Daños derivados del incumplimiento de obligaciones de fuente legal

Anuncio
Pontificia Universidad Catolica del Peru
From the SelectedWorks of Hector Campos García
Summer December 14, 2015
Daños derivados del incumplimiento de
obligaciones de fuente legal
Hector A. Campos, Pontificia Universidad Catolica del Peru
Available at: http://works.bepress.com/hector-campos/18/
CIVIL
RESPONSABILIDAD CIVIL
ANÁLISIS JURÍDICO
Daños derivados del incumplimiento
de obligaciones de fuente
le
legal
(ex lege): ¿responsabilidad
c
contractual o extracontractual?
Héctor Augusto CAMPOS GARCÍA*
H
MARCO NORMATIVO
• Código Civil: art. 1969.
Introducción
Recientemente, nuestra Corte Suprema se ha
pronunciado respecto a un caso en el cual se
debatió acerca de cuál debía ser el régimen
de responsabilidad civil aplicable a los daños
causados por el incumplimiento de una obligación de fuente legal.
En el caso, una entidad bancaria no había
cumplido con atender los requerimientos de
refinanciación de deuda por créditos agropecuarios de una persona natural, luego de
*
Tema relevante
¿Cuál debe ser el régimen de responsabilidad civil aplicable a los daños causados por el
incumplimiento de una obligación de fuente legal? Recientemente, a través de la Casación N° 252-2013-Sullana, la Corte Suprema dispuso que esta sea la responsabilidad extracontractual. El autor no comparte esta tesis, y sostiene que el incumplimiento de esta
clase de obligaciones origina una responsabilidad por incumplimiento de obligaciones
(“responsabilidad contractual”) sujeta a un régimen de prescripción de diez años.
que el Estado estableció un programa especial para el Rescate Financiero Agropecuario (RFA) a través del Decreto de Urgencia
N° 059-2000.
El incumplimiento de la entidad bancaria
provocó una serie de daños a la persona natural, lo que determinó que esta plantee una
demanda de indemnización por responsabilidad contractual.
Sin embargo, a través de la Casación N° 2522013-Sullana, la Corte Suprema dispuso que
las obligaciones de fuente legal entren en el
ámbito de la responsabilidad extracontractual, razón por la cual el derecho del demandante había prescrito.
Abogado por la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP). Candidato a magíster en Derecho Civil y Comercial por
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudios de especialización a nivel de posgrado en Contratos y
Daños por la Universidad de Salamanca (España). Profesor de Derecho Civil en la PUCP y en la UPC. Asociado del estudio Linares Abogados.
157
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 30 • DICIEMBRE 2015
La sentencia casatoria en cuestión ha sido
objeto de un breve, pero reflexivo, comentario por parte del profesor Gabriel Rivera1.
En este se toma partido por la misma conclusión a la que arriba la Corte Suprema, aunque
con argumentos mejor logrados, los cuales se
sustentan en la interpretación de nuestra normativa, a partir de reflexiones basadas en la
comparación jurídica, principalmente, con el
Derecho francés.
En breve, los argumentos expuestos por el
profesor Gabriel son los siguientes: i) el
artículo 1969 del Código Civil peruano (en
adelante, CC) recoge una cláusula normativa
general que determina que la responsabilidad
extracontractual constituya la regla dentro
del universo de la tutela resarcitoria (a semejanza de lo que sucede con el artículo 1382
del Code, que como bien se sabe sirvió de
fuente para el artículo 1969 del CC); y, ii) la
legislación especial (ambiental, consumidor,
penal), a falta de disposición en contrario,
suele remitir la tutela de los daños al ámbito
de la responsabilidad extracontractual .
A partir de estos argumentos se concluye que:
“ante casos de duda o en los que la fuente de
la obligación sea la ley y esta no diga que
será considerado contractual, la regla a aplicar por defecto sería la del sistema de responsabilidad extracontractual”2, ello en tanto
la “responsabilidad contractual se constituiría en la excepción a la regla”3 dentro del
universo de la responsabilidad civil.
La argumentación reproducida es, sin duda,
coherente y persuasiva. Sin perjuicio de ello,
y en aras de generar un respetuoso intercambio de ideas, considero que es posible
1
2
3
plantear una interpretación alternativa a la
que se acaba de exponer.
