infección nosocomial

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ARCHIVOS VENEZOLANOS DE PUERICULTURA Y PEDIATRÍA
Vol. 64 Nº 3, Julio - Septiembre 2001
ARTÍCULO DE REVISIÓN
INFECCIÓN NOSOCOMIAL
Huníades Urbina Medina*
Hospital "JM de Los Ríos"
RESUMEN: Infección nosocomial: Las infecciones nosocomiales son todas aquellas infecciones ocurridas
durante la hospitalización que no se estaban incubando o no estaban presentes al momento del ingreso
del paciente al hospital, además cualquier infección que haya sido adquirida en el hospital y se
manifieste una vez de alta el paciente, pudiendo ser producida por organismos endógenos o exógenos.
Las infecciones nosocomiales prolongan la estancia hospitalaria en una media de 9 días y producen
gastos adicionales debido a la implementación de métodos diagnósticos, tratamientos, etc., estimándose
que alrededor de la mitad de las infecciones nosocomiales se pueden prevenir mediante principios de
control de enfermedades. La piel, el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal de los pacientes
hospitalizados frecuentemente se colonizan con microorganismos que se derivan del medio hospitalario,
siendo reservorios potenciales las manos del personal hospitalario, el agua, los alimentos, las superficies
de las habitaciones, los baños, los otros pacientes y los sistemas de ventilación entre otros.
Entre las infecciones nosocomiales más comunes están: la infección urinaria, responsable del 40% del
total de infecciones intrahospitalarias producto de la manipulación de las vías urinarias. Las
enterobacterias, los enterococos, pseudomonas y hongos causan la gran mayoría de estas infecciones.
La infección de heridas quirúrgicas tempranas (24-48 horas) son más frecuentes por Estreptococo B
hemolítico o Clostridio. Las infecciones por estafilococo aparecen de 4 a 6 días después, y las
producidas por bacilos gramnegativos no aparecen al menos antes de una semana.
Las infecciones respiratorias se producen en el 0,5% al 5% de pacientes hospitalizados siendo la
Klebsiella, Enterobacter, Serratia, E. coli y Proteus los gérmenes más frecuentemente aislados.
Los catéteres intravenosos son la causa del 5% de infecciones nosocomiales, los microorganismos
pueden entrar en cualquier punto a lo largo del sistema intravenoso, la flora residente de la piel del
paciente es la responsable de las flebitis y bacteriemia asociada a la vía intravenosa. Las cirugías de
gran envergadura como neurocirugía y, cirugía cardiovascular presentan también gran riesgo de
infección intrahospitalaria dada la naturaleza de las intervenciones y la frecuencia con la cual se
implantan prótesis, susceptibles de ser colonizadas.
Se han descrito epidemias de infecciones gastrointestinales por contaminación de los alimentos
servidos a los pacientes recluidos estando involucrados E. coli, Salmonella y Shigella. El control de las
infecciones intrahospitalarias es un aspecto cada vez más importante y complicado en el cuidado del
paciente debiendo implementarse programas de educación continua en los procedimientos de control
de infecciones, contratar enfermeras bien entrenadas, ropa de uso exclusivo en los servicios y sobre
todo el lavado de manos y brazos antes y después del contacto con los pacientes.
Palabras clave: Infección. Nosocomial.
Las infecciones nosocomiales son todas aquellas
infecciones ocurridas durante la hospitalización que
no se estaban incubando o no estaban presentes al
momento del ingreso del paciente al hospital, además
cualquier infección que haya sido adquirida en el
hospital y se manifieste una vez de alta el paciente.
La infección nosocomial puede ser producida por
organismos endógenos (flora normal) o exógena
(objetos animados e inanimados del hospital). La
flora del paciente puede estar alterada en asociación
con la hospitalización y la enfermedad, siendo difícil
esta distinción. Los cuidados intensivos involucran
múltiples procedimientos invasivos médicos y quirúrgicos, accesos vasculares, cateterización urinaria,
diálisis, punción lumbar, drenajes ventriculares, etc.
Las infecciones asociadas con el lugar del procedimiento deben ser reconocidas como tales y reportadas.
Nosocomium es el término arcaico para denominar al
hospital y nosocomial es su adjetivo (1).
*Médico Pediatra Intensivista. Adjunto al Servicio de Terapia
Intensiva Hospital de Niños "J. M.de los Ríos".
