Montreal - Naciones Unidas

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Tomado del libro titulado Delito y Seguridad de los Habitantes. México,D.F.:
Editorial Siglo XXI, Programa Sistema Penal Derechos Humanos de ILANUD y
Comisión Europea, 1997
PREVENCIÓN DEL DELITO: LA NUEVA ESPERANZA
DE LAS POLÍTICAS DE URBANISMO
IRVIN WALLER **
INTRODUCCIÓN
El delito violento y la delincuencia juvenil son problemas persistentes para los
ciudadanos, que se ven amenazados por la violencia juvenil, los robos en sus
viviendas, la violencia contra las mujeres, los robos de coches, el vandalismo y la
venta de drogas. De vez en cuando la amenaza se ve exacerbada por atracos,
asaltos y violencia étnica.
Los contribuyentes esperan que los líderes políticos les ofrezcan comunidades
más seguras. Se sienten inseguros, no pueden utilizar libremente la ciudad y viven
frustrados. Los gobiernos nacionales contestan siempre con leyes penales, cada
vez mas severas, pero esto no es suficiente y a menudo pone en riesgo los
derechos humanos.
Las estrategias urbanas y el mejoramiento de las políticas nacionales ofrecen
una nueva esperanza para reducir significativamente el crimen violento y la
delincuencia juvenil. Algunas ciudades, a menudo con el apoyo de otras instancias
de gobierno, y varios gobiernos nacionales, han explorado un "acercamiento
holístico riguroso" para movilizar las agencias y controlar así las causas del crimen
violento y de la delincuencia.1 Dichas estrategias permitieron impresionantes
reducciones del delito en el corto y largo plazos y pueden utilizarse en todo el
mundo.
En 1994 gobiernos y organizaciones internacionales de ciudades, dirigidos por
Francia y Canadá, crearon el Centro Internacional para la Prevención de la
Criminalidad (CIPC) a fin de identificar internacionalmente la prevención eficaz del
delito y promover su manejo local. El CIPC tiene una oficina de recursos para
identificar y compilar globalmente las mejores prácticas y promover su adaptación
local mediante instrumentos, formación y educación pública. Posee también un
programa de intercambios comparativo para favorecer los mejoramientos en la
prevención del delito gracias a parte de la experiencia en el nivel mundial. Ofrece
asistencia técnica a las autoridades locales, los organismos gubernamentales y el
abanico de organizaciones dedicadas a la prevención.
Su trabajo abarca las prácticas de prevención del delito de los organismos
nacionales y urbanos, incluyendo estrategias intersectoriales, técnicas de
situación, desarrollo social, medidas para romper el ciclo de la violencia contra las
mujeres, acceso a la justicia y acción de la policía. Es una organización asociada
con las autoridades locales, los organismos gubernamentales, los departamentos
de la vivienda, consejos de escuelas, programas de justicia y servicios de policía.
*
Director General del Centro Internacional para la Prevención del Delito, Montreal, Canadá. Texto en español entregado por
el autor.
1
Véase la bibliografía anotada del CIPC traducida por ILANUD (http:.//www.web.apc.org/-cipc); por ejemplo: R. V. Clinke,
Situational crime prevention: Successful case studies, Nueva York, Harrow and Heston, 1992; A. C. Eastman et al. Ciudad y
Violencia en América Latina, Quito, Programa de Gestión Urbana, 1995; European Forum for Urban Safety, Villes en sécurité:
Prévention de la délinquance, des drogues et de la toxicomanie, París, 1989. J. Graham y T. Bennett, Crime prevention
strategies in Europe and North America, Helsinki, 1992; European Institute for Crime Prevention and Control, afiliado a las
Naciones Unidas, 1995; Y. Waller, Current trends in European crime Prevention: Implications for Canada, Ottawa,
Department of Justice of Canada.
1
El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas identificó2 la cuestión de la
prevención de la delincuencia en zonas urbanas, la delincuencia juvenil y la de
carácter violento como uno de los tres temas prioritarios que debían orientar la
labor de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal durante el periodo
1992-1996.3 Subrayó además la necesidad de generar mecanismos de apoyo en
favor de los países en desarrollo y de aquellos en transición para que puedan
enfrentar esos problemas de forma más eficaz.
UNA VISIÓN COMÚN Y EL CIPC
Los llamados a una prevención más eficaz de la criminalidad se emitieron en
las importantes reuniones de Montreal en 1989 y París en 1991.4 Alcaldes,
responsables de la policía y de la justicia, líderes del sector del desarrollo social,
expertos y representantes de gobiernos de más de 65 países elaboraron una visión
común.5
La criminalidad genera sufrimiento para las víctimas, amenaza la calidad de
vida, aumenta los gastos, a la vez que retrasa el progreso económico y el
desarrollo humano.
Para una reducción eficaz del delito las acciones policíacas y la justicia penal
deben llevar aparejadas políticas activas de prevención al alcance de todos y que
den resultados en el corto y largo plazos.
La prevención del delito debe reunir a los responsables de la vivienda, de los
servicios sociales, del tiempo libre, de las escuelas, de la policía y de la justicia
para poder enfrentar situaciones que conducen a la delincuencia.
Las ciudades y comunidades ocupan una posición estratégica para influir sobre
las causas de la criminalidad, con el apoyo financiero y técnico de otras instancias
gubernamentales y de las organizaciones internacionales.
Los funcionarios en todos los niveles deben utilizar su autoridad política y
asumir la responsabilidad en la lucha contra la delincuencia urbana. Sin este
compromiso, nuestra confianza en la comunidad, la calidad de vida de nuestras
ciudades y los derechos humanos se encontrarán amenazados.
Durante estos encuentros se tomó nota del aumento del conocimiento, en el
nivel internacional, sobre las causas del delito y su prevención. Se llamó a una
acción inmediata para utilizar la prevención como medio de lograr comunidades
más seguras. Se exhortó a gobiernos y autoridades locales a que invirtieran en la
prevención del delito mediante estrategias probadas y prometedoras. De varias
maneras se pidió la creación de un centro internacional para compartir la
experiencia mundial en estrategias de prevención promisorias.
Sus declaraciones sobre el centro internacional recibieron el acuerdo favorable
de la Reunión Ministerial para la Elaboración de un Programa Eficaz de las
2
En la sección VI de su resolución 1992/22.
El Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente aprobó una
resolución titulada "Prevención de la delincuencia urbana" y recomendó un proyecto de resolución para la aprobación de la
Asamblea General titulado “Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de
Riad)". Este último fue aprobado después por la Asamblea General en su resolución 45/112. En esas resoluciones se
recomienda la elaboración de estrategias múltiples integradas que traten de todos los factores relacionados con la delincuencia
y sean aplicadas de conformidad con un plan de acción coordinado
4
Foro Europeo de Seguridad Urbana, Federación Canadiense de Municipalidades y Conferencia de Alcaldes de Estados
Unidos (1989); Agenda para ciudades más seguras: Declaración Final; conferencias europeas y norteamericanas sobre
seguridad urbana y prevención se la criminalidad, 10 al 13 de octubre de 1989, Montreal; Foro Europeo de Seguridad Urbana,
Federación Canadiense de Municipalidades, Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos (1991) Declaración Final; Segunda
Conferencia Internacional de Seguridad Urbana y Prevención de la Criminalidad, 18 al 20 de noviembre de 1991, París.
5
Los alcaldes de Latinoamérica adoptaron previsiones similares. Alcaldes y expertos llegaron a conclusiones paralelas en
conferencias organizadas por el Programa de Gestión Urbana (programa mancomunado del Banco Mundial, el Programa de
Desarrollo de las Naciones Unidas y Hábitat) en América Latina. La organización Panamericana de la Salud formuló una
declaración sobre la violencia, la salud y la sociedad en 1994.
3
2
Naciones Unidas en materia de Prevención del Delito y Justicia Penal, celebrada
en París del 21 al 23 de noviembre de 1991. En 1994 se creó el CIPC como una
organización internacional no gubernamental, que ofrece sus servicios en el nivel
mundial.6
El consejo de administración del CIPC se compone de representantes de
asociaciones de ciudades, organismos nacionales y locales de prevención del
delito, así como organizaciones internacionales, gubernamentales y privadas
especializadas en la problemática delictiva.7 Su programa de trabajo lo valora un
comité consultivo y de orientación formado por los gobiernos que contribuyen al
financiamiento de sus actividades básicas. Francia, Canadá y Quebec fueron sus
primeros miembros.
Bélgica, Países Bajos y el Reino Unido también son
integrantes.
Sus campos prioritarios son:
Las soluciones preventivas de las ciudades y las políticas urbanas frente a los
problemas de delito y de reincidencia.
La prevención del ciclo de la violencia, sobre todo contra las mujeres, los niños
y los grupos vulnerables.
La orientación de los servicios de policía y de justicia para la identificación de
los problemas y las causas del delito y la inseguridad de los ciudadanos.
La difusión y la implantación de estrategias preventivas eficaces.
TENDENCIAS Y RETOS PARA LA SEGURIDAD URBANA
La mayoría de las grandes ciudades del mundo están preocupadas por la
existencia de altas tasas de criminalidad y por la tendencia ascendente de la
delincuencia y la inseguridad. La constatación de que los espacios urbanos se ven
inevitablemente más afectados por la criminalidad reviste una dimensión más
inquietante dado que la urbanización parece crecer a un ritmo cada vez más
rápido.
En 1950 sólo el 17% de la población mundial vivía en las ciudades. En la
actualidad casi la mitad de la población del planeta habita en medios urbanos y se
estima que a finales de la primera cuarta parte del próximo siglo la proporción será
de más de 60%.8 Esa tendencia se debe, en particular, a la migración de las
poblaciones jóvenes hacia las ciudades en busca de trabajo y de una vida mejor.
La tasa de crecimiento de la mayoría de las grandes ciudades en los países en
desarrollo crea graves problemas y hace casi imposible un desarrollo armonioso.
Paralelamente al desarrollo urbano, la inseguridad aumenta en muchas
naciones. Aun sin considerar situaciones internas excepcionales relacionadas con
sucesos políticos concretos, una comparación entre países revela la existencia de
una amplia variedad de situaciones.
Por ejemplo, el número de homicidios
intencionales es de 1.4 por 100 mil personas en Francia, pero es de 11.5 en
6
CIPC, "La prevención del delito a nivel internacional: Pistas de acción para un mundo más durable”, Montreal, 1995;
CIPC, Las actividades 1995, Montreal, 1996.
7
Association Mondiale des Grandes Métropoles (Metrópolis), European Forum for Urban Safety, Fédération Canadienne des
Municipalités, Foro Latinoamericano de Alcaldes para la Seguridad Ciudadana, Forum Francais pour la Sécurité Urbaine, The
United States Conference of Mavors, B. C. Coalition fo safer Communities (Canadá), Crime Concern (Gran Bretaña), National
Crime Prevention Council (EE. UU.), Arab Security Studies and Training Center, Asia Crime Prevention Foundation, Institut
Aricain pour la Prévention du Crime et le Traitement des Délinquants (UNAFRI), Instituto Latinoamericano de las Naciones
Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD), Instituto lnterregional de las Naciones Unidas
para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNIGRI), Dirección de Prevención del Delito y J u s t i c i a P e n a l
( Oficina de las Naciones Unidas en Viena).
8
Asimismo, las aglomeraciones urbanas son cada vez mayores. En 1950 solo 10 ciudades tenían una población de más de 5
millones de habitantes. En 1990 ese número había aumentado a 33 y de ellas 22, estaban en países en desarrollo. Véase World
urbanization prospects: The 1992 revision, Publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta E.93.XIII.11
3
América del Norte, y de 0.9 en Japón. La población carcelaria es de 80 presos por
100 mil habitantes en Francia, de más de 500 en Estados Unidos y de menos de 50
en Japón.9
Las medidas de prevención del delito que recurren simplemente a la
contratación de un número mayor de policías, la introducción de mejores métodos
de represión, la imposición de sentencias más severas y la construcción de más
prisiones, han dado resultados desalentadores. Las estadísticas de policía, las
encuestas entre la población sobre actos en que han sido víctimas, y los sondeos
que tratan de evaluar la sensación de seguridad en las personas, todo indica que
la situación no ha dejado de deteriorarse durante los tres últimos decenios. Las
medidas represivas y punitivas no son suficientes para eliminar los factores
asociados con la delincuencia. Por otra parte, encuentran su límite en el respeto
de los derechos fundamentales y el desarrollo sustentable que debe ejercerse en
forma tal que responda equitativamente a las necesidades de desarrollo de las
generaciones, presentes y futuras, en particular si se consideran las dimensiones
sociales, económicas y educativas.
