PARTICIPACIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN LA 2ª SEMANA INTERNACIONAL DE LA CULTURA LAICA, CÁTEDRA EXTRAORDINARIA “BENITO JUÁREZ” DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, EL DÍA 23 DE MARZO DE 2015, A LAS 17:00 HORAS. “LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL DEL PRINCIPIO DE SEPARACIÓN IGLESIA ESTADO, RESPECTO DE UN CASO CONCRETO SOBRE EL AUXILIO ESPIRITUAL.” “Si el principio religioso se convierte en un poder político, y, saliendo de las vías de la convicción que les son propias, pretende ejercer sobre los ciudadanos una fuerza coercitiva, tener rentas, imponer contribuciones, gozar de un fuero exterior, y aplicar penas temporales, su degeneración es completa y, en lugar de auxiliar al Poder soberano en el orden directivo, se convierte en su rival en la parte administrativa.” José María Luis Mora. 1 Es para mí un honor encontrarme esta tarde con ustedes, en este importante foro, lugar de intercambio de reflexiones sobre la Cultura Laica, con la participación de destacados académicos e investigadores, autoridades en la materia. Además del honor que me representa participar en esta 2ª Semana Internacional de la Cultura Laica, y la Catedra Extraordinaria Benito Juárez, siempre es motivo de alegría encontrarme en mi alma mater, la Universidad Autónoma de México, a la cual le debo tanto, pues gracias a la formación que proporcionó, soy quien soy. Quisiera iniciar citando al Politólogo Italiano, profesor de las Universidades de Roma y Bolonia, Paolo Prodi, quien en una de sus obras más 2 recientes, “Una Historia de la Justicia. De la Pluralidad de Fueros al Dualismo Moderno entre Conciencia y Derecho.”, señala que: “…el equilibrio dinámico entre el nexo sacral del juramento y la secularización del pacto político, fruto del dualismo entre el poder espiritual y poder temporal madurado en el contexto del cristianismo occidental, es lo que permitió construir las modernas identidades colectivas de patria y nación, consolidándolas con el desarrollo de los derechos del hombre.” Así, esta separación Estado — iglesia, en nuestro sistema jurídico se encuentra previsto en los artículos 24 y 130 de la Constitución General de la República, como resultado de los hechos históricos acontecidos durante el siglo XIX entre liberales y conservadores, y el movimiento cristero de 1926-1929, durante los cuales la Iglesia y el Estado Mexicano tuvieron profundas 3 diferencias de índole ideológica y política que les llevaron a enfrentarse y recurrir a las armas. Estos conflictos provocaron que en su momento se rompieran por más de un siglo, las relaciones diplomáticas con el Vaticano, siendo restablecidas hasta el 21 de septiembre de 1992, durante el gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari, con lo que se cerró este polémico capítulo de la historia del país. Estas reformas constitucionales que les comento generaron profundos cambios en la separación Iglesia – Estado, que no se quedan solamente como elementos que definen al Estado Mexicano, sino que ello trasciende de los Político y sociológico, a lo jurídico. 4 Por ello, quiero hablarles de un caso específico que se presentó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre cómo esta separación Estado-Iglesia, se hace patente en casos concretos, en las relaciones entre particulares y entidades clericales, y de cómo ello exige que el Tribunal Constitucional del Estado Mexicano se pronuncie interpretando las normas constitucionales y legales, para dotar de sentido, operatividad y aplicabilidad las disposiciones relativas. Así, quiero compartir con ustedes lo que resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en junio de 2009, al conocer de un amparo directo en revisión (A.D.R. 1088/2008), y de manera específica las razones de mi voto. 5 El caso presenta un extraordinario interés, en virtud de que en él, una sucesión por conducto de su albacea, demandó de una asociación civil, la nulidad de la disposición testamentaria, por la cual el de cujus la instituyó como heredera de un inmueble. Lo anterior, en virtud de que los quejosos estimaron que la cláusula testamentaria se había realizado en contravención a lo dispuesto en los artículos 130, antepenúltimo párrafo, de la Constitución General de la República, 2435 del Código Civil local (en el caso del Estado de