ARTÍCULOS1 DICIEMBRE, 2015 De Kioto a París, un viaje lleno de diferencias ¿Qué diferencias habrá entre el Protocolo de Kioto y el Acuerdo que surja de París?. Begoña María-Tomé Gil, Licenciada en Ciencias Ambientales, responde con detalle a la pregunta en el siguiente artículo. Ella es responsable de Cambio Climático del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud. Desde 2008 participa en las Cumbres y sesiones intermedias de la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático como parte de la delegación sindical internacional. También participa en el Consejo Nacional del Clima y en las Mesas de Diálogo Social sobre el Protocolo de Kioto en España. 35SHARES FOTO: HTTPS://WWW.FRANCEBLEU.FR Begoña-María-Tomé-Gil El nuevo Acuerdo de París establecerá el nuevo marco global de lucha contra el cambio climático sustituyendo al actual tratado internacional del Protocolo de Kioto. Pero, ¿cuáles son sus principales diferencias?. El primer lugar la universalidad y cobertura del acuerdo. El Protocolo de Kioto establecía compromisos sólo para países desarrollados, es decir no incluía a economías importantes como China. Además no fue ratificado por otro de los principales emisores de gases de efecto invernadero, Estados Unidos. Así, el Protocolo de Kioto sólo cubrió el 30% de las emisiones globales en su primer período de cumplimiento, 2008-2012. En el segundo período, 2013-2020, no se unieron países como Canadá, Japón, Rusia y Nueva Zelanda, de modo que no alcanza ni el 15% de las emisiones globales. 1 El Acuerdo de París pretende subsanar esto y que se incluyan objetivos de reducción de emisiones de todos los países, en especial de las grandes economías, como China, Brasil, Sudáfrica o Méjico. En estos momentos casi 180 países que representan más del 95 % de las emisiones mundiales han presentado sus contribuciones nacionales para la reducción global de emisiones. Incluidos todos los países del G20. Un aspecto fundamental que está en cuestión es la naturaleza jurídica y vinculante del próximo acuerdo. El Protocolo de Kioto fue concebido como un tratado internacional jurídicamente vinculante, que requería su posterior firma, ratificación y transposición a la normativa nacional. Sin embargo, Estados Unidos no quiere que el acuerdo deba someterse a su Congreso nacional ya que prevé que no se aprobaría. De modo que se está contemplando que el acuerdo sea adoptado bajo otro instrumento legal. Además también está en discusión si todas los elementos del acuerdo serán o no vinculantes. Y respecto al régimen punitivo, ya se tiene claro que a diferencia de Kioto, el nuevo acuerdo no contemplará sanciones. Otra cuestión es que Kioto se centraba en la mitigación del cambio climático, mientras que el próximo acuerdo de París deberá englobar más áreas de actuación como son la adaptación, la financiación climática, el desarrollo y transferencia de tecnologías y la formación de capacidades. Por último, otro aspecto diferente son los hitos temporales de ambos acuerdos. El Protocolo de Kioto I terminó su período de cumplimiento en 2012, y la segunda parte tendrá vigencia desde 2012 hasta 2020. Sin embargo el Acuerdo de París pretende ser un marco de acuerdo duradero que establezca metas temporales periódicas. Así cada 5 años, por ejemplo, se podrían revisar algunas partes del acuerdo (como los objetivos de reducción) pero los elementos esenciales no volverían a estar sometidos al debate internacional. Objetivo: mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC La comunidad internacional se ha puesto de acuerdo para evitar que la temperatura media global no supere los dos grados centígrados. Lo primero que hay que señalar es que esta meta ya se queda corta y de acuerdo al conocimiento científico pone en riesgo a millones de personas. Para los países más vulnerables, como los estados insulares, los efectos económicos y sociales de superar el umbral de los 1,5ºC ya plantearía serias amenazas al trabajo, la migración y los derechos humanos 2 fundamentales de la población. Así lo han advertido ya los 20 países que integran el Foro de Vulnerabilidad Climática (como Filipinas, Nepal, Tanzania, Afganistán, Costa Rica y Vietnam). La importancia de establecer una temperatura umbral para la seguridad climática está relacionada con el nivel de riesgo que se asume: • en la afectación de sistemas únicos y amenazados y en la extinción de especies (de los ecosistemas de montaña, insulares, mediterráneos, polares) incapaces de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas • en la aparición de eventos meteorológicos extremos (huracanes, olas de calor, precipitaciones intensas, …) que causarían pérdidas de vida y graves daños en las infraestructuras