MOVILIDAD LABORAL COMO CRITERIO DE DELIMITACIÓN TERRITORIAL: SU APLICACIÓN EN LA COMUNIDAD VALENCIANA Julia Salom Carrasco Universitat de València – Departament de Geografia Elisabeth Delios Licenciada en Geografía 1. Introducción La intensificación de la movilidad obligada por motivos de trabajo, al igual que sucede con el resto de los desplazamientos de bienes y personas, es una tendencia de gran significación territorial que no puede entenderse si no se toman en consideración los cambios en la distribución espacial de la actividad económica, las preferencias residenciales y la creciente especialización y segregación de usos del suelo, procesos que tienen como resultado una creciente separación entre espacio productivo, residencial y de consumo. Ta nto geógrafos como economistas han utilizado la información de los desplazamientos diarios residenciatrabajo como un indicador de las relaciones funcionales entre territorios y como base para posteriores delimitaciones de regiones funcionales, siendo cada vez más frecuente su adopción para analizar y comprender las tendencias actuales de crecimiento y cambio de los sistemas urbanos. A pesar de ello, son escasos los análisis y delimitaciones territoriales realizados a partir de la movilidad obligada por motivos laborales en la Comunidad Valenciana, bien sea por la escasez de fuentes primarias de información o bien por la complejidad técnica de este tipo de análisis. El Censo de Población de 1991 incorporó por primera vez, para la totalidad de la población y del territorio de esta comunidad, una pregunta específica sobre el municipio trabajo y/o de estudio, pregunta que cruzada con la correspondiente a la relación con la actividad, permiten detectar la mayor parte de los movimientos pendulares por motivos laborales. Ello supone disponer de una fuente de información que abarca el 100 % de la población y por tanto brinda un elevado grado de fiabilidad para el análisis de las pautas existentes en diferentes colectivos y territorios que deberían ser periódicamente contrastadas y actualizadas. La información censal disponible para 1991, no obstante, hace referencia sólo a un tipo de desplazamiento de la población –por estudio y/o trabajo– y no refleja la totalidad de los desplazamientos y en consecuencia las diferentes estructuras y formas de organización del territorio. Existen tres alternativas posibles de delimitación de áreas utilizando datos de flujos o commuting: áreas de centralidad, áreas de cohesión y áreas de mercado de trabajo. La diferencia entre las tres metodologías radica en los flujos considerados (unidireccionales o bidireccionales) y en los umbrales establecidos. Mientras que en el primer caso se considera el primer flujo de salida de un municipio, sin ningún umbral preestablecido, el segundo método considera los flujos en ambas direcciones (origen-destino y destino-origen), fijando un umbral mínimo de residentes/trabajadores en cada área para proceder a la agregación territorial. En ambos casos, los resultados permiten conocer las jerarquías urbanas así como delimitar las áreas de influencia de los principales núcleos de empleo. El tercer enfoque tiene un objetivo diferente: se trata de delimitar los espacios en los que una parte importante de la población desarrolla su actividad laboral y dónde los empresarios reclutan la mayor parte de la mano de obra. Las delimitaciones se establecen igualmente a partir de los flujos origen-destino y destino-origen, si bien en este caso, como más adelante se detalla, se analizan todos los flujos existentes, ponderados según la población residente y el empleo local. Las áreas resultantes, “Áreas de Mercado de Trabajo Local” (AMTL), pueden estar constituidas por un único municipio o por la agregación de varios y representan mercados relativamente cerrados, de forma que los desplazamientos se producen mayoritariamente dentro de sus límites. Su aplicación más directa e inmediata es el análisis de la evolución del empleo y desempleo, sus características, así como las del tejido productivo y empresarial. Igualmente, esta delimitación funcional es relevante para una amplia gama de decisiones de planificación económica y de infraestructuras. La firma de un convenio de colaboración con el Instituto Valenciano de Estadística nos permitió disponer de las matrices origen-destino para el conjunto de la Comunidad Valenciana y realizar los distintos tipos de análisis citados, así como la caracterización de la movilidad entre diferentes grupos socioeconómicos y territorios. Los objetivos de las sucesivas investigaciones que a continuación se presentan de forma sintética son uno sólo: identificar las estructuras territoriales a partir de una misma variable y en particular lograr delimitaciones alternativas a los límites municipales y que reflejen los ámbitos reales de relación y funcionalidad tanto en ámbitos urbanos como en los espacios interiores menos urbanizados. 2. El proceso de depuración de los datos Una de las críticas más frecuentes realizadas a la información procedente de estas matrices origen-destino se refieren a la fiabilidad de los datos de base. Existen, y lo hemos comprobado, errores que dan lugar a flujos inexistentes en la realidad o al menos de difícil realización, bien sea porque se registra un municipio de residencia que no es en la realidad el permanente o bien por la incorrecta codificación posterior de los cuestionarios. Dentro de este segundo grupo, los errores detectados son de dos tipos: 1. Codificación de los municipios con topónimos similares, como es el caso de Tabernes de Valldigna (La Safor), Tavernes Blanques (L’Horta), Guardamar del Segura (Baix Segura) o Guardamar (La Safor). 2. Incorrecta adjudicación del código correspondiente al municipio de destino. Por ejemplo, flujos con origen en Alfafara y destino Cocentaina (código INE 3056) aparecen reflejados con destino Elche (código INE 3065). Para subsanar estos errores, señalados también por Casado (1996), se analizaron los cuatro primeros flujos con origen en los 539 municipios y posteriormente los cuatro primeros flujos con destino a los mismos municipios. Una paciente labor de contraste y corrección eliminó una parte de los flujos incorrectamente adjudicados, poco significativos cuantitativamente pero que podían distorsionar las delimitaciones territoriales. A pesar de esta primera depuración, persistían registrados en la matriz original flujos de imposible realización diaria por la distancia a recorrer. Es frecuente y conocida la práctica de mantener el domicilio familiar como lugar de residencia a efectos censales aún cuando en realidad ésta esté fijada en otro municipio. Esta práctica se encuentra muy extendida entre ciertos colectivos profesionales con cambios frecuentes de residencia provocados por el propio ejercicio de la actividad laboral, como es el caso de maestros, médicos o ATS. Por este motivo, entre otros, en las matrices origen-destino aparecen desplazamientos regulares que no se pueden producir en la realidad por la distancia que separa el municipio de residencia del de trabajo. En este sentido, la deficiente comprensión del concepto “municipio de residencia” provocó que en la matriz original apareciesen registradas más de mil personas que de forma regular se desplazaban a trabajar al extranjero y más de seis mil que lo hacían a otra provincia española no