EL DESARROLLO PSICOAFECTIVO UNA CONCEPCIÓN DINÁMICA RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DEL PROGRAMA DE EDUCACIÓN Y DESARROLLO PSICOAFECTIVO COMO APORTE DE 3.200 DOCENTES A LA SALUD INTEGRAL DEL NIÑO EN EDAD ESCOLAR Todo aquel que juega un rol en la vida y el desarrollo cognoscitivo y afectivo del niño tal como ocurre de manera privilegiada con el maestro debe poseer un conocimiento del mundo Intrapsíquico y su influenciabilidad. Este conocimiento supone comprender y aceptar las diferentes etapas del desarrollo, donde la comprensión implica integrar lo teórico a la labor práctica, entendiendo el desarrollo como un proceso de construcción que a su vez interactúa con el medio que lo constituye. La organización Psicológica del individuo se puede entender desde un potencial constitucional al que la forma como se presente la relación con los padres y el medio marcará el transcurrir evolutivo del niño. Esta realidad exige el reconocimiento de consolidar una visión integral del desarrollo, desde lo biológico en interacción con el ambiente Psicosocial, el entorno cultural y el momento histórico en el que ocurre dicho desarrollo. Al hablar de “Organización” estamos reconociendo que el desarrollo emocional es un proceso evolutivo abierto que se va estructurando en interacción con las fuerzas biológicas y las experiencias vividas en el ambiente, generando este último impacto o huella que implica al mismo tiempo “Impresión para la Organización de la personalidad y movilización hacía una sana estructuración”. Estos momentos evolutivos se dan como un constante transcurrir de experiencias en las que las gratificaciones en tanto manifestaciones de amor por parte de los padres, alimentación y sentimientos de protección generan la posibilidad de ir construyendo una visión positiva en el niño de lo que constituye su ambiente. Esta construcción psíquica del entorno ayudará a soportar las decepciones que evolutivamente se sufre en la adaptación a la realidad. Por el contrario cuando las huellas de las experiencias son negativas, se reactivan las experiencias dolorosas con sentimientos de insatisfacción y abandono que conllevan a repeticiones de actuaciones compulsivas con tendencias negativas. La afectividad tiene su base en la vida instintiva, este conocimiento permite la aceptación de los instintos agresivos y sexuales, de las necesidades básicas infantiles, de la rivalidad fraterna, de la organización Superyóica como signos de una vitalidad sana, donde el conocimiento de estas instancias lo provee de una base útil en su difícil labor y aunque el maestro se encuentra incesantemente ante la imperiosa realidad de actuar con intervenciones que conllevan a conservar la disciplina y a la adaptación del niño a la sociedad, no desconozca que en el recorrido de estos caminos del desarrollo afectivo se va a encontrar con expresiones reactivas normales del niño que son consecuencia del período evolutivo que atraviesa. Tal como lo plantea Winnicott “Sólo si sabemos que el niño desea destruir la torre de ladrillos nos resultará valioso que comprobemos que puede construirla”, si bien es cierto que el niño tiene una enorme capacidad para la destrucción, también lo es que tiene una enorme capacidad para proteger lo que ama de su propia destrucción. Es por esto que se hace necesario hacer un recorrido del desarrollo Psicoafectivo, reconociendo su importancia en la Formación integral del niño, para ello debemos trasladarnos a los inicios de la vida psíquica, partiendo del estudio del desarrollo infantil, el cual implica un conocimiento integral de los cambios constitucionales y adquiridos que se van sucediendo dentro de un proceso continuo, inherente y evolutivo. Los cambios constitucionales obedecen a los procesos de maduración mientras que el desarrollo incluye el proceso de maduración y las influencias ambientales los cuales forman una unidad etiológica inseparable. Los conflictos que se generan entonces al interior de la familia y en los espacios sustitutivos de la vida familiar, como es el jardín de infantes juegan un papel fundamental en el proceso de desarrollo normal por el que deben pasar los niños y niñas en sus diferentes etapas de la vida. Cuando se facilita la expresión de sentimientos y se dan herramientas para afrontar los conflictos se contribuye a evitar trastornos emocionales que intervienen en su adaptación general y en su relación con sus figuras objetales. Es así como el maestro debe generar estrategias que le ofrezcan al Yo del niño lidiar con la presión instintiva propias de las instancias psíquicas y las provenientes de las exigencias de la realidad. Durante el proceso de desarrollo se va consolidando la seguridad, confianza, autonomía, autoestima, el desarrollo moral, el desarrollo social, y el desarrollo sexual, para la constitución de su identidad. Al principio el Bebé funciona con una base Instintivo- Genética, que al irse integrando con el ambiente se dan las facilidades o no para que el desarrollo progrese, de la conjunción gradual de las fuerzas genéticas y del ambiente se da la satisfacción del infante y de su medio, lo cual permite la consolidación y formación de estructuras complejas, las cuales tienden a seguir una secuencia y un tiempo, durante los cuales se dan movimientos regresivos y progresivos producto de los conflictos y las interferencias en el desarrollo, observándose como la organización, estructuración y satisfacción depende del sí mimo, de la relación vincular con el ambiente psicoemocional inmediato y del medio social y cultural en el que se desarrolla. De igual forma, algunas de estas teorías reconocen que en cada período del desarrollo se dan momentos críticos o sensitivos, que conllevan a la formación de nuevas estructuras o al reforzamiento de las existentes, que cuando no son resueltos