ARISTÓTELES LA ÉTICA A NICÓMACO Ἠθικὰ Νικομάχεια RESUMEN DE LOS TEXTOS DE PAU Ética a Nicómaco, Libro II, 4,6; Libro X, 68; CONCEPTO DE VIRTUD El libro II de la Ética a Nicómaco está dedicado a la definición de la virtud. Comienza apuntando la idea de que la virtud no es innata ni espontánea en el ser humano, sino que es el resultado del esfuerzo y hábito continuado a lo largo de su vida. Sólo nacemos con la capacidad de ser virtuosos. El hábito engendra la costumbre (el ethos), el modo de ser de una persona, que se expresa por sus acciones (praxis) su conducta en relación con los demás. En otras palabras, nos hacemos buenos, generosos, moderados y justos practicando la bondad, la generosidad, la moderación y la justicia con los demás. En griego el término virtud, arete, está relacionado con el poder, la excelencia del carácter, la energía o capacidad que nos ayuda a perfeccionarnos y desarrollar nuestras capacidades. La virtud es precisamente esta capacidad que nos permite buscar el bien que nos sea propio, que nos ayuda a perfeccionarnos en todo y no sólo en el ámbito moral. Con Sócrates y Platón, la virtud se circunscribió al ámbito moral, y se refirió a las acciones humanas y el conocimiento. Desde un intelectualismo moral estos filósofos proponían educar a los ciudadanos para que pudieran distinguir entre lo bueno y lo malo y evitar conductas indeseables, producto de la ignorancia más que de la intención o pasiones del propio sujeto. Aristóteles desarrolla una teoría de la virtud que tiene en cuenta aspectos racionales y emocionales en el ser humano, por lo que habrá que establecer dos tipos de virtud. Distingue entre virtudes. La VIRTUD ÉTICA, que se adquiere por la costumbre, y la VIRTUD DIANOÉTICA, que surge y se desarrollar a través de la enseñanza, requiere tiempo y experiencia. CAPÍTULO IV LAS ACCIONES Y LAS DISPOSICIONES DE LAVIRTUD En su análisis de la virtud y el modo en cómo podemos ser virtuosos, Aristóteles indica como carácter esencial el hecho de que las virtudes requieren el ejercicio práctico y no exclusivamente el conocimiento. Si la virtud se adquiriera por el conocimiento: ¿de qué tipo sería éste? En su clasificación de los distintos tipos de saberes distinguía: Saber productivo (tecné) que se identifica con la técnica o arte. Es un saber orientado a la producción de objetos siguiendo determinadas reglas. Saber práctico ( praxis) que consiste en saber actuar o comportarse de modo más conveniente. Ejemplos de estos saberes son la prudencia en el actuar (virtud ética), la racionalidad (virtud dianoética) y la política. Saber contemplativo (teoría, ciencia) cuyo fin es el saber en sí mismo. Por ejemplo, la metafísica. En los saberes productivos, lo que en el texto denomina artes, es necesario un conocimiento previo que pueda producir el objeto ( el arquitecto tiene que saber construir casas, el escultor esculpir estatuas, o el médico diagnosticar y aplicar terapias convenientes ) En los saberes prácticos, en lo que se refiere a la conducta humana desde un enfoque moral y centrándose en las virtudes morales, se requiere no especialmente conocimiento, sino estas condiciones: 1. El sujeto tiene que ser libre y consciente de sus actos (para poder calificar su conducta como moral) Departamento de Filosofía Página 1 2. La voluntad o esfuerzo que pone el sujeto en la práctica de la virtud. Ser buenos requiere una disposición permanente por practicar la bondad. De nada sirve conocer la teoría que nos ayuda a ser mejores, sino hay una práctica real y continuada resultado de la voluntad e iniciativa personal del sujeto que quiere ser virtuoso. Con esta afirmación rechaza el intelectualismo moral que nos convertía en virtuosos simplemente porque nos enseñaban a serlo. La educación ética pasaría a ser a un adiestramiento como el que hacemos cuando a aprendemos a tocar un instrumento o nos entrenamos físicamente para una competición deportiva. La virtud requiere elección