533-2011 Amparo Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de

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533-2011
Amparo
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, San Salvador, a las ocho
horas con treinta y nueve minutos del día treinta de marzo de dos mil doce.
Analizada la demanda de amparo presentada por el abogado Manuel Antonio
González Portillo, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, en
representación del Estado de El Salvador, junto con la documentación anexa, se hacen las
siguientes consideraciones:
I. En esencia, el abogado González Portillo manifiesta que reclama en contra de la
sentencia pronunciada por los Magistrados de la Cámara Segunda de lo Laboral de esta
ciudad a las quince horas y cuarenta minutos del día 17-VI-2011, mediante la cual se
condena al Estado de El Salvador en el Ramo de Justicia y Seguridad Pública, a pagar a la
señora Margarita Sánchez de Grijalva, diversas cantidades de dólares de los Estados
Unidos de América en concepto de indemnización por despido injusto, vacación
proporcional, aguinaldo proporcional y salarios caídos en esa instancia.
Al respecto, el referido profesional señala que “… la sentencia dictada por la
Cámara Segunda de lo Laboral constituye una violación al Derecho Constitucional al Juez
Natural Art. 15 de la Constitución de la República, derecho que se ha vulnerado en el
presente caso pues [la referida Cámara] no es la competente para conocer sobre la demanda
interpuesta por parte de la señora Margarita Sánchez de Grijalva, de conformidad a los
Arts. 2 Inc. 2° literal B) del Código de Trabajo, 83 y 84 de las disposiciones generales del
presupuesto…”.
Asimismo, la representación fiscal alega que en el proceso tramitado ante la
referida Cámara alegó la excepción de terminación de contrato por expiración de plazo, la
cual fue desestimada por la autoridad judicial demandada argumentando que: “… en
repetidas veces ha sostenido que [tal] excepción viola las garantías legales que establece el
art. 83 de las Disposiciones Generales de Presupuesto y lo regulado en el art. 25 del
Código de Trabajo ya que ha quedado demostrado que la actora ha venido desarrollando su
trabajo en forma continua o ininterrumpida y que además el contrato se presume
permanente dada la naturaleza del trabajo realizado, de conformidad al art. 25 del Código
de Trabajo…”.
Al respecto, el abogado González Portillo estima que en dicho pronunciamiento la
Cámara Segunda de lo Laboral no ha observado el criterio jurisprudencial sostenido por la
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Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia relativo a la estabilidad laboral
de los trabajadores que se encuentran vinculados al Estado por medio de un contrato.
En ese sentido, alega que, a su criterio, se ha adoptado una decisión por una
autoridad que no era competente para conocer del proceso iniciado por la señora Margarita
Sánchez de Grijalva, por lo cual estima que “… el derecho al [j]uez natural se ve vulnerado
al atribuirse indebidamente un asunto determinado a una jurisdicción que corresponde…”.
Finalmente, expone que también ha resultado vulnerado el derecho de propiedad
“… en el sentido que se ha condenado al Estado de El Salvador por parte de la Cámara
Segunda de lo Laboral a cancelar cantidades en dólares de los Estados Unidos de América
lo cual constituye un detrimento al patrimonio del Estado…”.
II. Determinados los argumentos expuestos por el representante de la parte actora,
resulta pertinente realizar ciertas consideraciones sobre el contenido del derecho al juez
natural o juez previamente establecido por la ley (1); y ello puesto que el representante de
la institución demandante alega la transgresión de dicho derecho por la supuesta falta de
competencia de la autoridad judicial demandada, y sobre los asuntos de mera legalidad
como un vicio que provoca la declaración de improcedencia de la demanda de amparo (2).
1. Sobre el contenido del derecho al juez natural, ya la Sala ha establecido, en la
resolución de fecha 11-I-2012 pronunciada en el Amp. 304-2011, que comprende el
derecho del justiciable a ser juzgado por un juez previamente establecido por la ley
–artículo 15 Cn.−, por ello las normas que conducen a la determinación del juez entroncan
con el referido derecho. Entre ellas no se encuentran solo las que establecen los límites de
la jurisdicción y competencia de los órganos jurisdiccionales, sino también las relativas a la
concreta idoneidad del juez en relación con el asunto concreto, entre las cuales se
encuentra precisamente la de imparcialidad –artículo 186 inciso 5 Cn.– que se mide no
solo por las condiciones subjetivas de ecuanimidad y rectitud, sino también por las de
desinterés y neutralidad.
En ese sentido, en la sentencia de 19-V-2005, pronunciada en la Inc. 46-2003, se
afirmó que una de las consecuencias de la imparcialidad e independencia que caracteriza a
los tribunales que integran el Órgano Judicial es la consagración del principio al juez
ordinario predeterminado por la ley. Así, el artículo 15 de la Constitución prescribe que
nadie puede ser juzgado sino por los tribunales que previamente haya establecido la ley.