limítrofe con su municipio. Para controlar este tipo de distorsión, debida tanto a un falso empadronamiento como a una incorrecta codificación no detectada en la primera fase de contraste, se realizó una segunda depuración cruzando los flujos origen-destino con la distancia, medida en tiempo y en kilómetros, del desplazamiento. Normalmente se asume que el tiempo máximo que un trabajador está dispuesto a recorrer diariamente sin que la carga y los costes del desplazamiento superen las ventajas del desarrollo de la actividad laboral es de una hora. Dentro de este límite se encontraban en 1975 el 95 % de los trabajadores europeos que realizaban desplazamientos pendulares (EFILWC, 1982). El umbral de distancia, tras la elaboración y análisis de los resultados, tuvo que ser desechado tras sucesivas pruebas según diferentes umbrales. Las diferentes condiciones de accesibilidad en el territorio hacen que no sea equivalente una misma distancia y que en consecuencia la fricción medida en costes y tiempo invertido no pueda ser comparable. Por ejemplo, en el caso de la ciudad de Alicante, los desplazamientos con destino a Alcoy, Orihuela o Villena quedaban anulados en el caso de adoptar el límite de distancia en 50 kilómetros, mientras que quedaban incluidos si el límite se fijaba en 60 minutos. La utilización de este límite temporal de los desplazamientos fue posible por la existencia de una matriz de distancias-tiempo elaborada para el conjunto de municipios de la Comunidad Valenciana por la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte en 1994. Esta matriz fue objeto también de un proceso de transformación para hacerla homogénea a la correspondiente a los flujos de movilidad: se alteró el orden de los municipios, se anularon los orígenes y destinos fuera de la Comunidad y se calcularon los valores en los casos en que existía más de un punto de medición para un mismo municipio. Una vez depurada, se utilizó como filtro de la matriz de movilidad, anulándose los flujos con un destino a más de 60 minutos de distancia. 3. Las características espaciales de la movilidad laboral Diariamente, en 1991, uno de cada cuatro ocupados (304.397 residentes) en esa fecha se desplazaba diariamente a otro municipio para trabajar y un 15 % (188.543 residentes) llegaba incluso a traspasar los límites de su propia comarca. La intensidad de los desplazamientos intermunicipales en la Comunidad Valenciana se corresponde con las tendencias de otros espacios desarrollados, si bien en estas fechas era inferior a la existente en Cataluña y en la demarcación provincial de Barcelona en 1986, ámbitos en los que el 32 % y 29,3 % de los ocupados trabajaba en un municipio diferente al de residencia (Generalitat de Catalunya, 1995:87). Las principales características de esta movilidad son: ? Amplitud territorial: La movilidad residencia-trabajo de ámbito extramunicipal no tiene destinos o procedencias restringidas a pocos municipios, sino que se produce en todo el territorio valenciano. A excepción de un municipio (Castells de Cabres), en el que no se registran salidas hacia el exterior, y de otros 16, en los que no existen flujos de entrada de población alóctona, en los restantes 522 municipios existen flujos diarios de entrada y salida de trabajadores. La magnitud de estos flujos, no obstante, es muy irregular: en el 63,1 % de los municipios las salidas al exterior no superan el 25 % de los residentes y en el 29,7 % de los municipios los flujos de entrada son inferiores al 25 % de la oferta de empleo local (OEL). La diferencia entre ambos porcentajes deriva de las diferentes pautas de localización de los dos elementos considerados: el empleo y la población. ? Desequilibrios en la oferta de empleo: Al relacionar la oferta de empleo local con la población ocupada residente (OEL/POR) el resultado indica que en casi más de las tres cuartas partes de los municipios valencianos (419) existe un déficit de puestos de trabajo, mientras que en 120 la oferta de empleo es superior a su propio volumen de ocupados. La distribución de áreas receptoras y emisoras no es homogénea: el 82,6 % de los municipios con déficit tienen un tamaño inferior a 5.000 habitantes, mientras que de los 9 municipios con más de 50.000 habitantes, 6 son áreas con excedente de puestos de trabajo en relación con el volumen de ocupados. ? Grado de apertura de los municipios: Si bien varía según tamaños, no sigue una distribución lineal. La regla general, no sólo en la Comunidad Valenciana, es que los desplazamientos hacia el exterior sean más intensos, como proporción a la población local, cuanto menor es el tamaño de núcleo, y a la inversa si la referencia se toma en relación con el empleo. Esta norma en la Comunidad se verifica con dos excepciones: los municipios entre 10.000 y 50.000 habitantes, grupo al que pertenecen algunas ciudades intermedias y cabeceras comarcales, presentan una intensidad de salida inferior a la correspondiente al estrato inferior y superior. Igualmente, los núcleos cuya población de derecho era en 1991 de 5.000 a 50.000 habitantes, demuestran una mayor capacidad para que sus residentes desarrollen su actividad en el mismo municipio. No obstante, el índice de equilibrio funcional de este grupo de municipios es de 0,96, es decir que la oferta de empleo local es casi semejante a la población ocupada residente, mientras que en las mayores ciudades de la Comunidad Valenciana dicho índice es de 1,07. ? Fenómeno fundamentalmente metropolitano: A pesar de que en casi todos los municipios valencianos existen salidas y entradas diarias de población laboral, los resultados demuestran cómo en el País Valenciano la movilidad por trabajo es un fenómeno claramente metropolitano. El Área Metropolitana de Valencia concentraba el 48,4 % de los movimientos intermunicipales diarios de la región. Tanto por el número de residentes en otros municipios no metropolitanos como por los residentes metropolitanos que traspasan los límites del área, la comarca metropolitana de L’Horta constituye un primer centro emisor y de atracción de flujos. ? Importancia de los desplazamientos a corta distancia: La movilidad de la población ocupada en los espacios no metropolitanos tiende a ser mucho menos intensa -con la excepción de El Comtat, que muestra un fuerte movimiento hacia Alcoy- y mucho más restringida al ámbito intracomarcal. La movilidad entre municipios de una misma comarca tiende a ser más intensa en las áreas desarrolladas industrial o turísticamente que en las comarcas rurales del interior. Entre las primeras cabe destacar La Marina Baixa y La Safor, donde un 17,9 % y un 16,9 % respectivamente de los ocupados residentes trabajan en otro municipio de la misma comarca; estos valores son similares a los que se constatan dentro de algunas comarcas del Área Metropolitana de Valencia, como L'Horta Nord o L'Horta Oest, y suponen un nivel de movilidad intracomarcal notable. La Plana Alta y L'Alacantí presentan un grado de movilidad intracomarcal algo menor, en torno a la media de la Comunidad Valenciana –9,5 % y 9.8 % respectivamente–, denotando el fuerte peso demográfico de las ciudades de Castelló n de la Plana y Alicante que, como importantes centros de servicios con superávit de empleos, deben mostrar una tendencia baja a la movilidad extramunicipal. En otras comarcas desarrolladas encontramos, sin embargo, una