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Las infecciones nosocomiales son producto del
progreso médico, al avanzar la tecnología médica
aumentan los procedimientos a los que se someten
los pacientes, a menudo con cierto riesgo de infección.
Las intervenciones terapéuticas asociadas a
complicaciones infecciosas incluyen: tratamiento
intravenoso, sondas urinarias, prótesis valvulares y
ortopédicas, cuidados intensivos, transplante de
órganos, tratamiento inmunosupresor y quimioterapia
antineoplásica (2,4).
La mayor supervivencia a enfermadades que antes causaban la muerte, ha dado lugar a una población
de pacientes con alto riesgo de contraer infecciones
por disminución de sus defensas en el espectro de
patógenos, y las nuevas modalidades diagnósticas y
terapéuticas han contribuido también a las infecciones
hospitalarias.
El objetivo de la epidemiología hospitalaria es el
control de las infecciones conociendo la incidencia y
prevalencia de las infecciones nosocomiales, las personas con riesgo de infección, las fuentes potenciales
y las vías de transmisión. La frecuencia de infección
varía considerablemente de acuerdo a la eficacia de
los sistemas de vigilancia y de la naturaleza del
hospital. En general los hospitales comunitarios
tienen menos índice de infección que los hospitales
de referencia, probablemente por el número mayor
de pacientes y las metas de tratamientos empleados
en estos últimos. Ya que las enfermedades infecciosas
son la razón más frecuente de ingreso en los servicios
de pediatría, la proximidad entre pacientes infectados
y aquellos con aumento de susceptibilidad a la
infección son causa de especial preocupación.
Las infecciones nosocomiales prolongan la
estancia hospitalaria durante una media de 9 días y
producen gastos adicionales debido a la implementación de métodos diagnósticos, tratamientos,
etc., estimándose que alrededor de la mitad de las
infecciones nosocomiales se pueden prevenir
mediante adherencia a rígidos principios, bien
establecidos, de control de infecciones. Las infecciones nosocomiales pueden ser producidas por
cualquier microorganismo potencialmente patógeno
(bacterias, virus, hongos, protozoos), sin embargo,
las bacterias de la flora saprofita del paciente son la
causa más común. Los antibióticos, pruebas
diagnósticas, tratamientos invasivos y enfermedades
subyacentes se combinan para alterar la flora del
paciente durante su hospitalización. La mayoría de
los estudios indican que los estafilococos y los bacilos
gramnegativos son responsables de la mayoría de las
infecciones nosocomiales, otros susceptibles de ser
adquiridos son los hongos (Candida) y los virus
(CMV, Herpes simple, HB.)
La piel, el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal de los pacientes hospitalizados frecuentemente se colonizan con microorganismos que se
derivan del medio hospitalario. El origen de estos
agentes asociados al hospital no se conoce, pero los
reservorios potenciales son las manos del personal
hospitalario, agua, alimentos, superficie de las
habitaciones, baños, otros pacientes, los sistemas de
ventilación, entre otros. Ya que muchos de estos
microorganismos asociados al hospital son resistentes
a los antibióticos, el uso de antibióticos en pacientes
previamente colonizados puede actuar como fuerza
selectiva que favorece el resurgir de una flora
resistente que puede finalmente producir infecciones
clínicamente significativas.
Vías de transmisión: la mayoría de las infecciones
nosocomiales son autóctonas (flora endógena del
paciente) pero también se produce infección entre
pacientes hospitalizados a través de transmisión
directa (contacto - vía aérea) o transmisión indirecta
(persona - objeto inaminado y personas o viceversa.)
El contacto indirecto por las manos del personal
hospitalario, es con mucho, la vía más frecuente de
transmisión de microorganismos hospitalarios entre
los pacientes. Estos agentes son transitorios en las
manos del personal y no se establece un estado de
portador permanente. La cadena de transmisión se
puede romper mediante un lavado de manos adecuado,
hay muchos ejemplos de brotes o epidemias nosocomiales que se producen por otros medios que no son
la diseminación de persona a persona, como por
ejemplo la hepatitis B por manejo de productos
sanguíneos de pacientes con HB, septicemias a partir
de soluciones intravenosas contaminadas, salmonelosis por alimentos contaminados y transmisión
aérea de enfermedades virales infantiles.
