Recuadro El déficit exterior norteamericano y su

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CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
25
Recuadro
El déficit exterior norteamericano y su financiación: el papel creciente
de China y Oriente Medio y el retroceso de Japón
Un déficit exterior no puede acumularse indefinidamente, y tarde o temprano el signo
deficitario de una economía endeudada debe revertirse para cubrir los pagos internacionales. Eso
dice, al menos en su forma simplificada, esta consensuada máxima de la teoría económica
apoyada en numerosas investigaciones empíricas que señalan la imposibilidad de sostener de
forma permanente un déficit por cuenta corriente, y menos aún cuando supera el baremo del 5%
del PIB. Aún así, este axioma parece un arcaísmo de la teoría, al menos desde que Ben
Bernanke, el actual presidente de la Reserva Federal, sugirió en 2005 que el actual déficit de la
cuenta corriente norteamericana había producido más de un exceso de ahorro en el resto del
mundo que no de la caída del ahorro en EE.UU.
En efecto, la economía internacional se sostiene parcialmente por un inagotable consumo
norteamericano, lo cual genera en contrapartida un desequilibrio que todos los países con superávit
contribuyen a financiar, pese al riesgo de una devaluación correctora. Dos buenos motivos podrían estar
impulsando que este exceso de ahorro internacional se decante por colocaciones en activos de EE.UU.
En primer lugar, la tácita intención de sostener la demanda global, la cual se vería seriamente menguada
si una crisis debilitase el consumo norteamericano. La segunda razón radica en la debilidad y el
subdesarrollo que caracteriza el sistema financiero de los países emergentes. En este sentido, el ahorro
de estos países prefiere las colocaciones en activos norteamericanos como reserva de valor, porque
ofrecen instrumentos en condiciones más competitivas y con mayor respecto por los derechos de
propiedad que los países donde se originaron.
Gráfico 1. El déficit de la cuenta corriente norteamericana. 1980-2006
En porcentaje del PIB
A. Superávit/déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos
0,5 0,1 0,2
0,1
-0,2
-0,8
-1,1
-2,0
-1,8
-2,4
-2,8
-1,4
-1,3
-1,7 -1,5 -1,6 -1,7
-2,4
-2,4
-3,2
-3,3 -3,4
-4,5
-4,2
-3,8
-4,5
-4,8
-5,7
-6,4 -6,6
-7,0
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
B. Nuevo endeudamiento en porcentaje del PIB
0
-5
-10
-15
-20
-25
-30
-35
-40
-45
-50
0
-1
-4
-6
-9
-12 -13
-14 -15 -14 -14 -15 -16
-17 -17 -18
-20
-22
-25
-28
-31
-35
-38
-42
-46
1982
1984
1986
1988
1990
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
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Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 113 Marzo 2007
En este sentido, la economía norteamericana estaría gozando de un nivel de consumo muy
superior al que podría sostener cualquier país en una posición menos privilegiada. De hecho, los
EE.UU. arrastran un cuarto de siglo de déficit de la cuenta corriente prácticamente sin
interrupciones, hecho que pone en evidencia que este déficit, al contrario de lo que sugiere la
teoría convencional, ha sido financiado más allá de lo que cabría esperar. Así, el axioma que un
déficit exterior debería revertirse en el largo plazo parece más apropiado para señalar los límites y
las restricciones de los países menos privilegiados del globo.
La economía global se sitúa entre la espada del
déficit de los EE.UU y la pared de la contracción en
la demanda mundial que podría generar su
corrección
En todo caso, el cambio de nivel en el déficit que se observa desde el inicio del nuevo siglo, y
su agravamiento en 2005 y en 2006, parece señalar que esta situación difícilmente se puede
corregir sin una modificación abrupta de los hábitos de consumo y de ahorro de EE.UU. Así, la
disyuntiva actual de la economía global se caracteriza por tener como espada el desajuste global,
de origen norteamericano, financiado con el exceso de ahorro de los países con superávit, y como
pared, la contracción en la demanda mundial que podría generar una caída del consumo
norteamericano.
