SAN ANSELMO HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO Y

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SAN ANSELMO
HISTORIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO Y CIENTÍFICO I
Giovanni Reale y Dario Antisieri
1. Vida y obras
El más ilustre de los hijos de la familia benedictina, que entendió
Escoto Eriúgena es el pensador más relevante Del siglo IX, mientras
mejor que nadie la necesidad de vivir y de presentar la fe en un
que Anselmo de Aosta lo es del siglo XI. Entre los siglos IX y X, la
contexto nuevo de vida, mejor articulado que antes, fue Anselmo de
fluidez de las condiciones políticas y de las estructuras económico-
Aosta, con el que nace la teología centrada sobre el instrumento de la
sociales explica en cierto modo, el estancamiento de la cultura y su
razón, hasta el punto de que se le llama el «primer auténtico
extremada fragmentación. Se trata de un período de transición general.
escolástico». Nacido en el 1033, en Aosta, en el seno de una familia
En cambio, en el siglo XI «se vuelven evidentes la señales de un nuevo
noble, debido a la prematura muerte de su madre abandona la casa
fortalecimiento de la vida europea en todas sus manifestaciones, tanto
paterna y peregrina por diversos monasterios de Francia. Finalmente
materiales como espirituales. Aumenta la población, surgen nuevos
ingresa en el monasterio benedictino de Bec, en Normandía, donde -
centros habitados, las ciudades adquieren una nueva vida yen ellas
primero como simple monje y, después, como prior y como abad-
aparecen nuevas clases sociales: por todos los caminos de Europa
transcurren sus años mejores y más fecundos. Durante este período,
avanzan hombres nuevos, impulsados por el espíritu de iniciativa, la sed
entre el 1076 y el 1077, escribe sus obras más famosas: el Monologion
de lucro, el entusiasmo religioso, el deseo de libertad; los siervos de la
(es decir, Soliloquio) y el Proslogion (Coloquio). Después su elección
gleba huyen de los feudos y quedan en libertad; los soldados y los
como abad (1078), escribió el De grammatico (El gramatico); el De
cadetes proporcionan gran cantidad de combatientes a las más
Veritate (La verdad); el De libertate arbitrii (La libertad del arbitrio); el De
importantes empresas guerreras de la época» (R. Morghen).
casu diaboli (La caída del diablo) y el Liber de Fide Trinitatis y el De
lncarnatione Verbi. Nombrado más tarde arzobispo de Canterbury en
La Iglesia -que antes se hallaba enfeudada al Imperio- se sacude
Inglaterra, batalló durante largo tiempo con Guillermo Il el Rojo y con su
ese yugo y, hacia mediados de siglo, emprende una reforma radical de
sucesor Enrique acerca de la cuestión de las investiduras eclesiásticas.
las instituciones. La querella de las investiduras --que es una lucha por
Allí inició la redacción del Cur Deus homo (Por qué Dios se hizo
el Imperio- y las Cruzadas son dos significativas expresiones de ese
hombre), que acabó en Italia, donde permaneció -expulsado por
despertar, que se inicia en la abadía de Cluny y en la vieja orden
Guilermo- desde el 1097 hasta el 1100. Durante este período, con
benedictina, acompañada por nuevas órdenes religiosas, como los
ocasión del concilio de Bari en 1098 -en el que había participado-
cistercienses y los cartujos.
escribió el De processione Spiritus Sancti. Pasó sus últimos años en
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Canterbury,
donde
escribió
el
De
concordia
praescientiae
et
que nosotros constatamos sin lugar a dudas, exige una grandeza
praedestinationis et gratiae Dei cum libero arbitrio (La coincidencia de la
suprema, de la cual todas las demás no son más que una participación
presciencia, la predestinación y la gracia de Dios con la libertad
gradual. La tercera prueba no surge de un aspecto particular de la
humana). Murió el 21 de abril de 1109, en un período en el que se
realidad (la bondad o la grandeza), sino del mismo ser. Esta es la
estaba dedicando a meditar sobre el origen del alma.
