1.4. Análisis de la población activa agraria: oferta y demanda de

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tasa de un 9% anual acumulativo aproximadamente. El mantenimiento de la productividad se viene dando desde 1973, a
la vez que se ralentiza la producción a costa de una reducción del empleo, que desde 1973 al 85 se destruye al mayor
ritmo conocido en la historia reciente de Andalucía (se pierde casi el 50% del empleo existente al inicio del período).
En la década 1980/90 se pierde un 27,3% del empleo (36)
agrario de 1980.
La pérdida de empleo agrario tiene lugar en un contexto
en el que a consecuencia de la desaparición de servicios y
pequeñas industria, la especialización agraria es hoy mayor
que lo era en los años sesenta.
1.4. Análisis de la población activa agraria:
oferta y demanda de fuerza de trabajo
La evaluación estadística de las personas relacionadas con
el trabajo agrario, no resulta tarea fácil en ningún lugar de
Europa, pero en las regiones del sur con economías subordinadas como Andalucía, Italia o Portugal esta tarea aún se
complica más dada la diversidad de situaciones que se dan en
la ocupación, tanto en la relaciones contractuales como en
las intersectoriales o en la heterogeneidad de formas que
adquiere el subempleo y el trabajo sumergido en el medio
rural.
La gran dificultad desde la estadística se presenta al tratar de conocer realmente qué volumen de personas hay verdaderamente disponibles para trabajar en el sector en cada
momento, cuantas ocupa la agricultura, qué situación tienen ante la actividad, cómo se ajusta el volumen de la FT
(36) No hay que identificar la pérdida de empleo con volumen de
población activa relacionada con el sector, pues si bien se pierde
empleo en términos absolutos, se aumenta el subempleo.
91
disponible a la demanda real de trabajo existente y cuantas
personas pueden considerarse realmente desempleadas.
Estas medidas cuantitativas llevan implícitas muchas valoraciones cualitativas que se manifiestan en la formulación
de los cuestionarios que emplean para la obtención de las
mismas.
En España para el sector agrario hay que distinguir entre
las fuentes que se ocupan de la estimación de la situación de
las personas respecto a la actividad y las que se refieren a los
puestos de trabajo.
Entre las primeras destaca la Encuesta de Población Activa, los Padrones y Censos de población (hasta 1991 que ha
cambiado la estructura de los mismos respecto al tema de la
actividad), la Encuesta de Presupuestos Familiares, los registros de activos derivados de la inscripción en el Instituto
Nacional de Empleo o los derivados de la inscripción con
fines de obtener prestaciones (Mutualidad Agraria o Beneficiarios de subsidios) .
Entre las fuentes que se ocupan de los puestos están los
Censos Agrarios, la Encuesta sobre las Estructuras Agrícolas y
las estimaciones realizadas a partir de la Contabilidad Nacional por el Banco de Bilbao.
La validez de estas fuentes para la estimación de la actividad en el sector agrario ha sido motivo de controversia y
estudio por parte de distintos investigadores (M. Gaviria,
1976; J. M. Naredo, 1983; González y Garrido, 1990 (37)), sin
embargo, la validez de las mismas en lo que se refiere a la
estimación del trabajo asalariado y especialmente el eventual,
ha quedado poco definida, sobre todo después del cambio
de metodología efectuado en la EPA 87.
(37) Gaviria, M.: «La población activa agraria real en España», en
Agricultura y Sociedad, n.° 1, MAPA, 1976; Naredo, J. M.: «Reflexiones
con vista a una mejora de las estadísticas agrarias», en Agricultura y Sociedad, n.° 29, MAPA, 1983; Garrido, L. y González, J. J.: «Para la estimación de la ocupación y el paro agrario», en Agricultura y Sociedad, n° 54,
MAPA, 1990.
92
En lo que se refiere a los asalariados, Gaviria señalaba,
respecto al censo agrario de 1972, que arrojaba la cifra más
abultada de población activa agraria, pero mientras hacía
una estimación muy a la baja de los asalariados, sobrestimaba
otros colectivos.
Más tarde, Naredo en 1983 pone de nuevo en evidencia
la persistencia de esta problemática. Hace una reflexión en
torno a la diferencias existentes entre las fuentes dedicadas a
la estimación de la renta agraria y las dedicadas a la estimación de la ocupación de la población, acusando a éstas de
que muy a menudo sólo se ocupan de la actividad principal.
Por otra parte, también entra en las diferencias que se generan entre las distintas fuentes al uso, en los años ochenta
(Encuesta de Población Activa (EPA), Encuesta de Presupuestos Familiares 1980-81 (EPF), Censo Agrario de 1982) lo
que supone una barrera importante para llegar a conocer el
funcionamiento del sector.
L. Garrido y J. J. González, en un reciente artículo entran
también en esta discusión, aportando nuevos datos acerca de
los problemas de las fuentes estadísticas para el estudio de la
población agraria, aunque el punto central de la investigación que estos autores realizan gira en torno a la estimación
de las distintas categorías de la agricultura familiar, fundamentalmente el análisis de la problemática de los ayudas
familiares. A partir de los mismos, hacen una serie de consideraciones generales respecto a la estimación de la población activa, que resultan muy útiles para contextualizar la
cuantificación de la población activa asalariada y especialmente, la eventual.
Teniendo en cuenta los objetivos de esta investigación
consideramos oportuno hacer una serie de consideraciones
al respecto de las fuentes que se ocupan de la actividad
agraria.
La EPA es el instrumento de medida oficial de la actividad en España. Su perspectiva de análisis son las personas,
no los puestos de trabajo. Es la fuente más rigurosa para el
93
estudio del empleo, en cuanto a que realiza un seguimiento
transversal y longitudinal de la actividad del núcleo familiar.
Aunque tiene representatividad para el conjunto nacional y
las CC.AA., para ámbitos territoriales inferiores empieza a
tener problemas. Sin embargo, sólo recoge la actividad principal, lo que hace que sea un instrumento parcial cuando se
trata de detectar la complejidad de la actividad agrícola,
sobre todo en lo que respecta a los empresarios o el trabajo
familiar.
Desgraciadamente no se publican trimestralmente los
datos longitudinales por Comunidades Autónomas, ni los
que se refieren a la duración de la actividad, que serían muy
útiles para estudiar su evolución, sobre todo en una investigación de estas características.
Por otra parte, las modificaciones sufridas a nivel metodológico en esta fuente, configuran subseries que dificultan las
comparaciones interanuales referidas a períodos que no
coincidan con las mismas. Pese a todo esto, para el período
de referencia de esta investigación parece ser la fuente más
adecuada si se combina con los datos obtenidos de la EEA 8i
y los Censos Agrarios.
