EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD, ¿PODEMOS ELEGIR? (II)*

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EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD,
¿PODEMOS ELEGIR? (II)*
La comparación internacional de las
combinaciones productividad-tasa de empleo para
aumentar el nivel de renta per cápita de un país
parece sugerir que hay numerosas opciones al
alcance de la economía. En realidad, como
muestra la experiencia española desde 1960 hasta
hoy, el margen es muy limitado en el corto y
medio plazo debido a la inercia de los procesos
subyacentes. En este brief se muestra cómo la
economía española apenas ha disfrutado de
aumentos simultáneos e intensos de la
productividad y del empleo habiéndose dado, por
el contrario, largos periodos de intensificación casi
exclusiva de la productividad o del empleo,
cuando no de intensificación de la primera en
detrimento severo del segundo con el consiguiente
estancamiento del nivel de renta per cápita, como
sucedió de manera palmaria en la década centrada
en 1980 y, más brevemente, en el periodo
1992/93.
JOSÉ A. HERCE
*Las tres entregas del fedea brief “Productividad y empleo” pueden
descargarse en formato pdf desde la página web de FEDEA
http://www.fedea.es/hojas/publicaciones.html#Brief. La primera entrega de la
serie se difundió también en formato impreso a primeros de junio.
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fedea
brief
Junio 2004
EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD,
¿PODEMOS ELEGIR?(II)
JOSÉ A. HERCE
En un anterior fedea brief repasaba la situación
actual de los veinticinco países de la UE, los EE UU
y Japón en materia del balance “productividadempleo” en el que se basa el nivel de renta per cápita
de cada uno de ellos. La comparación ayuda a
detectar algunas de las opciones, y el margen de las
mismas, que nuestro país, en particular, puede seguir
en el futuro inmediato a fin de aumentar su nivel de
renta. En esta ocasión analizaré las “opciones” que la
economía española ha tomado de hecho en las
últimas cuatro décadas. A lo largo de este periodo el
PIB per cápita real ha pasado de unos 4.500 euros en
1960 (a precios de 2003) a algo más de 18.000 en
2003, es decir, se ha multiplicado por cuatro. Este
desarrollo se ha basado bien en el avance de la
productividad, en según qué periodos, bien en el
avance del empleo, pero, en general, no se ha visto
que ambos avances se diesen simultáneamente.
Contrariamente a lo que sugiere la comparación
internacional, como se mostraba en la entrega
anterior, o en la comparación regional, como
mostraré en una tercera entrega de esta serie, la
elección entre productividad y empleo no es tan
patente para una economía determinada a lo largo del
tiempo, aunque no sea sencilla en ningún caso.
El gráfico adjunto muestra cómo han
evolucionado la productividad del trabajo (PIB por
empleado en miles de euros de 2003) y la tasa de
empleo (ocupados en porcentaje de la población
total) desde 1960. Simultáneamente, se muestran
cinco líneas de nivel correspondientes a la renta per
cápita (a precios de 2003) en 1960, 1970, 1980, 1990
y 2003. El nivel de cada línea se alcanza con
cualquiera de las infinitas combinaciones de tasa de
empleo y productividad a lo largo de la misma como
el simple producto de ambas (reescalado). De la nube
de puntos en el plano, unidos por su senda temporal,
se destacan los correspondientes a los años 1960,
1974, 1985, 1991, 1994 y 2003. Los datos proceden
de la Comisión de la UE.
La trayectoria no puede ser más elocuente sobre
las alternativas que ha seguido la economía española
para el aumento del nivel de vida. Entre 1960 y 1974,
con ligeras variaciones, se redujo sistemáticamente el
uso relativo del factor trabajo, aunque esta reducción
fue bastante moderada afectando a la tasa de empleo
en apenas dos puntos porcentuales. A cambio, la
productividad
real
del
trabajo
aumentó
apreciablemente en esos quince años llevando la
renta per cápita real a un nivel 2,3 veces superior que
el inicial. Sin duda, el factor trabajo era un factor
escaso en aquellos años en la economía española.
