No hay teatro bueno y teatro malo, simplemente hay teatro (ignorar

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IDENTIDAD / Domingo 21 de diciembre de 2014
por ciento.
Para llevar a los niños, 8.5 por ciento.
Entre las razones para no acudir a los
espacios teatrales figuran:
La falta de tiempo, 40.5 por ciento.
La falta de interés, 35 por ciento.
El costo, 34.6 por ciento.
La lejanía de los recintos, 32 por
ciento.
El desconocimiento, 26.1 por ciento.
Los horarios inadecuados, 4.5 por
ciento.
Los patrones de consumo cultural
y de uso del tiempo libre establecidos por la encuesta confirman que
hace falta estimular hábitos culturales desde la más temprana infancia,
mediante programas y actividades de
calidad.
En el Sistema de Información Cultural
están registrados 556 teatros en el país.
Las entidades con más espacios son el
Distrito Federal, con 131; Tamaulipas,
con 24, y Guanajuato, Guerrero y
Nuevo León con 23. Así, el promedio
nacional es de 185.726 habitantes por
teatro. (Cierro cita)
Ya son muchos años de teatro, de
atestiguar los cambios más importantes de la humanidad, y todos estos
se han llevado al escenario. El teatro es
el microcosmos de la sociedad.
El teatro sólo puede extinguirse si
la sociedad se extingue, de otro modo
siempre prevalecerá. Pero debe estar
atento a las transformaciones de su
entorno, hay que conocer al “contrincante”, ¿y quién es el verdadero contrincante? ¿La cibercultra, los medios
masivos de comunicación, la falta de
cultura de la gente, su pereza mental,
el teatro comercial, nuestro ego, nuestra falta de profesionalismo, nuestra
falta de pasión? Son todos a la vez.
Contar una historia en un escenario
no debería exigirnos más que concentración en el trabajo.
Existe una nueva sociedad, y el teatro
tendrá que ponerse al día, esto no
implica digitalizarnos, por supuesto,
sino contar desde el escenario historia
renovadas en su forma. La dramaturgia
fue, en su momento, piedra angular del
teatro. Una vez que nació y se desarrolló el oficio del director —hace poco
más de cien años— el teatro dio un
gran salto, la puesta en escena encontró algo nuevo a su favor, tiene que
dar ahora otro gran salto para reencontrase con su público. Puede ser,
como dice Rasco Banda, que el teatro
haya renunciado a las masas, yo más
bien diría que las masas renunciaron
al teatro. Concluyo con las palabras
que Robert Lepage, director y dramaturgo canadiense, pronunció en el Día
Mundial del Teatro del 2008:
“La supervivencia del teatro depende
de su capacidad para reinventarse
integrando las nuevas herramientas
y los nuevos lenguajes. Si no, ¿cómo
No hay teatro bueno y teatro malo, simplemente hay
teatro (ignorar al teatro que llamamos “malo”, es no
querer saber de nuestra realidad, no como creadores,
sino como individuos que conforman una sociedad). En
el teatro el artista no habla de sí mismo, habla de la
sociedad que lo afecta, ni siquiera es el medio: la voz es la
actividad social en que vive, el medio es el teatro en sí.
podría el teatro seguir siendo testigo
de las grandes apuestas de su época
y promover el entendimiento de los
pueblos, si no da él mismo prueba de
apertura? ¿Cómo podría jactarse de
ofrecer soluciones a los problemas de
la intolerancia, exclusión y racismo si,
en su propia práctica, se resiste a todo
mestizaje y a toda integración?”
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