1 Ing. Luis Obeid – Interventor Empresa Provincial de Energía

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Ing. Luis Obeid – Interventor Empresa Provincial de Energía - EPE
Yo voy hacer al revés de lo que hacen los dirigentes políticos, y voy a dejar la
palabra para después, podría haber dejado que hable Montamat y quedarme
con el cierre.
He venido en una función un poco ambigua porque yo soy el interventor de la
Empresa Provincial de Energía (EPE) y hoy abrí este seminario en
representación del Gobernador. Tengo también un rol eminentemente político.
Pero quiero hacer algunas aclaraciones previas, que de paso le voy a resolver
el problema a la niña que nos presentó a quien no le cumplí cuando me pidió el
currículum. Yo soy bioquímico de la Facultad de Bioquímica de Córdoba,
recibido en el año ’75 y en el año 77 empecé a trabajar por una circunstancia
familiar, porque me casé con una mujer cuyo padre era un industrial de las
maquinarias agrícolas. Cambié mi rumbo, como fui un ingeniero frustrado
trabajé durante 14 años en una planta de maquinarias agrícolas y empecé en
mantenimiento y terminé siendo gerente general, después fui director de la
empresa. En el año ’91, por un problema de amistad y relaciones políticas, me
fui a trabajar a Buenos Aires, con el entonces Secretario de Industria y
Comercio Schiaretti, que era parte del equipo de Cavallo, en las postrimerías
de la apertura con Brasil y de la Ley de Convertibilidad. Entré a trabajar en la
Secretaria de Industria, el 7 de febrero del 91, y la convertibilidad se sancionó
el 4 de abril del 91. Compartíamos en aquel entonces, quiero aclarar que debo
ser el único funcionario que se le fue a Cavallo en plena gloria, en el año 93 yo
renuncie expresamente y en silencio en discrepancia con la política industrial
que se estaba siguiendo. Fui también durante dos años presidente del INTI, y
me volví a la actividad privada, pero lo tuve de vecino durante los dos años,
ustedes recuerdan que la Secretaria de industria, funcionaba en aquel
entonces en el mismo lugar que funcionaba la Secretaria de Energía, en la
Diagonal Sur, lo tuve de vecino y de amigo, en el sentido de trabajar en el
mismo equipo, al entonces secretario de Energía Carlos Bastos y al
Subsecretario de Combustibles era Raúl Garcia. Por lo tanto, durante todo el
período de dos años, estuvimos discutiendo día por día hasta que se resolvió
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para ellos, no así para mi, el problema de la desregulación del sistema eléctrico
y del sistema de gas. Tengo muy presente, el evento que ustedes deben
recordar, aquel evento en el cual se votó la Ley de Desregulación del sector
eléctrico y de la Desregulación del sistema de Gas y tengo muy presente y que
todos ustedes deben recordar, aquel en el cual se votó la desregulación del
gas, donde apareció un diputado sentado que se hizo popular el Dipu trucho,
Quenan creo que era el apellido. Hubo que sentar a un diputado trucho para
que se votara la desregulación del gas, cosa que no había existido con la
desregulación eléctrica. El modelo eléctrico que se implementó, es un modelo
sin duda exitoso en la Argentina durante 10 años. Fue diseñado por gente que
había sido educada y criada por el esquema de razonamiento y la lógica de
pensamiento de un gran técnico teórico que era el Dr. Divogri, un especialista
cordobés, que fue prácticamente el que los crió a Bastos y a Raúl Garcia, en el
ámbito del IERAL, que tiene la fundación Mediterránea para el tema. Entonces
ellos hicieron un diseño, de acuerdo a la lógica de ese momento. Ubíquense
ustedes en lo que pasaba en la Argentina, plena convertibilidad, el país
despegó potentemente, la discusión era si el cambio que se hacia el 91 era a
10.000 pesos por dólar o a 12.000 y se terminó haciendo a 10.000 pesos por
dólar en abril del 91 y tuvimos que remontar en cuatro meses una diferencia de
tipo de cambio real del 20%, peleándonos con todos los proveedores de bienes
transables desde la Secretaria de Industria, porque la única manera de poner
en caja la convertibilidad era impedir que se nos disparara la inflación. Durante
un período que duro 7 u 8 meses posteriores a la convertibilidad y en el mismo
tiempo en que se diseñó el sistema eléctrico desregulado, que es el que
tenemos hasta la actualidad, hubo que estar peleando fuertemente para poner
en caja la estructura y que el plan de convertibilidad saliera. Yo fui testigo y
actor de ese período de la historia y tengo bien presente en que marco se hizo,
lo que se hizo.