racional y el ejercicio constante de la misma. CAPíTULO V LA VIRTUD Y EL HÁBITO En este capítulo Aristóteles aborda la investigación sobre qué sea la virtud, partiendo de un análisis exhaustivo del alma humana. Es evidente que la virtud está relacionada con alma ya que es la que nos permite decidir y actuar. Por ello es necesario describir cómo funciona y que características posee el alma humana para determinar qué sea la virtud Tres son las acciones que pueden aparecer en el alma según Aristóteles: 1. Pasiones, que son afectos acompañados siempre de dolor o de placer. Por ejemplo, el amor. 2. Potencias o facultades, capacidades del sujeto para experimentar emociones 3. Hábitos, formas de comportamiento en relación las pasiones que les afectan. Por ejemplo, seremos generosos con los demás si lo hacemos de forma mesurada, atenta, moderada, y lo haremos mal cuando despilfarramos por exceso o no somos dadivosas con los demás. Las virtudes no son pasiones ni potencias, sino hábitos. Las pasiones son dadas por naturaleza, nacemos con la capacidad de sentir y en este sentido no las elegimos. Somos bueno o malos según el modo en cómo reaccionamos a estas emociones. Las potencias o facultades del sujeto también las poseemos de forma natural. Pero no tenemos la facultad de ser virtuosos o viciosos, sino que lo somos en función de cómo ejercitemos estas capacidades. En definitiva, las virtudes son hábitos porque no proceden de una disposición innata y natural del ser humano por ser comportarse bien o mal, sino más bien de una decisión consciente y libre que surge de la propia voluntad del sujeto y que se establece a través de conducta elegida. Nos hacemos buenos si decimos actuar así de forma rutinaria. ¿Por qué el ser humano tiene dificultades en ser virtuoso? Para ello Aristóteles relaciona las funciones del alma humana y el modo en cómo pueden influir en la conducta humana. Tres son las partes del alma: 1. La parte vegetativa, que compartimos con todos los seres vivos y que cumple funciones relacionadas con la subsistencia. 2. La parte sensitiva, común también a los animales, y relacionada con la capacidad de sentir y de moverse. 3. La parte racional, exclusiva del ser humano y por la cual podemos pensar. Las virtudes éticas están relacionadas con la parte sensitiva, las emociones influyen en nuestra conducta y en ocasiones no nos permiten elegir correctamente. Las virtudes dianoéticas, proceden de la parte intelectual y se refieren al modo en cómo desarrollamos y perfeccionamos nuestra capacidad racional. El conflicto ético se muestra siempre cuando hay interferencias entre nuestro pensar y nuestro sentir. La parte racional es la que debe decidir y controlar nuestra conducta asociadas a emociones convenientes que garanticen un buen equilibrio entre lo que pensamos, lo que hacemos y cómo lo hacemos. La definición de la virtud como término medio ( to meson) que nos ofrece Aristóteles establece el modo en cómo podríamos llegar a ser virtuosos. Departamento de Filosofía Página 2 CAPÍTULO V LA DEFINICIÓN DE VIRTUD Naturaleza y modo de ser virtuoso Una vez establecido que la virtud es un hábito, la siguiente cuestión es determinar qué tipo de hábito sea. Aristóteles retoma la acepción originaria de la arete: la realización de las funciones propias de cada ser. De este modo el ser convertiría en virtuoso si posee el hábito que le permite desarrollar bien su función que le es propia. Estaría relacionada con la eficiencia para conseguir el fin propio que posee la virtud. Cuando afirmamos que algo es virtuoso nos referimos a que cumple bien sus funciones o desarrolla las propiedades naturales que el objeto posee (el ojo funciona excelentemente cuando nos permite ver correctamente). De acuerdo con esta concepción una primera aproximación a qué sea la virtud vendría definida como el conjunto de hábitos humanos conforme a los cuáles se hacen bien las obras , que le son apropiadas. Una conducta virtuosa