Parte 3: Avanzar al siguiente nivel

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Parte 3
Avanzar al siguiente nivel
Llevar la respuesta al sida al siguiente nivel
Poner fin a los casos nuevos
de infección por el VIH
Para gran parte del mundo, lo que alguna vez fue
una sentencia de muerte hoy es una enfermedad
crónica, pero todavía hay un largo camino por
recorrer. Es tiempo de avanzar desde la respuesta
a la emergencia de la década pasada hacia un
programa de alcance mundial, pero que satisfaga
las necesidades de cada país en particular; que
sea sostenible, eficiente y efectivo; que mantenga
los logros de la década pasada y amplíe los
programas existentes para llegar a las personas
que no están recibiendo ayuda.
Por cada tres personas que comienzan a
recibir medicamentos en los países de bajos y
medianos ingresos, cinco personas se infectan.
En 2009, había 2,6 millones de casos nuevos de
infección y reducir esta cifra debe ser una prioridad.
Resolver estos dos problemas –ampliar el
tratamiento a los beneficiarios que lo necesitan
y controlar la propagación de la enfermedad– es
una responsabilidad compartida; es un desafío
mundial y todos tienen algo que aportar.
El VIH afecta a algunas personas más que
a otras y las respuestas al sida en cada sector
necesitan superar la exclusión y el estigma que
facilita la propagación del VIH. Los planes nacionales de atención de salud deben estar dirigidos
especialmente a los grupos de población clave
en mayor riesgo y deben reconocer que los
trabajadores de la salud son los primeros en
producir y reproducir el estigma. Los sistemas
de educación y justicia deben ser modelos de
inclusión y práctica no discriminatoria. Muchos
países en casi todas las regiones del mundo no
poseen planes que aborden adecuadamente las
necesidades de los hombres que tienen relaciones
sexuales con hombres ni de las personas que se
inyectan drogas. ❰❰
Cambios en las reglas del juego en el avance hacia la meta ‘cero’
Las principales innovaciones en las tecnologías sociales, médicas y de la comunicación continúan
ayudando en la transformación de la respuesta al sida. Entre los avances más emocionantes está
la convergencia entre el tratamiento contra la infección por el VIH y los objetivos de prevención.
El 12 de mayo de 2011, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos anunciaron el cierre
anticipado de un ensayo clínico que probaba los efectos de una terapia antirretrovírica temprana
sobre el riesgo de transmisión del VIH. El ensayo incluyó a más de 1.700 parejas en 13 lugares del
mundo. Al inicio del ensayo, un compañero en cada pareja era seronegativo, mientras que el otro
era seropositivo, pero no era médicamente apto para recibir tratamiento contra el VIH. El ensayo
fue interrumpido debido a un indicio temprano de muy buenos resultados.
Esta evidencia clara del alto grado de eficacia de los medicamentos antirretrovíricos para disminuir
las probabilidades de transmisión del VIH, ha sido descrita por el ONUSIDA como un “cambio en
las reglas del juego” y abre un nuevo frente en la prevención del VIH.
El desafío consiste en llevar esta innovación de manera rápida y eficaz a los grupos de población
más necesitados. Las prioridades van desde estructurar la financiación y la ejecución hasta erradicar
el estigma social, reducir la toxicidad de los medicamentos y hacer del derecho a conocer el propio
estado serológico respecto al VIH una realidad para todos.
2,6 millones
En 2009 había 2,6 millones de
casos nuevos de infección por el VIH
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
99
Poner fin a los casos nuevos de infección por el VIH (continúa)
Es necesario hacer mejor las cosas:
herramientas que requieren ampliarse
Las siguientes herramientas, empleadas de manera combinada, constituyen formas comprobadas
para cambiar el curso de la epidemia del sida.
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Tratamiento, atención y apoyo para las personas que viven con el VIH: El cierre de la brecha
que existe en el tratamiento es una prioridad mundial, clara y urgente. La comprensión total del
potencial que tiene la terapia antirretrovírica para salvar vidas y prevenir la enfermedad también
exige prestar atención a las coinfecciones, sobre todo la tuberculosis. Los programas para el
sida no detectan adecuadamente la tuberculosis ni otras infecciones tratables. La tuberculosis
es la causa más común de muerte entre las personas con VIH; el 25% de todas las muertes por
tuberculosis se producen en personas con VIH y hay un millón de casos de tuberculosis al año
entre las personas con VIH.
Prevención de la transmisión vertical: El objetivo de eliminar los casos nuevos de infección en
niños ha inspirado una coalición sin precedentes de asociados unidos en su determinación de
superar los desafíos del desarrollo y cerrar esta brecha en la prevención.
Circuncisión masculina: Ensayos clínicos demuestran que reduce la posibilidad de infección en
los hombres en alrededor del 60%. Hasta ahora, se han realizado 400.000 circuncisiones desde
que el ONUSIDA y la OMS recomendaron esta medida para los países con alta prevalencia y
bajas tasas de circuncisión.
Comunicación de los cambios sociales y conductuales: Fundamentales en la disminución de
la incidencia del VIH durante la última década han sido los cambios en las conductas, a saber:
menos parejas, uso del preservativo con parejas casuales y menos jóvenes sexualmente activos
a temprana edad. Mantener estas conductas requiere un reforzamiento constante.
