La expresión subjetiva en el arte Natalia González Zaragoza [email protected] telf.:600745169 DNI: 48395126-k INTRODUCCIÓN En este artículo se presentan las técnicas artísticas más sugerentes y subjetivas que se basan en el azar y el automatismo para establecer relaciones incongruentes entre las formas y elementos representados. El movimiento artístico vanguardista que más investigó este terreno fue el surrealismo, el cual intento plasmar los dictados del inconsciente y los sueños en todo tipo de propuestas artísticas, no solo pictóricas, sino cinematográficas como “Un perro andaluz”, de Luís Buñuel, literarias como “Nadia”, de André Bretón, y escultóricas, como las realizadas por Miró o Giacometti. Este movimiento tuvo dos manifiestos artísticos difundidos y dictados por André Bretón, el último fue acogido en EE.UU por los nuevos movimientos que despuntaban con un lenguaje más abstracto( Expresionismo Abstracto), donde destacaron artistas como Jackson Pollock, que investigaron con técnicas basadas en el automatismo y la caligrafía gestual. Las técnicas que se explican en el siguiente artículo son: el frottage, el collage, la decalcomanía, cadáver exquisito, grattage, dripping y el tachismo. LA EXPRESIÓN SUBJETIVA EN EL ARTE Un dibujo puede ser analizado desde el punto objetivo de su representación como una técnica bidimensional que se expresa a través de la línea como elemento esencial y que suele emplearse como idea previa a realizar una obra pictórica de mayores dimensiones, por lo tanto suele ser la primera aproximación artística a crear un cuadro o escultura. El dibujo también comprende en su representación formal el rastro creado por el gesto físico individual, el ejemplo más claro de esta huella es cuando realizamos nuestra firma o nuestra escritura. No es de extrañar que la caligrafía reúna características semejantes al dibujo gestual y que ambos lenguajes aparezcan combinados en varias obras artísticas, no solo modernas como son las de Basquiat, Andy Warhol y Anself Kieffer, sino en obras antiguas del románico, el gótico y el arte oriental. Con la creciente autonomía del arte propuesta por las vanguardias del s. XX el dibujo y la pintura ha ido ganando una posición relevante en el terreno experimental como una acción autómata. André Bretón que fue el representante teórico del surrealismo describió así al automatismo gráfico: “es el único mundo de expresión que satisface plenamente al ojo, consiguiendo la unidad rítmica, la única estructura que responde con la no-distinción, cada vez mejor establecida, de las funciones sensitivas y de las funciones sensitivas”. Si recurrimos al término griego “graphidos” este equivale a la palabra dibujo, que también significa escritura, lo que aclara el origen común del dibujo y la escritura. El gesto más común de la escritura gestual es la firma de cada persona, que destaca de la escritura común por la aplicación de un trazado peculiar de línea. Este poder gestual aplicado tanto en la firma como en la escritura de un modo menos evidente ha sido valorado por la mayoría de las vanguardias artísticas del s. XX. La libertad gestual del trazado de líneas y pintura está presente en muchas obras expresionistas e informalistas que recuerdan a las caligrafías japonesas del s. XV. De hecho muchas de las caligrafías japonesas se han incluido en postulados vanguardistas. Algunos artistas actuales que se basan en esta estética son Julius Brissier y Pierre Soulages. A través del gestualismo artístico propio del expresionismo abstracto, el artista destruía cualquier huella objetiva que identificase su obra con la realidad para así crear un mundo de signos expresivos que respondían a esquemas perceptivos desinhibidos y libres. En escuelas de arte de vanguardia, como la Bauhaus se realizaron ejercicios y pruebas en las que los estudiantes debían mostrar libremente expresiones espontáneas en sus obras y se intentó promover conocimientos no solo intelectuales, sino también emocionales. Kandinsky valoró a las improvisaciones plásticas como fuentes de origen del ser humano que describían a fenómenos de carácter