TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN: Criterios de ordenación territorial en la planificación de polígonos industriales: el caso de Navarra. AUTOR 1: Aldert de Vries Email: [email protected] AUTOR 2: Adriana Sesma Goñi Email: [email protected] DEPARTAMENTO: Observatorio Territorial de Navarra, Navarra de Suelo Residencial, S.A. (NASURSA) UNIVERSIDAD: ÁREA TEMÁTICA: Gobierno y ordenación de territorio RESUMEN: Un importante objetivo de la ordenación territorial en las distintas regiones es promover la competitividad mediante decisiones de localización de actividades económicas. Estas decisiones pueden resultar conflictivas al intentar conjugar diferentes criterios que pueden requerir soluciones opuestas, como son la demanda de mercado, el desarrollo económico equilibrado, o los impactos ambientales y sociales. Además, es muy común 1 que se desarrolle una competencia entre municipios y regiones para intentar atraer el máximo de empresas posibles. En este artículo analizamos cómo se relaciona la evolución de los polígonos industriales en la Comunidad Foral de Navarra con dos aspectos fundamentales de la ordenación de territorio: el uso eficiente del suelo, y el equilibrio territorial. Analizada la información disponible, se concluye que existe una tendencia de fuerte expansión de polígonos industriales concentrada en los ejes de comunicación. También se aprecia que el uso del suelo industrial es más eficiente en áreas con limitaciones orográficas o donde existe una mayor presión del mercado. En cuanto al equilibrio territorial, la evolución de los polígonos industriales ha contribuido a una mayor concentración en los antiguos centros industriales de la región, a pesar de la existencia de una serie de promociones de polígonos públicos en algunas cabeceras de valle que han diversificado algo mas la oferta de suelo industrial. Los análisis presentados invitan a una mayor reflexión y coordinación con otros instrumentos de planificación territorial, en la planificación y promoción de los polígonos industriales. En este sentido, podrían resultar de interés las experiencias desarrolladas en algunos países europeos, sobre todo en cuanto a pronósticos de futura demanda y la aplicación de determinaciones para promover un uso más eficiente del suelo industrial. En cuanto al equilibrio territorial, es necesario, además de favorecer la oferta de suelo industrial en áreas menos favorecidas, estudiar las posibilidades reales de atraer empresas a estas áreas. PALABRAS CLAVE: (máximo 6 palabras) Ordenación de Territorio, Suelo Industrial, Desarrollo económico, Localización de empresas, equilibrio territorial, uso eficiente 2 1. Introducción Los polígonos industriales constituyen un aspecto fundamental en la ordenación de territorio, ya que facilitan el desarrollo empresarial y, por tanto, la competitividad de un área geográfica concreta. Sin embargo, en algunos casos el afán de generar mejores oportunidades económicas lleva a la planificación de polígonos sobredimensionados o localizados en áreas con escasas oportunidades de generación de empresas. En este artículo analizamos cómo se ha desarrollado la actividad económica en la Comunidad Foral de Navarra - en particular en los polígonos industriales – y cómo esa evolución se conjuga con dos aspectos fundamentales de la ordenación de territorio: el uso eficiente del suelo y el equilibrio territorial. La selección de estos dos aspectos se basa en la importancia que los mismos tienen para un desarrollo ordenado del territorio, aunque, a conciencia, se han excluido otros aspectos también importantes, como son los relacionados con la sostenibilidad (gestión de recursos naturales como agua), la movilidad (transporte público, congestión) u otros temas de importancia social (accesibilidad a puestos de trabajo de calidad). Para abordar esta temática, en primer lugar se contextualiza el desarrollo de polígonos industriales revisando bibliografía sobre la evolución, características, localización y gestión de las actividades industriales. Después se hace una breve explicación metodológica enfocada a la calidad de datos disponibles sobre delimitación y uso de polígonos industriales. En el tercer lugar se describe la evolución del sector industrial en Navarra, seguido por un análisis de los polígonos industriales y una breve revisión de las intervenciones públicas en este sentido. Al final del artículo se evalúan las tendencias presentadas desde los criterios de uso eficiente del suelo y equilibrio territorial, terminando con unas conclusiones y recomendaciones para futuras investigaciones. 