Actividades centradas en los grupos de población clave: Las actividades que involucran y
apoyan a los profesionales del sexo y sus clientes, a los hombres que tienen relaciones sexuales
con hombres y a los usuarios de drogas inyectables están entre las medidas más directas para
frenar la incidencia del VIH, aunque todavía están lejos de convertirse en medidas universales.
Fomento y distribución del preservativo: El uso del preservativo todavía es demasiado bajo.
Estimaciones de 23 países con alta prevalencia del VIH indican que, si bien ha habido un
aumento general en el uso del preservativo, cerca de tres cuartas partes de la población no ha
usado preservativo durante su última relación sexual. Los programas que fomentan el preservativo femenino han avanzado, pero aún tienen mucho potencial de crecimiento. Superar las
dificultades para lograr un apoyo más amplio, es decir, los elevados precios y la falta de una
cadena de distribución segura, ayudará a que las mujeres cuenten con una poderosa herramienta de prevención.
La prueba del VIH está subutilizada: El derecho a conocer su estado serológico respecto al VIH
y el entorno favorable en el cual poder actuar –ya sea tener acceso al tratamiento, apoyar un
cambio de conducta o ampliar las opciones en el caso de las parejas discordantes– está lejos
de ser una realidad. La mayoría de las personas todavía no saben que tienen la infección por
el VIH hasta que desarrollan los síntomas del sida. Los niveles de las pruebas en los países más
afectados varían drásticamente, desde el 4,8% de las mujeres en Camerún, a más del 42% en
Lesotho. Las estrategias comunitarias que exigen la realización de la prueba del VIH, a la vez
que derriban las barreras del miedo y el estigma, ofrecen grandes esperanzas.
100
ONUSIDA 2011
Abogar por una revolución
de la prevención al:
❱
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concentrar las actividades fundamentadas
en pruebas y basadas en los derechos en
los grupos de población donde se presentan la mayor parte de los casos nuevos de
infección, e intensificar las intervenciones
comprobadas en los focos de trasmisión;
garantizar leyes protectoras, la aplicación de
leyes favorables y el acceso a la justicia y;
aumentar las inversiones en investigación
para acelerar el desarrollo de vacunas, métodos de control femeninos, microbicidas y
otras herramientas de prevención.
Extraído del Informe del Secretario General
para el Sexagésimo Quinto Período de
Sesiones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas: "Unidos en pro del acceso
universal: cero nuevas infecciones por el
VIH, cero discriminaciones y cero muertes
relacionadas con el sida".
Compartir la responsabilidad para
generar resultados sostenibles
Para poder avanzar más allá del enfoque de la
emergencia en la respuesta al sida se requieren
más y diversas fuentes de financiación. A medida
que más países han reconocido su interés nacional
en una respuesta decisiva frente al sida, también
se ha reconocido la necesidad de movilizar mayor
financiación interna. Sin embargo, son pocos los
países del África Subsahariana que han logrado
las metas que establecieron en Abuja en 2001
con respecto a sus presupuestos de salud. Si
los países más afectados asignaran su inversión
nacional a la respuesta al sida, en proporción a
la carga de la enfermedad y al tamaño del presupuesto de salud, la inversión nacional en el África
Subsahariana casi se duplicaría y mucho de este
aumento provendría de Sudáfrica, la economía
más grande de la región.
El siguiente cambio importante que se
requiere para lograr una respuesta al sida más
eficaz es la apropiación nacional. No sólo es
fundamental para las respuestas sostenibles frente
al sida, sino también es la vía fundamental para
mejorar la eficacia de la ayuda. La apropiación
nacional significa contar con un liderazgo nacional,
multisectorial e integrador en todos los niveles
para gestionar la concepción y ejecución de
políticas y estrategias en materia de sida eficaces,
y garantizar una responsabilidad mutua basada
en resultados. Los países y los donantes deben
cambiar sus compromisos de ayuda de corto
plazo a un financiamiento a largo plazo que sea
previsible y sostenible. Se requieren mayores
incentivos para fomentar una mayor apropiación
por parte de los países asociados de las políticas
y los programas nacionales en materia de sida,
junto con el desarrollo intenso de asistencia
técnica prestada por proveedores en el Sur y a
través de la cooperación Sur-Sur.
El sida no es sólo un problema médico. La
respuesta a él debe estar mejor integrada en los
sistemas de salud existentes, particularmente
en los programas de salud para las mujeres y
en los sistemas de la comunidad, de justicia, de
educación, de protección y bienestar social, a
fin de que la prevención y el tratamiento sean
administrados de manera más eficiente y se
desarrollen capacidades en todos los sistemas. ❰❰
Forjar un marco revitalizado de solidaridad
mundial para alcanzar el acceso universal a
la prevención, el tratamiento, la atención y
el apoyo relacionados con el VIH para el año
2015 mediante:
❱
❱
❱
el ejercicio de un liderazgo integrador y
responsable;
el cumplimiento de compromisos
justos para alcanzar las necesidades de
inversión; y
el fortalecimiento de las capacidades de
las instituciones nacionales, los sistemas
comunitarios y el personal de salud.
Informe del Secretario General, 2011
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
101
COMENTARIO
Edwin Cameron
Liberado desde una oscuridad silenciosa
El juez sudafricano revela cómo superó el miedo y la vergüenza para revelar su
condición de VIH-positivo.
