Área X Derecho y Procedimiento Administrativo X Fronteras jurisdiccionales entre el proceso contencioso Partel administrativo y el proceso de amparo contra resoluciones fina judiciales. ¿Qué aspectos se deben considerar para la correcta aplicación de la jurisdicción contencioso administrativa o constitucional? Ficha Técnica Autor: Luiggi V. Santy Cabrera* Título:Fronteras jurisdiccionales entre el proceso contencioso administrativo y el proceso de amparo contra resoluciones judiciales. ¿Qué aspectos se deben considerar para la correcta aplicación de la jurisdicción contencioso administrativa o constitucional? - Parte final Fuente: Actualidad Gubernamental, N.º 83 - Setiembre 2015 Sumario Introducción 6. Objeto del proceso contencioso administrativo Introducción En esta última parte de nuestro comentario, analizaremos esencialmente los componentes del proceso contencioso administrativo; y evaluaremos la extensa jurisprudencia respecto a la jurisdicción aplicable al cuestionamiento de resoluciones judiciales, en sede constitucional a través del proceso de amparo o a través del proceso contencioso administrativo. 6. Objeto del proceso contencioso administrativo A través del Texto Único Ordenado de la Ley N.º 27584, Ley que Regula el Proceso * Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) con mención “Summa Cum Laude” mediante sustentación de tesis. Magíster en Derecho y Administración Pública, con especialidad en Derecho, Procesos Contenciosos Públicos y Contratación Pública en la Facultad de Derecho, Economía y Gestión de la Universidad de Orleans, Francia. Estudios de especialización sobre procedimientos administrativos en la Escuela de Derecho de la Universidad de La Sorbona de París (Universidad París 1 Panteón-Sorbona), Francia. Estudios de especialización en contrataciones públicas en la Facultad de Derecho de la Universidad Jean Moulin Lyon III, Francia. Especialista en derecho público y consultor en temas de derecho civil, derecho administrativo y en contrataciones públicas. Se ha desempeñado como asesor legal en la Contraloría General de la República. Contencioso Administrativo, modificado por el Decreto Legislativo N.º 1067, señalaremos el objeto del citado proceso. El artículo 3 de la citada norma nos precisa la “exclusividad del proceso contencioso administrativo”, donde las actuaciones de la administración pública solo pueden ser impugnadas en el proceso contencioso administrativo, salvo los casos en que se pueda recurrir a los procesos constitucionales. Asimismo, en cuanto a las actuaciones inimpugnables, el artículo de la misma norma nos dice que conforme a las previsiones de la presente ley y cumpliendo los requisitos expresamente aplicables a cada caso, procede la demanda contra toda actuación realizada en ejercicio de potestades administrativas. 1. Los actos administrativos y cualquier otra declaración administrativa. 2. El silencio administrativo, la inercia y cualquier otra omisión de la administración pública. Son impugnables en este proceso las siguientes actuaciones administrativas: 3. La actuación material que no se sustenta en acto administrativo. 4. La actuación material de ejecución de actos administrativos que transgrede principios o normas del ordenamiento jurídico. 5. Las actuaciones u omisiones de la administración pública respecto de la validez, eficacia, ejecución o interpretación de los contratos de la administración pública, con excepción de los casos en que es obligatorio o se decida, conforme a ley, someter a conciliación o arbitraje la controversia. 6. Las actuaciones administrativas sobre el personal dependiente al servicio de la administración pública. Actualidad Gubernamental Además, en el artículo 5 del mismo cuerpo legal, en el proceso contencioso administrativo podrán plantearse pretensiones con el objeto de obtener lo siguiente: 1. La declaración de nulidad, total o parcial o ineficacia de actos administrativos. 2. El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado y la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines. Pretensiones que podrán plantearse: 3. La declaración de contraria a derecho y el cese de una actuación material que no se sustente en acto administrativo. 