Fisiopatología
Interacción huésped-patógeno: en general las
infecciones adquiridas en el hospital son infecciones
oportunistas, esto es, infecciones por organismos de
patogenicidad ordinaria (incluso baja) en pacientes
cuya capacidad para protegerse contra estos agentes
está alterada de alguna manera.
Factores del huésped: a mayores factores de riesgo
mayor probabilidad de desarrollar una infección
nosocomial. En los servicios de pediatría la edad es
un factor importante a ser tomada en cuenta. El
neonato con un sistema inmune inmaduro es un
huésped particularmente susceptible, el bajo peso al
nacer y la prematuridad son factores adicionales que
aumentan el riesgo de adquirir una infección además
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de la invasión terapéutica que reciben (1).
Entre las infecciones nosocomiales más comunes
en la mayoría de los hospitales podemos citar:
Infección urinaria: es la más frecuente, siendo
responsable del 40% del total de infecciones intrahospitalarias producida por alguna manipulación de
las vías urinarias como dilataciones uretrales,
nefrostomía, pielografía retrógrada y sondaje vesical, esta última debe evitarse salvo que sea
absolutamente necesaria. El riesgo de infección posterior a cateterismo vesical es de 1% a 2%. El sistema
de drenaje abierto se asocia con 100% de infección al
4º ó 5º día, mientras que con el sistema cerrado y
estéril se reduce durante 1 ó 2 semanas. Las
ulceraciones de la mucosa uretral y vesical producidas
por la presión y el movimiento de las sondas son un
medio por el que las bacterias colonizantes se pueden
convertir en invasoras. Las bacterias pueden emigrar
por la uretra alrededor del catéter y llegar a la vejiga
a través de los linfáticos peri uretrales o a través de
la luz del catéter. Las infecciones cruzadas pueden
producirse a través de las manos del personal que
manipula las sondas. Enterobacterias, enterococos,
Pseudomonas y hongos causan la gran mayoría de las
infecciones urinarias nosocomiales. El único método
que reduce el riesgo de las sondas urinarias es la
inserción aséptica de un catéter estéril y el mantenimiento de un sistema de drenaje estéril y cerrado.
Las pomadas antibióticas, los catéteres impregnados
de antibiótico, el cuidado diario del meato y la
aplicación de preparaciones antibacterianas en la
unión del meato y el catéter no tienen valor probado
en la prevención de la infección. Entre las prácticas
sugeridas para disminuir la incidencia de las infecciones del tracto urinario están: cateterizar sólo
cuando sea necesario, hacer énfasis en el lavado de
las manos, insertar el catéter bajo normas de asepsia
y antisepsia utilizando equipo estéril, asegurar el
catéter adecuadamente, mantener continuamente
cerrado el drenaje estéril, mantener el flujo de orina
sin obstrucciones, evitar la irrigación a menos que se
requiera para prevenir o corregir una obstrucción.
Infección de heridas quirúrgicas: siguen siendo
una causa significativa de morbilidad y mortalidad.
El factor más importante en la frecuencia de las
infecciones de las heridas quirúrgicas es la naturaleza
de la operación, si se trata de un procedimiento
“limpio” (mucosas indemnes, sin inflamación) o de
un procedimiento “sucio” (perforación de vísceras
con liberación de contenido, pus en la herida). La
técnica quirúrgica es imprescindible para disminuir
la frecuencia de las infecciones, las cuales se producen
3 a 7 días después de la cirugía. Las infecciones
tempranas (24 a 48 horas) posquirúrgicas son más
frecuentes por Estreptococo ß hemolítico o Clostridio.
Las infecciones por estafilococos aparecen de 4 a 6
días y las producidas por los bacilos gramnegativos
no aparecen al menos durante una semana. Las
biopsias y el cultivo cuantitativo del borde de la
herida pueden ser el único camino para establecer
inequívocamente la presencia de infección.