2. Tendencias recientes en la localización de actividades industriales Como describe Pascual (2006) en su relatoría de comunicaciones sobre transformaciones productivas y espacios de actividad en las áreas urbanas, en las II Jornadas de Geografía Económica de la AGE, existen tres dimensiones que engloban y sistematizan los procesos más significativos que están teniendo lugar en las ciudades españolas: la transformación de las actividades industriales, su impacto en los patrones de localización y la intervención de agentes públicos. En primer lugar, el peso de la actividad productiva en las economías urbanas y regionales se ha reducido sensiblemente, más notablemente en las tasas de empleo industrial. Sin embargo, debido al aumento de la intensidad de capital y a la mejora de la eficiencia productiva de las empresas, el valor real de la producción industrial se ha incrementado en este mismo periodo. Existe claramente un desmantelamiento progresivo de empresas y actividades de demanda débil pero se detecta, al mismo tiempo, el fortalecimiento de determinadas líneas de especialización productiva y un reforzamiento de sectores tecnológicos de superior intensidad. Otra tendencia que se ha observado es la reducción de los grandes centros de trabajo industrial como consecuencia de la segmentación de tareas, provocando el nacimiento de numerosas pequeñas y medianas empresas interconectadas entre sí. En este sentido, el porcentaje de empleos que se ocupan de bienes intangibles y servicios, se ha visto aumentado en detrimento de aquéllos que se ocupan de los bienes tangibles. Estos cambios del sector industrial conducen a una transformación de los espacios productivos. Una tendencia observada es la del progresivo abandono y desmantelamiento de antiguas instalaciones fabriles, liberando superficies más o menos extensas de suelo, sometido a un rápido proceso de revalorización. En muchos casos se trata de los polígonos más próximos a los espacios centrales de la ciudad. Otra tendencia es el incremento de la intensidad de ocupación en localizaciones con ventajas específicas por la instalación de nuevas industrias altamente tecnológicas, o de centros de investigación y desarrollo. A su vez, esa tendencia favorece la expulsión de las empresas propiamente de fabricación a zonas mas alejadas. Esa expulsión desencadena el traslado de estas actividades o la instalación de otras nuevas de similares características en los grandes ejes de comunicación, consolidando el modelo axial de localización de la actividad industrial. La consecuencia de estos procesos es que la superficie destinada a la actividad industrial está aumentando a un ritmo acelerado. A nivel de Europa, esta superficie aumentó en un 15% entre los años 1990 y 2000, mientras que España vivió un aumento de 58% en 4 este mismo periodo, según los datos del Corine Land Cover de la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, 2006). Aunque los procesos de relocalización se desarrollan de manera relativamente espontánea, la intervención de agentes públicos puede tener un impacto importante. Una competencia pública que puede influir claramente la definición de instrumentos de ordenación territorial con criterios de localización de la industria, aunque es cada vez más frecuente una implicación mucho más activa en la dinamización de las economías regionales. No obstante, Pascual observa que la intervención de instancias públicas se caracteriza por ser compleja y, en muchos casos, descoordinada a pesar de varias iniciativas que intentan analizar y canalizar el desarrollo industrial de una manera ordenada1. Por lo que apuntan autores como Pascual (2007), Méndez (2006) y Caravaca (2006), existen 6 diferentes estrategias de promoción y ordenación industrial en España, como son: 1) la regeneración urbanística de espacios industriales en desuso, 2) la modernización de antiguos espacios industriales, 3) la promoción de nuevas áreas de actividad empresarial, 4) la construcción de