En primer lugar, concuerdo con Gabriel en
que nuestro sistema de responsabilidad extracontractual se ha basado en la responsabilidad delictual contenida en el Code, de ahí
que tengamos recogido legislativamente un
sistema atípico de responsabilidad (art. 1969)
con un alcance mucho mayor al que brinda,
por ejemplo, el ordenamiento alemán.
Sin embargo, si no nos centramos exclusivamente en el sistema de responsabilidad extracontractual, sino que apreciamos la íntegra
regulación de la tutela resarcitoria en nuestro
ordenamiento, considero que se puede convenir en que el CC no tiene la misma sistematización que el Code posee al momento de
regular la responsabilidad civil.
En principio debemos recordar, con cargo a
que el profesor Gabriel realice las precisiones o correcciones de ser el caso, que si bien
los redactores del Code no concibieron el
incumplimiento de una obligación contractual como un hecho generador de responsabilidad civil a la par del régimen general de
la responsabilidad delictual, lo cierto es que
a partir de fines del s. XIX la doctrina francesa empieza a utilizar el término “responsabilidad contractual”.
Bajo este punto de vista, podemos indicar
que en el Code, la “responsabilidad contractual” (Des dommages et intérêts résultant de
l’inexécution de l’obligation - De los daños
y perjuicios derivados de la inejecución de
la obligación) se encuentra regulada dentro
del Título III (Des contrats ou des obligations conventionnelles en général - De los
GABRIEL RIVERA, José L. “Obligaciones de fuente legal: ¿contractual o extracontractual?”. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. Nº 26, Gaceta Jurídica, Lima, 2015, p. 214.
Ídem.
Ídem.
158
CIVIL | RESPONSABILIDAD CIVIL
contratos y de las obligaciones convencionales en general) del Libro Tercero (Des
différentes manières dont on acquiert la propiété - De los diferentes modos de adquirir
la propiedad); en cambio, la “responsabilidad extracontractual” (Des délits et des quasi
délits –De los delitos y de los cuasi delitos)
se encuentra regulada dentro del Título IV
(Des engagements qui se forment sans convention - De los compromisos que surgen
sin convenio) del mismo Título Tercero.
Como se puede apreciar, existe una oposición sistemática a nivel normativo entre
ambos tipos de responsabilidad. Mientras
que la “responsabilidad contractual” se
vincula directamente a la existencia de un
contrato (o convención); la “responsabilidad
extracontractual” surge, precisamente, ante
la ausencia de este.
Ahora bien, se debe ser prudente al momento
de valorar el dato legislativo, ya que se podría
incurrir en el error de considerar que la “responsabilidad contractual” es unánimemente
aceptada en la doctrina francesa, lo cual no
es así. Por ello, cumplimos con informar que
no es difícil encontrar voces autorizadas que
niegan su existencia4, así como aquellas que,
declaradamente, están a favor del reconocimiento de la misma5.
A partir de lo indicado previamente, consideramos que es posible comprender por
qué la “responsabilidad extracontractual” (en
Francia) tiene la vocación de ser un régimen
general que se aplica a los daños generados
en cualquier ámbito. Y es que no podría arribarse a otra conclusión en un escenario en
4
5
6
7
Comentario relevante
te
del autor
Concuerdo en que nuestro sistema de
responsabilidad extracontractual se ha
basado en la responsabilidad delictual contenida en el Code, de ahí que
tengamos recogido legislativamente
un sistema atípico de responsabilidad
(art. 1969) con un alcance mucho
mayor al que brinda, por ejemplo, el
ordenamiento alemán.
donde se discute la existencia de una “responsabilidad contractual”; o en donde, reconociéndola, se precisa y especifica su alcance
a los daños derivados exclusivamente del
incumplimiento de una obligación contractual imputable al deudor.
En ese sentido se ha pronunciado una doctrina que señala lo siguiente: “en el ordenamiento francés el régimen extracontractual
tiene una vocación a la vez general y residual para aprehender toda situación que no
está sometida al imperio de la responsabilidad contractual”6.
