20 REVISTA DE TRABAJO SOCIA1 LA TERAPIA DE CARL R

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REVISTA DE TRABAJO SOCIA1
LA TERAPIA
DE
CARL R. ROGERS
Alfredo Campos García
Diagnóstico
El tema del diagnóstico ha sido muy debatido en psicología. Para la medicina es algo
muy importante; parece ser que no lo es tanto para la psicología, de ahí las diversas opiniones. En la actualidad existen bastantes escuelas que no dan Importancia al diagnóstico
como estudio previo a la terapia.
En la psicoterapia rogeriana el diagnóstico previo a la terapia no se realiza, es más,
Incluso se considera perjudicial para el buen
funcionamiento de la terapia.
El diagnóstico no es útil para una terapia porque, "en primer lugar, el proceso mismo del diagnóstico psicológico ubica el foco
de la evaluación tan definidamente en el experto, que puede Incrementar las tendencias
del cliente a la dependencia, y hacerle sentir
que la responsabilidad de la comprensión y
manejo de su situación está en manos de
otro ... La segunda objeción básica al diagnóstico psicológico ... reside en que cuando el
centro de la evaluación se halla en el experto, se producen Implicaciones sociales de largo alcance en lo que respecta al control social
de una minoría sobre la mayoría" (1). Rogers
cree que si se efectúa el diagnóstico el cliente
piensa que el terapeuta sabe de él más que
él mismo y se abandona en manos del terapeuta aceptando pacientemente lo que le ordenen. Esto no se parecería en nada a la no directividad.
En la terapia no directiva el terapeuta
no hace un diagnóstico del cliente, porque éste es la persona que se conoce mejor a sí
mismo. El diagnóstico lo tendrá que Ir haciendo
el cliente progresivamente a medida que se va
examinando y dando cuenta de su situación.
Rogers cree que aunque las técnicas psicológicas supiesen con certeza matemática, la
enfermedad del cliente no se le debería decir;
el cliente se sentiría Inferior y depositaría la
responsabilidad en el terapeuta, se crearía una
dependencia y no se esforzaría por resolver su
problema.
(1) ROGERS, C.: Psicoterapia centrada en el cliente.
Paidos. Buenos Aires, 1975, pág. 198.
La terapia no directiva pretende crear en
el cliente una confianza en él mismo para que
vaya reorganizando su personalidad, ya que par.
te del supuesto que la persona tiene en si la
posibilidad de curarse; lo único que necesita
es un ambiente propicio para poder desarrollar,
se. Si a esa persona le ponemos una etiqueta
afirmando que tiene una determinada enferme
dad, es muy posible que esa persona pierda
la confianza en sí misma.
Si con consejos buenos se solucionasen
todos los problemas, la psicoterapia se redu.
ciría a un buen consejo, pero está demostrado
que los consejos caen por tierra si el Indivi.
duo no se da cuenta de los problemas y los
vivencia. Esos consejos puede aceptarlos y le
servirían para la reflexión, o los negaría y se
cerraría más sobre sí mismo.
Si el terapeuta ha efectuado el diagnós.
tico antes de llevar a cabo la terapia, todas
las manifestaciones del cliente las interpreta.
rá a la luz del diagnóstico; si no quiere cons.
cientemente, lo hará inconscientemente. Esta
Interpretación impediría una buena empatía y
llevaría Implícito un juicio del cliente, cosa que
jamás hará el terapeuta no directivo. Lo que
intentará hacer será procurar que la persona
se vaya encontrando a sí misma y ella vaya en.
contrando su camino; el terapeuta Irá al lado
haciendo compañía, pero dejando que el cliente abra su propio camino.
Entrevista previa
Lo que no destierra Rogers es una ew
trevista previa a la terapia; dicha entrevista
no se parece en nada al diagnóstico.
La entrevista no debe hacerla el terapeuta sino otra persona preparada para ello. Pe
be anotar los datos del cliente, la urgencia de
la terapia, la fecha en que le gustaría, las
causas de la terapia, al mismo tiempo que se
le explica en qué consiste la terapia no directiva. Se le dan unos días para que reflexione
y decida si desea la terapia o no, ya que en la
terapia no directiva sólo se aceptan personas
que vayan voluntariamente a curarse, es decir,
personas que tengan Interés por su curación.