favorablemente generan estados de regresión y de fijación que pueden dar como resultado la organización de estructuras psicopatológicas. A estos momentos críticos Anna Freud los llama “conflictos del desarrollo”, reconociendo además que existen influencias externas que ocasionan la presencia de la misma sintomatología, designados como “interferencias en el desarrollo”. Con el nacimiento el niño pasa de un medio cerrado que le asegura satisfacción permanente, de un medio proveedor ininterrumpido de alimento, calor y oxigeno, a un medio abierto donde existe frustración, donde la satisfacción es momentánea en función de calor - frío - presencia - ausencia de alimentos, expresión afectiva, etc. Esta experiencia resulta difícil para el bebé, aparecen infinidad de estímulos que pueden ser sentidos como amenaza, el niño sufre un gran impacto, cambia su ritmo cardíaco, se inicia la respiración pulmonar, se pone en marcha la función digestiva, en fin se produce una transformación fisiológica fundamental. En el seno materno la satisfacción de la necesidad está asegurada. Posterior al nacimiento el niño desarrollará sus propias defensas para que sus necesidades primarias de subsistencia se vean igualmente satisfechas. Ha de adquirir recursos para que la madre aparezca y así calmar la necesidad de afecto, alimento y protección. Después del parto, el infante pasa de una vida de protección y regularidad física a experimentar sus primeros contactos con estímulos del mundo exterior, y de su capacidad para desarrollar mecanismos para captar y procesar la información correctamente dependerá su adaptación (Russo de Sánchez, 1998). El niño trae consigo algunas conductas para lograr su satisfacción tales como succionar, llorar, agitarse, orinar, bostezar, etc., pero para satisfacer la necesidad primaria de alimentación y motivacional de afecto - dependencia, el infante necesita de otra persona que es la madre, padre o figura sustituta. Es así como la alimentación se convierte en la actividad mas importante a nivel físico y psicológico porque garantiza la auto-preservación, y a través de este proceso el infante no solo disipa la tensión fisiológica sino que establece la primera relación placentera con su entorno (Lasky, 1993). La boca y sus funciones es fuente de satisfacción en esta primera etapa donde la estimulación bucal se convierte en estímulo placentero y agradable que permite el conocimiento en sí mismo del placer, la satisfacción o no de necesidades, la orientación hacia los demás y el reconocimiento de la madre, padre o sustituto como figura de satisfacción y seguridad o de inseguridad y desconfianza, permitiendo junto con la mirada y la sonrisa el paso a la relación con el objeto. El proceso de alimentación esta compuesto por una serie de experiencias de gratificación y frustración, que llevan al infante a formarse una imagen de lo que es la satisfacción o la sensación displacentera y de las condiciones bajo las cuales se experimenta, lo cual según Freud lleva a la formación y diferenciación del objeto (Greenberg y Mitchell, 1983). Donald Winnicott (1965), afirma que al comienzo no hay un bebé como tal, solo hay una diada madre – bebé. Un bebé no puede existir solo, sino que constituye una parte emocional de una relación que le brinda alimentación, sostén y atención . El bebé precisa de un sostenimiento y condiciones ambientales que satisfagan sus necesidades fisiológicas, las cuales a su vez se expresan en cuidados que satisfacen necesidades psicológicas y afectivas y que dan paso al desarrollo emocional, este se constituye a partir de la relación con una persona que debería ser inicialmente la madre, cuando la relación fracasa, la continuidad existencial se interrumpe y el sujeto vive amenazado por angustias primitivas, o como más tarde las llama Winnicott (1965, 1993), agonías primitivas. Esta amenaza daña la integración en el desarrollo generando defensas tempranas de desintegración o una tendencia de autosostenimiento precoz, el falso self y defensas agresivas, dejando una marca en el psiquismo frente a la cual se reactiva el temor a lo largo de su vida. Según Winnicott (1965, 1993), si el ambiente es bueno, el bebé alcanza la condición unitaria, permitiéndole ese “Yo soy”, que depende de procesos fundamentales como son sostén, manipulación, frustración – percepción y diferenciación de objetos. Como vemos desde el comienzo es la madre o su sustituto (función materna) la responsable de facilitar un núcleo básico armonioso y una fase simbiótica, constituyendo así la base para la confianza, el sentimiento de bienestar y la disminución del potencial de tensión y de ansiedad. Al respecto, Freud citado por Anthony, E.J. (1981) afirma “que hay una continuidad considerable entre la vida intrauterina y la infancia temprana, esta continuidad consiste en el reemplazo del vientre materno por el cuidado de la madre. Cuando el vinculo y los cuidados de la madre son suficientemente buenos el bebé mantendrá la tensión limitada. Cuando esta es incompetente, ansiosa e incluso rechazante, el infante desarrolla grados, intolerables de tensión que agravan las ansiedades de separación normal”, los cuales se presentan también con mayor fuerza cuando las necesidades del infante son excesivas y este no encuentra satisfacción en los cuidados y afectos del objeto. El llanto, la succión y más adelante la mirada y la sonrisa son conductas que el niño va desarrollando para el logro de sus deseos, organizándose así la relación vincular la cual se considera una relación socio emocional reciproca que se fomenta y fortalece con las conductas anteriormente expuestas. En estos primeros años de desarrollo mediante la relación placentera con los padres el niño adquiere la confianza básica, para que esta se dé exige una sensación de comodidad física y afectiva y una