En 1999 decidí hacer público mi estado serológico respecto al VIH. Lo había mantenido en secreto desde que
me diagnosticaron la infección en 1986. A pesar de todas las muertes y el sufrimiento que hay en África, la
epidemia se caracterizaba por el silencio, el miedo y la vergüenza. Revelarlo parecía esencial, pero tenía que
luchar contra mi propio miedo y vergüenza. Hacerlo fue una de las decisiones más poderosas y liberadoras de
mi vida.
El asesinato de Gugu Dlamini fue crucial. A fines de 1998 ella murió lapidada y apuñalada por vecinos que
la habían escuchado en la radio decir que había contraído el VIH. Esta mujer desprotegida y pobre se atrevió
a hablar y murió. ¿Cómo podía yo, protegido por mis privilegios de la clase media, mantenerme callado? En
noviembre de ese año, Simon Nkoli, un valiente activista que había anunciado públicamente que tenía sida, también murió. Yo hablé en su funeral acerca de la importancia de su franqueza con respecto al sida, sin embargo,
me mantenía en silencio.
Estaba viviendo un tremendo conflicto interno. A pesar de ser un defensor de los derechos humanos que
luchaba por la justicia y la igualdad, rechazando la ignorancia y el miedo, vivía aún con miedo y en silencio. Tenía
que poner fin a este conflicto. Mi condición secreta y mi perfil público tenían que unirse.
La epidemia también necesitaba portavoces. Sabía que no podía ser el portavoz de la epidemia en África
porque era un hombre blanco viviendo en un continente negro, un homosexual en medio de una epidemia
heterosexual, una persona relativamente acomodada, recibiendo tratamiento en un continente pobre. Pero
finalmente hablé para que mi voz ayudara a terminar con el silencio.
Doce años después, hay muchos motivos para estar optimista. El manejo médico de la infección por el VIH
está bien entendido y el tratamiento funciona bien. La terapia antirretrovírica también ha redefinido la respuesta
social a la epidemia. En Sudáfrica contamos con el Dr. Aaron Motsoaledi, un ministro de salud comprometido e
informado que representa el enfoque práctico de “deja de agonizar y actúa” que necesitamos.
Sin embargo, la cantidad de infecciones diarias es motivo de consternación y tristeza. Cambiar los patrones
de conducta sexual de las personas es una tarea difícil. Aquí, los derechos humanos y de género son fundamentales. Las mujeres no tienen poder dentro de la ley, están social y políticamente subordinadas y la capacidad de
decir cómo y cuándo quieren tener relaciones sexuales no es una realidad para muchas.
El VIH siempre ha sido una epidemia de los vulnerables y legalmente desamparados. Emergió entre los
hombres homosexuales cuando la homosexualidad era ilegal en la mayor parte de los Estados Unidos de
América. Todavía pesa sobre los usuarios de drogas inyectables, sobre los profesionales del sexo y sobre los
pobres de África. Las personas marginadas de la sociedad enfrentan inmensos obstáculos para tener acceso a
los servicios de atención médica, diagnóstico y tratamiento de la infección por el VIH. Además, el estigma sigue
siendo un rasgo característico.
Las personas que ocupan altos cargos todavía son reacias a hablar abiertamente sobre vivir con el VIH.
Tenemos los testimonios de los médicos, especialistas en ciencias sociales y políticos, pero necesitamos el
testimonio de cada persona contagiada o en riesgo de contraer el VIH. Cuando todos podamos hablar libre
y plenamente, exigiendo tratamiento e igualdad, y no seamos discriminados en la atención de salud o en el
trabajo, entonces habremos comenzado a percibir la infección por el VIH como una enfermedad normal. ❰❰
Edwin Cameron es juez de la Corte Constitucional y es el primer alto funcionario sudafricano en declarar
públicamente que vive con el VIH.
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
103
Garantizar la responsabilidad mutua
para lograr el acceso universal
La responsabilidad, la medición y la evaluación,
y enfocarse en los resultados (no sólo en el gasto)
deben ser los componentes centrales de todo plan.
La respuesta mundial frente al sida se enorgullece
por hacer seguimiento a la epidemiología y por
tratar a más personas que casi cualquier otro
programa de lucha contra enfermedades, pero aún
falta incorporar un mecanismo que mida el éxito
e identifique las áreas que no están funcionando.
Es tiempo de que la comunidad a cargo de la
respuesta al sida adopte un enfoque sistemático
para medir la eficacia.
Todo programa debe ser capaz de responder
la pregunta básica: ¿está el dinero haciendo
lo que se supone debe hacer? El centro de la
atención debe cambiarse del rendimiento (la
cantidad de personas cubiertas por los servicios
o que reciben medicamentos) a los resultados
(detener el aumento de casos nuevos y ayudar
a las personas infectadas a llevar una vida más
saludable y productiva).
El caso de las métricas más inteligentes
enfocadas en resultados duraderos no se hace
más evidente que en el tratamiento del VIH.
Las pruebas con las que contamos actualmente,
que no bastan, indican que enfocarnos sólo en
la distribución de medicamentos resulta insuficiente: un estudio llevado a cabo en 2007 en
África Subsahariana concluyó que luego de dos
años, un promedio del 40% de los pacientes que
habían estado en programas de tratamiento del
VIH habían dejado de tomar los medicamentos.