interno. Pero estos ejercicios y pruebas para desarrollar la creatividad artística fueron llevados al máximo por movimientos más transgresores originados por la técnica “action painting”. El expresionismo americano y el tachismo fueron los movimientos artísticos que más se basaron en la pintura gestual, donde la técnica artística utilizada, el movimiento corporal y el modo de ejecutar la técnica eran las claves para crear un arte puramente subjetivo y alejado de la representación formal. Jackson Pollock decía: Cuando estoy en mi cuadro no soy consciente de lo que hago. Para obtener aquellas impresiones subjetivas que nacían de impulsos internos algunos pintores como Mathieu determinaron algunos principios básicos para iniciarse en este lenguaje: -Primacía concedida a la velocidad de la ejecución. -Ausencia de premeditación de formas y gestos. -Necesidad absoluta de concentración. La caligrafía oriental tuvo una influencia determinante en la pintura de acción y asumió muchos de sus postulados que se basaban en la cultura zen. Según la doctrina zen para poner en contacto el espíritu con la esencia había que eliminar la predominancia del yo, en todas las acciones humanas, pues este es un obstáculo que separa al hombre del conocimiento universal. A continuación se exponen algunas técnicas gráficas de la expresión artística que no se basan en la representación de un modelo natural, sino que se basan en la propia expresión la técnica y la libertad del trazo, mostrando así un lenguaje espontáneo y fluido que navega entre la abstracción y el surrealismo. El dripping y el tachismo: Significa gotear o chorrear y es una técnica que dio a conocer el norteamericano Jackson Pollock a partir de 1947. El mismo describió su técnica: “mi pintura no surge del caballete. Prefiero clavar el lienzo en una pared dura o en el suelo. Necesito la resistencia de una superficie firme. Me siento más cerca, más parte del cuadro de este modo, ya que así puedo caminar alrededor, trabajar desde los cuatro costados y literalmente estar en el cuadro. Continuo alejándome de los instrumentos visuales del pintor tales como el caballete, paleta y pinceles. Prefiero palos, espátulas, cuchillos y el chorrear de la pintura fluida o empastada con arena, polvo de vidrio y otras materias extrañas. El movimiento que más cerca había estado de liberar el caudal inconsciente había sido el surrealismo, sin embargo Pollock consideraba que él no se dejaba llevar absolutamente por la técnica que empleaba, sin imponer criterio alguno en los resultados, sino que, también llevaba el control en su obra haciendo modificaciones y borrando aquello que consideraba molesto estéticamente. Frente a este control de la técnica artística y bajo el juicio crítico del autor para realizar modificaciones o seleccionar los resultados, en Europa aparece un movimiento parecido a la “action painting”, llamado tachismo que valorará con más ahínco la proyección subjetiva del artista realizando signos como manchas psicograficas. Uno de los artistas más reconocidos en este movimiento es Hans Hartung. Estos movimientos se parecen entre sí por dar preponderancia a la libertad del trazo, cualquier trazo expresa un sentimiento o sensación diferente el tachismo sea quizás el más puro y desinhibido, pues los trazos no pueden ser rectificados. Una actividad para desarrollar más la expresividad del grafismo es el de realizar tu propia firma, después se realizará con la mejor letra posible y finalmente se hará con la mano izquierda; el objetivo es el de intentar valorar la vertiente más subjetiva de nosotros mismos, siendo la firma el ejemplo más claro. Este trazo habitual define al grafismo natural de cada individuo por lo que cada uno posee una línea individual y expresiva. Johannes Itten fue profesor en la escuela de arte de la Bauhaus y en sus cursos se valoraba a la escritura como proceso didáctico para desarrollar distintos tipos de dibujo. Uno de sus ejercicios más valorado es el de escribir en un soporte una frase cualquiera con letra normal, después pedía al estudiante que realizara la misma frase pero escribiéndola con un