Bajo esta perspectiva se precisa, como bien
lo recuerda el profesor Gabriel, que los daños
generados del incumplimiento de obligaciones legales (extracontractuales), en defecto
de reglas particulares estatuidas por textos
específicos o derivadas de la jurisprudencia,
se someten al régimen de la responsabilidad
extracontractual7.
LE TOURNEAU, Philippe. “Breves comentarios críticos sobre la responsabilidad contractual. El anteproyecto de reforma
del derecho de la responsabilidad”. Trad. Jose Gabriel Rivera. En: Revista Jurídica Thomson Reuters. Nº 21, año I, 2014,
pp. 23-30.
LARROUMET, Christian. “A propósito de la negación de la responsabilidad contractual en la doctrina francesa reciente”.
En: Temas de responsabilidad civil - Cuaderno de análisis jurídico I. Escuela de Derecho de la Universidad Diego Portales, Santiago, 2004, pp. 17-32.
VINEY, Geneviève. Tratado de Derecho Civil. Introducción a la responsabilidad. Trad. Fernando Montoya Mateus, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2007, p. 408.
Ibídem, p. 409.
159
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 30 • DICIEMBRE 2015
Comentario relevante
te
del autor
Se debe ser prudente al momento de
valorar el dato legislativo, ya que se
podría incurrir en el error de considerar que la “responsabilidad contractual” es unánimemente aceptada en
la doctrina francesa, lo cual no es así.
Por ello, cumplimos con informar que
no es difícil encontrar voces autorizadas que niegan su existencia, así
como aquellas que, declaradamente,
están a favor del reconocimiento de
la misma.
Ahora bien, siempre en el ordenamiento
francés, si la obligación es de fuente legal
y se encuentra “vinculada” a un contrato,
entonces los daños que produzca su incumplimiento se tratarán bajo las reglas de la responsabilidad contractual. Ejemplos de este
supuesto, reconocidos por la jurisprudencia
francesa, son los siguientes: la obligación de
seguridad; las obligaciones de información,
advertencia y consejo; y, la obligación de
adaptar el contrato a la evolución de la situación cuando se trata de un contrato de ejecución sucesiva8.
Dicho lo anterior, debemos constatar que la
regulación de la tutela resarcitoria en el ordenamiento peruano es diferente. En el diseño
normativo del CC no se distingue los regímenes de responsabilidad civil en función de
si se celebró un contrato o no.
Téngase en consideración que la responsabilidad por los daños derivados del incumplimiento de obligaciones se encuentra
8
Ibídem, pp. 385-388.
160
regulada en el Libro VI (“Las obligaciones”)
del CC, el cual tiene una autonomía legislativa respecto de la Sección Primera (“Contrato en general”) del Libro VII (“Fuente de
las obligaciones”).
Como se puede apreciar, nuestro régimen
de responsabilidad por incumplimiento de
obligaciones es una adaptación (defectuosa)
de la regulación incorporada por el Codice
italiano. En este cuerpo normativo, el régimen de incumplimiento obligacional (contenido en el Capítulo III: Dell’inadempimento
delle obbligazioni - Del incumplimiento de
las obligaciones, del Título I: Delle obbligazioni in generale - De las obligaciones
en general) se encuentra regulado de forma
independiente de la regulación de los contratos (contenido en el Título II: Dei contratti
in generale - De los contratos en general).
Como se puede apreciar, el ordenamiento
peruano siguió el modelo italiano, y no el
francés, en materia de incumplimiento de
obligaciones.
Bajo esta perspectiva, en nuestro ordenamiento sería plenamente posible interpretar
que el (mal denominado) régimen de “inejecución de obligaciones” se aplica a los daños
generados por el incumplimiento de una
obligación, cualquiera sea su fuente (negocial o legal).