parques y polígonos especializados sectorialmente, 5) la creación de plataformas y zonas de actividad logística y 6) la configuración de entornos atractivos y especializados, mediante una oferta de servicios de calidad. En la práctica, el mayor esfuerzo sigue enfocándose en la promoción de nuevas áreas económicas, aunque las otras políticas, de las enumeradas, están ganando presencia. En otros países europeos, como Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña y Holanda, se desarrollan intervenciones similares. En general, el objetivo dominante es el crecimiento económico, pero criterios como la sostenibilidad, el uso eficiente del suelo (sobre todo en áreas rurales donde el mercado de suelo es débil y los municipios compiten por atraer empresas) y la calidad paisajística del lugar son temas recurrentes en las políticas industriales. A la vez, se ve que la propia reestructuración de antiguos espacios industriales aún recibe relativamente poca atención (Gorter y Olden, 2007). 1 El Pacto Industrial Metropolitano de Barcelona, el Observatorio Industrial de la Ciudad de Madrid, o el Ebrópolis en Zaragoza 5 Es notable que la información sobre la disponibilidad y desarrollo de los polígonos industriales esté muy fragmentada en la mayoría de los países analizados. Además, pocos países cuentan con estudios con prospectivas nacionales sobre las necesidades de polígonos industriales o áreas económicas a un futuro. También se concluye que la atención hacia los polígonos industriales en la ordenación del territorio es reducida en comparación con otros temas, posiblemente por tratarse de un tema de carácter mas sectorial. Como consecuencia, en todos los países analizados se encuentran con que la proliferación de nuevas áreas empresariales tiene ciertos impactos negativos en el uso del suelo y la distribución eficiente de los polígonos. 3. Metodología y calidad de datos Este artículo centra su análisis en el desarrollo de los polígonos industriales y, más en concreto, en su uso eficiente y el equilibrio territorial que genera en Navarra. Antes de entrar en la descripción y el análisis es necesario aclarar los conceptos y conocer las posibilidades y limitaciones de los datos disponibles. Primero, definamos lo que se entiende por un polígono industrial. Para ello recorremos al Sistema de Información sobre Ocupación del Suelo de España (Equipo SIOSE, 2007)2, que define el suelo con cobertura industrial como “un área de superficie artificial de extensión mayor de 1 ha en la que existen instalaciones destinadas a la obtención, elaboración, transformación, reparación, almacenamiento y distribución de productos”. En un caso ideal se dispondría de información del proceso de expansión de los polígonos en tres fases: 1) los polígonos que ya se encuentran en funcionamiento 2) los que ya están urbanizados pero aún se encuentran sin actividad y 3) los polígonos planificados sin urbanización (gráfico 1). Esta información permitiría analizar la superficie disponible y planificada, así como su relación con la demanda real de suelo industrial. 2 El mismo SIOSE distingue la cobertura industria en tres subcategorías: polígono industrial ordenado, polígono industrial sin ordenar e industria aislada. No hemos visto la utilidad de distinguir estas categorías en este estudio. 6 Gráfico 1: Esquema con tres fases de desarrollo de polígonos industriales La realidad es otra, como muestra el mapa 1. A grandes rasgos, el mapa de SIOSE ha delimitado aquellas áreas que albergan actividades industriales y las áreas urbanizadas para tal fin. Paralelamente existe información de polígonos planificados en los planes municipales de Navarra. Desafortunadamente, esa información aún no está completa, ya que se está trabajando en un mapa armonizado de los planes municipales en Navarra en estos momentos. Además, en aquellos municipios donde sí se dispone de datos digitales de usos planificados, llama la atención que existen áreas industriales, según el SIOSE, donde su uso planificado no es industrial. Esa situación demuestra que existe una necesidad de una depuración de datos, comparando las dos capas de información. Por el momento, restringimos el análisis a las áreas de actividad industrial ya urbanizadas basadas en el SIOSE. Como el mapa de SIOSE es de reciente