En esta nota se muestra que la situación actual del desequilibrio norteamericano no es nuevo
en la economía mundial, como tampoco lo es el hecho de que Asia sea el principal soporte del
déficit de EE.UU. Se muestra también que el déficit por cuenta corriente norteamericano ha
predominado desde la década de los ochenta, y la nota diferencial durante este último lustro
parece más un cambio de nivel. De todas maneras, así como antes la deficitaria economía de
EE.UU contó con la financiación de las regiones de Asia con superávit, básicamente los
exportadores de petróleo, Japón y los nuevos países industrializados (NIC), actualmente se
añaden al esfuerzo global el superávit de China y los esfuerzos de regiones en vía de desarrollo,
como África y América Latina. La Unión Monetaria Europea también ha contribuido al esfuerzo
global para financiar el déficit de EE.UU, pero su posición más equilibrada le ha dado un papel
menos hegemónico que el de sus vecinos asiáticos. Además, por lo que sugiere la información
estimada para 2006, la tímida recuperación europea parece ir acompañada de un cambio de
signo en su posición exterior, que la coloca más como un demandante que no como un proveedor
de ahorro mundial.
1. El déficit de la cuenta corriente de EE.UU: ¿alarma justificada?
EE. UU. arrastra un cuarto de siglo con déficit por
cuenta corriente, aunque en los años ochenta y
noventa fue moderado, en torno al 2% anual…
El saldo exterior norteamericano tiene números rojos desde hace casi un cuarto de siglo. De
todas maneras, pocas veces este déficit ha sido un motivo de preocupación para las finanzas
internacionales, entre otros motivos porque la poderosa economía norteamericana y la hegemonía
del dólar son avales con entidad suficiente para afrontar niveles de déficit y endeudamiento muy
superiores. Aún así, si bien la balanza por cuenta corriente fue negativa desde 1982, el déficit se
mantuvo siempre en niveles moderados, por debajo del 3%. Sólo en 1986 y 1987, junto a la crisis
bursátil, superó el 3% del PIB, mientras que se mantuvo por debajo del 2% los años restantes
hasta 1998.
CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
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Con la crisis asiática (1997) y la rusa (1998), empezó una política monetaria expansiva de la
Reserva Federal, que coincidió con el salto de nivel en el déficit de la cuenta corriente, el cual
superó el 6,6% del PIB en 2006 (estimación del FMI). De hecho, el crecimiento del
endeudamiento que este déficit ha generado ha sido progresivo hasta 1998, aproximadamente.
De esta forma, a partir del primer registro deficitario en 1982, la nueva deuda acumulada se elevó
hasta el 18%1 del PIB en 1997, con un aumento de menos de 1 p.p. del PIB anual, mientras que
entre 1998 y 2006 el aumento ha sido de 3,1 p.p. anuales.
…pero empezó a dispararse después de la crisis
asiática, hasta aproximarse a un 7% del PIB en 2006
Pero el desequilibrio durante este lustro, muy por encima de los moderados déficits anteriores a
2000, tiene suficiente entidad para despertar alarmas. Ya son siete los años que los EE. UU. registran
déficits cerca del 4%, y en 2005 y 2006 se están aproximando rápidamente a un 7% del PIB. La
proyección de esta tendencia, o la continuación del nivel actual de déficit por cuenta corriente, pone de
relieve la insostenibilidad de este desequilibrio. En efecto, si los EE. UU. mantuviesen una necesidad de
financiación internacional parecida a la de 2005, aproximadamente de aquí a 10 años la deuda
acumulada desde 1982 en adelante superaría su PIB.
La aceleración del déficit parece estar más
relacionada con la caída del ahorro norteamericano
que no con un exceso de ahorro global
Esta trayectoria del déficit por cuenta corriente parece estar más relacionada con la caída de la tasa
de ahorro interna que no con un aumento de la tasa de inversión. En efecto, como se desprende del
gráfico 2, si bien la tasa de inversión está repuntando desde el mínimo del 18,4% en 2002 hasta niveles
superiores al 20% en 2006, el gran aumento de la necesidad de financiación, que se inicia en 1998, se
explica especialmente por la caída de la tasa de ahorro. En efecto, el ahorro descendió desde el 18,3%
del PIB en 1998 hasta el 12,9% en 2005 y el 13,7% en 2006. De esta manera, entre 1998 y 2006, la tasa
de inversión se mantuvo en torno al 20,2% del PIB, mientras que la de ahorro se redujo casi 5 puntos
(desde el 18,3 al 13,7% del PIB). Esta brecha parece contradecir la afirmación de Bernanke de que al
menos una parte del déficit de EE.UU se explica por la caída de su ahorro interno, no únicamente por el
exceso de ahorro en el resto del mundo.
