataba en aquélla sentencia de resolver en
relación con el análisis de unas lesiones concretas, valorándolas separadamente por
contingencias, común o profesional, pero realmente en ella, además de llevar a cabo
esa distinción, lo que se estableció fue una doctrina general, ya sostenida en otras
sentencias anteriores como la de 12 de junio de 2000 (RJ 2000, 8322) antes reseñada
-citada también en la sentencia recurrida aunque con fecha no correcta de 4 de juniocon arreglo a la que, de hecho, en estas situaciones se venía a separar por
contingencias el estado del beneficiario desdoblándolo a efectos de revisión de la
incapacidad, con lo que en realidad existía una situación compleja desde el punto de
vista jurisprudencial con aparentes proximidades, pero realmente con un fondo
contradictorio, puesto que, a la postre, en situaciones como la descrita en la repetida
sentencia de 18 de febrero de 2002 (RJ 2002, 4359) se estaba exigiendo en casos de
revisión por agravación desde la incapacidad total por contingencias profesionales
para conseguir una absoluta derivada de enfermedad común que el asegurado
cumpliese los requisitos previstos en el artículo 124 de la Ley General de la Seguridad
Social (RCL 1994, 1825) .
Esta situación, como ya se ha dicho, vino a resolverla la sentencia de Sala General de
4 de noviembre de 2004 (RJ 2005, 559) , en la que acoge de nuevo la doctrina antes
reseñada, con arreglo a la que ha de contemplarse el estado invalidante del
beneficiario declarado en incapacidad total derivada de accidente de trabajo en su
conjunto y si de ello se desprende que su situación es la de incapacidad absoluta,
aunque derivada de contingencia común, no cabe exigirle que en ese momento reúna
los requisitos previstos para acceder a esa prestación previstos en el referido precepto,
en relación con el 138 de la misma norma. No obstante también es preciso advertir
que, como se dijo en nuestra sentencia antes citada de 12 de junio de 2000 (RJ 2000,
8322) , normalmente en estos casos se trata de situaciones complejas en las que no es
posible establecer una regla única, ni aplicar una solución unitaria válida para todos
los supuestos. Por el contrario, para llegar a una solución correcta en cada caso es
preciso tener en cuenta las particularidades y circunstancias que en él concurren,
entre las que podrá resultar relevante el grado inicial de incapacidad reconocido, pues
no es lo mimo, por ejemplo, a efectos de exigir que se reúnan los requisitos del artículo
124 de la LGSS. para acceder a la nueva prestación por agravación que se parta de
una incapacidad parcial o que se haga, como en este caso, desde una total.
CUARTO En el caso que aquí ha de resolverse, la sentencia recurrida al estimar el
recurso de suplicación instado por el INSS. frente a la sentencia estimatoria de
instancia, exigió a la beneficiaria demandante que para acceder a la incapacidad
absoluta postulada debía reunir los requisitos previstos en las preceptos antes citados
-que son los que se denuncian en el recurso de casación para la unificación de
doctrina como infringidos- con lo que apreció que ese nuevo estado invalidante
procedía únicamente de contingencias comunes, no de la agravación de las lesiones
del accidente de trabajo que sufrió el 29 de septiembre de 1995, con lo que, de hecho,
separaba la situación incapacitante del trabajador, pues sólo la hernia discal L4-L5-S1
que padecía ex novo -se dice en el último párrafo del fundamento de derecho segundotenía relación con la fractura de L4 que determinó tras el accidente el reconocimiento
de la incapacidad total, pero no las restantes dolencias.
Sin embargo, aplicando la doctrina jurisprudencial antes citada, que es la que siguió
la sentencia de contraste, deberá estimarse el recurso de casación para la unificación
de doctrina planteado, pues el estado invalidante de la actora a que se refiere el
artículo 143.2 de la Ley General de la Seguridad Social (RCL 1994, 1825) exige que se
tenga en cuenta de forma unitaria su estado valorando su capacidad actual de trabajo
y si, como nadie niega, se encuentra en situación de incapacidad permanente absoluta
por agravación de la total derivada de accidente de trabajo, no cabe exigir ahora, en
este momento, que reúna los requisitos previstos en el artículo 124 LGSS para obtener
la prestación, como si se tratase de un nuevo acceso a ella derivada de un estado
incapacitante distinto del anterior. Debe decirse además que en estas situaciones el
beneficiario está percibiendo una pensión de Seguridad Social desde el momento
inicial, lo que pone de manifiesto que el vínculo, el nexo jurídico con la misma no se
ha roto, a lo que se añade en este caso que la trabajadora se encuentra en situación
de incapacidad permanente total para una profesión como la de limpiadora, lo que, de
hecho, hace que sean prácticamente ilusorias sus posibilidades de trabajar en
actividad compatible, y que además, está percibiendo (hecho probado octavo de la
sentencia de instancia) el 75% de la pensión, con lo que de alguna manera se viene a
reconocer esa práctica imposibilidad de colocación durante el percibo de la pensión de
incapacidad total.
QUINTO Lo argumentado hasta ahora comporta que la sentencia recurrida haya de
casarse y anularse, y resolviendo el debate planteado en suplicación, tal y como exige
el artículo 226 de la LPL (RCL 1995, 1144, 1563) , desestimar el recurso de tal clase
interpuesto en su día por el INSS, confirmando la decisión adoptada en la sentencia
de instancia, sin que haya lugar a realizar pronunciamiento sobre costas.
Por lo expuesto, en nombre de SM El Rey y por la autoridad conferida por el pueblo
español.
FALLAMOS
Estimamos el recurso de casación para unificación de doctrina interpuesto por el
Letrado D. Pedro Javier Casado Galán, en nombre y representación de Dª Teresa,
contra la sentencia de 22 de julio de 2004 dictada por la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía con sede en Sevilla en el recurso de suplicación
núm. 141/04, interpuesto frente a la sentencia de 21 de octubre de 2003 dictada en
autos 19/03 por el Juzgado de lo Social núm. 8 de Sevilla seguidos a instancia de Dª
Teresa contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social, la Tesorería General de la
Seguridad Social, el Ayuntamiento de Villanueva del Río y Minas y Mutua Fremap,
sobre Invalidez. Casamos y anulamos la sentencia recurrida y resolviendo el debate
planteado en suplicación, desestimamos el de tal clase interpuesto en su día por el
INSS y confirmamos la sentencia del Juzgado de instancia. Sin costas.
Devuélvanse las actuaciones al Órgano Jurisdiccional correspondiente, con la
certificación y comunicación de esta resolución.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.-En el mismo día de la fecha fue leída y publicada la anterior sentencia
por el Excmo. Sr. Magistrado D. Jesús Gullón Rodríguez hallándose celebrando
Audiencia Pública la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, de lo que como
Secretario de la misma, certifico.
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