la reserva troncal

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PRÁCTICA NOTARIAL
LA RESERVA TRONCAL:
UN FRENO A LA LIBRE DISPOSICIÓN
DE DETERMINADOS BIENES
HÉCTOR TAPIA BARBADO
Oficial de Notaría y Licenciado en Derecho
Valladolid
I.- INTRODUCCIÓN:
La idea de verter unas líneas sobre la institución de la reserva “lineal o troncal” me ha
venido del hecho de que nunca se me ha presentado en mi vida profesional ningún tipo de
reserva. Esto me ha hecho pensar sobre lo inhabitual que debe ser encontrarse en la práctica con una de estas “desconocidas”, y consiguientemente lo fácil que resulta que pase
desapercibida.
Es más, la idea de escribir sobre ella me
viene del miedo, miedo a que en los años que
llevo “en el mundo de la escribanía”, esta figura haya pasado delante de mis narices en
más de una ocasión, sin que ni clientes, abogados, yo mismo, o los propios Notario y
Registrador, la hayan siquiera “olido”...
Este es mi miedo, creer que se están haciendo las cosas bien, y sin embargo que no
sea así. Pero claro, ésta también es mi motivación.
Con estas líneas me gustaría poner un
foco que ilumine esta institución, para que conociéndola un poco mejor, no pase directamente inadvertida (como sospecho, está pasando una y otra vez).
II.- LAS RESERVAS HEREDITARIAS:
Dentro del Derecho comparado las reservas hereditarias se equiparan a la legítima de
los herederos forzosos, pues ésta constituye
una porción de bienes hereditarios que la ley
reserva a favor de éstos.
Sin embargo, dentro del Derecho civil español, las reservas hereditarias implican una
limitación a la libertad de testar y constituyen un régimen sucesorio excepcional, ya
que se sustraen ciertos bienes del cauce sucesorio ordinario, en beneficio de determinadas personas.
Concepto genérico de Reserva: Es la obligación que la ley impone a ciertos herederos
de conservar a favor de ciertas personas los
bienes adquiridos “a título lucrativo” o el
valor de los mismos. Con “a titulo lucrativo”
se refiere a los bienes adquiridos por donación, herencia o legado.
Tipos de Reservas: El Código Civil español
admite y regula tres clases de reserva:
1º La reserva ordinaria o viudal, regulada
por los articulos 968-980 del CC.
Es aquélla que se impone al viudo que
contrae segundas o ulteriores nupcias, o que
ha tenido en estado de viudez un hijo no
matrimonial o adoptado, para que conserve
en favor de los hijos o descendientes del matrimonio anterior los bienes adquiridos “a título lucrativo” del difunto consorte, o de
cualquiera de los hijos de dicho matrimonio,
o de los parientes del difunto en consideración a éste.
Su fundamento es la protección a los hijos
del primer matrimonio basándose en la voluntad presunta del cónyuge viudo, es decir, que
se presume que el causante no habría favorecido a los hijos del segundo matrimonio, si hubiese podido prever que los bienes que se su-
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PRÁCTICA NOTARIAL
jetan a reserva, en vez de aprovechar a sus
descendientes, irían a beneficiar a los hijos de
un segundo matrimonio.
Ejemplo: Fernando se casa en primeras
nupcias con Maria Antonia en 1999 y tienen una hija llamada Rocio. Fernando
dona a su esposa una finca en Astorga.
Fernando fallece en accidente de tráfico
en 2012. Maria Antonia contrae segundas
nupcias con Rafa, pero dos años después
ésta fallece dejando la legítima a su hija
Rocío y dejando como único heredero a su
nuevo esposo Rafa.
Pues bien la finca de Astorga está sujeta a
reserva viudal, ya que el art. 968 del
Código dispone que el viudo (Maria
Antonia) que pase a segundo matrimonio
(con Rafa) estará obligado a reservar a los
hijos del primer matrimonio (Rocio) la propiedad de todos los bienes que haya adquirido de su difunto consorte por testamento, sucesión intestada, donación u
otro título lucrativo, pero no su mitad de
gananciales.
Por lo que el heredero de la finca será
Rocio y no Rafa.