Entre 1974 y 1985, periodo en el que se engloba la
larga crisis del petróleo desatada en 1975, la renta
per cápita apenas creció en términos reales, como
ilustra una trayectoria de puntos prácticamente
ajustada a la curva de nivel de renta per cápita
correspondiente al año 1980, poco más de 10.500
euros de los actuales. En efecto, el aumento de la
productividad del trabajo quedó compensado con la
disminución de la tasa de empleo. De hecho, la
productividad aumentó debido a la formidable
destrucción de empleo del periodo, lo que es una
mala manera de hacer que aumente la productividad.
JOSÉ A. HERCE es director de FEDEA y profesor titular de
economía en la U. Complutense de Madrid.
The progressive state is in reality the cheerful and the hearty state to all the
different orders of the society. The stationary is dull; the declining melancholy.
ADAM SMITH, Wealth of Nations, Book I, Chapter VIII.
evidentes, salvo después de transcurrido un cierto
Desde entonces, con la excepción del periodo
tiempo. El gráfico indica también que un aumento
1992-1994, en el que se repitió a menor escala el
acusado de la productividad nunca ha estado
patrón de la década centrada en 1980, el avance del
acompañado en la economía española de un aumento
nivel de vida en España ha venido impulsado por el
acusado de la tasa de empleo, lo quiere decir que
empleo en mucha mayor medida que por la
tampoco lo veremos en el futuro inmediato.
productividad. Las políticas han estado orientadas a
Lo que sí veremos, probablemente, teniendo en
la creación de empleo mediante la flexibilización del
cuenta la fuerte reducción de la tasa de desempleo
mercado de trabajo o la subvención a la
que se ha registrado
empleabilidad de los
Combinaciones “productividad-tasa de empleo” – España 1960-2003
en la última década,
trabajadores
Productividad (mil. euros 2003)
es
que
la
(reducción de las
55,0
intensificación del
cotizaciones
empleo avanzará
sociales), lo que
50,0
más lentamente en
ha dado sus frutos
2003
45,0
los próximos años,
en
cuanto
la
1994
haciendo depender
coyuntura
40,0
18.163 (2003)
de la productividad
económica lo ha
1985
1991
35,0
el curso de la renta
permitido, si bien
real per cápita en
en detrimento de
30,0
13.656 (1990)
nuestro país. Por
la intensificación
1974
eso, sin dejar de
tecnológica
25,0
10.587
(1980)
reformar
el
comparativamente
20,0
mercado de trabajo
encarecida.
El
8.292 (1970)
para estimular la
resultado de ello
15,0
participación activa
ha sido que la
4.532 (1960)
10,0
de la población en
productividad ha
1960
edad de trabajar, la
avanzado
muy
5,0
política económica
poco, lo que ha
25,0
27,5
30,0
32,5
35,0
37,5
40,0
42,5
45,0
47,5
50,0
deberá encontrar
hecho que el
Tasa de empleo (%)
las fórmulas para
progreso del nivel
estimular la productividad de las empresas y la
de rentareal per cápita haya sido más modesto de lo
capitalización de la economía (conocimiento,
que hubiera sido en presencia de un mayor
formación, infraestructuras e instituciones), si bien
dinamismo de la productividad.
buena parte del protagonismo corresponde a la
La trayectoria de la nube de puntos del gráfico
iniciativa privada. El anterior diagnóstico arroja un
sugiere que los procesos de intensificación del
jarro de agua fría, si se quiere, a la aparente facilidad
empleo y de la productividad están dotados de una
para elegir entre productividad y empleo con vistas
fuerte inercia, al contrario de lo que se observa
al aumento del nivel de vida real de la población.
cuando en vez de comparar situaciones para una
Hace falta un esfuerzo duradero para alterar
misma economía a lo largo del tiempo se comparan,
apreciablemente la inercia de la combinación de
en un mismo instante del tiempo, situaciones para
estos dos elementos básicos de la renta per cápita.
distintas economías. Es decir, las opciones relativas
a la combinación productividad-empleo no son tan