El próximo paso consiste en determinar cómo
mantener un tratamiento eficaz en el largo plazo.
Los factores sociales, económicos y educativos
104
ONUSIDA 2011
tienen un papel importante y se deben abordar.
Los enfoques que se basan en pasar de lo general
a lo particular son valiosos para lograr el equilibrio, pero pueden derrumbarse en la práctica, a
menos que exista un importante compromiso
de la comunidad y, mejor aún, si los proyectos
se elaboran en el seno de esta.
El enfoque de ayuda más inteligente se centra en identificar, medir y ampliar los programas
que funcionan. Un claro ejemplo de esto es la
campaña para disminuir la transmisión vertical del
VIH, que afectaba a aproximadamente 400.000
niños en 2009. Un buen programa de prevención
puede disminuir el riesgo de infección del 40%
a menos del 5%. Con este enfoque, Sudáfrica,
uno de los países más afectados por el sida en el
mundo, ha reducido drásticamente las tasas de
transmisión vertical con una cobertura del 90%.
En África Subsahariana en general, el porcentaje
de muertes de niños menores de cinco años
debidas al VIH ha ido disminuyendo del 5,4%
en el año 2000 al 3,6% en 2009.
Sin embargo, hacer que este programa
funcione va más allá de sólo distribuir medicamentos. Requiere un enfoque multifacético
y multidisciplinario que integre la ciencia de
vanguardia con la participación local. A menudo,
las mejores respuestas a problemas complejos
surgen de soluciones locales que pueden abordar
aspectos vitales de la respuesta al sida y evitar
los incentivos indeseables y las consecuencias
imprevistas, que por lo general socavan los esfuerzos bien intencionados de las organizaciones
de ayuda internacional. ❰❰
Comprometerse a forjar mecanismos sólidos
de responsabilidad mutua que traduzcan los
compromisos en acciones mediante:
❱
❱
❱
❱
❱
el establecimiento de metas nacionales
ambiciosas que cuenten con revisiones de
avance periódicas;
el desarrollo de un marco revisado de
indicadores mundiales esenciales;
el informe sobre el avance en el evento
especial de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM) 2013 y en las revisiones
posteriores de los ODM;
el establecimiento de revisiones regionales anuales entre pares, organizadas
por organismos políticos competentes
en las regiones;
la garantía de una participación significativa de las delegaciones de la sociedad civil
y de las comunidades afectadas en las revisiones nacionales y regionales, incluidas
las personas que consumen drogas, los
hombres que tienen relaciones sexuales
con hombres, las personas que participan
en el comercio sexual y los jóvenes.
Informe del Secretario General, 2011
Romper la trayectoria
ascendente de los costos
La respuesta al sida se encuentra en un punto
álgido. Se requiere una importante financiación
para mantener los logros de la década pasada y
extenderlos a los millones de personas que aún
necesitan ayuda. Actualmente, la enfermedad
afecta a más de 34 millones de personas [30,9 a
36,9 millones]. Al menos nueve millones de ellas
en los países de bajos y medianos ingresos son
aptas para tratamiento y no lo están recibiendo,
según la Organización Mundial de la Salud.
Para hacer frente a estos desafíos se requiere
compromisos sólidos, una inversión inteligente y
un replanteamiento de los enfoques anteriores.
En pocas palabras, se debe salvar más vidas con
tratamientos más eficaces y eficientes y se debe
evitar que más personas contraigan el VIH. Se
debe aumentar la financiación para fomentar
una prevención sólida y efectiva, continuar los
programas existentes y proporcionar ayuda a las
personas desatendidas.
El acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el
VIH se puede lograr para 2015 con un incremento
de la financiación. El aumento de la financiación
desde el 2001 ya ha dado dividendos, pero los
niveles no son suficientes para cambiar el rumbo de
la epidemia. Considerando las sinergias existentes
entre los elementos de los programas, las posibles
eficiencias en la prestación del tratamiento y
el impacto del tratamiento en la prevención,
un marco de inversión del 2011 propuesto por
ONUSIDA y sus asociados concluyó que para
el 2015 se necesitaría una inversión anual más
focalizada de al menos US$ 22.000 a US$ 23.000
millones, es decir, US$ 6.000 millones más que
los US$ 16.000 millones disponibles actualmente.
Esta sería una buena inversión en el futuro: en el
2020, la rentabilidad de esta inversión evitaría 12
millones más de casos nuevos de infección y 7,4
millones más de muertes, por comparación con
los actuales niveles de financiación.
Los avances que hemos logrado en la respuesta al sida han sido el resultado de una colaboración
única que ha unido tecnologías y medicamentos
nuevos con métodos para utilizarlos que son
creativos y a veces poco ortodoxos. Ejemplo
de esto es la insistencia de incluir a los grupos
marginados como parte de la solución y no del
problema; el rechazo de la idea de que la atención
de salud “costosa” no debe estar a disposición de
las personas de los países pobres; el control de las
políticas de precio tradicionales para hacer que los
medicamentos sean asequibles; y el desarrollo de
terapias combinadas que han otorgado a millones
de personas un nuevo aliciente en sus vidas.
