LA TEOLOGÍA EN LA IGLESIA 1. La Teología como servicio eclesial • La Teología se realiza al interno de la Iglesia. • Al ser exigida por la misma naturaleza de la fe, debe entenderse al interno de la Iglesia como un servicio, que puede ser prestado por especialistas. • El servicio específico que cumple es el de la claridad en la propia conciencia. • La Teología formula, defiende, profundiza, argumenta, narra, depura la realidad misma que da sustento a su ser • Debe ubicarse como un momento del ministerio profético de la Iglesia. Se distingue, en este sentido, de la acción celebrativa, de la santidad, de la oración, de la vida de caridad. • Se distingue, así mismo, de otras acciones del ministerio profético, como son el anuncio, la catequesis, la predicación. • Todas las acciones que se distinguen de ella tienen, sin embargo, en la Teología su momento de lucidez y claridad. Así mismo, ella misma se alimenta de esas acciones como fuentes, precisamente porque todas incluyen los elementos de la salvación. Contenidos teológicos están presentes en todos lados, a la Teología le corresponde descubrirlos, evidenciarlos, explicarlos. Elementos de la realidad salvífica que la Teología teoriza. • En una palabra, el servicio corresponde en pensar la fe. • Círculo teológico: la Iglesia piensa, lo pensado vuelve a la Iglesia. 2. Teología y Pastoral • Una peculiar tensión suele señalarse en la acción pastoral. • Error: pretender decir que no es necesaria la teología para la acción pastoral. Sería activismo sin brújula. • También sería un error aplicar contenidos de la teología de manera inmediata a la pastoral. El discernimiento sobre la acción pastoral ocupa un lugar mismo al interno de las disciplinas teológicas (teología pastoral), y en su aterrizaje requiere aún del sentido pastoral. • La Teología debe aportar elementos: o Contenidos de la revelación para la acción pastoral. o Criterios teológicos. o Perspectiva teológica a todo lo que se realiza. • Por su parte, la vida misma de la Iglesia y su acción, así como los diversos contextos que se presentan, se convierten en cuestionamientos que deben ser planteados a la reflexión teológica. 3. La Teología como servicio social • Hemos señalado con insistencia que la Teología es una realidad eclesial. Pero en cuanto tal, ¿aporta algo a la sociedad, más allá de la fe? Pregunta implícita en el hecho de que los estudios estén reconocidos por el estado, aunque tal vez de parte del mismo estado no exista claridad sobre lo mismo. • • • • • • • • Por un lado, esta reflexión debe romper el prejuicio de una vida de fe reservada al ámbito privado. En la práctica es inviable. De hecho, el cristiano se posiciona como un todo ante la sociedad, y la Iglesia misma es una institución presente en el mundo, con responsabilidades ante la sociedad y analizable sociológicamente. Básicamente, se trata del servicio de la misión. El mundo puede no saberlo o no reconocerlo, pero ante todo es un servicio de salvación. No se ejerce con presión, sino con caridad, con la fuerza del propio testimonio. Desde su propia convicción, Teología presta el servicio de la razón de la fe. Esto significa que es clave para evitar fanatismos. Aporta una perspectiva propia de humanismo, que puede dialogar (vuelta razón, precisamente) con proyectos sociales y culturales. Por otra parte, presta el servicio de expresar responsablemente la misma razonabilidad de la fe y la lógica de sus contenidos. Sin exigir la conversión, permite explicar al no creyente la razón de la esperanza que lo anima. La Teología aporta criterios y contenidos para el diálogo ecuménico e interreligioso. La Teología aporta un elemento de crítica cultural, que permite dinamizar la promoción humana, la memoria de la trascendencia. Se trata, pues, de un servicio profético. Permite decirle a la sociedad qué puede esperar de los cristianos, y en este sentido se vuelve una fuerte exigencia de congruencia.