4. Se ordene a la administración pública la realización de una determinada actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme. 5. La indemnización por el daño causado con alguna actuación impugnable, conforme al artículo 238 de la Ley N.º 27444, siempre y cuando se plantee acumulativamente a alguna de las pretensiones anteriores. Finalmente, el proceso contencioso administrativo se rige por los principios que se enumeran a continuación y por los del derecho procesal, sin perjuicio de la aplicación supletoria de los principios del derecho procesal civil en los casos en que sea compatible, tales como: i) Principio de integración, donde los jueces no deben dejar de resolver el conflicto de intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica por defecto o deficiencia de la ley. En tales casos deberán aplicar los principios del derecho administrativo. ii) Principio de igualdad procesal, donde las partes en el proceso contencioso administrativo deberán ser tratadas con igualdad, indepen- N° 83 - Setiembre 2015 X 1 Informe Especial Área Derecho y Procedimiento Administrativo X Informe Especial dientemente de su condición de entidad pública o administrado. iii) Principio de favorecimiento del proceso, por el cual el juez no podrá rechazar liminarmente la demanda en aquellos casos en los que por falta de precisión del marco legal exista incertidumbre respecto del agotamiento de la vía previa. Igualmente, en caso de que el juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la procedencia o no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma. iv) Principio de suplencia de oficio, donde el juez deberá suplir las deficiencias formales en las que incurran las partes, sin perjuicio de disponer la subsanación de las mismas en un plazo razonable en los casos en que no sea posible la suplencia de oficio. Además, este proceso judicial en primera instancia es dirigido por el juez especializado en lo contencioso administrativo, luego en segunda instancia es dirigido por la sala superior en lo contencioso administrativo y en la Corte Suprema cuando se interpone el recurso de casación. 6.1. El proceso contencioso administrativo como vía idónea frente al cuestionamiento de resoluciones judiciales El Tribunal Constitucional ha precisado que el hecho de que los jueces del proceso contencioso administrativo hayan aplicado los criterios que el propio Tribunal ha establecido a través de la STC N.° 4762-2007-PA/ TC, para resolver la demanda que puedan presentar los recurrentes en la vía del proceso contencioso administrativo, no resulta inconstitucional o arbitrario en la medida que la motivación en la que sustentaron su decisión se basa en los medios probatorios que se presenten en dichos actuados; como por ejemplo, en el Expediente N.° 00838-2014PA/TC, la recurrente interpuso la demanda de amparo contra la resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, quien había tomado en cuenta para su decisión, una resolución administrativa por la cual se había responsabilizado a la recurrente por haber demostrado falta de idoneidad en su desempeño funcional, asimismo, donde su conducta se subsumía en la infracción contenida en el artículo 23, inciso d, del Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público, Resolución N.º 071-2005-MP-FN-JFS. Tal como se observa, la decisión (resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura) se fundamenta en una resolución administrativa; por esas razones se evidencia que la recurrente lo que pretendió fue cuestionar lo decidido en una resolución administrativa en un proceso de amparo, materia del presente análisis, situación que no resulta amparable a través del citado proceso, dado que el amparo contra resoluciones judiciales no puede servir para replantear una controversia resuelta por los órganos jurisdiccionales ordinarios, pues no constituye un medio impugnatorio que continúe revisando una decisión que sea de exclusiva competencia de la jurisdicción ordinaria. En tal sentido, el amparo contra X 2 resoluciones judiciales será improcedente cuando se evidencien vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado1; presupuesto que en el presente caso no se ha acreditado. Asimismo, el Tribunal Constitucional ha determinado qué significa que el amparo sea considerado como proceso subsidiario y excepcional. El proceso de amparo solo atiende requerimientos de urgencia (STC N.