Colección Banca Central y Sociedad BANCO CENTRAL DE VENEZUELA Determinantes de la inflación en Venezuela: un análisis macroeconómico para el período 1986-2000 Miguel Dorta Fernando Álvarez Omar Bello Serie Documentos de Trabajo Gerencia de Investigaciones Económicas 1 Versión marzo 2002 37 Las ideas y opiniones contenidas en el presente Documento de Trabajo son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y se corresponden con un contexto de libertad de opinión en el cual resulta más productiva la discusión de los temas abordados en la serie. Banco Central de Venezuela Vicepresidencia de Estudios Oficina de Consultoría Económica Determinantes de la Inflación en Venezuela: un Análisis Macroeconómico para el período 1986-2000 Miguel Dorta, Fernando Álvarez y Omar Bello* Marzo 2002 Resumen El objetivo de este trabajo es estudiar empíricamente los factores macroeconómicos más relevantes que explican el proceso inflacionario venezolano, utilizando datos trimestrales para el período 1986-2000. La estrategia de estimación que emplean los autores difiere de anteriores estudios para Venezuela en dos aspectos fundamentales: En primer lugar, explícitamente consideran el efecto que las brechas en los principales mercados (dinero, cambiario y bienes) tienen sobre el proceso inflacionario. En segundo término, analizan separadamente la inflación de bienes y la de servicios. Los desequilibrios fueron estimados a partir de relaciones de largo plazo en los mercados. Cabe destacar que la brecha en el mercado de bienes se obtiene a partir de la estimación de un producto potencial utilizando una función de producción. La principal conclusión que se desprende de este estudio es que la brecha real afecta directamente a la inflación de bienes mientras que la brecha cambiaria afecta de manera indirecta a la mencionada inflación. Por su parte, la brecha monetaria no parece influir, directa o indirectamente, sobre la inflación de bienes o la de servicios. El mayor peso en la explicación de la inflación de servicios, descansa en factores de costos como los salarios y el tipo de cambio, y en variables de demanda como el gasto público. No se encontró evidencia de que la inflación de servicios sea explicada por los desequilibrios en cuestión. * Las ideas y opiniones contenidas en el presente documento de trabajo son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representa aquellas del Banco Central de Venezuela. Agradecemos los comentarios y sugerencias de Adriana Arreaza, Jóse Pineda y Oswaldo Rodriguez. Como es costumbre los errores restantes son nuestra responsabilidad. ABSTRACT The purpose of this research is to make an empirical assessment about the relevant macroeconomic factors that explain the Venezuelan inflationary process, by using quarterly data for the period 1986-2000. The estimation strategy employed by the authors differs from previous investigations for Venezuela in two fundamental aspects: First, they explicitly consider the effect that the gaps in the main markets (money, goods and exchange rate) have on the inflationary process. Second, they analyze goods inflation and services inflation separately. Disequilibria were estimated from long run relationships in the markets. The output gap is obtained from the estimation of potential output through a production function. The main conclusion drawn from this research is that the output gap affects goods inflation directly whereas the exchange rate misalignment does it indirectly. The monetary gap does not seem to affect inflation in neither of the two types mentioned above. The short run dynamics of services inflation is explained by costs factors, like salary and nominal exchange rate; and by demand side variables, like public expenditure. No evidence was found on disequilibria driving such dynamics. 1 I. Introducción El objetivo de este trabajo es estudiar empíricamente los factores macroeconómicos más relevantes que explican el proceso inflacionario venezolano, utilizando datos trimestrales para el período 1986-2000. La estrategia de estimación que emplean los autores difiere de anteriores estudios para Venezuela en dos aspectos fundamentales: En primer lugar, explícitamente consideran el efecto que las brechas en los principales mercados (dinero, cambiario y bienes) tienen sobre el proceso inflacionario. En segundo término, analizan separadamente la inflación de bienes y la de servicios. Los desequilibrios fueron estimados a partir de relaciones de largo plazo en los mercados antes mencionados. El estudio se basa en un modelo de oferta y demanda agregadas en el cual los precios y el producto son las variables endógenas. Se asume como posible la existencia de desequilibrios temporales en el mercado de dinero, en el mercado de bienes y servicios y en el tipo de cambio real, que influyen sobre la dinámica de las variables endógenas. Dentro de las variables exógenas, tenemos aquéllas que impactan a la demanda agregada tales como las monetarias, los fundamentos del tipo de cambio real de equilibrio y las fiscales, entre otras. Luego están las que afectan a la oferta agregada de corto plazo, tales como los costos de insumos importados y de la mano de obra. También se consideran a las que mueven al producto potencial, tales como el capital y la población económicamente activa. Finalmente, encontramos que la persistencia es una característica importante de la dinámica de las series de inflación. La principal conclusión que se desprende de este estudio es que la brecha real afecta directamente a la inflación de bienes mientras que la brecha cambiaria afecta de manera indirecta a la mencionada inflación. Por su parte, la brecha monetaria no parece influir, directa ó indirectamente, sobre la inflación de bienes ni la de servicios. En el caso de la explicación de la inflación de servicios, el mayor peso descansa en factores de costos como los salarios y el tipo de cambio, y en variables de demanda como el gasto público. No se encontró evidencia de que la inflación de servicios sea explicada por los desequilibrios en cuestión. 