sería una conducta moderada por la razón, aquella que se ajusta al término medio, sin caer en el exceso o en el defecto. La virtud como término medio no ha de entenderse en términos matemáticos, objetivos y abstractos, sino siempre en relación con nosotros. Las acciones humanas dependen siempre de las condiciones particulares de cada sujeto y de sus circunstancias personales. Así por ejemplo, el atleta Milón de Crotona era alimentado de una forma excesiva para nosotros pero no para él. Este famoso ganador de los Juegos Olímpicos del siglo VI a.C. comía diariamente ocho kilos de carne y de pan, y bebía 10 litros de vino. La ética debe ayudar al ser humano a establecer un equilibrio entre su conducta y sus pasiones. La virtud ética consistirá en mantener una conducta moderada, prudente, racional y orientada al término medio en las pasiones y las acciones, en las cuales el exceso o el defecto son siempre inapropiados. Queda establecido que la virtud es un término medio entre dos conductas viciosas, la una por defecto y la otra por defecto. La valentía es una virtud que se sitúa entre la temeridad y la cobardía, la generosidad entre ser pródigo y tacaño…etc. Desde éste punto de vista, es posible siempre describir las conductas virtuosas, ya que sólo hay una manera de ser bueno y muchas de ser malo. El término medio entre dos extremos está claramente definido y determinado, y es difícil de alcanzar porque equivocarse es fácil. De ahí que sólo a través del habito continuado de la virtud y a lo largo de toda una vida una persona puede llegar a ser buena, honesta, justa, prudente. Concluye Aristóteles con una nueva definición de virtud: “Es un hábito peculiar que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello que se origina en la demarcación del prudente”. Es decir, la virtud ética es una disposición a decidir el término medio adecuado para nosotros, conforme al criterio que seguiría un hombre prudente, inteligente y con experiencia de la vida. Aunque hemos distinguido las virtudes éticas de las dianoéticas, en la práctica el ser virtuosos requiere de una virtud intelectual: la prudencia o la sabiduría orientada a la acción. Ser prudente requiere no sólo conocimiento sino también experiencia. Cuando actuamos nuestras elecciones requieren una reflexión previa sobre las consecuencias de nuestra conducta, seguir el modelo de personas más experimentadas y prudentes que nos puedan aconsejar. Hay que añadir también otros matices en esta teoría de la virtud como término medio. Desde un enfoque ontológico la virtud es la disposición intermedia entre el exceso y el defecto. Pero cuando nos referimos a lo axiológico, a la valoración moral de la conducta, habrá que afirmar que la conducta virtuosa siempre es mejor posible para todo ser humano. Es el grado extremo de perfección que puede alcanzar un ser humano. Por otra parte, no todas las acciones humanas admiten un término medio. Si se es malo, injusto, tacaño, mentiroso no se puede admitir término medio. Sería absurdo decir que se ha sido medio injusto, más o menos malo, o se ha expresado media mentira. Departamento de Filosofía Página 3 Ética a Nicómaco, Libro X, capítulo 6 y 8; CONCEPTO DE FELICIDAD CAPÍTULO VI EL CONTENIDO DE LA FELICIDAD En el libro X Aristóteles desarrolla su teoría sobre la felicidad humana. Propone una concepción de la felicidad no compartida ni siquiera por sus coetáneos. Para él la felicidad perfecta se halla en el pleno desarrollo de nuestra vida racional mediante la contemplación y la consideración de las cosas. Es lo que se llama una felicidad contemplativa, intelectual: la felicidad procede del placer que procede del pensar y del aprender. Aunque admite finalmente que existen otros modos de felicidad que también son deseados y buscados por los hombres, y que le permiten ser felices en las tareas que desempeñan. Si sólo pudieran ser felices los filósofos, que disfrutan de una vida contemplativa, los demás