Gráfico 2. Ahorro-inversión en la economía norteamericana. 1980-2006
20,2
19,7
13,7
12,9
13,2
13
13,3
16,4
18,4
18,4
19,3
20,8
19,1
18
20,6
18,1
20,3
18,3
19,8
17,6
19,0
16,5
18,6
18,6
16
14,2
15
15,1
17,6
16,2
17,1
16,1
17,2
15
14,5
19,6
18,6
17,9
16,8
17,2
20,5
19,7
21,2
20,6
16,4
17
18,2
17,2
19
19,7
21
20,8
19,7
21,7
20,9
19,3
19,3
19,4
23
22,2
En porcentaje del PIB
11
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
Inversión
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
Ahorro Nacional
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
1
Calculado como el déficit de la cuenta corriente acumulado desde 1982 en adelante, en porcentaje del PIB de cada
año. No tiene en cuenta los cambios en la valoración de los activos.
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Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 113 Marzo 2007
2. ¿Quién genera y quién financia el déficit global?
Los EE.UU explican el 94% del déficit global (de los
principales países deficitarios), mientras que sólo el
Reino Unido, con un 6%, tiene una contribución
significativa
En EE.UU tienen, y han tenido desde los años ochenta, el mayor déficit internacional por
cuenta corriente. Tomando el déficit acumulado del periodo 2000-2006 de los principales países
deficitarios (a valores corrientes), el norteamericano explica más de un 94% del total (déficit de los
principales países deficitarios). Sólo el Reino Unido, con un 6%, contribuye significativamente a
este segmento de regiones deficitarias. España es más deficitaria que el Reino Unido, la segunda
después de EE.UU en orden de magnitud, con un déficit equivalente al 8,8% del norteamericano
en 2000-2006 (un 12% en 2006), a pesar de que no aparece en el gráfico 3 porque se encuentra
incluida dentro de la Eurozona, región con superávit.
De esta manera, en las décadas de los ochenta y los noventa, los EE.UU. han sido el
principal destino de los fondos internacionales (en los dos periodos), y explican las tres cuartas
partes y las dos terceras partes del déficit global, respectivamente. El Reino Unido ha sido
igualmente deficitario, y explica el 8 y el 9% del déficit internacional (de los principales países
deficitarios) los dos periodos. América Latina en los ochenta y, especialmente, los noventa es la
otra gran región que contribuyó al déficit de la cuenta corriente global, aunque ha dejado de ser
deficitaria en la década actual.
Japón, Oriente Medio y Suiza son los grandes
contribuyentes a la capacidad de financiación
internacional
Entre los países con superávit, destaca Japón con mayor aportación (dentro del superávit
acumulado de los principales países y regiones con superávit) en los tres periodos considerados
(51,5% en los ochenta, 58,1% en los noventa y 29,8% en 2000-2006). También los países
exportadores de petróleo, agrupados en la región del oriente Medio, contribuyen
significativamente durante la década de los ochenta, coincidiendo con el periodo de crisis del
petróleo, que para esta región representó una escalada de sus ingresos petroleros. Aún así, una
vez superada la crisis, el superávit se transformó en un déficit que representó un 5% del total de
los principales países deficitarios en los años noventa. En la década actual, los aumentos en el
precio y los ingresos petroleros han permitido a la región contribuir de nuevo al segmento de
países con superávit. En particular, un 23% del superávit se explica por la aportación de Oriente
Medio, que es el segundo mayor contribuyente. El tercer y cuarto contribuyentes al superávit
global en el periodo 2000-2006 también pertenecen al continente asiático. En efecto, en este
periodo, China y los Nuevos Países Industrializados (NIC) explican el 16,5 y el 14,7% del
superávit global. Coincidiendo con su desarrollo tardío, China empezó en los años noventa a
contribuir al superávit global, mientras que los NIC ya lo hacían desde la década anterior.