ritmo más rápido. Finalmente la última frase debía ser escrita aún más rápidamente y con más energía obteniendo así letras ilegibles pero muy expresivas que se acercaban al garabato. Ante estas frases el estudiante debía imitar el trazo y ritmo con el que las había escrito, realizando un dibujo al lado de ellas. De esta manera se obtenían letras y dibujos que compartían el mismo ritmo y estilo grafico. El ritmo en el trazo se podía traducir por formas curvas contundentes, trazos que ascendían o descendían con fuerza o con debilidad, podían ser más largos o más cortos que si hubieran sido hechos con menos tiempo y moviendo solo la muñeca. Otra de las propuestas más difundidas por este autor fue la de trazar simultáneamente con ambas manos una misma forma consiguiendo así una figura simétrica. Este ritmo corporal simultáneo también tiene semejanzas con la expresión de la danza y el baile, por lo que el ritmo a la hora de dibujar de un modo expresivo también se apoya en otras manifestaciones artísticas como la danza y la música. Itten reconoce que es difícil animar y estimular al alumno a liberar sus posibilidades expresivas pues, todo su cuerpo debe estar animado a expresar un determinado sentimiento, por lo que es necesario tener una gran capacidad de tensión y concentración: “Trazar un gran círculo a pincel, con libertad de mano, exige una entera maestría del cuerpo y la mayor concentración del pensamiento. Una acuarela china célebre consiste en un solo punto pintado sobre seda. Aunque esta línea circular sea en toda su extensión del mismo grosor, ella es al menos sentida. Uno de los principios superiores del pintor de acuarelas chino es “el corazón y la mano deben ser uno solo”. La elasticidad de la punta del pincel no se hace perceptible por el acuarelista principiante sino percibe sensitivamente la forma que va a realizar y si no está dispuesto a liberar este sentimiento.” Es fundamental el realizar ensayos con la línea trazada libremente siendo como condición indispensable dominar al propio cuerpo y dejarse llevar sin deseo de rectificar o arreglar los resultados obtenidos con el primer trazado. El garabato: El garabato es la expresión gráfica del niño el cual le permite adquirir sentido de su motricidad. En muchos manuales artísticos se propone estimular al dibujante a realizar composiciones de líneas y manchas que no procedan de imagen alguna, solo de impulsos y sensaciones internas. Decalcomanía: Algunas técnicas expresivas en las que el artista tiene la posibilidad de crear formas intuitivas e incontrolables, fueron expuestas por los surrealistas a partir del manifiesto del surrealismo escrito por André Bretón. Estas técnicas fueron el collage, el frottage, cadáver exquisito y la decalcomanía. Muchas de estas técnicas han sido incluidas en las enseñanzas de escuelas de arte y en primaria y secundaria. La decalcomanía fue expresada por vez primera por el pintor Oscar Domínguez en 1936 y se basó en un automatismo absoluto. La técnica consiste en representar en una hoja de papel blanco un dibujo realizado a través de manchas arbitrarias con aguadas negras repartidas por distintas partes y con variaciones diversas de concentración oscura. Después sobre esta superficie húmeda se recubre con un papel y se presiona con el anterior moderadamente. Seguidamente este papel se levantará y se obtendrá en el anterior una imagen de manchas arbitrarias que parecen descubrir las texturas de un viejo muro. Como dijo André Bretón “lo que tiene ante usted, a lo mejor no es más que el viejo muro paranoico de da Vinci, pero es un mundo llevado a la perfección”. Tras contemplar la imagen obtenida sería sugerente intentar percibir lo que pretende expresar, pues sobre muchas manchas cotidianas se muestran escenas y paisajes ocultos. Antes que el movimiento surrealista dictase los principios de su arte, artistas del romanticismo como el escritor Víctor Hugo ya había experimentado con técnicas sugerentes e inusuales para crear, paisajes y rostros que nacían de manchas ambiguas y accidentales. Este escritor utilizaba todo tipo de mezclas de materiales poco corrientes