2º La reserva extraordinaria o lineal, también llamada troncal, regulada por el art. 811
CC. Este artículo, que a continuación vamos a
analizar, ha dado lugar durante años a un
enorme río de opiniones doctrinales y jurisprudenciales, sin que hasta la fecha se haya
llegado a una solución que satisfaga a nadie.
El fundamento de la reserva es que los bienes
pertenecientes a una línea sucesoria determinada permanezcan en la misma, es decir, se
respete su troncalidad, asegurándola en aquellos casos en los que se producen fallecimientos prematuros o inesperados.
3º Reserva a favor del ausente o reserva
especialísima. No tiene reglamentación propia, por lo que hay que hacer uso de la aplicación analógica, sobre todo de la reserva ordinaria para llenar esta laguna legal.
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Está impuesta a las personas que adquieren la parte destinada al ausente cuando se
abre una sucesión a la que está llamado éste,
con el fin de que conserven dicha parte a
favor del mismo. Es necesaria que esté declarada la ausencia judicialmente.
III.- HISTORIA Y TRONCALIDAD:
- Históricamente la familia es el fundamento de los llamamientos sucesorios, pero
siempre desde una concepción biológica y no
institucional de la familia, es decir, se designan como herederos intestados y legitimarios
a los parientes más próximos y no se otorga
relevancia al origen o naturaleza de los bienes. Frente a los antiguos sistemas monárquicos
o aristocráticos caracterizados por estirpes, linajes y abolengos, el código civil establece
una sucesión fundada en el llamamiento por
cabezas y no por estirpes, desconociendo el
origen o procedencia de los bienes. Este llamamiento igualitario y por cabezas del
Código civil favorece la división y dispersión
del caudal hereditario familiar.
En la época de la codificación cualquier
forma de sucesión lineal o troncal gozaba de
mala prensa, ya que se concebía como instrumento de perpetuación de la nobleza, de la
monarquía y, en definitiva, de la riqueza en
manos de unos pocos.
A grandes rasgos podemos identificar
principalmente tres clases de troncalidad:
1º el sistema de troncalidad que representa la sucesión de la corona;
2º la troncalidad del llamamiento preferente de los primogénitos varones;
3º la troncalidad que tutela “el abolengo” donde el interés prevalente es salvaguardar la indivisibilidad de un patrimonio agrario y el trabajo de una
familia.
- En la actualidad, una gran parte de sentencias que tratan de la aplicación del Art. 811
CC examinan supuestos relacionados con:
PRÁCTICA NOTARIAL
• sucesiones entre padres e hijos por el fallecimiento de hijos que previamente
han heredado de uno de sus padres y a
los que sobrevive el otro padre;
• o supuestos de separación y divorcio;
• o tambien supuestos en los que hay
hijos extramatrimoniales o de anterior
matrimonio.
Esto es bastante significativo, ya que se
constata que con la actual “crisis de la familia
y del matrimonio”, la investigación del origen
de los bienes adquiere un renovado protagonismo para regular la sucesión, evitando así el
capricho en el llamamiento y la injusticia de
que se beneficien de los bienes estirpes declaradas extrañas por la separacion y el divorcio.
- En nuestro derecho, el llamamiento hereditario del art. 811 representa uno de los
enigmas más misteriosos e interesantes del
Código civil, porque parece una pieza desencajada de nuestro sistema sucesorio, una evocación de un espíritu del pasado, la cual ha
dado lugar durante años a ríos de tinta en
opiniones doctrinales y jurisprudenciales, sin
que hasta la fecha se haya llegado a una solución que satisfaga completamente a nadie.
La persona inspiradora y causante de su
introducción en el código Civil fue el jurista
ALONSO MARTÍNEZ, con un caso muy conocido por el lenguaje florido y folletinesco de la
época, en el que se relataba lo siguiente:
cio....y es curioso señalar el dato, que ignoro si
es cierto, de que el propio Alonso Martínez se
viera años más tarde favorecido por la aplicación de este artículo...
Veamos pues el análisis de esta institución.