No obstante, conviene recordar que esta fuente presenta
algunos problemas respecto a los colectivos con peor situación en el mercado de trabajo, los jóvenes y las mujeres,
teniendo una fuerte tendencia a convertirlos en activos marginales o inactivos en razón de si efectuan o no búsqueda de
empleo, concepto este muy ligado a la inscripción en las oficinas del INEM, lo que para la población agraria no es habitual, a no ser que se esperen prestaciones de algún tipo derivadas de la inscripción. Por esta pauta de clasificación, las
mujeres y los jóvenes que eventualmente trabajen en la
explotación familiar o los que ocasionalmente trabajan en las
recolecciones al acompañar a las familias, o algunas de las
mujeres de «las cuadrillas» temporeras que trabajan ocupándose de la cocina y los niños, entrando en el reparto de la
renta total obtenida del trabajo, no se contemplarían en la
94
EPA como activos. Como señala J. J. González hay una «tendencia sistemática a resbalar sobre el paro encubierto y a clasificar a los "desanimados", a los parados estacionales y a los
activos marginales como inactivos».
Por otra parte, L. Garrido, Ilega a comprobar que los
criterios clasificatorios expuestos en el «Manual de Definiciones» de la EPA-76, fueron filtrados por un «Programa
de corrección de errores mediante proceso electrónico»
que no se limitaba a las pruebas de consistencia, sino que
procedía a ejecutar diversas reclasificaciones, con el agravante de sustituir los datos originales durante el proceso
informático. A consecuencia de ello, ocurre que los ayudas
familiares y los trabajadores ocasionales, que, habiendo trabajado la semana de referencia, no habían cubierto un tercio de la jornada durante los tres últimos meses y que se
consideraban, por tanto, parados, se les reclasificaba como
inactivos según la edad y el sexo. Así señala L. Garrido, se
convertía en estudiante a los que habían elegido considerarse parado, porque su actividad como ayuda familiar o
asalariado eventual no podía considerarla un trabajo... Ello
hace que en la subserie 1976-87, aumente la escolaridad en
tramos de edad de los 14 a los 17 años, y más debilmente
de los 18 a los 29, lo que explicaría las crecidas cifras de
escolaridad que ofrece la EPA respecto a otras fuentes. Por
otra parte, el «tufillo sexista» que dice L. Garrido detectar
en la asignación de las mujeres al grupo de «sus labores»,
aún cuando ellas dicen estar trabajando o buscando trabajo, supone un problema añadido para comparar la actividad interanual.
Aún con todas las limitaciones metodológicas señaladas,
la EPA es la única fuente referida a los individuos capaz de
aportar datos sobre la evolución de la actividad, la ocupación
y el paro, que permite comparar estas magnitudes sectorial o
territorialmente. Por consiguiente, partiremos de la EPA y
completaremos sus resultados con los derivados de los Censos Agrarios y la EEA$7.
95
1.4.1. La población activa en el sector agrícola andaluz
El sector agrícola sigue teniendo en Andalucía una
importante presencia en la actividad que se manifiesta en las
altas tasas relativas respecto a España, nótese (cuadro 1.6)
que siendo el porcentaje de población activa dedicada al sector agrícola en Andalucía claramente mayor al de España, en
el período que va del año 1982 al 1990 esta diferencia, no
sólo no ha disminuido, sino que incluso ha aumentado, para
caer un punto durante 1989 y 1990, debido a la atracción de
activos agrarios al sector de la construcción, en expansión
como consecuencia de las obras de infraestructuras de 1992.
Este sector en Andalucía ha seguido una evolución que se
caracteriza por un descenso de los activos agrarios en los tres
primeros años de la década de los ochenta, experimentando
una fuerte subida en los años 1984 y 1985 (quizás motivada
por la entrada en vigor del PER, que reflotó a una parte de la
población activa sumergida para las estadísticas hasta entonces) (38), y se mantiene prácticamente constante desde esos
años, en torno al medio millón de individuos, según muestran el cuadro 1.6 y la figura 1.3.
CUADRO 1.6.
EVOLUCION DE LA POBLACION EN EL SECTOR AGRICOLA
(En %)
1982 1983 I984 1985 1986 1987 1988 1989 1990
Andalucía ..
España .......
22,6
15,6
21,7
15,8
23,3
15,7
25,0
15,5
21,6
14,6
20,7
13,8
20,5
13,1
18,6
12,3
17,5
11,2
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Ac ^va.
(38) Escudero, G. en 1986 dice al respecto que fueron estos mecanismos los que hicieron que un colectivo importante de individuos se
catalogaron conceptualmente como desempleados, por más que aquellas colocaciones fueran totalmente f-icticias y encubrieran situaciones
de desempleo estructural en «Actividad, ocupación y productividad
agraria en España: un análisis de la población y el empleo», Estudios
Agro-Sociales, n.° 137, MAPA, 1986.
96
FIGURA 1.3
EVOLUCION DE LA POBLACION ACTIVA EN EL SECTOR
AGRARIO EN ANDALUCIA
Miles
500
400
300
200
100
0
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
ANOS
Activos
• - - - Ocupados
••••••••••••• Parados
Fuente: Encuesta de Población Activa. INE.
Esta tendencia de la población activa agruia en Andalucía contrasta con lo que ocurre en dicho sector para la totalidad de España, donde la población activa agraria disminuye continuadamente
a lo largo de la década, con la excepción del periodo 198^1986, a
causa de la crisis económica y la falta de empleo en otros sectores.
CUADRO 1. 7.
EVOLUCION DE LA POBLACION ACTIVA EN EL SEGTOR AGRICOLA
EN ANDALUCIA, SEGUN SU SITUACION EN EL EMPLEO (*)
Miles
1981 1982 1983 1984 1985 1986 ^9 ^ 1988 1989 1990
Activos .......... 439,1 409,4 400,8 431,4 474,4 463,0 479,4 488,1 449,4 429,1
Ocupados .... 359,8 346,0 331,7 287,5 320,4 296,1 303,8 320,5 287,9 286,6
Parados ........ 79,4 63,5 69,1 143,9 154,0 168,9 175,6 167,6 161,5 142,5
(*) Datos medios anuales en miles de personas.
(**) En este año tiene lugar la modificación metodológica de la EPA que
inicia el cómputo segregado de los trabajadores según su si[uación profesional.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa. INE.
97
CUADRO 1.8.
EVOLUCION DE LA POBLACION ACTNA
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ESPAÑA
Miles
1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990
Acúvos .............. 2.215,8 2.159,0 2.172,7 2.183,6 2.179,2 2.011,7 1.980,1 1.939,8 1.825,7 1.686,0
Ocupados.......... 2.084,6 2.040,6 2.046,2 ].964,8 1.925,9 1.743,6 1.718,2 1.694,2 1.597,9 1.485,5
Parados ............. 131,2 118,4 126,5 218,8 253,3 268,1 261,9 245,6 227,8 200,5
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa.
En Andalucía la población ocupada agraria, sin embargo,
desciende hasta 1984, estabilizándose desde esa fecha en
torno a las trescientas ^nil personas. Esto parece manifestar
una progresiva pérdida de empleo en el sector.
