ORIGEN Y DECLIVE DEL PROCESO DE ESTATALIZACIÓN EN LA

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Revista Digital UMBRAL 2000 – No. 13 – Septiembre 2003
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ORIGEN Y DECLIVE DEL PROCESO DE ESTATALIZACIÓN EN LA
EDUCACIÓN ESCOLAR
Lic. Mariela A. Carassai1
[email protected]
Este artículo intenta explicar las principales características del proceso de
estatalización de la educación escolar e hipotetizar acerca de las causas probables de su
crisis.
A principios del siglo XIX, algunos gobiernos comienzan a tener mayor presencia
en la gestión de las escuelas. Se trata de las nuevas burguesías que intentan poner coto al
poder político de las Órdenes Religiosas2. El Estado se posiciona como garante de aquella
utopía3 que los educadores venían predicando, pero que no habían podido conseguir, el
“ideal pansófico”4, es decir “enseñar todo a todos”. Esto iba a ser realizado utilizando los
recursos del Estado, por lo que éste no estaría dispuesto a jugar un rol5 pasivo en el proceso
de escolarización (Narodowski, 1999)
1
Es Licenciada por la Universidad Nacional de Quilmes (2001). Especialista en Educación, con Orientación
en Gestión Educativa y Candidata a Master por la Universidad de San Andrés con beca nominada "Paz
Illobre". Es Miembro del Programa Prioritario de Investigación “Sujetos y Políticas en Educación”, dirigido
por el Doctor Mariano Narodowski. Universidad Nacional de Quilmes (1998). Coordinadora de la Comisión
del Boletín de LEA (Lugar por la Educación Argentina).
2
La relación entre los Estados y las corporaciones de los educadores fue usualmente conflictiva, especialmente desde
finales del siglo XVII. La escuela era campo de reflexión y de práctica de los educadores y sus corporaciones y el Estado
no podía más que condicionar en algunas de sus partes el desarrollo del proceso.
3
En la pedagogía moderna, las metas deseadas o ideales, funcionan como utopías, que son necesarias a fin de ordenar y
armonizar la realidad existente.
4
Este ideal utópico de “enseñar todo a todos” aparece ya en la Obra de Comenius que data del año 1679, “La Didáctica
Magna”.
5
El destacado del autor.
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El proceso de paulatina estatalización6 de la educación escolar fue muy lento, duró
todo el siglo XIX y buena parte del siglo XX. Tres fueron las tácticas principales de
estatalización de la escuela: la contratación de docentes asalariados, la limitación o el
condicionamiento del accionar de las iglesias en el terreno escolar y la obligatoriedad
escolar. De modo tal, se puede hablar de un período de la “educación como razón de
Estado”7 (Narodowski, 1999) Se trata de un Estado educador que forma una instancia
superior de organización escolar y que implica que todas las escuelas dependan de un
mismo órgano de gobierno.
Los educadores comienzan a ser cada vez más controlados en sus permisos para la
enseñanza y la autonomía de su oficio es cada vez menor. Son trabajadores asalariados
contratados por el Estado, tenían asegurado un ingreso a cambio de su servicio como
enseñantes (Narodowski, 1999).
En este proceso, el Estado genera un nuevo personaje, los “pedagogos de estado”
que enseñan a los maestros. De este modo se divide la función educadora entre los que la
piensan (los pedagogos) y los que la practican (los maestros). Los pedagogos son los
especialistas asalariados, cuya función era disciplinar al resto de los asalariados estatales
del sector educativo.
6
“El estado no es otra cosa que los hechos: el perfil, el desglosamiento móvil de una perpetua estatalización o perpetuas
estatalizaciones, de transacciones incesantes que modifican, desplazan, conmocionan o hacen desencantarse
insidiosamente, poco importa, las finanzas, las modalidades de inversión, los centros de decisión, las formas y los tipos de
control, las relaciones entre las autoridades locales y la autoridad central” (Foucault, 1993: pp. 309-310) En Andrada &
Narodowski, (1999).
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Se puede hablar de un periodo anterior de la “educación como razón de la corporación de educadores”: en el siglo XVII,
la cuestión de la educación estaba reservada a los educadores. Éstos se constituían en gremios y construían un saber sobre
la enseñanza, formaban a sus discípulos en el arte de enseñar y divulgaban sus ideas acerca de las cuestiones filosóficas,
políticas y didácticas de la transmisión de saberes. Las principales corporaciones fueron las ordenes religiosas, católicas y
protestantes; también existían educadores laicos o religiosos no pertenecientes a estas Órdenes.
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Así, el Estado comienza a controlar toda forma de educación y obliga a los padres8 a
enviar a ellas a sus hijos, con penas en función de su incumplimiento. La obligatoriedad
escolar obedece a dos factores: la detección de un nuevo cuerpo social, el cuerpo infantil,
producto de los cambios operados por la Revolución Industrial. Los niños que vagan por las
calles fueron desterrados de ellas y llevados con adultos especializados en la enseñanza (la
escuela) para hacer de ellos hombres de provecho. Al hacerla obligatoria, también fue
gratuita, ya que los destinatarios no tenían los medios para costearse su propia educación.