Infecciones respiratorias: se producen en el 0,5%
al 5% de pacientes hospitalizados; cuando un paciente
es admitido en una sala general o en terapia intensiva
con patología respiratoria o infección transmitida
por vía áerea, hay una amplia evidencia de diseminación nosocomial. Entre los factores predisponentes
se cuentan la edad, la gravedad de alguna enfermedad
subyacente, duración de la estancia hospitalaria,
anestesia general, intubación endotraqueal, traqueostomía, tratamiento inhalatorio. Entre los gérmenes
más frecuentes implicados en las infecciones
respiratorias nosocomiales encontramos a los bacilos
entéricos gramnegativos como la Klebsiella,
Enterobacter, Serratia, E. coli y Proteus, siguen
siendo importantes el Estafilococo aureus y el
Estreptococo pneumoniae. Los pacientes que reciben
tratamiento prolongado con antibióticos de amplio
espectro o que tienen déficit inmunológico pueden
superinfectarse con hongos (14).
La diseminación por contacto es frecuentemente
responsable de la infección respiratoria cruzada, ya
que las manos del personal hospitalario pueden llevar
los organismos desde un paciente a otro y pueden
contaminar equipos compartidos. La diseminación
aérea puede ser ocasionada por la generación de
aerosoles contaminados por ciertos equipos de uso en
tratamientos respiratorios.
En aquellos pacientes gravemente afectados por
patologías que inducen insuficiencia respiratoria que
ameritan asistencia ventilatoria con intubación endotraqueal se pueden producir infecciones nosocomiales
por alteración y supresión de los mecanismos de
protección de la vía aérea o pueden presentar bacteriemia durante la manipulación de la vía aérea, sinusitis
por obstrucción de los drenajes naturales de los senos
cuando la intubación es vía nasal, neumonía por
aspiración de secreciones orales y gástricas; los tubos
endotraqueales con manguito pueden ocasionalmente
producir erosión de la mucosa traqueal y predisponer
a la infección. El riesgo de infección pulmonar
nosocomial se puede reducir manteniendo meticulosamente el equipo de tratamiento respiratorio,
vigilando los pacientes, manipulándolos cuidadosamente y lavando las manos del personal.
El diagnóstico de neumonía nosocomial es difícil
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y en gran medida se basa en hallazgos clínicos como
fiebre, tos y aparición de esputo purulento, en
combinación con evidencia radiológica de infiltrado
pulmonar nuevo o progresivo y cultivo de esputo,
aspirado traqueal, líquido pleural y sangre (3).
Catéteres intravenosos: las infecciones asociadas
con vías intravenosas representan el 5% de todas las
infecciones nosocomiales y alrededor del 10% de
todos los hemocultivos positivos son debidos a vías
intravenosas contaminadas. Los microorganismos
pueden entrar en cualquier punto a lo largo del sistema
intravenoso. Los líquidos intravenosos pueden estar
contaminados de fábrica, por medicamentos que se le
añaden o por contaminación, a menudo la flora
residente de la piel del paciente es responsable de los
episodios de flebitis y bacteriemia asociada a la vía
intravenosa (6).
La práctica médica actual incluye el uso frecuente
de equipos para acceso venoso, incluyendo los scalps
(mariposas), agujas de acero, catéteres de polietileno
y teflón, catéteres intraarteriales, venas centrales,
etc., todos ellos deben pasar a través de la piel
directamente o por incisión. La flora cutánea está en
los folículos sebáceos, glándulas sudoríparas y capas
superficiales del estrato córneo. La mayor densidad
de gérmenes está en las áreas de los muslos, ombligo,
axilas y cuero cabelludo. Un pequeño número
gérmenes residentes se multiplica después de la
inserción del catéter y emigra a lo largo del canal
creado por el mismo hasta la vena. El movimiento
del catéter puede acelerar este proceso. Dependiendo
de la virulencia de la flora residente y de los factores
tisulares locales, se puede producir una celulitis,
colonización benigna, bacteriemia transitoria, sepsis
clínica o tromboflebitis séptica. Entre los agentes
responsables de estas infecciones encontramos al
Estafilococo aureus, Klebsiellas, Enterococo y
Pseudomonas.
Los organismos que producen contaminación de
los líquidos intravenosos convencionales son habitualmente miembros de la familia Klebsiella (90%),
Pseudomona cepaciae y Citrobacter freudii. La
nutrición parental se asocia con infección producida
por hongos (Candida, Torulopsis) así como por
bacterias tales como Enterobacter, Citrobacter y
Serratia.