Los parados agrarios aumentan en el año 1984 en setenta
mil personas, manteniéndose desde entonces en torno a
ciento cincuenta mil personas, lo que representa un tercio
del total de los activos. La entrada en vigor del sistema de
subsidio agrario actuó como mecanismo de animación para
colectivos hasta entonces ignorados por las estadísticas, a lo
que se sumó la falta de expectativas de empleo a otros sectores económicos.
El balance de la década para Andalucía y España a partir
de la EPA es como sigue:
. TABLA 1.13.
DIFERENCIAS ENTRE LAS CIFRAS DE 1981 Y 1990
DE LA EPA PARA EL SECTOR AGRICOLA
Es^iaña
Activos .................
Ocupados ............
Parados ................
98
Andalucía
^iersonas
%
1iersonas
%
-529.800
-598.500
+69.300
-24%
-29%
+53%
-10.000
-73.200
+63.100
-2%
-20%
+79%
Lo expuesto hasta ahora se refiere únicamente a los activos que tienen como primera ocupación la agricultura, ya
que del resto no se ocupa la EPA. Así pues es necesario que
entremos en el análisis de las cifras que nos proporcionan las
fuentes de la demanda y las relacionamos con las de la EPA.
Para llevar a cabo esta tarea previamente es necesario
conocer la situación que tienen los activos en la ocupación
según la EPA. Para ello, hemos realizado una clasificación de
los activos a partir de la información recogida en soporte
informático para el 2.° trimestre de 1987 y 1989 (39).
1.4.2. La situación socioeconómica en la actividad agraria
Los datos oficialmente publicados de la Encuesta de Población
Activa, en lo referente a la situación profesional, no distinguen a
los trabajadores asalariados fijos de los temporales. Sin embargo,
el cuestionario modificado de 1987 introduce las pregtuttas E-5,
E-7 y E-8, en el apartado referente a características del empleo,
donde se determina el tipo de contrato (indefinido o temporal),
y, en caso de ser temporal, el motivo de que sea así (40).
Los resultados de este tratamiento de la EPA pueden
verse en las tablas que se exponen a continuación.
(39) Sólo en este trimestre se recoge información sobre el lugar de
residencia y el trabajo del año anterior.
(40) Hemos clasificado a los ac ^vos agrarios a par^r del apartado E
sobre caracteris^cas del empleo, según la respuesta a la pregunta 5 sobre
^cuál es su situación profesional? Los que en el cues ^onario respondían
que eran «empleador» se clasifican como empresarios con asalariados;
«empresario sin asalariados o trabajador independiente» como independientes; los «miembros de coopera ^vas» como coopera ^vistas; «ayuda
familiar» como ayudas familiares; «otros» como otros. A los «asalariados
en el sector público» y a los «asalariado en el sector privado» se les clasifica como fijos, si han respondido en la pregunta 7 del cues ^onario que se
refiere a^cómo es su contrato o relación laboral? «permanente a lo largo
del año», y se clasifican como eventuales, si responden que ^enen contrato «discontinuo», «temporal de aprendizaje, formación o prácticas»,
«tempor•al, estacional o de temporada», «temporal de otro ^po».
99
TABLA 1.14.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTIVOS
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ANDALUCIA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1987)
ANDALUCIA
Po blación acti va
Sector agrícola
Ocupados
N.
Parados
Total
%
N.
%
N.
%
Empresarios
con asalariados .............
Independientes ... ..........
Cooperativistas ..............
7.600
77.300
500
2,6
26,5
0,2
(**) 1.600
-
1,0
-
7.600
78.900
500
1,7
17,2
0,1
Ayudas familiares ..........
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales ..
Otros .............................
32.500
52.900
120.100
500
11,2
18,2
41,2
0,2
500
(*) 22.500
142.700
-
0,3
13,5
85,3
-
33.000
75.400
262.800
500
7,2
16,4
57,3
0,1
Total (1) ........................
291.300
100
167.200
100
458.500
100
(1) Los totales pueden no coincidir con la suma de las columnas debido a
que la EPA es una fuente muestral y ofrece cifras con un solo decimal. La aproximación redondeada puede acumularse en la suma y distorsionar el total.
(*) Se refiere a los asalariados que tenían un «contrato permanente a lo
largo del úempo» y han perdido su empleo.
(**) Se refiere a los empresarios sin asalariados o trabajadores independientes que han pasado a ser desempleados al perder esta condición, ya sea por
venta de úerras, fin de arrendamiento... etc.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Acúva, 2.4 trimestre de 1987.
Destaca el enorme peso de los asalariados dentro de la agricultura andaluza como ocupación principal, un 73,7% de los activos del sector. Estos asalariados, especialmente el colectivo de los
eventuales, soportan prácticamente la totalidad del paro agrícola.
En el conjunto de España (tabla 1.15), es significativamente menor la presencia de asalariados. Siéndo la agricultura familiar predominante, nótese que entre independientes y
ayudas familiares suponen el 61,3% de los activos, mientras
que en Andalucía este colectivo representa únicamente el
24,4% de los activos del sector (tabla 1.14).
A continuación exponemos los resultados obtenidos de la EPA
correspondientes al año 1989, con objeto de analizar la evolución
100
TABLA 1.15.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTNOS
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ESPAIVA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1987)
ESPAIVA
Po ólación actzva
Sector agrícola
Parados
Oc^cpados
N.
Total
%
N.
%
2,0
48,1
(**) 300
(**) 4.600
0,1
1,9
N.
%
Empresarios
con asalariados .............
Independientes ...... .......
32.600
779.400
32.900
784.000
1,8
42,1
Cooperativistas . .............
1.000
0,1
-
-
1.000
0,1
Ayudas familiares ..........
Asalariados fijos ............
354.000
211.500
21,9
13,1
2.800
(*) 54.400
1,2
22,5
356.800
265.900
19,2
14,3
Asalariados eventuales ..
236.700
14,6
179.800
74,3
416.500
22,4
Otros .............................
4.500
0,3
-
-
4,500
0,2
Total (1) ........................ 1.619.700
100
242.100
100
].861.800
100
(1) Los totales pueden no coincidir con la suma correspondiente debido a
que la EPA es una fuente muestral y ofrece cifras en miles de individuos con un
solo decimal. Este redondeo puede acumularse en la suma distorsionando el total.
(*) Se refiere a los asalariados que tenían un ^<contrato permanente a lo
largo del tiempo^ y han perdido su empleo.
(**) Se refiere a los empresarios sin asalariados o trabajadores independientes que han pasado a ser desempleados al perder esta condición, ya sea por
venta de tierras, fin de arrendamiento... etc.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa, 2.4 trimestre de 1987.
reciente de los diferentes grupos, lo que tiene sentido especialmente en el caso de Andalucía, pues es precisamente en el año 1988
cuando empieza la recuperación del empleo (tablas 1.16 y 1.17).