muy escasa tendencia a la movilidad intracomarcal. Este es el caso de algunas comarcas industriales, en las que tienen un gran peso municipios de tamaño medio y grande, y donde la escala de funcionamiento de los mercados de trabajo tiende a ser básicamente intramunicipal; en esta situación podrían incluirse El Baix Vinalopó, L'Alcoià y L'Alt Vinalopó, donde los ocupados que se trasladan para trabajar a otro municipio de su comarca suponen respectivamente el 2,7, 3,1 y 3,7 % de los residentes. ? Integración funcional de comarcas limítrofes: Los flujos hacia comarcas limítrofes, equiparables a desplazamientos a corta y media distancia, son más intensos en aquellas unidades dependientes de otras por su oferta o que forman una única entidad funcional a la que se sobreimponen límites administrativos. El Comtat y L'Alcoià se encuentran en esta situación, ya que las salidas fuera de la comarca en El Comtat se dirigen, en más de un 50 % hacia L'Alcoià y otras comarcas limítrofes. En la comarca de L'Alcoià, donde la permanencia de la población ocupada en el municipio de residencia alcanza en máximo valor de toda la Comunidad Valenciana, las escasas salidas fuera de la comarca se dirigen también en su mayoría hacia el área más inmediata. Esta integración entre comarcas limítrofes se reproduce en La Ribera Alta y La Ribera Baixa, aunque en este caso las mayo res relaciones se producen con la comarca de La Horta, cuya capacidad de atracción se extiende por todas las comarcas de su periferia inmediata (Camp de Morvedre, Camp de Túria, Foia de Bunyol y Las Riberas Alta y Baixa). ? Contrastes comarcales: La desagregación de los flujos de salida según diferentes ámbitos da una imagen bastante nítida de cuáles son las unidades territoriales con un grado de relación externa superior o inferior a la media. Tipología comarcal según intensidad de los desplazamientos intracomarcales y extracomarcales (*) Tasa de movilidad intracomarcal media = 9,28 % Tasa de movilidad extracomarcal media = 12,44 % + - El Alto Mijares La Foia de Bunyol Los Serranos El Valle de Ayora El Rincón de Ademuz El Comtat La Canal de Navarrés El Camp de Túria El Camp de Morvedre La Ribera Alta La Ribera Baixa El Alto Palancia El Baix Vinalopó La Plana Baixa L'Alt Vinalopó L'Alacantí L’Alcoià La Vega Baja L'Alcalatén El Vinalopó Mitjà El Baix Maestrat La Marina Alta L'Alt Maestrat La Marina Baixa + Els Ports La Plana Alta La Vall d'Albaida La Plana de Requena-Utiel La Costera La Safor L'Horta * En porcentaje de la población residente comarcal Fuente: Censo de Población 1991. IVE. Elaboración propia Un primer grupo lo forman las comarcas con una tasa de movilidad intracomarcal e intercomarcal inferior a la media, grupo al que pertenecen las dos comarcas con valores máximos de movilidad intramunicipal (L'Alcoià y El Baix Vinalopó). L'Alcoià, El Baix y Alt Vinalopó y La Plana de Requena-Utiel se encuentran en este subgrupo, si bien por motivos diferentes: la estructura económica altamente especializada en el sector agrícola y la distancia son factores que explican la baja movilidad fuera del propio municipio de residencia en la comarca de Requena-Utiel. L'Alcoià, L'Alt Vinalopó y El Baix Vinalopó, comarcas en las que la industria tiene una significativa participación, presentan unas pautas de movilidad semejantes pero derivadas de la capacidad de atracción y contención de población de los centros industriales allí existentes. El cuadrante opuesto de la tabla está formado por las comarcas con una tasa de movilidad intracomarcal y extracomarcal superior a la media y, por tanto, una reducida tasa de autocontención. El Comtat y La Foia de Bunyol, con tasas intramunicipales inferiores al 70 % de los ocupados, son ejemplos de este subgrupo cuya característica principal es su contigüidad espacial a grandes centros urbano- industriales. (L'Horta, La Plana Baixa y L'Alcoià). El grupo más numeroso de comarcas corresponde a aquéllas entre las que domina el flujo intracomarcal e intramunicipal y que se localizan, en gran parte, en las áreas más densamente pobladas de la Comunidad Valenciana. ? Desigual distribución de la relación con municipios colindantes localizados en otras provincias no valencianas: De los 58 municipios que en la Comunidad Valenciana limitan con otra provincia no valenciana, 18 no presentan salidas de población con destino a esos ámbitos. Esta elevada proporción (31 %) es lógica si se considera que en la mayoría de los casos son municipios del interior de la provincia de Castelló, que es precisamente una de las áreas con mayores tasas de contención. Las relaciones, en términos de movilidad obligada, son mucho más intensas y frecuentes con municipios de la provincia de Tarragona y de Murcia, destinos que representan el 35 y 36,5 % respectivamente de la movilidad hacia provincias limítrofes. En el caso de la provincia de Tarragona, es de destacar que de los 7 municipios que forman el límite provincial de Castellón, en 6 de ellos el flujo hacia ese ámbito es superior al 30 % de la movilidad intermunicipal, siendo especialmente significativo el caso de Vinaroz, con un flujo diario de 335 personas que traspasan el limite provincial, flujo que representa el 34 % del total de la movilidad intermunicipal. 4. Las delimitaciones funcionales Hasta aquí nos hemos referido a las características espaciales de la movilidad, con algunas referencias a la organización territorial que esta movilidad está indicando. Sin embargo, es posible utilizar los valores de los flujos como criterio para definir las relaciones de dependencia y áreas de centralidad, delimitar las áreas de influencia de los núcleos y las cuencas de oferta-demanda de empleo. 4.1 Áreas de centralidad Las relaciones de dependencia entre municipios y territorios pueden analizarse utilizando la movilidad laboral, ya que los desplazamientos, y los sentidos de los mismos, indican una relación de dependencia así como el área de cada centro en la captación-emisión diaria de mano de obra. La atracción efectiva de flujos de población ocupada por parte de un núcleo puede establecerse de dos formas: considerando la totalidad de los flujos desde el exterior o considerando sólo el flujo principal de cada municipio, desechando para el análisis los restantes. Las jerarquías urbanas que resultan de aplicar uno u otro criterio se organizan y componen de forma diferente; su interpretación también es diferente, ya que al considerar la totalidad del flujo desde el exterior se prescinde de todo concepto relacionado con jerarquización entre núcleos. El valor absoluto del flujo al primer destino de cada municipio, sin ninguna limitación previa de intensidad, define una serie de nodos (municipios en los que convergen al menos un flujo desde el exterior) y áreas de centralidad. Estas áreas comprenden el territorio del municipio que recibe uno o más flujos y el territorio de todos los que hacia allí envían su flujo principal. No se trata de un área cerrada, sino que marca la dirección de las relaciones intermunicipales, su polarización en torno a un número reducido de destinos. Define, por tanto, las relaciones básicas que se establecen entre municipios y es un indicador eficaz para determinar el grado de integración del territorio y la amplitud del área de influencia de los núcleos urbanos (Generalitat de Catalunya, 1992). La jerarquía territorial se