elaboración y sólo está disponible para el año 2008, se hizo una comparación del mismo con el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos de Navarra (MCA) que ya viene elaborándose desde el 1999 con la misma escala y, aproximadamente, con la misma metodología. Sin embargo, el MCA no clasifica la superficie artificial, por lo cual calificamos como polígono industrial en 1999 todas aquellas áreas artificiales que coinciden con un polígono industrial en el año 2008. Como consecuencia, se sobreestima ligeramente el crecimiento real de los polígonos, ya que se asume que ningún polígono del año 1999 se ha transformado en otra categoría de uso. 7 Mapa 1: Identificación de polígonos industriales según el SIOSE y los Planes Generales Municipales. Fuentes: SIOSE, Sistema de Información Territorial de Navarra (SITNA), Catastro de Navarra, elaboración propia. Ahora bien, para calcular el uso eficiente en cada polígono se necesitan datos sobre su ocupación. Como no se dispone de una base de datos georreferenciados de empresas hemos tenido que usar datos generales de empleo industrial por municipio, lo que distorsiona bastante el análisis porque puede haber puestos de trabajo industrial fuera de los polígonos, del mismo modo que puede haber empresas no industriales establecidas en los polígonos, como por ejemplo una oficina de contabilidad o una empresa de seguridad. Este problema tiene mayor presencia en los polígonos de uso intensivo, que se caracterizan por una mezcla de actividades industriales y de servicios3. 3 En otros países como Holanda el seguimiento de políticas de desarrollo de polígonos industriales sí está orientado hacia los polígonos industriales propiamente planificados. Además se usa el término área de actividad económica, no restringiendo el uso del polígono a la industria: “un terreno que por su calificación es apropiado para el uso de comercio, servicios comerciales e industria (Knoben, Traa, 2008, pag. 43)”. 8 Una medida alternativa es la densidad de edificación de los polígonos. Esa densidad la medimos comparando la superficie de edificios con uso industrial extraída del catastro con la superficie del polígono. Ese análisis sí se puede hacer a nivel de cada polígono industrial, porque cada parcela catastral lleva información sobre el grado de edificación (mapa 1). Lo que puede afectar al análisis aquí es que el catastro califica ciertos edificios como oficina, aunque pertenezcan a una empresa industrial. 4. El sector industrial en Navarra y análisis de polígonos industriales El sector industrial tiene mayor presencia en la Comunidad Foral que en otras regiones españolas. Aunque el peso de la industria está disminuyendo, el sector aún aporta el 30% del valor añadido de la Comunidad y emplea al 25% de todos los trabajadores. Algunos de los sectores más significativos son la automoción, concentrado en Pamplona, y la industria agroalimentaria en el Eje del Ebro. Un sector emergente es la energía renovable, que emplea a más de 5.000 personas en la Comunidad Foral. En su conjunto, el sector industrial está fuertemente concentrado en Pamplona, aunque el peso de la industria en la economía local es mayor en el Eje del Ebro y los valles del norte de Navarra (mapa 2). 9 Mapa 2: La distribución de empleo industrial en Navarra (2008). Fuente: Tesorería General de la Seguridad Social, elaboración propia. Los polígonos industriales en Navarra tienen una marcada distribución que se caracteriza por tres componentes: el núcleo industrial alrededor de Pamplona, los ejes de comunicación y la concentración en algunas cabeceras de valle como Aoiz o Lekunberri (mapa 3). Sin embargo, no todos los ejes conforman un elemento estructurante para la localización de polígonos. El Eje del Ebro es el corredor de mayor importancia industrial, seguido por el corredor de la Sakana y, en menor medida, el de la autopista Pamplona – Tudela. La nueva autovía de Santiago (Pamplona – Logroño) aún no configura un eje industrial, ni lo hace la autovía del Pirineo, en los dos casos debido a su reciente construcción. Tampoco las cabeceras de valle tienen un peso igual en la distribución de polígonos. El crecimiento de los polígonos industriales en los últimos diez años ha seguido, a grandes rasgos, las mismas características. Es notable cómo Pamplona refuerza su 10 situación de centro industrial, pero también se puede apreciar que el Eje del Ebro parece haber surgido como segunda potencia en cuanto a suelo industrial, mientras que en otras áreas, como Tierra Estella y todo el norte de Navarra, el crecimiento de suelo industrial ha sido inferior. Además, en estas últimas áreas, las oferta se encuentra mas fragmentada y está constituída por una gran cantidad de polígonos reducidos dispersos por el territorio, mientras que en Pamplona y, en menor medida, en el Eje del Ebro la oferta se concentran en polígonos grandes. 