Además, el déficit de América Latina prácticamente ha desaparecido en este periodo, mientras
que África ha pasado de tener un ligero déficit en los ochenta y noventa a un modesto superávit
en el periodo actual.
CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
29
La Eurozona contribuye de forma positiva, aunque
modesta, al superávit global
Europa contribuye de forma positiva pero modesta al superávit global. La Eurozona ha
contribuido de forma positiva al superávit global en los tres periodos, aunque su aportación dista
de la que hacen Japón y Oriente Medio en los tres periodos, y de la aportación de China en la
actual década. En efecto, la contribución al superávit global (de los principales países con
superávit) de la Eurozona se ubicó alrededor del 11% en los ochenta, en el 10% en los noventa y
cerca del 4% en el periodo 2000-2006. Aún así, es preciso señalar que sumando la Eurozona al
superávit de Suecia y al déficit del Reino Unido, esta región resulta deficitaria, aproximadamente
en 4.000 millones de dólares. De todas maneras, al añadir a Suiza dentro de una región amplia
que aproxima el resultado de la capacidad o necesidad de financiación continental, el déficit se
transforma en un superávit de 34.000 millones de euros, equivalente a un 7,5% del superávit (de
los países con superávit seleccionados) en el periodo 2000-2006.
En 2006, la Eurozona ha pasado de contribuir con
un modesto superávit a un modesto déficit,
mientras que Oriente Medio y China han superado a
Japón
como
principales
proveedores
de
financiación
La distribución en la composición de los países con superávit se está modificando
rápidamente en los primeros años de esta década. En efecto, en 2006, la contribución resulta
sensiblemente diferente de la apuntada para el periodo 2000-2006. En la parte deficitaria del
balance global por cuenta corriente, el único cambio es que la Eurozona ha pasado a tener un
ligero déficit, de tan solo un 1% del total. Este primer resultado deficitario de la Eurozona coincide
con el aumento de su ritmo de actividad, lo cual sugiere que podría continuar en el futuro, si
perdura su recuperación actual. Los cambios más sensibles, además de este traslado de
modestamente positivo a ligeramente negativo de la Eurozona, se producen en las contribuciones
al superávit global por cuenta corriente. En particular, apoyado en los precios del petróleo, el
principal contribuyente al superávit global pasa a ser el Oriente Medio, con un tercio del total,
seguido de China, con más de un 22%, que se coloca frente a Japón (20%). Después de los
nuevos países industrializados y Suiza, que generan un 9 y un 6%, respectivamente, del superávit
global del año, se colocan los de América Latina (4% del superávit de los países con superávit) y
África (4%).
Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 113 Marzo 2007
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Gráfico 3. Principales contribuyentes al superávit y al déficit por cuenta corriente global.
1980-2006
En porcentajes del déficit o superávit de los principales países deficitarios y con superávit, respectivamente
100
Suiza
Oriente
Medio
80
Suecia
NIC
China
Eurozona
NIC
60
Suiza
Eurozona
Suiza
Oriente
Medio
Oriente
Medio
NIC
America
Latina
China
40
Eurozona
Japón
Japón
20
Suecia
Suecia
NIC
China
Japón
Japón
EE.UU
0
-20
EE.UU
EE.UU
-40
EE.UU
EE.UU
Oriente
Medio
-60
-80
Suecia
-100
America
Latina
1980-1989
America
Latina
Eurozona
1990-1999
2000-2006
2006
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
La capacidad y la necesidad de financiación se
multiplicaron por 2 entre los ochenta y los noventa,
y por 3 entre los noventa y la actualidad
En el gráfico 4 se observa la composición entre superávit y déficit global, pero en valores
absolutos (miles de millones de dólares). Así como el gráfico 3 permite distinguir la composición
de los principales contribuyentes a la necesidad y capacidad de financiación internacional, éste
permite distinguir el enorme cambio de nivel entre periodos. Entre el periodo 1980-1989 y 19901999, tanto el déficit como el superávit se han multiplicado por un factor de dos, y entre 19901999 y 2000-2006 por un factor de tres, que se eleva a cinco en 2006.