IV.- LA RESERVA TRONCAL, ANÁLISIS
DEL ART. 811 DEL CÓDIGO CIVIL:
Ahora, conociendo un poco más lo que
son las reservas, podemos pasar al estudio
pormenorizado del artículo 811 del Código
Civil, el cual establece las claves de la peliaguda reserva troncal:
Art. 811.- “El ascendiente que heredare
de su descendiente bienes que éste hubiese
adquirido por título lucrativo de otro ascendiente, o de un hermano, se halla obligado a
reservar los que hubiere adquirido por ministerio de la ley en favor de los parientes que
estén dentro del tercer grado y pertenezcan a
la línea de donde los bienes proceden”.
Esta redacción tan deficiente, debida quizás al excesivo afán de concisión, ha dado
lugar a un número inacabable de problemas,
muchos de los cuales quedan en el aire, sin resolver. De aquí el carácter excepcional de esta
institución, que ha hecho que el propio
Tribunal Supremo aclare en su ST de
21/10/1991 que este precepto debe ser interpretado siempre de forma “no extensiva”.
“...falleciendo un magnate de la casa de
Medinaceli, le sucede su hijo mayor en la mitad
de sus bienes, dejando a sus hermanos y viuda
con un modesto lote de dichos bienes; este hijo
mayor se casa y fallece al poco tiempo dejando
un “tierno vástago”; la joven viuda contrae segundas nupcias, y sufre la tragedia de perder a
su adorado hijo, heredando de este modo la
fortuna familiar de su primer marido, (con exclusión de los hermanos y madre de éste)....”.
El fundamento de esta reserva es evitar el
peligro de que bienes poseídos durante largo
tiempo por una familia pasen bruscamente
por título gratuito a manos extrañas, por el
azar de los enlaces y muertes prematuras. En
definitiva, evitar que se desvíen de su línea
determinados bienes, imponiendo un freno a
la libre disposición del reservista.
Recomiendo la lectura del pasaje de
Alonso Martínez, ya que no tiene desperdi-
- Este derecho nace en el mismo momento de que los bienes sean adquiridos por el as-
A) Nacimiento de la Reserva:
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PRÁCTICA NOTARIAL
cendiente. De acuerdo con lo establecido el
art. 811, para que nazca el derecho es necesario que concurran dos causas:
1º) Fallecimiento de un descendiente que
transmita bienes a un ascendiente.
2º) Fallecimiento de ese ascendiente.
- Se suele distinguir entre:
“Reserva pendiente”: la cual se inicia
cuando al morir el descendiente le hereda el
ascendiente, y se prolonga mientras vive el reservista;
Y “Reserva consumada”: la cual se produce cuando muere el reservista y existen en ese
momento reservatarios.
- Esta reserva supone tres sucesivas transmisiones de bienes:
1ª transmisión, a título gratuito (herencia
o donación), de un ascendiente (o un hermano), fallecido anteriormente, a favor de un
descendiente, que será el causante de la reserva. La ley considera que existe un “ascendiente-transmitente” y un “descendienteadquirente”, o dos hermanos, uno que
transmite y otro que adquiere.
2ª transmisión por ministerio de la ley
(por sucesión forzosa o intestada) del descendiente o hermano anterior, causante de la reserva, a su ascendiente, que será el reservista
(obligado a mantener en su patrimonio los
bienes reservables para su entrega a determinados parientes). A partir de este momento
nace el derecho expectante a la reserva a
favor de unos determinados parientes.
3ª transmisión, se produce al fallecer el
reservista, momento en que los bienes objeto
de las dos anteriores transmisiones pasan del
reservista a los “parientes del causante de la
reserva”, que son los reservatarios. Estos reservatarios deben cumplir tres requisitos:
a.- Que sean “parientes del causante de la
reserva”, incluyéndose los matrimoniales, extramatrimoniales o los adoptivos;
b.- Que se encuentren dentro del tercer
grado con respecto al causante de la reserva;
y c.- Que pertenezcan a la línea de la que
procedan los bienes.
- Pongamos algunos ejemplos prácticos
sencillos para afianzar el concepto:
Ejemplo 1 -que sucedió realmente en una
Notaria-: al fallecimiento de Don “A”, éste lega
a su nieto “N” una vivienda. A su vez, en un trágico accidente de circulación, el nieto fallece
muy joven, sin haber otorgado testamento y sin
cónyuge ni descendientes, heredándole sus padres “P” y “M”. Años más tarde, los padres deciden vender la vivienda. Una vez que se encuentra a unos compradores y ya en la Notaría,
con la escritura preparada para su otorgamiento y el préstamo hipotecario concedido a los adquirentes, se plantea la cuestión de la reserva
troncal y queda frustrado el negocio jurídico.
