INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA LA FILOSOFÍA Hegel Lecciones sobre la Historia de la Filosofía Tomo I 1. DIVISIÓN DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA Si abordamos científicamente el problema, la división de la historia de la filosofía se desprenderá por sí misma como algo necesario. En general, sólo cabe distinguir, en rigor, dos épocas de la historia de la filosofía: la filosofía griega y la filosofía germánica, división equivalente a la que se establece entre el arte antiguo y el arte moderno. La filosofía germánica es la filosofía dentro del cristianismo, en la medida en que éste pertenece a las naciones germánicas, es decir, a los pueblos cristianos de Europa pertenecientes al mundo de la ciencia y que forman, en su conjunto, la cultura germánica, pues Italia, España, Francia, Inglaterra, etc., han recibido a través de las naciones germánicas una nueva fisonomía. El helenismo penetra también en el mundo romano, y así debe enfocarse la filosofía dentro del marco de desarrolló el pensamiento hasta llegar a la idea; el mundo cristianogermánico, por el contrario, concibe el pensamiento como espíritu; idea y espíritu son, por tanto, los criterios diferenciales. Más precisamente, esta trayectoria estriba en lo siguiente. En tanto que lo general todavía indeterminado e inmediato, Dios, el ser, el pensamiento objetivo que, celosamente, no deja que nada coexista con él, es la base sustancial de toda filosofía, base que no cambia, sino que se adentra más y más profundamente en sí misma y se manifiesta y cobra conciencia a través de este desarrollo de las determinaciones, podemos señalar el carácter especial del desarrollo en el primer período de la filosofía diciendo que este desarrollo es una libre manifestación de las determinaciones, las figuraciones y las cualidades abstractas, por la sencilla razón de que, en sí, lo contiene ya todo. este mundo. Los romanos no produjeron una verdadera filosofía, del La segunda fase sobre este fundamento general es la síntesis de mismo modo que no tuvieron nunca verdaderos poetas. No hicieron otra estas determinaciones que así se desprenden en una unidad ideal, cosa que recibir e imitar, aunque, con frecuencia, muy ingeniosamente; concreta, al modo de la subjetividad. En efecto, aquellas primeras su misma religión procede de la griega y lo que en ella hay de propio y determinaciones eran, como inmediatas, todavía abstracciones; pero, peculiar no la acerca a la filosofía y al arte, sino que es, por el contrario, además, lo absoluto debe ser concebido ahora como lo general que se antifilosófico y antiartístico. determina a sí mismo de un modo infinito, como el pensamiento activo, Es necesario indicar, con cierta precisión, las determinaciones de aquellas dos contraposiciones fundamentales. El mundo griego no como lo general en esta determinabilidad. Se establece, pues, como la totalidad de las determinabilidades, como el detalle concreto; con el vous de Anaxágoras y, más aún, con Sócrates comienza, de este 2 modo, una totalidad subjetiva en que el pensamiento se capta a sí filosofía independientes por sí mismos que pugnan y chocan el uno con mismo y la actividad pensante es el fundamento. el otro. En sí son idénticos, pero se consideran como antagónicos; y La tercena fase consiste en que esta totalidad primeramente abstracta, al ser realizada mediante el pensamiento activo, también la idea, tal como tiene conciencia de sí, aparece en una determinabilidad unilateral. determinante, diferencial, se establezca a sí misma en sus criterios Lo superior es la unión de estas diferencias. Puede ocurrir esto bajo diferenciados, que forman parte de ella en cuanto determinaciones la forma de la destrucción, como en el escepticismo; pero lo superior es ideales. Y como estas determinaciones se contienen, no separadas, en lo afirmativo, la idea puesta en relación con el concepto. Así, pues, si el la unidad y, por tanto, cada una de ellas, dentro de ésta, es también la concepto es lo general, que además se determina a sí mismo, pero sin otra, tenemos que estos momentos contrapuestos se elevan, a su vez, perder su unidad en la idealidad y la transparencia de sus al plano de totalidades. Las formas completamente generales de la determinaciones que no cobran sustantividad, y lo ulterior es, por el contraposición son lo general y lo particular; o, en otra forma, el contrario, la realidad del concepto, en el que las mismas diferencias se pensamiento como tal y la realidad exterior, la sensación, la percepción. elevan