formulación de Anselmo: «Todo lo que es, existe en virtud de algo o en
virtud de nada. Pero nada existe en virtud de nada, es decir, nada viene
de la nada. Por tanto, o se admite la existencia del ser en virtud del cual
2. Las pruebas de la existencia de Dios
las cosas son, o no existe nada. Pero puesto que existe algo, existe el
ser supremo.» La cuarta prueba se extrae de la constatación de los
Todo el pensamiento de san Anselmo se halla dominado por la idea
grados de perfección, que se basa en la jerarquía de los seres y exige
de Dios. Éste es el problema que inspira y unifica todas sus
que haya una perfección primera, absoluta. Sin embargo, al acabar esta
investigaciones. A este propósito, es preciso formular una primera
tarea, Anselmo se dio cuenta de que las cuatro pruebas del Monologion,
distinción: una cosa es hablar de la existencia de Dios y otra diferente
elaboradas de una forma un tanto compleja y tortuosas, pondrían en
es hablar de su naturaleza. Se trata de dos posturas distintas: una cosa
graves aprietos a la mente de sus lectores. Por consiguiente, buscó otro
es preguntarse si existe algo y otra diferente es preguntarse en qué
camino que, como a la vívida luz de un relámpago, permitiese que la
consiste. Esta distinción aparece con toda claridad en el Monologion,
mente captase a priori la afirmación de la existencia de Dios. Anselmo
donde formula las pruebas a posteriori (desde los efectos hasta la
era un teólogo que no pensaba por el placer de pensar: tenía muy vivo
causa) de la existencia de Dios. En cambio, se desdibuja en el
el sentimiento de la responsabilidad y del deber de difundir la verdad, la
Proslogion, donde formula el argumento ontológico. San Anselmo, en
verdad de Dios. Esto hacía surgir la necesidad de un argumento
efecto, demuestra la existencia de Dios tanto a posteriori como a priori.
sencillo, convincente y autosuficiente, que engendrase la inmediata e
a) Pruebas a posteriori. Anselmo muestra cómo desde el mundo se
invencible convicción de la existencia de Dios. Tal argumento fue el que
llega hasta Dios a través de cuatro pruebas. La primera se basa en la
expuso en el Proslogion.
consideración de que cada uno tiende a adueñarse de las cosas que
b) La prueba a priori o «argumento ontológico». Éstos son sus
juzga como buenas. Sin embargo, los bienes son múltiples. Su principio,
términos esenciales: Dios es «aquello de lo cual nada más grande
¿será múltiple o será único? La bondad, en virtud de la cual las cosas
puede pensarse» (id qua maius cogitari nequit). Y esto lo piensa incluso
son buenas, sólo puede ser una. Por lo tanto, si las cosas son buenas,
el ateo o el necio del que habla el salmo, que dice en su corazón: «Dios
existe la bondad absoluta. La segunda prueba consiste en la idea de
no existe».
grandeza, no espacial, sino cualitativa. La diversidad de tal grandeza,
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Para negar a Dios, sabe que habla de un ser del cual no puede
duda su validez fue un discípulo suyo, el monje Gaunilón, que escribió
pensarse nada más grande. Por lo tanto, si el ateo piensa en Dios, Dios
el Liber pro ínsipíente, en el que afirma que con respecto al término
se halla en su intelecto, o no pensaría ni negaría su existencia. Pero
«Dios» es muy difícil poseer un conocimiento substancial, que supere el
cuando niega que Dios exista, el ateo quiere decir que Dios no existe
puro significado verbal.
fuera de su intelecto, es decir, en la realidad. Y en esto consiste la
contradicción: si piensa que Dios es el ser del cual no puede pensarse
Por otra parte, Gaunilón sostiene que no basta con poseer una idea
nada mayor, y al mismo tiempo niega que exista fuera de su
para que se pueda afirmar la realidad objetiva de ésta. Si esto fuese así,
pensamiento, se verá inducido a admitir que es posible algo más grande
entonces bastaría con pensar una cosa -por ejemplo, una isla llena de
que Dios, que no sólo existe en el pensamiento sino también en la
delicias y, por lo tanto, la más perfecta de todas- para verse autorizado
realidad. Lo cual es contradictorio, porque afirma y niega que Dios sea
a admitir su existencia. Gaunilón, pues, refutó la licitud del paso desde
el ser del cual no existe nada más grande. En otras palabras: si Dios es
el mundo ideal al real. Anselmo replicó mediante el Liber apologeticus,
el ser del cual no se concibe nada mayor, no es posible considerarlo
manifestando que el ejemplo de la isla perfecta no es adecuado, porque
como existente en el pensamiento pero no en la realidad, porque en tal
no representa el ser del cual no puede pensarse nada más grande, que
caso no sería el más grande. San Anselmo estaba convencido de que
es para el único que resulta válido este argumento. La isla puede ser la
los hombres captaban con fuerza el sentimiento de Dios: la sociedad se
más grande, pero sólo si se la compara con las demás islas. No se trata
encontraba llena de esa noción y constituía el alimento secreto de la
de la realidad más grande en un nivel absoluto, como sucede en el caso
vida y de las reformas eclesiásticas que se estaban llevando a cabo. Su
de Dios.
intento consistió en otorgar una estructura lógica a un núcleo
fundamental del hecho religioso y consideró que podía transformarse en
una conclusión racional la difusa aceptación de la fe cristiana.