ha estimado mediante la aplicación del algoritmo de agrupación nodal de Nystuen y Dacey (1961) basado en la teoría de grafos y que ya fue utilizado para la delimitación del área metropolitana de Barcelona (N unes, 1986). La autonomía o dependencia de los flujos se ha determinado en función de que el primer flujo mayor se dirija o no a un centro superior, considerando como centro superior aquél que posee una oferta superior de puestos de trabajo. El método empleado se considera el más indicado para definir jerarquías funcionales, ya que permite determinar los centros a partir de los propios datos, no a partir de criterios preestablecidos. Como ya se ha mencionado, a excepción de un único municipio, en el que no existe movilidad intermunicipal, y de otros 16, que no son destino de ningún flujo desde el exterior, todos los restantes (522) están en relación con otro como municipio destino de su primer flujo, si bien en 94 municipios es inferior a 10 personas, en 234 es inferior al 10 % de los residentes y en otros 230 la movilidad intermunicipal representa entre un 10 y un 25 % de los residentes. En términos generales, estos flujos reflejan la estructura espacial del sistema urbano regional, polarizado en las áreas de Valencia y Castellón y multipolar en las comarcas centrales y área de influencia de Alicante. A partir del agrupamiento nodal, en la Comunidad Valenciana aparecen 105 primeros destinos para los desplazamientos laborales. Estos centros presentan características diferentes tanto por la intensidad de las relaciones como por la amplitud de su área de centralidad. Valencia, Castelló n de la Plana y Alicante encabezan esta jerarquía de núcleos tanto por la intensidad de sus vínculos, medida por el flujo desde el exterior, como por el número de municipios dependientes. El área de influencia de Valencia supera los límites provinciales, de forma coherente con su papel de metrópoli regional y por las propias características de organización del sistema urbano. Castellón de la Plana, con un número inferior de núcleos dependientes, extiende su área de influencia sobre buena parte del territorio provincial en el que existen núcleos de rango inferior (Onda, Segorbe, Alcora y Morella) que organizan un territorio más restringido. Tanto en la provincia de Valencia como en Castellón existen espacios intersticiales en los que predomina la relación local o simplemente una débil relación entre varios municipios Jerarquía de centros según el flujo total desde el exterior y flujo principal intermunicipal Flujo total desde el exterior (1) Rango Municipio de destino 1 València 2 Alacant 3 Almussafes Flujo principal intermunicipal (2) Flujo desde % el exterior Com. Val. 61.699 12.220 10.086 20,3 4,0 3,3 4 Paterna 5 Castelló de la Plana 9.067 8.769 3,0 2,9 6 Quart de Poblet 7 Elx 8.007 5.152 8 Benidorm 9 Manises Rango núcleo central 130 15 48 56.017 8.707 6.042 4 Paterna 5 Benidorm 2 11 4.571 3.469 2,6 1,7 6 Elx 7 Gandia 13 33 3.422 3.218 4.619 4.553 1,5 1,5 8 Elda 9 Almussafes 4 6 2.524 1.571 10 Gandia 11 Aldaia 4.348 4.343 1,4 1,4 10 Almassora 11 Alcoi 2 19 1.152 1.105 12 Elda 13 Torrent 14 Xirivella 4.022 3.658 3.543 1,3 1,2 1,2 12 Dènia 13 Cocentaina 14 Petrer 15 1 1 1.060 932 895 15 Dènia 16 Silla 3.515 3.461 1,2 1,1 15 Xàtiva 16 Nules 11 4 831 750 17 Burjassot 18 Beniparrell 3.104 3.061 1,0 1,0 17 Orihuela 18 Sagunt 6 8 740 696 19 Alboraya 20 Alaquàs 2.824 2.766 0,9 0,9 19 Alzira 20 Canals 3 7 672 646 21 Vila-real 22 Albal 2.706 2.657 0,9 0,9 21 Torrevella 22 Alcora 5 7 614 481 23 Sagunt 24 Mislata 25 Alzira 2.516 2.325 2.308 0,8 0,8 0,8 23 Ontinyent 24 Segorb 25 Onda 6 11 12 467 438 417 304.398 100,00 Comunidad Valenciana 1 València 2 Alacant 3 Castelló de la Plana Nº Flujo desde municipios el exterior (1) Se totalizan todos los flujos intermunicipales con destino en el municipio (2) Se considera sólo la principal relación externa del municipio Fuente: Censo de Población 1991. IVE. Elaboración Propia propia (Peñíscola, Ayora o Requena, por ejemplo). En todos los casos, se trata de áreas distantes de un centro de rango superior que no llega a hacer efectiva su atracción y en las que no existe ningún núcleo susceptible de convertirse en centro. De las tres capitales provinciales, es Alicante la que posee un área de influencia más reduc ida tanto territorialmente como por el número de municipios dependientes. La competencia de otros centros (Elche, Benidorm, Alcoy) restringe su capacidad de atracción. A diferencia de Valencia y Castellón de la Plana, la densidad de flujos hacia el núcleo central es menor y por tanto el grado de integración funcional del territorio es inferior. En las comarcas centrales (L'Alcoià, El Comtat, La Vall d'Albaida, La Safor y La Marina Alta) las mallas de flujos convergen en un número importante de núcleos de tercer y cuarto rango que organizan el territorio inmediato pero sin una clara jerarquización. Alcoy y Denia dirigen su flujo laboral principal no hacia Alicante, acorde con una estructura jerárquica, sino hacia Cocentaina y El Verger respectivamente, indicando así la desvinculación funcional de estas áreas respecto a su capital provincial. Elche, aun cuando por la dirección del flujo principal responde al modelo teórico según el cual las ciudades se organizan siguiendo una estructura jerárquica en su relación funcional, mantiene una débil relación con la capital provincial, inferior al 4 % de sus ocupados, umbral mínimo para la representación cartográfica. Lo mismo sucede con Játiva y Gandía, cuya dependencia respecto de Valencia según el flujo de mano de obra no supera ese umbral. De esta manera, los flujos de movilidad laboral están señalando dos de las principales debilidades del sistema urbano regional: la desarticulación de las comarcas centrales y la incapacidad de la ciudad de Alicante para organizar su potencial área de influencia. 4.2 Las áreas de cohesión A diferencia de lo que ocurría en el pasado, la movilidad de la población residente en un área amplía progresivamente sus límites y es este nuevo ámbito de interrelaciones el que define la ciudad real, que ya no responde al modelo de edificación compacta y continua, es decir, físicamente de fácil identificación, sino que es variable y discontinua en el espacio. Para delimitar esta nueva unidad (y realidad) territorial se ha utilizado como indicador la movilidad por trabajo, ya que es “posiblemente el trabajo el primer elemento y el más inmediato, el que convierte esta ciudad difusa en un espacio cotidiano, el que la hace efectiva y funcional” (Castañer, 1992). La metodología de delimitación de áreas de cohesión tiene la virtud de definir áreas compactas y no sólo nodos. A diferencia de las áreas de centralidad, establecidas a partir de una sola dirección de los flujos, las áreas de cohesión se definen considerando la relación biunívoca entre los municipios. El área resultante, la ciudad real, pasa a ser un área funcional que se estructura a partir de una relación de flujos cruzados con un centro que la dinamiza, si bien existe una relación complementaria entre todas las partes. Reflejan, pues, tanto las relaciones de dependencia como las de complementariedad 1. 