2 El resto del trabajo se organiza de siguiente manera. En la segunda sección se presenta sucintamente la evolución de la inflación en Venezuela desde 1950 y algunos de los estudios más relevantes que se han hecho al respecto. En la tercera sección se presenta las relaciones que caracterizan el equilibrio en los sectores monetario, real y externo. Por su parte, en la cuarta sección se presenta el modelo que gobierna la dinámica de corto plazo para las variables endógenas, a saber: inflación (bienes y servicios) y crecimiento. La quinta sección se reserva para la presentación de los resultados del análisis econométrico. Finalmente, se comentan las principales conclusiones del estudio. II. Evolución y Estudios de la Inflación en Venezuela La inflación en Venezuela es, si se quiere, un fenómeno de reciente data e incluso si se compara en los episodios más agudos de crecimiento de los precios con otras economías latinoamericanas como Argentina, Brasil, México y Perú. En la evolución de los precios en nuestro país, en los últimos cincuenta años, pueden distinguirse claramente, como puede apreciarse el cuadro y gráfico 1, tres períodos: Cuadro 1. Inflación y Tasa de Crecimiento del PIB (Promedio Vs Desviación Estándar) Periodo 1951-1973 1974-1978 1979-2001 Período 1951-1973 1974-1978 1979-2001 Promedio 6,59 5,95 1,34 Promedio 1,70 8,38 32,57 Crecimiento Dispersión Máximo 2,90 11,67 2,15 8,77 4,43 9,73 Inflación Dispersión Máximo 1,66 5,62 1,78 11,84 24,59 103,24 Mínimo 1,33 2,14 -8,57 Mínimo -1,67 6,86 7,04 3 Gráfico 1. Inflación y Desviación Estándar -4 -5 Inflación 19 98 15 19 94 1 19 90 35 19 86 6 19 82 55 19 78 11 19 74 75 19 70 16 19 66 95 19 62 21 19 58 115 19 54 26 Desviación Estandar a) Estabilidad de precios (1951-1973). En dicho período la economía venezolana presentó una de las inflaciones promedio más bajas del mundo, 1,6% y una importante tasa de crecimiento del PIB, 5,7%. Dentro de las características de este período podemos resaltar que la gestión fiscal fue disciplinada. En efecto el déficit fiscal como porcentaje del PIB, no superó el 1,5% y nunca hubo una situación deficitaria tres años consecutivos. Consistente con esa disciplina, el régimen cambiario prevaleciente era el tipo de cambio fijo. Se puede decir que durante este período la gestión fiscal fue el ancla de precios. b) Inflación moderada (1974-1978). En este lapso la inflación promedio incrementó a 8,4% mientras que el crecimiento promedio se redujo a 4%. Una de las características fundamentales de este período fueron los controles masivos de precios y salarios y una política de subsidios directos e indirectos. Ambas políticas, aunque insostenibles en el tiempo debido a la acumulación de distorsiones que produjeron en el mercado laboral, de bienes y en el sector externo, posibilitaron que en esos años el crecimiento de los precios fuera menor al que ha debido resultar de las fuertes presiones de demanda producto de políticas fiscal y monetaria expansivas. En este período se intenta dominar la inflación con controles de precios y otorgamiento de subsidios, en un ambiente donde el fisco disponía de abundantes recursos. c) Inflación alta (1979-2001). En este período la inflación promedio fue 32,6% mientras que el ritmo de actividad económica creció al 1,3% interanual. Entre 4 1950 y 2001, la volatilidad de la economía, medida por la inflación, incrementó y se produjo una caída sustancial en el crecimiento económico. Desde el punto de vista de la política económica este lapso se caracteriza por marchas y contramarchas tal como puede observarse en el cuadro 2, donde están listados los distintos regímenes cambiarios aplicados. Es de destacar que durante ese lapso se implementaron tres programas de ajuste económico, coincidiendo los dos valores históricos más elevados de la inflación 81 y 103, con los años en los que se aplicaron dos de los planes, 1989 y 1996. Cuadro 2. Regímenes Cambiarios adoptados Período 1964-1983 (Febrero) 1983-1989 (Febrero) 1989-1992 (Septiembre) 1992-1994 (Junio) 1994-1996 (Abril) 1996-Presente Régimen Tipo de Cambio Fijo Control de Cambios (Tasas Diferenciales) Flotación Crawling Peg Control de Cambios Bandas de Flotación Pudiéramos caracterizar el comportamiento de la economía venezolana, en estas últimas dos décadas como volátil, fundamentalmente asociado a la incapacidad de amortiguar los choques externos provenientes del mercado petrolero y de producir las reformas institucionales, sobre todo en el ámbito fiscal. Cuando hay un choque petrolero favorable, aumenta el gasto fiscal, cuando el choque se revierte el gasto se mantiene o incluso se incrementa, entonces se recurre al endeudamiento. Al restringirse la capacidad de endeudamiento y apreciarse el tipo de cambio real por el efecto del gasto, se potencian las expectativas de devaluación. Luego, sobreviene un fuerte ajuste del tipo de cambio que causa correcciones de precios. Después de cada episodio de alza significativa de precios, la tasa promedio de inflación se sitúa en un nivel más elevado, producto en buena medida de la incorporación del mayor nivel de precios al proceso de formación de expectativas. Dado que entre 1979 y 2001, se hacen evidentes importantes desequilibrios en distintas variables económicas, algunos de los cuales se traducen en incrementos 5 de precios, consideramos pertinente enmarcar nuestro estudio dentro de ese período y utilizar una metodología empírica que recoja cómo los desajustes en los principales mercados incidan sobre el crecimiento de los precios. Los primeros estudios sobre los determinantes de la inflación en Venezuela donde enfatizaban la parte conceptual. En este sentido vale la pena destacar el trabajo de Antivero y Castellanos (1980) quienes sostienen que la inflación es un fenómeno estructural debido a las elevadas ganancias de las empresas como consecuencia de la cartelización de los mercados en la economía venezolana. Estos autores atribuyen la aceleración inflacionaria del período 1974-1978, a la inflación importada. En presencia de un tipo de cambio fijo, en una economía con sesgo importador como la venezolana, el incremento de precios en el exterior, producto del incremento de precios del petróleo a mediados de los setenta, se tradujo en un incremento de la inflación en Venezuela. Por su parte, Lovera (1986) enfatiza que el incremento sustancial del gasto público luego de 1974, a comienzo del primer boom petrolero, implicó un desequilibrio entre oferta y demanda agregada interna. Dicho desajuste, pudo ser atenuado en términos de su efecto sobre el crecimiento de los precios, por la capacidad de importar que confirieron los crecientes flujos de divisas provenientes de las ventas de petróleo. La visión expresada por estos estudios es compartida por el estudio empírico de Rodríguez (1986) quien utilizando datos anuales para el período 1969-1981 encuentra que la inflación externa es un determinante de la inflación interna. Obviamente, esta estimación no es robusta en el sentido de que fue hecha con una serie que contenía pocos datos y, por tanto, pocos grados de libertad. Los estudios empíricos en general han mostrado que los principales determinantes de la inflación están asociados a variables fiscales, a presiones salariales, en algunos casos a variables cambiarias y al primer rezago de la inflación. Es interesante destacar que en el corto plazo no se consigue una relación fuerte entre variables monetarias y el crecimiento de los precios. Guerra, Olivo y Sánchez (1995), para datos de frecuencia trimestral correspondientes período 1984-1994, utilizando vectores autorregresivos, encuentran que los principales determinantes de la inflación son el déficit interno, las presiones salariales y el primer rezago de 6 la inflación. No encuentran relación entre el crecimiento de los precios y el tipo de cambio. Estos autores encontraron una relación de largo plazo entre precios y dinero, y en el corto plazo se