en el medio artístico: posos de café, humo, rastros de encajes, papeles arrugados, collage, raspaduras. También utilizaba el conocido método de obtener imágenes simétricas, recuperado siglos después por el psiquiatra Herman Rorschach que consistía en doblar una hoja de papel manchado con tinta. Los resultados obtenidos generalmente eran modificados para crear efectos fantasiosos y alucinatorios. Cadáveres exquisitos: El movimiento artístico denominado dadaísmo creó un juego surrealista denominado cadáver exquisito. Consistía en doblar varias veces un papel, escribir una frase en la parte visible, volverlo a plegar para que no se viera lo escrito y a continuación otra persona escribiera otra oración conociendo solo la última palabra de la frase escrita anteriormente. Esta operación se realizaba hasta agotar el papel. Al principio esta técnica solo se utilizó en el medio poético y narrativo pero después se aplicó también en el dibujo y en la escultura. Los resultados plásticos, al igual que los verbales eran realmente sorprendentes y absurdos. Ante estas creaciones las interpretaciones son totalmente subjetivas al no haber un hilo conductor lógico, pero los resultados enriquecen la inventiva y la creatividad. Destacan en la actualidad los cadáveres exquisitos elaborados en alambre por el Grupo Bezoar. Collage: Este método artístico es muy conocido, y tiene sus orígenes en el surrealismo y el dadaísmo. Los primeros collages tenían un valor estético novedoso, que era el de crear imágenes a través de recortes de prensa y revistas y billetes de metro o tren. Picasso y Braque fueron los precursores de esta técnica que revolucionó al medio artístico bidimensional, considerándolo ahora, como un soporte en el que ya no interesaba crear sensaciones de profundidad y perspectiva sino en crear nuevos juegos estéticos y plásticos. El surrealismo extendió esta técnica al ensamblaje de objetos dispares, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este artista destacó por la realización de cuentos visuales realizados con collages llenos de extraños simbolismos. Esta técnica se adaptaba perfectamente a los nuevos estilos artísticos que deseaban romper con las tendencias naturalistas y realistas. También en la escultura se empezaron a crear obras que mezclaban distintos materiales y reforzaban el interés en crear un arte independiente, que no intentaba imitar la realidad, sino crear nuevos modelos expresivos. Frottage: El frottage es una técnica muy utilizada como ejercicio de grabado y en las enseñanzas artísticas infantiles, aunque su expresividad centrada en la textura, tiene ejemplos de gran originalidad en la historia del arte, en especial en los movimientos surrealistas. La técnica consiste en frotar con una cera o lápiz un soporte rugoso sobre el que se ha situado una hoja de papel o tela. El artista que más investigó en esta técnica fue el surrealista Max Ernst. Los resultados que se obtiene muestran texturas de objetos y superficies naturales como por ejemplo: telas, hojas secas, monedas, cartones, corteza..., y a través de ellas se pueden realizar dibujos sugerentes y irreales. Grattage Significa rascadura o raspadura. Se trata de una técnica que consiste en dibujar raspando en un papel pintado de blanco bajo el cual hay una capa de pintura o imprimación negra. Al rascar la superficie con el lápiz se descubre esta imprimación negra la cual es descubierta a través de líneas y rayados de distintos grosores. Estas líneas se combinan visualmente con los trazos blancos de la segunda capa de pintura. Existen distintos métodos de imprimaciones para obtener un grattage, otro modo cosiste en realizar una imprimación con cera blanca, a continuación se pasa una capa de tinta china o témpera con un pincel y cuando esta se seque se rascarán aquellas partes que se deseen eliminar y que descubrirán al color blanco. Artistas como Jean Dubbuffet y Cy Twombly han practicado con esta técnica en grandes formatos obteniendo resultados muy expresivos y abstractos. Bibliografía El manual del dibujo. Estrategias de su enseñanza en el siglo XX. Editorial Cátedra.