1 Más específicamente, la metodología de delimitación es la siguiente: el método de análisis se basa en el valor relativo de los flujos entre los diversos municipios del País Valenciano considerados de una forma biunívoca. Dados dos municipios A y B, se toman en consideración los porcentajes que sus respectivos flujos en ambos sentidos (de A hacia B y de B hacia A) representan, respecto a la población ocupada residente (POR) y a la oferta de empleo local (OEL) de cada uno de ellos. Se vincula el municipio A a la zona de cohesión de B si un 15 % o más de la POR de A trabaja en B y/o si un 15 % o más de la OEL de A está ocupada por residentes en B. El municipio B recibe la denominación de “municipio cabecera” (Generalitat de Catalunya, 1991, 1995; Palacio, 1991). Es decir, un área de cohesión se forma si al menos el 15 % de la población activa de un municipio se desplaza a otro o bien si al menos un 15 % de los puestos de trabajo de un municipio están ocupados por activos de otro. En el primer caso (relación de cohesión por POR), el municipio (B) que acoge más del 15 % de los ocupados residentes en otro término (A) es la cabecera del área y, de hecho, es el núcleo receptor del excedente de mano de obra del primero. Contrariamente a lo que cabría esperar, el hecho de que más de un 15 % de los puestos de trabajo de un municipio (A) esté ocupado por residentes de otro ámbito (B) no implica que A sea la cabecera, sino el núcleo dependiente de B. Este es el caso de los municipios en los que existe un polígono industrial o municipios hacia los que, por el menor coste del suelo, se ha dirigido la actividad secundaria y terciaria. A partir de los datos contenidos en las matrices origen-destino del Censo de Población de 1991, se delimitaron 45 áreas de cohesión en el País Valenciano, que incluyen 243 municipios, un 45 % del total de los municipios existentes en esa fecha. Estas áreas incluían un 70,5 % de la población total, un 71,1 % de la población ocupada, y representaban el 40,8 % del territorio regional (Salo met al., 1996). Territorialmente, los ámbitos donde la mayoría de los municipios son autocontenedores de las relaciones residencia-trabajo son las comarcas más agrícolas y desestructuradas territorialmente, ámbitos que representan más de la mitad del territorio, pero tan sólo un tercio de la población. Pero no todo el espacio interior se encuentra en esta situación y quizás uno de los aspectos más llamativos sea el elevado grado de integración funcional que muestra el traspaís rural respecto a los principales centros urbanos litorales. Buen ejemplo de ello es la integración de algunos municipios de las comarcas de L’Alcalatén y Alto Mijares con la ciudad de Castellón. Principales características de las Áreas de Cohesión Población del Área Nº Áreas % Áreas Población (1) % Población Empleo (2) % Empleo 0-1.000 8 17,78 3.316 0,38 1.001-2.000 4 8,89 5.810 0,67 2.001-5.000 12 26,67 41.922 4,85 5.001-10.000 11 24,44 87.740 10,15 10.001-20.000 3 6,67 44.666 5,17 20.001-50.000 4 8,89 95.558 11,06 50.001-100.000 1 2,22 55.849 6,46 100.001-200.000 1 2,22 103.751 12,01 >200.000 1 2,22 425.587 49,25 Total Áreas Cohesión 45 100,00 864.199 100,00 Fuente: Censo de Población 1991. IVE. Elaboración Propia (1) Población ocupada residente = Flujo interno + flujo hacia el exterior (2) Empleo localizado = Flujo interno + flujo desde el exterior 2.853 6.374 41.185 86.145 43.516 97.450 59.043 100.686 430.658 867.910 0,33 0,73 4,75 9,93 5,01 11,23 6,80 11,60 49,62 100,00 La significación de estas áreas es, sin embargo, muy diferente: más de la mitad (52,2 %) está formada por sólo dos municipios y sólo Valencia, Castellón y Gandía son cabeceras de áreas formadas por más de 10 municipios. Estas diferencias se deben en parte a la consideración simultánea de dos criterios de dependencia (por POR y por OEL), lo que implica que se consideren tanto casos de dependencia del mercado de trabajo de la ciudad central como fenómenos generados por el proceso de descentralización de actividades industriales o de servicios 2. Pero las diferencias van más allá de este hecho, ya que encontramos también fuertes contrastes en la intensidad y carácter de los flujos que nos indican la existencia de distintos procesos subyacentes de integración funcional. Así, en el País Valenciano, y de acuerdo con estas características, es posible distinguir: 2 En este sentido cabe indicar que durante el proceso de agregación y adjudicación de la “cabecera” se detectaron 10 municipios en los que la adscripción según la población residente no coincidía con la correspondiente al empleo y 11 en el caso inverso. La adscripción definitiva se realizó aplicando la fórmula del valor de relación de Ball. ? ? ? Áreas extensas, formadas por más de tres municipios -Valencia, Gand ía, Castellón, Alcoy, Benidorm, Alicante, Albaida, Alcora, Benicarló, Canals, Onda, Muro de Alcoy, Segorbe, Sagunto y Játiva-, frente a áreas de cohesión reducidas, formadas habitualmente por dos o como máximo tres municipios próximos –Denia, Elda, Forcall, Vall de Uxó, Lliria, Orihuela, Sueca, Villafranca, Pobla Llarga, Ludiente, Onteniente, Requena, Villena, Ademuz, Alcantera, Ayora, Bejís, Benigánim, Benissa, Bigastro, Callosa d’En Sarrià, Càcer Alfarrasí-Montaberner y GuadalestBenimantell. Áreas complejas, caracterizadas por la presencia de fenómenos de subrogación (lo que indica subcentros y una mayor complejidad jerárquica) y procesos tanto de dependencia respecto a la ciudad central como de descentralización productiva Valencia, Alcoy, Castellón y Gandía son los ejemplos más importantes-, y áreas simples, caracterizadas exclusivamente por procesos de dependencia de los municipios próximos respecto a un lugar central que constituye el principal centro de empleo (Onda, Alcora, Canals, Albaida, etc.). Áreas de carácter exclusivamente urbano, compuestas por una ciudad central y los municipios inmediatos, producto de la expansión urbana (Alicante), y áreas mixtas urbano-rurales, donde, además de la corona suburbana, encontramos fenómenos de dependencia funcional que afectan a un gran número de municipios rurales, en algunos casos situados a una distancia considerable (sobre todo, Valencia y Castelló n). Por otra parte, el análisis de estas ciudades reales modifica de manera sustancial la visión que habitualmente se tiene tanto de la organización espacial de la región como de las características de su sistema urbano. Al utilizar estas unidades territoriales, el índice de primacía regional asciende significativamente: el porcentaje que supone la ciudad de Valencia sobre la población de las cuatro primeras ciudades de la región pasa del 56,2 % al 66,1 %. Por otra parte, la relación rango-tamaño de los centros teniendo en cuenta las áreas de cohesión refleja mucho más nítidamente la existencia de una jerarquía urbana compuesta por cuatro niveles: capital regional (AMV), subcapitales regionales (Alicante, Elche y Castellón), centros supracomarcales (Benidorm, Elda, Gand ía, y Alcoy) y centros y subcentros comarcales (Sagunto, Orihuela, Alcira, Villareal, Ont eniente, Villena, Denia, Vall de Uxó, Játiva, Algemesí, Burriana, Torrevieja, Sueca, Crevillente, Novelda, Onda, Ibi, Vinaroz, Oliva, Carcagente, etc.). Las diferencias que se introducen en relación con la jerarquía demográfica municipal son las siguientes: ? Capital y subcapitales regionales: El orden jerárquico de las primeras cuatro ciudades valencianas se mantiene, si bien la población incluida (salvo en el caso de la ciudad de Elche) se incrementa respecto al análisis