al plano de totalidades, la cuarta fase consiste en la unificación El concepto es la identidad de lo general y lo particular; en tanto estos de la idea, en la que todas estas diferencias, en cuanto totalidades, se dos factores se establecen luego, a su vez, como factores concretos, esfuman, al mismo tiempo, en la unidad concreta del concepto. Esta resulta que lo general, en él, es, al mismo tiempo, la unidad de la síntesis se opera, al principio, de un modo espontáneo, en cuanto que generalidad y la particularidad, y lo mismo puede decirse de lo el ideal mismo sólo se capta en el elemento de la generalidad. particular. La unidad se establece, por tanto, en ambas formas, y los momentos abstractos sólo pueden cumplirse por medio de esta unidad misma; nos encontramos, pues, con que aquí las mismas diferencias se ven elevadas a un sistema de totalidad y se enfrentan como la filosofía estoica y la epicúrea. Lo general absolutamente concreto es, ahora, el espíritu; lo El mundo griego progresó hasta llegar a esta idea, desarrollando para ello un mundo intelectual ideal; fue esto lo que hizo la filosofía alejandrina, con la que la filosofía griega llega a término y realiza su destino. Si queremos representarnos metafóricamente esta trayectoria, diríamos que A) el pensamiento es α) totalmente abstracto, como el espacio general o absoluto, por el que se entiende también con particular absolutamente concreto, la naturaleza: en el estoicismo se frecuencia el espacio vacío; β) en seguida, aparecen las desarrolla el pensamiento puro hasta llegar a la totalidad; cuando el otro determinaciones más simples del espacio, comenzando por el punto aspecto se convierte en espíritu y el ser natural, la sensación, en para pasar luego a la línea y al ángulo; γ) la tercera fase es la de su totalidad, tenemos el epicureismo. Toda determinación se desarrolla unión en el triángulo, figura que es ya, ciertamente, concreta, pero que hasta la totalidad del pensamiento; y, según el modo de espontaneidad se mantiene todavía en este elemento abstracto de la superficie y que de estas esferas, estos principios aparecen como dos sistemas de es, por tanto, solamente la primera totalidad y limitación todavía 3 formales, a las que corresponde el νούς. B) La fase ulterior consiste en Esta contraposición entre la corporeidad real y el centro, como lo que, mientras dejamos que se convierta de nuevo en superficie cada simple, se manifiesta ahora; y la totalidad es la unión del centro y de la una de las líneas que cierran el triángulo, cada una de ellas se sustancialidad; pero no una unión espontánea, sino de tal modo que lo desarrolle para formar la totalidad del triángulo, la figura total de que subjetivo tenga en ella la conciencia de ser lo subjetivo frente a lo forma parte; tal es la realización del todo en los lados, como se nos objetivo y sustancial. La idea es, entonces, esta totalidad, y la idea revela en el escepticismo o en el estoicismo. C) La fase final consiste consciente en que estas superficies o estos triángulos laterales se junten y cierren sustancialidad; aquélla se establece por sí misma, pero de tal modo que para formar todos ellos un cuerpo, una totalidad: este cuerpo es ya, por es concebida como algo sustancial por sí mismo. La idea subjetiva vez primera, la determinación espacial perfecta, que representa una empieza siendo puramente formal; pero es la posibilidad real de lo duplicación del triángulo; pero este ejemplo ya no sirve, desde el sustancial, de lo general en sí, y tiene por destino el llegar a realizarse y momento en que el triángulo que tomamos como base queda fuera de establecer su identidad con la sustancia. la pirámide. de sí misma algo esencialmente distinto de la A través de esta subjetividad y de esta unidad negativa, a través de El remate de la filosofía griega en el neoplatonismo es el reino esta negatividad absoluta, el ideal, ahora, no es objeto solamente para perfecto del pensamiento, de la bienaventuranza, un mundo de los nosotros, sino para sí mismo; este principio se inicia con el mundo ideales con existencia propia, pero irreal, ya que el todo sólo se halla, cristiano. De este modo, en el principio moderno el sujeto es libre por sí en absoluto, en el elemento de la generalidad. A este mundo le falta mismo y el hombre conquista su libertad como tal hombre; y a ello se todavía lo particular, como tal, que constituye un momento esencial del refiere la representación de que, por ser espíritu, tiene por sus dotes el concepto; para que haya realidad, es necesario que en la