º 4196-2004-AA/TC) y cuando las vías ordinarias no sean idóneas, satisfactorias o eficaces para la cautela del derecho (STC N.º 2006-2005-PA/TC). En consecuencia, si el demandante dispone de un proceso cuya finalidad también es la protección del derecho constitucional presuntamente lesionado, siendo igualmente idóneo para tal fin, entonces debe acudir a dicho proceso2. De otro lado, también es válido recordar que dicha causal de improcedencia será aplicada siempre y cuando existan otros procesos judiciales que en la práctica sean rápidos, sencillos y eficaces para la defensa de los derechos que protege el proceso de amparo3. En caso contrario, es obvio que el proceso de amparo constituye la vía idónea y satisfactoria para resolver la controversia planteada. Por ello, en la STC N.º 13872009-PA/TC, se señala que “La urgencia de tutela tiene que ser valorada por el juez en el caso concreto, teniendo en consideración las circunstancias del caso y la situación de la persona, eventualmente afectada o amenazada con la acción u omisión”. De las sentencias precitadas, es claro que en el presente caso debe determinarse si el otro proceso (el ordinario) no cumple con la característica de urgencia, que define al proceso de amparo y que debe estar plenamente evidenciado en el caso concreto; y es el demandante quien tiene la carga de la prueba para justificarlo. Así, podemos concluir que el proceso de amparo es un proceso de tutela urgente y rápida en tanto se trata de proteger los derechos fundamentales, valores especialmente relevantes en nuestro ordenamiento jurídico. En cambio, el proceso contencioso administrativo es un proceso que tiene por finalidad el control jurisdiccional de los actos de la administración pública, resguardando que los mismos guarden el debido respeto por la Constitución y las leyes así como por los derechos de los administrados. Es un proceso de naturaleza más compleja en el que se revisa lo ya actuado en la vía administrativa, con la presencia de una estación probatoria y la intervención del Ministerio Público. Por tanto, el Tribunal Constitucional, en el citado Expediente N.° 00838-2014-PA/TC, estimó conveniente reiterar que el proceso de amparo no resulta idóneo para cuestionar la imposición de una sanción de multa como ocurre en el caso de autos que, como antes quedó dicho, no supone un supuesto de requerimiento de tutela de urgencia ni tampoco entraña la posibilidad de incurrir en un perjuicio irreparable, por tanto, la demanda se declaró improcedente interpuesta por la recurrente en estricta aplicación del artículo 5.2 del Código Procesal Constitucional. 1 Inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional. 2 Expediente N.° 04650-2011-PA/TC, FJ N.º5. 3 CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “El amparo residual en el Perú”, En: Justicia Constitucional, Revista de Jurisprudencia y Doctrina, año I, N.º 2, Lima, agosto-diciembre, 2005, p. 71. Actualidad Gubernamental N° 83 - Setiembre 2015 El proceso contencioso administrativo es considerado como primer nivel de protección de los derechos fundamentales (RTC N.° 00923-2012-PA/TC, fundamento 6) y, por tanto, tal como lo ha planteado la entidad emplazada refiriéndose a la aplicación del artículo 5, inciso 2, del Código Procesal Constitucional, es una vía específica y satisfactoria para dilucidar la presente controversia; este Colegiado, en vista de la gravedad de los hechos denunciados y de su relevancia constitucional, estima pertinente que las afectaciones invocadas sean analizadas en el presente proceso. Tal como sucedió en la STC N.° 00228-2009-PA/TC, se dejó dicho que “cuando exista un tema de relevancia constitucional que requiera un pronunciamiento en la jurisdicción constitucional, sea por motivos de ausencia de pronunciamiento o de deficiencias, incoherencias y contradicciones en la misma, la vía procesal del amparo se convierte en la vía que debe activarse para la resolución de la controversia constitucional suscitada”4. En conclusión, señalamos que el establecimiento de un amparo residual ha surgido como una exigencia de la realidad concreta, para corregir situaciones anómalas que desnaturalizaron y desprestigiaron este proceso constitucional. Para lograr que el amparo constituya positivamente un proceso de tutela de urgencia de derechos fundamentales, conferido de celeridad y carácter sumario, era ineludible renunciar el amparo alternativo y consagrar su naturaleza residual y excepcional. 