tradicional, aumentando así el grado de primacía. Resulta significativo que, pese a su proximidad geográfica y al voluntarismo de los proyectos de integración funcional entre Alicante y Elche, ambas ciudades aparezcan netamente desconectadas según este análisis. ? Centros supracomarcales: Este segundo escalón funcional incluye las ciudades que ocupan los puestos que van desde el rango 5 al 10, aproximadamente. El uso de las áreas de cohesión incrementa el escalonamiento de la gráfica, resaltando la importancia funcional de este grupo de ciudades, muy superior a la de la población contenida en su término municipal. Las principales diferencias en relación con la jerarquía demográfica municipal consisten en la desaparición de Torrente, subsumido en el área de cohesión de Valencia, y el ascenso de Benidorm, cuya área de cohesión es bastante importante. ? Centros comarcales y subcomarcales: A partir del puesto 10 las diferencias entre las jerarquías tradicional y por áreas de cohesión aumentan al desaparecer bastantes centros de entre 20.000 y 40.000 habitantes, que pasan a formar parte de las áreas de cohesión encabezadas por otros municipios, en particular del AMV. Debido a ello, este nivel funcional resulta ser de bastante menor importancia de lo esperado, generando un mayor grado de primacía en la jerarquía urbana. Las implicaciones de estas modificaciones en la política territorial y urbanística son evidentes. Destacaríamos en particular que la visión tradicional del sistema urbano valenciano caracterizado por un relativo equilibrio debido a la abundante presencia de ciudades pequeñas-capitales de comarca deja paso a un sistema urbano con una primacía más marcada y una menor importancia funcional de lo esperado de los centros pequeños y medianos. Frente a esto, el potencial de ordenación se centra en algunos centros medianos como Alcoy, Sagunto, Elda, Gand ía, Orihuela y Benidorm, cuyo papel queda así revalorizado. Finalmente, hay que destacar la importancia que adquiere el uso de estas áreas, frente a las tradiciona les unidades municipales, como base territorial de análisis de los procesos de difusión urbana recientes. En el caso del País Valenciano, nos ha permitido ver que la aparente inversión de las tendencias a la aglomeración que se observa en el decenio 19811991 desaparece para dar lugar a un claro incremento de las tasas de crecimiento con el tamaño (salvo en el intervalo mayor). La aparente contraurbanización de este decenio se debería en realidad al aumento de la capacidad de atracción y, por tanto, al crecimiento demográfico de los pequeños municipios y ciudades medias que forman parte de las áreas urbanas mayores y más dinámicas, debido a la intensificación de los procesos de descentralización y suburbanizació n metropolitanas y no a una pérdida de atractivo de las aglomeraciones. Aunque no de forma tan terminante, las conclusiones referidas al periodo 1991-1996 son similares. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO DE LOS MUNICIPIOS VALENCIANOS SEGÚN TAMAÑO. 1981-1996 Tasa de crecimiento anual acumulado Tasa de crecimiento (%) migratorio Tamaño del municipio (*) 1981-1991 (a) 1991-1996 (b) 1991-1996 <=2.000 -0,53 -0,11 4,54 2.001-5.000 0,59 0,52 5,33 5.001-10.000 0,89 1,48 13,30 10.001-30.000 0,77 0,97 7,97 30.001-50.000 0,83 0,88 6,16 50.001-100.000 0,51 0,38 2,29 100,001-500.000 0,94 0,38 1,17 >500.000 0,11 -0,16 -1,57 Comunidad Valenciana 0,56 0,57 4,70 Fuente: Censo de Población 1981 y 1991. Padrón de Población 1996. INE e IVE. (*) Se considera el tamaño del municipio según la adscripción existente al principio del periodo intercensal (1981 y 1991) (a) Valores Censo 1981 y 1991 (b) Valores corregidos 1991 y 1996 CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO DE LAS CIUDADES REALES VALENCIANAS SEGÚN TAMAÑO. T. Crecimiento anual Tasa de Crecimiento acumulado (%) Migratorio (por mil) Área de Cohesión / Tamaño del 1981-1991 (a) 1991-1996 (b) 1991-1996 municipio (*) <=2.000 habitantes -0,69 -0,37 2,66 2.001-5.000 0,28 0,43 4,64 5.001-10.000 0,52 1,04 8,95 10.001-30.000 0,58 0,79 7,34 30.001-50.000 0,63 0,51 3,12 50.001-100.000 1,02 0,67 5,51 100,001-500.000 1,07 0,84 5,53 >500.000 0,34 0,32 2,29 Total Áreas de Cohesión 0,56 0,57 4,70 Fuente: Censo de Población 1981 y 1991. Padrón de Población 1996. INE e IVE. (*) Las Áreas de Cohesión han sido definidas según los flujos intermunicipales de movilidad obligada diaria por motivos laborales considerándose la población del conjunto de municipios que la integran. En los casos de municipios autosuficientes, se considera la población de cada municipio. (a) Valores Censo 1981 y 1991 (b) Valores corregidos 1991 y 1996 4.3 Los mercados de trabajo locales Áreas de cohesión y áreas de centralidad definen dos tipos de estructuras territoriales diferentes y complementarias. Una última delimitación territorial a partir de la variable movilidad obligada es la de áreas de mercado de trabajo considerados como “el área en el que un trabajador busca empleo y en el que los ocupados pueden cambiar de empleo sin cambiar de residencia” (Smart, 1974). En síntesis se trata de áreas cuya característica principal es contener dentro de sus fronteras la mayor parte de los flujos residencia-trabajo de su población, minimizando la importancia tanto de las salidas al exterior de residentes como de las entradas de población foránea. Un Área de Mercado de Trabajo Local es, por tanto, la mínima agrupación de municipios que tienen entre sí más interacción absoluta o relativa que con los restantes y que engloba una gran parte de los flujos diarios por motivo de trabajo. De ahí que para todo el proceso de aplicación de esta metodología sea fundamental el carácter abierto (no autosuficiente) o cerrado de un municipio. El proceso de delimitación se basa en la determinación de un valor umbral a partir del cual podamos considerar que, efectivamente, la mayoría de los flujos residencia-trabajo se producen dentro de las fronteras de una determinada área, procediendo a la agregación de aquellos municipios que no alcanzan por sí solos dicho umbral, es decir, de los municipios abiertos. La elección de este umbral no resulta una cuestión baladí, pues de ella va a depender el tamaño de las áreas delimitadas y el tipo de estructuras territoriales puestas de relieve. El 50 %, empleado en las delimitaciones de mercados de trabajo que se realizan en Francia (Zones d’Emploi) y Alemania (Arbeitsmarktregionen), o el 75 %, empleado en el Reino Unido (Travel-to-Work Areas), son los más frecuentemente utilizados, a los que se añade en ocasiones el del 90 %. De acuerdo con Smart (1974) cada uno de estos umbrales permite identificar un tipo diferente de estructura territorial- urbana a una diferente escala espacial: municipios obvios con un umbral del 50 %, sistemas urbanos con el 75 %, y regiones urbanas con el 90 %. A medida que crece el umbral empleado también lo hace el tamaño de las áreas delimitadas. El establecimiento del umbral debe hacerse teniendo en cuenta, además del tipo de delimitación que se persigue, las características de la movilidad obligada en la región teniendo en cuenta la distribución que presenta la proporción de residentes que no sale del área para trabajar (Tasa de Autosuficiencia según POR) y la proporción de empleos ocupados por residentes en el área (Tasa de Autosuficiencia según