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ARTICULOS
No debe ser el mismo terapeuta el de
la entrevista y el de la terapia, pues son dos
técnloas completamente distintas que Inducirían a desorientación en el cliente. En la entrevista previa se le efectúan preguntas, el terapeuta o entrevistador lleva la dirección de la
conversación, cosa distinta ocurre en la terapia. Si es el mismo terapeuta debe Indicar al
cliente la diferencia entre una entrevista y la
otra.
La entrevista también tiene la finalidad
de seleccionar las personas que van a pasar
a la terapia, ya que sólo se tratará a las personas que tengan unas características apropiadas para esta terapia determinada.
Estructuración explícita
Existen dos formas de comunicar al
cliente la dinámica que se seguirá en la terapia. Estas dos formas se denominan: explícita
e implícita u operativa.
Por estructuración explícita entendemos
la acción del terapeuta que en la primera entrevista con el cliente le "suelta el rollo", diciéndole de forma verbal cuál es su función,
que el terapeuta no dirige, que el cliente puede hacer lo que quiera, hablar de lo que desee, etc.
Este método, habitual en los principiantes, es rechazado por los rogerlanos, puesto
que Implica directividad manifiesta y crea dependencia en el cliente, causando muchas veces desconcierto en el cliente con el consiguiente abamidono.
La respuesta reflejo
La respuesta reflejo es la clase de respuesta que debe dar el terapeuta al cliente en
la terapia no directiva. Esta respuesta hace la
función del espejo cuando nos estamos aseando por las mañanas. No debe ser más que nosotros mismos. Al mirarnos al espejo nos reconocemos con nuestras virtudes y defectos.
El terapeuta debe presentar al cliente el
concepto de éste de forma que se vea reflejado en él tal como salió de su boca y tal como
lo sintió. Esto le ayudará a reflexionar y a darse cuenta mejor de cómo se encuentra. Lo
mismo sucede cuando nos miramos al espejo,
nos vemos mejor y podemos preparar fejor
nuestro rostro.
El contestar simplemente con una frase
o dos siempre, nos puede hacer sentir un poco raros, sobre todo al terapeuta que está comenzando esta forma de terapia. Le puede parecer una formulación demasiado simple y llevarle a la artificialidad lo que equivaldría al
derrumbamiento de la terapia.
En la devolución del pensamiento el terapeuta no debe poner nada propio para que el
cliente reconozca eso como suyo, es decir, debe adaptarse lo más posible al pensamiento y
sentimiento del cliente. Este, si la respuesta
reflejo ha sido apropiada, no puede negarla,
ya que no es lo mismo que él ha dicho, con palabras distintas o parecidas.
Existen tres clases de reflejo en la terapia rogeríana que son las que vamos a ver
a continuación: a) La relteración o reflejo simpíe, b) El reflejo del sentimiento o reflejo propiamente dicho y c) Elucidación.
a)
Estructura implícita u operativa
El terapeuta no explica nada al cliente.
Ya desde el principio comienza con respuestas
reflejo; el cliente irá poco a poco dándose
cuenta de qué clase de método se usa.
Se diferencia de la explícita en que ésta explica verbalmente el método y la otra lo
practica. No consiste en hablar y dar conseJos, sino en hacer sentir el método.
La Iniciativa desde el primer momento
debe llevarla el cliente para que se sienta seguro y protagonista principal de su curación.
Se le deben dar las menos explicaciones posibles sobre la terapia, no le convencerían e
incluso podrían desanimarle, quitarle el Interés
por la terapia. Debe Ir aprendiendo al mismo
tiempo que va practicando. Esta es la estructuración que sigue la terapia rogeriana.
Reiteración o reflejo simple
Consiste en resumir en pocas palabras
lo que dijo el cliente. Se pueden repetir las
últimas palabras que dijo el cliente. Es muy
breve.