De hecho, en el ordenamiento italiano, se
defiende esta interpretación sobre la aplicación del régimen de responsabilidad por
incumplimiento de obligaciones (o contractual). Veamos:
“Cuando alguien está obligado, por ley
o contrato, a cumplir una obligación, la
responsabilidad que nace a su cargo por
el incumplimiento es siempre de naturaleza contractual, incluso si la lesión
CIVIL | RESPONSABILIDAD CIVIL
refiere a un bien diverso de aquel deducido en la obligación. En efecto, si es
cierto que el cumplimiento de una obligación pone siempre en juego a la integridad del acreedor –siendo la actividad
del cumplimiento destinada a incidir,
inmediatamente o mediatamente, directamente o indirectamente, sobre la persona
o los bienes de esta– y si es verdad que el
incumplimiento de la obligación puede
tal vez implicar, junto con la insatisfacción del interés específicamente deducido en la obligación, también una directa
lesión de la persona o de los bienes del
acreedor, como sucede en el ejemplo de
la actividad médica, entonces la lesión
del derecho a la integridad del acreedor
ocasionada por el incumplimiento dará
lugar, en todo caso, a la responsabilidad
por incumplimiento de obligaciones (sea
de fuente negocial o legal)”9.
En este punto, para confirmar lo indicado,
es oportuno prestar atención a la visión del
legislador peruano respecto del ámbito de
actuación del régimen de responsabilidad
por incumplimiento de obligaciones. Si bien
este argumento no es determinante, sí resulta
didáctico para comprender la finalidad con la
que fueron establecidas las normas de “responsabilidad contractual” en nuestro CC.
Sobre el particular se ha indicado que:
“(…) las normas sobre inejecución de
obligaciones se aplican no solo a las obligaciones derivadas del incumplimiento
o cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de las obligaciones nacidas de los
Comentario relevante
te
del autor
La sistemática de nuestra normativa
(italiana en el incumplimiento de obligaciones y francesa en la responsabilidad extracontractual) permite afirmar
que solo estaremos ante la responsabilidad por incumplimiento de obligaciones, allí en donde haya mediado una
relación de obligación (negocial o no)
incumplida que genere un daño (carácter especial). En los demás casos, será
de aplicación el régimen de responsabilidad extracontractual (carácter general y residual).
contratos, sino a todas las obligaciones
civiles que no se encuentren expresamente reguladas en la Sección de la Responsabilidad Extracontractual. Así, se
incluyen dentro de aquel Título a los contratos en general, a los contratos nominados, a la gestión de negocios, al enriquecimiento sin causa, a la promesa unilateral
y, en general, a los contratos innominados, a numerosas obligaciones previstas
legalmente y a todos aquellos casos, ajenos al Derecho Civil, en que se vulnere
una relación obligacional preexistente,
salvo que la ley, en esta última hipótesis,
opte por una sanción específica distinta a
la del Derecho común”10.
9 CORSARO, Luigi. Tutela del danneggiato e responsabilità civile. Giuffrè, Milano, 2003, pp. 21-22.
10 OSTERLING PARODI, Felipe y Mario, CASTILLO FREYRE. “Tratado de las obligaciones”. Vol. XVI, 4ª Parte, t. XI.
En: Biblioteca para leer el Código Civil. Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2003,
p. 870. De similar posición, siempre entre nosotros, es BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “Responsabilidad civil en la
atención médico-quirúrgica de emergencia”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Nº 22, 2000, p. 40, quien hace referencia
a las “relaciones obligatorias de fuente heterónoma”; asimismo, se adhiere a esta posición BUENDÍA DE LOS SANTOS,
Eduardo. “El seguro obligatorio contra accidentes por negligencia médica ¿vía para garantizar la indemnización de las víctimas o método de reducción de los casos de mal praxis médica? ¿es viable en el Perú?”. En: Tesis para optar por el título
de abogado. PUCP, 2011, pp. 70-75.
161
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 30 • DICIEMBRE 2015
Dentro de un esquema como el descrito, el
considerar que en el ordenamiento peruano
los daños derivados del incumplimiento de
obligaciones de fuente legal sean automáticamente supuestos de responsabilidad extracontractual, como lo plantea el profesor
Gabriel, tendría un obstáculo en cuanto a su
fundamento normativo. En consecuencia, la
afirmación según la cual la “responsabilidad
contractual se constituiría en la excepción a
la regla” aparece como opinable.