Hoy día es posible reducir a la mitad las
actuales tasas de infección por el VIH, pero esto
sólo puede ocurrir si aumentamos el ritmo de la
innovación. Es momento de enfocar, optimizar
e intensificar nuestras acciones. Debemos traspasar los límites tradicionales en la forma como
enfrentamos la enfermedad y la manera en que
financiamos nuestra respuesta frente a ella, cuando
las antiguas dinámicas de poder geopolítico se
hacen cada vez más multipolares y mientras las
diferencias entre ricos y pobres aumentan aún más.
Ya somos testigos de muchas estrategias
nuevas que nos están llevando en la dirección
correcta, entre ellas, dirigir la terapia antirretrovírica al sitio de la infección para impedir el
ingreso del VIH al organismo (p. ej., suministrando
microbicidas al tracto genital); descubrir vacunas
potencialmente poderosas como resultado de la
investigación sobre anticuerpos; y hacer cambios
estructurales creativos, tales como cambiar de
enfoques institucionales rígidos a respuestas más
participativas basadas en las comunidades y las
redes, y ayudar a las personas a hacerse cargo
de su propia atención de salud.
Al mismo tiempo, enfrentamos muchos desafíos nuevos, por ejemplo, la urgente necesidad
de reforzar el cumplimiento de los programas
de medicación e intensificar el seguimiento y la
supervisión. Esto exige una respuesta multifacética:
diagnósticos en los puntos de atención, aumento
del uso y capacitación de los trabajadores de apoyo
comunitario y una revisión de la relación clínica
entre el médico y el paciente. ❰❰
Ejecutar programas más eficientes y
sostenibles, mediante:
❱
❱
❱
el fomento de la innovación que genere
eficiencia en el acceso al tratamiento: el
programa del Tratamiento 2.0;
el aumento al máximo de la eficiencia
de los costos no relacionados con los
medicamentos, que incluye la descentralización de los servicios, la delegación de
funciones y la creación de capacidades
entre los trabajadores de la salud en las
comunidades, y el fortalecimiento de los
sistemas comunitarios; y
el aprovechamiento de las sinergias
entre la respuesta al VIH y las actividades
para cumplir los Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
Informe del Secretario General, 2011
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
105
COMENTARIO
Amadou Toumani Touré
Un llamado a todos los jóvenes a ser líderes
Treinta años después del inicio de la respuesta al VIH, aproximadamente 3.000 jóvenes se infectan por el VIH
cada día. Esta es la razón por la cual fui el anfitrión de una cumbre, celebrada en Bamako, Malí del 15 al 17
de abril de 2011, que reunió a más de 150 jóvenes activistas de todo el mundo para conseguir una respuesta
al VIH liderada por jóvenes. El Llamado a la Acción adoptado en la cumbre destaca uno de los elementos
fundamentales que deben analizarse en el Período extraodinario de sesiones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas sobre el VIH/Sida de junio de 2011.
En mi discurso de bienvenida a la cumbre, hice un llamado a los jóvenes líderes reunidos ahí, y a los de todo
el mundo, a servir de ejemplo a otros: a reducir la transmisión del VIH a través de campañas de información y
sensibilización dirigidas a los grupos más vulnerables; a eliminar la transmisión vertical; y a rechazar todo tipo de
discriminación y estigmatización relacionada con el VIH y el sida. Estos deben ser, les dije, sus nuevos ‘mandamientos’ sobre el VIH.
Pero los jóvenes no deben llevar esta carga solos. Los Estados Miembros deben cumplir una función
fundamental dentro de la amplia movilización que se requiere para afrontar esta pandemia. Malí, por ejemplo,
ha progresado considerablemente desde 2004. La cantidad de centros de pruebas ha aumentado diez veces, de
26 a 260. Los lugares donde se suministra el tratamiento han aumentado de 9 a 67 y el número de pacientes que
están recibiendo tratamiento antirretrovírico ha aumentado de 3.300 en 2004 a más de 27.000 actualmente. Malí
ha dirigido numerosas campañas de sensibilización y ha adoptado un nuevo proyecto de ley para proteger los
derechos individuales de las personas infectadas y afectadas. En el presupuesto estatal se asignaron más de US$
5 millones por año y también se ha establecido un fondo nacional para el VIH y el sida.
La ‘fatalidad del sida’ no debe existir en nuestros países. Pero, no podemos permitirnos bajar la guardia.
Nuestra vigilancia debe ser permanente. Se les debe dar el espacio a los jóvenes para liderar y yo quiero alentar
a la juventud del mundo a que redoble sus fuerzas y sea líder en la respuesta al VIH y al sida. ❰❰
Amadou Toumani Touré, Presidente de Malí.
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
107
Se necesita una revolución social para
proteger la salud de las mujeres y niñas
Existen muchos factores que fomentan la
propagación del VIH entre las mujeres y niñas:
la pobreza y disparidad económica; la falta de
educación; violencia o temor a la violencia; y la
falta de servicios de salud sexual y reproductiva.
La combinación de estos factores dificulta el
acceso de las mujeres y niñas a los servicios de
prevención, tratamiento y atención del VIH.
Se debe adoptar un enfoque integral. La
educación, la prueba del VIH y la atención del sida,
por lo general, no están integradas a los programas
de salud sexual y reproductiva. En muchos países,
las cuestiones sexuales son un tema tabú para
las niñas, lo que aumenta innecesariamente su
riesgo de infección.