consiguió a través del término de corrección de errores. Nicolescu y Puente (1994) llegan a conclusiones similares a las de los trabajos antes mencionados. Por su parte, Dorta, Bello, Toledo y Silva (2001), utilizando datos mensuales, consiguen evidencia de que la política cambiaria ha incidido sobre la desaceleración en el crecimiento de los precios del período 20002001. Esto se consiguió a costa de generar importantes desequilibrios en el sector externo, que a principios de este año se revelaron insostenibles, producto de la importante sobrevaluación del tipo de cambio que produjo el ancla cambiaria. Ninguno de los estudios antes mencionados consideran por separado la inflación de bienes y servicios. Esto cobra particular importancia debido a que buena parte de las políticas que se han utilizado para limitar el crecimiento de los precios a partir de 1983 han estado basadas en el tipo de cambio. En el presente trabajo se estiman separadamente una inflación para bienes y otra para servicios. Adicionalmente la literatura antes mencionada no considera explicitamente los efectos simultáneos que los desequilibrios en los principales mercados: bienes, dinero y sector externo tienen sobre la inflación. La metodología utilizada en este trabajo permite hacer eso. La misma ha sido utilizada en otros paises petroleros como Nigeria e Irán por Kuijs (1998) y Liu y Adedeji (2000), respectivamente. Kuijs (1998), utilizando datos de frecuencia trimestral, para el período 1983-96, estima relaciones de largo de largo plazo y mecanismos de corrección de equilibrio en los mercados de dinero, bienes y sector externo no petrolero. Su principal resultado es que la inflación es determinada por las variables monetarias. Liu y Adedeji (2000), aplicando la metodología desarrrollada por Kuijs al caso iraní, muestran que la inflación es determinada por el exceso de oferta de dinero, el cual a su vez incentiva la sustitución de la moneda local por divisas. Estos autores usan datos trimestrales para el período 1989 y 2000. En la próxima sección es descrita resumidamente la metodología utilizada por estos autores. 7 III. Relaciones de Equilibrio de Largo Plazo A continuación se presentan relaciones de equilibrio para el mercado monetario, para el sector externo y para el sector real de la economía. La economía subyacente corresponde a una pequeña economía abierta cuyas exportaciones están dominadas por un producto sujeto a importantes fluctuaciones en su precio. El equilibrio en el sector monetario se representa convencionalmente como el vaciado del mercado de dinero. Por su parte, para reflejar el equilibrio en el sector externo se estima, mediante un modelo de fundamentos, el tipo de cambio real de equilibrio (q*). Finalmente, el equilibrio del sector real se alcanza cuando la economía se encuentra en su producto potencial. III.1. Sector Monetario La demanda de saldos reales empleada en este trabajo es similar a la especificación de Arize y Melindretos (1999) para modelar el funcionamiento del mercado de dinero para 12 países en vías de desarrollo, también empleada en Arreaza et al (2001) para el caso particular venezolano. Dicha especificación presenta la siguiente forma: mt = α 1 y t + α 2π t + α 3 (it − it* ) + α 4 et d (1) donde md es el logaritmo de la demanda de saldos reales (M2), y es el logaritmo de producto real, i e i* representan la tasa de interés nominal interna y externa respectivamente y e corresponde al logaritmo del tipo de cambio nominal. Por último, π representa la tasa de inflación (esperada). En consecuencia los coeficientes αi deben ser entendidos como elasticidades, a excepción de los coeficientes que acompañan las tasas de interés y a la tasa de inflación, los cuales representan semielasticidades. 8 En la ecuación 1 se espera que el coeficiente α1 presente signo positivo, dado que un mayor nivel de actividad económica debe ser financiado con una mayor demanda de dinero, indicando una mayor demanda de dinero para financiar una mayor actividad económica. Por su parte, se espera que el coeficiente α2 presente signo negativo recogiendo el hecho de que frente a un eventual deterioro del valor real del dinero, los agentes se interesan en reducir sus tenencias en este activo. El coeficiente α3 tiene signo indeterminado. Por un lado, existe un efecto de costo de oportunidad que tiende a disminuir la demanda de dinero real, por el otro existe un efecto sustitución hacia activos remunerados que tiende a incrementar las tenencias de cuasidinero. Para aquellas definiciones de dinero que incorporen activos remunerados, inclusive este efecto sustitución tendrá signo indeterminado. De igual manera, el coeficiente que acompaña al logaritmo del tipo de cambio tiene signo indeterminado ya que un crecimiento en esta variable podría bien reducir las expectativas de depreciación, o bien incrementarlas dependiendo del proceso de formación de expectativas por parte de los agentes, provocando así un incremento o una reducción de las demandas de saldos reales según sea el caso. Por otra parte, el signo también depende de la posición neta dev las tenencias de activos de los agentes denominados en moneda extranjera. Si los agentes mantienen parte de su patrimonio en activos denominados en moneda extranjera y el tipo de cambio sube, existirá un efecto riqueza que tenderá a incrementar las tenencias de dinero. Una propiedad de estas especificaciones es que imponen homogeneidad de precios; es decir, frente a cambios en el nivel general de precios, en el largo plazo se produce una respuesta proporcional en la demanda de saldos nominales1. A partir de la demanda de dinero, obtenemos la brecha monetaria (BMt) que mediante algún mecanismo de transmisión se espera impacte la dinámica de precios. Esta brecha se calcula simplemente como sigue: BM t = mt − mtd 1 (2) La validez de esta restricción para el caso venezolano se pone a prueba en Arreaza et al (2001) 9 III.2. Sector Externo Para definir la brecha en el sector externo, en primer lugar se encuentra el tipo de cambio real de equilibrio entendido como aquél que garantiza simultáneamente la sostenibilidad del sector externo, con la plena utilización de los recursos productivos internos. La metodología utilizada a tal fin, fue desarrollada por Baffes, Elbadawi y O’Connell (1999), consta de dos etapas y se conoce en la literatura como modelos BEER (Behavorial Equilibrium Exchange Rate). Una aplicación de este modelo fue hecha para Venezuela por Blyde (1999). Los pasos a seguir en la estimación se resumen a continuación. En primer lugar se obtiene una relación de largo plazo entre el tipo de cambio real observado y “sus fundamentos”. Luego, para encontrar el tipo de cambio real de equilibrio, se debe sustituir el “valor de equilibrio” de tales fundamentos en la relación previamente encontrada. Para hallar estos “valores de equilibrio” se puede optar por aplicar un filtro a las series. Es claro que este enfoque, a diferencia del basado en la Paridad del Poder de Compra, no