CAPÍTULO IV ANÁLISIS DEL ARRAIGO EN LA DELINCUENCIA ORGANIZADA. 4.1. ARTÍCULO 12 EN LA LEY FEDERAL CONTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA. Se entiende por arraigo domiciliario el lugar en el cual reside el inculpado. Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los términos de la ley de la materia. Es inevitable citar el artículo 12 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada en función de que también forma parte de la esfera Federal en materia penal; el texto del artículo 12 de la mencionada Ley de Delincuencia Organizada dice: “Artículo 12.- El juez podrá dictar el arraigo, a solicitud del Ministerio Público de la Federación en los casos previsto en el artículo 2 de esta Ley y con las modalidades de lugar, tiempo, forma y medios de realización señalados en la solicitud, siempre que sean necesario para el éxito de la investigación, para la protección de personas, de bienes jurídicos o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia, sin que esta medida pueda exceder de cuarenta días y se realice con la vigilancia de la autoridad, la que ejercerá el Ministerio Público de la federación y la policía que se encuentre bajo su conducción y mando inmediato en la investigación. La duración del arraigo podrá prolongarse siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las causas que le dieron origen, sin que la duración total de esta medida precautoria exceda de ochenta días. El artículo 12 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada indica que el Juez podrá dictar a solicitud del Ministerio Público Federal y considerando las características del hecho imputado y las circunstancias personales del inculpado “el arraigo de éste en lugar, forma y medios de realización señalados en la solicitud…”. En ese momento, el artículo 133 bis del Código Procesal Federal Penal no se refería a “lugar, forma y medios de realización”, porque había sido redactado bajo el concepto de que el arraigo consiste en la simple prohibición de abandonar el lugar del juicio.4 Posteriormente en la reforma de 1999, se agregó que el juzgador a requerimiento del Ministerio Público, podrá “decretar el arraigo domiciliario sin su autorización, a la persona en contra de quién se prepare el ejercicio de la acción penal, siempre y cuando exista el riesgo fundado de que se sustraiga a la acción de la justicia”. Así queda explícita la diferencia entre el arraigo tradicional, ahora llamado “prohibición de abandonar una demarcación geográfica” y la otra forma de detención llamada “arraigo domiciliario”. En la misma norma quedó de manifiesto que esta detención procede cuando se está preparando el ejercicio de la acción y para los fines de esa preparación. La petición del arraigo debe ser resuelto dentro de las doce horas siguientes después de recibidas por la autoridad judicial. Si dentro de este plazo de doce horas, el Juez no resuelve sobre el pedimento del arraigo, el Ministerio Público de la Federación podrá recurrir en queja ante el Tribunal Unitario de Circuito correspondiente para que este resuelva en un plazo igual. La queja podrá interponerse en cualquier momento 4 GARCÍA Ramírez, Sergio. Delincuencia Organizada. Antecedentes y Regulación Penal en México. México, 2005. a partir de que se haya producido la situación que la motiva, y se hará por comparecencia o por escrito. El Tribunal Unitario de Circuito, en el plazo de tres horas, le dará entrada al recurso y por el medio más rápido requerirá al Juez de Distrito, cuya conducta o misiva haya dado lugar al recurso, para que de la misma forma rinda informe dentro de las seis horas siguientes. Transcurrido este plazo, con informes o sin él, se dictara dentro de las tres horas que sigan la resolución que proceda. Si se estima fundado el recurso, el Tribunal Unitario requerirá al Juez de Distrito para que cumpla las obligaciones determinadas en la ley, lo que hará inmediatamente después de recibida la notificación. La falta de informe establece la presunción de ser cierta la omisión atributaría y dará lugar a que se le imponga al juez de cincuenta a quinientos días multa. El auto que niegue la autorización de arraigo, es apelable por el Ministerio Publico de la Federación. En estos casos la apelación se podrá interponer por escrito o comparecencia expresando los agravios correspondientes y deberá ser resuelta en un plazo no mayor de cuarenta y ocho horas. Una vez interpuesta la apelación, el juzgado la admitirá de inmediato en el efecto devolutivo y remitirá por el medio más rápido el duplicado del expediente al Tribunal Unitario de Circuito, el que de plazo resolverá en el plazo a que se