identidad de destino infinito de llegar a ser sustancial. Dios es conocido como los dos lados de la idea se establezca también como negativa la espíritu que se duplica por sí mismo, pero que, al mismo tiempo, totalidad independiente. Sólo a través de esta negación que es para sí, levanta esta diferencia, para adquirir, en ella, el ser en y para si. La la cual es la subjetividad absoluta, se eleva la idea al plano del espíritu. misión del mundo consiste, siempre, en reconciliarse con el espíritu, en El espíritu es la subjetividad de saberse; pero sólo es espíritu en cuanto llegar a conocerse en él, y esta misión es conferida al mundo que sabe como totalidad el objeto, que es él mismo, y en cuanto que es germánico. totalidad por sí mismo. Es decir, los dos triángulos que se hallan en la parte de arriba y en la parte de abajo del prisma no deben ser dos como duplicados, sino que deben formar una unidad entrelazada; o, dicho de otro modo, con el cuerpo nace la diferencia entre el centro y el resto de, la periferia corporal. Los primeros comienzos de esta misión se dan en la religión, que es la intuición y la fe de este principio como una existencia real, antes de llegar a su verdadero conocimiento. En la religión cristiana, este principio vive más bien como sentimiento y como representación: lleva implícito el destino del hombre como llamado a gozar de la eterna 4 bienaventuranza, como objeto de la gracia y la caridad divinas, del establecen, no obstante, como formando una unidad. Estamos ante la interés divino, es decir, como dotado de un valor infinito en cuanto idea hombre; y se precisa, dicho principio, en el dogma de la unidad de la determinaciones, cada una de las cuales se realiza como totalidad y se naturaleza divina y humana revelado por Cristo a los hombres, según el refiere, pura y simplemente, a la otra. cual la idea subjetiva y objetiva, el hombre y Dios, forman una unidad. Bajo otra forma, nos encontramos con esto mismo en el viejo relato del pecado original, según el cual la serpiente no engañó al hombre, pues Dios dice, en él: "He aquí, el hombre es como uno de Nos, sabiendo el bien y el mal." verdaderamente especulativa, ante el concepto en sus Estamos, pues, en rigor, ante dos ideas, la idea subjetiva como saber y la idea concreta sustancial; y la filosofía moderna tiene su interés en la evolución y la formación de este principio, en que cobre conciencia en el pensamiento. Por eso las determinaciones presentan un carácter más concreto que en la filosofía antigua. Esta Esta unidad del principio subjetivo y de la sustancialidad es lo que contraposición, cuyos extremos aparecen agudizados, concebida en su interesa; en el proceso del espíritu, esta unidad o ser para sí del sujeto más general significación es la contraposición entre el pensar y el ser, se despoja de su modalidad inmediata para manifestarse como algo entre la individualidad y la sustancialidad, de tal modo que, dentro del identificado con lo sustancial. Este fin del hombre se proclama como la sujeto mismo, su libertad se mueva nuevamente dentro del círculo de la perfección suma. Vemos por ello que las representaciones religiosas y necesidad; es la contraposición entre sujeto y objeto, entre naturaleza y la especulación no se hallan tan alejadas entre sí como suele pensarse; espíritu, en cuanto que éste, como algo finito, se contrapone a la y hago referencia a estas nociones para que no nos avergoncemos de naturaleza. seguir dándoles, a pesar de todo, oídos, aunque estemos ya muy por encima de ellas, para que no nos avergoncemos de nuestros antepasados cristianos, que con tanto respeto las escuchaban. La filosofía griega es una filosofía candorosa, porque aún no tiene en cuenta esta contraposición entre el ser y el pensar, sino que parte de la premisa inconsciente de que el pensar es también el ser. Es cierto El fundamento sobre el que descansa la filosofía nacida en el seno que nos encontramos con ciertas fases de la filosofía griega que del cristianismo es, según esto, la existencia de dos totalidades: una parecen situarse ya en el mismo punto de vista de las filosofías duplicación de la sustancia, pero caracterizada por el hecho de que las cristianas, como ocurre, por ejemplo, con la filosofía sofística, la dos totalidades ya no aparecen desdobladas, sino, por el contrario, neoacadémica y la escéptica, cuando proclaman la doctrina de que no entrelazadas y postuladas la una por la otra. Así como antes el es posible llegar al conocimiento de la verdad: esta doctrina parece, en estoicismo y el epicureismo, cuya negatividad era el escepticismo, efecto, coincidir con las modernas filosofías de la subjetividad en que aparecían cada uno por su lado y a la postre se abría también camino la todas las determinaciones del pensamiento tienen un carácter generalidad en sí de ambos, ahora estos momentos pasan a ser, puramente subjetivo, sin que sea posible emitir fallo alguno sobre la conscientemente, totalidades distintas y, aun en su contraposición, se objetividad. 