experiencia mínima de temor e inseguridad. Por el contrario experiencias insatisfactorias o representaciones mentales negativas determinan un sentido de la desconfianza y conducen a una percepción temerosa de las situaciones futuras. La experiencia de cuidado de la relación padres – hijos y la calidad de la interacción dan como resultado la construcción de estructuras cognitivas y afectivas que a su vez forman y dirigen la naturaleza de las expresiones interpersonales posteriores; no obstante el carácter positivo de las vivencias del niño no están determinadas exclusivamente por la posibilidad de complacencia que le brindan sus padres; sino de las necesidades, deseos, fuerza o represión de sus impulsos, fantasías, conflictos y defensas del niño mismo. Erikson plantea que, la relación permanente y confiable niño-madre constituye la base de una futura identificación por ambas partes que, si es sana, permite la regulación mutua de la frustración de manera tal que se adquiera el sentido básico de confianza, apareciendo la desconfianza solo cuando no se resuelve oportunamente, cuando el niño percibe las inseguridades de sus padres, su cuidado es insuficiente y/o existe hostilidad hacia él (Maier, 1965). La movilidad corporal abre al mundo al infante, ya no solo será la madre punto de interés del niño, el padre se anuncia algo más que una resonancia de los encuentros con la madre, ahora el padre y otros familiares entran en el umbral de las relaciones del niño con el mundo exterior. Este vinculo madre, padre, hijo fortalecerá en él la constitución de un yo que le permita acercarse mas a la realidad con sus exigencias de postergación de la satisfacción y esto a su vez generara huellas psíquicas que serán el marco de sus contenidos inconscientes Progresivamente y como resultado de los logros motrices, del lenguaje y de cognición del niño, surge la necesidad de implementar un control externo que, conservando cualidades firmemente tranquilizadoras, proporcionan al pequeño en formación la oportunidad de descubrir su propio sentido de ser. Durante el transcurso del segundo año se producen cambios y adquisiciones importantes, la locomoción es más segura, el lenguaje se utiliza como medio de comunicación, se da el aprendizaje de hábitos, etc. El papel y la presencia de los padres sigue siendo primordial, pero experimentan modificaciones ya que con el proceso de socialización la actitud de la madre y del padre generará una cierta frustración. Es decir en la medida en que el niño aumenta la confianza con sus padres, comienza a descubrir que la conducta que desarrolla es suya y afirma cierto sentido de independencia, se empeña en hacerlo todo solo, alimentos, comer, abrir y cerrar las cosas, pero al mismo tiempo los padres comienzan el proceso de socialización y el niño afronta el problema de aceptar un conjunto de normas y sistemas diferentes como son la alimentación, el control de esfínteres, restricción de expresiones afectivas como la agresión, la cual también aparece como parte natural frente al resultado de una frustración, o como forma de control del ambiente. Generalmente estas limitaciones son impuestas bajo amenaza de castigo, provocando en el niño miedo a éste y sentimiento de culpabilidad. De este modo algunos niños asocian que únicamente serás queridos y aceptados si cumple con los deseos de los demás. Existe otro elemento determinante en el origen del miedo y es la intensidad con que se imponen las prohibiciones, ya que una actitud impositiva y fuerte de parte del adulto, anulará cualquier reacción espontánea y producirá respuestas mecánicas y convencionales en el niño. Por eso este período es decisivo para el logro de la autonomía, la confianza en sí mismo y la competencia, para que el niño adquiera este sentido es importante que experimente la posibilidad de elegir al mismo tiempo que aprende algunos límites de la autodeterminación. Si los padres son afectivos, razonablemente tolerantes y otorgan grados moderados de autonomía, el niño obtendrá satisfacción por el ejercicio de sus nuevas destrezas y adquirirá una conducta de confianza, espontaneidad y se enfrentará a situaciones nuevas con entusiasmo. Otro evento demarca un importante hito en el desarrollo infantil del niño: La entrada al jardín escolar. Esta le permite al niño el encuentro con sus pares, es decir niños de su misma edad. El jardín infantil se convierte en el primer espacio del niño por fuera de los padres, tiempo de una separación importante ya que requiere del niño que este se descubra como ser autónomo. El Jardín es un nuevo reto para el desarrollo psicoafectivo del niño, en este momento la capacidad que tiene el niño para enfrentar al mundo por fuera de los padre, se pone en juego. Si desde sus primeras relaciones de objeto el infante ha establecido formas de vinculo en el que la seguridad y la confianza han prevalecido, entenderá que la ausencia de los padres en el tiempo que él esta en el jardín, es momentáneo y que en algún momento los padres volverán por el, mientras se puede explorar el entorno y establecer nuevos vínculos con compañeros y profesores Cuando las primeras relaciones de objeto no han generado la suficiente confianza y seguridad del niño en si mismo, en los padres y el medio esto hará síntoma en el jardín infantil y la escuela llegando hasta el trastorno por ansiedad de separación Este momento también llamado edad preescolar es un puente que se ha generado en la cultura entre el vínculo único con los padres y cuidadores en los primeros meses de vida y la entrada a las relaciones afectivas con integrantes del medio extrafamiliar. “El transito por la edad preescolar consiste en el paso de la individuación completa a la capacidad real de socialización, el transito de una relación de dos a una posibilidad de relaciones múltiples, merced a la