restringe el tipo de cambio real de equilibrio a un valor fijo, siendo esto uno de sus principales atributos. En nuestro caso, se busca una relación de largo plazo del siguiente tipo: q t = β 0 + β 1 p tp + β 2 (it t − y t ) + β 3 (i − i*) (3) donde q es el tipo de cambio real de equilibrio. Por su parte, pp representa a los precios del petróleo, que para nuestro caso actúan como una proxy de los términos de intercambio. Por lo tanto, se espera que β 1 presente signo negativo. Esto es debido a que la proporción de inversión total sobre el producto se reconoce como una variable que recoge la productividad de la economía por lo que se espera que el coeficiente estimado β 2 tenga signo negativo. Finalmente, un incremento en el diferencial de tasas (i-i*) puede asociarse con un mayor flujo de entradas de capital que tenderá en el largo plazo a incrementar la posición deudora neta del país, lo cual requerirá un tipo de cambio real más depreciado 10 para garantizar el equilibrio. En otras palabras, se espera que β 3 sea mayor que cero. El tipo de cambio de equilibrio (q*) se obtiene de la siguiente forma: q *t = β 0 + β 1 F ( p tp ) + β 2 F ((it t − y t )) + β 3 F ((i − i*)) (4) donde el operador F(*) extrae el valor tendencial de su argumento2. La brecha cambiaria (BCt) estará definida como la diferencia entre el logaritmo del tipo de cambio de equilibrio y el logaritmo del tipo de cambio efectivo. Es evidente que esta brecha recoge el grado de sobrevaluación o subvaluación del tipo de cambio. Una virtud de esta metodología es que cambios transitorios en los determinantes del tipo de cambio real, no tienen efecto sobre el tipo de cambio real de equilibrio. III.3. Sector Real La brecha del sector real se define como la diferencia entre el producto observado y el producto potencial. Para estimar el producto potencial, se supone la existencia de mercados competitivos, por lo cual la tasa de crecimiento del producto puede ser descompuesta como sigue: ∆y t = α t ∆k t + β t ∆l t + Rt (5) donde αt y βt representan la participación del capital y del empleo en la renta calculadas de manera variable a lo largo del tiempo, mientras que ∆yt, ∆kt y ∆lt representan la tasa de crecimiento del producto, del capital y del empleo respectivamente. Finalmente, el término Rt recoge la parte del crecimiento que no está explicada por cambios en los factores productivos. A este término se le conoce en la literatura de crecimiento como el residuo de Solow. 11 En primer lugar, encontramos Rt en (5) y construimos un índice (RSt) a partir de esta variable3. Luego, se estima una relación de largo plazo del siguiente tipo: yt = δ 0 + δ 1 k t + δ 2 lt + δ 3 rs t (6) donde las minúsculas indican que las variables están expresadas en logaritmos. Luego, para estimar el producto potencial (y*), empleamos la ecuación (6) pero sustituyendo el logaritmo del empleo (lt) por el de la Población Económicamente Activa menos el Desempleo Natural (pobt). De manera tal que la brecha real (BRt) quedará expresada de la siguiente manera: BRt = y t − (δ 0 + δ 1 k t + δ 2 pobt + δ 3 rs t ) (7) IV. Dinámica de Corto Plazo Las ecuaciones antes descritas representan las relaciones de largo plazo para cada uno de los tres sectores que conforman la economía. Sin embargo, en el corto plazo, la dinámica de la inflación y del crecimiento dependerá - directa o indirectamente - de los desequilibrios temporales en estos sectores, pero también, de un vector X que incluye variables exógenas contemporáneas y rezagadas tales como el crecimiento de los salarios y la tasa de depreciación del tipo de cambio, así como variables endógenas rezagadas. Esta dinámica se representa en forma no restringida en el siguiente sistema de ecuaciones: 2 3 En este trabajo, F(*) es el Filtro de Hodrick y Presccott. Este índice se construye asignando RS0=1 y RSt=RSt-1(1+Rt) 12 ∆pt = φ∆ptb + (1 − φ )∆pts n3 n1 n2 rr ∆ptb = α b + ∑ λbi BRt −i + ∑ γ bi BM t −i + ∑ δ bi BCt −i + ψX i =1 n4 i =1 n5 i =1 n6 rr ∆p = α s + ∑ λsi BRt −i + ∑ γ si BM t −i + ∑ δ si BCt −i + θ X s t i =1 n7 n8 i =1 i =1 i =1 (8) i =1 rr ∆yt = α + ∑ λi BRt −i + ∑ γ i BM t −i + ∑ δ i BCt −i + τ X Donde ∆pb y n9 i =1 ∆ps representan la inflación en bienes y en servicios respectivamente, mientras que φ representa la ponderación del índice de precios de bienes en el índice general de precios. Las flechas superiores denotan vectores. En las ecuaciones de la inflación de bienes y de servicios se espera que la suma de los coeficientes que acompañan a la brecha real presente signo positivo, indicando que un exceso de demanda en el mercado de bienes implicará un crecimiento en el nivel de precios. Para que el producto converja a su valor potencial, se espera que la sumatoria de los coeficientes que acompañan a la brecha real en la ecuación del crecimiento muestre signo negativo. En esa misma ecuación, la suma de los coeficientes que acompañan la brecha monetaria debe ser no negativa indicando que las expansiones monetarias podrían ser efectivas para promover crecimientos del producto en el corto plazo. Por último, también en la ecuación de crecimiento, se espera que la suma de los coeficientes que acompañan la brecha cambiaria sea negativa indicando que la tendencia a la sobrevaluación impacta desfavorablemente la competitividad del sector transable de la economía y en consecuencia, reduce las tasas de crecimiento. V. Análisis Econométrico V.1. Los datos El modelo fue estimado con datos trimestrales para el periodo muestral 19862000. Esto obedece a que algunas de las series de las variables4 consideradas en Agradecemos al personal del Departamento de Apotyo Cuantitativo del BCV por el suministro de la mayoría de las series 4 13 el estudio sólo están disponibles para el lapso señalado. Vale la pena mencionar algunos de los casos donde se construyeron o completaron series como parte del trabajo. Por ejemplo, el tipo de cambio real se construyó como un promedio ponderado de tipos de cambios reales bilaterales para una muestra de 17 países que en 1997 cubrían un 80% del volumen de comercio exterior. Esta última variable sirvió de ponderación para el promedio mencionado. La serie de precios del petróleo entre 1986 y 1987 es el precio spot del IFS,. Posteriormente, la serie obtenida se deflactó con el IPC de USA. De acuerdo con los contrastes de Dickey-Fuller (ADF) y Phillips-Perron (PP), todas las variables en niveles son I(1) con tres excepciones. La hipótesis de que el logaritmo del precio de los servicios es I(2) no pudo ser rechazada al 10% de significación según ambos tipos de contrastes. Por su parte, la hipótesis de que el logaritmo del nivel general de precios es I(2) fue rechazada al 5% de significación según el contraste PP, pero no pudo ser rechazada al 10% de significación según el contraste ADF. Finalmente, no se puede rechazar que el acervo de capital es I(2) al 10% de significación según ambos tipos de contrastes. V.2. Relación de Largo Plazo en el Mercado de Dinero La tabla 1 muestra los resultados