5 Existe, sin embargo, una diferencia esencial. En las antiguas ella; es la fe en sentido eclesiástico o la fe en el sentido moderno, que filosofías que sostienen que sólo conocemos las apariencias de las consiste en rechazar la razón para dar oídas a una revelación interior a cosas se contiene ya, con ello, el todo; sólo en cuanto a lo práctico que se da el nombre de certeza o intuición inmediata, de un sentimiento concedían la nueva Academia y los escépticos que era posible obrar descubierto en uno mismo. La contraposición entre este saber llamado rectamente, moralmente y razonablemente aunque sólo se tomara aún a desarrollarse y el saber ya desarrollado, suscita especial interés. como norma y pauta, en la vida, lo aparente. Pero, aunque sólo se tome Ambos tipos de saber implican la unidad del pensamiento o la como base lo aparente, no se pretende, ni mucho menos, que en ello subjetividad y la verdad o la objetividad; la diferencia consiste en que resida el conocimiento de la verdad y del ser, como lo sostienen los bajo la primera forma se dice que el hombre natural conoce la verdad idealistas puramente subjetivos de los tiempos modernos, los cuales, tal como directamente la cree, mientras que en la segunda forma, aun sin embargo, siguen divisando, allá en el fondo, un ser en sí, un más estableciéndose también en ella la unidad de saber y verdad, se hace allá, al que no es posible llegar por la vía pensante, cognoscitiva; es de tal modo que el sujeto se eleva aquí por encima de la modalidad éste un saber inmediato, una fe, una intuición, una nostalgia del más inmediata de la conciencia sensible y sólo llega a la verdad a través del allá, tal como se percibe, por ejemplo, en Jacobi. pensamiento. Los filósofos antiguos no sentían semejante nostalgia, sino, por el La meta consiste en pensar lo absoluto como espíritu, como general, contrario, una perfecta satisfacción y quietud dentro de aquella certeza como algo que, cuando la bondad infinita del concepto hace brotar que les llevaba a ver un conocimiento en lo que no era más que una libremente de sí, en su realidad, sus determinaciones, se las asimila y apariencia. En este punto, es necesario, pues, guardar firmemente las comunica totalmente, pudiendo por ello ser indiferentes entre sí o posiciones, si no queremos caer, partiendo de la igualdad de los pugnar las unas contra las otras, pero sin que por ello estas totalidades resultados, en el error de ver en aquellas filosofías antiguas, en todo y dejen de formar una unidad, siendo idénticas no sólo en sí, como por todo, las determinaciones de la moderna subjetividad. El candor de parece reflejarse en nosotros, sino también para sí, lo cual quiere decir la filosofía antigua, que hacía pasar lo aparente por la esfera total, que los criterios determinantes de su diferencia son, por sí mismos, alejaba en aquellos pensadores toda duda acerca del pensamiento de puramente ideales. lo objetivo. Por tanto, si podemos expresar el punto de partida de la historia de Esta marcada contraposición cuyos dos términos relaciona, la filosofía diciendo que Dios es concebido como la universalidad esencialmente, la época moderna como totalidades entre sí, presenta inmediata, aún no desarrollada, y que su meta, consistente en captar lo también la forma de la contraposición entre la razón y la fe, entre la absoluto como espíritu a lo largo de la trayectoria tres veces y media concepción propia y la verdad objetiva, la cual debe aceptarse sin milenaria del Espíritu del Mundo, bastante lenta, como se ve, es la meta ninguna razón propia e incluso sacrificando esta razón y renunciando a de nuestro tiempo, será fácil para nosotros pasar de una determinación 6 a otra, después de haber señalado los defectos de la que se abandona; pasa luego al cristianismo, y muchas filosofías cristianas tienen por pero en el transcurso de la historia esto no es tan fácil. única base esta filosofía. Este período abarca unos mil años, cuyo final Tenemos, pues, ante nosotros, en conjunto, dos filosofías: la griega y la germánica. En la segunda, debemos distinguir