experiencia detallada de una relación de tres “ (Dallas Eduardo 2001) Al rededor de los tres años de vida la conducta del niño tiende a asemejarse mucho a la de su progenitor, ha comenzado a identificarse, el niño empieza a repetir ciertas secuencias de actos como si la madre estuviera presente con el fin de reconquistar las acciones que había asociado con experiencias placenteras con la madre; en suma el niño se recompensa a sí mismo al imitar la conducta dependiente sin serlo. La identificación en este momento se da por la imitación de conductas de la madre lo cual se considera una identificación anaclítica. Más adelante se da el proceso de identificación defensiva que se da con el padre del mismo sexo. Vemos entonces como cada momento de la evolución plantea conflictos o momentos críticos en el niño, los cuales dependiendo de su fuerza, expresión o represión y de las circunstancias del medio (no solo como condena moral a los deseos o pulsiones sino como fallas o carencias en el desarrollo temprano o circunstancias traumáticas) pueden causar daños irreversibles en su desarrollo personal y social. Autores como Anna Freud y Francoise Dolto reconocen la importancia de la educación psicoafectiva en el desarrollo del niño, A. Freud hace énfasis en la educación a los padres y F. Dolto en la educación psicoafectiva al niño mismo para que reconozca, aprenda e intervenga en todos aquellos aspectos del desarrollo que pueden ser manejados y asumidos positivamente cuando se conciben como propios del desarrollo normal. Por su parte los teóricos de la educación como Vygotski y Coll nos muestran la importancia de la educación como proceso necesario para el desarrollo del niño ya que este no es independiente del proceso de aprendizaje, pero a su vez se reconoce que todo aprendizaje necesita de una cierta madurez evolutiva sin la cual la experiencia de aprendizaje resulta frustrada. La psicología del desarrollo propone entonces los criterios estructurales y limites para la intervención educativa y esta a su vez proporciona a la investigación evolutiva elementos de contraste para la comprensión del desarrollo humano. Teniendo en cuenta de que cada etapa que caracteriza el desarrollo normal puede generar estados de ansiedad, conflictos y temores que pueden ser experimentado durante el proceso de desarrollo del individuo, se plantea la necesidad de contar con instrumentos de intervención temprana que permitan al niño y su medio el conocimiento y comprensión de situaciones, expresiones afectivas, y temores, conductas y tendencias propias del proceso de desarrollo. Es así, como la educación psicoafectiva se plantea como una opción de educación para la prevención concibiéndose esta como el conocimiento que implica el placer por conocer, explicar y aprender del mundo y de sí mismo, a través de la información y la propia experiencia, lo cual interviene a su vez sobre la realidad consciente e inconsciente del individuo, sus estructuras, su historia y sus conflictos mediante la interacción de identificaciones y proyecciones de expresión de emociones y realidades en un espacio que permite la relación con los objetos vinculares y la transformación objetal externa e interna hacia la comprensión, entendimiento y aceptación de la dialéctica del constructo humano. Con base en esta necesidad en la Universidad del Norte como resultado de siete años de investigación se estructuró el Programa de Educación y desarrollo Psicoafectivo que permite la maduración emocional y resolución de conflictos, tales como ansiedad de separación, autonomía, iniciativa, comunicación, desarrollo moral, desarrollo sexual, autoestima y expresión de emociones que se presentan en el desarrollo normal y en circunstancias especiales vividas por los niños y sus familias. Este programa permite el fortalecimiento del Yo para la recuperación de la capacidad de afrontamiento, la resolución de problemas; La confianza y seguridad en sí mismo y en los demás elaborando mediante técnica lúdica - educativas las ansiedades, los conflictos y tristezas recuperando el equilibrio emocional en las crisis normales del desarrollo evolutivo como en las circunstancias especiales. Es así como, el Programa de Educación y Desarrollo Psicoafectivo, Pisotón quedó estructurado de la siguiente forma: 1.Conferencia para padres y maestros sobre desarrollo evolutivo. 2.Cuentos para niños donde personajes animales viven las diferentes circunstancias y conflictos normales que se presentan en el proceso de desarrollo propiciando la identificación proyectiva. 3.Psicodramas sobre cada una de las temáticas presentadas en los cuentos permitiendo la expresión proyectiva y la experimentación con mayor monto de descarga motora en la actuación. 4.Juego en casa, sobre las temáticas de los cuentos y el psicodrama, que permiten la proyección e identificación en un ambiente que propicia la comunicación y elaboración junto con sus figuras vinculares. 5.El Relato Vivencial que propicia la diferencia entre la fantasía y la realidad, al expresar las experiencias vividas en cada una de las circunstancias de la vida del niño, permitiendo la elaboración y la retroinyección. 