Asimismo, se sostuvo que dicho principio −también denominado derecho al juez
natural− constituye una garantía constitucional, en buena medida, de configuración legal,
pues su concreción queda condicionada a la existencia previa de una intermediación
normativa a cargo del legislador, encaminada a la determinación legal de los órganos
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jurisdiccionales competentes, del ámbito de atribuciones de los mismos y de su régimen
orgánico de constitución y composición.
Sin embargo, debe afirmarse que el legislador no es totalmente libre al disponer en
cada caso la configuración normativa del principio en mención, pues estando reconocido
por la Constitución, debe concluirse que el juez natural es ante todo una garantía del
órgano jurisdiccional predeterminado y constituido al que se atribuya en exclusiva el
ejercicio de la potestad jurisdiccional según las normas de competencia y procedimiento,
cuyos componentes –partícipes de un mismo estatuto orgánico- gocen de todas las
garantías de independencia e imparcialidad.
En términos generales, el contenido del derecho al juez ordinario predeterminado
por la ley puede abordarse desde dos aspectos: uno objetivo, que puede identificarse como
la garantía del juez órgano predeterminado por la ley; y uno subjetivo, que se identifica
como garantía del juez persona predeterminado por la ley.
A. La garantía del juez órgano predeterminado por la ley implica las siguientes
exigencias: (a.) la creación previa del órgano mediante una norma con rango de ley; (b.) la
predeterminación de la competencia judicial con anterioridad al hecho motivador de la
actuación o proceso judicial; y (c.) la necesidad de que ese órgano se rija por un régimen
orgánico y procesal común que impida calificarle como órgano excepcional o
extraordinario.
B. Junto a estas exigencias objetivas de predeterminación legal, el derecho en
análisis exige también que la composición del Órgano Judicial venga determinada por la
ley y que en cada caso concreto se siga el procedimiento legalmente establecido para la
designación de los miembros que han de constituir el órgano correspondiente (la garantía
del juez persona predeterminado por ley).
Así pues, se trata de garantizar la independencia e imparcialidad que el derecho en
cuestión comporta, garantía que quedaría burlada si sólo se mantuviera el tribunal
nominalmente y se alteraran arbitrariamente sus componentes subjetivos, quienes en
definitiva van a ejercitar sus facultades intelectuales y volitivas en las decisiones que hayan
de adoptarse.
De hecho, una eventual irregularidad en la designación del Juez que ha de conocer
de un proceso, puede constituir una infracción del derecho de las personas al juez
previamente establecido por la ley.
El derecho al juez previamente establecido por la ley supondría, en síntesis, la
inexistencia de jueces ad hoc, es decir, no establecidos y previstos con carácter de
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generalidad con las pertinentes reglas de competencia. Este derecho conlleva también la
imposibilidad legal de designar ex post facto a los propietarios del Tribunal.
C. Asimismo, en la resolución de fecha 9-IV-2010, pronunciada en el proceso de
Amp. 679-2005, se aclaró que existe una sustancial diferencia entre el derecho al juez
natural y el derecho a un juez competente, en el sentido que lo que garantiza el derecho al
juez natural es básicamente que una persona sea juzgada por un tribunal creado
previamente y no se extiende a garantizar que un determinado caso sea conocido por uno
u otro juez; lo contrario implicaría que la Sala se atribuyera la facultad de fiscalizar vía
amparo cualquier norma de atribución de competencia lo que la convertiría en una
especie de tribunal de tercera instancia.
2. Por otra parte, tal como se ha sostenido en la resolución del 21-X-2010,
pronunciada en el Amp. 408-2010, en este tipo de procesos las afirmaciones de hecho de la
parte actora deben en esencia justificar que el reclamo planteado posee trascendencia
constitucional, esto es, deben evidenciar la probable vulneración de derechos
fundamentales que se proponen como parámetro de control de constitucionalidad.
Por el contrario, si tales alegaciones se reducen al planteamiento de asuntos
puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconformidad con las
actuaciones o el contenido de las decisiones emitidas por las autoridades dentro de sus
respectivas competencias, la cuestión sometida al conocimiento de este Tribunal constituye
un asunto de mera legalidad, lo que se traduce en un vicio de la pretensión que
imposibilita su juzgamiento.
III. Acotado lo anterior, corresponde ahora evaluar la posibilidad de conocer las
infracciones alegadas por el apoderado de la parte actora.