6.2. Análisis de la jurisprudencia: ¿la jurisdicción contencioso administrativa o la jurisdicción constitucional? Ahora bien, se han presentado alguna dudas respecto a la jurisdicción aplicable al cuestionamiento de resoluciones judiciales, pues la disyuntiva de acceder al proceso de amparo o al proceso contencioso administrativo. Ante tal situació –como se ha explicado en el desarrollo del presente comentario– en el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional consagra la residualidad del amparo al indicar que será improcedente cuando “existan vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado”. En este sentido, la labor a realizar –antes de optar por una u otra–, será identificarlas como tales. Para tal fin, la revisión de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional nos proporcionará los elementos necesarios que nos ayuden a comprender la correcta aplicación de la jurisdicción del contencioso administrativo o la jurisdicción constitucional. Por ejemplo, en el Expediente N.° 008382014-PA/TC, se inició con el recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Rocío Angélica Vences Gonzales, en adelante recurrente, contra la resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, que confirmó la resolución que rechazó inicialmente la demanda de autos; y que con fecha 12 de junio de 2013, la recurrente interpone la demanda de amparo contra la Oficina Desconcentrada de Control Interno del Ministerio Público, Piura-Tumbes, 4 Expediente N.° 04293-2012-PA/TC, FJ N.º3. Área Derecho y Procedimiento Administrativo representada por don César Rodolfo Aguilar Cosme, solicitando que se declare la nulidad de la Resolución N.º 047-2013-MP-ODCIPiura-Tumbes, de fecha 1 de febrero de 2013, que le impuso una multa del 5% del haber básico mensual que percibe en su condición de Fiscal Adjunta Provincial de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Piura. Pues, precisamente, la recurrente señala que la resolución cuestionada no ha cumplido con establecer de manera clara y concreta la norma con rango de ley que presuntamente habría infringido en su condición de Fiscal Adjunta Provincial, pues si bien se le había responsabilizado por haber demostrado falta de idoneidad en su desempeño funcional asimismo, se precisa que su conducta se subsume en la infracción contenida en el artículo 23, inciso d, del Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público, Resolución N.º 071-2005-MP-FN-JFS; es decir, que la decisión se fundamenta en una resolución administrativa, vulnerando con dicha acción el principio de legalidad administrativa, previsto en el artículo 230, inciso 1, de la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley N.º 27444. Además, aduce que la resolución impugnada adolece de dos vicios de nulidad insubsanables que afectan el derecho al debido proceso en su aspecto sustantivo, a saber: a) que no se fundamenta en una norma con rango de ley, y, b) que además se le sanciona con una norma reglamentaria emitida por la propia Fiscalía de la Nación. En el mismo orden de ideas –aún bajo el ejemplo del Expediente N.° 00838-2014PA/TC– mediante resolución de fecha 19 de junio de 2013, el Juzgado Mixto de Castilla declaró la improcedencia liminar de la demanda, por considerar que al cuestionarse una resolución administrativa emitida por el órgano de control de una entidad pública, la vía procesal específica e igualmente satisfactoria para este tipo de pretensiones es la contencioso-administrativa; y que, en consecuencia, le es aplicable el artículo 5.2, del Código Procesal Constitucional. Por su parte, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura confirma la apelada, estimando que la materia versa sobre la imposición de una sanción a la demandante, quien se encuentra bajo el régimen de la actividad pública, lo que constituye un conflicto jurídico individual respecto a actuaciones administrativas; que, por lo tanto, la vía idónea para ventilar la pretensión es la contencioso-administrativa por ser específica e igualmente satisfactoria para la protección de los derechos constitucionales invocados. Otro ejemplo, podemos citar al Expediente N.