mortales no podrían nunca alcanzar esta sensación de bienestar y de disfrute con la vida que llevan. Así que hay formas de ser felices imperfectas, mas mundanas que tienen que ver con el desarrollo individual de las potencialidades no exclusivamente intelectuales. Eudaimonía, felicidad, significaba etimológicamente ser favorecido por la fortuna, por un buen demonio, tener suerte. Aristóteles utilizará este sentido cuando habla de la buena o mala fortuna a la hora de ser feliz (por las circunstancias personales que la condiciona: padecer enfermedades, ser pobre, etc.). Pero en general, para Aristóteles ser feliz significa llevar una vida buena, agradable. La ética de Aristóteles es eudemonista y teleológica. Tiene como fin establecer en qué consiste la felicidad y el modo en cómo podemos alcanzarla, ya que da por supuesto que todo lo que hacen los seres humanos lo hacen en vista a un fin, un bien que en el caso de la moral se identifica con la felicidad. Otra cuestión a debatir sería determinar en qué consiste la felicidad, y de qué tipo de vida deberíamos llevar para ser felices. Porque para algunos la felicidad consiste en experimentar placer y evitar o mitigar los sufrimientos, para otros el poseer dinero y muchos bienes materiales, otros ambicionan el poder y los honores. Si se quiere hacer una investigación rigurosa sobre este tema habrá que establecer previamente qué características posee el ser humano. Sobre la felicidad Aristóteles establece que La felicidad no es un modo de ser, sino una actividad. La vida humana viene determinada no por nuestros estados sino por nuestras conductas que siempre se orientan según fines. Son nuestras acciones las que nos hacen felices o desgraciados, y siempre se orientan hacia la consecución del máximo bien. La felicidad es un fin en sí mismo, no un medio para alcanzar otra cosa. El fin último del ser humano es la felicidad, es deseada por sí mismo, meta última a conseguir. Hay que examinar qué tipo de vida o de actividades nos ayudarán ser felices, y examinar qué es lo que hacen los seres humano para lograrlo: o La felicidad no consiste en una vida dedicada a los placeres del cuerpo o a la diversión, ya que estos al final nos arruinan físicamente y nos esclavizan. Nadie acordaría en que la diversión es algo valioso en sí mismo, ya que nos sirven para relajarnos, descansar , para el ocio después del trabajo. Pero aspirar a una vida ociosa permanente ya que es un medio para alcanzar otra cosa. Este tipo de vida es propia de esclavos, no de hombres libres. o La felicidad consiste en llevar una vida virtuosa. La virtud es aquella conducta eficiente o excelente que realiza la función del hombre en cuanto tal. La naturaleza específica del ser humano es la racionalidad, que procede de su alma racional. De este modo la vida feliz más perfecta sería aquella en la que el ser humano desarrolla y pone en práctica sus propias cualidades. Una vida feliz es una vida virtuosa que se ajusta a la razón. Aquí Aristóteles utiliza el concepto de virtud dianoética, porque precisamente son las que permiten la perfección de lo específico del ser humano: su capacidad de pensar. De ahí que la actividad contemplativa es la mejor actividad que proporcionaría al hombre la felicidad perfecta. La vida contemplativa, del filósofo, permite desarrollar la parte más excelsa del ser humano, y constituye el fin último del hombre. Departamento de Filosofía Página 4 CAPÍTULO VI LA FELICIDAD PLENA A continuación Aristóteles defienden la esta concepción extrema de la felicidad asociada a la vida intelectual: Es la actividad más excelente, perfecta y feliz a la que puede aspirar un ser humano, y la que nos permite alcanzar la sabiduría. Esta consistiría en captar los axiomas de las ciencias (enunciados autoevidentes) a través de la intuición intelectual (nous), y por otro, en realizar demostraciones correctas a partir de los principios, gracias a la episteme. Es la actividad más placentera, ya