Entre las medidas para reducir la incidencia de
infecciones asociadas a vías intravenosas está la
indicación estricta de líquidos IV, usar técnica estéril
de inserción de catéteres (guantes estériles, campos
estériles), desinfectar adecuadamente la piel, asegurar
la vía para que no se mueva, cambio de los vendajes
sobre el sitio de la inserción y cambio frecuente de la
vía IV. Ningún líquido de infusión está totalmente
libre de riesgos, incluso el agua destilada puede
sustentar el desarrollo de Pseudomona cepaciae. La
composición del líquido de infusión también influye
sobre el grado de irritación de la íntima vascular, los
líquidos que no son isotónicos, aquellos con pH no
fisiológico y los que contienen partículas pueden
irritar la pared vascular y por ende provocar la
formación de trombos.
Cirugía cardiovascular: las infecciones en prótesis
cardíacas o vasculares son difíciles de tratar y se
asocian con una elevada mortalidad. La endocarditis
sobre prótesis valvulares se pueden separar en dos
grupos: tempranas, las que suceden en los primeros
60 días después de la inserción de la prótesis con
mortalidad de 80% involucrándose al Estafilococo
aureus, bacilos G-, Pseudomonas, Estafilococo
epidermidis o Candida y las tardías que suceden 60
después de la inserción de la prótesis, episodios
menos menos graves con mortalidad de 30% y entre
los gérmenes asociados están estreptococos, enterococos y bacilos gramnegativos. No son habitualmente
nosocomiales, presumiblemente se producen a partir
de bacteriemias que ocurren espontáneamente después
del alta hospitalaria. Otra infección nosocomial que
puede producirse posterior a la cirugía cardiovascular es la mononucleosis posperfusión estando
implicado el citomegalovirus frecuentemente (7,1,8).
Neurocirugía: se reportan meningitis posoperatoria, meningitis y ventriculitis asociadas con
catéteres para monitoreo y las infecciones derivadas
del LCR, mencionándose los agentes Estafilococo
aureus, los bacilos gramnegativos y las Pseudomonas como los causantes más frecuentes. Las
infecciones de las derivaciones del LCR se producen
en el 25% de los pacientes. El tratamiento de estas
infecciones nosocomiales puede ser muy difícil,
debido a que los organismos son a menudo resistentes
a los antibióticos que penetran bien al LCR y tejido
cerebral y a la presencia de cuerpos extraños
implantados.
Infecciones gastrointestinales: se han descrito
epidemias de diarreas y vómitos por contaminación
de los alimentos servidos a los pacientes recluidos en
los hospitales, se deben extremar medidas de control
sobre el personal de cocina encargado de la
preparación de las dietas de los pacientes, así como el
transporte de los mismos hasta la cabecera de los
niños, insistir en las medidas de higiene en las salas
de hospitalización. Entre los agentes involucrados
en estas infecciones están la E. coli, Salmonella y
Shigella.
Todas las personas que manejen alimentos deben
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comprender las fuentes y las vías de transmisión de
los microorganismos relacionados con los alimentos
y aprender a manejarlos de una forma higiénica,
desde su producción o recolección hasta su preparación final y servicio de comidas. El consumo de
alimentos contaminados frecuentemente conduce a
enfermedad intestinal que normalmente dura pocos
días, sin embargo, en infantes la enfermedad diarreica
por alimentos contaminados puede ser fatal.
Los factores de riesgo para gastroenteritis nosocomial se pueden clasificar en intrínsecos y extrínsecos.
Los factores intrínsecos incluyen anomalías de la
defensa mucosa, como la aclorhidria, alteraciones de
la motilidad intestinal y alteraciones de la flora intestinal normal. Los factores extrínsecos incluyen la
alimentación por sonda nasogástrica o transpilórica
junto con administración de cimetidina, la cual
permite la colonización.
Varias medidas básicas pueden eliminar los
patógenos en los alimentos preparados, entre las que
podemos citar: cocinar minuciosamente los alimentos
“peligrosos”, de preferencia inmediatamente antes
de su consumo, almacenar alimentos preparados ya
sea a baja (< 10ºC) o alta (> 70ºC) temperatura,
proteger los alimentos contra insectos, roedores y
otros animales, evitar la contaminación cruzada
durante el almacenamiento y la preparación, mantener
el medio limpio (incluyendo equipo, superficies y
utensilios) y mantener higiene personal estricta
(particularmente el frecuente lavado de manos).