La defensa de los derechos humanos y la
protección contra el estigma y la violencia son
esenciales para responder de manera más eficaz
a la infección por el VIH entre las mujeres y niñas.
El acceso a métodos anticonceptivos eficaces y
al aborto seguro debe ser reconocido como un
derecho humano. Las protecciones legales deben
estar en funcionamiento y aplicarse para detener
la violencia en contra de las mujeres.
Muchas niñas adolescentes tienen miedo
de revelar su estado serológico respecto al VIH a
su pareja sexual, ya que les preocupa el impacto
que puede causar dicha revelación en la relación.
Debido a la falta de integración entre la prevención del VIH y la salud sexual y reproductiva, los
proveedores de servicios no están preparados para
identificar ni atender a este “grupo de población
oculto” conformado por adolescentes que tienen
miedo del estigma y la discriminación que puede
traer consigo la revelación de su condición.
Los planes y programas nacionales en materia
de sida deben contar con información considerable
por parte de los grupos de mujeres para que las
intervenciones se conciban y pongan en práctica
de manera que atiendan las necesidades de las
mujeres y niñas que viven con el VIH o están en
riesgo de contraerlo. Esto conlleva una integración
con los servicios de salud sexual y reproductiva,
que va desde la anticoncepción hasta la atención
pre y postnatal, el aborto y la atención posterior a
este, hasta la atención médica integral. ❰❰
108
ONUSIDA 2011
26
%
Más de una cuarta parte de los
casos nuevos de infección por el
VIH en el mundo se presentan
entre las mujeres de 15 a 24 años
Los jóvenes líderes comparten una
misma visión y exigen derechos
Garantizar que la condición de las mujeres y
niñas en nuestras sociedades y respuestas al
VIH promuevan su salud, sus derechos humanos, su seguridad y su dignidad mediante:
❱
❱
❱
❱
❱
❱
❱
la revocación de las normas de género
perjudiciales;
la igualdad de derechos y acceso equitativo a la justicia y a la seguridad para las
mujeres y niñas;
la protección de los derechos de las
mujeres y niñas que viven con el VIH,
incluida su salud sexual y reproductiva y
sus derechos como personas;
el fortalecimiento de la protección social,
la atención y el apoyo;
la ampliación de los programas para
eliminar la violencia de género;
garantizar que las respuestas nacionales
atiendan las necesidades específicas de
las mujeres y niñas con respecto al VIH;
la ejecución de un plan completo e
integrado para el VIH, la tuberculosis y la
salud sexual y reproductiva que aborde las
necesidades más amplias de las mujeres
y niños.
En los últimos tres decenios, el sida ha pasado
de ser una amenaza mundial a constituir un
movimiento mundial, de una enfermedad estigmatizada a un camino hacia la autonomía, y de una
enfermedad desatendida a una responsabilidad
compartida. Podemos cambiar el rumbo del sida,
pero sólo si lo hacemos en forma creativa, valiente
y en conjunto.
La Cumbre Mundial de Jóvenes sobre el
VIH, llevada cabo en Malí, en abril de 2011, hizo
un llamado a capacitar a los jóvenes para abrir
paso a una nueva generación de liderazgo en el
ámbito del sida.
El ideal de un mundo sin casos nuevos de
infección por el VIH, sin muertes relacionadas
con el sida y sin discriminación es abrazado por
la generación actual de líderes mundiales. Pero
el hecho desesperanzador es que la mayoría de
estos líderes no vivirá para ver este ideal realizado.
Esta responsabilidad debe pasar a una nueva
generación de líderes que ya está preparada
para dirigir una respuesta al sida más sólida,
más decidida y más constante. Los mismos que
se rehúsan a aceptar lo intolerable, que exigen
que sus derechos sean respetados y que llaman
a una movilización masiva por un mundo mejor,
como se puso de manifiesto en abril de 2011 en
las calles de Egipto, Túnez y otros lugares, ya se
están haciendo escuchar en la respuesta para
resistir los estragos del sida. ❰❰
Informe del Secretario General, 2011
El VIH es la causa principal de muerte entre
las mujeres en edad reproductiva.
La cantidad de niñas de 10 a 14 años que
viven con el VIH ha aumentado de unas
50.000 en 1999 a más de 300.000 en 2010.
En África Meridional, las mujeres jóvenes
tienen hasta cinco veces más probabilidades de infectarse con el VIH que los
hombres jóvenes.
Se estima que entre el 12% y el 18% de
todas las muertes relacionadas con el
embarazo se deben al VIH.
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
109
COMENTARIO
Maged El Sayed El Rabeiy
Aprovechar el poder de los jóvenes
El joven VIH-positivo, de origen egipcio, señala que los jóvenes pueden cambiar
la cara de la epidemia en el mundo.
Mi travesía con el VIH comenzó hace tres años, cuando iba a cumplir con el servicio militar y fui
diagnosticado con la infección por el VIH. Desde niño conozco los modos de transmisión del VIH y supuse
que estaría entre las personas infectadas, pero cuando esta suposición se convirtió en realidad, me
negué a aceptarlo. En ese momento me horroricé, ya que solía pensar que el VIH era una enfermedad sin
tratamiento, una enfermedad mortal.