Analizando, en los datos de la EPA, la proporción existente entre el número de asalariados fijos y los eventuales, se
observa que en Andalucía los fijos representan el 22,3% de
los asalariados en el año 1987 y el 20,0% en el 1989. Estas
cifras resultan ser excesivamente altas, de acuerdo con otras
investigaciones realizadas sobre MTA locales. La cantidad de
75.400 asalariados fijos, ofrecida por la EPA para 1987, parece así mismo desmesurada si la comparamos con la de 32.711
que ofrecía el Censo de 1982 0 los 32.326 de la EE-87, aún
101
TABLA 1.16.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTNOS
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ANDALUCIA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1989)
AN^ALUCIA
Po blación acti va
r Sector agrécola
Oczcpados
Parados
Total
'
N.
%
N.
%
N.
%
Empresarios
con asalariados .............
9.500
3,4
-
-
Independientes .............
Cooperaúvistas ..............
Ayudas familiares ..........
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales . .
Otros .............................
73.800
2.200
25.900
41.800
125.000
300
26,5
0,8
9,3
15,0
44,9
0,1
(**) 1.000
(*) 1.700
23.800
137.200
-
0,6
1,0
14,5
83,8
-
74.800
2.200
27.600
65.600
262.200
300
16,9
0,5
6,2
14,8 .
59,3
0,1
Total ..............................
278.500
100
163.700
100
442.200
100
9.500
2,1
(*) Se refiere a los asalariados que tenían un «contrato permanente a lo
largo del úempo» y han perdido su empleo.
(**) Se refiere a los empresarios sin asalariados o trabajadores independientes que han pasado a ser desempleados al perder esta condición, ya sea por
venta de úerras, fin de arrendamiento... etc.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Acúva, 2.4 trimestre de 1987.
salvando la distancia en el tiempo y las limitaciones propias
de los resultados de estas fuentes. Por ello hemos decidido
proceder a una revisión de las diversas categorías de las respuestas de la EPA analizada anteriormente.
Teniendo en cuenta que el grupo de los que han tenido
un contrato permanente, «fijos» en nuestra clasificación,
registra un alto riivel de paro, lo que resulta contradictorio
con una situación de relación laboral no eventual, véanse
tablas 1.14 y 1.16, se ha procedido a un filtrado de los datos,
utilizando la pregunta F-4 del cuestionario de la EPA, que se
refiere a las causas del abandono del último trabajo.
Comparando las diferentes respuestas a esta pregunta, se
observa como en el año 1987 el apartado «otras causas» tiene
un elevado peso, en detrimento de la respuesta «haber finali-
102
zado el contrato (de otro tipo)». Teniendo en cuenta, que el
resto de los apartados tienen una frecuencia equivalente en
ambos años, puede interpretarse que esta diferencia es debida
a que en el año 1989, tras dos años de rodaje del nuevo cuestionario, lo que supone ocho encuestas trimestrales, la EPA ha
clarificado la codificación de estas situaciones y, por otro lado,
las modalidades de contratación se han tipificado, facilitando
la asignación de los individuos a grupos más definidos.
Así, sólo para la EPA de 1989, ya que las respuestas de la de
1987 no lo permite, se han reclasificado los asalariados parados,
agrupando como eventuales a todos los que contestan que han
«finalizado su contrato». De esta manera la tabla correspondiente al año 1989 en Andalucía quedaría de la siguiente forma:
TABLA 1.17.
RECLASIFICACION DE LA SITUACION EN LA PROFESION
DE LOS ACTIVOS EN EL SECTOR AGRICOLA EN ANDALUCIA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1989)
ANDALUCIA
Población activa
Sector agrícola
N.
%
Total
Parados
Ocupados
N.
%
N.
%
Empresarios
con asalariados .............
9.500
3,4
Independientes .............
Cooperativistas ..............
73.800
2.200
26,5
0,8
-
9.500
2,1
1.000
-
0,6
-
74.800
2.200
16,9
0,5
-
Ayudas familiares ..........
25.900
9,3
1.700
1,0
27.600
6,2
Asalariados6jos ............
Asalariados eventuales ..
41.800
125.000
15,0
44,9
2.800
158.200
1,7
96,6
44.600
283.200
10,1
64,0
Otros .............................
300
0,1
-
-
Total (1) ........................
278.500
100
163.100
100
300
0,1
442.200
100
(1) Los totales pueden no coincidir con la suma correspondiente debido a
que la EPA es una fuente muestral y ofrece cifias en miles de individuos con un
solo decimal. Este redondeo puede acumularse en la suma distorsionando el total.
(*) Se refiere a los asalariados que tenían un «contrato permanente a lo
largo del tiempo^ y han perdido su empleo.
(**) Se refiere a los empresarios sin asalaríados o trabajadores independientes que han pasado a ser desempleados al perder esta condición, ya sea por
venta de tierras, fin de arrendamiento... etc.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa, 2.4 trimestre de 1987.
103
Los asalariados con contrato permanente a lo largo del
tiempo, los fijos, que han quedado parados se han reducido
notablemente, aumentando los eventuales, que pasan a convertirse en el 64% de los activos del sector agricola en Andalucía. Este incremento de los eventuales, unos 20.000 individuos aproximadamente, podría ser también asignable a los
datos de la EPA del año 1987 por idénticas razones que en el
año 1989, pero no resulta posible confirmarlo.
A este grupo de potenciales reclasificados habria que añadir
otros deslizamientos de categorías, ya explicados, de índole metodológica, que afectan fundamentalmente a jóvenes y mujeres. Por
todo ello, la cifra de eventuales agricolas andaluces podria situarse facilmente alrededor de los 300.000 individuos en 1989.
TABLA 1.18.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTNOS
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ESPAÑA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1989)
ESPAIVA
Población a cti va
Sector agrícola
Ocupados
N.
PaTados
%
N.
Total
%
N.
%
Empresarios
con asalariados .............
Independientes .............
Cooperativistas .......... ....
32.300
725.200
3.800
2,1
48,2
0,3
(**)1.900
-
0,9
-
32.300
727.100
3.800
1,9
42,1
0,2
Ayudas familiares ..........
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales ..
324.600
184.900
231.600
21,6
12,3
15,4
3.500
(*) 50.500
165.200
1,6
22,8
74,7
328.100
235.400
396.800
19,0
13,6
23,0
Otros .............................
2.100
Total (1) ........................ 1.504.600
0,1
100
221.100
-
2.100
100
1.725.700
0,1
100
(1) Los totales pueden no coincidir con la suma correspondiente debido a
que la EPA es una fuente muestral y ofrece cifras en miles de individuos con un
solo decimal. Este redondeo puede acumularse en la suma distorsionando el total.
(*) Se refiere a los asalariados que tenían un «contrato permanente a lo
largo del tiempo» y han perdido su empleo.