Tamaulipas. Y el cual es de contenido similar a los artículos 1325 de los Códigos Civiles Federal y del Distrito Federal) y 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas, en razón de que la referida asociación civil se encontraba integrada por ministros de culto, 6 los cuales estaban impedidos para adquirir bienes inmuebles por herencia por sí o por interpósita persona. Así, el reclamo de la sucesión se declaró procedente por la autoridad jurisdiccional local en materia civil, en el juicio respectivo, y por tanto se anuló el testamento. Dicha determinación fue revocada por el Tribunal de Alzada en la apelación interpuesta por la asociación civil demanda, y por consecuencia se le absolvió de la acción de nulidad ejercida en su contra. Inconforme con la resolución del tribunal de apelación, la sucesión acudió en juico de amparo directo, en cuyos conceptos de violación adujo en esencia que a los sacerdotes y ministros de culto 7 religiosos no les está permitido formar una asociación civil con la finalidad de realizar actos jurídicos que les están prohibidos, como lo es adquirir bienes por herencia de aquellos con los que no tengan parentesco civil dentro del cuarto grado, siendo que quedó acreditado el carácter de interpósita persona atribuido a la asociación civil demandada, la cual se integraba por sacerdotes y la asociación religiosa denominada “Diócesis de Matamoros”, con la finalidad de eludir las incapacidades legales y prohibiciones que les imponen los artículos 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y 2435 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas. En torno a lo aducido por la sucesión, el Tribunal Colegiado de Circuito negó el amparo y la protección de la Justicia Federal, sobre la base 8 de considerar, en lo atinente, que de lo dispuesto en los artículos 130, antepenúltimo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2435 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas (el cual es de contenido similar a los artículos 1325 de los Códigos Civiles Federal y del Distrito Federal) y 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas, no se desprende que exista alguna prohibición para que una asociación civil, cuya personalidad jurídica es distinta de la de sus miembros, pueda adquirir bienes inmuebles por herencia, aunque sus integrantes sean ministros de culto. Así, señaló que no existe prohibición alguna para que la asociación civil demandada, sea considerada heredera, ya que se encuentra dotada de personalidad jurídica propia distinta e independiente de la de sus asociados, y es sujeto de derechos y obligaciones, por lo que el hecho de 9 que esté integrada por personas que se dedican a profesar el culto público religioso no implica que deba considerársele como una asociación religiosa, ya que de su acta constitutiva no se advirtió que esté destinada a la propaganda, enseñanza o difusión, de algún tipo de credo religioso, esto es, que fomente algún tipo de doctrina inspirada en el fundamental propósito de procurar la elevación moral de sus adeptos y su felicidad principalmente ultraterrena, por encontrarse encaminado su objeto a labores asistenciales, comunidades educativas, de escasos dirigidas recursos, a comprar, vender y administrar toda clase de bienes para la realización de sus fines, recibir donaciones, herencias, usufructo o cualquier otro convenio sin fines de lucro, tendente a incrementar su patrimonio con el objeto de cumplir sus fines. 10 De igual forma, el Tribunal Colegiado de Circuito estimó que no podían derivarse presunciones que permitieran tener certeza de que se está frente a una verdadera interposición de personas, ya que no se advertía vinculación entre partes que evidencie la patrimonio entrada de de aquéllos los para bienes en quienes el van secretamente destinados; ni que se actualizaran hechos que permitan inferir que las partes pretendieron disfrazar u ocultar su objetivo con la finalidad de lograr burlar una incapacidad o prohibición. Asimismo, que en el caso no resultaba válido determinar que existe una causa de simulación para presumir el carácter ficticio de la asociación religiosa denominada “Arquidiócesis de Matamoros”, o bien respecto de los integrantes de dicha persona civil, puesto que no se advierte que tenga como fin disfrazar al verdadero beneficiario 11 de la