°1417-2005-AA/TC, referido al derecho a la pensión, donde el Tribunal Constitucional estableció que “la vía idónea para dilucidar los asuntos pensionarios que no versen sobre el contenido directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión, es el proceso contencioso administrativo”. Equivalentemente, en el Expediente N.° 02062005-AA/TC, el Tribunal Constitucional señala que si se trata de la invocación de derechos laborales de trabajadores sujetos al régimen laboral del sector público –como despidos, impugnación de adjudicación de plazas, desplazamientos, reasignaciones o rotaciones, cuestionamientos relativos a remuneraciones, bonificaciones, subsidios y gratificaciones, permisos, licencias, ascensos, promociones, impugnación de procesos administrativos disciplinarios, sanciones administrativas, ceses por límite de edad, excedencia, reincorporaciones, rehabilitaciones, compensación por tiempo de servicios, entre otros– debía acudirse al proceso contencioso administrativo. No obstante, el Tribunal admite la posibilidad de optar por el proceso de amparo, cuando establece que “solo en defecto de tal posibilidad o atendiendo a la urgencia o a la demostración objetiva y fehaciente por parte del demandante de que la vía contenciosa administrativa no es la idónea, procederá el amparo”. De igual modo, el Tribunal Constitucional en el Expediente N.º 03459- 2009-PA/TC, señala que en el mismo supuesto en materia de pensiones, existe la posibilidad de acudir al proceso urgente (artículo 26 de la Ley del Procedimiento Administrativo General). Sin embargo, en diversas oportunidades el Tribunal Constitucional ha considerado que dicha vía no resulta igualmente satisfactoria al amparo, quedando expedita la posibilidad de acudir a sede constitucional. Igualmente, en el Expediente N.º 04521-2009-PA/ TC, el Tribunal también ha establecido que para cuestionar acuerdos societarios que afecten derechos fundamentales constituye una vía igualmente satisfactoria el proceso de impugnación (proceso abreviado) del artículo 143 de la Ley General de Sociedades. Asimismo, en el caso de derechos laborales, como son los despidos incausados, fraudulentos y nulos, el amparo es procedente para posibilitar la reposición del trabajador, tomando en cuenta determinados criterios. En los casos de despidos incausados, el Tribunal Constitucional a través del Expediente N.° 1124-2001-AA/TC, consideró que a fin de cautelar la vigencia plena del artículo 22 de la Constitución y demás conexos, se declara fundada la demanda de amparo, ya que se había afectado el derecho al trabajo y la libertad de sindicación de los demandantes, disponiendo la no aplicación al caso concreto del artículo 34, 2 párrafo del Decreto Legislativo N.° 728. Ahora bien, en el supuesto de que la demanda se trate de un “despido fraudulento”, el Tribunal Constitucional ha señalado que solo será procedente la vía del amparo cuando el demandante acredite fehaciente e indubitablemente que existió fraude, pues, en caso contrario, es decir, cuando haya controversia o duda sobre los hechos, corresponderá a la vía ordinaria laboral determinar la veracidad o falsedad de ellos. En seguida, asimismo estableció a través del Expediente N.° 0976-2001-AA/ TC que los despidos originados en la lesión a la libertad sindical y al derecho de sindicación siempre tendrán la tutela urgente del proceso de amparo, aun cuando las vías ordinarias también puedan reparar tales derechos. De igual forma, los despidos originados en la discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión, idioma o de cualquier otra índole, tendrán protección a través del amparo, así como los despidos producidos con motivo del embarazo. También, el Tribunal Constitucional, en referencia a la procedencia del amparo laboral, en el Expediente N.