CONTABILIDAD DE CUENTAS EN PARTICIPACIÓN (I)

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CONTABILIDAD DE CUENTAS EN PARTICIPACIÓN (I)
Tiene sus antecedentes en la antigua Roma, donde un comerciante desarrollaba actividades
bajo su cuenta y riesgo pero tenía un socio oculto (ciudadano romano) quien aportaba
capital o contactos estratégicos. En Estados Unidos y Suiza no se conoce esta figura. En
otros países recibe diferentes nombres, sociedad (Francia y Argentina), contrato especial
(España y Holanda), asociación en participación (Venezuela, México, Italia, Perú y
Colombia).
En nuestro país se define así: “La participación es un contrato por el cual dos o mas
personas que tienen la calidad de comerciantes toman interés en una o varias operaciones
mercantiles determinadas, que deberá ejecutar uno de ellos en su solo nombre y bajo su
crédito personal, con cargo de rendir cuenta y dividir con sus partícipes las ganancias o
pérdidas en la proporción convenida.” (Artículo 507 C CIO).
Existen dos categorías de los partícipes. Gestor, responsabilidad ilimitada, propietario de
los activos y pasivos de la cuenta en participación (Artículo 510 CCIO). Los terceros
solamente tendrán acciones contra el administrador, del mismo modo que los partícipes
inactivos carecerán de ella contra los terceros.
Inactivos, se limita la responsabilidad al valor de la aportación. Sin embargo, los partícipes
inactivos que revelen o autoricen que se conozca su calidad de partícipe, responderán ante
terceros en forma solidaria con el gestor. Esta solidaridad surgirá desde la fecha en que
haya desaparecido el carácter oculto del partícipe (Artículo 511 C CIO).
Contablemente pudiéramos discutir tratamientos diferentes para los partícipes según su
responsabilidad. Si el socio inactivo, permanece oculto, solo revela el valor de su inversión
por el método de participación, con algunas restricciones habida cuenta que únicamente
tendría derecho al resultado liquidado parcial o definitivo. Si deja de ser oculto, en este
caso al asumir posiciones solidarias con relación a la cuenta en participación, deberá buscar
otro modelo contable, pudiera ser el de consolidación proporcional, en razón a que tiene
bajo su cuenta la “solidaridad” con el gestor, tanto de activos, pasivos como de ingresos
costos y gastos.
Por otro lado, la cuenta en participación carece de personalidad jurídica por razones obvias,
el socio gestor asume total responsabilidad, por tanto no puede adoptar nombre comercial,
no tiene patrimonio, no puede abrir sucursales o agencias, entre las principales
características de esta modalidad de negocios.
Los aportes requieren la transmisión de la propiedad, elemento esencial sin el cual no existe
el negocio jurídico. (Artículo 898 del C CIO). A su vez el aporte puede ser objeto de sesión
pero con la aprobación unánime de los demás asociados. Esta característica es esencial para
definir los tratamientos contables (P 48, 49, 50 NIC 31) y tributarios correspondientes a los
bienes recibidos.
Cualquier propuesta contable (2009) sobre esta modalidad de negociación deberá incluir el
control tanto de activos, pasivos, ingresos, costos y gastos por parte del partícipe gestor, la
participación de los inversionistas ocultos (si lo fueren), y de las obligaciones tributarias
formales y sustantivas. A su vez, si fuere procedente, la aplicación en convergencia de las
normas internacionales de contabilidad, toda vez que hacia un futuro no muy lejano
deberemos darle coherencia con dicha normativa.
Propuesta contable de la superintendencia de sociedades
En 1995 (ratificada en octubre de 2009) se efectuó una propuesta contable de conformidad
con lo establecido en el Decreto 2650 de 1993 (plan de cuentas), el cual por el origen
normativo aplicado pudiera presentar fisuras técnicas, debido a que solo utiliza la dinámica
de algunas nomenclaturas.
Se sustenta la propuesta sólo para el caso que el socio inactivo permanezca oculto.
Hipótesis hoy difícil de aplicar en la práctica por múltiples razones, entre otras por la falta
de reglamentaciones especiales en los casos de información de terceros que deben
suministrar a las entidades de control y la misma autoridad tributaria, lo cual hace de los
socios ocultos algo similar a lo que ocurre con la identidad secreta de Superman.
El otro elemento aplicado en 1995 fueron las cuentas de orden. Técnicamente dicho
tratamiento no garantiza el control de activos, pasivos, ingresos, costos y gastos de una
operación conjunta, así sea materializada en cabeza de uno solo de los partícipes. La razón
muy sencilla, habría que “mezclar” transacciones entre las propias del ente con las de la
cuenta en participación, en los casos de costos conjuntos, depreciaciones, traslados de
fondos propios del socio gestor, entre otros asuntos de la dinámica del negocio.
Cordialmente,
GABRIEL VÁSQUEZ TRISTANCHO
Columnista Vanguardia Liberal
Socio Impuestos Baker Tilly Colombia
E mail: [email protected]
Bucaramanga, 2 de Noviembre de 2009
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