El objetivo era sacar a los pobres de las calles (donde significaban un peligro social) para
disciplinar a la infancia9 en las escuelas, procesarlos de acuerdo a un curriculum unificado,
enseñar hábitos, costumbres y una cierta moralidad. A su vez, el Estado debía hacerse cargo
del salario de los docentes de las escuelas a las que concurrían niños pobres.
El siglo XIX muestra el inicio del proceso de estatalización de la educación escolar.
El momento que la escuela pública se hace también estatal, quedando consolidada en lo que
hoy conocemos como “sistemas educativos nacionales”. Se trata de un sistema que arrasa
con los otros modelos de organización escolar preexistentes (educadores corporativos laicos
y órdenes religiosas), no los hace desaparecer sino que les arranca el control de los
establecimientos escolares, las cuales para seguir funcionando deberán alinearse dentro de
la estrategia político-educativa estatal. También, se crean instancias burocráticas instaladas
en el seno del Estado, como el Ministerio de Educación y se sancionan leyes de educación
que crean los sistemas educativos nacionales .
8
Los estados debieron recurrir a las leyes de obligatoriedad escolar para garantizar la concurrencia de los niños a la
escuela. Los chicos van a la escuela porque la ley obliga a sus padres por medio de la fuerza (la policía) pero al mismo
tiempo, porque los padres por imperio de la fuerza y del consenso que la educación escolar fue logrando, confían en los
docentes y encuentran legítimos los procesos y los deberes que allí se transmiten. Esto requiere de un dispositivo de
alianza entre los padres y los maestros, de un contrato tácito denominado “Alianza escuela/familia”
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En la modernidad, el niño es percibido como un ser inacabado, carente, reconociéndose en este la necesidad de
resguardo y protección.
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Lo que se conoce actualmente como sistemas educativos, aparece en la pedagogía
moderna con un concepto de Comenius y que va a constituir la base de su organización: la
“uniformidad en todo”, lo que en términos de dispositivos10 de la pedagogía moderna se
llama “simultaneidad sistémica”11, es decir, la capacidad de reproducir efectos educativos
homogéneos en un conjunto amplio y diverso de instituciones escolares comportándose en
forma uniforme, todas al mismo tiempo, simultáneamente, del mismo modo. Esto aparece
sólo a finales del siglo XIX en las burguesías nacionales de Europa y América,
probablemente por no existir condiciones políticas, por carecer de un Estado con fuerza
disciplinante que la simultaneidad sistémica requería.
Todo pasa a depender del Estado: la formación y habilitación de los docentes, la
formulación de un curriculum unificado, las escuelas, el salario de los educadores, etc. El
sistema educativo nacional es estatal y en muchas de estas naciones lo estatal es equivalente
público.
El dispositivo de “simultaneidad” de la pedagogía moderna es la que garantizaba
una institución social, universal y homogénea, es decir, darles las mismas oportunidades a
todos, principalmente por un método uniforme de enseñanza, la existencia de un curriculum
único y por el control cotidiano del proceso por agentes del Estado
Si bien la existencia de homogeneidad y uniformidad en la forma de funcionamiento
de la escuela, organizada desde la centralización del Estado logró un efecto masivo de
generalización, también evidenció fracturas emergentes de la aplicación de una estrategia
cultural común a escenarios culturales (a “culturas populares”) diferentes (Andrada &
Narodowski, 1999). Esto de dio principalmente por los distintos estudios desarrollados
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Se entiende por este término, al conjunto de prácticas discursivas que se articulan entre sí, produciendo un determinado
efecto de poder en la institución escolar.
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dentro de la “teoría critica de la educación”12 durante los `60 y `70 que señalaban que el
acceso a una educación igualitaria no implicaba una mayor democratización del sistema. En
contraposición, surgen argumentos que reconocen la diversidad cultural y el
multiculturalismo y señalan que la escuela debe ofrecer oportunidades equivalentes.
La escuela moderna no ha cumplido la promesa del ideal pansófico por medio del
cual se debía enseñar todo a todos. Lo que en un momento logró aglutinar a las
instituciones escolares bajo el manto disciplinador del Estado, se ha transformado en un
desencanto. El Estado ha perdido capacidad financiera y política de regular y disciplinar a
la oferta escolar (Narodowski, 1999).
La escuela ya no es el único ámbito de transmisión de conocimientos. Esto se debe a
que el lugar del docente, como el lugar exclusivo del que sabe, está puesto en cuestión,
muchas de las veces por los mismos alumnos, que tienen un acceso a los medios
electrónicos de comunicación y a un saber equivalente al del adulto. Por un lado, el docente
debe adaptarse a la situación y consensuar no sólo con los padres, sino también con los
niños. El alumno, por su parte, se caracteriza por su independencia en el conocimiento que
adquieren fuera del ámbito escolar.
Queda preguntarnos entonces, qué tipo de Estado y de escuela puede dar respuestas
a la sociedad de hoy en constante cambio y resignificación.
11
Este concepto que construye la pedagogía parte de un supuesto: el concepto moderno de igualdad. Todos los hombres
son esencialmente iguales y tienen las mismas posibilidades de aprender.
12
Como los estudios de Louis Althusser, Pierre Bourdieu, Samuel Bowles y Herbert Gintis
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