La finalidad de la reiteración es principalmente que el cliente vaya tomando confianza en sí mismo y pierda sus defensas. No se
siente juzgado ni evaluado.
Por medio del reflejo simple el cliente
se siente comprendido en su exposición, esto
hace que vayan cayendo por sí solas las barreras que impiden el primer contacto y así mismo los mecanismos defensivos ante el terapeuta. No le añade nada al pensamiento del cliente, pero sí le dan la sensación de sentirse
acompañado en su problema.
Si bien en un primer momento pueden
producir sensación de angustia por lo simple
de la respuesta, a medida que el Individuo va
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REVISTA DE TRABAJO SOCIAL
tomando las riendas de su propia exposición,
va sintiendo que aumenta su seguridad, que
maduran sus motivaciones y que los diversos
problemas que le aquejaban se van haciendo
conscientes dándole más autonomía a la hora
de tomar decisiones.
b)
Reflejo del sentimiento o reflejo
propiamente dicho
Con este reflejo el terapeuta pretende
mostrar al cliente los sentimientos de éste. No
se fijará tanto en las palabras expresadas,
cuanto en el trasfondo emocional. El terapeuta pretende centrar la conversación sobre sus
intenciones y prepararle el camino por si lo
quiere seguir. Se trata de respuestas Capaces
de sacar a la luz las intenciones y actitudes
o sentimientos inherentes a las palabras. Esta
respuesta va directamente al núcleo del problema.
c)
Condición esencial para una buena terapia
La condición que debe estar en el tras.
fondo de toda terapia no directiva, es que el
cliente tenga un clima de seguridad, se sienta
seguro y tranquilo con el terapeuta.
Esta seguridad abarca todas las facetas
de la persona, tanto afectivas como cognosciti.
vas; es una seguridad a la persona por ser per.
sona y porque se merece por ser tal, todo el
respeto y comprensión de que uno es capaz de
dar.
No servirá de nada alentar al cliente
verbalmente para que se encuentre seguro y
tranquilo. La seguridad vendrá al cliente si se
siente protagonista de lo que está haciendo, si
no se siente juzgado ni evaluado. En una palabra, si es aceptado por el terapeuta tal cmo es.
Si se ponen estas condiciones que he.
mos descrito, el resultado de la terapia seré
fructífero.
Elucidación
El reflejo del sentimiento pretendía sacar a luz sentimientos que estaban directamente relacionados con las palabras del cliente.
La elucidación quiere sacar a la luz sentimentos o emociones, que no están directamente
relacionados con las palabras, pero se pueden
deducir por lógica. Esta forma de reflejo es la
que más gusta a los principiantes en este método terapéutico, pero tiene el peligro de que
pueda fomentar la dependencia en el cliente.
Como esta fórmula se parece mucho a
la interpretación, se utiliza poco en las terapias rogerianas, ya que el terapeuta para emitir la respuesta no se fija sólo en las palabras,
sino en los gestos y en todo lo que le pueda
dar alguna pista por donde anda el cliente.
Todo esto puede llevar al cliente a la confusión, a pensar que el terapeuta sabe más que
él mismo, y como consecuencia se puede crear
una dependencia.
BIBLIOGRAFIA DE CARL R. ROGERS EN CASTELLANO
ROGERS, C.: "Aspectos fundamentales de la psicoterapia centrada en el cliente", Rey. Paicol. Gral.
AplI. 1949, 4, págs. 215-237.
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y KINGET, M.: "Psicoterapia y relaciones huma.
nas" 1-II. Alfaguara. Madrid, 1967.
- Dos tendencias divergentes. En ROLLO MAY: Ps
cologla existencial. Paidos. Buenos Aires, 1972.
"Grupos de encuentros". Amorrotu Editores. Bue.
nos Aires, 1973.
"Libertad y creatividad en la educación". Paidos
Buenos Aires, 1974.
- "El proceso de convertirse en persona". Mi técnica terapéutica. Paildos. Buenos Aires, 1974.
- "Psicoteparla centrada en el cliente". Pados. Buenos Aires, 1975.
"El matrimonio y sus alternativas". Kairós. Barcelona, 1976.
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