Meses después, me uní a The Friends of Life, la única organización no gubernamental en Egipto que apoya
a las personas que viven con el VIH y les presta atención. Me sorprendí cuando vi a otras personas como yo:
niños, mujeres y jóvenes, todos viviendo con el VIH. Hoy, mi vida ha cambiado completamente; es una vida con
la misión divina de ayudar a mis pares que están sufriendo, de compartir su dolor, de darles atención y apoyo y
de prevenir que otras personas se contagien con el VIH.
Vivir con el VIH no limita nuestra humanidad. Las personas que viven con el VIH, especialmente los jóvenes,
tienen los mismos derechos a la dignidad, a la salud y a la atención de salud, a la educación, al trabajo, a la
vivienda y a la libertad del matrimonio, las uniones y la autoexpresión.
El VIH en Egipto está rodeado por tres palabras que en inglés comienzan con la letra s: estigma (stigma),
silencio (silence) y vergüenza (shame), debido a las normas sociales y religiosas. Todas ellas llevan a una mayor
discriminación en contra de las personas que vivimos con el VIH, pero no limitan nuestros derechos como personas. Romper el silencio de la sociedad y dar a las personas que viven con el VIH la oportunidad de mostrarse
abiertamente tal y como son, puede cambiar de forma importante la cara del VIH en Egipto.
Así como los jóvenes egipcios cambiaron el destino de nuestro país en enero de 2011, así también los jóvenes de todo el mundo pueden cambiarle la cara al VIH. Podemos hacerlo porque los jóvenes somos poderosos,
dinámicos y organizados. Los jóvenes que viven con el VIH también pueden participar en intervenciones de
prevención, ya que son los más aptos para llegar a sus pares, creando conciencia y corrigiendo los conceptos
equivocados. Su participación es esencial para garantizar que los programas de lucha contra el VIH cumplan su
objetivo de hacer participar más a los jóvenes que viven con el VIH.
Mi mensaje para todos los jóvenes que viven con el VIH es este: tenemos que unirnos como una sola
potencia para defender nuestros derechos y evitar que otros jóvenes se contagien con el VIH. La batalla no
terminará hasta que logremos nuestra visión: cero casos nuevos de infección por el VIH, cero discriminaciones y
cero muertes relacionadas con el sida. ❰❰
Maged El Sayed El Rabeiy es coordinador de proyectos para la organización The Friends of Life en Egipto.
TREINTA AÑOS DE SIDA: LAS NACIONES EN LA ENCRUCIJADA
111
El Arzobispo Tutu insta a los jóvenes
líderes a mantener viva la esperanza
El Arzobispo Desmond Tutu instó a todos
aquellos que participan en la respuesta al sida a
“mantener viva la esperanza”, al pasar el bastón
de liderazgo para la prevención del VIH a una
nueva generación de líderes, en una ceremonia
simbólica realizada en Robben Island el pasado
3 de mayo.
La isla frente a las costas de Ciudad del Cabo
en Sudáfrica fue un entorno inspirador para el
Arzobispo Tutu, copresidente de la Comisión de
Alto Nivel sobre Prevención del VIH del ONUSIDA,
para hacer hincapié a los miembros de la comisión
y a los invitados especiales sobre la intensidad
del desafío que plantea el sida y para instar a
aquellos afectados por la epidemia a que no
pierdan las esperanzas durante los largos días de
lucha. El sitio de la antigua prisión donde Nelson
Mandela y otros prisioneros políticos estuvieron
detenidos durante la época del apartheid, se
ha convertido en un poderoso testimonio de la
entereza del espíritu humano y de su capacidad
para generar cambios cuando hace frente a
obstáculos imponentes.
El Arzobispo, quien se está retirando de
la vida pública, habló de los años perdidos
en Sudáfrica en relación a la respuesta al sida,
cuando se dejó morir a personas aun cuando
se contaba con los medios para salvar sus vidas.
Pidió al grupo de asistentes que centraran
su atención en la bondad de la humanidad y
agregó que “Dios sonríe” cuando oye hablar
del trabajo que se está haciendo para tener un
mundo sin VIH.
Mientras se oían las voces del coro de los
miembros del Proyecto de aceleración del tratamiento, el religioso de 79 años fue nombrando
a un grupo emblemático de jóvenes de todo el
mundo, cada uno de los cuales se ha dedicado a
la revolución de la prevención del VIH y a movilizar
a sus pares y comunidades hacia una respuesta
al sida renovada y revitalizada.
Estos jóvenes líderes llevaron consigo a
Robben Island la Declaración de Bamako: el llamado a la acción de Malí para un nuevo liderazgo
en la respuesta al VIH.
Inspirados por el espíritu de Robben
Island, se asumieron una serie de compromisos
específicos durante la ceremonia para promover
la respuesta de prevención:
•
El ex jugador de la Asociación Nacional de
Básquetbol, Earvin ‘Magic’ Johnson, anunció
que su fundación creará un programa de becas
para jóvenes.
“Mantengan viva la esperanza
y centren su atención en la
bondad de la humanidad.”
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ONUSIDA 2011
•
•
•
•
La Fundación ANTIAIDS de Elena Pinchuk, en
Ucrania, anunció que establecería un concurso
mundial de proyectos de redes sociales creados
por jóvenes sobre la prevención del VIH.