del contraste de cointegración de Johansen correspondientes a la relación de largo plazo en el mercado de dinero. Los mismos señalan la existencia de al menos una relación de cointegración5. La estimación de la relación de cointegración es la siguiente6: mtd = 2.595 yt − 0.005(it − it* ) − 0.450et − 0.027π t − 16.614 (6.13) ( −3.04) ( −13.15) ( −5.94) (9) Todas las elasticidades y semielasticidades son significativas estadísticamente y con los signos esperados. El signo negativo de la semielasticidad “diferencial de Este resultado es consistente con los encontrados por Arreaza et al (2001) Se incluyeron variables ficticias exógenas para controlar por la estacionalidad. Los residuos de esta ecuación son estacionarios al 1%, de acuerdo con el contraste de Dickey Fuller (estadístico: -2.97 y valor crítico: -1.62) 5 6 14 tasas” estaría asociado a un predominio del efecto de costo de oportunidad de mantener activos no remunerados sobre el efecto sustitución de activos remunerados denominados en moneda doméstica y extranjera. El signo negativo del tipo de cambio nominal estaría evidenciando que las expectativas de depreciación del tipo de cambio nominal se incrementan con un ascenso del mismo. Incrementos de 1% en el producto real y en la tasa de inflación producen un incremento de 2.6% y una caída de 2.7% en la demanda de saldos reales, respectivamente. Por su parte, aumentos de un punto porcentual en ambos, el diferencial de tasas y el tipo de cambio nominal, generan una caída de 0.5% en la demanda de saldos reales. El gráfico 2 muestra la brecha monetaria calculada según la ecuación (2) y la tasa de inflación. Resalta la coincidencia de los picos de ambas variables, lo cual se explica por la disminución de la demanda de saldos reales causada por un repunte de la inflación. Como veremos más adelante, las variaciones de corto plazo de esta brecha monetaria, consecuencia de perturbaciones no solo de la misma inflación sino de la política monetaria y del resto de variables que determinan la demanda de dinero, van a tener influencia con cierto rezago la dinámica del crecimiento económico. Este último influirá sobre la brecha del producto que será la que finalmente guíe la dinámica de la inflación. Cuadro 3: Contraste del Rango de Cointegración según Johansen Mercado de Dinero Muestra(ajustada): 1986:2 2000:4 Tendencia supuesta: Lineal determinística Rezagos: 1-1 Hipótesis Estadístico No. de EC(s) Autovalor Traza A A A A Ninguna lo sumo 1 lo sumo 2 lo sumo 3 lo sumo 4 0.538983 0.313758 0.158554 0.095178 0.026354 85.56202 39.87716 17.66217 7.476795 1.575764 Valor Crítico 5% Valor Crítico 1% 68.52 47.21 29.68 15.41 3.76 76.07 54.46 35.65 20.04 6.65 15 Gráfico 2: Brecha Monetaria e Inflación .45 .6 .40 .5 .35 .4 .30 .3 .25 .2 .20 .1 .15 .0 .10 -.1 .05 -.2 .00 -.3 1986 1988 1990 1992 BM2 1994 1996 1998 2000 DLIPC V.3. Relación de Largo Plazo para el Mercado Cambiario Los resultados del contraste del rango de cointegración según Johansen para la ecuación (3) son presentados en el cuadro 2. El estadístico-traza es menor pero muy cercano del valor crítico al 5% de significación. En este sentido, se justifica el rechazo de la hipótesis de que no existe relación de cointegración7. Los estimados de los parámetros de la ecuación de largo plazo se dan a continuación: qt = −1.489 ptp − 0.189(itt − yt ) + 0.010(it − it* ) + 8.154 (−1.15) (−0.21) (1.12) (10) Como puede observarse, la significación estadística de las variables es débil, sin embargo, los signos de los parámetros estimados son los esperados. Estos resultados son consistentes con los alcanzados por Blyde (1999). Baffes et al (1999) argumentan que es suficiente encontrar la relación de cointegración y que la misma tenga propiedad de atractor en la dinámica de las variables. El modelo VEC evidencia que las dinámicas del tipo de cambio real y de la inversión total 7 También se incluyen variables exógenas ficticias para controlar por la estacionalidad y una variable ficticia asociada a la fuerte perturbación producida por el paquete de medidas tomadas en el segundo trimestre de 1989. 16 como proporción del PIB responden significativamente a desequilibrios en esta relación de largo plazo. Cuadro 4: Contraste del Rango de Cointegración según Johansen Sector Externo Muestra(ajustada): 1986:2 2001:4 Tendencia supuesta: Lineal determinística Rezagos: 1-1 Hipótesis Estadístico No. de EC(s) Autovalor Traza Ninguna A lo sumo 1 A lo sumo 2 A lo sumo 3 0.284669 0.267374 0.097289 0.045410 Valor Crítico 5% Valor Crítico 1% 47.21 29.68 15.41 3.76 54.46 35.65 20.04 6.65 46.90246 27.13685 8.780750 2.741913 El tipo de cambio real de equilibrio se obtuvo sustituyendo en la ecuación de largo plazo a la tendencia (filtro de Hodrick-Prescott) de los fundamentos. El gráfico 3 muestra el tipo de cambio real efectivo y el equilibrio estimado. Por su parte, el gráfico 4 presenta la sobrevaluación relativa medida como la diferencia de los logaritmos y la tasa de inflación. Aparentemente los periodos cuando la moneda ha estado más sobrevaluada se encuentran a partir de 1994, lo cual coincide con políticas cambiarias para controlar la inflación, vía las manipulaciones en el tipo de cambio nominal. Gráfico 3: Tipo de Cambio Real Efectivo y de Equilibrio 160 140 120 100 80 60 40 84 86 88 90 Q 92 94 96 98 00 Q* 17 Gráfico 4: Sobrevaluación e inflación 0.6 0.4 0.4 0.3 0.2 0.0 0.2 -0.2 -0.4 0.1 -0.6 -0.8 0.0 84 86 88 90 92 94 96 98 00 π q*-q V.4. Relación de Largo Plazo para el Sector Real En una primera fase, la relación de largo plazo (6) entre el producto, el capital, el empleo y el índice RSt se estima con datos anuales, ya que no se dispone de una serie trimestral para el acervo de capital. Las pruebas de Dickey-Fuller sobre esta serie se inclinan a favor de una integración de segundo orden, aunque el estadístico de contraste no se encuentra muy lejos del valor crítico al 10%. Es difícil encontrar una justificación teórica para incluir en la relación de largo plazo a la primera diferencia del capital, y por tal motivo se incorpora en niveles. El cuadro 5 presenta los resultados del contraste de cointegración de Johansen para la ecuación 6, indicando la existencia de al menos una relación de cointegración hasta con un nivel de significación del 1%8. Los parámetros estimados de la función de producción de largo plazo son los siguientes: 8 Se intentó estimar una función de producción de largo plazo sin la variable RS pero el contraste de Johansen se pronuncia por la inexistencia de cointegración. Estimaciones recursivas por OLS del coeficiente asociado a la tecnología sugieren su inestabilidad sugiriendo un cambio estructural ocurrido en algún momento del período 1979-1990. Incluyendo en las estimaciones de la relación de largo plazo una variable ficticia aditiva, que toma el 18 yt = 0.591kt + 0.394lt + 0.925rst (90.41) ( 49.95) (11) (81.15) Todos los coeficientes son significativamente diferentes de cero. La suma de los coeficientes del capital y el empleo es 0.985, sin