Un territorio con iglesias Material complementario para guiar la actividad Mapping de Sant Climent de Taüll UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad Las pinturas murales de Sant Climent de Taüll están realizadas en el ábside central de una de las iglesias que se construyeron en la Vall de Boí en época románica. Por lo tanto, para poder entender su razón de ser, antes que nada debemos observar y conocer el territorio y las construcciones que se edificaron en dicho municipio durante la época que nos interesa. A) RESPECTO AL ENTORNO: Entremos en el enlace de Google Maps y reduzcamos la imagen con el zoom. 1) Delimitación: El enlace nos ha llevado al municipio de la Vall de Boí (delimitado en rojo), situado en la COMARCA de Alta Ribagorça (delimitada en amarillo). Observemos que está situada al noroeste de Cataluña, en la vertiente sur de los Pirineos, y rodeada por otras comarcas: la Vall d’Aran al norte, el Pallars Sobirà al este y el Pallars Jussà al sur. La línea negra de la parte superior nos indica la frontera con otro país (Francia), y la discontinua de la izquierda, la frontera con otra región (Aragón). Esta división territorial es actual, diferente de la del siglo IX. Imaginemos sobre el mapa que, como en el resto de la vertiente sur de los Pirineos, en este territorio no había comarcas sino condados que dependían del reino franco (el Imperio carolingio), y que la Vall de Boí formaba parte del CONDADO de Pallars-­‐Ribagorça. A finales del siglo X, sin embargo, tanto este como otros condados empezaron a desvincularse de los reyes francos y a crear gobiernos autónomos hasta configurar un territorio que más adelante se denominaría «Cataluña Vieja». Al sur de este territorio, gran parte de lo que hoy es Cataluña pertenecía al al-­‐Ándalus musulmán. 2) Territorio de disputas políticas y religiosas: En el siglo XI, entre los nobles de los condados se iniciaron disputas por el control político de la zona, y el condado de Pallars-­‐Ribagorça acabó dividido, por motivos hereditarios, en tres nuevos condados independientes: Ribagorça, Pallars Jussà y Pallars Sobirà. El municipio de la Vall de Boí, territorio estratégico, fue cambiando de manos: situado primero dentro del territorio del condado de Ribagorça, se encontró después en el centro de las disputas entre los dos Pallars. Finalmente, en el siglo XII, quedó definitivamente adscrito al condado de Pallars Jussà. La Vall de Boí también quedó atrapada entre los conflictos religiosos que enfrentaban al OBISPADO de Roda con el de Urgell. Si vamos ampliando el mapa, van apareciendo los símbolos con el nombre de todas las iglesias de la zona, que en un principio pertenecieron al obispado de Urgell y, posteriormente, a partir del siglo X, pasaron al obispado de Roda. Finalmente, en 1140, una sentencia arbitral de Roma puso fin al largo litigio: casi todas pasaron a depender definitivamente de la diócesis de Urgell. UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad En el contexto de la Vall de Boí, conocemos el nombre de algunos de los protagonistas que formaron parte de este complicado proceso: Ramón Guillermo, obispo de Roda-­‐Barbastre, y los Erill, señores feudales de la zona. La construcción y la decoración de las iglesias fueron cosa suya, y tenían como objetivo reivindicar su poder y la posesión del valle de manera conjunta. 3) Territorio de confluencias artísticas: En lo que respecta al punto de vista artístico que reflejan las iglesias y las obras de arte asociadas a ellas, hay que tener en cuenta que el territorio recibió la influencia de distintas corrientes foráneas. Dirigentes, peregrinos, artesanos y talleres circularon a gran escala por las vías de peregrinaje (Santiago de Compostela, Roma o Jerusalén); a pequeña escala, la penetración siguió las comunicaciones naturales que configuraban las vías fluviales o los caminos ganaderos. La Vall de Boí, situada estratégicamente, recibió y sintetizó influencias y tradiciones artísticas tanto del mundo occidental (Roma y Languedoc francés) como del oriental (legado bizantino, a través de Roma y la Lombardía italiana), e incluso islámicas (dado que era un territorio fronterizo con al-­‐Ándalus). He aquí una Vall de Boí «INTERNACIONAL». 