que produce un placer puro, intelectual y no relacionado con los placeres del cuerpo. El mayor goce que un ser humano puede conseguir es a través de la investigación. Es la actividad más autárquica, ya que no requiere la relación con otros seres humanos. Es una actividad individual y autosuficiente Es la única actividad que es amada y elegida por sí misma, posee un valor intrínseco. Otro tipos de actividades y vidas se desean no por si mismas sino para conseguir otras cosas. La vida del militar, del político aspira a fines externos de los que dependen: buscan la paz, los honores, el poder Una vida dedicada a pensar e investigar dotaría al ser humano de la máxima felicidad, y sería una vida propia de los dioses. Es un modelo ideal al que todo ser humano debe aspirar, o por lo menos esforzarse por ejercitarse en el desarrollo de su capacidad racional, ya que es lo que más le define como ser humano y por lo que podrá ser plenamente feliz. CAPÍTULO VIII ARGUMENTOS A FAVOR DE LA VIDA CONTEMPLATIVA Hemos visto que el ser humano no puede aspirar a la felicidad absoluta, pero si a una felicidad relativa, más imperfecta. Esta felicidad consiste en poseer ciertos bienes corporales (salud, bienestar físico) y bienes exteriores (riquezas o un mínimo de subsistencia) y en actuar de acuerdo con las virtudes del carácter, es decir, las virtudes éticas. La vida humana de acuerdo con la práctica de las virtudes éticas es feliz siempre de una manera secundaria o relativa, ya que las actividades que se corresponden tienen que ver con las otras partes del alma humana y con su cuerpo, y por tanto, están relacionadas con las emociones y su control. Varias son los motivos que expone Aristóteles: 1. Las virtudes éticas se relacionan con la parte sensitiva y volitiva del ser humano, con su carácter, con el modo de actuar habitual de una persona. 2. Las virtudes éticas tienen que ver con las pasiones , con los sentimientos y con las emociones 3. Las virtudes éticas tienen que ver con la prudencia (phrónesis), que es una virtud dianoética práctica, gracias a la cual podemos, entre otras cosas, elegir correctamente el término medio relativo entre nosotros en el que consiste la virtud. 4. Las virtudes dianoéticas o intelectuales, que se relacionan exclusivamente con la parte racional del alma humana, son casi divinas, y no dependen de bienes externos o materiales. De este modo Aristóteles admite que la felicidad humana se consigue mediante una combinación de vida intelectual y contemplativa y de vida virtuosa, porque el ser humano no solo piensa, sino también actúa, produce y vive en sociedad. La felicidad basada en una vida contemplativa sigue siendo deseable y considerada la forma más perfecta de felicidad, ya que se asemeja a la vida de los dioses, y la vida contemplativa es la vida que más dignifica al hombre. Aquel hombre que ejercite más su pensamiento será más feliz, ya que desarrolla más su propia naturaleza, y perfecciona su parte racional. Ahora bien, hay que admitir que el ser humano no es exclusivamente razón, sino que es necesario añadir otros elementos que son imprescindibles para ser felices. Tres son los requisitos necesarios: 1. Sabiduría. Una vida contemplativa reforzada por el ejercicio de las virtudes dianoéticas. 2. Prudencia en la acción. Una vida virtuosa regida por la práctica de las virtudes éticas. 