º 03070-2013-PA/TC, ha señalado que el proceso abreviado laboral de la nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N.º 29497, constituye una vía igualmente satisfactoria al amparo. En ese sentido, las demandas que tienen por objeto la reposición del trabajador, cuando esta se plantea como única pretensión, no podrán ser tramitadas en el proceso del amparo laboral. Además, a través del Expediente N.° 20502002-AA/TC, el Tribunal Constitucional consideró “(…) que en efecto, la demandada sancionó al recurrente conforme a las normas del Reglamento del Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú. Como se ha visto en el fundamento anterior, efectivamente autorizan al superior jerárquico no solo a imponer el arresto simple, sino que, una vez impuesta y aplicada tal sanción, esta pueda elevarse, anularse o variarse. Pero lo que se cuestiona no es que el acto administrativo reclamado se haya expedido por un órgano incompetente o, acaso, que haya sido dictado con violación de la ley o del reglamento. Lo que se cuestiona es si este es o no compatible con los derechos constitucionales, que es otra cosa sustancialmente distinta. Y es que, como en reiteradas oportunidades se ha enfatizado, en el amparo no se juzga si un acto se expidió o no de acuerdo a la ley o, acaso, con el reglamento que la desarrolla, sino, esencialmente, si aquel afecta o no el contenido constitucionalmente protegido de un derecho reconocido por la Norma Suprema5. Y es que en muchas ocasiones la legalidad de un acto administrativo no es sinónimo de constitucionalidad del mismo, ya sea porque el acto administrativo es expedido al amparo de una norma legal manifiestamente incompatible con la Constitución, o bien porque tratándose de una ley o norma con rango de ley compatible con ella, sin embargo, su aplicación riñe con la Lex Legum (…)”. De otro lado, en el Expediente N.º 026772013-PA/TC, el Tribunal Constitucional ha señalado los supuestos para identificar en qué momento nos encontramos frente a una vía igualmente satisfactoria. En consideración del Tribunal, deben tenerse en cuenta dos aspectos importantes: i) el primero de carácter objetivo, relacionado al análisis de la vía propiamente dicha; y ii) el segundo de carácter subjetivo, relacionado con el análisis de la afectación al derecho fundamental. Ahora bien, en cuanto al primer aspecto de carácter objetivo, el análisis apunta tanto a la estructura del proceso, atendiendo a si la regulación objetiva del procedimiento permite afirmar que estamos ante una vía célere y eficaz (estructura idónea), como a la idoneidad de la protección que podría recibirse en la vía ordinaria, debiendo analizarse si la vía ordinaria podrá resolver debidamente el caso que se ponga a su consideración (tutela idónea). De otro lado, en cuanto al segundo aspecto de carácter subjetivo, una vía ordinaria puede ser considerada idónea si transitarla no pone en grave riesgo al derecho afectado involucrado (urgencia como amenaza de irreparabilidad). Pese a lo mencionado, el Tribunal Constitucional ha señalado que podrá acudirse al amparo aunque exista una “vía igualmente satisfactoria” en caso de que se necesite una tutela urgentísima, atendiendo a la relevancia del 5 El resaltado es nuestro. Actualidad Gubernamental X N° 83 - Setiembre 2015 X 3 X Informe Especial derecho involucrado o la gravedad del daño que podría ocurrir6. Asimismo, el Tribunal Constitucional en el Expediente N.º 02802- 2005-PA/TC señaló que en el proceso contencioso-administrativo puede cuestionarse en general toda actuación de la administración que afecte derechos fundamentales. Por ejemplo, se estableció como precedente vinculante que para impugnar la denegatoria de las licencias de funcionamiento o la clausura de locales debe acudirse a la vía ordinaria. De forma similar, en el Expediente N.º 05090-2011-PA/ TC, antes del Quinto Pleno Casatorio Civil, el TC ha afirmado que los miembros de una asociación que vean afectados sus derechos por un acuerdo, deben solicitar su impugnación vía el proceso abreviado (art. 92 del Código Civil) y no mediante el amparo. Del mismo modo, en el Expediente N.º 001422011- PA/TC, el Tribunal cerró la posibilidad de cuestionar laudos arbitrales vía amparo, salvo supuestos excepcionales, debiendo acudir el afectado al recurso de anulación contemplado en el artículo 62 del Decreto Legislativo N.