(**) Se refiere a los empresarios con o sin asalariados o trabajadores independientes que han pasado a ser desempleados al perder esta condición, ya sea
por venta de tierras, fin de arrendamiento... etc.
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa, 2 Q trimestre de 1989.
104
Si se comparan los datos para Andalucía del año 1989
(no corregidos para que sean comparables) con los del
1987, se observa que los empresarios con asalariados
aumentan (1.900 más), a la vez que disminuyen los independientes (4.100 menos). A1 mismo tiempo, disminuyen
los asalariados fijos y ayudas familiares, mientras que los asa-
CUADRO 1.9.
DISTRIBUCION DE LA POBLACION ACTIVA AGRICOLA
EN LA ENCUESTA DE ESTRUCTURA DE LAS EXPLOTACIONES
AGRARIAS DE 1987 YEL CENSO AGRARIO DE 1989
Personas vinculadas
a la ex^loGación agrícola
Censo Agrario 89
EE-87
]N
N.
%
%
Total de titulares ....................
- Titulares sin otra
304.158
100,0
398.713
100,0
dedicación ..........................
181.195
59,6
227.778
57,3
- Titulares con dedicación
principal a la explotación .
- Titulares con dedicación
secundaria a la explotac. ...
28.696
9,4
33.718
8,4
94.269
31,0
137.217
34,4
Cónyuges y otros miembros
de la familia (Ayudas fam.) ...
283.361
100,0
298.125
100,0
- Sin otra ocupación .............
- Con otra ocupación ...........
191.200
92.154
67,5
32,5
167.969
130.156
56,3
43,6
principal a la explotación .
21.088
7,4
29.376
9,8
Asalariados Fijos .....................
32.336
100
29.338
100
404.731
65,3
555.111
64,8
49.784
8,0
63.154
7,4
165.335
26,7
237.997
27,8
619.850
100
856.262
100
- Con otra ocup. y dedicac.
Total de personas con dedic.
total a la explotación .............
Total con otra dedic. y la
explotac. es la principal .........
Total con dedicación secun.
a la explotación ......................
Fuente: Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrarias 1987, INE;
Censo Agrario de 1989, INE.
105
lariados eventuales se mantienen en valores absolutos. Esto
nos hace reflexionar sobre qué colectivos son los que realmente se han beneficiado del aumento de empleo generado por las obras de infraestructuras de 1992 y sobre los límites del sector de la construcción para absorber más allá del
saldo excedentario que supone la reproducción de jornaleros. Para interpretar estos cambios resulta muy útil contrastar estos datos con los de la EEA-87 y el Censo Agrario del
1989.
Del Censo Agrario de 1982 al del 89 el número de explotaciones se ha incrementado (5.859 más). La EEA-87, recogía
un número inferior a ambos censos debido a que se hizo
sobre una muestra restringida a aquellas explotaciones que
lograran un margen bruto mínimo de 0,75 UDES en el
Censo Agrario de 1982. Parece no obstante que ha habido
un aumento real de las explotaciones ya que así lo manifiestan los censos de 1982 y 89.
Ahora bien, si se relacionan las cifras de la EPA 87 y 89
con la EEA-87 y el Censo Agrario del 89, se pone de manifiesto la disparidad existente entre estas fuentes, según se observa en el cuadro 1.10.
CUADRO L l0.
RELACION ENTRE LA EPA, LA ENCUESTA DE ESTRUCTURA
DE LAS EXPLOTACIONES AGRARIAS DE 1987
Y EL CENSO AGRARIO DE 1989
Empr.-Titulaz
Ayudas Familiazes
Obreros Fijos
EPA87
EEA87
A
B
Ax100/B
87.000
33.000
52.900
181.185
191.200
32.731
48,0%
17,3%
161,6%
EPA89
CENS089
C
D
86.500 227.778
27.600 167.969
41.800 29.338
Cx100/D
38,0%
16,4%
142,5%
Fuente: EPA 2.4 trimesue, 1987 y 1989, INE; Encuesta sobre la Estructura de
las Explotaciones Agrarias 1987, INE; Censo Agrario de 1989, INE.
106
En lo que se refiere a los empresarios, tomando como
referencia sólo a los titulares que declaran no tener otra ocupación, la EPA parece que subestima esta cifra, si bien, el
problema puede derivarse, de un lado, del concepto de
«explotación» tal y como se ha utilizado, y, de otro, que una
misma persona puede ser titular de más de una explotación,
en realidad, o bien, que entre los titulares haya pensionistas
o amas de casa que la EPA no los contemple como activos.
En la EEA-87, los titulares que declaraban dedicarse a la
explotación a tiempo completo eran 46.926, número bastante más aproximado a los 33.000 que ofrece la EPA, pero también más elevado. Por otra parte, la tendencia que marcan
ambas fuentes es ligeramente diferente, pues mientras la
EPA ofrece una pérdida de 500 empresarios en el sector, el
Censo Agrario del 89 señala un aumento de 46.000 titulares
respecto a la EEA-87 lo que lleva a pensar que están disminuyendo parte de las explotaciones que tenían al menos una
UDE.
Las ayudas familiares, parecen claramente infravaloradas
por la EPA, en cambio, con los asalariados fijos ocurre lo
contrario, parecen sobrevalorados por la EPA (41).
Los datos del Banco de Bilbao (tabla 1.19) sobre la evolución de los empleos existentes en el sector, aún valora más bajo
el trabajo no asalariado. Esta fuente dice que existen 291.270
empleos en el sector, de los que sólo 49.861 son no asalariados,
casi la mitad de los que ofrece la EPA, lo que apunta hacia considerables tasas de subempleo o paro encubierto en torno a la
agricultura familiar que se da en Andalucía.
De la tabla 1.19 se deduce que el empleo agrario se ha
reducido a algo más de la cuarta parte del que existía en
1955, pero la reducción más fuerte de asalariados en números absolutos, se ha acompañado de una fuerte tendencia al
(41) Garrido, L. y González, J. J.: (1990), op. cit.
107
TABLA 1.19.
EVOLUCION DE LOS EMPLEOS EN EL SECTOR AGRICOLA
Año
Asalariado
IVo Asalariado
Total
N.
%
N.
%
N.
%
1955
627.286
58,2
450.262
41,8
1.077.548
100,0
1964
1975
550.191
383.487
81,9
69,2
121.702
170.859
18,1
30,8
671.893
554.348
100,0
100,0
1987
241.409
82,9
49.861
17,1
291.270
100,0
1987/1955
38,5%
11,1%
27,0%
Fuente: La Renta Nacional de España y su distribución provincial, 1987.
Banco de Bilbao.
incremento de éstos en términos relativos, pasando de ser el
58% en 1955 a ser un 83% en 1987. Si a esto añadimos la tendencia a la eventualidad puesta de manifiesto por la EPA, se
constata la progresiva precarización del empleo que se está
dando en el sector, así como un volumen importante de
subempleo.