la época en que la coincide con las grandes migraciones de los pueblos y con la desaparición del Imperio romano. filosofía se manifiesta formalmente como tal y el período que sirve de Segundo período. Es el periodo de la Edad Media. Pertenecen a él formación y preparación para la época moderna. La filosofía germánica los escolásticos e, históricamente, hay que mencionar también dentro sólo puede arrancar del punto en que se manifiesta, bajo su forma de él a los árabes y los judíos, si bien esta filosofía se desarrolla, peculiar, como tal filosofía. Entre el primer período y el período moderno principalmente, dentro de la Iglesia; se trata de un periodo que abarca se interpone, como época intermedia, aquella etapa de fermentación de más de mil años. la filosofía moderna que, de una parte, se atiene a la esencia sustancial sin cobrar forma alguna, mientras que, de otra parte, desarrolla el pensamiento como simple forma de una verdad que se da por supuesta, hasta que se reconoce a sí mismo como el fundamento y la fuente libres de la verdad. Tercer periodo. La filosofía de los tiempos modernos sólo se manifiesta por sí misma después de la guerra de los Treinta años, con Bacon, Jacob Bohme y Descartes; este último comienza con la distinción del cogito, ergo sum. Trátase de un período de un par de siglos; por tanto, esta filosofía es todavía algo nuevo. La historia de la filosofía se divide, pues, en tres períodos: el de la filosofía griega, el de la filosofía del período intermedio y el de la filosofía de la época moderna. El primero se halla determinado, en 2. fuentes de la historia de la filosofía general, por el pensamiento, el segundo se divide por la contraposición Las fuentes de la historia de la filosofía tienen un carácter distinto al entre la esencia y la reflexión formal y el tercero se basa en el concepto. de las de la historia política. Las fuentes de ésta son los historiadores, Pero no debe entenderse esto en el sentido de que en el primer período quienes, a su vez, toman como fuente para sus historias los hechos y sólo se contienen pensamientos; sería falso creerlo así, pues en él se las palabras de los individuos; además, los historiadores no originales contienen también conceptos e ideas, del mismo modo que el último se documentan, por decirlo así, de segunda mano. Pero, de un modo o período tiene como punto de partida pensamientos abstractos, que en de otro, los historiadores convierten siempre los hechos en historia, es el fondo forman un dualismo. decir, en este caso, les dan la forma de representaciones. El nombre de Primer período. Va desde Tales de Mileto, alrededor del año 600 a. c., hasta el florecimiento de la filosofía neo-platónica mediante Plotino en el siglo III d. c., y su desarrollo y prosecución por Proclo, en el siglo V, hasta la desaparición de toda filosofía. La filosofía neoplatónica historia tiene, en efecto, un doble sentido: expresa, de una parte, los hechos y acontecimientos mismos y, de otra parte, estos mismos hechos y acontecimientos convertidos ya en representaciones y con destino a la representación. 7 En cambio, en la historia de la filosofía no sirven de fuente los historiadores, sino que tenemos ante nosotros los hechos mismos, y son éstos, o sean las obras filosóficas mismas, las verdaderas fuentes; quien quiera estudiar seriamente la historia de la filosofía no tiene más remedio que ir directamente a estas fuentes. Estas obras son, sin embargo, una riqueza demasiado grande para que en nuestra historia nos atengamos exclusivamente a ellas. Con respecto a muchos filósofos es inexcusablemente necesario, ciertamente, referirse a sus obras mismas; pero hay ciertos períodos cuyas fuentes no han llegado a nosotros, como ocurre, por ejemplo, con la filosofía griega más antigua, y en los que, por consiguiente, no tenemos más remedio que recurrir a los historiadores y a otros escritores. Y hay también otros períodos en que es de agradecer que otros se hayan preocupado de leer las obras de los filósofos correspondientes a esos períodos y de extractar para nosotros sus lecturas. La mayor parte de los escolásticos dejaron escritas obras en 16, 24 y hasta 26 volúmenes in folio; para llegar a su conocimiento, no hay más remedio que apoyarse en el trabajo que otros han realizado. Hay, además, muchas obras filosóficas rarísimas y muy difíciles de conseguir. Algunos filósofos sólo tienen, en gran parte, un interés histórico y literario y esto nos autoriza a recurrir, para estudiarlos, a las colecciones en que se han recogido sus doctrinas. [>]