Los congresos de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente enumeran los factores clave que favorecen la
delincuencia y la inseguridad.10 Es posible dar seguimiento a estos factores a
través de comisiones nacionales como el famoso National Committee on Violence
de Australia,11 que analiza tanto la extensión de la violencia como sus causas, y
formula recomendaciones para su prevención y control. Sus conclusiones destacan
la agresión familiar, factores culturales tales como normas de conducta, falta de
equidad económica, ambiente cultural, factores de personalidad, abuso de
sustancias, medios de comunicación y educación. Los remedios lógicos implican
métodos integradores con acciones en materias como salud y bienestar, empleo y
capacitación, vivienda, transporte público, deporte y recreación, asuntos
aborígenes, derecho penal y actividad policial.
El traslado a la ciudad puede dar lugar a la ruptura de las estructuras
familiares y sociales, Después, en esa población desarraigada, surgen problemas
de integración cansados por una formación inadecuada, una situación clandestina
en la que no se vislumbran esperanzas de encontrar un empleo estable en un
futuro inmediato, el anonimato, la segregación en focos de pobreza y la
desaparición de los lazos familiares.
La familia se ve sometida a duras pruebas por las tensiones que origina la
pobreza, lo que puede influir en los niños: la violencia física y psicológica, el
abandono múltiple, los problemas de salud, la falta de preparación para el ingreso
en la escuela, los fracasos académicos, el abandono de los estudios, la asociación
con pandillas callejeras, etc., son los eslabones de una larga cadena que, aunque
en sí mismos no son decisivos, pueden aumentar los riesgos tanto de
comportamiento violento como de victimización.
La infancia y la familia tienen un papel decisivo en el desarrollo del
comportamiento violento: con frecuencia los adultos violentos tienen hijos
agresivos; además, a menudo sus propios padres han sido violentos, lo que parece
indicar la persistencia de estas actitudes en el seno de las familias a través de las
generaciones. Se ha observado que la agresión durante la infancia constituye uno
de los factores más importantes de la violencia durante la adolescencia y la vida
adulta, y que la falta de interés de los padres en la educación de los hijos puede
ser un antecedente de tal comportamiento. Se han establecido otras correlaciones
entre la agresividad de los niños y ciertas actitudes de los padres, como el rechazo
9
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Human development report, 1994, Nueva York, Oxford University
Press, 1994.
10
Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, La Habana, 27 de
agosto a 7 de setiembre de 1990: informe preparado por la Secretaría, publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta
S.91IV.2.
11
National Committee on Violence, Violence: Directions for Australia, Canberra, Australian, Institute of Criminology, 1990.
4
de la madre y la amenaza o utilización de castigos corporales, especialmente
cuando se administran de manera arbitraria e incoherente.
La relación entre algunos de esos factores y las cifras dadas más arriba
esclarece las razones por las que la mayoría de las grandes ciudades sufren una
tasa de criminalidad considerada a menudo intolerable.
Con la excepción de
Japón, las casas generales del número de víctimas son más elevadas en los países
más urbanizados y en las ciudades más grandes.
Las causas de la inseguridad en las calidades son muchas y los medios de
comunicación contribuyen a agravarlas, al constituirse en fuente de marcadas
distorsiones en la percepción que el pueblo tiene respecto de ese fenómeno. Los
crímenes más sórdidos aparecen en primera página en los periódicos, aún cuando
tales actos se hayan cometido muy lejos de la zona en que viven los lectores. Con
frecuencia ello da lugar a un sentimiento desmesurado de inseguridad en
comparación con los riesgos objetivos de llegar a ser víctima. Actos de falta de
civilidad, que en sí no son delictivos, se añaden a esa inquietud. El anonimato y el
escaso contacto entre los vecinos aumentan el sentimiento de aislamiento y
vulnerabilidad. La ignorancia y el rumor alimentan los prejuicios, y convierten la
diversidad étnica, cultural e ideológica en una amenaza. Además, la concentración
de ciertos tipos de negocios, las bandas de la calle, la prostitución, la reventa de
drogas y el vandalismo privan a la población del derecho de gozar tranquilamente
de los espacios públicos.
PREVENCIÓN DEL DELITO
La prevención exige que se adopten medidas allí donde esté la causa del
problema. Es importante determinar los factores responsables del delito y de la
inseguridad, establecer prioridades, comprometer recursos y utilizar los medios de
acción apropiados para modificar el potencial de delincuencia de la ciudad.
La variedad de factores asociados con las tasas más elevadas de delincuencia
ha dado lugar a que teóricos y especialistas distingan entre estrategias diferentes
y complementarias de la prevención. Esta distinción ha motivado el desarrollo de
muchos tipos de prevención, que presentan cualidades y puntos débiles.
Sin
embargo, se ha llegado a un consenso al reconocerse que existen dos grandes
campos de acción que pueden contribuir a la prevención del delito:
a] Existe un riesgo de ser víctima, asociado con la presencia objetiva de
situaciones que conducen al delito.
b ] E x i s t e u n a i n f l u e n c i a m á s o m e n o s d i r ec t a , p e r o e v i d e n t e , d e l o s s i s t e m a s d e
redistribución de riquezas (empleo, sanidad, educación, vivienda, etc.) en los
niveles de delincuencia.
Ocasiones del delito
Todo análisis de situación sobre la delincuencia se basa en que generalmente
los delincuentes hacen elecciones, más bien racionales: antes de actuar buscan
ocasiones más fáciles, menos peligrosas para ellos y más viables. Así pues, serán
válidas aquellas medidas de prevención que:
a] hacen más difícil la tarea del delincuente;12
b] aumentan el riesgo para el delincuente;13
12
Mejor protección (sistemas antirrobo en los coches, pantallas protectoras en las tiendas, candados de buena calidad en las
bicicletas, etc.); control en los accesos (barreras cerradas con llave, números de identificación personal, etc.); alejamiento de
los delincuentes (emplazamiento de las tiendas de venta de alcohol, etc.); control de los factores que facilitan la comisión del
delito (control de las armas de fuego, fotografías en las tarjetas de crédito, etcétera).
5
c] reducen los beneficios de la comisión del delito.14
La evaluación de los efectos de tales medidas sobre la delincuencia ha dado
algunas veces resultados positivos.15 Se ha formularlo la reserva (le que su
eficacia se comprueba principalmente en casos de pequeña delincuencia ocasional
y delitos contra la propiedad.