En definitiva, aunque parece una tarea insalvable
conocer con exactitud, con las fuentes estadísticas disponibles, cuantas personas participan del trabajo en el sector
agrícola, lo que si parece claro es que se da una gran variedad de situaciones que afectan de un modo u otro a
muchas personas en Andalucía, constituyéndose la agricultura realmente en un eje socioeconómico mucho más
fuerte que lo que reflejan las estadísticas económicas convencionales.
En resumen puede decirse que la disminución de la
población activa agraria se traduce fundamentalmente en
una mayor pérdida de empleo, ya que disminuyen en
mayor medida los ocupados que los parados, manteniéndose paralelamente un volumen importante de subempleo
asalariado y familiar.
108
1.4.3. Volumen y distribución provincial
de los trabajadores eventuales agrícolas andaluces
Hasta ahora, de las fuentes consultadas, sólo la EPA nos
ha proporcionado información diferenciada de los trabajadores eventuales (42).
Mediante la explotación de la EPA del año 1987,
hemos podido llegar a conocer la distribución territorial
de los eventuales, atendiendo al sexo y la situación en la
ocupación.
Las provincias con un volumen mayor de trabajadores
eventuales, según el cuadro 1.11, son Sevilla, Córdoba y Jaén.
Sorprende en el mismo la baja cifra de eventuales que arroja
la provincia de Cádiz, tradicional feudo jornalero. Especialmente significativo es el escaso número de mujeres registrado
en esta provincia, en la que no se llega a registrar ninguna
mujer ocupada, aún cuando sucesivas investigaciones han
constatado que existe un componente femenino muy importante en toda la agricultura intensiva que se da especialmente
en la Costa Noroeste de la provincia. Almería es la provincia
que alcanza el más bajo índice de paro, lo que parece lógico
en cierta manera, pues no hay que olvidar que es una de las
pocas provincias andaluzas con una importante agricultura
familiar donde contratan inmigrantes magrebíes (43).
(42) En los datos publicados por el Padrón Municipal de Habitantes de 1986 no se publican datos sectoriales sobre condición socioeconómica de los activos y la informatización llevada a cabo a iniciativa de
la Junta de Andalucía, presenta resultados provinciales muy heterogéneos respecto a esta variable.
(43) El que sea una provincia con un tipo de agricultura que atrae
mano de obra inmigrada, no tiene la lectura lineal de «falta de jornaleros en la zona». Se trata más bien de que dado que existe una agricultura familiar y una escasa presión de jornaleros, los pequeños y medianos
empresarios prefieren conu-atar mano de obra foránea más barata, lo
que se pueden permitir por la baja presión obrera que existe en las
zonas próximas.
109
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Hay que hacer una llamada de atención respecto del
corte transversal que supone tomar como referencia sólo un
trimestre de la EPA, cuando la actividad agraria viene caracterizada por altas tasas de estacionalidad. Sin embargo, no ha
sido posible tener un análisis longitudinal tal y como habría
sido deseable. Este corte en la actividad anual explicaría, por
ejemplo, el alto índice de paro de Jaén, donde ha terminado
la campaña de la aceituna, o el escaso paro de Huelva, que
en el momento de la encuesta se encuentra en plena campaña de recolección de fresa.
Por otra parte, la baja representación femenina en los
datos quizás pueda ser atribuida a desviaciones creadas por la
propia metodología de la EPA, como ya se ha analizado anteriormente. Finalmente, es conveniente recordar, que la EPA,
debido a su carácter muestral, puede registrar serias desviaciones al aumentar los niveles de desagregación en el análisis.
A falta de otros datos estadísticos que precisen la distribución provincial de los asalariados eventuales agrícolas, se ha
establecido una comparación entre los asalariados que ofrece
la EPA y los trabajadores por cuenta ajena afiliados al Régimen Especial Agrario de Seguridad Social en el año 1987
(cuadro 1.12).
Puede observarse la tendencia generalizada, salvo en el
caso de Cádiz, en los datos de Mutualidad Agraria a sobrevalorar el colectivo de trabajadores agrarios. El carácter contributivo que tiene la Mutualidad Agraria para ser perceptor de
prestaciones sociales, hace que se inscriban como trabajadores, personas que realmente no son activas o trabajan en
otros sectores, como modo de acceder a las mismas, ya que es
uno de los regímenes de la Seguridad Social más baratos. Por
otra parte, también se dan algunos casos de familias numerosas de trabajadores que no pueden pagar la cuota correspondiente de todos los miembros activos mensualmente, por lo
que, dependiendo de la posibilidad real de trabajar que tengan los distintos hijos o la esposa, seleccionan «a quién le
sacan la cartilla», aunque éste no suele ser un caso muy
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común. Otro problema se presenta por la falta de rigor administrativo en la inscripción a la mutualidad como trabajadores de pequeños agricultores, lo que hace que haya bastantes
autónomos acogidos al régimen de trabajador asalariado.
En las provincias andaluzas se presentan diferencias especialmente significativas entre la EPA y el Censo de trabajadores de la Mutualidad Agrícola en las provincias de mayor incidencia de la agricultura familiar, (véase Granada y Almería).
Cádiz presenta las cifras más próximas entre estas fuentes. Si
se relacionan las cifras de las fuentes citadas con las obtenidas
a partir de los empleos generados en el sector, deducidos a
través de la contabilidad nacional del Banco de Bilbao, tanto
el Censo de la Mutualidad como la EPA rebasan con creces las
cifras estimadas por los expertos del Banco de Bilbao, con la
excepción de Almería, donde las cifra de empleos del sector
supera las de la Mutualidad y la EPA que explica el déficit de
trabajadores locales cubierto con inmigrantes. Sin embargo a
la hora de interpretar estos resultados hay que tener en cuenta las altas tasas de subempleo que se dan en las provincias
latifundistas y en las de agricultura familiar no intensiva.
Ni los Censos Agrarios, ni la EEA$7 cuantifican asalariados
eventuales. El dato que ofrecen es el relativo a las jornadas de
trabajo eventual realizadas, según veremos más adelante.
1.4.4. Características de los trabajadores eventuales
agricolas andaluces: Sexo, edad y nivel de formación,
según la EPA
Como hemos indicado en la distribución por sexo de los
trabajadores eventuales agrícolas en la EPA, se observa una
baja participación femenina en el trabajo, suponiendo sólo el
21,3% del total de los eventuales. Esto viene a reafirmar el
tratamiento sesgado, ya comentado, de la EPA respecto a las
mujeres. La tasa de paro afecta, en cualquier caso a casi dos
tercios de las activas, en tanto que los hombres parados suponen algo más de la mitad (ver tabla 1.20.)
113
TABLA 1.20.
SITUACION EN LA ACTMDAD DE LOS TRABAJADORES
AGRICOLAS SEGUN EL SEXO
Eventuales
Mujeres
Hombres
Total
Ocupados ..................
Parados ......................
Activos .......................