embargo, la hipótesis de retornos constantes a escala es rechazada al 1% de significación. Un incremento de 1% en el acervo de capital induce un incremento del 0.59% en el producto, mientras que un alza del 1% en el empleo genera un aumento de 0.39% en el producto. La estimación del producto potencial anual se efectúa sustituyendo el capital, la población económicamente activa menos una estimación del desempleo natural9 y el índice RSt en esta ecuación. Seguidamente, se baja la frecuencia del producto potencial anual a trimestral con el método "constant-match sum" del paquete Eviews. El gráfico 5 despliega el producto efectivo y el producto potencial. Cuadro 5: Contraste del Rango de Cointegración según Johansen Función de Producción Muestra(ajustada): 1954 2000 Tendencia supuesta: Lineal determinística Rezagos: 1-3 Hipótesis Estadístico No. de CE(s) Autovalor Traza Ninguna A lo sumo 1 A lo sumo 2 A lo sumo 3 0.499303 0.252300 0.238476 0.022020 60.02873 27.51629 13.85089 1.046522 Valor Crítico 5% Valor Crítico 1% 47.21 29.68 15.41 3.76 54.46 35.65 20.04 6.65 Una vez obtenido el producto potencial, estimado trimestralmente, se calcula la brecha real según la ecuación (7)10. El gráfico 6 compara a la brecha real y a la tasa de inflación. Debido a la estacionalidad del producto y por ende de la brecha valor uno a partir de 1980 y cero en otro caso, el contraste de Johansen indica una relación de cointegración. El año se seleccionó para aquel estadístico de Dickey-Fuller que más favorece la estacionaridad de los residuos estimados por OLS. Cómo es de esperar, es para el mismo año donde la variable ficticia presenta la mayor significación estadística. 9 La tasa de desempleo natural fue estimada aplicando el filtro de Hodrick-Prescott a la serie anual de desempleo para el período 1950-2000. Se utilizó el parámetro λ=5000000 que produce un resultado de máxima suavización, es decir una linea recta. 19 no es muy clara la relación entre ésta y la inflación. Sin embargo, como veremos más adelante, la brecha resulta significativa en una ecuación para la inflación de bienes, lo que constituye una especie de curva de Phillips. Gráfico 5: Producto Efectivo y Producto Potencial 160000 150000 140000 130000 120000 110000 100000 1986 1988 1990 1992 1994 PPN 1996 1998 2000 PIB Gráfico 5: Brecha Real e Inflación .35 .12 .30 .08 .25 .04 .20 .00 .15 -.04 .10 -.08 .05 -.12 .00 -.16 1986 1988 1990 1992 BR 1994 1996 1998 2000 π V.5. Inferencia sobre la Dinámica de Corto Plazo 10 El estadístico de Dickey Fuller (-2.46), sobre la estacionaridad de la brecha real, no está muy lejos del valor crítico al 10% (-2.59). 20 El objetivo que se persigue en esta fase del estudio es inferir una estructura parsimoniosa del modelo (8), permitiendo recoger del conjunto hipotético de factores, aquéllos que determinan en forma relevante, directa o indirectamente, la dinámica del proceso inflacionario tanto de bienes como de servicios. La estrategia seguida fue similar a la metodología de Hendry o el llamado London School of Economics approach to model selection11. Esto permite reducir el número de parámetros estimados mejorando los grados de libertad. Adicionalmente, la exclusión de términos dinámicos irrelevantes contribuye a mejorar la eficiencia de los estimadores y permite controlar un mayor número de variables en un modelo. El tratamiento uniecuacional permite mayor flexibilidad para el diagnóstico y tratamiento de la heterocedasticidad y la autocorrelación. En nuestro caso particular, esto es de especial importancia ya que muchos estudios han demostrado que las perturbaciones de las ecuaciones de inflación tienden a presentar algún tipo de heterocedasticidad condicional autorregresiva12. Estas ventajas tienen como contrapartida, con relación a un modelo VAR, una mayor dificultad para calcular la función de impulso respuesta y para el análisis de descomposición de varianza. En el cuadro 6 se presentan los resultados obtenidos para la inflación de bienes y de servicios. Nótese que existen dos versiones para el caso de la inflación de bienes, la primera incluye la brecha real y la segunda incluye el gasto público como proporción del PIB. Esta separación trata de controlar la redundancia en las variables explicativas toda vez que el PIB13, que forma parte de la brecha, incluye al gasto público en su composición. Para la inflación de servicios no presentamos una ecuación con la brecha ya que la misma no es estadísticamente significativa. Es importante destacar que todas las ecuaciones en esta tabla fueron estimadas suponiendo que la varianza de las perturbaciones sigue un proceso ARCH de 11 El método aplicado se puede resumir de la manera siguiente: Se parte de una ecuación dinámica lo más general posible con relación al tamaño de muestra y mediante un procedimiento de simplificación por etapas, se selecciona una ecuación que, entre otras condiciones, solo tenga términos relevantes y esté correctamente especificada desde el punto de vista econométrico. 12 Existen muchos estudios donde se utiliza este tipo de especificaciones en modelos de inflación, como en Engle (1983) y en el caso venezolano en Dorta et al (1997). 13 Otra variable fiscal que se probó fue la razón deuda-PIB, pero la misma no resultó significativa. 21 primer orden. Como puede observarse, el termino ARCH es estadísticamente significativo, hasta con un nivel de significación del 10%, en todos los casos. Los resultados del cuadro 6 indican los factores que directa y significativamente determinan la inflación. Luego veremos que hay otros factores que lo hacen de manera indirecta a través de la ecuación del crecimiento económico, el cual pasa a determinar la brecha real. En la primera versión de la ecuación de bienes, la variable con mayor significación estadística fue precisamente la brecha real, seguida en orden de significación por: La tasa de crecimiento del salario (denotado por s) rezagada un período, la inflación de servicios rezagada un período, la tasa de crecimiento del tipo de cambio nominal, la inflación de bienes rezagada un periodo, el factor estacional del segundo trimestre, la tasa de crecimiento del tipo de cambio nominal rezagada un periodo y el régimen de control de cambios14. Las estimaciones puntuales de los coeficientes, cuyos signos coincidieron con los esperados, miden elasticidades y/o semielasticidades promedio de corto plazo. Los efectos a un plazo mayor requieren de la resolución dinámica del modelo. En la ecuación para la inflación de servicios, la variable con mayor significación estadística fue la inflación de servicios rezagada un período seguida por: la inflación de bienes rezagada un periodo, la tasa de crecimiento del salario, el control de cambios, la tasa de crecimiento del tipo de cambio nominal y el gasto público como proporción del PIB rezagado uno y dos periodos. Como en el caso de bienes, todos los coeficientes estimados poseen los signos esperados y los mismos miden elasticidades y/o semielasticidades de corto plazo. Medir los efectos a un plazo más largo requiere resolver dinámicamente el modelo, tal como se mencionó en el caso de bienes. Al comparar los resultados para las ecuaciones de bienes y servicios, llama particularmente la atención que la brecha real es solamente significativa para la 14 Se controló por otras variables ficticias correspondientes a los diferentes regímenes cambiarios implantados durante el período en estudio. Las mismas no resultaron estadísticamente significativas. 