Desarrollo social
Se ha comprobado que las tasas (le criminalidad son mas elevadas en las
sociedades donde la riqueza está repartida (le forma desigual y donde existen
sentimientos de privación relativa. Las desigualdades sociales y la pobreza relativa
constituyen la escena en la que entran en juego la mayoría de los dramas de
familia, de escuela y de vecindad: el joven que ha sido descuidado o maltratado en
su familia, que tiene problemas en la escuela o que ha tenido malos ejemplos en su
barrio, aprende pronto a ser delincuente, ya que las ocasiones son
fáciles y numerosas.
Sabemos también que muchos delitos (entre 50 y 70%, según un estudio)16 son
obra de menos de 10% de los delincuentes y que, cuanto más joven se entrega un
individuo a actividades delictivas, mayores son las probabilidades de que cometa
delitos más graves. Estas cifras confirman la importancia de las Directrices de las
Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (Directrices de
Riad), según las cuales las cuestiones de desarrollo social relativas a la
prevención del delito se centran principalmente en los jóvenes, en su familia, en la
escuela y en su barrio.
En ese nivel, la ciudad puede demostrar sus capacidades intrínsecas. Aunque
las responsabilidades de las ciudades pueden variar de un Estado a otro, las
autoridades administrativas de una ciudad están más cerca del ciudadano y pueden
comprender las necesidades locales, adaptar los programas nacionales o
regionales en consecuencia, contratar personas competentes y obtener el apoyo de
la población en esas iniciativas.
MOVILIZACIÓN Y APOYO DE LAS INSTANCIAS GUBERNAMENTALES
Inspirado en las recomendaciones de la Comisión Bonnemaison, que en 1982
reunió un foro de alcaldes para estudiar los problemas de la inseguridad urbana, el
gobierno de Francia creó en 1983 el Consejo Nacional de Prevención de la
Delincuencia presidido por el primer ministro y en el que participaban miembros de
la Asamblea Nacional, ministros, alcaldes, representantes de comunidades y
expertos.
Posteriormente, ese consejo se integró al grupo interministerial de
cuestiones urbanas, que promueve más de 850 consejos municipales de prevención
13
Vigilancia de movimientos (registro de equipajes en aeropuerto, etiquetas magnéticas en las mercancías en los comercios,
etc.); vigilancia formal (patrullas de policía, guardas, máquinas fotográficas de vigilancia, etc.); vigilancia por empleados
(porteros, vigilantes de parques, etc.); vigilancia natural (corte de ramas en los setos, alumbrado de las calles y las casas,
acondicionamiento de los parques, etcétera).
14
Disminución del valor del objeto del delito (menos dinero en efectivo en las cajas, pago por carta de crédito o de débito,
codificación de los aparatos de radio de los coches, etc.); identificación de los bienes (grabado en los aparatos electrónicos,
identificación de las piezas de automóvil, etc.); eliminación de incentivos (limpieza de graffiti, reparación rápida de los daños
causados por actos de vandalismo, etcétera).
15
CIPC, Tendencias internacionales en la prevención de la criminalidad: Bibliografía anotada, Montreal, 1995.
16
Marvin E.Wolfgang, Robert M. Figlio y Thorsten Sellein, Delinquency in a birth cohort, Chicago, University of Chicago
Press, 1972.
6
del delito. El éxito de esas organizaciones comunales se debe sobre todo al
dinamismo local, pero también depende mucho del financiamiento que pueden
obtener del Estado.
Como se subraya en las Declaraciones de Montreal y de París (véase supra),
no se puede subestimar la necesidad de contar con el apoyo gubernamental en las
iniciativas de las ciudades. En varios países esta visión y éste apoyo han llevado
a la promulgación de leves adecuadas, a la creación de consejos nacionales de
prevención del delito y a la concesión de créditos suficientes a las ciudades y a las
organizaciones especializadas. A continuación se dan algunos ejemplos de esa
evolución.
En el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, además del Ministerio
del Interior (Home Office), que participa activamente en la prevención de la
delincuencia, el programa "Ciudades más seguras" ofrece también asistencia
financiera v técnica a los distritos mas desfavorecidos de cuarenta grandes
ciudades, y la Junta Nacional de Prevención del Delito trata de garantizar la
participación local y nacional ele todos los sectores de la sociedad en esa tarea.
Las evaluaciones de las primeras ciudades inglesas más seguras, con una
planificación mancomunada entre vivienda, servicios sociales, escuelas y policías,
sugieren la reducción de la criminalidad en 35%.
Como continuación al Informe Roethof, los Países Bajos crearon, en 1985,
un comité interministerial para la prevención social de la delincuencia, que ha
cofinanciado más de doscientos proyectos, cada uno de los cuales debía asignar
10% de sus fondos a la evaluación de las iniciativas emprendidas. En 1989 se creó
la Dirección de Prevención de la Delincuencia en el Ministerio de Justicia. Esta
entidad, en colaboración con otros ministerios regula la industria privada de la
seguridad.
Como continuación al Informe Roper (1987), Nueva Zelanda estableció, en
1990, el Consejo Ministerial para una Ciudad más Segura y aprobó el lanzamiento
de cuatro importantes proyectos piloto regionales. En septiembre de 1993 se creó
la Dependencia de Prevención del Delito en la oficina del primer ministro, cuya
función principal consiste en garantizar el desenrollo de estrategias de prevención
de la delincuencia. Su filosofía radica esencialmente en la atribución, al gobierno
central, de las funciones de legislación, coordinación interministerial, desarrollo,
investigación y evaluación. Su trabajo se orienta hacia el desarrollo de una
asociación con las comunidades locales, que reconozca su función esencial, apoye
sus actividades y respete sus características individuales.
En 1991 Bélgica creó la Secretaría Permanente de Prevención de la
Delincuencia -con un financiamiento de cien millones de dólares- en el Ministerio
del Interior, para analizar en particular el delito y sus causas, cofinanciar con las
ciudades proyectos de prevención del delito, poner a disposición de éstas
consultores sobre prevención del delito y evaluar los resultados de esas
iniciativas.17
Algunas iniciativas beneficiosas
Las iniciativas beneficiosas suelen tener las siguientes características:
a] Haberse mostrado eficaces para reducir distintos tipos de delincuencia
urbana.
b] Haberse aplicado en condiciones bien documentadas que pueden
reproducirse en otras circunstancias.
c] Propiciar la cooperación técnica entre los estados y las ciudades de esos
estados.
17
Secretaría Permanente de Prevención de la Delincuencia, Prácticas prometedoras, Bruselas,1996.
7
Mecanismos locales de coordinación
Los mecanismos locales de coordinación establecidos para reducir la
delincuencia en las ciudades siguen métodos basados en la participación de los
ciudadanos
y
las
organizaciones
de
la
comunidad.