11 Mapa 3: Distribución de polígonos industriales en Navarra (1999-2008). Fuente: SIOSE, elaboración propia Un elemento que no se puede reflejar en los mapas es la especialización de los nuevos polígonos. En algunos casos se han creado polígonos especializados, como la Ciudad Agroalimentaria en Tudela y la Ciudad del Transporte o la Ciudad de la Innovación en Pamplona. En otras zonas de Navarra también existe esa tendencia a la especialización todavía no reflejada en polígonos especializados. Otro elemento que no está plasmado en el mapa es la reestructuración de antiguos polígonos industriales (ver también sección sobre metodología y datos), aunque en Navarra aún no existen muchos ejemplos ya que la industrialización de la región se inicia en los años sesenta en la Comunidad y todavía no existen muchas instalaciones obsoletas. 12 5. La intervención de agentes territoriales Navarra tiene una larga tradición de políticas industriales. Fue el Programa de Promoción Industrial de Navarra el que impulsó el auge industrial a partir de los años sesenta. Otra política, mas reciente que ha resultado exitosa son los planes energéticos de Navarra de los años 1990 y 2000, que posicionaron a la Comunidad en la vanguardia del sector. Además, con la creación de centros tecnológicos como el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) o el Centro de Innovación Tecnológica de Automoción de Navarra (CITEAN) se quiere impulsar la creación de más industria de alto valor añadido. Actualmente se está elaborando el Plan Moderna, que apuesta por un nuevo modelo económico basado en una serie de clusters especializados. Para la promoción y gestión de polígonos industriales de carácter público se creó a principios de los años 90 la Sociedad Pública NASUINSA. Según datos aportados desde la Sociedad, la entidad gestiona actualmente alrededor de 2.350 hectáreas. Los polígonos públicos que gestiona la Sociedad Pública tienen una distribución ligeramente distinta a lo que se ha visto en los polígonos en general (mapa 4). 13 Mapa 4: Polígonos industriales gestionados por instituciones públicas (situación marzo 2009). Fuente: Nasuinsa, elaboración propia. Desde la ordenación de territorio existen diferentes políticas que afectan la localización, el tamaño y las características de los polígonos industriales. La Estrategia Territorial de Navarra (Navarra, 2005) contiene muchas directrices que son directamente aplicables a las decisiones en torno al desarrollo de polígonos industriales. Algunas dan pautas sobre la localización en Navarra: concentración en cabeceras de valle (24), en Tudela (34) o en las ciudades medias que conforman el área polinuclear central, como son Alsasua, Estella, Tafalla y Sangüesa (42). Otras orientan las decisiones hacia el uso eficiente del suelo, preservando suelos agrarios (80), ubicando nuevos polígonos en los núcleos de población existentes (38). Y hay una serie de directrices más que hablan de construir espacios atractivos, parques tecnológicos, facilitando el transporte público, y, por supuesto, la atracción de empresas foráneas de capacidad tecnológica contrastada. 14 En estos momentos se están elaborando los Planes de Ordenación de Territorio (Navarra, 2009), que traducen estas directrices en unas determinaciones orientativas o incluso vinculantes sobre las distintas áreas de planificación territorial en Navarra. En estos documentos se proponen ya nodos de actividad y perfiles económicos orientados hacia el fortalecimiento del Modelo de Desarrollo Territorial del futuro. 