Esta vivienda está sujeta a reserva, el causante de la reserva es el abuelo, los reservistas
son los padres, y los reservatarios a favor de los
que se hace la reserva son los hermanos de N,
hijos de los reservistas y, por lo tanto, parientes dentro del tercer grado con respecto al
causante de la reserva (el abuelo), y que pertenecen a la línea de la que procedan los bienes.
Ejemplo 2: Un matrimonio tiene tres
hijos, fallece el padre y heredan abintestato
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PRÁCTICA NOTARIAL
los tres hijos por partes iguales, fallece después uno de los hijos sin testar y sin descendencia por lo que le sucede abintestato la
madre, la cual hereda bienes que su hijo premuerto había heredado de su padre.
En este caso tan sencillo, los dos hermanos sobrevivientes (reservatarios), tienen derecho a la reserva de dichos bienes y su madre
(reservista) tiene la obligación de reservarlos,
sin poder venderlos o legarlos a una tercera
persona.
Ejemplo 3: Alfonso hereda de su hermano
mayor, Víctor, una casa en Asturias. Después
de unos años felices en la montaña, Alfonso
muere sin haber hecho testamento, soltero y
sin descendencia, heredándole su padre
Josele. Pues bien, en este caso el causante de
la reserva es Víctor, el reservista es Josele y
cuando fallezca Josele habrá que ver quiénes
son los reservatarios, los cuales serán “parientes del causante de la reserva, Víctor”, que se
encuentren dentro del tercer grado con respecto a Víctor y que pertenezcan a la línea de
la que procedan los bienes.
RESUMEN: Para detectar una reserva hay
que tener en cuenta varias cosas:
1º Nos debe saltar la alarma cuando nos
llegue un caso en el que un ascendiente
herede de su descendiente bienes que
éste hubiese adquirido por herencia o
donación de otro ascendiente o de un
hermano.
2º Después, debemos determinar quién es
el causante de la reserva y el reservista.
3º Y por último, debemos comprobar las
sucesivas transmisiones que haya habido, hasta verificar que haya tres, para así
determinar si existen los beneficiarios de
la reserva (reservatarios), y quiénes son.
- Con estas tres transmisiones ya hemos
conocido a los sujetos intervinientes en la
Reserva Troncal. Procedamos pues a un análisis algo más detallado de estos sujetos:
B) Reservistas (Personas Obligadas a
Reservar):
La obligación de reservar incumbe a los
ascendientes, sin distinción de líneas ni de
grados, y sin que quepa distinguir entre la sucesión testamentaria y la intestada. Es necesario aclarar, (porque no ha sido siempre así...),
que la filiación del adquirente -causante de la
reserva- que transmite los bienes recibidos de
su padre o madre al otro progenitor (o a un
abuelo, etc.), puede ser, extramatrimonial. Y
que en la segunda transmisión, (la que va del
descendiente al ascendiente, de los bienes
procedentes de la primera transmisión que
acabamos de ver), el ascendiente que sucede
por ministerio de la ley es la persona que
puede desviar los bienes de la línea de la que
proceden, desvío que cabe tanto a través de
un ascendiente matrimonial como no matrimonial o adoptante. Por lo tanto, cualquiera
de ellos quedará indistintamente afecto a la
reserva como reservista.
Otra cuestión distinta es ¿debe pertenecer el ascendiente sucesor (reservista) a línea
distinta de aquélla de donde los bienes proceden? La doctrina mayoritaria se ha inclinado
por la negativa, es decir, que aunque pertenezca a la misma línea de la que proceden los
bienes está obligado a reservarlos.
“Lo que sí ha de ponerse de manifiesto es
que el reservista no está obligado a efectuar
una atribución igualitaria a los reservatarios
respecto de los bienes reservables, pues se entiende que conculca la libertad de testar y de
libre disposición de los bienes”, (en relación a
esto se pueden encontrar distintas sentencias
en los dos sentidos...es un tema muy discutido.)