sucesión, con el propósito de sustraerse del conocimiento de terceros o de la ley, por no poder derivarse las presunciones que permitan obtener la certeza de que se está frente a una verdadera interposición de personas, por no advertirse: 1. La existencia de una vinculación entre las partes que evidencie patrimonio la de entrada aquellos de para los bienes quienes al van secretamente destinados; o, 2. Que se actualicen las prohibiciones legales que permitan inferir que el comportamiento de las partes pretende disfrazarlos u ocultarlos con la finalidad de lograr burlar una incapacidad o una prohibición. Además, respecto de las disposiciones constitucionales relativas, señaló que por virtud de la reforma constitucional de mil novecientos noventa y dos, se eliminó la incapacidad legal establecida para ministros de culto, para ser herederos por testamento, de los miembros del 12 mismo culto o un particular con quien no tenga parentesco alguno dentro del cuarto grado, para establecer únicamente, la imposibilidad de ser designados herederos por testamento de las personas a las cuales hayan prestado auxilio espiritual o hayan sido sus directores espirituales, y no sean sus parientes dentro del cuarto grado (prohibición que se reiteró en el artículo 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y en el 2435 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas). Además, que la limitación referida obedece a la finalidad de evitar la manipulación en la voluntad del testador. Inconformes los integrantes de la sucesión con lo resuelto en el amparo directo por el Tribunal Colegiado de Circuito, acudieron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en Amparo Directo en Revisión, instancia que — como muchos de ustedes sabrán—, procede 13 únicamente respecto de cuestiones propiamente de constitucionalidad, tales como la interpretación directa de la Norma Fundamental, o la interpretación de la ley respecto de la Constitución. Del recurso de revisión en amparo directo que les comento, correspondió conocer a la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en virtud de ser la especializada en la materia civil (además de la Penal). Por mayoría de 3 votos, de 5 de los Ministros que la integramos, se determinó confirmar la sentencia dictada por el Tribunal Colegiado de Circuito, y negar el amparo a la sucesión quejosa. 14 He de precisar, que junto con el Señor Ministro José Ramón Cossío Días, voté en contra de la determinación de la mayoría, y formulé votó particular, del cual les comentaré más adelante. En sus agravios, la sucesión se inconformó de que en la interpretación directa del artículo 130, inciso e), párrafo tercero, de la Constitución Federal, el Tribunal Colegiado de Circuito pasó inadvertido que los integrantes de la asociación civil, se dedican a la actividad preponderante del sacerdocio o ser ministro de culto, razón por la cual el fallo recurrido omitió personas tomar que en consideración integran la que asociación las civil mencionada son ministros de culto, y que pretenden, a través de la figura de una asociación civil, realizar actividades que las leyes prohíben. 15 Que la interpretación realizada respecto del artículo 130 constitucional fue contraria a los principios Juaristas, en virtud de que sería desastroso que a los ministros de culto público se les permita asociarse entre sí, además de hacerlo en asociaciones religiosas, formando asociaciones civiles y a través de éstas realizar actos que como sacerdotes les está prohibido constitucionalmente, como lo es el de heredar de las personas con quienes no tengan parentesco legal, lo cual también se establece claramente en la codificación civil, por lo que de prevalecer dicho criterio, se formarán asociaciones civiles integradas por sacerdotes con el objeto de comprar, bienes vender, administrar inmuebles toda indispensables clase de para la realización de sus fines, que en ningún caso serán de económicos, lucro recibir ni preponderantemente donaciones, 16 herencias, usufructo, fideicomiso y celebrar toda clase de convenios que sin fines de lucro tiendan al incremento y consolidación del patrimonio de la asociación para allegarse de recursos y así poder cumplir sus fines, siendo algunas de estas actividades prohibidas a los sacerdotes, como lo es el de heredar en los términos previstos en la Constitución. Asimismo, que el Tribunal Colegiado realizó una interpretación errónea de las reformas al artículo 27, fracción II, de la Constitución Federal, pues no se trata de alguna asociación religiosa, sino que el hecho consiste en que los sacerdotes que integran la totalidad de una asociación civil son los que adquirieron el bien inmueble en litigio, y en el expediente no aparece como demandada la asociación religiosa, sino que únicamente se menciona que a ella pertenecen los sacerdotes integrantes de la asociación civil. 