¿Murió Cristo Como un “Pecador” Sobre la Cruz?

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Anotaciones
Sermones y Artículos Sobre Jesús de Nazaret -- 2
¿Murió Cristo Como un “Pecador”
Sobre la Cruz?
¿Cargó Cristo con la “culpa” del pecado humano cuando murió en la cruz? O
¿meramente cargó con el “castigo” que merecíamos nosotros, como consecuencia
de nuestro pecado?
“Algunos dicen que cuando Jesús murió ‘de verdad’ cargó con nuestros en su
cuerpo en la cruz. Otros creen que Cristo solamente cargó con el ‘castigo’ por el
pecado. ¿Cuál punto de vista representa la verdad del asunto?”
Algunos teólogos destacados sostienen que cuando el Señor perecía en la cruz,
literalmente cargó nuestros pecados en su cuerpo, de manera que en realidad, Jesús
en realidad murió como un “pecador”. Martín Lutero, el destacado reformador Protestante, enseñó que los profetas del Antiguo Testamento profetizaron, “que Cristo se
convertiría en el mas grande transgresor, asesino, adultero, ladrón, rebelde, y blasfemo,
que jamás hubo o pudo existir en el mundo”. Afirmó que el Señor perdió su inocencia
en el Calvario, y que murió como un ser pecador (Lutero Sobre los Gálatas, Capítulo
3:13; London Edition, 1838, Págs. 213-215, así citado por Albert Barnes, “2 Corintios
& Gálatas”, Notas de Barnes Sobre el Nuevo Testamento, Grand Rapids: Baker,
1955, Págs. 334-335).
Un erudito Luterano ha escrito que “es Bíblico decir que Dios imputó la culpa del
hombre al Cristo inocente” (Francis Pieper, Christian Dogmatics, St. Louis: Concordia, 1951, Vol. 2, Pág. 353). Un escritor Presbiteriano, James M. Boice, afirmó que
cuando Cristo murió en la cruz, “violó la ley – por ninguna falta de sí mismo – y se
convirtió técnicamente en culpable de toda ella [la ley]” (“Gálatas”, The Expositor’s
Bible Commentary, Frank Gaebelein, Ed., Grand Rapids: Zondervan, 1976, Vol. 10,
p. 460).
Los defensores de este punto de vista (o creencia) a menudo apelan a tales pasajes
como 2 Corintios 5:21, Hebreos 9:28 y 1 Pedro 2:24 para sustentar su argumento. Por
ejemplo, este último pasaje afirma que Cristo “llevó él mismo nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero”.
Pero la declaración de Pedro difícilmente puede significar que el Señor se convirtió realmente en un pecador mientras estaba en la cruz. En esta misma epístola
el apóstol ya había declarado que Jesús murió como “un cordero sin mancha y sin
contaminación” (1:19).
Entonces, ¿cuál es la explicación de estos pasajes? Cristo “llevó” nuestros pecados
en que se ofreció a sí mismo por nosotros. No llegó a ser pecador; nuestros pecados
no le fueron imputados (según la doctrina calvinitas de imputación). Es que El se
puso en lugar nuestro (Mat. 20:28; Mr. 10:45; 1 Tim. 2:6).
Los pasajes de Isa.53:4,10-12; Heb. 1:3; 2 Cor. 5:21; Heb. 9:28; 1 Ped. 2:24 involucran una figura de lenguaje bíblica muy común conocida como “metonimia”.
Efectivamente, en esta figura un sujeto es nombrado, y algo asociado con el sujeto es
lo proyectado. Cualquier buen libro sobre hermenéutica (la ciencia de interpretación
bíblica) proporcionará evidencia amplia e ilustraciones de esta figura de lenguaje (véase
Dungan, Hermeneutics, Cincinnati: Standard, n.d., pp. 282-284).
Aquí está un ejemplo. Al describir ciertos sacrificios ofrecidos bajo el código levítico
en conexión con la consagración de los sacerdotes, Moisés mandó: “Pero la carne
del becerro, y su piel y su estiércol, los quemarás a fuego fuera del campamento; es
ofrenda por el pecado” (Ex. 29:14). Nótese la expresión final en este pasaje “ofrenda
por el pecado”. De hecho, en la Biblia Hebrea el término es simplemente “pecado”
(véase ASV nota al pie).