C) Reservatarios (Personas Beneficiarias
de la Reserva):
Tienen derecho a la reserva los parientes
que reúnan dos condiciones:
1º estar dentro del tercer grado;
2º y pertenecer a la línea de donde los
bienes procedan.
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PRÁCTICA NOTARIAL
Antes de empezar con este tema, recordemos esquemáticamente lo que son las líneas y los grados según los artículos 915 a
923 del Código Civil:
El parentesco de una persona respecto de
otra se termina por el número de generaciones que las separan.
Grado: cada generación es un grado.
Línea: una serie de grados forma una
línea, que puede ser directa si está formada por grados entre personas que descienden unas de otras, o colateral si está formada por grados entre personas que no
descienden unas de otras pero que proceden de un tronco común. En la línea recta
se sube únicamente hasta el tronco (ej. el
hijo está separado del padre un grado; del
abuelo, dos grados; y así sucesivamente...);
en cambio en la linea colateral, se sube
hasta el tronco común, y después se baja
hasta la persona con quien se hace el cómputo (ej. Una persona está separado dos
grados respecto de su hermano, y tres respecto de su tío).
En las herencias, el pariente más próximo
en grado excluye al más remoto (salvo en
los casos en que se aplique el derecho de
representación).
El concepto de línea es más complejo pues
supone no solo tener en cuenta al causante de
la reserva, sino también el cómputo efectivo
desde el origen de la reserva. El concepto de
línea solo se utiliza en el código para conservar
la línea y determinar la preferencia entre reservatarios. Desde las primeras sentencias, afirma la jurisprudencia que no hay que investigar
el origen de los bienes sino solo la línea desde
el descendiente-causante de la reserva.
Aclarado esto, se hace necesario indicar
que no es necesario que el parentesco sea de
doble vínculo, basta que los parientes sean de
vínculo sencillo (es decir, los medio hermanos,
ya lo sean de padre o de madre), para que
puedan ser reservatarios si pertenecen a la
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línea paterna o materna de la que proceden
los bienes. En el caso de la reserva no se concurre a la sucesión por el vínculo doble o sencillo de parentesco, sino por la pertenencia a
la línea de procedencia de los bienes.
En cuanto al momento en que estos parientes han de “existir” para convertirse definitivamente en reservatarios, parece que
queda claro que han de existir a la muerte del
reservista, sin perjuicio de los derechos que ostentan durante la pendencia de la reserva.
- Dicho todo esto, la jurisprudencia ha declarado que para computar el tercer grado ha
de contarse partiendo del descendiente de
quien procedan inmediatamente los bienes,
causante de la reserva, puesto que del fallecimiento de éste derivan y arrancan el derecho
y la obligación de reservar. (Sent. de 16 dic.
1892, 8 nov. 1906, 29 oct. 1907, 30 dic. 1912, 7
nov. 1927, 24 mayo 1945 y 1 jul. 1955).
Pero ¿tienen derecho a reserva todos los
parientes dentro del tercer grado o sólo los de
grado más próximo? ¿Cuál es la preferencia
entre los llamados a la reserva? LACRUZ pone
el siguiente supuesto: fallecido el descendiente
causante de la reserva, queda un grupo de posibles reservatarios, parientes suyos hasta el tercer grado, los eventuales reservatarios serán: o
bien ascendientes (hasta el bisabuelo) o bien
colaterales (hermanos, o hijos de éstos, o tíos
carnales). Dos líneas, pues (recta y colateral), y
dentro de cada una, tres clases de parientes:
seis en total. ¿Cómo se determina la preferencia entre líneas y clases cuando son varias las
que concurren a la sucesión reservataria?. La
regla general que rige en materia de sucesión
intestada de que el pariente más próximo en
grado excluye al más remoto es aplicable también a la sucesión en la reserva. Ahora bien,
estos autores no admiten la salvedad del derecho de representación en base al carácter personalísimo y excepcional de la reserva lineal.
CASTÁN sigue esta postura, pero admitiendo el
derecho de representación, de modo que con
los hermanos del descendiente concurrirán los
sobrinos, hijos de hermanos premuertos.