refiere el párrafo anterior y notificara de manera expedita la resolución a efecto de que se cumpla sin demora. Tratándose de la Delincuencia Organizada, el arraigado lo trasladan la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) es una dependencia de la Procuraduría General de la República en México, la cual coordina fuerzas policiacas federales en la lucha contra la delincuencia organizada. Sus funciones incluyen la investigación de actividades de crímen organizado, y entablar acción judicial contra sus miembros. Las áreas integrantes de la SIEDO son: ¾ Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra la Salud ¾ Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas ¾ Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda ¾ Unidad Especializada en Investigación de Secuestros ¾ Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Indocumentados y Órganos ¾ Unidad Especializada en Investigación de Asalto y Robo de Vehículos5. 4.2. ANÁLISIS AL ARTÍCULO 133 BIS DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMENTO PENAL. “ARTÍCULO 133 Bis.- La autoridad judicial podrá, a petición del Ministerio Público, decretar el arraigo domiciliario del indiciado tratándose de delitos graves, siempre que sea necesario para el éxito de la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia. Corresponderá al 5 http://es.wikipedia.org/wiki/Subprocuradur%C3%ADa_de_Investigaci%C3%B3n_Especializada_en_Delincuencia_ Organizada Ministerio Público y a sus auxiliares vigilar que el mandato de la autoridad judicial sea debidamente cumplido. El arraigo domiciliario se prolongará por el tiempo estrictamente indispensable, no debiendo exceder de cuarenta días. El afectado podrá solicitar que el arraigo quede sin efecto, cuando considere que las causas que le dieron origen han desaparecido. En este supuesto, la autoridad judicial escuchará al Ministerio Público y al afectado, y resolverá si debe o no mantenerse.” Ya que con el artículo anteriormente mencionado establece que el Ministerio Público podrá solicitar el arraigo domiciliario, el cual corresponde al Ministerio Público y a sus auxiliares vigilar dicha arraigo. Del mismo modo el Ministerio Público podrá pedir una prorrogación de arraigo ya que no pudo determinar o comprobar en su totalidad la culpabilidad del arraigado, cuando lo solicite deberá ser en tiempo y forma. 4.3. ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 256 DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES. “ARTICULO 256.- Cuanto tuviere que ausentarse del lugar en que se practiquen las diligencias alguna persona que pueda declarar acerca del delito, de sus circunstancias o de la persona del inculpado, el tribunal, a solicitud de cualquiera de las partes, procederá a examinarla desde luego si fuere posible; en caso contrario, podrá arraigar al testigo por el tiempo que sea estrictamente indispensable para que rinda su declaración. Si resultare que la solicitud fué infundada y por lo mismo indebido el arraigo, el testigo podrá exigir al que lo solicitó que lo indemnice de los daños y perjuicios que le haya causado.” En el artículo que antecede se faculta para que el tribunal arraigue a las personas totalmente ajenas al delito por el solo hecho de haber sido testigos de los hechos. Dicha autoridad queda facultada para cometer dicho acto, aun sin siquiera haber cometido conducta delictiva alguna. De igual manera, el citado ordenamiento textualmente nos dicen que podrán ser los testigos arraigados únicamente por el tiempo estrictamente indispensable lo que, a mi juicio, viene a cometer un grave acto de autoridad, toda vez que ni siquiera es la persona a la que se le imputa el delito y no hay indicio alguno que haga suponer la participación de dicho testigo en el delito, luego entonces por qué arraigados por el solo hecho de haber presenciado el delito pudiéndose dar el caso de que por mera casualidad presenció la probable acción u omisión. Por otro lado, impone como único requisito para arraigar al testigo que una de las partes lo pida al tribunal que esté conozca del delito; por lo que viene a cometer una arbitrariedad ya que si por mera equivocación o confusión una de las partes. Confunde a una persona por otra, esta puede quedar arraigada sin siquiera haber presenciado la conducta delictiva que se investiga. Si resultare que la solicitud fue infundada y por lo mismo indebido el arraigo, el testigo podrá exigir al que lo solicitó que lo indemnice por los daños y perjuicios que le haya causado, más sin embargo no deja de ser un acto de imposible reparación “Luego entonces el testigo no viene a ser más que un tercero extraño al juicio que comparece al proceso, para dar a conocer al juez sus experiencias sensoriales extrajudiciales relacionadas con los hechos del debate”. 