19.700
36.300
56.000
100.400
106.400
206.800
120.100
142.700
262.800
Tasa de paro .............
64,8%
51,5%
54,3%
Fuente: EPA, 2.° trimestre de 1987. Elaboración propia.
Las tablas 1.21 y 1.22, muestran la distribución por sexo,
según las diferentes categorías profesionales, tanto en cifras
absolutas como relativas.
Destaca la escasa representación femenina en las categorías empresariales. No llega al 1% las que son empleadoras y
sólo el 4,4% de las mujeres figuran como empresarias inde-
TABLA 1.21.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTIVOS SEGUN SEXO,
EN EL SECTOR AGRICOLA EN ANDALUCIA,
SEGUN DATOS DE LA EPA (1987)
ANDALUCIA
Población actiaa
Sector agrícola
Ocupados (miles)
Hom.
Muj.
Total (míles)
Parados (miles)
Hom.
Muj.
Hom.
Muj.
Empresarios
con asalariados .............
6.800
700
-
-
6.800
700
Independientes .... .........
Cooperativistas ..............
Ayudas familiares ..........
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales ..
Otros ................... ..........
73.800
500
21.200
50.000
100.400
500
3.500
11.300
2.900
19.700
-
1.600
500
17.900
106.400
-
4.300
36.300
-
75.400
500
21.700
67.900
206.800
500
3.500
11.300
7.200
56.000
-
Total ..............................
253.200
38.100
126.300
40.600
379.500
79.000
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Activa, 2.4 trimestre de 1987.
114
TABLA 1.22.
SITUACION EN LA PROFESION DE LOS ACTNOS,
SEGUN SEXO, EN EL SECTOR AGRICOLA
EN ANDALUCIA, SEGUN DATOS DE LA EPA (1987)
Ocúpados (%)
Parados (%)
Total (%)
ANDALUCIA
Po blació n act i va
Sector agrícola
Hom.
Muj.
Hom.
Muj.
Hom.
Muj.
Empresarios
con asalariados .............
Independientes .............
Cooperativistas ..............
2,7
29,1
0,2
1,8
9,2
-
1,3
-
-
1,8
19,9
0,1
0,9
4,4
-
Ayudas familiares ...... ....
8,4
29,7
Q4
-
5,7
14,3
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales ..
19,7
39,7
7,6
51,7
14,2
84,2
10,6
89,4
17,9
54,5
9,1
70,9
Otros .............................
0,2
-
-
-
0,1
-
Total ..............................
100
100
100
100
100
100
Elaboración propia.
Fuente: Encuesta de Población Acdva, 2.4 [rimestre de 1987.
pendientes, lo que en muchos casos, tampoco es cierto, pues
aunque ellas figuren como titulares, son los esposos los que
realmente llevan la explotación, salvo raras excepciones. Es
extraño que no aparezca ninguna cooperativista, cuando
hemos encontrado bastantes mujeres que comparten con sus
familiares el trabajo en una explotación como socias trabajadoras en cooperativas, sobretodo en las zonas de nuevos
regadíos. El peso más importante de las mujeres en el sector
agrícola lo tienen como asalariadas eventuales (un 71%)
seguidas por las ayudas familiares y las trabajadoras con un
contrato de trabajo permanente, aunque un 10,6% de las
paradas, son mujeres que han perdido su contrato, el resto
son eventuales. Del total de trabajadores eventuales andaluces en la agricultura un 21,3% son mujeres.
Respecto a la variable edad, la figura 1.4 muestra la proporción de asalariados fijos y eventuales y su situación en la
ocupación, en relación con la edad.
115
/'IGURA 1.4
ASAI.ARIADOS AGRICOL.AS EN ANDALt'CLa,
SEGUN EDAD YSITUACION EN LA OCL'PACION
%
100 ^
80 -
0
1620
21-25
2635
56-45
4664
EDAD
Parados
^ Eventuales ocupados
-
Fijos ocupados
Fuente: EPA, 2.° trimestre 1987.
Elaboración propia.
Esta variable es especialmente significativa para los trabajadores fijos, cuyo número aumenta claramente con la edad,
mientras que la proporción de parados es bastante uniforme, sólo algo mayor entre los menores de 25 años, sobre
todo en el período de reincorporación al trabajo tras el servicio militar.
La variable que se refiere al nivel de formación de los asalariados agrícolas, los ubica en una de las peores posiciones
de la pirámide social. Aún siendo muy bajo el nivel de formación del colectivo en general, es de destacar el mayor grado
de instrucción de los asalariados fijos respecto de los eventuales, como puede verse en la tabla 1.23.
Esta situación confirma la marginación del colectivo: el
41% de los trabajadores eventuales no han estudiado y sólo
un 3,6% alcanza una formación media o superior, prácticamente el 96% son analfabetos funcionales. Esta situación
116
TABLA 1.23.
NIVEL DE FORMACION DE LOS ASALARIADOS AGRICOLAS
EN ANDALUCIA, SEGUN SITUACION EN EL EMPLEO
Asalariados agrícolas
Fijos
Eventuales
Analfabetos ..........................................
Sin estudios ..........................................
Estudios primarios ..............................
Estudios medios ..................................
Formación profesional .......................
Estudios superiores .............................
8,2%
28,1%
58,6%
1,4%
2,0%
1,7%
10,4%
30,7%
55,2%
1,2%
1,6%
0,8%
Fuente: EPA, 2.° trimestre de 1987. Elaboración propia.
producto de su posición precaria en el trabajo que hace que
tengan altos índices de fracaso escolar y un bajísimo nivel de
formación, es una de las claves de su reproducción de clase,
según analizaremos en el capítulo correspondiente.
1.4.5. El trabajo realizado y la cobertura del desempleo
como fuente para el estudio de los trabajadores
agrarios
Otra fórmula para acercarse a la valoración del volumen
de trabajo agrario existente es partir de las fuentes que reflejan las Unidades de Trabajo Año (UTA = 275 jornadas) que
se dan en la agricultura.
El número de jornadas de trabajo realizadas en 1987
según la EEA$7 fueron 79.922,4 mil, de las que un 35% se
realizaron mediante trabajo eventual, lo que supondría
empleo para 102.642 eventuales, aproximadamente algo más
de un tercio del total existente en Andalucía.
En 1989 se realizaron un total de 68.062 mil jornales, un
millón menos que en 1987, realizando los eventuales el
39,5% de las mismas, la mitad de ellas mediante trabajo familiar y menos del 10% por los trabajadores fijos. Estas cifras
117
hacen que nos reafirmemos en la sobrestimación de los «trabajadores con contrato permanente» por parte de la EPA y
pone de relieve el creciente peso del trabajo eventual, en
detrimento del fijo y el familiar. Sin embargo, el volumen de
trabajo eventual disponible ocuparía plenamente apenas un
tercio de los trabajadores eventuales existentes en Andalucía
según la EPA 89. Puede estimarse, por tanto, que son excedentarios dos tercios de los mismos. En realidad como veremos en los capítulos correspondientes, existe una gran dis-.
persión en el volumen de trabajo que los distintos tipos de
trabajadores eventuales obtienen, que hace que algunos
estén prácticamente en paro la mayor parte del año y otros,
en cambio, estén más de dos tercio del año ocupados. Este
panorama configura un MT muy heterogéneo, que será
motivo de posterior análisis.