6. El uso eficiente del suelo Como hemos dicho antes un criterio importante de los Planes de Ordenación de Territorio en Navarra es el uso eficiente del suelo. La traducción de este criterio a un indicador evaluable no es una labor fácil, no sólo por los problemas de disponibilidad de datos fiables sobre superficies y usos, sino también por las diferentes interpretaciones que se pueden dar a lo que es un uso eficiente. Proponemos aquí tres indicadores que nos pueden dar pautas sobre si en Navarra se está usando el suelo industrial de una manera eficiente o no. Un primer indicador es el aumento del suelo industrial como tal. En la tabla 1 hemos resumido los datos de tres diferentes fuentes. A pesar de las diferencias por las metodologías aplicadas y las distintas escalas de trabajo, las primeras dos fuentes coinciden en que la superficie de los polígonos industriales ha aumentado alrededor de 150 hectáreas por año en los últimos 20 años, rondando un crecimiento del 5% anual. El ritmo de crecimiento de suelos industrial supera el aumento de la superficie urbana, que en España y Navarra de por sí ya ronda cifras extremadamente altas en comparación con el contexto europeo, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, 2007). En el mapa 5 se nota que la mayor expansión se concentra en Pamplona y el Eje del Ebro aunque, en términos relativos, las áreas rurales como Tierra Estella o el Pirineo están creciendo más rápidamente. 15 Tabla 1: Crecimiento de uso del suelo en vivienda e industria en Navarra. Fuentes: Corine Land Cover de la Agencia Europea Ambiental (EEA), SIOSE y Catastro de Navarra, elaboración propia. Crecimiento Fuente Categoría de uso Corine Superficie anual (en hectáreas) 1990-2000 2000-2008 (ha) (%) (ha) (%) 1990 2000 2006 Tejido urbano continuo 3653 3900 4333 25 0,7% 72 1,8% Tejido urbano discontinuo 532 1323 1849 79 14,9% 88 6,6% Industria y comercio 1198 2757 3578 156 13,0% 137 5,0% Total urbano 5384 7981 9760 260 4,8% 297 3,7% 1999 2008 vivienda) 5542 7064 169 3,1% Industria 3255 4902 183 5,6% Total urbano 10796 13974 353 3,3% 1990 2001 2008 Vivienda 2259 2814 3293 50 2,2% 68 2,4% Industria 595 860 1053 38 6,4% 28 3,2% Total urbano 11201 15016 16997 545 4,9% SIOSE Urbano mixto (mayormente Catastro 283 1,9% Mapa 5: Crecimiento de superficie de polígonos industriales entre 1999 y 2008, en términos absolutos (a) y relativos (b). Fuente: SIOSE, elaboración propia 16 Un segundo indicador que se propone es el número de empleados por hectárea de suelo industrial. En estos momentos es imposible calcular este indicador con precisión debido a la falta de datos sobre las empresas establecidas en los polígonos y el número de empleados que trabajan en ellas. Por llegar a una aproximación, se incluye el total de empleados en el sector industrial de cada zona, suponiendo que todos los trabajadores en el sector industrial realmente trabajen en una empresa establecida en un polígono industrial y que no haya empresas de otros sectores (construcción, servicios, agricultura) con sede en el mismo polígono. A nivel de Navarra se puede constatar que el suelo industrial crece mucho más rápido que el número de empleados en el sector industrial, lo que nos lleva a la conclusión de que se está disminuyendo la intensidad del uso. Geográficamente, las tendencias difieren según cada área dentro de la comunidad (mapa 6a). Particularmente, los valles del norte de Navarra (Sakana, Baztan), Pamplona y el Eje del Ebro presentan un uso más intensivo que otras áreas. Una explicación podría ser las limitaciones orográficas en el norte o los elevados precios, asociados a una mayor presión del mercado en Pamplona. Mapa 6: Densidad de empleo por polígono industrial (a), y Densidad de edificios industriales en los polígonos industriales (b). Fuentes: Tesorería General de la Seguridad Social, SIOSE, Catastro de Navarra, elaboración propia. 