6 Ahora, si bien es cierto se faculta al tribunal a arraigar al testigo únicamente por el tiempo indispensable, ¿pero cuánto es ese tiempo? De todos es por demás conocido que hay tribunales que debido al exceso de trabajo no les es posible llevar a cabo dichas diligencias de manera pronta. Es decir, que como no tiene el tribunal límite alguno para examinar a los testigos y lo pude arraigar por el tiempo únicamente indispensable, tiene prácticamente abierto el 6 DIAZ de León, Marco Antonio. Diccionario de Derecho Procesal Penal. Editorial Porrúa. México.2000. p.1598. lapso de tiempo hasta que decida hacerlo o que tenga tiempo para ello, lo que a todas luces resulta violatorio de las garantías que consagra la constitución. 4.4. ACEPCIONES DE LA FRASE GARANTIAS INDIVIDUALES. Cita Burgoa en su texto de Garantías Individuales, que la palabra “garantía” al parecer proviene del término anglosajón “warranty” o “warrantie” que significa la acción de asegurar, proteger, defender o salvaguardar”, por lo que tienen una connotación muy amplia. “Garantía” equivale, pues, en su sentido lato, a “aseguramiento” o “afianzamiento”, pudiendo denotar también “protección”, “respaldo”, “defensa”, “salvaguardia”, o “apoyo”. Jurídicamente el vocablo y el concepto “garantía” se originan en el derecho privado, teniendo en las acepciones apuntadas. En el derecho público ha significado diversos tipos de seguridades protecciones a favor de los gobernados dentro de un estado de derecho. Isidro Montiel y Duarte asevera “Todo medio asignado en la constitución para asegurar el goce de un derecho se llama garantía aún cuando no se de las individuales”. Jellinek clasifica a las “garantías del derecho público” en garantías sociales, tales como la religión, las costumbres, las fuerzas culturales y, en general, los elementos diversos que se dan en la dinámica de la sociedad; garantías políticas, dentro de las que comprende la organización misma del Estado y el principio de división de poderes; y jurídicas que se traducen en los sistemas de fiscalización de los órganos estatales, de responsabilidad oficial, de jurisdicción de los medios para hacer efectivas las normas de derecho objetivo. Don José Natividad Macias habla de garantías distintas de las individuales , tales como las “sociales” y “políticas”, afirmando que este tipo se encuentran dentro de la estructura y funcionamiento de los poderes del Estado. Kelsen alude a “las garantías de la constitución” y “las identifica con los procedimientos o medios para asegurar el imperio de la Ley Fundamental frente a las normas jurídicas secundarias”. Fix Zamudio sostiene que “solo pueden estimarse como verdaderas garantías los medios jurídicos de hacer efectivos los mandatos constitucionales”. La doctrina no se ha podido poner de acuerdo en la acepción estricta y específica que debe tener el concepto de “garantía” en el derecho público y, especialmente en el constitucional. La diversidad de definiciones u opiniones sobre lo que debe entenderse por tal concepto obedece a que sus autores toman la idea respectiva en su sentido amplio o lato, es decir, con la sinonimia a que nos hemos referido, sin contraerla al campo donde específicamente debe ser proyectada, o sea, al de las relaciones entre gobernantes y gobernados. 4.4.1. Naturaleza de las Garantías Individuales. En la vida de cualquier Estado o sociedad existen tres fundamentales tipos de relaciones, a saber: las de coordinación, las de supra ordinación y las de supra o subordinación. Las relaciones de coordinación son vínculos que se entablan entre dos o más sujetos físicos o morales dentro de su condición de gobernados. Las relaciones de supra ordinación se establecen entre los diferentes órganos de poder o gobierno de un estado o sociedad. Las de supra o sub-ordinación descansan sobre una dualidad cualitativa subjetiva. Entre el Estado como persona jurídico-política y sus órganos de autoridad por un lado y, el gobernado, por el otro. En dichas relaciones, la persona moral estatal y sus autoridades desempeñan frente al gobernado la actividad soberana o de gobierno; o sea, actos autoritarios propiamente dichos que tienen como atributos esenciales la unilateralidad, la imperatividad y la coercitividad. ¾ UNILATERAL.- Porque su existencia no requiere de la voluntad del individuo al que va dirigido o frente al que se realiza. ¾ IMPERATIVO.- En virtud de que se impone contra o sobre la voluntad del contrario del gobernado, quien tiene la obligación de obedecerlo. ¾ COERCITIVO.