6.Taller de integración padres, facilitadores, hermanos y niños, en el cual de manera lúdica se viven las situaciones de cada temática trabajada durante el año escolar y se evalúan los logros y resultados. El criterio para la elección de los personajes de los cuentos se hizo con base en la revisión de la inclusión de los animales en la literatura infantil y después de considerar diferentes figuras animales y revisar la importancia y atributos con que han sido investidos, se escogió el hipopótamo como personaje central. Este es un animal de contrastes; al mirarlo, la primera impresión que causa es la de animal pesado, grande y grotesco, pero sus características dicen lo contrario, pues su temperamento es pacifico y gregario e inspira ternura (aún cuando tiene accesos de furor que lo hacen temible. Por tales características puede ser fácilmente asociado a él la polaridad amor - odio, placer displacer, instinto de vida - instinto de muerte. Su nombre PISOTON, permite constatar la fortaleza frente a la ternura y al desarrollo sano que da a sus vivencias. Para el desarrollo de los cuentos, psicodramas, juego y relato vivencial se tuvieron en cuenta 9 temáticas básicas que si bien no constituyen la totalidad de las circunstancias vivenciadas en el proceso de desarrollo, si los conflictos y momentos trascendentales que se viven en los diferentes periodos sensitivos evolutivos, estas temáticas fueron: * Ansiedad de separación * Autonomía Vs. disciplina * Iniciativa y desarrollo sexual * Socialización * Comunicación * Autoestima * Expresión de emociones * Desarrollo moral EN LO PSICOAFECTIVO: TEMA: ANSIEDAD DE SEPARACION Para la temática de ansiedad de separación se desarrolló el cuento “Pisotón va al colegio” y el juego “Hagamos historias felices”. El cuento plasma a través de Pisotón todos los miedos, temores y sentimientos que se derivan de la ansiedad de separación de la madre y se reviven con la entrada al colegio. En el juego se elaboran las situaciones de separación de la madre o del padre por parte del niño manejados adecuada o inadecuadamente por medio de la construcción de historias, permitiendo en el niño la posibilidad de manejo de los conflictos y de constancia del objeto y en la familia la facilitación de las ansiedades del niño frente a este sentimiento. TEMA: AUTONOMIA Vs. DISCIPLINA En esta temática, se estimula el desarrollo de la autonomía por medio del cuento “Pisotón está enojado”, el cual ejemplifica el conflicto que vive el niño frente a sus deseos y los requerimientos de sus padres y del medio en general, resolución que se logra al armonizar el sentido de realidad con sus necesidades internas y en el cuento “Quitémosle el disfraz de monstruo” donde se expresa la ambivalencia amor – rabia frente a la figura materna en su rol afectivo – educativo y las proyecciones de estos sentimientos. Al final el niño logra integrar las características del objeto y de sus propias emociones. En el juego “Magia, Magia” se combina lo mágico (principio del placer) con los deberes y derechos (principio de realidad) permitiendo que sea el niño quien venza las fantasías del mago Merlín al aceptar las circunstancias reales que lo rodean y “Ayudando en casa” donde se manejan las actividades que se pueden realizar de manera activa en su medio familiar. TEMA: SOCIALIZACION Con los cuentos “Mío, mío, mío” y “Pisotón y sus amigos” se vivencian los elementos narcisistas junto con el reconocimiento del otro como objeto externo y necesario, venciendo el egocentrismo, teniendo en cuenta las necesidades propias y las de los otros. Con los juegos “Sociacciones” y “Salvemos El Tesoro” se promueve la socialización de manera activa donde se mezcla la competencia y la colaboración ya que el grupo quien gana o pierde propiciando la relación con otros para alcanzar un fin. TEMA: INICIATIVA E IDENTIDAD SEXUAL Permite propiciar el desarrollo de la iniciativa y de la identidad en los cuentos “Mony aprendiendo a bañarse solita”, el cual se basa en la exploración y realización de nuevas actividades, los temores frente a la realización y los limites de la autodeterminación y “De paseo por el pantano” que aborda el descubrimiento de las diferencias sexuales y el logro de la identidad. Los juegos “Acción y emoción”; y “Vistamos la figura”, permiten el desarrollo de la iniciativa y los aspectos importantes de la sexualidad, la identidad sexual y los cambios que se suceden en el proceso evolutivo en la infancia – adolescencia y adultez. TEMA: DESARROLLO MORAL El reconocimiento de los límites y las funciones integradoras del desarrollo moral, se reconocen en el cuento “El misterio del pastel perdido” y en el juego “Decidamos”, donde se experimentan situaciones que muestran los deseos del niño, y la adaptación a la realidad. TEMA: EXPRESION DE EMOCIONES Las expresiones tales como: miedos y celos son expresados y vivenciados en el cuento “Chapuzón corre que te coge el fantasma” y el cuento “El juego de yo soy tu”, en este último se presentan las fantasías de preferencia del hermano con todas las emociones que de ella se desprenden, comprendiendo al final sus proyecciones y las diferencias de actitud de los padres en función de edad y sexo más no en la intensidad del sentimiento de amor. En el juego “Es solo mi imaginación” se presentan las situaciones que generan temor, confrontándolos con la realidad, la fantasía y la culpa y “A que si me atrevo” donde se expresan sentimientos y pensamientos en los diferentes miembros de la familia, quienes a su vez facilitan su expresión y canalización. TEMA: COMUNICACIÓN En el cuento “Dentoncito está en apuros” el argumento se basa en las dificultades que tiene Dentoncito al no poder entender las necesidades de su hermano bebé y la proyección de los amiguitos de Dentoncito para satisfacer dichas necesidades. “Adivina, adivinador”, es el juego que ayuda a favorecer el proceso de comunicación al interior de la familia y su importancia. TEMA: AUTOESTIMA El desarrollo de la autoestima y la diferenciación entre el yo y no yo se logra en el cuento “Bambú, la jirafa”, quien muestra su descontento y minusvalía, con una pobre imagen de sí misma, esta se complementa con el juego “Lo bueno de mi”, donde los miembros de la familia pasan por la silla vacía adivinando las opiniones negativas y positivas que los diferentes miembros tienen de él, reconociendo lo que le pertenece o es generado por los otros. La aplicación del programa se hace entonces en el ambiente escolar, donde los niño de 2 a 7 años