4) Geografía: Ampliemos un poco la imagen para centrarnos en el municipio de la Vall de Boí. Aprovechemos ahora para observar su OROGRAFÍA extrema. El territorio de alta montaña aparece coloreado en verde: a la izquierda destaca la Punta Alta de Comalesbienes, dentro del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, con una altitud de 3.014 m (si entramos en Google Earth, la encontraremos totalmente nevada). El territorio presenta un clima extremo, con inviernos largos y fríos y veranos templados. Las manchas azules son de agua, el elemento natural por excelencia del valle, donde forma ríos, barrancos, cascadas, estanques, zonas húmedas y fuentes. Desde el punto de vista geológico, la zona está compuesta por granito, pizarra y caliza (materiales básicos de la arquitectura). Finalmente, aunque no podamos observarlo directamente, debemos saber que el territorio conserva una gran riqueza vegetal y faunística. 5) Núcleos de población: Vayamos ampliando el mapa para ver aparecer los nombres de los núcleos de población. La geografía ha determinado la historia y la manera de vivir de este valle. El clima riguroso ha provocado el establecimiento de PUEBLOS pequeños y cercanos entre sí, que siguen el curso de los ríos Noguera de Tor y Sant Martí, y que se sitúan en puntos elevados y soleados para facilitar la defensa y el aprovechamiento de las tierras y los pastos. Son los pueblos de Boí, Barruera, Cóll, Taüll, Cardet, Durro, Erill la Vall… Imaginemos estos núcleos en el siglo XI: formados por casas sencillas, a veces con un único espacio compartido por personas y animales, eran habitados por agrupaciones de familias campesinas, que trabajaban las tierras de nobles y obispos, y ganaderas, con acceso a los pastos y a los bosques. Practicaban una economía agraria vinculada a la tierra, a diferencia de hoy, época en la que el turismo es el principal agente económico y transformador del valle. Aunque nos cueste entenderlo, en la época románica esta zona tenía más densidad de población que el resto del territorio catalán. UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad B) RESPECTO A LAS IGLESIAS: Sigamos ampliando el mapa hasta que empiecen a aparecer o bien los símbolos de iglesia o bien los nombres de cada una. Leamos este PDF antes de entrar en las iglesias y observar las fotografías de cada una. 1) Las iglesias de la Vall de Boí: Si queremos conocer la arquitectura y el arte de la época románica, debemos observar las iglesias de la Vall de Boí. Fueron precisamente los estudiosos del siglo XIX quienes empezaron a utilizar el término románico para designar la ARQUITECTURA de iglesias como estas, que en su momento fueron consideradas nuevas, aunque a la vez deudoras del arte romano de la Antigüedad, mantenido por la tradición carolingia. Las de la Vall de Boí forman uno de los conjuntos románicos más importantes de la Europa medieval, formado por las iglesias de Sant Climent y de Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat de Durro, Santa Maria de Cardet (si clicamos sobre la palabra Cardet, accederemos a las fotos de la iglesia), la Assumpció de Cóll (si clicamos sobre la palabra Cóll, accederemos a las fotos de la iglesia) y la ermita de Sant Quirc de Durro (para conocerla, debemos acceder al enlace http://www.centreromanic.com/es, ya que no aparece en Google Maps). En 1992, la Generalitat de Cataluña consideró el conjunto Bien de Interés Cultural y en el año 2000 fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, dada la excepcional concentración en un espacio tan reducido de un número tan elevado de iglesias, todas de un mismo estilo arquitectónico y bien conservadas a lo largo del tiempo, con pocas modificaciones. 2) Función: En el entorno que ya conocemos, estas iglesias cumplían principalmente una FUNCIÓN religiosa, ya que fueron concebidas como monumentos dedicados a la gloria de Dios. También reflejaban la potencia y el prestigio social de la institución que las patrocinaba, puesto que dominaban el paisaje con sus masas. Así pues, las iglesias en la Vall de Boí eran el reflejo artístico de una sociedad estructurada en torno a las jerarquías eclesiásticas (el obispado de Roda) y señoriales (los señores de Erill), promotoras de su construcción y su embellecimiento. También cumplían un importante papel social, como lugar de reunión y de refugio del pueblo. 