- Atendiendo a que si no se acata por rebeldía u oposición de la persona contra quien se pretenda ejecutar, puede realizarse coactivamente, incluso mediante la fuerza pública, en detrimento de ella. La concurrencia de estos tres elementos forma la índole propia del acto autoritario o de gobierno. Ahora bien cuando las relaciones de supra a subordinación se regulan por el orden jurídico, su formación forma parte tanto de la constitución como de las leyes administrativas principalmente, implicando en el primer caso las llamadas “Garantías Individuales” que contempla entre garantías la igualdad, libertad, propiedad, seguridad pública, personal, etc. A continuación entraremos al estudio de la garantía de la libertad de donde se desprende, su vez, la libertad personal y de tránsito que, a nuestro juicio, son los preceptos violados por la figura del arraigo domiciliario. 4.4.2. Garantía de Libertad. Todo individuo, según Ignacio Burgoa, “tiene una teología que perseguir, que es inherente de su ser. Estriba en la obtención de su felicidad o bienestar, que se traduce en términos abstractos, en una situación subjetiva de satisfacción permanente, con independencia del estado real en que la persona se encuentre o de las circunstancias materiales que lo rodean”. Cada persona, al realizar o pretender realizar su propia felicidad se forja a los objetivos en que, según cada criterio individual, puede estibar su bienestar, formación que generalmente es la consecuencia de un sin número de factores de diversa índole que están presentes en cada individualidad. Al concebir la persona sus fines vitales, en cuya obtención hace radicar su especial y propia felicidad o bienestar, el individuo, asimismo, crea o escoge los medios que estima idóneos para conseguir tal objetivo. La cualidad inseparable de la persona humana consistente en la potestad que tiene de concebir los fines y de excogitar los medios respectivos que más le acomoden para el logro de su felicidad personal. Se dice, por ende, que cada persona es libre para proponer los fines que más le convengan para el desarrollo de su propia personalidad así como para seleccionar los medios que estime más apropiados para su consecución. La libertad, en esa facultad propia de la persona humana de elegir fines y medios vitales presenta dos aspectos fundamentales, establecidos en razón del ámbito donde aquella se despliega. En primer lugar, la es coligación de objetivos vitales de conductos para su realización puede tener lugar inmanentemente, esto es, solo en el intelecto de la persona, sin trascendencia objetiva. En segundo término surge la libertad social, o sea, la potestad que tiene la persona de poner en práctica trascendentemente tantos los conductos como los fines que se ha forjado. 4.4.3. Libertad de Tránsito. Esta libertad específica está consagrada en el artículo 11 constitucional. La libertad de tránsito viene a ser un derecho subjetivo, que está establecida en dicho precepto de la ley fundamental. Comprende cuatro libertades especiales: la de entrar al territorio nacional, salir de él, viajar dentro de la República Mexicana y la de mudar de residencia dentro de la misma. El titular de estas garantías tiene derecho a ejercerlas de manera absoluta e incondicional en el sentido de que para ejercerlo no se requiere carta de seguridad o salvoconducto, pasaporte u otros requisitos semejantes. La obligación que para las autoridades del Estado y para este mismo se deriva de la indicada relación jurídica, consistió en no impedir y no entorpecer la entrada y salida de una persona al y del territorio nacional, el viaje dentro de éste y el cambio de residencia o de domicilio y no exigir requisito o condición alguna para hacerlo. La libertad de tránsito como garantía individual que se refiere al desplazamiento o movilización física del gobernado, por ende dicha libertad no comprende la prestación de ningún servicio ni excluye la potestad de las autoridades federales o locales, según el caso, para reglamentar los medios de locomoción que la persona pueda utilizar para su traslación dentro de la República. El gran maestro Burgoa hace referencia a que en cuanto a la autoridad que corresponde la prohibición a esta garantía en primer lugar a que están autorizadas por la carta magna para prohibir a una persona, verbigracia, que salga de determinado lugar o para condenar a una persona a purgar una pena privativa de libertad dentro de cierto sitio (pena impuesta por perpetra algún delito: confinamiento, relegación, prisión) en segundo término, en cuanto a las autoridades administrativas, estas están facultadas constitucionalmente para impedir que persona alguna ingrese a el territorio nacional y se radique en él cuando no satisfaga los requisitos de la ley general de población, así como expulsar del país a extranjeros perniciosos de acuerdo al artículo 33 constitucional, o, por razones de salubridad, prohibir que se entre, salga o permanezca en un sitio en el cual se localice un peligro para la higiene pública, etc. Las facultades limitativas constitucionales con que esta investida la autoridad administrativa es ejercida por el Presidente de la República a través de la Secretaría de Gobernación. 