En 2006, el superávit de China excedió por primera
vez el de Japón
En términos absolutos se observa que el enorme superávit de la economía china, de 184.000
millones de euros en 2006, por primera vez ha superado en valores absolutos el de la economía
japonesa en 2006 (167.000 millones). La rapidez de la transformación se pone de manifiesto en el
hecho de que sólo en seis años el superávit chino ha pasado de representar una sexta parte del
japonés (20.000 millones de China en 2000, ante los 120.000 millones de Japón) hasta
prácticamente la igualdad.
CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
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Gráfico 4. Principales contribuyentes al superávit y al déficit de la cuenta corriente global. 19802006
En miles de millones de dólares. Principales países con superávit y deficitarios.
800
Suecia
Oriente
Medio
Suiza
600
Suecia
400
0
Oriente
Medio
America
Latina
China
Japón
Japón
EE.UU
NIC
China
Japón
Japón
EE.UU
-200
-400
NIC
Eurozona
200
Suiza
Reino Unido
America
Latina
EE.UU
EE.UU
-600
Reino Unido
-800
Eurozona
Reino Unido
-1000
1980-1989
1990-1999
2000-2006
2006
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
Japón ha contribuido a financiar la mitad y los dos
tercios del déficit norteamericano de los ochenta y
noventa, respectivamente…
En la década de los noventa, el gobierno japonés llevó a cabo una expansiva política de
gasto público, manteniendo un nivel de déficit que en muchos periodos se ubicó en el terreno de
los dos dígitos del PIB. Esta política condujo la deuda pública al nivel más alto de los países
avanzados, y aún así la administración no encontró ninguna dificultad para financiar estos inéditos
niveles de déficit fiscal, gracias a la fortaleza del sector público japonés y el inagotable ahorro de
sus ciudadanos. La economía norteamericana está encontrando una facilidad parecida para
financiar la expansión de la deuda, que en otro tipo de economías, sin contar con la fortaleza del
sector público ni con la reputación de su moneda, habría sido insostenible. Destaca que quienes
están financiando la expansiva política fiscal de Japón son los austeros consumidores japoneses,
mientras que en el caso de EE.UU, quienes financian el expansivo consumo de los ciudadanos
norteamericanos también son, curiosamente, los austeros consumidores asiáticos (abarcando el
Oriente Medio).
…pero pese a que su capacidad de financiación
saltó desde 100 mil millones de dólares a 160 mil, su
contribución disminuyó hasta el 23% en 2000-2006
Naturalmente, no tan solo han sido los japoneses que han contribuido a financiar estas dos
décadas de déficit norteamericano, pero su contribución ha sido, sin duda, relevante,
especialmente antes del año 2000. En efecto, en la década de los ochenta, Japón contribuyó con
aproximadamente el 55%2 a financiar el déficit norteamericano (periodo 1982-1989), cifra que en
los noventa se elevó hasta el 69% (1991-1999); es decir, una aportación de la mitad y las dos
terceras partes del déficit por cuenta corriente norteamericano en estas dos décadas,
2
Calculado como el promedio de las contribuciones anuales del Japón al déficit de EE.UU en los periodos 19821989, 1991-1999 y 2000-2006.
32
Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 113 Marzo 2007
respectivamente. Con el resurgimiento del déficit por cuenta corriente desde 1998, la contribución
de Japón a este déficit sigue siendo significativa, si bien en términos relativos es menor, puesto
que representa de media el 23% en el periodo 2000-2006. Es decir, a pesar de que la contribución
del superávit japonés se ha incrementado un 50% en valores corrientes (desde un superávit de
101 mil millones de dólares anuales entre 1995-1999 hasta 160 mil millones de media en los
cuatro últimos años), la contribución en términos relativos ha disminuido como consecuencia del
rápido crecimiento del déficit norteamericano. De hecho, para que el superávit de Japón hubiese
mantenido la proporción del déficit de EE.UU que tenía en el último lustro de los noventa (55,8%),
el superávit tendría que haberse multiplicado por cinco (desde 101 mil millones hasta cerca de
484) y en términos del PIB japonés tendría que haberse elevado por encima del 10% (desde un
ya elevado 3,7% en 2006).