viven junto con sus familiares las diferentes circunstancias de su vida de manera lúdica y recreativa permitiendo las identificaciones, proyecciones y reintroyecciones en cada momento evolutivo. En total son tres temas por año institucional que empiezan con la conferencia para padres y finaliza con el taller de integración, para cada tema el niño se identifica con los personajes de los cuentos, proyecta sus emociones en el psicodrama y los elabora en el juego y en el relato vivencial. OBJETIVOS DEL PROGRAMA OBJETIVOS GENERALES El Programa de Educación y Desarrollo en lo Psicoafectivo, busca facilitar la expresión de emociones, el conocimiento de sí mismo y el manejo adecuado de conflictos en los niños y niñas y sus familias, mediante técnicas lúdico - educativas con el fin de propiciar la madurez emocional y la resolución de procesos individuales y familiares en situaciones normales y especiales. OBJETIVOS ESPECIFICOS Promocionar y facilitar las relaciones intrafamiliares mediante un programa, educativo - preventivo de desarrollo humano, dirigido a padres e hijos en la institución educativa o de la salud. Promover la salud psicoemocional y la prevención de trastornos específicos, que son consecuencia de las dificultades en el proceso de desarrollo del individuo y de su interacción familiar y social. Concientizar a los padres y educadores de su papel en el proceso de desarrollo psicoafectivo del niño. Propiciar las relaciones padres e hijos mediante el conocimiento de las diferentes etapas del desarrollo del niño. Facilitar el proceso de desarrollo del niño en talleres que permiten el conocimiento de sí mismos, de sus sentimientos, relaciones interpersonales y expresiones afectivas, para el logro de la autoestima y autonomía del individuo. Estimular a los niños para que aprendan a respetarse a sí mismos y a los demás, para que puedan comunicar las experiencias traumáticas recibidas de que son objeto. Detectar tempranamente factores de riesgo que interfieren en el desarrollo del niño y en su interacción familiar. Motivar a los padres y educadores en el uso de otras alternativas de educación y disciplina infantil diferentes a la violencia. Generar la internalización de una auto imagen positiva. ANALISIS DE LOS RESULTADOS APLICADOS POR MAESTROS Con base en los resultados encontrados en el estudio piloto aplicado por 3.200 maestros a 3398 niños y sus familias, se puede afirmar que de manera general el programa tuvo un efecto favorable sobre el desarrollo psicoafectivo de los niños que participaron en la muestra del estudio. 100 90 80 76 72 74 72 68 70 76 74 72 76 55 60 70 57 44 43,9 50 40 Antes 30 20 Tem.Aban 100 90 80 20 15 10 0 84 Tem.Rech Después 21 23 21 21 Cambio 10 Perd.Amor Tem.Castigo Tem.Muerte Tem.Medio Ang.Sexual padres 78 72 75 66 70 60 85 72 75 Antes 50 40 30 20 Despes Cambio 26 23,5 21 11 10 0 Abandonica Rechazante Agres/Castig Amor/gratif. 100 91 85 80 75,9 67 71,2 60 67,2 72 78 74 68 60 Pretest 48 Postest 40 20 0 Cambio 27 24 11,4 Rechazo Sometimiento 24 14 Si mismo Agresivos Atencion 20 Acept.y Aprob. Con relación a la Naturaleza de las ansiedades los niños pertenecientes a los diferentes grupos que formaron parte del programa, presentaron antes de la aplicación del programa severas ansiedades de pérdida que iban desde ser abandonados en el 70% de los casos, temor a la muerte 76%, temor al rechazo y a perder el amor de los padres en 74% y 65% respectivamente, temor al castigo físico en el 74%, angustia sexual en el 76% y temor al medio en 44% los cuales se fueron disminuyendo durante la aplicación del programa, frente a esto los docentes y las madres comunitarias pudieron apreciar como el programa permitió la expresión de emociones, historias de vida y resolución de problemas, relaciones con temores de perdida y miedos específicos como a la oscuridad, terremotos, lluvia y truenos, y temor al medio esto se pudo corroborar en el postest donde entre el 58% al 71% de los niños cambiaron favorablemente. Estos resultados están en intima convergencia con los encontrados en el segundo eje donde las figuras paternas fueron visualizadas en el pretest como abandónicas en el 84%, controladoras y exigentes el 85% y agresivas y castigadoras en el 75%, observándose luego en el postest que solo entre el 23% y el 24% de los niños seguían visualizando a sus padres como abandónicos y agresivos mientras que el 75% de ellos pudieron visualizar en los padres como figuras amigables, amorosos y gratificadoras, aspectos estos que se habían presentado en el pretest solo en el 11%. Esto se pudo corroborar en las apreciaciones de los docentes quienes consideraron que el 95% de las madres y el 85% de los padres que participaron de la muestra expresaron su motivación, aceptación y colaboración en el programa, considerándolo como un aporte positivo a la integración y comunicación familiar, retomando el gusto y las bondades del juego, aspecto este que se vio más claramente en el día de integración familiar donde además participan hermanos, abuelos y tíos. Con relación a la forma en que los niños se visualizaban a sí mismos se observó un cambio significativo en la visualización como agredidos, sometidos y rechazados a amados y admirados, lo cual nos permite afirmar que el conjunto de técnicas que hacen parte del programa, posibilitan aflorar el conflicto en los niños; es decir, se constituyen en una herramienta por medio de la cual el niño pueda expresar temores, sentimientos, deseos y ansiedades ligadas al conflicto y a las circunstancias vividas permitiendo una mayor consolidación del yo y por ende en su relación con los demás. Durante el proceso se pudo observar que la disminución de las ansiedades, en los niños se fue dando mediante la identificación de sus temores, sentimientos y deseos en los relatos literarios que podrían luego vivenciar