PRÁCTICA NOTARIAL
- El artículo 811, indica también «... y pertenezcan a la línea de donde los bienes procedan» Estas palabras vienen a plantear el famoso problema de la «línea». Es ésta una de
las cuestiones más dudosas que ha suscitado la
redacción del art. 811 C.C. Como posiciones
doctrinales más interesantes podemos citar:
“1. La opinión más simplista estima que
sólo cabe hablar de dos líneas, la paterna y la
materna del descendiente. De esta manera, si
los bienes proceden, por ejemplo, de la madre
o de un ascendiente materno, la reserva deberá estimarse establecida a favor de los parientes por parte de madre,
2. VALLET estima que la línea de donde los
bienes proceden ha de marcarse siguiendo la
trayectoria recorrida por los bienes en cada
rama familiar y que, en ella, se deben estimar
comprendidos los descendientes de las ramas nacidas
en esa trayectoria. Así, aunque para juzgar el carácter
reservable de los bienes únicamente se atiende al origen
inmediato de éstos, en cambio, para conocer los posibles reservatarios ha de determinarse qué parientes se
hallan dentro del tercer
grado de parentesco del descendiente, en la línea recorrida por los bienes en su trayectoria familiar y a las
ramas que descienden de las
personas que en ella se hallen...” Bufff un lío...
Una vez que los reservatarios hayan adquirido los bienes objeto de la reserva, podrán disponer de ellos conforme a las reglas comunes
de sucesión, lo que conlleva que, a partir de ese
momento, puede suceder lo que precisamente
se trata de evitar, el cambio de línea sucesoria.
D) Bienes Reservables:
Son reservables cualquier tipo de bienes,
ya sean muebles e inmuebles, fungibles y genéricos, derechos reales y de crédito, todo lo
que, recibido por el ascendiente, tenga un
valor económico traducible en dinero y no sea
personalísimo. Además, no es preciso indagar
en su origen mas allá del descendiente cuyo
fallecimiento origina la obligación de reservar.
Es necesario tener en cuenta dos criterios
para determinar qué bienes son reservables:
1º Que los adquiera el ascendiente reservista por “ministerio de la Ley”. La jurisprudencia ha estimado que “por ministerio de la
ley” significa que son reservables los que se
adquieran por sucesión intestada, y en la sucesión testamentaria los bienes correspondientes a la legítima del ascendiente.
2º Que el descendiente los haya adquirido a la vez de otro ascendiente o un hermano,
a título lucrativo (donación o sucesión).
En el caso de no haya
acuerdo entre los interesados, la determinación de
los bienes reservables
habrá de hacerse en juicio
declarativo ordinario.
El reservista está obligado a conservar los bienes
reservables “con la diligencia de un buen padre de familia” por lo que quedará
sujeto a la indemnización
de los daños y perjuicios
causados por dolo o negligencia en el cumplimiento de tal obligación.
E) Efectos de la Reserva y posición jurídica de los intervinientes:
Se aplican por analogía los preceptos que
regulan la reserva ordinaria.
1º El reservista tiene el dominio y la administración de los bienes reservables, pudiendo enajenarlos y gravarlos, eso si, siempre con
una serie de garantías u obligaciones encami-
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PRÁCTICA NOTARIAL
nadas siempre a asegurar la reserva. Estas
obligaciones pueden hacerse valer por los reservatarios.
Estas obligaciones vienen recogidas en los
arts. 977 y 978 C.C., complementados por el
art. 184 L.H., y son principalmente:
- la formalización del inventario de los
bienes reservables,
- la anotación de los inmuebles en el
Registro con la calidad de reservables,
- y la constitución de hipoteca para garantizar a los reservatarios la entrega de los
bienes muebles no enajenados, abono de deterioros culpables, precio o valor de muebles
enajenados y el de los inmuebles válidamente
enajenados (son de aplicación a este respecto
los arts. 185 al 189 L.H. y 259 al 265 R.H.).