17 Además, que el Tribunal Colegiado de Circuito no advirtió que con las probanzas ofrecidas en el juicio natural se demostrara a plenitud el influjo contrario a la libertad de testar por parte de quien aparece como representante legal de la asociación civil, que también se encuentra acreditada su participación en la elaboración del testamento cuya nulidad se invocó, y que igualmente está probado que la testadora fue auxiliada espiritualmente por parte de los ministros de culto. Los Señores Ministros de la Primera Sala, que formaron mayoría, estimaron que en una parte era improcedente el recurso de revisión al versar sobre cuestiones relativas a la valoración probatoria respecto del régimen en el que se constituyó la asociación civil, así como del flujo de los bienes hacia la Arquidiócesis. 18 Por otra parte, en cuanto a la cuestión que estimaron propiamente constitucional, relativa al contenido y alcance del artículo 130, antepenúltimo párrafo, conforme a la reforma constitucional de veintiocho de enero de mil novecientos noventa y dos, estimaron lo siguiente: 1. Las asociaciones religiosas tienen personalidad jurídica y patrimonio propio. 2. Las asociaciones civiles tienen patrimonio y personalidad jurídica propia e independiente de la de sus socios. 3. Al reformar el artículo 27 constitucional, en la exposición de motivos el constituyente permitió que los ministros de culto o las corporaciones religiosas formen parte de instituciones de beneficencia. 19 4. La expresión “dirigido o auxiliado espiritualmente” debe entenderse acotada y no en sentido amplio. Lo anterior, pues estimaron que conforme a la Reforma Constitucional de enero de 1992, se estableció que ascendientes, los ministros de descendientes, culto, hermanos sus y cónyuges, así como las asociaciones religiosas a que aquellos pertenezcan, serán incapaces para heredar por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado. Con lo que, claramente la norma constitucional tiene como finalidad impedir que los sujetos enunciados condiciones. 20 hereden en ciertas Que al ser una norma prohibitiva, las reglas hermenéuticas dictan que debe ser interpretada estrictamente, tanto en el objeto de la limitación como en la calidad de los sujetos a quienes les es aplicable; esto es, que la prohibición no puede estimarse referida a alguna otra conducta que no sea la expresada en el texto normativo y que los sujetos a quienes les está prohibida tal conducta no pueden ser otros que los explícitamente allí enlistados. Además, para la resolución del caso que les comento, los Ministros de la mayoría tomaron en consideración lo dispuesto en la exposición de motivos de la reforma al artículo 130 de la Constitución General de la República, publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintiocho de enero de mil novecientos noventa y dos; en la que se aprecia que el Constituyente, consciente de los cambios que la sociedad había sufrido 21 desde mil novecientos diecisiete, decidió modificar el régimen jurídico de la relación Iglesia-Estado; uno de los principales cambios fue el que se dotara a las iglesias de personalidad jurídica, pues en su opinión: “…La existencia de las iglesias es una realidad social; insoslayable en todas las sociedades de nuestro tiempo, indistintamente del signo ideológico de su organización estatal. No se debe confundir, por eso, Estado laico con la carencia de personalidad jurídica de las iglesias; ni la regulación de las organizaciones sociales llamadas iglesias con limitar las libertades de creencias religiosas y su práctica. El pueblo demanda, con su comportamiento, un cambio que respeta estas diferencias en nuestra Constitución…” Con base en ello, se consideró que con la multicitada reforma constitucional de 1992, se otorgó a las Iglesias la capacidad de