y en la actividad económica • en la gravedad de los impactos globales y su distribución, lo que desafiará el suministro mundial de agua y de alimentos, los movimientos de migración y conflictos sociales. • en los cambios drásticos a gran escala que pueden dispararse en un momento determinado con consecuencias totalmente imprevisibles e irreversibles (como por ejemplo la desaparición del hielo de Groenlandia, que haría crecer el nivel del mar de 7 metros). • 3 ¿Cómo vamos a París? Desde el inicio de las mediciones de alta precisión en 1958, la concentración de CO2 en la atmósfera no ha parado de crecer, a pesar de los esfuerzos internacionales y de las negociaciones para acordar compromisos globales de reducción dentro de laConvención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático durante más de dos décadas. En 2014 la concentración media en la atmósfera fue de 398 partes por millón (ppm), y sube a razón de 2ppm al año. De acuerdo con el Quinto Informe de Evaluación del Panel Internacional de expertos de Cambio Climático (IPCC), para permanecer por debajo de los 2ºC con una probabilidad del 66% deberíamos reducir las emisiones entre un 40 y un 70% a nivel mundial entre 2010 y 2050, y disminuirlas hasta un nivel nulo o negativo en 2100. Esto equivale a un escenario de 450 ppm de concentración de CO2 a finales de siglo. La transición energética necesaria requiere una descarbonización global rápida y sostenida de las principales economías mundiales, de alrededor el 6.3% cada año, algo jamás visto en la historia y casi el doble de la actual, según PWC. Compromisos insuficientes La mayoría de los gobiernos ya han comunicado a la Convención Marco de Naciones Unidas sus objetivos individuales de reducción de emisiones. Los compromisos voluntarios anunciados nos llevarían a un aumento de la temperatura media global de entre 3 y 4 grados. Es decir, serán insuficientes para evitar un cambio climático peligroso. 4 La conclusión es clara: los países en desarrollo han excedido o cumplen sobradamente su cuota justa para reducir las emisiones, mientras que la mayor parte de los países desarrollados se quedan muy lejos. Concretamente sobre los principales emisores se apunta a que Estados Unidos y la Unión Europea, sólo habrían asumido una quinta parte del esfuerzo que les correspondería a cada uno, Rusia habría planteado una contribución nula respecto a su cuota justa; y Japón, una décima parte de su cuota justa.Desde la sociedad civil se han evaluado los objetivos anunciados por los distintos países de acuerdo a sus respectivas responsabilidades históricas y sus propias capacidades. 5 Por otro lado en el borrador del Acuerdo de París no se hace ni una referencia específica a las energías renovables o el ahorro y eficiencia energética, ni tampoco a la necesaria reducción del uso de combustibles fósiles y las ayudas públicas de las que se benefician, tal y como se ha exigido desde la OCDE y el G20. Pese a ello, sólo la ejecución de las contribuciones ya aportadas por diferentes países significará 13,5 billones de dólares de inversiones en las energías renovables y la eficiencia energética en los próximos 15 años, según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía. La aplicación de los nuevos objetivos de China e India por sí solos, significarán triplicar la producción de energía renovable a escala mundial. Elementos clave del acuerdo Es imprescindible que el Acuerdo de París contemple un mecanismo de revisión periódica de la aplicación del mismo que sirva para aumentar las metas de reducción de emisiones de todos los países, al menos cada 5 años, y así alcanzar el objetivo de los 2ºC. Se debe dar también una señal a largo plazo y establecer un objetivo colectivo a 2030/2050. En el borrador del Acuerdo se contemplan opciones muy distintas que van desde alcanzar un pico de emisiones en 2030, reducir las emisiones entre un 40-70% a 2050, o emisiones cero para 2050 o 2100. El reconocimiento de la necesidad de la adaptación a los impactos del cambio climático y el papel de la financiación como medio para conseguir un desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático. En este sentido se está trabajando también en una novedad y es que también todos los países contribuyan a la financiación en función de sus capacidades y responsabilidades. De los 100.000 millones de dólares al año necesarios hasta 2020 para la acción por el clima en los países en desarrollo, el año pasado los países desarrollados movilizaron 62.000 millones de dólares. Un sistema sólido de información y rendición de cuentas común para todos los países para garantizar que todas las partes e interesados puedan confiar en que se cumple lo prometido. 6