La farmacia del hospital es también de vital
importancia ya que los medicamentos no deben ser
contaminados por patógenos durante su preparación
y almacenamiento, se han reportado infecciones
cuando las preparaciones parenterales han sido
almacenadas o manejadas inadecuadamente o cuando
su fecha de viabilidad ha expirado significativamente.
La contaminación puede ocurrir a través de varias
rutas incluyendo: contacto directo con la piel,
superficies contaminadas o jeringas, al realizar dilución de medicamentos con soluciones contaminadas
o contaminación de soluciones con patógenos aéreos.
Por tanto la farmacia de cada hospital debe desarrollar
pautas para la preparación y el almacenamiento seguro
de los medicamentos. Los productos que deben ser
estériles como las preparaciones intravenosas o intramusculares, deben ser preparados bajo condiciones
estrictas de asepsia preconizando el uso de campanas
de flujo laminar. Los lugares donde se preparen
medicamentos deben estar libres de polvo visible y
tener tráfico mínimo.
El quirófano debe mantener buenas prácticas de
control de infecciones con la finalidad de disminuir
la infección del área quirúrgica, lo cual representa
una fracción importante de las infecciones hospitalarias, con la morbilidad y el aumento de los costos
asociados. En condiciones óptimas las salas de cirugía
deben estar equipadas con sistemas de presión positiva
para asegurar que el aire fluya de los quirófanos
(zona aséptica) hacia las áreas adyacentes (zona limpia
y protectora). Para asegurar la eliminación de contaminantes aéreos generados por el paciente o por el
personal durante la cirugía es necesario que el sistema
de ventilación, como mínimo, filtre el aire a razón de
20 cambios por hora, de los cuales por lo menos 4
sean con aire fresco. Mantener la temperatura en el
quirófano entre 18ºC y 24ºC y la humedad entre 50%
y 55%. Sobre todo mantener las medidas de asepsia
y antisepsia tanto por el personal del área así como
cumplir con la debida preparación del paciente a ser
sometido a cirugía (9,11).
Criterios del Centro de Control de Enfermedades
de Atlanta (CDC) para el Diagnóstico de Infecciones
Nosocomiales.
Infección del tracto urinario:
Bacteriuria asintomática: > 100 000 org/ml sin
manifestaciones.
Si el paciente ingresa con infección urinaria y
nuevo urocultivo reporta nuevo patógeno > 100 000
org/ml.
Infección respiratoria baja: clínica de infección
respiratoria baja al ingreso con o sin Rx y/o examen
de esputo.
Supra infección de infección respiratoria previa
con deterioro clínico y radiológico y nuevo germen
cultivado en esputo.
Infección de heridas quirúrgicas: cualquier herida
que drene material purulento con o sin cultivo (flora
exógena o endógena).
Infección cutánea: presencia de material purulento
en piel o subcutáneo con o sin cultivo, que aparezca
después de la admisión, incluye las úlceras de
decúbito, dermatitis y heridas no quirúrgicas.
Pacientes admitidos con infecciones cutáneas o
subcutáneas si aparece nuevo germen en los cultivos.
Catéteres intravasculares: drenaje purulento del
sitio de inserción (con o sin cultivo).
Inflamación de la zona sin pus o evidencia clínica
de celulitis no es infección a menos que obtenga
cultivo positivo de la punta del catéter o del aspirado
de líquidos tisulares.
Bacteriemia: cualquier bacteriemia evidenciada
por cultivo presentada por el paciente hospitalizado
sin evidencia de la misma al ingreso.
Hemocultivo con germen de piel contaminante, al
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menos 2 cultivos con el mismo germen.
Bacteriemia nosocomial: sin signos clínicos al
ingreso y hemocultivo positivo después de las
primeras 24 horas de la admisión (5,12).
El control de las infecciones intrahospitalarias es
un aspecto cada vez más importante y complicado en
el cuidado del paciente. Deben crearse en los
hospitales los comités de vigilancia infecciosa y
epidemiológica a fin de conocer los gérmenes propios
de cada institución y servicio así como la sensibilidad
de los mismos a los antibióticos lo cual ahorrará
esfuerzos y costos al momento de indicar determinado
tratamiento antibiótico la calidad del programa de
control de infecciones de un hospital es una indicación
del nivel general de la atención prestada por dicha
institución. Los buenos programas de control de
infecciones reducen las infecciones nosocomiales, la
duración de la permanencia en el hospital y los costos
asociados con la hospitalización (10,13).