El Centro Mundial para la Innovación en Salud
Móvil y Cell-Life de Sudáfrica, se comprometieron a trabajar en conjunto con el ONUSIDA
y los proveedores de servicios móviles para
promover el diálogo en torno a la prevención y
los cambios de conductas con respecto al VIH,
a través del uso de teléfonos celulares.
Se creará un nuevo movimiento, “Únete”, para
inspirar a los jóvenes conectados digitalmente
a la red a que trabajen unidos contra el VIH.
MTV internacional señaló que haría participar
directamente a los jóvenes en sus actividades
de programación sobre el VIH.
Los delegados aprobaron incondicionalmente la
participación de los jóvenes en todas las etapas
del proceso y se conmovieron especialmente con
el compromiso asumido por Claire Gasamagera
de Rwanda, quien nació con el VIH y es la cabeza
de su familia desde los 17 años; se ha dedicado a
liderar a la generación que librará al mundo del VIH.
Gasamagera contó a los asistentes que nadie
creyó que ella sobreviviría, pero ahí estaba, con 20
años y muy emocionada de asistir a la Comisión
de Alto Nivel, en presencia del Arzobispo Tutu y
de otros líderes y personalidades de talla mundial.
Se comprometió a usar sus conocimientos, habilidades, experiencias y liderazgo para fomentar
la autonomía de los jóvenes que viven con el VIH
en su país y lograr que sus iniciativas cuenten
con apoyo, de manera que puedan ocupar el
lugar que se merecen en la primera línea de la
respuesta al VIH. ❰❰
COMENTARIO
Rachel Arinii Judhistari
Los jóvenes exigimos participar en la formación de nuestro destino
Esta defensora de los derechos de las mujeres señala que los jóvenes están listos
para liderar el camino: pero no mañana, ¡hoy!
Tengo 22 años. Vengo de Indonesia, de un entorno religioso y he experimentado lo que significa ser una mujer
joven en el mundo actual. Tengo amigas que han sido violadas, obligadas a casarse muy jóvenes, acosadas
sexualmente y que están afectadas por el VIH y el sida. Algunas de estas cosas me ocurrieron a mí y no tuve el
apoyo para exigir justicia.
Cuando tenía 15 años, mi profesora nos reunió para un encuentro especial. Un hombre con bata de doctor,
acompañado por nuestro imán, nos dijo que las campañas para el uso del preservativo eran propaganda para
que las personas perdiéramos la fe en Dios y nos convirtiéramos en pecadores. Ninguna de las niñas podía hacer
preguntas, porque nos dijeron que sólo los hombres estaban en riesgo. Esa fue nuestra educación sexual. En
el centro de salud se negaron a hacerme la prueba del VIH, ya que me dijeron que era muy joven y no estaba
casada. Pero también sé que soy muy joven para morir de sida.
Los jóvenes somos un grupo diverso y complejo, pero lo que tenemos en común es que estamos especialmente vulnerables a contraer el VIH. Tenemos derechos, pero lamentablemente, la pobreza, la desigualdad y la
violencia siguen suponiendo un desafío para la vida de los jóvenes. Representamos el 40% de los casos nuevos
de infección por el VIH, pero no se destina el 40% de la financiación a los programas de lucha contra el VIH
dirigidos a los jóvenes.
Tenemos que mejorar esto. ¿A quién hacemos responsable?
Hacemos un llamado a los gobiernos, a los organismos de las Naciones Unidas y a los encargados de
tomar decisiones para que promuevan una educación sexual para los jóvenes que sea exacta, oportuna y
respetuosa de la igualdad de género, y esté fundamentada en datos científicos. Además, debe reconocer
los derechos de los jóvenes para disfrutar su sexualidad de manera segura y placentera, sin impedimentos,
discriminación ni violencia.
Los jóvenes exigimos servicios de salud sexual y reproductiva orientados a los jóvenes, que incluyan
asesoramiento, pruebas y tratamiento del VIH. Estos servicios deben ser proporcionados por proveedores de
atención de salud capacitados, que respeten la diversidad y el derecho a la confidencialidad de los jóvenes,
especialmente de las mujeres y niñas.
Existen muchas iniciativas y redes dirigidas por jóvenes que trascienden las fronteras geográficas, ideológicas
y políticas, entre otras. Los jóvenes tenemos una habilidad natural para llegar a nuestros pares y a otras personas.
Las iniciativas de lucha contra el VIH deben llegar a las redes dirigidas por jóvenes para establecer comunicación
con ellos, entender mejor sus necesidades y aprovechar los atributos únicos que tenemos.
A los jóvenes se nos suele llamar los líderes del mañana, pero somos los líderes de hoy, y exigimos sentarnos en la mesa donde se toman las decisiones que nos afectan. ❰❰
Rachel Arinii Judhistari es punto focal regional para Asia y el Pacífico en la Coalición Mundial de Jóvenes
sobre el VIH y el Sida y fundadora de la Alianza Independiente de Jóvenes Indonesios. También es oficial de
programas para las asociaciones de salud, derechos y defensa de las mujeres en ARROW, el Centro de Recursos
e Investigación para las Mujeres de Asia y el Pacífico.
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