y repetir en el psicodrama y recordar en el relato vivencial. En los cuentos de ansiedad de separación, autonomía y culpa, tales como: Pisotón va al colegio, Pisotón está enojado y Quitémosle el disfraz de monstruo se pudo observar mediante la historia de Pisotón el conflicto del niño entre sus deseos y la adaptación a la realidad, hecho que permitió a los niños expresar en el relato vivencial sus temores, sus deseos disminuyendo así su ansiedad. Estas situaciones se refirieron no solo a la causa del peligro, sino a un concepto diferenciado del objeto, del desplazamiento y proyección de la ansiedad hacia el objeto. Pero también la participación concientización y cambios de los padres fue un factor muy importante para la visualización positiva de ellos como objetos de amor, ya que el juego con sus padres ofrecía al niño un ambiente mediante el cual los objetos se constituyeron en facilitadores tanto para el relato vivencial donde todos los procesos en el niño cobraron fuerza siendo capaces de expresar sus vivencias y soluciones; como para los padres, quienes lograron internalizar conocimientos sobre el desarrollo evolutivo de los niños y de la importancia de ellos como objetos afectivos y de sostén para su desarrollo, lo cual facilitó el cambio en los padres y el reconocimiento de la necesidad que los niños tienen de ellos en cada momento evolutivo. Los padres reconocieron además en la conferencia y en los juegos que el niño es susceptible de una historia con expresiones afectivas y limitaciones sanas, sin tener que utilizar como único medio de intimidación el castigo físico y la agresión, “como decía una madre aprendí a decir jugando aquello que decía peleando”. Percibieron también la importancia de su participación como figuras de identificación pero al mismo tiempo aprendieron que algunos de los comportamientos de sus hijos no eran solo motivados por abandono o descuido de ellos, sino que era una conducta universal producto de un desarrollo normal, tales como las manifestaciones agresivas y sexuales en el niño por medio de las cuales el niño podía desarrollar su capacidad de dar y reparar; minimizando su culpabilidad y ampliando el campo de su vida instintiva dentro de los limites de la realidad, desarrollando así su sentido moral y su capacidad de mantener relaciones afectivas sanas a nivel personal y social. El conocimiento, la repetición y la asociación de situaciones vividas y/o fantaseadas llevaron a los niños de la muestra a la comprensión del desarrollo, al fortalecimiento del Yo y por ende a la disminución de la ansiedad. Los resultados muestran que en parte la ansiedad estaba basada en la inestabilidad del Yo para dominar la presión instintiva. Pero de igual forma, al escuchar los relatos de los niños y padres, se pudo observar que parte de ella era debido a fallas reales en su relación con los objetos primarios y a situaciones traumáticas vivenciadas en el medio en el que el niño se desarrolla, esto fue muy claro en el grupo de niños desplazados, los niños pudieron expresar los temores relacionados con sus vivencias lo cual permitió hacer una diferenciación entre la angustia frente a lo desconocido y el miedo frente a las realidades vividas, encontrándose como variable nueva en este grupo en comparación con los de las muestras de otras ciudades: la desconfianza y temor a ser dañado por el medio en el 44%, disminuyendo a un 13% después de poder relatar sus temores asociados al desplazamiento vivido y la angustia frente a la posibilidad futura de nuevos enfrentamientos. Vemos tal como nos plantea Erikson (1984) que la inestabilidad genera una regresión a sensaciones tempranas de desamparo e inseguridad dando paso a la angustia primitiva de pérdida y de separación la cual se pudo comprobar no solo en los resultados de los tests sino en las experiencias que tanto los niños como los padres comentaron a los maestros al haber tenido no solo que abandonar su residencia, sus actividades, sus costumbres sino el ver amenazada su integridad física y psicológica, además de la vulnerabilidad emocional frente a la aceptación en el nuevo grupo social y la adaptación a este. De igual forma Winnicott (1965, 1993), nos plantea que cuanto más impotente es el individuo para modificar la magnitud de la realidad traumática más primitiva serán sus defensas, esto se comprobó en un grupo de niños inmersos en el conflicto armado, en los cuales se observó una diferencia muy marcada entre los niños; que ya a sus ocho años han sido victimas de situaciones violentas y aquellos que han vivido situaciones evolutivas dentro de los limites del desarrollo. Al asociar los resultados con un enfoque evolutivo nos permite entender la fusión del niño con el ambiente, cuando en medio del paso normal de la diferenciación y de la dependencia de la madre al mundo externo tiene que reconocer en su ambiente inmediato el dolor, la crueldad, la pérdida y la muerte. Es así, como en la evaluación previa a la implementación del programa se observó en estos niños que la angustia de muerte y de pérdida estaba enmascarada por el temor al abandono y al rechazo y por mecanismos de disociación, evasión, negación y cambio por lo contrario, defensas estas que si bien el niño había organizado con éxito frente a la angustia no tenían el mismo éxito cuando al enfrentarse a la realidad e identificarse con la violencia vivida podrían sufrir en si mismo la desesperanza y la posibilidad de su propia muerte. A diferencia de otros niños de la muestra y de niños de las diferentes regiones del país, en los cuales prevalece después de la aplicación del programa la disminución de la naturaleza de las ansiedades, la visión positiva de los padres y de sí mismos, en estos la disminución fue mínima puesto que las tensiones y sobrecargas al crecimiento emocional tienen un efecto