No había capacidad suficiente en todos los técnicos que estábamos alrededor
para prever, por ejemplo, la importancia del sistema de transporte eléctrico, que
era uno de los tres segmentos en los que se dividió el sistema eléctrico
desregulado en la Argentina. Ustedes tienen presente, que son generación,
transporte y distribución, fue atado a restricciones económicas severas por la
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propia lógica y teoría y por la prácticamente tendencia natural a subestimar la
importancia que tenía el transporte. Había que desegmentar, había que
desregular, había que liberalizar el sistema de generación, era y demostró ser
muy bueno el sistema de precios, el ingreso a la generación por costos
marginales, lo cual sirvió para que la Argentina, potenciase fuertemente su
desarrollo, pero nadie percibió que estábamos metiendo un bebe de Ross
Marie con el tema del sistema de transporte. Se pensó que era una cosa que
se iba a resolver sola, terminó siendo la Argentina, caballo de un ensayo
mundial, que se había probado en un modelo parecido inglés pero que nadie
sabía donde iba a terminar. Los primeros indicios de que esto terminaba mal,
fue que en algunos lugares pasaron cosas raras, como fue lo que pasó luego
en California, en Inglaterra, lo que ahora pasó en Italia, que demostró que el
sistema de transporte tiene una lógica bastante más compleja para que uno la
resuelva confiándosela a un Ente Regulador y nada más. Entonces hoy,
estamos siendo testigos de esos problemas, todos estamos aceptando que el
esquema de mercado aplicado con una lógica academicista, porque yo no
quiero ser peyorativo , ni denotar, hablando de fundamentalismo o poniendo
algún ismo, yo creo que fue el exceso de academicismo en los conceptos y eso
llevó a una situación que es la que estamos viviendo hoy. En donde nadie fue
capaz de dar señales fuertes, de rumbo de estrategia como estado integrado,
como país, como economía, como mercado, como cualquiera de las variables
que uno pudiera tomar para el análisis, y haber definido que íbamos a llegar
inexorablemente, aun en las mejores condiciones a un sistema de
estrangulamiento, porque no había ninguna señal fuerte para darle al
transporte e inducir la inversión y que los retornos fueran de largo plazo, donde
la tasa interna se calculara a más de diez años y todos estamos hablando hoy,
producto de esta crisis energética de que cualquier cosa que se hace en el
sistema de transporte se planifica, se elabora se recupera, se desarrolla en
plazos que son todos más largos. En la Argentina, es muy fácil montar una
planta para procesar granos de soja, en un año y medio lo hace. Invierte U$S
160 millones y factura automáticamente lo mismo que vale la planta año por
año, pero cuando uno tiene que hacer una línea eléctrica que vale U$s 160
millones de dólares la va a repagar en 14 o 15 años y no factura U$S 160
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millones por año. Entonces, la lógica que uno usa en ambos extremos no es la
misma. Y de esto no fuimos capaces de darnos cuenta, no fue nadie capaz de
darse cuenta. Hubo que llegar a situación de colapso, o extranjeras que nos
mostraron el problema o propias que podemos llegar a vivir ahora, que la
economía volvió a dispararse. Porque acuérdense ustedes que otro de los
problemas que ocurrieron en la Argentina, fue con el Tequila, que la Argentina
con el Tequila en el 95, se paró. Pero además de pararse con el ’95 el Tequila,
en el año 95 también Cavallo dejó de ser Ministro y vuelvo a la anécdota de en
que condiciones se firmó la Ley de Convertibilidad. Cuando se acuerda la Ley
de Convertibilidad, en ese gabinete de amigos, que algunos eran liberales y
otros éramos peronistas, todos estábamos seguros de que nos habíamos
encerrado con los leones en la jaula y ahí habíamos tirado la llave afuera y muy
lejos. Todos sabíamos en la que nos estábamos metiendo, finalmente terminó
siendo como en una mala historia, una mala historia que se lo llevó puesto al
propio Cavallo. Entonces, cuando hacemos análisis muy rápido de cómo se
sale de esto, si aumentando las tarifas, si liberalizando excesivamente o no el
mercado, hasta donde el estado interviene, dirige o controla, yo lo que le pido a
todo el que analice el problema, es que analicen que esta crisis se llevó puesta,
incluso a su autor más dilecto, y no supo como resolverla. Cuando salimos de
la convertibilidad, que salimos mediante una devaluación brutal, pero después
del colapso que hizo que tuviéramos cinco presidentes en una semana. No
quedaba otro camino que devaluar rápido, porque lo que no había que permitir
era la altísima conflictibilidad social que estaba en cierne, muchos muertos,
levantamiento por todos lados, nadie hizo mucho calculo de cómo se iba a ir
saliendo de las sucesivas cosas que la convertibilidad había llevado implícita,
entre ellas, una cosa central, para el desarrollo de la economía del país que es
la energía. Se salió rápido, mejoramos el tipo de cambio, mejoramos las
condiciones, hicimos que la actividad económica volviese rápido, nos metimos
en default, pesificamos en forma asimétrica y los indicios y las señales para las
cosas colaterales, entre ellas este del costo de la energía, fueron cosas que
nadie, había indicios se decían determinadas cosas y bueno probablemente la
