Un ensayo sobre la naturaleza jurídica de la suspensión

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UN ENSAYO SOBRE LA NATURALEZA
JURÍDICA DE LA SUSPENSIÓN
INTERMITENTE DEL CONTRATO INDIVIDUAL
DE TRABAJO
En materia laboral deben ensayarse otras figuras jurídicas o formas de desenlace, que se
aparten de las soluciones tradicionales para evitar el cierre de las empresas.
Rafael Hands Díaz
Profesor de la Escuela de Relaciones Industriales de la UC.
Es común observar, que actualmente las empresas han confrontado una gama
muy variada de situaciones difíciles. Tal panorama, es el resultado de la severidad de la
actual crisis económica; esta última ha impedido que el sector empresarial pueda
cumplir con eficiencia con los más elementales planes de proyección social que deben
brindar a sus trabajadores y a su comunidad. Así mismo, se encuentra por demás
probado, el hecho cierto de los múltiples despidos que acontecen a diario en todo el país
de forma notoria y manifiesta. Este factor social desestabilizante como lo es el despido,
es un ingrediente negativo adicional, que gravita de manera obstructiva en el
mejoramiento del entorno social general. En tal estado, es necesario, que de manera
apremiante los sectores empresariales y sindicales impidan no sólo el despido continuo
de trabajadores, sino que prevengan el mismo cierre de las fuentes de trabajo. A mi
modo de ver, en materia laboral deben ensayarse otras figuras jurídicas o formas de
desenlace, que se aparten de las soluciones tradicionales para evitar el cierre de las
empresas. En este sentido, conviene a las empresas y a sus sindicatos evitar en lo
posible la figura del despido y la reducción de personal como “solución” de la crisis.
Con el ánimo no sólo de evitar los despidos, reducciones de personal o
paralización definitiva de la empresa, las partes pueden verdaderamente concertar en:
“la interrupción periódica y temporal del trabajo, en razón de causas de orden
económico, técnico o por circunstancias sobrevinientes acontecidas en la empresa,
que impiden el curso sucesivo del contrato individual de trabajo, así como el
normal desenvolvimiento de las actividades productivas”.
Esta figura jurídica que hemos definido anteriormente, no es otra que la
“Suspensión Intermitente del Contrato Individual de Trabajo”.
Esta solución, es la resultante de una serie de análisis, conclusiones y actitud
consciente de las partes, en el entendido de que si no se arriba a esta figura jurídica, no
será posible preservar activa la empresa y por lo tanto el empleo de un número
importante de trabajadores. Si analizamos brevemente la crítica situación empresarial
actual, nos encontramos con una empresa en la cual existen problemas tales como:
dificultad o ausencia de financiamiento, contracción en la demanda de productos y
notable disminución en las ventas, aumentos desmesurados en sus materias primas,
incremento desmedido en sus deudas privadas externas, acelerada disminución en el
flujo de caja y/o falta de numerario, problema de reposición de equipos y repuestos,
imposibilidad de disminuir los costos de producción (Costo de Personal) y Costos de
Venta de manera gradual, obligaciones laborales que deben ser canceladas
periódicamente (Vía Legal o Contractual), obligaciones laborales que van en aumento
con cada decreto del Ejecutivo Nacional en materias tales como: Bono de Transporte,
Alimentación, Aumento de Salario, entre otras dificultades.
Obsérvese, que durante la “suspensión intermitente del contrato individual de
trabajo” -aún cuando no se rompe el vínculo contractual-, el trabajador no está obligado
a prestar el servicio, ni el patrono a pagar el salario (parte in fine del Artículo 53 del
Reglamento de la Ley del Trabajo). En tal sentido, pareciera que aflorara una suerte de
extinción temporal de las obligaciones derivadas del contrato individual de trabajo,
surgiendo además una especie de compensación convencional a futuro de las partes, a
través de la cual los trabajadores no estarán obligados a prestar el servicio ni el patrono
a exigírselo, pero a su vez tampoco estará obligado a pagar el salario.
Vista a través de este cristal, la naturaleza jurídica de la suspensión intermitente
del contrato de trabajo emergería como “Extintiva de las obligaciones derivadas del
contrato de trabajo”. Sin embargo, tal argumento se derrumba al analizar el Artículo
1.333 del Código Civil, el cual establece:
Artículo 1.333: “La compensación no se efectúa sino entre dos deudas que
tienen igualmente por objeto una suma de dinero, o una cantidad determinada de cosas
de la misma especie, que pueden en los pagos sustituirse las unas a las otras, y que son
igualmente líquidas y exigibles”.