3) Arquitectura: Una de las características principales del conjunto románico de la Vall de Boí es su unidad de ESTILO arquitectónico. Son construcciones edificadas durante los siglos XI y XII, siguiendo los modelos procedentes del norte de Italia (Lombardía) conocidos como románico lombardo. Dicho estilo se extendió rápidamente por toda Europa y posiblemente llegó a Cataluña de la mano de maestros de obras itinerantes. En aquel momento supuso una arquitectura nueva caracterizada por una estructura UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad firme, mayor dimensión y altura, un volumen poderoso de las construcciones1, el cuidado trabajo de la piedra en los sillares de los muros, los esbeltos campanarios de torre y la decoración exterior lombarda de arcos ciegos2, lesenas3 y frisos de dientes de sierra4. Con el tiempo, la arquitectura románica fue evolucionando gracias a las mejoras técnicas: a partir del siglo XII se perfeccionó el trabajo de la piedra y se añadieron más elementos escultóricos a la decoración, y en el siglo XIII las formas románicas empezaron a convivir con la llegada del arte gótico5. Cabe tener en cuenta, también, el simbolismo arquitectónico de las iglesias: son edificios que buscaban la perfección de las formas, que se identificaba con la armonía de la simetría y de las figuras geométricas básicas, como el cuadrado, el rectángulo, el círculo y el semicírculo. 4) El aspecto exterior: Los materiales de construcción: Todas las iglesias fueron construidas con MATERIALES locales: piedra (trabajada en forma de sillar), cal (unida con mortero, para unir la piedra a los muros y a las bóvedas), madera (para las vigas) y pizarra (en forma de losas, para las cubiertas). La planta: La planta de un edificio es la representación de su FORMA en un plano horizontal (podemos ver la de todas las iglesias que observamos en el enlace http://www.centreromanic.com/es). Para las iglesias románicas de la Vall de Boí, la más utilizada fue la planta basilical, con la forma de una gran sala rectangular compuesta por una o tres naves, la central siempre más alta y ancha que las laterales. Este tipo de planta se inspira en los edificios y la liturgia de época romana. En el interior, las naves se encuentran separadas por columnas y pilares que, a su vez, soportan los arcos que sostienen la cubierta (si nos fijamos bien en las imágenes del interior de Sant Climent y de Santa Maria de Taüll, veremos las tres naves con las columnas y los arcos formeros que las separan y que sostienen el envigado de madera del techo a dos aguas). La planta es difícil de observar en las fotografías de exterior, pero podemos daros una pista: el número de naves se corresponde con el número de ábsides construidos. Si observamos las fotografías de las iglesias, descubriremos que presentan planta basilical de tres naves las de Sant Climent y de Santa Maria de Taüll (de las que también disponemos de imágenes del interior), y también la de Sant Joan de Boí. De planta con una sola nave encontramos la iglesia de Santa Eulàlia de Erill la Vall, la de Santa Maria de Cardet y la ermita de Sant Quirc de Durro. La iglesia de la Nativitat de Durro tiene una única nave con transepto, del que únicamente se conserva el brazo sur, convertido en una capilla lateral. La iglesia de Sant Feliu de Barruera también presenta una única nave, aunque muchos estudiosos creen que la planta inicial podría haber sido de tipo basilical con tres naves, 1 Gracias a la cubierta abovedada con arcos de medio punto sostenida por soportes de pilares o columnas. Pequeños arcos ornamentales situados en la parte superior del muro del ábside. 3 Bandas verticales de poco grosor que dividen el muro del ábside. 4 Friso decorativo en forma de zigzag situado en la parte superior del ábside y que recuerda a los dientes de una sierra. 5 Es propio del arte gótico el arco apuntado o de crucería. 