Son
iniciativas
multidisciplinarias basadass en la asociación, que se adoptan para analizar
problemas y aplicar soluciones, y reúnen a las personas que se ocupan de política
familiar, salud, empleo, vivienda, servicios sociales y recreativos, escuelas, así
como a la policía, la justicia y las organizaciones de ciudadanos. Esas iniciativas
comparten una visión integrada de los problemas que deben abordarse
simultáneamente y con la mayor urgencia.
La originalidad de la experiencia francesa en esta esfera radica en haber
duplicado con actividades locales las de los departamentos, que tradicionalmente
constituyan vías de descentralización administrativa y mediante los que el Estado
se halla representado de manera eficaz y permanente con sus políticas de
urbanismo. Las estructuras departamentales utilizan numerosas técnicas locales y
nacionales de diagnóstico y evaluación.
Por ejemplo, en la ciudad de Marsella, el Estado y sus colaboradores sociales
han preparado un "contrato para la ciudad", en el que afirman su voluntad de
luchar contra la exclusión social urbana y destacan la necesidad de formular una
política estricta para la integración de las poblaciones de inmigrantes. Los cinco
objetivos de ese contrario son: el éxito escolar; el empleo remunerado; la
prevención del delito; la integración mediante el fomento de los deportes, la cultura
y las actividades recreativas, y la rehabilitación urbana.
En 1983 la Alcaldía de Barcelona creó un Consejo de Seguridad Urbana. La
ciudad tomó esta medida porque quería enfrentar el problema de la seguridad
urbana luchando contra las causas sociales y materiales de la delincuencia,
recurriendo a los conocimientos de todos los sectores pertinentes y vinculando
estrechamente a los ciudadanos a una iniciativa de participación voluntaria,
multidisciplinaria y concertada.
Además de evaluar y analizar de forma constante las tendencias del delito,
perfeccionar los métodos de coordinación de la policía y mantener vínculos con los
responsables del desarrollo social, la misión del consejo o ha sido promover los
consejos de prevención y seguridad en los barrios. Tales equipos están presididos
por las autoridades electas para ese fin e integrados por representantes de
distintos organismos de la comunidad, organizaciones de jóvenes y círculos
empresariales y profesionales. La colaboración que entrañó la iniciativa de la
ciudad fue esencial para llegar a un consenso sobre las medidas y las respuestas
colectivas que debían aprobarse a fin de equilibrar las respuestas estrictamente
represivas y el empleo de medios de defensa personal.
Por iniciativa del procurador general de la República y del procurador general
de justicia del Distrito Federal, México acaba de crear una comisión de prevención
de la delincuencia. Su función, en colaboración con las ciudades, es reforzar la
cultura de la prevención en la población y
alentar la participación de
organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, así de como empresas y
sindicatos. También se propone desarrollar una intensa campaña en los medios de
comunicación para promover las medidas preventivas.
Asimismo, es innovador el experimenta iniciado en 1991 en siete grandes
ciudades de Texas. Con el ánimo de aumentar la seguridad de los residentes de
las ciudades y prevenir la delincuencia, las autoridades de los ayuntamientos
aplicaron una iniciativa para compartir sus poderes con los representantes de las
comunidades, los círculos empresariales y los ciudadanos.
Juntos formularon
planes de acción para abarcar todos los aspectos de la prevención del delito,
desde medidas destinadas a reducir las oportunidades delictivas hasta
disposiciones dirigidas a promover el desarrollo social y las comunidades. Este
8
experimento preparó el terreno para un nuevo tipo de asociación orientada hacia la
prevención del delito, dispuesta a adoptar métodos de planificación estratégica y
capaz de seguirlos.
Un buen ejemplo de esas siete ciudades es el de San Antonio, que tiene una
población multiétnica de un millón de habitantes hispanos, 36% anglosajones, 7%
negros, y 1% asiáticos y una tasa de delincuencia de 12 476 delitos por cada 100
mil habitantes. En virtud de una ordenanza municipal, la ciudad formó la Comisión
de Prevención del Delito de la Urbe de San Antonio, la primera comisión municipal
de Estados Unidos creada con el único objetivo de prevenir el delito. Los cuatro
objetivos principales de esa comisión son promover la comprensión y la
participación de la comunidad en las actividades de prevención; establecer
servicios sociales, educativos y de esparcimiento para jóvenes; responsabilizar a
los delincuentes juveniles; reducir la violencia en las calles mediante la prevención
de la violencia en el hogar y una mayor cooperación entre los distintos órganos
encargados de hacer cumplir la ley.
En Estados Unidos un programa preescolar para niños "en riesgo" redujo la
proporción de arrestos de esos sujetos, cuando fueron adultos, entre 5 y 7%,
comparado con el 35% de adultos con comienzos similares en sus vidas. Con ello,
se ahorran 7 dólares en gastos de bienestar social y 1 prevención por cada dólar
invertido. Varios otros experimentos produjeron resultados positivos similares.
Los índices de violencia y delito en Cali, ciudad de casi dos millones de
habitantes, son muy elevados (por ejemplo 87 homicidios por 100 mil habitantes).
En 1992 el alcalde de Cali estableció un programa (DESEPAZ) basado en los
siguientes principios: es posible evitar el delito y la violencia; estos males tienen
muchas causas que requieren soluciones (desarrollo social, valores sociales,
cumplimiento de la ley, etc.), y su prevención exige la dedicación de todos los
ciudadanos. Una vez por semana, y por turno, en cada uno de los veinte barrios
de la ciudad se celebra una reunión de dos horas a la que asisten el alcalde, su
personal y los dirigentes de la comunidad que participan en comités de los barrios.
Los asistentes deliberan acerca de todos los aspectos relacionados con la
delincuencia y la seguridad de los ciudadanos y presentan soluciones prácticas.
Gracias
a este proceso ya se han creado numerosos programas para el
cumplimiento de la ley, para la enseñanza pública y el desarrollo social.
Administración y planificación urbanas
Mediante las disposiciones adoptadas en materia de administración y
planificación urbanas se pretende promover la idea de que todos los servicios y las
funciones de la ciudad pueden orientarse y combinarse con el fin de aumentar,
tanto objetiva como subjetivamente, la seguridad de sus habitantes.
En este contexto, los proyectos mencionados en los párrafos siguientes, aun
cuando a priori pueden considerarse programas de planificación urbana, también
requieren la coordinación de diversos servicios municipales y la participación de
personas que no forman parte de la administración municipal; en ocasiones
trascienden incluso la mera prevención de situaciones y contemplan elementos de
desarrollo social.