Así, este artículo señala tres condiciones fundamentales para que pueda ser
opuesta la compensación.
PRIMERO: la homogeneidad de las prestaciones; SEGUNDO: Que la deuda sea
líquida; y TERCERO: Que la deuda sea exigible.
En la relación de trabajo, se verifica primero la obligación de hacer del
trabajador en su labor y posteriormente emerge la obligación de dar del patrono
cancelando el salario. Y, en nuestro caso a tenor del Artículo 1.331 del Código Civil, las
partes en el lapso de suspensión del Contrato de Trabajo no son recíprocamente
deudores, ya que precisamente, hay una Suspensión del Contrato de Trabajo. Tampoco,
existe una homogeneidad en las prestaciones, para que opere la compensación. (El
patrono tiene una obligación de DAR y el trabajador una de HACER).
La verdadera Naturaleza Jurídica de la Suspensión Intermitente del Contrato de
Trabajo, ES MODIFICATORIA DEL CONTRATO DE TRABAJO, DEBIDO A LA
LESION PATRIMONIAL QUE SUFRIRÍA EL PATRONO POR CAUSAS
SOBREVINIENTES QUE ESCAPAN A LA VOLUNTAD DE LAS PARTES.
Tal conclusión, se desprende necesariamente, no sólo del análisis legal y
contractual de las instituciones, como el Contrato de Trabajo y el Contrato Colectivo,
suscrito por las partes, sino de las circunstancias y condiciones EXTRAJURIDICAS y
EXTRACONTRACTUALES, que están en la propia realidad del proceso productivo
del empresario afectado.
Hay elementos condicionantes, propios de cada proceso productivo. De allí se
explica, que en unas Empresas las condiciones salariales, sean mejores o superiores que
en otras. Sin embargo, es el caso, que sobrevienen circunstancias que modifican esa
SÜBYACENCIA
DE
CONDICIONES
EXTRAJURIDICAS
O
EXTRACONTRACTUALES. Sobre tales circunstancias, nos referimos al inicio de este
ensayo, así como en las diversas dificultades económicas que enumeramos. Hasta ese
momento, no se han modificado las condiciones contractuales entre el patrono y el
trabajador, sino las condiciones en que se realiza ese proceso productivo.
No obstante, al modificarse esas condiciones extrajurídicas o extracontractuales en el
proceso productivo NO VAN A PERMITIR AL PATRONO, CUMPLIR CON LOS
COMPROMISOS CONTRACTUALES, QUE TIENEN COMO PISO ESAS
CONDICIONES EXTRAJURIDICO-CONTRACTUALES, QUE LE ESTÁN
MODIFICANDO EL PROCESO PRODUCTIVO.
¿QUE SE HACE NECESARIO EN ESE MOMENTO?
Establecer convencionalmente, un Régimen Transitorio, Temporal, que
modifique colectivamente el Régimen de Trabajo vigente. La suspensión Intermitente
del Contrato Individual de Trabajo, ES UN REGLAMENTO TEMPORAL
MODIFICATORIO.
¿QUÉ ACONTECE SI NO TOMAN LAS PARTES ESTA MEDIDA?
Sobrevendría una lesión patrimonial para el empresario. En este sentido, la
lesión se evidencia al elevarse en demasía su costo de producción, posteriormente su
costo de venta, colocándolo fuera del mercado, ya que sus salidas serían: cerrar la
empresa cercenando la fuente de trabajo y comunicándole a sus clientes de su
imposibilidad de seguir suministrándoles productos, o vender su producción al doble o
al triple para compensar el aumento en sus costos de producción. Ambas “soluciones”,
generan: la primera una desestabilización social debido al despido y la segunda añade
un peligroso tinte inflacionario al País.
A la medida que los trabajadores exijan el cumplimiento del Contrato de
Trabajo, éste se hará más oneroso para el patrono, aumentando o agudizándose la lesión.
Es por ello, que surge como faro esperanzador la suspensión intermitente del
contrato de trabajo. Durante la misma, se laboraría temporalmente por lapsos sólo de
horas, días, semanas, meses, etc., y se suspendería el contrato por idéntico período, con
el consecuente ahorro en materias primas, energía y numerario.
Es una solución posible, mediante la cual hemos experimentado no sólo el
repunte de las empresas donde temporalmente lo hemos ensayado, sino una mayor
identificación e integración de sus trabajadores.
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