1. Fundamentalmente, el abogado de la parte demandante cuestiona la
constitucionalidad de la sentencia pronunciada por la Cámara Segunda de lo Laboral de
esta ciudad, debido a que la referida autoridad desestimó la excepción de incompetencia en
razón de la materia alegada y opuesta por la representación fiscal y, además, condenó al
Estado de El Salvador al pago de “… diferentes cantidades de dinero en concepto de
indemnización por despido injusto, en concepto de vacación proporcional, de aguinaldo
proporcional y de salarios caídos en esa instancia…”.
Lo anterior, debido a que, a su criterio, “… quien tendría que conocer por razón de
la materia de la demanda interpuesta por la señora Sánchez de Grijalva es el Tribunal del
Servicio Civil…” [Mayúsculas suprimidas].
En ese sentido, el abogado de la parte actora considera que la actuación judicial
impugnada fue fundamentada conforme a la normativa legal que no era aplicable a la
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relación laboral que vinculaba a la señora Margarita Sánchez de Grijalva con el Estado de
El Salvador, pues dicha señora “… desempeñaba actividades
eminentemente
administrativas las cuales encajan en lo que establecen los artículos 83 y 84 de las
Disposiciones Generales del Presupuesto, […] no siendo aplicable al presente caso el
Código de Trabajo…”.
Por tales motivos alega que la Cámara Segunda de lo Laboral de esta ciudad ha
vulnerado al Estado de El Salvador los derechos constitucionales al Juez Natural y
propiedad.
2. A. Al respecto, se observa que los argumentos expuestos en la demanda en
ningún momento ponen de manifiesto la forma en la que se habrían infringido los derechos
constitucionales que la parte actora estima vulnerados, sino mas bien, evidencian que el
fundamento de la pretensión planteada descansa en un desacuerdo con el contenido de la
resolución mediante la cual la Cámara Segunda de lo Laboral determinó que era
competente para conocer del proceso laboral incoado por la señora Sánchez de Grijalva.
En ese sentido, se aprecia que el peticionario requiere de esta Sala un
pronunciamiento encaminado a establecer qué juez era el competente para conocer del
proceso seguido en contra del Estado de El Salvador y a determinar si las normativa
aplicada por la mencionada autoridad judicial era la adecuada para resolver el caso
concreto, situación que no corresponde al conocimiento de este Tribunal por no ser propio
del proceso de amparo; ya que este no opera como un ente que dirima aspectos de
competencia, desde una perspectiva legal, sino que pretende brindar una protección
reforzada de los derechos fundamentales consagradas a favor de los gobernados.
B. En ese orden, conviene señalar que no corresponde a esta Sala revisar si la
autoridad demandada realizó una correcta o incorrecta aplicación de las disposiciones
legales de un determinado cuerpo normativo –en el presente caso, del artículo 25 del
Código de Trabajo− ya que ello escapa al catálogo de competencias conferido a este
Tribunal, por lo que le está impedida legal y constitucionalmente el ejercicio de le referida
función.
Asimismo, cabe aclarar que no corresponde al conocimiento de esta Sala, por no
ser propio del proceso de amparo, determinar o resolver conflictos de competencia, puesto
que este Tribunal no opera como un ente decisor de esta desde una perspectiva legal, sino
que pretende brindar una protección reforzada de los derechos fundamentales consagrados
a favor de las personas. Además, es preciso determinar que la discrepancia que pueda darse
entre un Juez y un demandante respecto a cuál es el la autoridad judicial competente para
resolver un caso en particular no constituye vulneración al derecho al juez natural.
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En virtud de lo anterior, es pertinente afirmar que, ponderar las razones por las que
la autoridad demandada declaró sin lugar la excepción de incompetencia alegada, así como
la interpretación que realizó del referido artículo del Código de Trabajo, implicaría invadir
la esfera de competencias de la autoridad demandada, actuación que a esta Sala le está
impedida legal y constitucionalmente.
De esta forma, ya que el asunto planteado carece de trascendencia constitucional, es
pertinente declarar la improcedencia de la demanda de amparo, por concurrir un defecto en
la pretensión que habilita la terminación anormal del proceso.
Por todo lo anterior, y de conformidad con lo dispuesto estipulado en el artículo 13
de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Manuel Antonio González Portillo en su calidad de Agente
auxiliar del Fiscal General de la República en representación del Estado de El Salvador,
por haber acreditado debidamente la personería con la que actúa en este proceso.
2. Declárese improcedente la demanda suscrita por el mencionado abogado, en el
carácter antes aludido contra actuaciones atribuidas a la Cámara Segunda de lo Laboral de
esta ciudad, por la presunta vulneración del derecho al juez natural y propiedad del Estado
de El Salvador, con base en los razonamientos expuestos en el Considerando III de esta
decisión.
3. Tome nota la Secretaria de este Tribunal del lugar y medio técnico señalados por
la parte actora, para recibir los actos procesales de comunicación.
4. Notifíquese.
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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