2 UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad inacabada por falta de recursos. Por último, la iglesia de la Assumpció de Cóll presentaba una sola nave, pero dado que a la construcción inicial se le añadieron dos capillas laterales, la iglesia acabó adoptando la forma actual de planta de cruz latina. La cabecera: Busquemos las fotografías de cada una de las iglesias románicas para poder conocer y entender sus cabeceras. Se trata de la coronación de las naves, normalmente con un ÁBSIDE (el central, más grande) y dos ABSIDIOLOS (laterales, más pequeños). Solía presentar una orientación simbólica hacia el este, el punto del horizonte por donde sale el sol (Sol salutis), ya que se creía que era por donde Cristo iluminaba el mundo. De ahí que fuera considerada la parte más importante de la iglesia y que su interior estuviera decorado con las pinturas murales de Cristo todopoderoso (Maiestas Domini) o de la Virgen como trono de Cristo (lo podremos observar en las fotografías del interior de Sant Climent y de Santa Maria de Taüll). Los pies de la iglesia se orientaban hacia el oeste, por donde se pone el sol. De ahí que en esta zona se pintara el juicio final (Sol iustitiae), que, al abandonar la iglesia, recordaba a los fieles lo que les esperaba si pecaban. La cabecera es también una parte de la iglesia con abundante decoración escultórica: arquillos ciegos, bandas lombardas y frisos de dientes de sierra. Las pocas ventanas del edificio también estaban situadas en el ábside, ya que los gruesos muros del resto de la iglesia dificultaban que se practicaran aperturas. Conozcamos esta parte tan importante en cada una de las iglesias: -­‐ Sant Climent de Taüll: tiene un ábside y dos absidiolos con decoración lombarda de arquillos ciegos, frisos de dientes de sierra y lesenas o bandas lombardas6. Fijémonos en un detalle del ábside central: en la parte baja, puede verse un fragmento de la pared construido con sillares bastante irregulares, diferentes del resto, y que corresponden al primer momento constructivo del siglo XI. Lo que no podremos apreciar en las fotografías son los restos de enlucido y de pintura románica de color rojo que conserva la ventana principal, y que nos permiten imaginar que todos los muros debían de presentar también enlucido y pintura. Es en el interior de este ábside donde se descubrieron las pinturas murales más importantes del arte románico catalán. -­‐ Santa Maria de Taüll: presenta un ábside y dos absidiolos con la misma decoración lombarda que Sant Climent. Pero, además, bajo el conjunto de arquillos ciegos del ábside central, luce un elemento decorativo único en todo el valle: dos círculos concéntricos llamados círculos refundidos. El ábside central tiene tres ventanas de arco de medio punto abocinado (con dos niveles de profundidad). En el interior del ábside podemos observar una fotografía de la reproducción de las pinturas murales, presididas por la escena de la Epifanía. -­‐ Sant Joan de Boí: originalmente también presentaba tres ábsides, aunque el central fue derribado entre los siglos XVI y XIX. El absidiolo sur también fue derribado, pero fue reconstruido durante la 6 Las del absidiolo sur están coronadas por unos pequeños capiteles decorados con motivos geométricos. UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad restauración de la década de 1970. En la cabecera podemos observar decoración lombarda de arquillos ciegos y frisos de dientes de sierra. -­‐ Santa Eulàlia de Erill la Vall: los tres ábsides de la cabecera están colocados en forma de trébol, sin decoración. En una fotografía descubriremos una reproducción de lo que se encontró en el interior del ábside en 1907: un descendimiento de la cruz7 completo. -­‐ La Nativitat de Durro: la cabecera se reformó en el siglo XVIII. Hoy en día, donde originalmente se encontraba el ábside, se alza una sacristía de época barroca. La decoración de arquillos ciegos que posiblemente adornaba la cabecera decora todas las fachadas de la iglesia. -­‐ Ermita de Sant Quirc de Durro: conserva tan solo un ábside y, bajo la cubierta, presenta un ojo de buey (recordemos que no aparece ninguna información de esta ermita en Google Maps y que debemos buscar las imágenes correspondientes en el enlace http://www.centreromanic.com/es). -­‐ Sant Feliu de Barruera: conserva dos ábsides muy distintos. El principal es del siglo XI y está decorado con arquillos ciegos y bandas lombardas, y el ábside sur, más pequeño y sin decoración, es del siglo XII y corresponde al brazo del transepto. Observemos la construcción de los muros: el ábside del siglo XI presenta un aparato irregular, mientras que el del siglo XII está construido con sillares más regulares y bien tallados. -­‐ Santa Maria de Cardet: la nave está coronada por uno de los ábsides más espectaculares del valle, decorado con motivos lombardos de arquillos ciegos, un friso de dientes de sierra y lesenas verticales. Pongamos a prueba la observación