El programa de lucha contra la delincuencia de Delft (Países Bajos), iniciado
en 1985, es un ejemplo notable y positivo de las iniciativas generales seguidas por
los administradores urbanos para prevenir la delincuencia.
En un barrio de
viviendas baratas plagadas de problemas graves de delincuencia y degradación de
las estructuras sociales, la ciudad de Delft implantó un programa que preveía,
además de medidas sociales, una mejor supervisión y mayor limpieza de varias
viviendas y la celebración de consultas constantes con los residentes.
En la ciudad de Wolverhampton, situada en la región de Birmingham en
Inglaterra y habitada por 250 mil personas, se creó en 1989 un comité permanente
para la prevención del delito integrado por autoridades elegidas y directores de los
9
servicios de la ciudad, con el fin de formular estrategias para la seguridad
comunal, establecer la asociación de Wolverhampton sobre seguridad de la
comunidad y delincuencia juvenil, y ejecutar proyectos relacionados con la
seguridad de las mujeres, el apoyo a las víctimas de la delincuencia, el robo de
automóviles, la violencia, la juventud, etcétera.
La British Crime Prevention Unit of the Home Office apoyó un programa donde
policía, asistentes sociales y municipalidades trabajaron juntos para analizar las
causas de los robos residenciales y poner en práctica las soluciones efectuaron
una evaluación científica que probó una reducción de los robos en viviendas, de
uno por cada cuatro casas a uno por cada ocho un año más tarde, y en 75% a lo
largo de cuatro años.
La Ley de Policía de Ontario emite las directrices más importantes para la
colaboración de los servicios policiales con los organismos pertinentes. La policía
de la ciudad de Newport News, en Virginia, es la primera que ha aplicado a todas
sus actividades un prototipo basado en la solución de los problemas de la
comunidad. Todos los policías se han adiestrado en un método que deben emplear
en su trabajo diario; tal método contempla cuatro fases:
a]
Deben clasificarse de forma más concreta los delitos denunciados, con el
fin de no limitarse a las clasificaciones tradicionales, y así ubicar el delito en su
propio contexto.
b] Cuando se cometen varios delitos asociados con un problema determinado,
han de analizar a fondo los diversos elementos del problema: reunir todos los
datos pertinentes de diversas fuentes, determinar las causas probables del
problema y las circunstancias que lo propician, etcétera.
c] En colaboración con los ciudadanos, los comerciantes y diversas
organizaciones públicas o privadas, deben formular y aplicar soluciones que
puedan trascender la jurisdicción del sistema de justicia penal per se.
d] Deben evaluar las consecuencias de las actividades que han emprendido y,
de ser necesario, repetir la iniciativa y revisar el programa.
Con el fin de regular las tensiones sociales, Francia también ha establecido un
método innovador gracias al cual los ciudadanos pueden asumir responsabilidades
junto con el sistema judicial, aunque sometidos a su control. El Ministerio de
Justicia y las asociaciones locales han establecido "casas" y "oficinas" de justicia
en los barrios. Los miembros de estas asociaciones, tanto si son voluntarios como
si son remunerados, reciben capacitación en mecanismos de mediación y poseen
facultades legales para encargarse de los casos que se les asignan.
Los
ciudadanos pueden dirigirse a estos organismos que, en todos los lugares donde
se librar establecido, han aliviado la carga de trabajo de los tribunales y han
permitido solucionar los casos con mayor rapidez. Dichas entidades ayudan a
evitar la agravación de las tensiones, a reducir la reincidencia, así como a inculcar
el sentimiento de ciudadanía. Lo anterior reviste una importancia mucho mayor en
el caso de ciertos actos que no tienen repercusiones directas para el orden público
y no son particularmente graves, pero que producen una intervención policial y
judicial costosas y de gran escala al no existir una alternativa. Por otra parte, al
utilizar al máximo el sistema judicial, los incidentes que a priori no tienen
consecuencias apreciables pueden descuidarse y convertirse en problemas mucho
más graves y perjudiciales para el orden público.
LECCIONES QUE DEBEN APRENDERSE
La experiencia adquirida desde hace algunos decenios sobre prevención de la
delincuencia urbana y evaluación de los resultados obtenidos ha permitido
determinar algunas características comunes de aquellas iniciativas que han
10
logrado buenos resultados.18 Las diferentes declaraciones y resoluciones
adoptadas por las Naciones Unidas, el Consejo Europeo y los encuentros
regionales de alcaldes y experto, han identificado las causas múltiples del delito e
indicado medidas específicas para la ejecución de estrategias efectivas de
prevención del delito. En este sentido, el CIPC hace un llamado a la acción para:
Apoyar estructuras nacionales de prevención del delito y de la violencia que
promuevan la colaboración entre los agentes que influyen en los factores
generadores de criminalidad (vivienda, servicios sociales, salud).
Proveer apoyo técnico y financiero a los gobiernos locales y promover
coaliciones multidisciplinarias e interinstitucionales para aquellas entidades que
influyen en el delito, por ejemplo las que atienden materias tales como
planificación urbana, vivienda, escuelas, políticas de la juventud y, la familia,
servicios sociales, papel de la mujer, policía y justicia.
Asegurar rigor en la prevención de la criminalidad utilizando: a] la experiencia
obtenida en proyectos con una probada efectividad en la reducción de la violencia;
b1 acciones en el largo plazo que responden a necesidades del corto plazo, y c]
acciones sostenibles que se apoyen en el conocimiento científico en una forma
sistemática.
Solicitar el apoyo de los organismos de policía y de justicia en la prevención,
introduciendo directrices y leyes que clarifiquen como su meta la seguridad de las
personas y de la propiedad, a la cual se puede llegar en colaboración con los
ciudadanos y los organismos comunitarios para tratar las causas del delito.
Redistribuir recursos para paliar las necesidades socioeconómicas urbanas,
particularmente las de grupos vulnerables, como niños, mujeres y minorías,
confiriéndole prioridad a prevenir la negligencia en la niñez.
Estimular a los ciudadanos a participar en la prevención general del delito y
comprender la importancia de poner en práctica medidas eficaces para lograr
comunidades más seguras y alejar la criminalidad.
Promover la cooperación global para limitar el acceso a los "facilitadores de la
violencia", tales como armas de fuego, tráfico ilegal de drogas o programas de los
medios de comunicación que incitan a la violencia y al abuso sexual de mujeres y
niños.