Sermones y Artículos Sobre Jesús de Nazaret -- 2
La forma de la raíz significa “errar (un blanco), quedarse corto”. Aparece cerca de
599 veces en el Antiguo Testamento, y en un 40% de estos casos indica metafóricamente
una “ofrenda por el pecado” (Ernst Jenni & Claus Westermann, Eds., Theological Lexicon of the Old Testament, Peabody, MA: Hendrickson, 1997, pp. 406-407). De esta
manera, puesto que el contexto indica claramente que un sacrificio estaba a la vista,
virtualmente todas las traducciones vierten la palabra la original como “ofrenda por
el pecado” en el pasaje de Exodo. Claramente este es el significado de la expresión
(cfr. Lev. 10:17).
Usando lenguaje similar, Pablo escribe: “Al que no conoció pecado [Cristo], por
nosotros [Dios] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios
en él” (2 Cor. 5:21). La expresión “lo hizo pecado” probablemente significa, “lo
hizo ofrenda por el pecado”, en armonía con el modismo (o expresión) común del
Antiguo Testamento, y que este explicación es correcta es corroborado por las palabra
del escritor de la carta a los hebreos quien dice: “12pero Cristo, habiendo ofrecido
una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra
de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por
estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados” (Heb. 10:12-14).
La frase en Isaías 53:5 – “mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”,
es lenguaje figurado indicando que El “llevó” nuestros pecados (Isa. 53:12, 1 Ped.
2:24) en el sentido de ofrecerse a sí mismo por nosotros, al morir en la cruz. “Cargó”
nuestros pecados en el miento sentido (figurado) en que “cargó” o “llevó” nuestras
enfermedaes (Isa. 53:4), es decir, se identificó con las enfermedades físicas del hombre
al sanarle milagrosamente (Mat. 8:17). (Seguramente nadie diría que las enfermedades físicas del hombre fueron imputadas a Cristo, ni que literalmente llegó a ser un
hombre muy enfermo).
J.H. Thayer opta por un significado alterno, sin embargo aun coherente con la naturaleza sin pecado del Señor. Vio la metonimia como un uso de los “abstracto por
lo concreto”, con el sentido de ser: Aunque Jesús no conoció pecado, eso es, fue sin
pecado, aún así Dios permitió que fuera tratado como un pecador (Greek-English
Lexicon of the New Testament, Edinburgh: T.&T. Clarke, 1958 Edition, p. 31).
La declaración de Pedro, de que el Salvador “llevó nuestros pecados” (1 Ped.
2:24), no sugiere que el Señor cargó la “culpa” del pecado humano personalmente en
su cuerpo. Aquí el término “pecados” transmite el sentido de “el castigo del pecado”
que justamente debíamos pagar nosotros. Un pasaje de la pluma de Jeremías ilustra
el correcto significado. En su lamento por la caída de Jerusalén, el profeta escribió:
“Nuestros padres pecaron, y han muerto; y nosotros llevamos su castigo” (Lamentaciones 5:7; cfr. Ez. 4:4). La descendencia no cargó con la culpa de las generaciones
previas; simplemente estaban sufriendo las consecuencias de la antigua rebelión.
Cuando el escritor de Hebreos declara que Cristo “aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado” (Heb. 9:28), inequívocamente no implica que Jesús, al momento de su muerte, se convirtió en una persona “pecadora” al asumir la culpa de los
demás. Al principio el escritor había declarado enfáticamente que el Salvador fue “sin
pecado” (4:15). De esta manera, el significado de 9:28 es este: Cuando Cristo vuelva
de nuevo, no será con el propósito de proveer un plan de redención del pecado. Eso fue
llevado a cabo en la “primera” venida; la “segunda” venida será para el juicio (v.27).
Las Escrituras no enseñan que Cristo murió como pecador. La teoría es un error
que resulta de no entender el lenguaje figurado usado en los escritos sagrados.
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