17 El tercer indicador mide la densidad de edificación por polígono industrial, calculando la relación entre la superficie construida con fines industriales y el área del polígono. Cuantos más pisos se construyan en un edificio con uso industrial y/o cuando más espacio ocupe este edificio en comparación con las áreas verdes, más eficiente será el uso. Según este indicador, la eficiencia de uso de suelos industriales en Navarra ha disminuido en el periodo 1999-2008, ya que el crecimiento de la superficie catastral de edificios industriales fue inferior al crecimiento de los propios polígonos industriales (tabla 1). Según el mapa 6b, la zona con más eficiencia de uso está ubicada en Pamplona y en el norte de Navarra. Llama la atención que los alrededores del área metropolitana de Pamplona sean las áreas con menos intensidad de uso. A partir de los tres indicadores se puede concluir, aunque con mucha precaución por la debilidad de aspectos metodológicos, que la eficiencia del uso industrial de los polígonos está disminuyendo en Navarra. En parte se explica por la gran expansión de polígonos a precios accesibles, lo que no invita a un ahorro de superficie en el momento de construir una instalación industrial. Por otra parte, puede que las transformaciones de los propios sectores hagan que se necesite más espacio para el mismo número de empleados. Además, la intensidad de uso varía mucho por sector, aspecto que no se ha podido estudiar en el contexto del presente artículo. En otros países existen experiencias interesantes donde calculan las necesidades futuras de suelo industrial en función de la ocupación actual de cada sector mediante el coeficiente de terreno (Knoben y Traa, 2008). Sería interesante investigar si es posible comparar estos coeficientes entre las distintas regiones y aplicarlos para la planificación de polígonos industriales. 7. El equilibrio territorial El término equilibrio territorial es un objetivo clave de la ordenación del territorio, pero siempre genera debate a la hora de transformarlo en planes y acciones concretos. No hay que ir más allá del debate actual sobre el término cohesión territorial a nivel europeo, donde en muchas ocasiones se enfrentan los que interpretan la cohesión territorial como equidad en el acceso a servicios y oportunidades, mientras que otros enfatizan más la complementariedad entre las regiones y el aprovechamiento máximo del capital territorial de cada una. 18 La Estrategia Territorial de Navarra ha establecido un modelo que interpreta el término para la Comunidad Foral. Básicamente consiste en potenciar el desarrollo de ciudades medias y cabeceras de valle e intensificar la cooperación territorial y las relaciones económicas entre unidades a diferentes escalas: Pamplona con otras ciudades europeas, regiones de Navarra con sus comunidades vecinas, cabeceras de valle con su entorno rural, etc. Si observamos el desarrollo del empleo y de población se debe concluir que no se está consiguiendo el equilibrio territorial en Navarra en los últimos veinte años. Tanto las actividades como las personas se están concentrando cada vez más en el área metropolitana de Pamplona y, en menor medida, en otras áreas con ciertas ventajas competitivas, como el Eje del Ebro. La pregunta es si este fenómeno se puede relacionar con la disponibilidad de polígonos industriales. En el gráfico 2 se muestra la relación entre el crecimiento de población y el crecimiento de los polígonos industriales. En general, vemos una relación consistente entre ambas variables, o sea, el crecimiento de población va acompañado de la construcción de polígonos. No obstante, existen muchas zonas en las que la población ha disminuido a pesar de la construcción de nuevos polígonos. Hay un par de zonas excepcionales, Tudela y Estella, cuyo elevado crecimiento poblacional podría sugerir un aumento mayor de los polígonos industriales. En otras, como Mendavia/Viana o Carcastillo, los polígonos industriales han crecido mucho en un contexto de poco crecimiento poblacional. 19 Gráfico 2: Relación entre crecimiento de polígonos industriales y crecimiento de población en las subáreas ETN. Fuentes: INE, SIOSE, elaboración propia. Crecimiento de población (personas 8000 7000 Tudela 6000 5000 4000 Cintruenigo Estella 3000 2000 1000 Mendavia/Viana Carcastillo 0 -1000 0 20 40 60 80 100 120 140 160 Crecimiento de polígonos industriales (hectáreas) Nota: el gráfico excluye el subárea de Pamplona. El fomento de la industria, o la actividad económica en general, en las áreas menos favorecidas es un tema más complejo, ya que además de incentivarse el desarrollo de una oferta de suelo industrial adaptada a estos territorios, esta debe acompañarse de un análisis mas exhaustivo del tipo de empresas que el territorio puede llegar a atraer y basar su desarrollo en un modelo territorial concertado y basado en la