Alta sincronización entre los superávits de Japón y
Suiza y el déficit de EE.UU, mientras que la
aportación de Oriente Medio ha sido más errática,
coincidiendo con los precios del petróleo, y que la
de China se inicia a mediados de los años noventa
Un aspecto a destacar de la trayectoria del déficit por cuenta corriente norteamericano es su
sincronización con el superávit de los dos grandes proveedores de ahorro internacional, Japón y
Suiza. En efecto, en el panel A y B del gráfico 5 se observan las trayectorias del déficit de EE.UU,
por una parte, y el superávit de Japón y Suiza, de la otra. El papel de Oriente Medio, en cambio,
no parece complementar de forma sincronizada la necesidad de financiación de EE.UU. De
hecho, en muchos periodos parece acompañar de forma pro-cíclica el déficit norteamericano
(panel C). En general, su contribución al superávit global parece depender estrictamente de los
precios del petróleo. De forma parecida, en el periodo de análisis, la sincronización entre China y
el déficit norteamericano (panel D) no es alta, y, de hecho, parece que tiene su inicio reciente a
mediados de los años noventa. De todas maneras, China no necesariamente ocupará el papel
que ahora cumplen Suiza y Japón como contrapartes del déficit de EE.UU, porque dependerá del
comportamiento del consumo interno de su economía en el futuro.
CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
33
Gráfico 5. El déficit norteamericano y la sincronización con el superávit de los principales países
con superávit. 1980-2006
Balanza por cuenta corriente en porcentaje del PIB de cada país o región
A. Japón y los EE. UU.
4,0
2,0
0,0
-2,0
-4,0
-6,0
1988
1990
1992
1994
EE.UU
Japón
1996
1998
2000
2002
2004
2006
1996
1998
2000
2002
2004
2006
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2006
1986
2004
1984
2002
1982
2000
1980
1998
-8,0
B. Suiza y los EE. UU.
15,0
10,0
5,0
0,0
-5,0
-10,0
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
EE.UU
1994
Suiza
C. Oriente Medio y los EE. UU.
25,0
20,0
15,0
10,0
5,0
0,0
-5,0
-10,0
-15,0
-20,0
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
EE.UU
1994
Oriente Medio
D. China y los EE. UU.
8,0
6,0
4,0
2,0
0,0
-2,0
-4,0
-6,0
EE.UU
Fuente: Caixa Catalunya a partir del FMI.
China
1996
1994
1992
1990
1988
1986
1984
1982
1980
-8,0
34
Informe sobre la coyuntura económica. Núm. 113 Marzo 2007
Algunas conclusiones
El alto nivel de consumo de EE.UU funciona como un motor de desarrollo de la economía
global que las principales economías emergentes están dispuestas a financiar. Este déficit no es
nuevo, ya que se arrastra a lo largo de un cuarto de siglo sin interrupciones, y tampoco es nuevo
que los países que se benefician del arrastre que genera su consumo estén dispuestos a
financiarlo. Japón lo hizo desde un principio y aún lo continúa haciendo, empezaron a hacerlo los
países de industrialización reciente en los años noventa y siguen haciéndolo y empezó a hacerlo
China desde mediados de los años noventa. Oriente medio contribuye, sin duda, a la capacidad
de financiación global, pero su contribución es más errática porque depende del precio del
petróleo. Así, parece que el desajuste norteamericano es más un beneficio que no un problema
para la economía global, aunque los niveles que está alcanzando desde 2000 pueden cambiar
esta faceta virtuosa por un serio problema para la economía global.