propiedad, limitada únicamente a que los bienes que adquieran sean indispensables para la realización 22 de su objeto, para lo cual se modificó la fracción II del artículo 27. Qué asimismo, se eliminó la prohibición que dichos entes tenían para dirigir, administrar instituciones de asistencia privada, pues textualmente señaló lo siguiente: “… En efecto, no parece justificado impedir a los ministros de los cultos o a las corporaciones religiosas formar parte de instituciones de beneficencia que tengan por objeto el auxilio de los necesitados o cualquier otro objeto lícito, siempre y cuando se ajusten a los objetivos asistenciales que les dan origen…” Por último estimó la mayoría, que en cuanto a la imposibilidad que para heredar que tenían los ministros de culto, el constituyente consideró que acorde con la posibilidad que en tal ocasión se otorgaba a las asociaciones religiosas de contar 23 con personalidad jurídica y patrimonio propio, el constituyente consideró necesario reconocer el derecho tanto de los ministros de culto como de las asociaciones religiosas de heredar por testamento. En mi carácter de Jueza Constitucional, no compartí el sentido y criterio que asumieron mis compañeros Ministros de la Primera Sala, pues en mi criterio la resolución del asunto, más que una interpretación literal del texto constitucional analizado, requería una interpretación teleológica, atendiendo a la evolución histórica de la relación Estado-Iglesia. En mi opinión, respecto de la asociación civil integrada y conformada por ministros de culto, y la capacidad de ésta 24 para heredar, debía calificarse de fundados los agravios expresados por la sucesión y revocar la resolución recurrida. Contrario a lo que sostuvieron los Ministros de la mayoría, y con el respeto que le tengo a la decisión asumida, me parece que no obstante que de los conceptos de violación expresados por la ahora parte recurrente y atendiendo a la causa de pedir que se deriva del contenido integral de la demanda de garantías, se advirtió que de lo que realmente se dolía la sucesión no es de la forma en que está constituida la asociación civil demandada, ni si sus fines son lícitos o no, sino que la misma está integrada por sacerdotes que practican el culto católico y por lo tanto, están sujetos a la prohibición que contiene el artículo 130 de la Carta Magna, relativa a que no pueden heredar por testamento, de las personas que señala el propio precepto constitucional; debido a lo cual, el análisis del asunto debió partir del 25 estudio del contenido de dicho precepto, para determinar si con base en lo preceptuado por éste y de acuerdo a lo expresado por las partes en sus respectivas acciones y excepciones, tomando en consideración el material probatorio que al efecto hubieren aportado en autos, se acreditaba la prohibición de que se trata y por tanto resultaba nulo el testamento otorgado a favor de la referida asociación civil. En ese sentido estimo que para resolver la materia de la litis, debe determinarse el alcance del artículo 130 de la Constitución Federal de la República, mismo que se encuentra reproducido en los artículos 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y 2435 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas —cuyo contenido es similar a los artículos 1325 de los Códigos Civiles Federal y del Distrito Federal-, que invocó la parte quejosa, pues sólo partiendo de dicho 26 análisis puede establecerse si aun cuando la persona moral designada como heredera en el juicio del que deriva el acto reclamado, no obstante tener el carácter de asociación civil, está conformada por ministros que practican el culto religioso y por lo mismo se encuentra el supuesto de prohibición constitucional para heredar por testamento de las personas a quienes hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado. El contenido del artículo 130, quinto párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo contenido recogen los artículos 15 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y 2435 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas: “Art. 130.- El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas 27 contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley. … Los ministros de cultos, sus ascendientes, descendientes, hermanos y cónyuges, así como las asociaciones religiosas a que aquellos pertenezcan, serán incapaces para heredar por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado.”. Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. “ARTICULO 15.- Los ministros de culto, sus ascendientes, descendientes, hermanos, cónyuges, así como las asociaciones religiosas a las que aquellos pertenezcan, serán incapaces para heredar por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado, en los términos del artículo 1325 del Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal.”. 28 Código Civil para el Estado de Tamaulipas. “ART. 2435.- Los ministros de los cultos no pueden ser herederos por testamento de los ministros del mismo culto o de un particular con quien no tengan parentesco civil o por consanguinidad dentro del cuarto grado. La misma incapacidad tienen los ascendientes o descendientes, cónyuges o hermanos de los ministros o quien viva con éstos en concubinato, respecto al testador a quien los ministros hayan prestado cualquiera clase de auxilios espirituales durante la enfermedad de que hubiere fallecido, así como respecto a la persona de quien hayan sido directores espirituales los mismos ministros, aun cuando la dirección espiritual no la hayan prestado durante la última enfermedad del testador.”. Así, mi opinión fue que, no asistía razón al órgano colegiado cuando sostuvo que no se pueden derivar las presunciones que permitan arribar a la certeza de que se está ante una verdadera interposición de personas; específicamente la presunción legal que permita 29 inferir el comportamiento de las partes, tendente a disfrazar u ocultar un negocio jurídico con la finalidad de burlar una incapacidad o una prohibición, pues no debe pasarse por alto que los argumentos vertidos por los quejosos en esos aspectos, se encaminaron, no para demostrar la ilegalidad de la constitución de la asociación civil demandada, sino para poner de manifiesto que los ministros de culto religioso que la integran, auxiliaron espiritualmente a la de cujus, motivo por el cual el testamento hecho a favor de aquélla resultaba nulo. Es de señalar que la presunción a que aludió el Tribunal Colegiado de Circuito en cuanto al análisis del comportamiento de las partes, para determinar si éste tuvo la intención de burlar una prohibición legal, deberá realizarse atendiendo a la causa de pedir de los solicitantes de amparo que se deriva de los argumentos precisados en la 30 demanda de amparo, para con base en ello determinar si en el caso, la asociación civil demandada constituyó o no una interpósita persona para lograr ese fin. Ello, porque en mi opinión, la prohibición constitucional que se refiere a que los ministros de culto, sus ascendientes, descendientes, hermanos y cónyuges, así como las asociaciones religiosas a las que pertenezcan serán incapaces para heredar, por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto directamente heredar a tienen grado, no la encamina la incapacidad que para las asociaciones civiles o religiosas, sino a la relativa a los ministros de culto público, cuando éstos con la finalidad de evadir una prohibición legal, integren alguna de dichas personas morales. 31 En tal virtud, creo que el análisis de la prohibición contenida en el artículo 130, párrafo quinto, de la Constitución, debía orientarse a partir de tres consideraciones principales: 1) condiciones que actualizan el supuesto normativo; 2) cargas probatorias, y 3) efectos que podría generar en el sistema normativo. Así, el artículo 130 de la Constitución Política se reformó en enero de mil novecientos noventa y dos (la prohibición constitucional que nos ocupa, antes de la reforma, era la siguiente: “No podrá heredar por sí ni por interpósita persona ni recibir por ningún título un ministro de cualquiera culto, un ‘inmueble’, ocupado por cualquiera asociación de propaganda religiosa o de fines religiosos o de beneficencia. Los ministros de los cultos tienen incapacidad legal para ser herederos, por testamento, de los ministros del mismo culto o de 32 un particular con quien no tengan parentesco dentro del cuarto grado)” y, en relación con la prohibición de los ministros de culto religioso para heredar, la norma se configuró en los siguientes términos: “Artículo 130… (…) Los ministros de cultos, sus ascendientes, descendientes, hermanos y cónyuges, así como las asociaciones religiosas a que aquellos pertenezcan, serán incapaces para heredar por testamento, de las personas a quienes los propios ministros hayan dirigido o auxiliado espiritualmente y no tengan parentesco dentro del cuarto grado.”