Los países con sistemas de salud avanzados han
respondido a la necesidad de controlar las infecciones
hospitalarias que se hacen evidentes a través de
mayores costos de hospitalización y prolongación de
la estancia, mediante el establecimiento de programas
de control de infecciones, tal situación es diferente
en los países en desarrollo donde estos programas
están en su infancia o no existen, cada hospital y cada
médico lucha por establecer programas contando con
muy poco apoyo de los entes gubernamentales. El
control de infecciones se considera de baja prioridad
donde los programas de salud están sujetos a restricciones presupuestarias graves y es difícil lograr el
compromiso de proporcionar un cuidado clínico
apropiado. Problemas como las altas tasas de infección, la resistencia bacteriana a los antibióticos y la
falta de un sistema de vigilancia adecuado, se
multiplican con la sobrepoblación de los hospitales,
la falta de recursos privados para complementar la
atención médica y la ausencia de políticas coherentes.
Se debe prevenir que los pacientes adquieran la
infección nosocomial, proporcionar los cuidados
adecuados al paciente que ingresa con enfermedades
potencialmente transmisibles así como minimizar
los riesgos relacionados con la infección para los
empleados, visitantes, etc. Estos objetivos tan claros,
plantean problemas para su corrección tales como:
restricción de cupos por déficit presupuestario,
enfermedades infecciosas infantiles contagiosas no
diagnosticadas al momento del ingreso a una sala
general de hospitalización, mayor número de pacientes inmunosuprimidos, pacientes con diferentes
patologías en terapia intensiva y próximos unos a
otros, para la cual se debe obtener recursos humanos
como enfermeras bien entrenadas y fijas por servicio,
impartir educación continua en los procedimientos
de control de infecciones, no usar accesorios en el
cabello, ropa de uso exclusivo en los servicios y
sobre todo el lavado de manos y brazos, antes y
después del contacto con los pacientes. Es esencial
entender las fuentes de infección y las vías de
diseminación para poder establecer medidas simples
y sensatas de control de infecciones. Una vez logrado
esto, se pueden iniciar intervenciones que detengan
la diseminación de los agentes patógenos.
SUMMARY
Nosocomial infection: are all those infections
acquired during the hospitalization which were not
incubated in the patient by the moment of admission
as well as those acquired during patient stance in the
hospital that becomes evident after the discharge and
could be produced by endogen or exogen organism.
Nosocomial infections extend the permanence in the
hospital up to 9 days which increases the cost due to
the need for new diagnostic methods and treatments.
It is well known that more than half of the nosocomial
infections can be prevented following simple protocols of infection control. Skin, respiratory and gastrointestinal tract of the inward patients usually are
colonized with microorganism from the hospital environment, for example the hands of the personal,
water, food, surfaces of the wards, toilettes, other
patients, and ventilation systems are potential reservoirs for these microorganisms. Among the most
frequent nosocomial infections are: infection of urinary tract that account for about 40% of nosocomial
infection due to intervention of any kind on the
urinary tract caused by enterobacteria, enterococcus,
Pseudomonas and fungus; infection of surgical
wounds in the first 24- 48 hours are due to Streptococcus ß hemoliticus or Clostridium, after 4 or 6 days
the responsible is the Staphylococcus and those infection produced by gram negatives bacillus appear
after one week; infection of the respiratory tract are
present in 0,5 - 5% of the patients and the most
frequent germs are Klebsiella, Enterobacter, Serratia,
E. coli and Proteus. Intravenous lines produce 5% of
the nosocomial infection microorganisms can entrance to the blood stream trough any site of the IV
line, phlebitis and bacterium can be produced by skin
resident flora. Gastrointestinal infections are due to
contaminated food served to the patients and E. Coli,
Salmonella and Shigella are the most commons responsible germs. Control of the nosocomial infections is an important and complicated aspect of the
general care of a patient and must be improved through
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continuous education programs about infection control, hire well trained nurses, use of exclusive clothes
in the wards but over all arms and hands washing
before and after being in contact with any patient.
Key words: Ifection. Nosocomial.
REFERENCIAS
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