actitud del gobierno nacional, y por eso le doy un carácter político a la posición
mía esta, debió haber sido no enojarse, cuando Scioli manifestó que podía
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haber aumento de tarifas, allá por septiembre del año pasado. Habría que
haber incorporado la discusión, como una discusión de toda la sociedad, no
haber sobre estimado el impacto sobre la población, y haber planteado
seriamente como salir de la rigidez de la convertibilidad, porque hay otro
problema más que hay que considerar. Que es que cuando las empresas
eléctricas, como la que conduzco en este momento, tiene que planificar
inversiones tiene que estar midiendo todo el tiempo cuanto valen los insumos
que van invertir, porque si el transformador que yo compro es muy grande, y es
armado fuera de la Argentina, todos sus costos se ajustan en dólares. Pero si
el transformador que yo compro, tiene un costo de producción que incorpora un
20 – 30 % de mano Argentina no hay porque ajustarlo en dólares. Entonces,
apareció otro viejo fantasma que es el ajuste por inflación, al que todavía no
nos podemos adaptar y todas las inversiones que hay que planificar, ajustar,
resolver y decidir rápidamente en cabeza de las empresas que estamos en el
tema, van a tener un tiempo, y tienen un tiempo que hace sumamente compleja
la decisión y la ejecución de la inversión. Me está pasando a mi, en este
momento con la Empresa Provincial de Energía, imagínense ustedes si,
nuestra empresa, embalada con el sistema desregualdor, hubiese creado una
distribuidora provincial como en algún momento se planteó, el problema que
tendríamos hoy, y no lo obtenemos porque la empresa es Estatal y decidió
nunca hacer su propia distribuidora. La mantuvo dentro, la incorporó y ha
seguido haciendo inversiones. Si nosotros hubiéramos medido por la
rentabilidad las inversiones en nuestra distribuidora provincial de 132 kv, no
hubiéramos hecho ninguna inversión. La hemos seguido haciendo por una
decisión de opinión política de hacerla, entonces los cambios de paradigmas
para las sociedades avanzadas deben ser tomados con un criterio de
economía política. No de política o de economía, de economía política, la más
elaborada, la más rica de las ciencias, la más importante. Entonces, lo que creo
que es importante señalar que estamos frente a una situación sumamente
critica porque hay que ajustar una cantidad de cosas que no se rigen
solamente por reglas de mercado, están combinadas decisiones de tipo político
y que se van resolviendo paso a paso, enormes presiones con agenda muy
apretadas, que sufren los gobiernos y que sufren las empresas que tienen que
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tomar las decisiones. Donde paradojalmente los malos de la película que
somos las empresas Estatales, en estas condiciones sobrevivimos sin mayores
problemas y garantizamos mejor que otras el servicio. Podría hablar toda la
tarde de cómo mejorar la eficiencia, como plantearse los problemas
estratégicos, como debe resolverse el problema. Yo quería dejar esta señal
fuerte, porque por ejemplo creo que también nos hemos incorporado a un
escenario que va durar mucho tiempo. Esta crisis no se va a resolver solo en
este invierno, nosotros estamos haciendo manifestaciones de que son 100 días
de ahorro solidario de la energía para no llegar a situaciones de colapso, pero
creo que esto va a durar por lo menos un año y medio o dos y que van a ser
un año y medio o dos en que vamos a tener que ser muy lucidos en cuanto a
que tipo de inversiones van a tener que acelerarse como hacerlas y como
repagarlas y en el mismo tiempo ser un poco tolerantes y darle un margen al
Gobierno Nacional que es el dueño de la llave, a través de la Secretaria de
Energía respecto de cómo va a ser el nuevo orden tarifario. Porque sino esto
va a ser una anarquía y no va haber solución, digamos yo veo que a veces se
hace un reduccionismo o se hacen análisis muy simplistas, diciendo todo se
arregla liberalizando las tarifas. No se puede arreglar, liberalizando las tarifas,
porque la población residencial que es la que le da ganancias a las empresas
como la nuestra que son distribuidoras, solo aumentó su salario en un 30%. Yo
no le puedo pedir que la tarifa eléctrica aumente el 100%, y que me la pague
callado la boca. Si él aumento sus recursos en un 30%, entonces creo que este
es el centro de gravedad del problema y yo creo que mas que un problema
puramente técnico – económico, lo puramente técnico económico, que por
ejemplo en estos días Rosario ha estado de para bienes, por que hubo un
análisis hecho por los funcionarios de la empresa Transener y de CAMMESA,
en el hotel Plaza Real antes de ayer, que fueron espectacularmente buenos y
de un altísimo grado de compromiso y lucidez de cómo salir de las
circunstancias, requieren ese grado de sobriedad en la critica a la política del
gobierno. Yo se que mi situación y mi forma de explicar requeriría mucho mas,
puede generar debate o puede generar cuestiones controvertidas pero hay que
salir despacio de esta situación, y hay que por un tiempo ser muy lucido en
cuanto a que pedirle al mercado y que pedirle a las decisiones políticas para
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resolver las inversiones. Este seria el mensaje final, muchas gracias por la
atención.
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