La caída del ahorro norteamericano y la predisposición de los países emergentes (China y
los países de industrialización reciente) y no emergentes (Suiza, Japón) y productores de petróleo
por financiarlo explican que los EE.UU no se enfrenten a la restricción externa que tiene cualquier
país menos privilegiado, y que no necesiten practicar un ajuste en el nivel de vida de sus
ciudadanos para revertir su desequilibrio externo. A esta correlación de fuerzas se refería
Bernanke al señalar que el déficit de EE.UU se explica por el exceso de ahorro global. Los EE.UU
se benefician, por una parte, del interés de los países proveedores para sostener la capacidad de
compra de su principal consumidor, y de la otra, de la competitividad y la reputación de su sector
financiero.
La preferencia por los instrumentos financieros norteamericanos podría explicar las
preferencias mundiales para financiar un déficit moderado de su cuenta corriente, como lo que se
registró hasta el inicio del presente siglo, pero difícilmente expliquen la predisposición para
financiar los niveles de déficit por encima del 6% que actualmente muestra la economía
norteamericana. En efecto, este nivel aumenta la probabilidad de un ajuste en el valor de la
moneda, y la decisión de algunos bancos centrales de países petroleros y de la misma China de
diversificar sus carteras de inversión entre instrumentos alternativos parece confirmar esta
intuición. Bajo el punto de vista de la economía global, está claro que la contracara de un déficit
por cuenta corriente es el superávit generado en otro país, y si bien actualmente el desequilibrio
de la economía norteamericana parece alcanzar niveles de riesgo, una corrección de este
desajuste requiere que surja alguna otra gran economía capaz de impulsar la demanda global. La
eurozona parece hacer los primeros pasos en este camino, después de mostrar en 2005 y en
2006 sus primeros registros deficitarios.
CAIXA CATALUNYA – Economía internacional
35
Anexo estadístico
Cuadro 6. Capacidad o necesidad de financiación. Principales países o
regiones. 1980-2006
En miles de millones de dólares corrientes media anual
1980-1989
1990-1999
2000-2006
2006
-9,48
-15,20
-1,23
-77,78
42,10
14,20
11,63
4,33
-9,96
-44,09
11,80
-122,47
99,45
-9,53
20,11
19,61
6,83
-3,64
76,12
-590,00
137,33
107,89
67,93
38,37
33,10
34,70
184,17
-869,13
167,27
282,10
78,50
50,74
-7,93
9,53
21,88
0,64
-1,97
-3,41
7,87
-5,40
-2,47
17,10
-14,80
11,53
-9,96
16,44
15,38
5,52
-22,17
15,69
55,95
10,70
-48,48
-2,46
28,81
-14,98
-68,20
-9,60
120,58
10,93
-100,58
-38,65
50,09
-25,63
Resto UE (exc Eurozona) -17,46
-19,57
Reino Unido
-7,90
-17,48
Suecia
-1,54
3,01
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
-37,86
-36,86
17,42
-58,60
-55,94
21,90
África
América Latina
China
EE.UU
Japón
Oriente Medio
NIC
Suiza
UE
Eurozona
Alemania
Bélgica
España
Francia
Holanda
Italia
Cuadro 7. Capacidad o necesidad de financiación como porcentaje del
déficit de EE.UU. 1980-2006
En porcentajes
1980-1989
1990-1999
2000-2006
2006
África
América Latina
China
EE.UU
Japón
Oriente Medio
NIC
Suiza
12,2
19,5
1,6
100,0
-54,1
-18,3
-15,0
-5,6
8,1
36,0
-9,6
100,0
-81,2
7,8
-16,4
-16,0
-1,2
0,6
-12,9
100,0
-23,3
-18,3
-11,5
-6,5
-3,8
-4,0
-21,2
100,0
-19,2
-32,5
-9,0
-5,8
UE
Eurozona
Alemania
Bélgica
España
Francia
Holanda
Italia
10,2
-12,3
-28,1
-0,8
2,5
4,4
-10,1
6,9
2,0
-14,0
12,1
-9,4
8,1
-13,4
-12,6
-4,5
3,8
-2,7
-9,5
-1,8
8,2
0,4
-4,9
2,5
7,8
1,1
-13,9
-1,3
11,6
4,4
-5,8
2,9
Resto UE (exc. Eurozona)
22,5
16,0
Reino Unido
10,2
14,3
Suecia
2,0
-2,5
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI.
6,4
6,2
-3,0
6,7
6,4
-2,5
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