2º En cuanto al Reservatario, se suelen
distinguir dos momentos importantes en la
vida del reservatario:
a) Mientras viva el reservista:
Los reservatarios se encuentran en una situación de “expectativa protegida”, es decir,
no tienen ningún derecho sobre los bienes,
pero se encuentran protegidos por las medidas de seguridad que tienen derecho a exigir.
b) Fallecido el reservista:
El reservatario sólo consolida su derecho a
los bienes reservables si sobrevive al reservista,
por lo tanto la muerte del reservista es el momento más importante de la reserva. Ahora se
determinan quiénes son los reservatarios “sobrevivientes” y su derecho se convierte en un
derecho hereditario perfecto sobre los bienes
reservables, en virtud del cual es exigible la entrega de los mismos bienes o de su valor o precio, más el abono de los deterioros.
Los reservatarios, al fallecer el reservista,
pueden hacer efectiva la reserva, y adquieren
los siguientes derechos:
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1° Reclamar los bienes inmuebles y muebles reservables en el estado en que se hallen
al morir el reservista.
2° Exigir el importe de los deterioros ocasionados por culpa o negligencia del reservista.
3° Exigir la entrega del precio recibido
por el reservista por los bienes muebles enajenados, o el valor que tenían al tiempo de la
enajenación si ésta se hubiera hecho a título
gratuito.
4° Exigir una prestación pecuniaria cuyo
importe sea el valor de los bienes inmuebles
válidamente enajenados.
Cabe ejercitar la reserva por derecho de
representación siempre que el representante
esté también dentro del tercer grado.
F) EXTINCIÓN DE LA RESERVA:
La reserva lineal puede extinguirse, entre
otras causas:
1° No existir reservatarios: Por no existir
ningún pariente con derecho a la reserva al
morir el ascendiente reservista.
2° Por la repudiación o renuncia de la herencia del descendiente hecha por sus ascendientes, que es perfectamente lícita e imposibilita el tránsito de los bienes que constituyen
la herencia, al patrimonio del reservista
(Sentencia de 19 de noviembre de 1910 y 1 de
febrero de 1957). Esto es más bien un caso de
no nacimiento de la reserva.
3° Por renuncia expresa o tácita de los reservatarios a su derecho. Se aplica por analogía el art. 970 CC. La jurisprudencia del
Tribunal Supremo ha declarado que el derecho a la reserva es susceptible de contratación
y transacción y de ser abandonado o renunciado (Sentencia de 20 de diciembre de 1904).
En materia de renuncia hay que tener en
cuenta que la reserva lineal ofrece unas singularidades que la diferencian en este punto
de la reserva del cónyuge viudo.
PRÁCTICA NOTARIAL
En la reserva ordinaria se sabe desde el
principio quiénes son los reservatarios; lo
serán, según el art. 968 C.C., los hijos y descendientes de anterior matrimonio. Por ello,
la renuncia que todos ellos hagan a la reserva
extinguirá ésta (art. 970 C.c.). La renuncia de
los hijos vinculará a sus descendientes respectivos, por la doctrina de los actos propios. En
la reserva lineal, sin embargo, no se puede
saber hasta el fallecimiento del reservista (momento en que se consuma la reserva y se concretan los reservatarios).
4º Por Incompatibilidad con la reserva ordinaria
De acuerdo con las Sentencias del
Tribunal Supremo de 4 de Enero de 1911 y 22
de Enero de 1922, en caso de colisión entre
ambas reservas prevalece la reserva ordinaria
o vidual, si bien es cierto que con la adopción
de esta tesis se permite al reservista mediante
un acto voluntario, como son las segundas
nupcias, el beneficiar a un hijo en perjuicio de
terceras personas.
Posible caso práctico:
Si A tiene dos hijos: P1 y P2. Si muere P2
(casado con M) y transmite a H1, quien a su
vez muere transmitiendo a su madre M, cuando ésta muera si acontece que su segundo y
ultimo hijo (H2) le ha premuerto, en aplicación del Art. 811 C.C., los bienes sujetos a reserva pasarán por partes iguales a P1 y al
único nieto de M, es decir, a N, pues ambos estarán en idéntico grado (el tercero) respecto a
H1; pero, si antes de morir, M contrae segundo matrimonio hará surgir un conflicto entre
reserva lineal y ordinaria, y al prevalecer esta
segunda todos los bienes deberán pasar a N.
REFLEXIÓN: ¿DEBERÍA SUPRIMIRSE O
MODIFICARSE EL ART. 811 CC?