22 inflación de bienes. Este resultado puede ser explicado porque la canasta que integra a los servicios contiene una alta ponderación en rubros cuyos precios están sujetos a controles administrativos. En consecuencia la dinámica de la inflación de servicios pareciera ser independiente de la fase del ciclo económico. Los factores de costos resultaron significativos en ambas ecuaciones de inflación. Como es de esperar, el tipo de cambio resultó más relevante, tanto en magnitud como en significación estadística, para explicar la inflación de bienes debido a que el componente transable es fundamental en la canasta que se utiliza para medir este tipo de inflación. Por su parte, los salarios también resultaron más importantes en la inflación de bienes, lo cual sorprende un poco dado que los servicios son más intensivos en el factor trabajo que los bienes. Tanto la inflación de bienes como la de servicios presentan una importante persistencia, la cual es recogida por la magnitud del coeficiente del primer rezago de la variable dependiente, siendo ésta mayor en el caso de los servicios que para el caso de los bienes. Este resultado es consistente con el encontrado en Dorta et al (2000). Al observar la segunda versión de la inflación de bienes, se aprecia que algunas regularidades se mantienen a pesar de excluir la brecha real como variable explicativa. En particular, la persistencia de la serie sigue siendo mayor para la inflación de servicios que para la de bienes. Asimismo, la tasa de depreciación sigue afectando más significativamente a esta última. De igual manera, la variable artificial correspondiente al período del control de cambios mantiene su significación estadística. Sin embargo, vale destacar que al sustituir la brecha real por la razón gasto público-PIB, la variación de los salarios deja de ser estadísticamente significativa. Como se mencionó anteriormente, las perturbaciones, tanto para la inflación de bienes como para la de servicios, presentan heterocedasticidad condicional autorregresiva, la cual es bien representada por un proceso ARCH de primer orden. Como puede apreciarse en el gráfico 7, se verifica que la volatilidad de los choques, representada por las desviaciones estándares condicionales, es superior para la inflación de bienes. La modelación de la varianza condicional permite omitir 23 el uso de variables artificiales para intervenir los modelos, al restarle influencia a las observaciones que siguen a las mayores innovaciones (elevadas al cuadrado) para la estimación de los parámetros. Nótese que los picos mas pronunciados para la desviación estándar condicional se alcanzan durante el primer trimestre de 1989 y el segundo trimestre de 1996, fechas que coinciden con importantes cambios en la orientación de la política económica. 24 Cuadro 6: Estimación de Ecuaciones de Inflación Variable Bienes I Intercepto Bienes II - Control de Cambios - 0.018 (2.26) 0.209 (5.37) 0.308 (11.02) 0.219 (19.74) ∆pb-1 ∆ps-1 BR GP/PIB(-1) - GP/PIB(-2) - ∆s - 0.018 (1.65) 0.301 (2.86) 0.293 (2.922) - - 0.085 (5.467) - 0.152 (11.49) 0.155 0.205 (9.32) (9.97) 0.086 0.079 (4.88) (2.36) 0.016 0.020 (5.16) (2.49) Ecuación de la Varianza 4.88E-07 1.48E-04 (0.072) (1.74) 2.38 1.308 (4.18) (2.42) ∆s-1 ∆e ∆e-1 Trim. 2 C ARCH(1) R-cuadrado ajustado 0.314 Servicios 0.161 (4.60) 0.030 (3.44) 0.141 (3.64) 0.427 (5.48) 0.415 0.053 (2.83) 0.031 (1.93) 0.159 (3.50) 0.049 (2.99) 1.6E-04 (1.99) 0.725 (1.67) 0.739 En todas las ecuaciones los correlogramas de los residuos no presentan evidencias de autocorrelación y los contrastes de normalidad no pudieron ser rechazados con una significación del 5% Gráfico 7: Desviaciones Estándares Condicionales .4 .3 .2 .1 .0 1986 1988 1990 Bienes 1 1992 1994 Bienes 2 1996 1998 2000 Servicios 25 Pasamos ahora al análisis de los principales factores que afectan indirectamente a la inflación a través de la brecha real. Se debe tener siempre presente que los resultados encontrados hasta ahora señalan que la brecha real afecta significativamente a la inflación de bienes pero no a la de servicios y, por lo tanto, también tendrá un efecto importante en la inflación general15. Es por eso que resulta de utilidad estimar una ecuación para la tasa de crecimiento del PIB (ecuación 8), la cual determina, en gran medida, las variaciones de la brecha real. Cualquier factor que incida en el corto plazo sobre la tasa de crecimiento estaría provocando un cambio en la brecha real y por ende otro en la tasa de inflación en la misma dirección. Otras fuentes de variación de la brecha real son las que inciden sobre el producto potencial. En el cuadro 7 se presentan sendas ecuaciones de crecimiento. La segunda ecuación sólo difiere de la primera en la exclusión de la brecha monetaria, debido a que la misma no es significativa estadísticamente. Las variables artificiales que recogen el comportamiento estacional de la serie resultaron ser las de mayor significación estadística, seguidas de la brecha real rezagada un período, del tercer rezago de la tasa de crecimiento del PIB, de la brecha cambiaria rezagada un período y de la tasa de crecimiento del dinero (M2) rezagada dos periodos. El signo negativo de la brecha real indica que en ausencia de choques, la tasa de crecimiento del PIB disminuye cuando el producto corriente se aleja por arriba de su nivel de pleno empleo en el periodo anterior. Por su parte, el signo negativo de la brecha cambiaria sugiere que una sobrevaluación en el periodo anterior afecta negativamente a la actividad real. Por último, expansiones monetarias impactan positivamente al producto en el corto plazo, no obstante la irrelevancia de los desequilibrios en el mercado de dinero en la dinámica del producto. Nótese que el sistema dinámico constituido por las ecuaciones de inflación y crecimiento presentadas anteriormente no representa estrictamente un modelo con corrección de desequilibrios en virtud de que la brecha real entra contemporáneamente en la ecuación de inflación. En nuestro caso, lo que se 26 intenta es medir el efecto que los desequilibrios tienen sobre la inflación y el crecimiento, siguiendo a Liu y Adedeji (2000). Cuadro 7: Estimación de Ecuaciones de Crecimiento Variable C ∆y-3 BR-1 BC-1 BM-1 ∆m-2 Trim(2) Trim(3) Trim(4) π-1 π-3 π-4 R-cuadrado ajustado Crec I Crec II -0.059 (-6.32) 0.375 (4.27) -0.533 (-4.90) -0.031 (-4.12) 0.008 (0.37) 0.094 (1.91) 0.059 (5.00) 0.062 (7.35) 0.116 (9.22) -0.151 (-2.13) 0.148 (2.40) -0.086 (-1.36) -0.058 (-7.12) 0.365 (4.37) -0.552 (-5.70) -0.031 (-4.43) 0.094 (1.97) 0.058 (5.22) 0.061 (7.90) 0.114 (10.20) -0.132 (-2.82) 0.144 (2.44) -0.093 (-1.57) 0.899 0.878 - En todas las ecuaciones los correlogramas de los residuos y los contrastes LM no presentan evidencias de autocorrelación. Por su parte, los contrastes de heterocedasticidad de White y ARCH, así como los de normalidad, no pudieron ser rechazados con una significación del 5%. 