y busquemos lo que esconde el interior de uno de estos arquillos8. La ventana de la parte baja del ábside corresponde a una cripta subterránea en la que se guardaban reliquias de santos. Las fotografías también permiten descubrir el interior del ábside, cubierto por un retablo barroco. -­‐ La Assumpció de Cóll: presenta un solo ábside decorado con un friso de arquillos ciegos que recorre todo el perímetro de la fachada de la iglesia. El campanario: Busquemos las fotografías de cada una de las iglesias románicas para poder conocer y entender sus campanarios. Los campanarios de las iglesias cumplían una doble función: por un lado, religiosa, como elemento arquitectónico simbólico que se elevaba hacia el cielo y, por otro lado, una función social, como elemento de vigilancia y de comunicación. Todas las TORRES-­‐CAMPANARIO de la Vall de Boí comparten las mismas características: esbeltez, planta cuadrada, presencia de ventanales9 en todos los pisos y 7 Actualmente el original se encuentra repartido entre el MNAC y el Museo Episcopal de Vic. Se trata de un rostro humano que nos mira desde arriba. 9 Los ventanales cada vez son más amplios, con el fin de reducir el peso de la torre y poder hacerla más alta. 8 UN TERRITORIO CON IGLESIAS Material complementario para guiar la actividad decoración de arquillos ciegos y frisos de dientes de sierra. La iglesia de Santa Eulàlia de Erill la Vall tiene uno de los mejores campanarios del valle, de 6 plantas de altura (23 metros), con ventanas de arco de medio punto y geminadas. El más alto del valle es el de la iglesia de la Nativitat de Durro, de 24 metros de altura. En muchos de los campanarios puede verse una evolución constructiva: en el de Sant Joan de Boí, la base corresponde al primer periodo románico (siglo XI) y está construida con sillares irregulares, las dos plantas siguientes son del siglo XII, y la última es moderna; en el de la iglesia de Sant Feliu de Barruera, solo las dos primeras plantas del campanario son románicas, y en el de la iglesia de la Assumpció de Cóll, la parte inferior es románica, mientras que las plantas superiores son góticas (incluso se adaptó una ventana románica como puerta de acceso a la torre). Finalmente, fijémonos en un tipo de campanario muy distinto, la espadaña de época barroca (siglos XVII-­‐XVIII) que encontramos en la iglesia de Santa Maria de Cardet y en la ermita de Sant Quirc de Durro (que podemos ver en las fotografías del enlace http://www.centreromanic.com/es). Aunque en las fotografías no podamos apreciarlo, los campanarios de Sant Climent y de Santa Maria de Taüll conservan restos de enlucido y de pintura románica de color rojo. La portada: Busquemos las fotografías de cada una de las iglesias románicas para poder conocer y entender sus portadas. Normalmente situada en la fachada oeste de la iglesia y a veces PINTADA o ESCULPIDA, la portada estaba protegida por un pórtico que resguardaba a los fieles de las inclemencias del tiempo y que a la vez cumplía la función simbólica de espacio de transición entre la vida cotidiana y la entrada a la casa de Dios. Una de las más interesantes es la de la iglesia de Sant Joan de Boí: la puerta, que se abre en la fachada norte, originalmente estaba protegida por un pórtico (derribado en época moderna) que permitió que tanto el enlucido como las pinturas murales exteriores quedaran protegidos; hoy, la pintura mural en torno al arco de medio punto de la puerta es una reproducción (los originales se encuentran en el MNAC) en la que se representa una teofanía; debajo, a ambos lados de la puerta, encontramos unos grafitos de época medieval con escenas militares. La puerta de entrada a la iglesia de Santa Eulàlia de Erill la Vall se abre en la fachada norte y conserva el pórtico exterior, edificado en la última fase de construcción de la iglesia; en el intradós del arco de medio punto de la puerta, aunque no podamos apreciarlo en las fotografías, todavía quedan restos de pintura mural. La iglesia de la Nativitat de Durro tiene dos entradas: una con un arco de medio punto en la fachada norte y la entrada principal en la fachada sur, más ornamentada, más gruesa, esculpida y protegida con un pórtico construido en el siglo XII. La portada de la iglesia de la Assumpció de Cóll (que no aparece en las fotos) también presenta elementos decorativos esculpidos interesantes.