OEL), así como de las características de los municipios considerados según distintos criterios. Si bien existen diferencias en los valores medios y en la distribución de ambas tasas, el umbral utilizado en otros estudios se ajusta a las pautas de movilidad en la Comunidad Valenciana. El umbral del 75 % es superado en 379 municipios según OEL y en 199 según POR, es decir, en un 70,3 % y un 36.9 % respectivamente del total de municipios. Estas diferencias reflejan tendencias muy contrastadas en la distribución del empleo y de la residencia. Resulta mucho más frecuente el caso de municipios que no alcanzan el umbral de autosuficiencia requerido según POR antes que según OEL, indicando que están más concentrados espacialmente los empleos que las residencias, lo que provoca la existencia de flujos de salida neta de la población para un gran número de municipios. Por tamaño de municipios, en los municipios de más de 50.000 habitantes la permanencia por cualquiera de los dos conceptos es superior a la media, mientras que en los municipios de más de 5.000 y menos de 50.000 habitantes constituyen los núcleos de atracción. Los municipios de menos de 1.000 habitantes son, por el contrario, los núcleos de emisión por excelencia, ya que en más de un 70 % de estos núcleos, más de un tercio de su población se desplaza fuera del municipio diariamente. Aunque existen diversos métodos de agregación de municipios, hemos optado por llegar a tres delimitaciones de síntesis de las AMTL en el País Valenciano, una para cada uno de los umbrales mencionados (50, 75 y 90 %), combinando los diferentes métodos de agregación (algoritmo de los flujos absolutos, relativos y del máximo valor de relación). De esta forma será más fácil explicar mejor las estructuras y jerarquías territoriales subyacentes a diferentes escalas espaciales. Para ello se han seguido los siguientes criterios a la hora de optar, para cada AMTL, por uno u otro método: 1. Las áreas del 50 % deben quedar incluidas dentro de las del 75 %, y éstas en las del 90 %. 2. En cada caso hay que optar por el método que fragmente más las áreas, pues ello nos permitirá llegar hasta la unidad mínima de mercado. 3. No se ha considerado como criterio previo la exigencia de contigüidad, si bien a medida que incrementamos el umbral ésta va consiguiéndose de forma espontánea. Los resultados obtenidos para cada una de estas delimitaciones son: ? Umbral del 50 %: 48 áreas de mercado intermunicipales que reúnen 151 municipios (3,1 municipios por área), esto es, el 28,0 % de los existentes. Esta delimitación agrupa el 20,2 % de la superficie regional, el 51,4 % de la población de derecho, el 51,8 % de la población ocupada residente y el 52,8 % de los empleos localizados. El tamaño medio del área es de 41.328 habitantes. ? Umbral del 75 %: 80 áreas de mercado intermunicipales que reúnen 396 municipios (5,0 municipios por área), esto es, el 73,5 % de los existentes. Esta delimitación agrupa el 61,5 % de la superficie regional, el 84,1 % de la población de derecho, el 84,6 % de la población ocupada residente y el 84,9 % de los empleos localizados. El tamaño medio del área es de 40.567 habitantes. ? Umbral del 90 %: 37 áreas de mercado intermunicipales que reúnen 502 municipios (13,2 municipios por área), esto es, el 93,1 % de los existentes. Esta delimitación agrupa el 89,7 % de la superficie regional, el 99,4 % de la población de derecho, el 99,4 % de la población ocupada residente y el 99,4 % de los empleos localizados. El tamaño medio del área es de 103.583 habitantes. Las delimitaciones según estos tres umbrales revelan también: ? La persistencia de los municipios que no están integrados en ninguna AMTL, ni siquiera empleando un umbral del 90 %. Ello podría atribuirse, en parte, a la escasa movilidad que inducen/atraen algunos municipios pequeños, fuertemente envejecidos y donde la actividad agraria resulta hegemónica. No obstante, dada su localización frecuente en los límites de la región, la explicación de este hecho hay que buscarla también en su vinculación funcional con espacios externos a la región. El ejemplo más significativo lo ofrecen algunos municipios del margen noroeste de la región, desde La Plana de Requena-Utiel hasta El Baix Maestrat, cuya vinculación más estrecha (al menos un 10 % de sus entradas y/o salidas) se produce con otros municipios fronterizos de las provincias de Tarragona, Teruel o Cuenca. Sin embargo, aún utilizando un umbral elevado persisten áreas sin integrar. La principal virtud del umbral del 90 % es la inclusión de la casi totalidad de los municipios de la región y la contigüidad espacial de las mismas, pero es de resaltar que muchas de las áreas delimitadas son de un tamaño manifiestamente reducido, con un carácter prácticamente municipal, en especial en el sur de la provincia de Alicante, sólo superable con el umbral al 90 %. En este sentido, considerando los resultados obtenidos en las anteriores delimitaciones funcionales, todo indica que en la mitad sur de la Comunidad Valenciana ningún centro urbano es capaz de organizar de forma clara los flujos de movilidad a una escala supracomarcal. ? Reducida dimensión de las AML: Al comparar la dimensión media de las AMTL en el País Valenciano con la experiencia de otros ámbitos territoriales, es aún más llamativa su elevada fragmentación y limitada extensión. La dimensión media de los mercados de trabajo valencianos con el umbral del 75 % rondaba las 40.000 personas; cifra inferior a la correspondiente a las Travel-to-Work Areas inglesas 3, que cuentan como media con 170.000 habitantes (CEE, 1991), o las AML identificadas en Cataluña con el umbral del 75 %, que alcanzan los 63.000 habitantes de media (Generalitat de Catalunya, 1995). ? El numero de unidades no disminuye conforme aumenta el umbral requerido para la agregación: Esto es explicable porque las AMTL identificadas con umbrales más altos pueden incluir no sólo a las áreas existentes en umbrales inferiores sino también a nuevos municipios que previamente habían quedado fuera de la delimitación por ser autosuficientes. De esta forma se explica que aparezcan más áreas con el umbral del 75 % que con el del 50 %, al mismo tiempo que su tamaño, en términos de población media, disminuye. Sin embargo, el principio de ordenación jerárquica se deja sentir claramente una vez que superamos el umbral del 75 %, que ya reúne a la mayoría de municipios y de la población regional: las áreas de mercado del 90 % sí son básicamente agregaciones de áreas ya delimitadas en el nivel del 75 %, de ahí que se reduzcan en número y que su tamaño, ahora sí, se incremente notablemente. Existen algunas excepciones a esta relativa debilidad de una estructura jerárquica conforme se incrementa el umbral: el AMV en la que se fusionan las subáreas identificadas con el límite del 50 % (Valencia, Aldaya, El Puig, Massamagrell y Catarroja) y el Área Urbana de Alicante donde se unifican las dos subáreas de Alicante y Campello, o el Área Urbana de Gand ía donde se fusionan las subáreas de Gand ía, Alqueria de la Comtessa, Daimús, Llocnou de Sant Jeroni y Rótova. ? Cada umbral permite visualizar una estructura territorial: Cuanto menor es el umbral con el que trabajamos, más potentes interrelaciones están expresando las delimitaciones alcanzadas entre los municipios que forman cada área: éstas son máximas si empleamos