º 1071. Ahora bien, en el Expediente N.º 004652011-PA/TC, en referencia al amparo e inexistencia de una vía procedimental específica e igualmente satisfactoria para la protección del derecho a la educación invocado, el Tribunal señaló el no agotamiento de la vía previa o administrativa, para su procedencia; pues, en este caso, la caracterización del amparo como proceso subsidiario y excepcional se encuentra establecida en el inciso 2 del artículo 5 del Código Procesal Constitucional, cuyo texto dispone que no procede el proceso de amparo cuando existan vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado, salvo cuando se trate del proceso de hábeas corpus. Asimismo, en ese contexto, el Tribunal precisó que dicha causal de improcedencia será aplicada siempre y cuando existan otros procesos judiciales que en la práctica sean rápidos, sencillos y eficaces para la defensa de los derechos que protege el proceso de amparo; en caso contrario, el proceso de amparo constituirá la vía idónea y satisfactoria para resolver la controversia planteada. De la misma manera, el proceso de amparo también procederá cuando se pretenda evitar que la agresión o la amenaza se conviertan en irreparables, a pesar de que existan otras vías procedimentales específicas e igualmente satisfactorias. En ese sentido, el tribunal consideró que en los procesos judiciales previstos en el TUO de la Ley que regula el proceso contencioso-administrativo, Ley N.º 27584, no pueden ser calificados de vías igualmente satisfactorias para resolver la controversia planteada, pues en juego se encuentra la vigencia efectiva del derecho constitucional a la educación de los menores hijos de las recurrentes, al haberse decretado el cierre del Colegio Primero de Mayo, derecho este que garantiza subjetivamente el desarrollo integral de cada ser humano, así como el progreso objetivo de la sociedad en su conjunto (Cfr. STC N.º 00017-2008-PI/ TC, fundamento 2), por lo que se impone la 6 RTC Expediente N.º 00465-2011-AA/TC, FJ 4; STC Expediente N.º 02997-2009-AA/TC, FJ 5; RTC Expediente N.º 00906-2009AA/TC, FJ 9; RTC Expediente N.º 01399-2011-AA/TC, FJ 6. X 4 necesidad de dispensar una tutela urgente, fulminante e inmediata a través del proceso de amparo. Por esta misma razón, deviene también en inexigible el agotamiento de la vía administrativa. De otro lado, el Expediente N.° 009062009-PA/TC, en referencia al proceso de amparo como vía procesal idónea para tutelar derechos de las comunidades nativas y el artículo 5 inciso 2 del Código Procesal Constitucional, el Tribunal Constitucional señala que una de las causales de improcedencia del amparo se encuentra prevista en el artículo 5, inciso 2, del Código Procesal Constitucional, y alude a la improcedencia de la demanda de amparo cuando “existan vías procedimentales específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado”, argumento por el cual ha sido desestimado el presente amparo en las instancias judiciales precedentes. Se trata de la denominada cláusula de residualidad del amparo, que ha reemplazado al régimen legal de la alternatividad, anteriormente regulado por el artículo 6, inciso 3), de la derogada Ley N.º 23506. En este caso, el Tribunal señaló en qué casos una vía procedimental, por ser igualmente satisfactoria, determina la improcedencia de una demanda de amparo constitucional. Así, por ejemplo, en la STC N.º 4196-2004-PA, donde se estableció que el denominado amparo residual ha sido concebido para atender requerimientos de urgencia que tienen que ver con la afectación de derechos directamente comprendidos dentro de la calificación de fundamentales por la Constitución. En ese sentido, según el Tribunal Constitucional, el amparo es un proceso residual, merced a la regulación dispensada por el artículo 5, inciso 2 del Código Procesal Constitucional, lo que significa que la demanda planteada en esta vía resultará improcedente si es posible obtener una tutela igualmente efectiva en la vía procesal ordinaria. Ello solo sucederá si el tránsito por la vía ordinaria no acarrea el riesgo razonablemente probable de que el daño producido o por producirse