4.4.4. Libertad Personal. El fin de dicho precepto consiste en garantizar la libertad del individuo de cualquier intento de imponer sobre su persona todo tipo de servidumbre o de poder ilimitado. La finalidad que tiene el artículo primero de la constitución viene a ser como la ha indicado el Pleno de La Suprema Corte de Justicia de la Nación, y como se acaba de mencionar “Garantizar la libertad del individuo de cualquier intento de imponer sobre su persona todo tipo de servidumbre o de poder ilimitado”. Es una garantía congruente con el texto del primer párrafo del propio artículo. Para que todos los individuos gocen por igual de las garantías establecidas por la constitución, es preciso que sean libres, pues hallarse en un estado de subordinación respecto de otra persona les impediría ejercer voluntariamente los derechos que la Carta Suprema les confiere. Igualmente infiere dicha garantía el artículo 16 constitucional al establecer la manera en que puede un gobernado ser privado de su libertad personal, haciendo alusión a que dicha privación deberá fundarse en una denuncia, acusación o querella, concerniente a un delito previsto en el código penal, estatal o federal según sea el caso que merezca pena corporal. 4.5. ANÁLISIS ARTÍCULO 11. Todo hombre tiene derecho para entrar en la república, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvo conducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración y salubridad general de la república, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país. En este artículo observamos que se encuentra consagrada la garantía de libertad de tránsito. Aquí se aprecia claramente que el artículo en cuestión otorga la libertad de locomoción, es decir todos podemos viajar libremente por todo el país. A la vez se observa que no se nos impone restricción alguna para hacerlo salvo que se haya incurrido en responsabilidad criminal o civil, que se haya cometido alguna falta administrativa, por las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país. Es decir a ningún mexicano se le podrá impedir su traslado físico y de sus bienes salvo que tenga alguna responsabilidad de algún género y que viene a diferir que se le entorpezca dicha garantía dependiendo en el medio de transporte en que haga la movilización, es decir es una garantía intuito persona. 4.6 . ANÁLISIS ARTÍCULO 14. Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. En estudio del presente artículo (14 constitucional) dispone en su segundo párrafo lo que se establece con antelación. En dicho artículo apreciamos que se protegen cuatro garantías específicas de seguridad jurídica que vienen a ser: el juicio previo, al acto de privación, que dicho juicio se siga ante los tribunales previamente establecidos, en cumplimiento y observancia de las formalidades procesales esenciales; y la decisión o facultad jurisdiccional debe estar ajustada a las leyes dominantes con anterioridad a la causa que originó el juicio. Es decir hace ver que para poder llevar a cabo un acto de molestia en las personas o bienes de la misma es estrictamente necesario que sea en estricto apego a lo mencionado, y al no hacerlo notoriamente estamos ante un acto que constituye una violación a nuestras garantías consagradas en el artículo en referencia. Ahora, en atención al multicitado artículo se debe proporcionar al inculpado la oportunidad de defenderse ante el tribunal correspondiente por lo que, al decretarse la medida del arraigo, prácticamente se incumple con todas y cada una de las garantías mencionadas en el artículo en comento, es decir se viene a infringir de manera tajante el goce de la garantía de audiencia que se nos otorga a todo gobernado como derecho público subjetivo. 