Respecto a la explotación familiar también resulta claramente excedentaria si se relaciona el volumen de trabajo disponible con el número de personas, ya sean titulares o ayudas familiares, ligadas a la explotación.
El trabajo asalariado en España suponía una proporción
más baja que en Andalucía, el 22,6% en 1982, el 21,1% en
1987 y el 24% en 1989 distribuyéndose como sigue en la
tabla 1.24.
TABLA 1.24.
TRABAJO ASALARIADO EN ESPAÑA (UTAS)
1982
1987
1989
Cerzso Agrario
Encuesta
tle Estructura
^so Agrario
Asalariados fijos ............
Asalariados eventuales ..
142,0
202,2
137,3
206,2
105,7
198,3
Total de asalariados ......
344,2
343,5
304,0
Fuente: Censos Agrarios 1982, 1989 y Encuesta de Esvuctura de las Explotaciones Agrarias.
118
Podemos apreciar a través de los datos expuestos que hay
una disminución en la proporción que representa la demanda de trabajo asalariado en la agricultura española, aunque la
disminución se debe fundamentalmente al trabajo fijo, en
cambio hay un aumento del trabajo eventual. Esta misma
tendencia ampliada se reproduce en Andalucía.
Los parados inscritos en el INEM para tener derecho a la
asistencia por desempleo es otra de las fuentes que nos pueden acercar al volumen de trabajadores eventuales agrarios y
a la caracterización estructural de uno de los rasgos más
peculiares que lo definen: subempleados dependientes del
subsidio y de los intermediarios para conseguirlo (ver capítul0 5).
A partir de marzo de 1985, las estadísticas de ocupación
y paro del sector, realizadas por el INEM, se han visto modificadas. A los demandantes de trabajo eventual agrícola, se
les considera un «colectivo especial» y no se incluyen en las
estadísticas de paro registrado, del mismo modo que a los
pensionistas, jubilados, estudiantes, los que buscan mejor
empleo, los que han sufrido expediente de regulación o los
colaboradores sociales. Esto significa que se admite la situación de paro estructural, en oposición al resto de las categorías socioprofesionales del sector, tales como obreros fijos,
empresarios, cooperativistas ... que sí se incluyen en las estadísticas del paro registrado.
Para 1987 el número de altas iniciales acumuladas en el
colectivo de afectados por el subsidio es de 303.493 para
Andalucía, aunque la media anual de subsidiados ha sido de
213.875 (44) (el 70,4%), sólo un 26,9% de subsidiadas eran
mujeres. Teniendo en cuenta que las mujeres estando subrepresentadas en la EPA, suponen un 21,3% de los eventuales
(44) Recuérdese que la EPA en el tratamiento informático realizado brinda una cifra de 262.800 eventuales agrícolas para el 2.4 trimestre
de 1987, si se parte de esta cifra, el saldo respecto a la protección por
desempleo es negativo para los trabajadores.
119
del sector y alcanzan tasas de paro superiores a los hombres,
la proporción de las que cobran subsidio no es tan exagerada
y fraudulenta como se ha difundido en distintos medios. Al
contrario, según se verá en el capítulo 5, parece que hay más
mujeres que hombres que participando en el trabajo agrario
no perciben ningún subsidio.
De los que accedieron al subsidio, sólo un 40,5% consiguieron 60 o más jornadas de trabajo en el Régimen Especial
Agrario (REA), un 48,4% las consiguieron a través del REA y
del Régimen General de la Seguridad Social, es decir, con
trabajo no agrario, muchos con la ayuda de las obras acogidas al Plan de Empleo Rural, un 5,6% consiguieron sólo
entre 34 y 59 jornadas en ambos regímenes, por lo que no
pudieron acceder al subsidio completo y otro 5,5% (19.974
trabajadores) trabajaron entre 20 y 33 jornales, en todos los
regímenes, por lo que cobraron el mínimo de subsidio.
Las altas iniciales por provincias para el año 1987 ponen
en evidencia cuales son las provincias más afectadas. Sevilla,
Córdoba y Granada son las que alcanzan las cifras absolutas
más altas (ver tabla 1.25). Sin embargo, son Granada, Huelva
y Almería, las que tienen mayor proporción de altas iniciales
TABLA 1.25.
SUBSIDIO YVOLUMEN DEASAi.ARiAt^OS EVENTUALES
EN LA EPA POR PROVINCIAS
Provincia
Altas sub.
EPA 87
Altas/EPA
Almería .....................
11.667
9.500
1,2
Cádiz .........................
30.211
27.100
1,1
Córdoba ....................
44.085
42.000
1,0
Granada ....................
Huelva .......................
Jaén ...........................
41.312
29.578
33.295
20.600
22.800
37.800
2,0
1,3
0,9
Málaga .......................
Sevilla ........................
27.283
86.062
31.900
72.400
0,8
1,2
Total ..........................
303.493
262.000
1,1
120
respecto a los asalariados eventuales señalados por la EPA, no
es casualidad que en estas tres provincias domine la pequeña
propiedad agraria.
El resultado obtenido de la declaración de jornadas realizadas, tiene poco que ver con la realidad, como lo demuestran las cifras correspondientes en las entrevistas realizadas
en esta investigación, contrastadas con los días de trabajo
declarados por los trabajadores para conseguir el subsidio,
así pues, no vamos a entrar en ello como criterio de estratificación, pues este aspecto será motivo de un estudio más detallado el capítulo 5 de este libro.
En consecuencia, se puede concluir este análisis de las
fuentes estadísticas del sector agrario, afirmando que la agricultura andaluza sigue una tendencia creciente hacia la salarización del sector y hacia una mayor precarización en el
empleo, que se ve agravada por la falta de oportunidades
fuera del sector. La elevada cifra de trabajadores eventuales
no se explica, como suele hacerse, sólo por la vinculación
artificial al sector de un colectivo que solamente busca
cobrar el subsidio, sino que es, más bien, una condición
necesaria para que la agricultura basada en el trabajo asalariado pueda alcanzar las mayores tasas de beneficio en esta
Comunidad Autónoma, pues como se ha puesto de manifiesto, este tipo de agricultura ha sido y es un ejemplo paradigmático de altas tasas de beneficio empresarial respecto al
resto de las regiones españolas, lo que ha costado importantes cotas de paro y marginación a un volumen considerable
de andaluces, amén de hipotecar su desarrollo autónomo
tanto en el plano económico-social como político, según
tendremos ocasión de ir desarrollando en los siguientes
capítulos.
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