adverso en el desarrollo de nuestros niños, sin embargo uno de los puntos positivos fue la disminución de las defensas inadecuadas ya que si el conflicto se hace relativamente consciente, las soluciones y expresiones frente a la realidad externa provocan menos daño, es así, como al disminuir el mecanismo de” negación”, “disociación”, “evasión” y “cambió por lo contrario” en el 55% de los casos, el niño fue capaz de expresar sus vivencias con manifestaciones afectivas acordes a las realidades vividas, expresiones de miedo, rabia y el dolor se fueron viendo a medida que iban transcurriendo los relatos vivenciales; esto porque la única forma de tolerar el dolor en estos niños había sido el disociar el afecto de la situación vivida. Otros de los aspectos importantes fue ver como los niños habían incorporado la nocividad del ambiente externo y habían desarrollado un ambiente interno dando cabida a la identificación con la agresión justificada por las defensas y por la falla ambiental, dejando de lado su comportamiento de niño y sus juegos infantiles, generándose una detención de esta etapa de desarrollo, es por esto que al mismo tiempo que se veían como agredidos se comportaban agresivos y al mismo tiempo se dejaban llevar por la situación de muerte observándose un alto porcentaje de autoagresión en los niños. En otra de las poblaciones en los cuales se realizó el estudio se observó la visualización de sí mismos como rechazados, abandonados y agredidos en un 87% de los casos unido a una gran necesidad de amor y gratificación, de aceptación y aprobación que fue compensada en un gran porcentaje de niños durante la aplicación del programa con el desplazamiento de sus necesidades a los facilitadores aumentando su autoestima y disminuyendo su sensación de rechazo. Las solicitudes de atención en los niños permiten establecer vínculos afectivos en un estado que incluye el reconocimiento del otro como objeto de comprensión y cuidados, pero también como aquel ser humano que permite expresar nuestro dolor o nuestra dicha, nuestra rabia o nuestro amor, nuestra preocupación y vivencias, ya que las relaciones tendientes a la gratificación de necesidades dan paso a un reconocimiento cada vez más profundo de sí mismo y de los otros, en la medida en que el niño adquiere confianza en su capacidad de mantener relaciones afectivas y de gratificaciones adecuadas va organizando la internalización de objetos negativos que había hecho en el pasado, tal como lo planteo Freud, en su concepto de retroactividad: experiencias, impresiones y huellas mnémicas, son modificadas ulteriormente en función de nuevas experiencias, lo que conocemos actualmente como resiliencia. Los facilitadores reconocieron la importancia de ellos en el proceso evolutivo del niño, no solo a nivel cognoscitivo sino en la estructuración y organización de la personalidad, la atención, el reconocimiento y la ayuda que le brindaron los maestros permitió que los niños se sienten valorados. Fortaleciendo así su autoestima e identidad, fue así como los docentes del grupo de niños indígenas reconocieron el respeto por sus costumbres, al mismo tiempo que se iban integrando las costumbres educativas, lingüísticas y culturales entre los diferentes etnias, y quisiera resaltar a los maestros del grupo de niños reincorporados los cuales cumplieron un papel fundamental en la confianza de estos niños, donde la atención, comprensión y afecto que les brindaron a los niños les permitió establecer vínculos afectivos organizando así la internalización de objetos negativos que habían hecho en el pasado; pero también se observó una declinación en el estado de animo de los facilitadores quienes se encontraron con que uno de los aspectos negativos era el alto índice de niños que tuvieron que cambiar de albergue a hogar independiente y que no pudieron continuar con el proceso, repitiéndose en ellos la tendencia a la inestabilidad y la perdida, tal como lo expresó uno de los facilitadores : “es de anotar que los logros que se tuvieron al comienzo fueron buenos porque las niñas comenzaron a crear lazos entre ellas y fortalecerlos con sus padres, ayudando a dar un mejor bienestar en la difícil situación que se vive en un albergue de desmovilizados, además del lazo que crearon con Pisotón, que aunque sabían que no era real lo consideraron un niño que vivía las mismas circunstancias que ellas, pero lamentablemente algunas niñas tuvieron que irse del albergue y no continuaron con el programa”. “Sigo nadando contra la corriente porque creo en mi país”. En resumen vemos como estos estudios al ser aplicados a la realidad del niño en su proceso evolutivo parecen ofrecer mejores perspectivas para la prevención de ulteriores trastornos y para la detección e intervención temprana de los mismos, ya que tal como se pudo comprobar un porcentaje alto de los niños pudieron vivenciar los momentos críticos de su desarrollo junto con soluciones que facilitaron su participación, minimizando así sus angustias, sus sentimientos de culpabilidad y su inhibición. El conocimiento, la repetición y la asociación de situaciones vividas llevan a la comprensión del desarrollo como un espacio continuo que supone la consecución de metas que deben alcanzarse en momentos específicos. Se observó también, que al involucrar a los padres y maestros como agentes educativos y ofrecer alternativas de interacción con el niño, crea un espacio al interior de la escuela en el cual le es permitido expresar todo lo inherente al desarrollo psicoafectivo, los valores y medio ambiente complementando la labor educativa de manera integral, permitido tal como plantea Winnicott, que existen los medios para que las fallas y carencias sean tenidas en cuenta, de tal forma que se atenúe su nocividad, ya que “un entorno, una educación y un desarrollo perfecto no existen”.