3. El disfrute moderado de los bienes indispensables para la vida humana (el alimento, salud, una cierta fortuna, la amistad. En esta concepción de la vida buena sigue a los viejos maestros como Anaxágoras y Solón, quienes afirmaban que la felicidad humana radicaba en la sabiduría y en la virtud, y no en los bienes materiales, el poder o la riqueza. Departamento de Filosofía Página 5 Aristóteles termina su discurso exponiendo las ventajas del sabio frente al resto de los seres humanos, ya que los dioses los prefieren a ellos porque comparten su dedicación a la vida intelectual. Al ser inteligencias puras encuentran afinidad con los filósofos pues se siente identificados con ellos, y por ello, disfrutan del favor divino y gozan de una vida más dichosa que la de cualquier otro hombre. ARISTÓTELES POLÍTICA POLÍTICA , Libro I capítulo 1-3 CAPÍTULO I LA COMUNIDAD POLÍTICA Y LA COMUNIDAD FAMILIAR Comienza Aristóteles estableciendo los fines por los que se constituye cualquier ciudad. En este sentido Aristóteles aplica el mismo enfoque teleológico como ya lo hiciera en la ética. Todas las comunidades pretenden algún bien, y este tiene que coincidir con el bien superior que es deseado por todos los hombres: la felicidad. El Estado se constituye con un único fin: que todos los hombres puedan ser perfectamente felices creando las condiciones adecuadas, materiales y morales, para que se pueda lograr este objetivo común. Así la ética se subordina a la política, pero está es inviable sin la coparticipación de todos los individuos en la sociedad. La felicidad no es un asunto individual, sino social. A lo largo de la historia ha habido distintas formas de organización política, pero lo que se trata es de averiguar cuáles son los elementos comunes que tienen todo Estado y las diferencias que se pueden dar. CAPÍTULO II ORIGEN Y DESARROLLO DE LA CIUDAD, FAMILIA, ALDEA, Y CIUDAD. EL HOMBRE COMO ANIMAL CÍVICO El filósofo parte de una concepción naturalista del origen de la sociedad. Los seres humanos son seres sociales por naturaleza, por lo que la vida humana en comunidad es un hecho natural, que comienza por la familia, los clanes, la aldea y la polis. Estas son las principales formas de organización social que se establecen de acuerdo a las funciones que desempeñan. La familia es la primera forma de vida en comunidad. Al igual que los animales, es necesario que el hombre y la mujer se emparejen con vista a la reproducción y perpetuación de la especie. Es natural esta tendencia a emparejarse y no es algo establecido de forma convencional, sino que obedece al instinto de la procreación. En la relación hombre y mujer, es el hombre quien asume el mando y el gobierno, ya que está en su propia naturaleza la de dirigir y en la de la mujer la de someterse. Por naturaleza el hombre es superior a la mujer y debe dominarla. Otra forma de asociación es la mantenida entre el amo y el esclavo, cuya relación de subordinación y protección se fundamenta en algo tan natural como es el instinto de protección. Del mismo modo que ha hombres libres, también los hay que nacen esclavos y esta condición natural y no impuesta genera una relación de complementariedad. Aristóteles reproduce un modelo de sociedad en que: El hombre griego es el hombre libre, inteligente, con capacidad para tomar decisiones y gobernar a su propia familia compuesta de mujer, hijos y esclavos, quienes por naturaleza tienen cualidades inferiores y funciones diferentes. La mujer tiene la obligación de procrear y el esclavo de colaborar en el mantenimiento de la casa, Departamento de Filosofía Página 6 realizando trabajos manuales. Ambos no tienen capacidad para crear una comunidad sino que dependen del hombre y por tanto, pertenecen a la misma categoría. La esclavitud era considerada por los griegos como algo natural, y no como algo convencional que defendían los sofistas. Los bárbaros eran los esclavos en una civilización dominada por los griegos. Hay que entender la justificación que hace Aristóteles de la esclavitud, en una sociedad donde era considerada una institución universal. No obstante la relación entre amo y esclavo era cordial y afable por norma general. Los amos daban un buen trato a sus esclavos e incluso a su muerte les otorgaban la libertad. Así las familias o comunidades familiares (clanes) sirven para satisfacer las necesidades cotidianas de sus miembros. Cuando se unen varias familias se forman las aldeas orientadas a cubrir otras necesidades. La asociación de varias aldeas da lugar a la ciudad o polis, en