Próxima atracción, el Cometa Halley Por Dave Stover Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. El cometa viene otra vez. Durante más de 30 años el cometa ha estado "cayendo" hacia adentro, hacia el Sol; la gravedad de éste lo atrae cada vez más rápido en su órbita y ahora ya casi está aquí... El Cometa de Halley no es extraño en los cielos de la Tierra; ha hecho 32 apariciones desde que fue visto por primera vez en el año 467 A.C. y muy bien pudo haber estado presente por miles de años antes de esta fecha, pero no tenemos registros de aquellas apariciones. Este cometa cruzó los cielos de Inglaterra antes de la conquista normanda de 1066; anunció la inminente llegada de Jesús en el año 11 A.C.; apareció en 1759, cuando la Gran Bretaña derrotó a Francia para obtener el control de Norteamérica y se colocaron las bases del imperio británico. Indiscutiblemente este es el miembro más famoso de un grupo exótico de objetos astronómicos y ahora, una vez más, se acerca. El cometa de Halley sigue una órbita de 76 años, acercándose al Sol desde aún más allá de la órbita de Venus y retirándose más de 48.000 millones de kilómetros, más allá de la órbita de Neptuno, el octavo planeta. En 1949, el cometa alcanzó su punto más alejado del Sol; desde entonces ha estado dirigiéndose hacia el centro y los astrónomos predicen que estará en su punto más cercano al Sol en febrero de 1986. Las primeras observaciones telescópicas deberán realizarse la primavera o el verano precedente. La última aparición ocurrió en 1910, causando gran excitación entre el público y los científicos. En esa oportunidad, los astrónomos observaron el cometa por primera vez en septiembre de 1909, cuando éste estaba a una distancia de 480 millones de kilómetros. En mayo de 1910 alcanzó su punto más cercano al Sol y entonces los astrónomos le siguieron la pista hasta junio del siguiente año, cuando estaba a unos 500 millones de kilómetros y se volvió demasiado débil para ser observado. La visita de 1910 provocó miedo, así como curiosidad científica. Temiendo que la atmósfera de la Tierra fuera envenenada con los gases de la cola del cometa, mucha gente compró máscaras antigás y "píldoras contra el cometa" para evitar la sofocación. La Tierra pasó a través de la cola, pero lo que la gente no comprendió fue cuán enrarecido está realmente el gas en la cola de un cometa. Este gas pasaría aquí en la Tierra como un buen vacío de tipo industrial; algunos científicos han dicho que la cola de un cometa es lo más cercano que una cosa puede reducirse a nada y todavía ser algo. Dos rarezas incontables El aspecto más interesante de la última visita involucró al famoso escritor norteamericano Samuel Clemens, más conocido como Mark Twain. Clemens había nacido durante la aparición previa del cometa, en 1835, y él escribió que presentía que moriría durante su próxima visita: "Sin duda, el Todopoderoso ha dicho: 'He aquí dos rarezas incontables vinieron juntos, deben partir juntos"' y Clemens murió durante la visita del cometa, sólo un día después de que estuvo en su punto más cercano al Sol. Si bien el más famoso de su clase, el Cometa Halley es sólo uno entre millones. De hecho, los astrónomos estiman que existen más de 100,000 millones de cometas girando en sus órbitas en una vasta nube más allá del planeta más distante, Plutón. Una que otra vez, uno de estos cometas es perturbado por la atracción de la gravedad de las estrellas cercanas al Sol; el cometa es sacado de su distante órbita y empieza a caer hacia el Sol. El viaje al sistema solar interior puede durar varios miles de años. Durante la mayor parte de ese tiempo, el Sol es sólo una estrella que se abrillanta lentamente en el espacio inmediato. Sólo en los últimos meses del viaje del cometa, el Sol muestra un disco visible y a medida que se acerca se hace más grande, más caliente y más brillante. Los cometas están formados por hielos y gases congelados que rodean un pequeño núcleo rocoso. Al aproximarse al Sol, estos hielos se evaporan a causa de la radiación solar. El cometa desarrolla una vasta cabeza luminosa o coma alrededor del núcleo rocoso y una larga cola de gases brillantes fluye hacia atrás de la cabeza. La cola es la característica más distintiva del cometa; ningún cuerpo celeste puede compararse con él. La cola puede flamear en una longitud de un millón y medio de kilómetros y más, impulsada a alejarse del Sol por la presión de la radiación solar. Cometa es una palabra griega que significa "de pelo largo"; sin duda, una bella descripción de la cola ondulante. Una vez que han efectuado su máxima aproximación, muchos cometas retroceden al sistema solar exterior, para no ser vistos por otro millón de años o más; pero las órbitas de algunos son cambiadas