en la esfera subjetiva del demandante se torne irreparable. Siendo la finalidad del proceso de amparo (y de todo proceso constitucional de la libertad), proteger los derechos constitucionales “reponiendo las cosas al momento anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional” (artículo 1 del Código Procesal Constitucional), la vía procesal ordinaria solo podría considerarse “igualmente satisfactoria” al amparo en la medida en que se encuentre en capacidad de alcanzar de modo efectivo esta misma finalidad. Es la consecución efectiva de esta finalidad el único sentido de “reparación” que resulta relevante en el ámbito de los procesos constitucionales. Y por ello, aludir al riesgo de la imposibilidad de alcanzar esa finalidad es sinónimo de aludir al riesgo de que el daño se torne irreparable en términos constitucionales. En otras palabras, como regla general, es el riesgo de irreparabilidad del daño ius fundamental causado o por causarse a la persona el que determinará que la demanda de amparo resulte procedente. A contrario sensu, la alta improbabilidad de que el referido riesgo se encuentre presente determinará su improcedencia, habilitándose el tránsito por las vías procesales ordinarias. Y si bien ello merecerá Actualidad Gubernamental N° 83 - Setiembre 2015 un análisis caso por caso, en principio, dicho riesgo se manifiesta en la prognosis razonable de que en el futuro inmediato no existirá posibilidad de reponer las cosas al estado anterior a aquel en se produjo la alegada violación o amenaza de violación del derecho fundamental. Como observamos, a lo largo de las diferentes sentencias, el Tribunal Constitucional ha venido ampliando los criterios para asumir competencia e ingresar a resolver los procesos constitucionales que cuestionan decisiones jurisprudenciales. Por ejemplo, en el Expediente N.º 3179-2004-PA/TC, el citado Tribunal estableció que se puede acudir al amparo no solo cuando una resolución es expedida en contravención al debido proceso, sino en cualquier circunstancia en que se afecte un derecho fundamental. Asimismo, en el Expediente N.º 04793-2007-PA/ TC, se declaró fundado el amparo incoado en un proceso contencioso administrativo que privó al demandante de su pensión. El amparo denunció la violación al principio de cosa juzgada, criterio que el TC recogió, corrigiendo la injusta privación que había afectado al accionante. También, en el Expediente N.º 008132011-PA/TC - Benedicto Berty Vera Sullayme contra la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se declaró fundado el amparo interpuesto contra una resolución dictada por la Corte Suprema de Justicia de la República al haberse pronunciado una Sala incompetente (el caso debió ser resuelto por la Sala Constitucional y Social y no por la Sala Civil). Así, se acogió la tesis de que la participación de un juez incompetente viola el principio del juez natural. Cabe destacar que esta defensa fue realizada en forma conjunta con otros abogados de Arequipa y el Dr. Alberto Otárola en el Tribunal Constitucional. Finalmente, en el Expediente N.º 00037-12 Scotiabank contra la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se declaró fundado el amparo interpuesto contra una resolución dictada por la Corte Suprema de Justicia de la República por haber sido resuelta faltando al deber de debida motivación. Conclusiones El proceso de amparo tutela todos los demás derechos constitucionales no protegidos por el habeas corpus ni por el habeas data. Como se puede apreciar, su ámbito de protección es considerablemente mayor que los demás procesos constitucionales. Por esa razón es que la actual jurisprudencia permite evidenciar que es el proceso constitucional más recurrente por quienes se consideran quebrantados en sus derechos fundamentales. La jurisprudencia unánimemente ha entendido que se trata de un proceso de carácter urgente o subsidiario a los procesos ordinarios previstos por el ordenamiento jurídico como es el caso del contenciosoadministrativo, por tanto; no debe operar como una “panacea”, que reemplace a otros procesos que permiten obtener un mismo resultado de satisfacción a las pretensiones de quienes se sientan afectados en sus derechos constitucionales.