Y es que, bajo los términos expuestos en los
párrafos precedentes, la “responsabilidad
contractual” (o por incumplimiento de obligaciones, según el CC) no sería de carácter
“excepcional” en nuestro ordenamiento, sino
de carácter “especial”, siendo la responsabilidad extracontractual la que poseería un
carácter “general y residual”.
En otros términos, la sistemática de nuestra
normativa (italiana en el incumplimiento de
obligaciones y francesa en la responsabilidad
extracontractual) permite afirmar que solo
estaremos ante la responsabilidad por incumplimiento de obligaciones, allí en donde haya
mediado una relación de obligación (negocial o no) incumplida que genere un daño
(carácter especial). En los demás casos, será
de aplicación el régimen de responsabilidad
extracontractual (carácter general y residual).
En segundo lugar es necesario establecer si
existe alguna justificación para el esquema
normativo predispuesto por el legislador
peruano, más allá de la interpretación que
admita la normativa contenida en el CC. Este
cuestionamiento nos lleva a plantear la añeja,
pero nada simple, discusión respecto a la distinción entre los sistemas de responsabilidad civil.
Situados en este contexto, coincido con el
profesor Gabriel cuando señala que existen
razones suficientes para diferenciar los sistemas de responsabilidad civil, lo cual, indudablemente, derivará en consecuencias prácticas innegables (prescripción, extensión del
resarcimiento, etc.).
También coincido con su preocupación por
la tendencia doctrinal nacional que opta por
“contractualizar” escenarios en donde la responsabilidad extracontractual se presenta
como la respuesta natural para la tutela contra el daño; y en donde la responsabilidad
contractual no se presenta más ventajosa a
nuestra responsabilidad extracontractual.
Ahora bien, si a la luz de nuestra normativa la diferencia entre ambos regímenes de
responsabilidad radicaría en la preexistencia de una relación de obligación (negocial o
no) y no en la preexistencia de un contrato11,
entonces el objeto de tutela (desde una perspectiva basada en la tutela de las situaciones jurídicas subjetivas) que distingue dichos
sistemas sería el específico interés crediticio
que preexiste a la generación del daño.
Bajo esta perspectiva, nuevamente aparece como opinable que se señale que en
los casos en donde “la fuente de la obligación sea la ley y esta no diga que será considerado contractual, la regla a aplicar por
defecto sería la del sistema de responsabilidad extracontractual”.
Admitir ello implicaría que las normas que
regulan la “responsabilidad extracontractual” fuesen normas que regulan las “obligaciones extracontractuales”, lo cual desnaturalizaría el sistema de responsabilidad civil,
ya que este no atiende al acto generador, sino
11 Alguna doctrina española considera que la distinción se basa en la existencia de un contrato, así cfr., desde una perspectiva
dogmática PANTALEÓN PRIETO. “La nuevas bases de la responsabilidad contractual”. En: Anuario de Derecho Civil.
Vol. 46, Nº 4, 1993, p. 1738; y desde una perspectiva funcional, GÓMEZ POMAR, Fernando. “El incumplimiento contractual en Derecho español”. En: Indret. Nº 3, 2007, pp. 4-6.
162
CIVIL | RESPONSABILIDAD CIVIL
Comentario relevante
te
del autor
Coincido con la preocupación por la tendencia doctrinal nacional que opta por
“contractualizar” escenarios en donde
la responsabilidad extracontractual se
presenta como la respuesta natural para
la tutela contra el daño, y en donde la
responsabilidad contractual no se presenta más ventajosa a nuestra responsabilidad extracontractual.
a la producción del daño, de ahí la referencia
a la “responsabilidad” y no a la mera “obligación” extracontractual.
Y es que si la fuente de la obligación es la
ley, ello no impide que se genere un verdadero interés crediticio (propio de toda relación obligacional) que merezca ser tutelado
de forma específica por las reglas de la responsabilidad “contractual”, sin que para ello
sea necesario una remisión expresa a tal régimen de responsabilidad.
Sin embargo, se debe tener cuidado al
momento de delimitar el interés subjetivo
crediticio objeto de tutela por la responsabilidad civil a fin de no asimilar cualquier
mandato legal o cualquier deber a una obligación técnicamente entendida.