. A mi parecer, del análisis de dicha norma se establecen las siguientes condiciones: La prohibición está dirigida a los ministros de culto religioso, sus ascendientes, descendientes, 33 hermanos y cónyuges, así como a la asociación religiosa a la que el ministro pertenezca. En este sentido, atendiendo al ámbito personal de validez de la norma que se analiza, se puede identificar un primer planteamiento central o relevante: la norma tiene como eje central al sujeto “ministro de culto religioso”, toda vez que la determinación de los sujetos sobre los cuales se actualiza la prohibición depende, a su vez, de la determinación de un individuo como ministro del culto religioso. En este sentido, resulta relevante determinar cuándo habrá de considerarse que un individuo tiene tal carácter. Para ello, es imprescindible acudir a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, norma que en su artículo 12 dispone que se considerará 34 como ministro de culto religioso a “…aquellas personas mayores asociaciones de edad religiosas a a quienes que las pertenezcan confieran ese carácter”. Sobre este aspecto, la asociación religiosa respectiva deberá notificar dicha determinación a la Secretaría de Gobernación, cuando no se notifique se podrá reputar la calidad de ministro de culto a aquellas personas que siendo mayores de edad ejerzan en dichas asociaciones como ocupación principal, funciones de dirección, representación u organización. Una vez que se determine si un individuo tiene la calidad de ministro de culto religioso podrán identificarse los demás sujetos de la prohibición: los ascendientes, descendientes, hermanos y cónyuge del ministro de culto, así como la asociación religiosa a la que pertenezca, de acuerdo con las previsiones 35 normativas respectivas (en el caso del parentesco, de acuerdo con las modalidades civiles previstas para el efecto y, en el caso de la asociación religiosa, de acuerdo con las normas aplicables como es la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público). La siguiente condición relevante de la norma, se actualiza cuando el acto jurídico consistente en heredar haya sido perfeccionado a través de un testamento en sus distintas modalidades (privado, público, etcétera). Lo anterior implica que deberá probarse en el proceso la existencia y validez de dicho instrumento. Finalmente, la norma contiene un elemento relevante más, cuya complejidad merece un análisis más detallado. Para que se actualice la prohibición es necesario que las personas que hayan heredado (por testamento) a un ministro de culto religioso, 36 sus ascendientes, descendientes o la asociación religiosa a la que pertenezcan, hayan sido “dirigidos” o “auxiliados” espiritualmente por el ministro de culto, excluyendo de este supuesto a quienes tengan una relación de parentesco con el ministro de hasta el cuarto grado. A este respecto, considero que la condición “auxilio o dirección espiritual” como supuesto para que se actualice la prohibición es un elemento cuya complejidad reside, en la determinación del alcance de esos conceptos. En cuanto a la calidad de ministro de culto religioso, la carga de probar este hecho recaería en la parte que ejerce la acción, lo cual podría demostrarse: 1. a través de la constancia de notificación mediante la cual la Asociación Religiosa informó a la Secretaría de Gobernación de que cierto individuo tendría tal calidad, y 2. en 37 el caso de que no se haya notificado tal situación, se tendría que acreditar que la persona a la que se imputa dicha calidad tenga como ocupación principal —al interior de la asociación religiosa— funciones de dirección, representación u organización. Para probar el hecho descrito —que un individuo es un ministro de culto religioso—, se tendría que actualizar alguna de las siguientes modalidades: 1. a través de una documental pública consistente en el registro de la Secretaría de Gobernación y 2. a través de los medios de prueba (testimonial, documentos documentos públicos, privados, presuncional, etc.), consignados en la legislación civil adjetiva, con los cuales se llegue