por la atracción gravitatoria de los planetas siendo forzados a entrar en órbitas más cortas con períodos de sólo unos cuantos años o décadas. Período de 76 años El Cometa de Halley es uno de los de "corto plazo", pero no se tuvo noción de este hecho sino hasta el Siglo XVII. Poco después de que Isaac Newton concibió la Ley de la Gravitación Universal, explicando cómo la misma fuerza controla la trayectoria de los planetas, las estrellas y las manzanas que caen de los árboles, su colega Edmund Halley decidió aplicar la gravitación universal también a las trayectorias de los cometas. Halley estudió la trayectoria registrada de cerca de dos docenas de cometas y notó que cuatro de ellos, los de 1456, 1532, 1607 y 1682 (este último lo había observado Halley durante su juventud), parecían seguir cursos idénticos en el firmamento. Entonces, ¿podría ser que no hubieran sido cuatro cometas sino sólo uno, siguiendo una órbita fija alrededor del Sol? Si esto fuera cierto, pensó Halley, entonces el cometa debería regresar en 1758. ¡Qué lástima!, habiendo nacido en 1656, tenía poca esperanza de vivir hasta ver confirmado su trabajo, si bien vivió hasta los 86 años. En 1758 el cometa regresó, de acuerdo a la predicción de Halley, y desde entonces ha sido llamado Cometa de Halley. Una vez que se estableció el período de 76 años del cometa, fue posible revisar la historia retrospectivamente y coordinar sus apariciones con las observaciones ya registradas de cometas brillantes y así pudimos enterarnos de apariciones de este cometa cerca de 500 años antes del nacimiento de Cristo. Este cometa es de corto plazo y también es menguante. En su mayor parte, un cometa está formado por hielos y gases, y cantidades enormes de estos se evaporan y se pierden para siempre cada vez que se acerca al Sol y forma una cola. Durante sus dos últimas apariciones, el Cometa Halley no ha sido ni aproximadamente lo brillante que fue hace cientos de años. De todos los cometas, los más brillantes son aquellos que penetran en el sistema solar interior por primera vez, de tal manera que todos sus hielos están presentes todavía. Uno de tales "cometas no periódicos", llamado así porque su órbita no fue determinada, se adelantó al Cometa Halley en 1910. El "Cometa Diurno" apareció varios meses antes que el Halley y fue tan brillante que podía verse durante el día (de ahí su nombre). Este es, con mucho, el más espectacular del siglo, pero sigue una órbita tan larga que no regresará durante millones de años. Otros cometas Otro de tales cometas fue el Kohoutek, al cual los astrónomos calcularon un período aproximado de 250,000 años. Al aparecer hace casi diez años, el Kohoutek fue aclamado como el cometa del siglo y se predijo que sería extremadamente brillante. ¡Qué pena! Resultó ser rocoso y escasamente visible a simple vista; una decepción completa, si bien desde la estación espacial Skylab se hicieron observaciones científicas valiosas. Sin embargo, otros cometas tienen períodos extremadamente cortos. El cometa de Encke completa su órbita alrededor del Sol en 3 1/3 años, no retrocediendo más allá de la órbita de Júpiter. Todos sus gases y hielos se han evaporado, y sólo queda su núcleo rocoso. Otro cometa, el Biela, tuvo un fin más espectacular. Fue observado por primera vez en 1772; en 1846 se había partido por la mitad y en 1852 las partes estaban muy separadas. Después de eso, el Cometa Biela se extinguió para siempre, sólo que no desapareció por completo. En 1872 la Tierra pasó por la región del espacio donde debería estar el cometa, y hubo una vasta lluvia de meteoritos causada por los restos, en forma de cascajo, del núcleo del cometa. Dentro de miles de años, después de varias docenas de visitas más a las cercanías del Sol, se supone que el Cometa Halley podría sufrir un destino así; pero de momento, esperamos una vez más su visita en el invierno de 1986. Es una lástima que las posiciones relativas del cometa y la Tierra signifiquen que el encuentro de 1986 no será una de las visitas más espectaculares, ya que el cometa será más tenue y difícil de observar que en el pasado. Pero, afortunadamente, un consorcio de naciones europeas está planeando enviar una sonda espacial para interceptar al cometa cuando se acerque al Sol, y las fotografías desde cerca del Cometa Halley podrían ser realmente interesantes. Esta vez esperamos el regreso del cometa, pero sin miedo o aprehensión; éste no indica el fin del mundo y no hay necesidad de abastecerse anticipadamente de píldoras para el cometa, como la gente lo hizo en 1910. Por el contrario, el regreso del Cometa Halley es en cierto sentido el de un viejo amigo muy conocido, y el recuerdo de la belleza, maravilla y grandiosidad perdurables del universo que nos rodea.