el umbral del 50 % y marcadamente laxas si empleamos el umbral del 90 %. La imagen resultante a través de la combinación de los diferentes umbrales de autosuficiencia resulta, por tanto, ciertamente compleja; la inclusión de unas áreas dentro de otras debe entenderse desde esta perspectiva. Las áreas en las que existen flujos muy intensos son, por regla general, de pequeño tamaño, y muy frecuentemente, aunque no siempre, están polarizadas en torno a núcleos urbanos de cierta entidad que muestran aquí su área de influencia más inmediata e intensa. Se trata de agrupaciones funcionales obvias, uniendo conurbaciones o municipios muy próximos geográficamente entre sí, o aquéllos que por su reducido tamaño y la proximidad a un centro mayor muestran una marcada dependencia funcional, y es especialmente adecuado para detectar los mercados de trabajo en el entorno inmediato de áreas urbanas y metropolitanas. De acuerdo con el umbral del 75 %, al reducir el grado de intensidad requerido en la interrelación municipal permite la aparición de un mayor número de áreas, además de la expansión territorial de las existentes previamente. Este es el umbral que normalmente se 3 La comparabilidad de nuestros datos con las Travel-to-Work Areas inglesas no es sin embargo total, en la medida en la que en la elaboración de aquellas se siguen criterios de contigüidad espacial y adscripción exhaustiva a áreas de todas las unidades locales. emplea con fines de planificación; sin embargo, en nuestro caso su potencial utilización para tareas aplicadas de ordenación territorial se ve restringida. Así, se aprecia una notable fragmentación en las áreas resultantes, y en la mayoría de los casos las AMTL identificadas tienen una escala comarcal o, muy frecuentemente, infracomarcal. Como ejemplo de esta fragmentación de los mercados de trabajo, baste mencionar los casos de La Vall d’Albaida, donde podemos encontrar cinco diferentes áreas (Onteniente, Bocairent, La Olleria, Castelló de Rugat, y Llutxent), de La Ribera Alta (Vilanova de Castelló, L’Alcúdia, Pobla Llarga, Alberique y Alcira), o de la Marina Alta (Jávea, Benissa, Pedreguer, Orba y Denia). Asimismo, resulta remarcable que una cuarta parte de los municipios, que reúnen un 15 % de la población regional, no aparezcan integrados en ninguna AMTL con un umbral del 75 %. Este inconveniente tiene además una clara expresión territorial, pues resulta especialmente frecuente en el caso de los municipios altamente industrializados del valle del Vinalopó o de la Foia de Castalla, mostrando lo extremadamente frecuente que es encontrar mercados laborales de escala exclusivamente municipal: en este sentido, Elche resulta un caso paradigmático. ? Escasa correspondencia con unidades territoriales de carácter administrativo: Si la aplicación más directa de las AML es como base territorial para estadísticas laborales, llama profundamente la atención la escasa correspondencia que existe entre estas áreas y las actuales unidades espaciales de actuación y recogida de información sobre mercado de trabajo (comarcas, municipios). Más llamativa es la falta de correspondencia que existe entre las áreas de cobertura de las diferentes oficinas del INEM y las AML. Si bien eran previsibles ciertos desajustes derivados de los criterios administrativos con que se establece la localización de este tipo de oficinas, las diferencias son demasiado acusadas. Quizás fuera conveniente reflexionar sobre la validez de los criterios seguidos para la localización de las oficinas del INEM como factor necesario para lograr una mayor capacidad de intervención sobre la dinámica del mercado de trabajo, tanto sobre la oferta como sobre la demanda. En síntesis, parece claro que la delimitación de mercados de trabajo local en el País Valenciano se ve afectada por la existencia de fuertes contrastes territoriales en cuanto a la propensión de la población a desplazarse fuera de su municipio de residencia para trabajar. Cuando la movilidad es muy reducida, es preciso trabajar con un umbral muy elevado (90 %) para que se hagan evidentes las estructuras más básicas, de escala aproximadamente comarcal, de los mercados de trabajo, como por ejemplo en las comarcas del sur de la Comunidad Valenciana. En el extremo opuesto, si la movilidad es particularmente intensa, las estructuras territoriales básicas se observan empleando el umbral del 50 %, como sucede por ejemplo en el AMV, así como en entornos no metropolitanos (áreas de Gand ía, Onda o Alcora). 5. Conclusiones: el modelo territorial de la Comunidad Valenciana a la luz de las metodologías empleadas Distintas metodologías empleadas sobre la misma fuente de información revelan aspectos diferenciados y, en cierta medida, complementarios, de la estructura regional. Así, si las áreas de centralidad y las áreas de mercado de trabajo local son útiles para mostrar los rasgos generales y principales debilidades de la estructura territorial de la región (básicamente el distinto alcance territorial y grado de articulación de los espacios castellonense y valenciano por un lado, y alicantino por el otro), las áreas de cohesión se han mostrado más útiles a la hora de revela r las tendencias de crecimiento recientes en los sistemas urbanos. Concretamente, hemos podido contrastar su idoneidad para describir la jerarquía urbana actual de la región, así como para interpretar las tendencias recientes de crecimiento (Burriel et al., 1998). En relación con este último punto, el uso de las áreas de cohesión en vez de los municipios como base territorial de análisis permite deshacer el “espejismo” de contraurbanización que muestran las tasas de crecimiento por tamaño del centro en la Comunidad Valenciana, revelando que se trata ante todo de un proceso de “suburbanización extensa” que afecta sobre todo a anillos cada vez más exteriores del Área Metropolitana de Valencia. Por otra parte, el análisis detallado tanto de las áreas de cohesión (procesos de subrogación, relaciones de cohesión definidas por POR o por OEL) como de los mercados de trabajo locales de distinto nivel nos permite aproximarnos a la estructura interna de las áreas urbanas, proporcionando una tipología basada en el grado de complejidad y tipo de procesos existentes en dichas áreas que no necesariamente está relacionada con el tamaño urbano. Finalmente, cabe resaltar la falta de adecuación general con las estructuras administrativas existentes tanto para la planificación urbana (áreas metropolitanas, municipios) como para las políticas de empleo (áreas del INEM) o incluso otros espacios potenciales de actuación basados en delimitaciones históricas (comarcas, mancomunidades). Resulta evidente que los nuevos procesos urbanos han superado ampliamente los marcos actuales de la actuación político-administrativa, un reto que resulta indispensable afrontar cada vez con mayor urgencia. Bibliografía BALL, R.M. (1980): “The Use and Definition of Travel-to-Work Areas in Great Britain: Some Problems”. Regional Studies, 14, págs. 125-139 BURRIEL, E.;SALOM, J. y DELIOS, E. (1998): “Continuidad y cambio en las pautas territoriales del crecimiento demográfico valenciano. Análisis del periodo 1991-1996”. Cuadernos de Geografía, 63, págs. 103-137 CASADO DÍAZ, J.M.: “Mercados laborales locales. Análisis preliminar del caso valenciano”. 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