MECANISMOS DE COOPERACIÓN
Las ciudades y sus poblaciones desempeñan una función estratégica en la
modificación de las condiciones que generan delincuencia. Muchos estados ya han
puesto sus recursos financieros y técnicos al servicio de la acción de las ciudades
en esas esferas. Existen ejemplos de iniciativas eficaces en la reducción de la
delincuencia, desarrolladas por ciudades o barrios.
Aunque esos hechos
demuestran lo que es posible hacer y son alentadores, su generalización exigirá un
apoyo financiero y técnico adecuados.
1 8
Colaboración de todas las partes encargadas de la prevención de la delincuencia en los planos local y nacional; toma de
conciencia de la prevención de la delincuencia por parte de organismos municipales y estatales, asociaciones y autoridades
elegidas en el plano local en todos, sus actividades; descentralización de los órganos de prevención de la delincuencia, y
participación de los ciudadanos en la prevención del delito.
11
El Consejo Económico y Social19 exhortó a promover la cooperación en materia
de prevención del delito entre los órganos específicos de justicia penal y otros
organismos de las Naciones Unidas y también con empresas, asociaciones y
público en general. El objetivo es garantizar la realización y el éxito de medidas
preventivas, en los niveles local, nacional e internacional, llevadas a cabo
mediante la coordinación de consejos nacionales de prevención de la delincuencia.
Sin limitar su posible alcance, en el corto plazo esa cooperación puede y debe
tener como objetivo tres esferas de actividades:
a] Intercambio de información sobre los mejores logros y los instrumentos
necesarios para la prevención eficaz.
b] Sensibilización y formación de los formuladores de políticas y de las
personas encargadas de su aplicación.
c] Asistencia para la aplicación de medidas de prevención, en particular
mediante la disponibilidad de recursos técnicos y financieros.
Asimismo, en el contexto de las actividades complementarias del Noveno
Congreso, de la preparación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los
Asentamientos Humanos (Hábitat II) y del deseo de las Naciones Unidas de
promover a escala mundial el desarrollo sustentable y la seguridad humana, es
importante que las Naciones Unidas, por medio de la División de Prevención del
Delito y Justicia Penal de la Secretaría, el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y los organismos
especializados (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura, Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial, etc.), aprueben
individual y colectivamente las medidas necesarias para apoyar la acción de los
gobiernos, las ciudades y las organizaciones que deseen establecer políticas
urbanas de prevención de la delincuencia.
EL CIPC
Los gobiernos solos nunca serán capaces de resolver los problemas de la
criminalidad sin el activo apoyo del público, de nuestras ciudades y del sector
privado. Si las ciudades y las comunidades han de tener seguridad sostenible en el
próximo milenio deberán desarrollarse iniciativas innovadoras y cooperativas.
Oficina de recursos para las mejores prácticas
Los gobiernos y el sector privado pueden obtener importantes y ejemplares
resultados al decidir unirse en una asociación internacional para crear una oficina
de recursos para las mejores prácticas en prevención del delito. Este servicio
llegará a todos aquellos interesados en atacar de manera más efectiva los
numerosos factores que generan el delito. Los gobiernos asociados con el CIPC
han recomendado la creación de esta asociación internacional. Los gobiernos
nacionales, las ciudades y otras organizaciones pueden adoptar estrategias de
prevención más eficaces y menos costosas si tienen acceso a los logros mundiales
que pueden adaptarse a sus problemas concretos. El CIPC está desarrollando una
oficina de recursos y entrenamiento de las mejores prácticas en prevención del
delito para facilitar el uso efectivo de estrategias.
En 1995 el Centro Internacional de Prevención del Delito preparó una
bibliografía anotada establecida alrededor de cinco etapas necesarias para lograr
comunidades seguras. Esos instrumentos ofrecen a especialistas y a quienes
toman las decisiones una información fácilmente accesible, esencial y útil. Los
instrumentos de ese tipo deberían multiplicarse y difundirse.
19
En su resolución 1994/19
12
La oficina estará estructurada alrededor de un Banco Central de Recursos que
con tendrá los informes, estudios de investigación y material administrativo que
describa los programas, provea evidencia de éxitos y ayude a los operadores a
identificar lo necesario para su aplicación.
El banco intentará estar unido
electrónicamente a esos recursos20 para facilitar, en el nivel mundial, el acceso a
las mejores prácticas de prevención de la criminalidad que contenga. El material
sería catalogado e indizado en un abanico de características tales como: tipo de
delito, naturaleza de la criminalidad u organismo responsable del seguimiento. Lo
sobresaliente de la información y de las clasificaciones estarán disponibles en
Internet para el acceso mundial.
Por ejemplo, será posible identificar las mejores prácticas, ya sea contra
individuos o negocios, para la prevención de robos de autos, robos en viviendas,
tráfico de drogas, asaltos, fraudes, homicidios y atracos.
La violencia,
particularmente la ejercida contra la mujer, los niños y los ancianos, recibirá
atención especial. En relación con la naturaleza del delito, será posible identificar
programas concernientes a temas como tráfico de niños, bandas juveniles,
violencia familiar y delitos sexuales. También identificará programas según el
organismo de origen o la materia, por ejemplo policía, vivienda, servicios,
escuelas, ministerios de salud, sistemas judiciales, sector privado y ciudadanos
individuales.
El CIPC proporciona estrategias efectivas de prevención del delito
Las estrategias de prevención del delito son las formas más viables de reducir
la
delincuencia
y
los
delitos
violentos
con
presupuestos reducidos. Una manera efectiva de evitar "reinventar acciones" en la
prevención del delito es usar estrategias desarrolladas exitosamente por los
gobiernos y ciudades donde han sido aplicadas en Europa, Latinoamérica,
Australia, Asia y Estados Unidos.21
El CIPC es una organización pragmática, creada para brindar asistencia en la
aplicación de la prevención del delito.
De las formas en que se puede dar
servicios, algunas son las siguientes:
Diagnóstico de las necesidades. Un típico diagnóstico de prevención del delito
podría comprometer a un miembro del CIPC, al personal y a un miembro de su
consejo de administración para que visiten a un país y su ciudad capital por dos o
tres días a fin de preparar un informe sobre modos de mejorar las
estrategias de prevención del delito.