15 La ponderación de bienes y servicios en el IPC general es de aproximadamente 50 y 50 por ciento. 27 VI. Conclusiones La principal conclusión que se desprende de este estudio es que la brecha real afecta directamente a la inflación de bienes mientras que la brecha cambiaria afecta de manera indirecta a la mencionada inflación. Por su parte, consistente con los resultados de otros estudios para el caso venezolano, la brecha monetaria no parece influir, directa ó indirectamente, sobre la inflación de bienes ni la de servicios. En el caso de la explicación de la inflación de servicios, el mayor peso descansa en factores de costos como los salarios y el tipo de cambio, y en variables de demanda como el gasto público. No se encontró evidencia de que la inflación de servicios sea explicada por los desequilibrios en cuestión. Más detalladamente los resultados nos permiten sostener lo siguiente: a) La brecha real sólo es significativa en la inflación de bienes (contemporáneamente) lo cual pudiera explicarse por los controles que el gobierno aplica a muchos servicios como los alquileres, suministro eléctrico, comunicaciones, transporte público y otros. Lo anterior implica la escasa dependencia de la inflación de servicios de los ciclos económicos. Por consiguiente la dinámica de la inflación general responde en el corto plazo a la brechas real, ya que aquélla es un promedio ponderado de la de bienes y de servicios. b) Los factores de costos resultaron significativos en ambas ecuaciones de inflación. Como es de esperar, el tipo de cambio resultó más relevante, tanto en magnitud como en significación estadística, para explicar la inflación de bienes. Los salarios también resultaron más importantes en la inflación de bienes. Este resultado, un tanto sorprendente, pudiera explicarse por los controles de precios en los servicios. 28 c) Tanto la inflación de bienes como la de servicios presentan una importante persistencia, siendo ésta mayor para el caso de los servicios. Este resultado coincide con el de trabajos anteriores. d) Las perturbaciones tanto para la inflación de bienes como para la de servicios presentan heterocedasticidad condicional autorregresiva, la cual es bien representada por un proceso ARCH(1). Se verifica que la volatilidad de los choques es bastante superior para la inflación de bienes. La modelación de la Varianza Condicional permite omitir el uso de variables artificiales para controlar por choques a la inflación, al ponderar menos tales observaciones en la estimación de los coeficientes. e) Se construyeron variables artificiales para controlar por arreglos cambiarios. Sólo resultó estadísticamente significativa la asociada al período del Control de Cambio (junio 94 - Marzo 96), la cual presentó signo positivo. f) Como variables fiscales se incorporaron la relación Deuda/PIB, la cual resultó no significativa, y la relación Gasto Público / PIB, que resultó significativa, para explicar la inflación de bienes y servicios. g) La sobrevaluación impacta desfavorablemente la tasa de crecimiento. En efecto, según el coeficiente, una sobrevaluación de 1% reduce la tasa de crecimiento del PIB en 0.03%, con un retardo de 1 trimestre. h) Un incremento de la tasa de crecimiento del dinero produce una expansión de la actividad económica. Este efecto comienza a manifestarse con un rezago de 2 trimestres en promedio. i) En términos de la efectividad de los instrumentos del Banco Central para abatir la inflación, podemos afirmar que el ancla cambiara, usada intensivamente desde la década de los ochenta, ha contribuido a reducir las tensiones inflacionarias en el corto plazo. Esto, tanto por su efecto directo sobre la 29 estructura de costos, como por su efecto sobre la brecha real. No obstante, estudios previos alertan sobre los riesgos de acumular significativos niveles de sobrevaluación que terminan socavando la credibilidad en el esquema cambiario y atentando contra la política antinflacionaria. Por otro lado, el combate contra la inflación, apoyado exclusivamente en el ancla cambiaria, presenta importantes costos en términos de la actividad real de la economía, tal y como lo muestran los resultados obtenidos. j) Desequilibrios en el mercado de dinero no son relevantes para la determinación de la inflación, ni para la actividad económica. No obstante, la tasa de crecimiento del dinero nominal si tiene un efecto importante sobre la tasa de crecimiento del producto y por lo tanto termina por presionar la inflación. Lo anterior implica la conveniencia de que la política monetaria propicie tasas reducidas de crecimiento del dinero; en particular, evitar financiamientos monetarios del déficit fiscal. Adicionalmente, en este trabajo se especifica y estima un modelo de oferta y demanda agregadas que permite describir las principales características de la dinámica inflacionaria, conjuntamente con la del crecimiento económico de Venezuela con frecuencia trimestral para el periodo 1986-2000. El modelo permite la existencia de desequilibrios temporales en el mercado de dinero, en el mercado de bienes y servicios y en el tipo de cambio real, los cuales influyen sobre la dinámica de las variables endógenas. Es importante destacar que las ecuaciones estimadas pueden ser utilizadas como parte de un Modelo Macroeconómico de Pequeña Escala, ya que la estructura básica de estos modelos contiene: una curva de Phillips o de oferta agregada, una ecuación de demanda agregada, una ecuación para la demanda de dinero, una ecuación para la paridad no cubierta de intereses y una regla de política. Entre los usos de este tipo de modelos podemos mencionar los siguientes: analizar la reacción de la economía ante diferentes choques exógenos, investigar las implicaciones para la inflación y el producto de diferentes reglas de política, calcular respuestas al impulso y/o simular el modelo estocásticamente. 30 REFERENCIAS Antivero, Ignacio y Diego Luis Castellanos, (1980), "Aspectos del Proceso Inflacionario en Venezuela", Revista de economía Latinoamericana, BCV, Vol., abril-junio, Caracas Arize, A.C., Malindretos, J., y Shwiff, S., (1999), "Structural Breaks, Cointegration and Speed of Adjustment. Evidence from 12 LDCs Money Demand", Internationat Review of Economics and Finance, 8: 399-420 Arreaza, Adriana, María Fernández y David Delgado, (2000), "La Demanda de Dinero en Venezuela (1984-2000)", Revista BCV, Vol. XIV, No. 2, Caracas Baffes, Jhon, Ibrahim Elbadawi y Stephen O’Connell, (1999), "SingleEquation estimation of the Equilibrium Exchange Rate," en Laurence E. 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