Distintos autores, entre los cuales destacan GIMÉNEZ DUART y ALBALADEJO, plantean un verdadero problema en relación a esta
reserva, con respecto a la alteración de los llamamientos intestados en la reforma del
Código Civil que tuvo lugar en 1981. GIMÉNEZ
DUART observa que dicha reforma da lugar a
un verdadero conflicto normativo, ya que
deja sin tocar el art. 811 CC, que parece considerar a los colaterales preferentes al cónyuge
con respecto de determinados bienes y, sin
embargo, modifica el orden de los “llamamientos abintestato”, anteponiendo el cónyuge a la línea de los colaterales:
“Art. 944 CC: En defecto de ascendientes
y descendientes, y antes que los colaterales,
sucederá en todos los bienes del difunto, el
cónyuge superviviente”.
Dicho de otro modo, nuestro dichoso articulo 811 CC tenía su lógica interna en el orden
de llamamientos abintestato vigente antes de
1981, ya que el cambio de línea tenía que producirse forzosamente a través de un descendiente, o porque no hubiere parientes de la
línea con un derecho a suceder. Pero en nuestra actual legislación, con la modificación antedicha del Código, al anteponerse el cónyuge a
los colaterales, ese cambio de línea provocado
por el azar de los enlaces y muertes prematuras, tiene hoy muchas probabilidades de producirse; simplemente con el hecho de que un
cónyuge herede abintestato, en perjuicio de los
hermanos y demás colaterales de éste.
Ejemplo: muere intestado el marido que
tiene hermanos, le hereda su mujer que también los tiene, y cuando ella muera, los bienes
del marido entre los que estarán los que eran
de la familia de sus padres, pasarán en vez de
a los hijos de tales padres (que son los hermanos del difunto marido), a unos extraños, los
herederos de la esposa.
Ante ello, el art. 811 ha quedado carente
de sentido en este caso, pues obliga a reservar
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PRÁCTICA NOTARIAL
al ascendiente que ha sufrido la pérdida de su
descendiente y probablemente la de su cónyuge y, en cambio, exonera al supérstite que sucede a su cónyuge «abintestato», con preferencia a los colaterales, en idéntico supuesto de
desvío de los bienes de la línea de procedencia.
CONCLUSIÓN:
Existen múltiples variables e hipótesis en
torno a la reserva troncal, y han corrido verdaderos ríos de tinta debido a su confusa redacción, por lo que ya contamos con suficientes estudios doctrinales y resoluciones
jurisprudenciales que profundizan debidamente en el tema.
Por todo esto, este artículo debe ser simplemente un recordatorio, una nota mental
que sirva exclusivamente para alertar de la existencia de este “obstáculo” a la libre disposición
de los bienes que, aunque poco frecuente, podemos encontrarnos en la práctica jurídica.
En definitiva, abramos bien los ojos a la
hora de formalizar una sucesión o una venta,
y averigüemos la trayectoria que ha seguido
un determinado bien hasta que llega al transmitente para evitar chocar con la barrera de la
reserva troncal.
BIBLIOGRAFIA
- JUAN JOSE RIVAS MARTINEZ.- Derecho
Sucesorio Civil y Foral.- CASTÁN TOBEÑAS, Derecho Civil español,
común y foral, Madrid 1960, 164 ss.;
- MUCIUS SCAEVOLA, Código Civil, Madrid
1944, XIV,236 ss., y XVII,145 ss.
- R. JURISTO S. Las Reservas Hereditarias
- R. M. ROCA SASTRE, Estudios de Derecho
Privado, II, Madrid 1948, 303 ss.
- MANUEL DE LA CÁMARA ÁLVAREZ.Compendio de Derecho Sucesorio.
- Artículo del Abogado José Miguel Revilla
Torres, “La Reserva Troncal: una simple
alerta sobre su existencia”.
- JA Álvarez Caperochipi.- Comentario a la
Jurisprudencia sobre la sucesión de ascendientes en el artículo 811 del Código Civil.
http://www.temasytest.com/public_html/
marimbas/temas/tema0107.php
Este artículo ha sido galardonado con un Accesit en la IV edición de los premios
de artículos jurídicos SESMERO Y PÉREZ-BATISTA.
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