Esta visita podría realizarse como parte de equipo encargado de amplios temas
de criminalidad y justicia o que se concentra exclusivamente sobre prevención del
delito. Podría incluír reuniones con altos funcionarios de Ministerios, tales como
los relacionados con la justicia y el interior, o aquellos cuyos campos de acción se
vinculan con las causas del delito, como servicios sociales, asuntos municipales,
salud y educación. Normalmente implicaría encuentros con personal municipal,
20
Algunos gobiernos ya han creado servicios de referencia nacional sobre justicia criminal, una red de información
computarizada referente a la violencia y a la prevención del delito y centros de intercambio de información especializados.
21
Por ejemplo, CIPC, "La prevención del delito a nivel internacional: Pistas de acción para un mundo más durable"
Montreal, 1995: Naciones Unidas, Noveno Congreso, A/CONF.169/10, documento de antecedentes para el curso práctico
sobre políticas de urbanismo y prevención del delito: "Estrategias para la prevención de delito, en particular en relación con la
delincuencia en zonas urbanas y la delincuencia juvenil y de carácter violento, incluida la cuestión de las víctimas: evaluación
y nuevas perspectivas,1995"
13
como el alcalde, los responsables de escuelas, de vivienda, de servicios sociales,
de asuntos femeninos y juveniles.
El equipo del CIPC necesitaría tener acceso a cualquier estadística existente
sobre las tendencias de criminalidad provenientes de informes policiales, datos de
emergencia, admisiones en hospitales y encuestas de victimización.
También
requeriría información sobre las prácticas actuales de prevención del delito en la
unidad geográfica o país, estudiado, con una comparación con las tendencias
actuales en la práctica de la prevención internacional, y con una lista de
recomendaciones para su mejoramiento.
Asistencia técnica para desarrollar estrategias comprensivas de prevención del
delito. Se fundamenta en la idea de que un ministerio o una ciudad organice un
grupo de trabajo bajo la órbita de una personalidad destacada a fin de coordinar
los distintos organismos institucionales involucrados, para aprovechar la
prevención para reducir el delito y brindar un país o comunidades más seguras. En
el nivel gubernamental el grupo de trabajo podría incluir a altos representantes de
los ministerios de Gobernación, Justicia, Procuraduría, Interior, Servicios Sociales,
Asuntos Municipales, Salud y Educación; en el municipal, a representantes del
Consejo Municipal, servicios policiales, directorio escolar, organizaciones
vecinales, vivienda, recreación, servicios sociales, asuntos femeninos y programas
de juventud.
En un proceso típico para establecer una amplia y comprensiva estrategia
comunitaria de prevención del delito correspondería al gobierno central o a la
municipalidad designar un grupo de trabajo presidido por una "personalidad" tal
como un ministro de justicia o un alcalde, para desarrollar el plan comunitario de
prevención.22
El grupo de trabajo podría desarrollar un plan de acción durante el primer año
para diagnosticar las tendencias de la criminalidad y sus causas en el país o la
municipalidad; realizar inventarios actualizados de prevención de la criminalidad
relacionados con las actividades de la región, que identifiquen las prácticas
prometedoras que podrían adoptarse y los planes específicos de iniciativas para
resolver problemas de criminalidad, e identificar también las metas para el primer
año de operación y los objetivos de reducción de la criminalidad dentro (te los tres
primeros años para los delitos contra la propiedad y, en el largo plazo, para el
crimen violento.
El papel del CIPC podría incluir:
Facilitar documentos clave.23
Aconsejar a los miembros del grupo de trabajo sobre programación y objetivos.
Presentar las tendencias internacionales, particularmente las prácticas
promisorias, y la prevención del delito por medio de políticas urbanas, de
22
Ésta es una cuarta dimensión de prevención adicional a las tres instancias tradicionales compuestas por Ia policía, la
justicia y la cárcel, a fin de reducir más los delitos, particularmente los violentos; disminuir de una manera perdurable y
asequible la delincuencia y el crimen violento; el abordaje multidisciplinario de programas dirigidos especialmente a los
jóvenes tanto en su condición de autores como de víctimas de los delitos violentos; reducir la implicación de los jóvenes en la
violencia; disminuir el sentimiento de inseguridad, sobre todo en los grupos vulnerables, para favorecer el desarrollo vital de la
ciudadanía; hacer de la ciudad un lugar seguro y atractivo para vivir e invertir en industrias, negocios y turismo; reducir., sobre
todo, las pérdidas económicas de la criminalidad y los gastos en seguridad pública mejor administración de la seguridad
pública).
23
El CIPC distribuye, en inglés y francés, "Tendencias internacionales en la prevención del delito:
una bibliografía
anotada", herramienta indispensable para el acceso a publicaciones clave, resoluciones de las Naciones Unidas e informes de
tendencias mundiales orientadas a la prevención del delito y el crimen violento. En una lista, y resumidas, aparecen estructuras
gubernamentales innovadoras para promover la prevención de delitos. Son resumidas y agrupadas, formas prometedoras y
probadas para atacar las causas del delito incluyendo aquellas puestas en práctica por las ciudades, los organismos de
desarrollo social y los servicios policiales.
14
desarrollo social, de prevención situacional, y la relación de éstas con las
actuaciones policiales "orientadas al problema".
Facilitar metodologías de análisis de problemas actuales del delito, del delito
violento y de sus soluciones preventivas.
Organizar un encuentro del grupo de trabajo con expertos seleccionados en el
nivel nacional e internacional para revisar un plan tentativo.
Identificar mecanismos para trasladar las experiencias exitosas.
Desarrollar herramientas para asegurar el control adecuado del programa y
prever los próximos pasos a fin de mejorar la seguridad urbana.
Competencia disponible del CIPC. El CIPC es un centro sin fines de lucro con
un estatus internacional no gubernamental. Provee servicios al costo. Tienen
prioridad para recibir sus servicios aquellas entidades que estén interesadas en
poner en práctica estrategias que reduzcan la delincuencia y el delito violento,
refuercen los sentimientos de seguridad y generen vitalidad cívica. El trabajo en
América Latina se realiza a menudo con ILANUD y el Foro Latinoamericano de
Alcaldes para la Seguridad Ciudadana.24
24
El Foro Latinoamericano de Alcaldes para la Seguridad Ciudadana promueve ciudades sustentables por medio del
diagnóstico de las causas del delito del abuso de la droga, de la violencia; la planificación científica; los intercambios técnicos
y la formación de organizaciones comprometidas en la prevención de la criminalidad. Alcaldes de más de setenta ciudades de
Latinoamérica, incluyendo las principales megaciudades, pertenecen a esta organización. El desarrollo comunitario, la
descentralización y su papel decisivo en la movilización y solidaridad ciudadanas, constituyen algunos de sus intereses
principales.
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