a la convicción de que el sujeto al que se imputa la calidad de ministro de culto religioso tiene como ocupación principal en 38 la asociación religiosa, funciones de dirección, representación u organización. Ahora bien, en el caso de que la prohibición se actualice respecto de los ascendientes, descendientes o cónyuge, esta condición tendrá como presupuesto el que se acredite, en primer lugar, que la persona a quien se imputa ser ministro de culto religioso efectivamente lo es, y dos, que tiene una relación de parentesco en los términos precisados en la norma. En cuanto a la primera condición, resulta aplicable lo considerado en los párrafos precedentes y, en relación con la segunda condición, es necesario señalar que podrá probarse a través de los medios de prueba consignados en la legislación civil adjetiva ya mencionados. En cuanto a la segunda condición necesaria para actualizar la norma, esto es, en relación con 39 la existencia y validez del testamento, es preciso señalar que la carga de probarlo corresponde al actor y que, puede probarse a través de los medios de convicción previstos en la normativa aplicable. Por último, en relación con la condición que actualiza la norma, consistente en que el ministro de culto religioso al que se herede (o a los ascendientes, descendientes, cónyuge, y asociación religiosa a la que pertenece) haya auxiliado o dirigido espiritualmente a la persona que realizó el testamento en su favor (o a favor de alguno de los sujetos con él relacionados y precisados en la propia norma), es necesario realizar las siguientes consideraciones: La interpretación de los conceptos “auxilio” o “dirección” espirituales debe hacerse a la luz del principio de laicidad o, como se señala en la 40 propia norma, a partir del principio histórico de separación entre Estado e iglesia. Así, es de señalar que, para poder tener por acreditado que existió un auxilio o dirección espiritual bastará con que se comprueben dos condiciones: 1. que el ministro de culto religioso realiza las actividades inherentes a su función y 2. Que la persona que le heredó pertenece a la comunidad religiosa respecto de la cual el ministro de culto religioso realiza sus funciones. Para ello, bastará con comprobar la pertenencia de la persona a esta comunidad y que, el ministro de culto religioso desarrolla sus funciones en dicha comunidad. Para probar lo anterior, podrán ofrecerse y desahogarse aquellas pruebas previstas en el ordenamiento legal aplicable (documentales públicas, privadas, testimoniales, presuncionales legales y humanas, etc.). 41 Finalmente, en cuanto a los efectos que podrían determinarse con la reforma del artículo 130 constitucional, podrían haber sido señalar que las reformas constitucionales, cuando establezcan un derecho subjetivo o garantía constitucional, tendrán que retrotraer sus efectos como si hubiera sido el texto constitucional aprobado y sancionado en mil novecientos diecisiete, lo anterior a fin de salvaguardar el carácter garante de los derechos fundamentales consignados en la Constitución. Dados estos elementos, estimo que es evidente que conforme a lo dispuesto en el antepenúltimo párrafo del artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, una asociación civil creada con arreglo a las leyes civiles que establecen como un tipo especial de persona moral, NO puede heredar, ni puede estimarse que la medida para el caso de las 42 personas jurídicas la prohibición sólo incumbe a las asociaciones religiosas, sino que esta se extiende si la asociación religiosa adquiere una forma propia de una persona moral diferente de naturaleza civil. Así, en mi conclusión, el objeto del Estado laico es permitir la convivencia respetuosa y pacífica dentro de una misma organización política, de diferentes grupos religiosos, así el estado laico sin la libertad religiosa implicaría una contradicción y una contravención a los derechos fundamentales de las personas, por ello las bases de la separación Estado—Iglesia, deben tener una lectura funcional y operativa, para la sana coexistencia de los grupos religiosos, como para su inserción en el Estado, y especialmente en la relación con las personas y su esfera de derechos; pues precisamente ello fortalece el 43 Estado Constitucional y Social de Derecho, y la democracia en nuestro país. Muchas gracias. 44