4.7. ANÁLISIS ARTÍCULO 16. No podrá librarse orden de aprehensión sino por la autoridad judicial y sin que proceda denuncia o querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado cuando menos con pena privativa de libertad y existan datos que acrediten el cuerpo del delito y que hagan probable de la responsabilidad del indiciado. El artículo en comento viene a normar lo que es la garantía de legalidad. Dicho numeral viene a ser uno de los artículos que imparten mayor protección a los gobernados. Es de apreciarse en este párrafo del artículo 16 como es norma la forma en que una persona puede ser privada de su libertad, y la única forma que prevé la Carta Magna es la orden de aprehensión o cuando sea sorprendido el sujeto activo en flagrancia. Si bien es cierto dicha enumeración no viene a prohibir la figura procesal en estudio, pero viene a normar cómo y en qué casos puede privar a una persona de su libertad. Ahora, si bien es verdad, puede que existan datos suficientes por lo que únicamente hay indicios en su contra pudiendo resultar de los datos que arroje la averiguación previa el no ejercicio de la acción penal, resultando el arraigo un acto de imposible reparación. Solo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así clasificado por la ley y ante el riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención, fundado y expresando los indicios que motiven su proceder. Este párrafo merece hacerle hincapié toda vez que autoriza y a su vez limita al representante social a que por motivos de hora, circunstancia o lugar no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial competente, pueda ordenar la detención de una persona, más no lo autoriza a arraigarla. En estos casos ordena la constitución al Ministerio Público a notificar en cuanto le sea posible a la autoridad competente para que la misma como autoridad competente la que decidan la situación jurídica del presunto responsable. Igualmente nos plantea las hipótesis o los casos en los cuales se puede privar a una persona de su libertad, que son los siguientes: (A) por orden de aprehensión; (B) tratándose de delito flagrante, y (C) caso urgente. En el primero de los casos se debe de entender que para que se libere una orden de aprehensión ya debe de haberse integrado tal y como lo establece nuestra Carta Magna una averiguación previa, misma que debió ser originada por una denuncia o una querella. Además, deben existir elementos suficientes para acreditar el cuerpo del delito así como la probable responsabilidad del indiciado. Así, el órgano jurisdiccional correspondiente puede ver que se hayan cumplidos todos y cada uno de los requisitos establecidos por la constitución. En el segundo de los casos procede cuando se trate de delito flagrante, según lo dispone el artículo 193 del Código Federal de Procedimiento Penal, caso en el cual se autoriza a cualquier persona a que prive de la libertad a otra, pero con la condición de que se ponga sin demora ante la autoridad más inmediata, que usualmente se trata de la policía municipal, para que esta a su vez la ponga a disposición de Ministerio Público con la finalidad de que se integre la averiguación previa para que, posteriormente, se consigne ante el juez competente. El tercer caso se actualiza en casos urgentes, cuando se trate de delitos graves y exista riesgo fundado de que el indiciado se puede sustraer a la acción de la justicia, caso en el cual la carta magna faculta al Ministerio Público para que, bajo su responsabilidad, ordene la detención, siempre y cuando por razón de la hora, lugar y circunstancias, no se pueda acudir ante la autoridad judicial para solicitar la orden de aprehensión, tal y como lo señala el inciso c) del artículo 193 bis del Código Federal de Procedimiento Penal. El legislador justifica la privación de la libertad del indiciado, por una autoridad distinta a la judicial; por la razón de que es un delito grave y, debido a la hora, lugar y demás circunstancias sea imposible ocurrir ante la autoridad judicial a solicitar una orden de aprehensión y además debe existir riesgo fundado de que a la persona que se le imputa el delito pueda sustraerse a la acción de la justicia. Tomando en cuenta los casos anteriores, la detención de una persona se debe hacer sin traspasar los márgenes de la constitución toda vez que está en juego una garantía contenida en la parte dogmática de nuestra mayor legislación como es la libertad, según el artículo. Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como Delincuencia Organizada, todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal. No merece mayor discusión el plazo señalado por la constitución para que el Ministerio Público pueda retener a una persona. Entonces por qué autoriza una ley secundaria, procesal en este caso, al representante social que es un órgano que emana del poder administrativo y no judicial a retener a una persona arraigada por cuarenta días y peor aun prorrogable por otros cuarenta.