En primer lugar, el interés lesionado debe
pertenecer a un sujeto determinado (o por
lo menos determinable). En segundo lugar,
el interés crediticio lesionado puede ser
tanto patrimonial como no patrimonial; sin
embargo, la conducta (del deudor) que lo
lesiona debe ser siempre patrimonial. En
tercer lugar, el interés crediticio debe responder, necesariamente, a las expectativas12
del sujeto titular (negocio unilateral) o de los
sujetos que forman parte de la relación en la
que se enmarque (bilateral o plurilateral).
En caso de que surja un interés crediticio con
las características señaladas, estaremos ante
uno que pueda ser tutelado bajo el régimen
de la responsabilidad por incumplimiento de
obligaciones. Caso contrario, la responsabilidad deberá ser de carácter extracontractual. Esto último determina que la aplicación
del régimen contractual a una obligación
de fuente legal no sea automática, sino que
requiera de un análisis previo.
De este modo podría explicarse por qué regímenes especiales de responsabilidad, como
el ambiental, o consumidor son encausados dentro del régimen de responsabilidad
aquiliana. Sin embargo, se debe advertir
que dependerá del caso concreto si se puede
generar o no un problema de responsabilidad
por incumplimiento de obligaciones.
Sin perjuicio de ello, cabe preguntarnos: ¿Y
en los casos de duda? En estos casos, que
siempre se presentarán en la práctica, consideramos, al igual que el profesor Gabriel,
que el régimen aplicable es el de la responsabilidad extracontractual, ya que la determinación de una obligación, y del correspondiente interés crediticio, debe ser lo
suficientemente claro y evidente para poder
activar las reglas de un sistema de responsabilidad civil especial.
Si retornamos al caso concreto analizado por
la Casación, veremos que la aplicación del
régimen de la responsabilidad extracontractual no era el más adecuado, ya que con la
12 Empleo el término en su sentido económico, antes que jurídico, es decir, no como una “situación jurídica subjetiva de ventaja en formación”, sino como la “posibilidad razonable de que algo suceda”.
163
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 30 • DICIEMBRE 2015
Comentario relevante
te
del autor
Si retornamos al caso concreto analizado
por la Casación Nº 252-2013-Sullana,
veremos que la aplicación del régimen
de la responsabilidad extracontractual
no era el más adecuado, ya que con la
dación del Decreto de Urgencia Nº 0592000 lo que se estableció era una verdadera obligación (de fuente legal) para
las entidades bancarias de tramitar
los planes de refinanciamiento que se
le soliciten, siempre que los solicitantes cumplan con los requisitos de ley.
dación del mencionado decreto de urgencia lo que se estableció era una verdadera
obligación (de fuente legal) para las entidades bancarias de tramitar los planes de refinanciamiento que se les soliciten, siempre
que los solicitantes cumplan con los requisitos de ley.
El incumplimiento de esta obligación, bajo
el sistema normativo peruano, no podría
dar lugar sino a una responsabilidad por
incumplimiento de obligaciones (“responsabilidad contractual”) sujeta a un régimen
164
de prescripción de diez años, plenamente
exigible al momento en que se planteó la
demanda.
Inclusive, en este caso, si bien estamos ante
una nueva obligación (como lo señala la
Corte Suprema), no nos queda duda de que
la referida obligación, al ser imperativa, se
integró a los diversos contratos existentes
entre los particulares y a entidades bancarias referidas a créditos agropecuarios, por lo
que, con mayor razón, lo que debió haberse
aplicado es la responsabilidad contractual.
A la luz de los argumentos expuestos, frente
a la pregunta con la que concluye el profesor Gabriel su comentario, con relación a
si “nosotros al importar el sistema francés
de responsabilidad civil a través del artículo
1969 de nuestro Código Civil ¿no habremos
importado dicha lógica francesa?”, respetuosamente, señalamos que no.
Y es que la (abstrusa y poco técnica) sistematización de los regímenes de responsabilidad
instaurada por el legislador peruano, impide
poder replicar, tal cual, la coherencia de un
ordenamiento como el francés. Si nuestra
doctrina no se hubiera mantenido tan alejada, como de hecho lo ha estado, de la doctrina y jurisprudencia francesa quizá la situación sería diferente.
Descargar