donde se dan las condiciones para la vida autosuficiente. En las ciudades, concebidas como Estados, se satisfacen las necesidades básicas para la supervivencia y se establecen los fundamentos de una convivencia destinada a conseguir para todos los ciudadanos una vida buena, esto es, feliz. El vivir bien en la ciudad comprende dos tipos de actividades: la actividad moral y la actividad intelectual. La ciudad ofrece a los individuos una más amplia variedad de relaciones sociales para ser virtuosos, y de igual modo promueve la actividad racional ya que la división del trabajo y el contacto con otros pensadores favorece el desarrollo intelectual. Así pues vemos como la ciudad existe por naturaleza, quien a su vez se constituye a partir de las familias y las aldeas, y estas son la expresión perfecta donde los individuos pueden alcanzar su pleno desarrollo. El hombre es un animal política ( zoom politikon), social, cívico. Esto significa que es inconcebible que pueda vivir al margen de la sociedad. Su hábitat natural es la ciudad, y como tal es dónde puede desarrollarse íntegramente. Tres son las causas por las que no viviría en sociedad: o se le ha apartado de ella momentáneamente, es una bestia, o es tan sabio como un dios y no necesita nada de los demás. Pero lo normal es que el hombre viva en sociedad. Dos son las características que describen esta sociabilidad innata y diferencia al ser humano de los animales. Por una parte, el lenguaje, su capacidad de comunicarse y su dimensión moral. Hay animales gregarios como las abejas que viven en comunidad, pero el hombre utiliza el lenguaje para vivir racionalmente, comunicarse sus emociones y establecer normas de vida conforma a criterios morales. Otro rasgo característico del Estado es que se organiza mediante la Constitución, una normativa que regula la forma de vida de los ciudadanos. La siguiente cuestión que va abordar Aristóteles es establecer si el Estado es anterior al individuo o este al Estado. La tesis organicista va a prevalecer la tesis de que el Estado necesariamente es anterior de forma natural al individuo. Todos nacemos ya en una polis organizada, aunque esta no tiene sentido sin la presencia de los ciudadanos que la habitan. Así el todo y las partes no pueden separarse más mentalmente, ya que por definición el individuo es social por naturaleza, nace en una comunidad ya configurada. Pero ésta no puede subsistir sino estuviera compuesta por seres humanos. CAPÍTULO III LA ADMINISTRACIÓN DE LA SOCIEDAD FAMILIAR Y AL TEORÍA DE LA ESCLAVITUD En este capítulo Aristóteles aborda el tema de la administración de la casa, de la familia y del Estado. La ciudad está compuesta por casas o familias. En la casa convivirán hombres libres y esclavos, además de la mujer y de los hijos. Por tanto hay tres tipos de relaciones distintas que se pueden dar: la relación heril (de erus, amo), la conyugal o matrimonial, y la paterno filial. Además en la casa es necesario lo que se denomina crematística, la actividad encargada de adquirir los bienes y recursos materiales. Hay dos tipos de crematística. La doméstica, encargada de buscar los recursos necesarios para desarrollar la vida en la casa, y al crematística comercial o de cambio, cuyo objeto no eran los recursos, sino el dinero. La esclavitud puede plantear interrogantes sobre el tipo de relación que se tiene que establecer entre el amo y el esclavo: ¿cómo tratar adecuadamente al esclavo? ¿es algo natural o convencional? Si se aceptara la tesis de que la esclavitud es algo natural entonces la naturaleza y condición del hombre libre y del hombre esclavo sería la misma, y sería una relación injusta basada en el derecho impuesto por la fuerza. En el siguiente capítulo, Aristóteles optará por defender la tesis naturalista que afirma que existen seres humanos esclavos, dado sus capacidades inferiores, y que son más bien instrumentos animados al servicio de su señor. Departamento de Filosofía Página 7