potenciación del uso de los recursos endógenos del territorio. Un caso ejemplar es la zona pirenaica de la Comunidad Foral, donde el Gobierno Foral está desarrollando un Plan Estratégico Integral que garantice, a futuro, la diversificación de la actividad económica en un entorno con muchas limitaciones. El precio de la parcela puede ser un importante factor de atracción. Como ha sido comprobado en el estudio de Orcao y otros (2007) en Zaragoza, el precio incluso es el factor determinante en las decisiones de localización de las empresas. Sólo para algunas industrias el atractivo reside en la configuración de un polígono con servicio de valor añadido, como la presencia de un cluster especializado en tecnologías de punta, o 20 servicios básicos como guarderías, seguridad, o contabilidad. Aunque estas conclusiones pueden ser aplicables en zonas con alta accesibilidad de mercado, las áreas rurales se encuentran con que ni el precio barato del suelo motiva a las empresas a establecerse en el lugar. 8. Conclusiones En la introducción nos planteamos el objetivo de evaluar el desarrollo de los polígonos industriales en Navarra según los criterios de uso eficiente del suelo y equilibrio territorial. En primer lugar, los análisis muestran que falta por desarrollar una metodología más precisa y consistente. El problema principal es la disponibilidad de datos, que no permite una aproximación precisa a las diferentes fases de desarrollo de los polígonos, ni un inventario de la ocupación por empresas industriales y no industriales. Sin embargo, con los datos del SIOSE sobre la cobertura industrial, los datos de empleo por municipio y las edificaciones industriales del catastro, se ha podido hacer una primera aproximación de las tendencias principales. Basándonos en dicho análisis se puede concluir que los polígonos industriales en Navarra están creciendo a un ritmo mayor que la propia expansión urbanística, algo que por sí ya se encuentra en niveles elevados dentro del contexto europeo. La expansión se concentra en Pamplona, el Eje del Ebro y las autopistas principales de Pamplona al País Vasco y Tudela. En términos de uso eficiente del suelo, los tres criterios desarrollados apuntan a que la intensidad del uso de los polígonos se está disminuyendo. El crecimiento absoluto del suelo urbano es mayor que otros usos urbanos, la densidad de empleo en los polígonos parece disminuirse, y la edificación industrial crece a un ritmo inferior que los suelos industriales en que se ubican. Al mismo tiempo, se observa que el uso es más eficiente en el norte de Navarra, donde existen limitaciones orográficas, y en Pamplona, donde existe mayor presión del mercado. En cuanto al equilibrio territorial, se nota que existe una tendencia hacia la concentración de suelos industriales en áreas de mayor atractivo. Esa tendencia se ve 21 ligeramente revertida por la intervención pública mediante la promoción de polígonos en áreas con menor dinamismo económico. Esto se refleja en el hecho de que también en las áreas sin crecimiento demográfico la superficie total de los polígonos aumenta. Para mejorar el impacto de las políticas se sugiere seguir investigando la evolución de los polígonos industriales y los procesos que empujan su desarrollo. Una mejora evidente es la disponibilidad de datos para calcular los criterios de evaluación con menos margen de error. Otro camino es la inclusión de más criterios en temas paisajísticos, ambientales, de movilidad o del tejido social. Incluso es posible pensar en un modelo para pronosticar las futuras demandas en base a un conocimiento de las necesidades de espacio de cada sector, siguiendo las sendas caminadas por otros países europeos. 9. Bibliografía Caravaca Barroso, I. (2006): “La nueva industria urbana y metropolitana: procesos, estrategias y resultados”. En Méndez Gutiérrez del Valle, R. y Pascual RuizValdepeñas, H. (coords.): Industria y ciudad en España: nuevas realidades, nuevos retos, Cizur Menor (Navarra), Cívitas, p. 29-50. EEA - European Environment Agency; European Commission, Directorate-General, Joint Research Centre (2006): Urban sprawl in Europe. The ignored challenge [en línea], Luxembourg: Office for Official Publications of the European Communities. 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