Santo Tomás reiterará, profundizando en ella, la objeción de
Gaunilón. En la Suma contra los gentiles podemos leer: «Incluso
aquellos que admiten la existencia de Dios, no todos saben que Él es
Este argumento, al cual ni siquiera el ateo habría de resistirse, es
aquel del cual no puede pensarse nada mayor. Pero concediendo
llamado «ontológico» porque del análisis de la idea de Dios que se halla
incluso esto, no se desprende que de hecho tenga que existir en la
en la mente- se deduce su existencia fuera de la mente. También se le
naturaleza, porque para ello es preciso que tanto la cosa como su
llama a simultáneo, porque en la idea de Dios halla incluida al mismo
concepto (ratio) sean admitidos del mismo modo. Por lo tanto, cuando
tiempo su existencia. Pensar en Dios y considerarlo como realmente
se concibe aquello que se abarca bajo el nombre de Dios, no se sigue
existente es, de manera simultánea, unum et idem. El argumento de
que exista, si no es en el intelecto. En cambio, la existencia real se
Anselmo ha tenido partidarios y opositores. El primero que puso en
demuestra a la perfección mediante los efectos, es decir, a posteriori.»
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A diferencia de santo Tomás, san Buenaventura y Escoto aceptaron el
perfección, del mismo año), ha tratado de revalorizar el argumento de
argumento de san Anselmo. En la filosofía moderna, también Descartes
Anselmo, desde un punto de vista lógico. M.J. Charlesworth ha seguido
y Leibniz -si bien con algunas variantes de importancia- recogieron
el camino señalado por Hartshorne, mientras que G. Ryle, C.D. Broad,
dicho argumento. Leibniz lo reformuló aproximadamente en estos
B. Russell y AJ. Ayer se han mostrado fuertemente críticos al respecto.
términos: «El ser necesario, si es posible, existe; es posible, y por lo
Ayer, en su famosa obrita Lenguaje, verdad y lógica (1936), sostiene
tanto, existe.» Kant, en cambio, lo rechazó decididamente, en nombre
que no puede probarse a priori la existencia de Dios, dado que las
de la radical distinción entre existencia pensada y existencia real. Sin
únicas proposiciones a priori son las tautológicas y la proposición que
embargo, no fue suficiente ni siguiera la potencia crítica de Kant para
afirma la existencia de Dios no es una tautología. A pesar de estos y de
enterrar el argumento ontológico. Este ha seguido siendo una continua
otros críticos (Moore, Alston, etc.), el propio Bertrand Russell ha
preocupación, no sólo de los teólogos y de los filósofos, sino también de
confesado que «sin ninguna duda, un argumento que posee una historia
los lógicos y de los filósofos del lenguaje. Mencionemos entre los
tan ilustre debe ser tratado con respeto, sea válido o no [...]. Con
teólogos a E. L. Mascall (que se opone al argumento) ya Karl Barth,
anterioridad a Anselmo, nadie había enunciado el argumento en su pura
quien en un escrito de 1931 (Fides quaerens íntellectum. La prueba de
desnudez lógica. Al ganar en pureza, pierde en plausibilidad, pero
Anselmo de la existencia de Dios) sostiene que el objetivo de la prueba
también esto hay que considerarlo un mérito de Anselmo». Por su parte,
de Anselmo no consiste en el probare sino en el intelligere: Anselmo ya
M. J. Charlesworth en 1965 advertía que «piénsese lo que se piense [...]
tiene fe, y «la fides exige y hace posible el intelligere». Barth afirma: «La
sobre la validez del argumento de Anselmo, en cualquier caso propone
ciencia, el íntellectus que interesa a Anselmo es el intellectus fidei. Con
de un modo profundo y vivaz determinados puntos absolutamente
ello se quiere decir que únicamente puede consistir en la mediación
fundamentales con respecto a la lógica del concepto de "Dios", puntos
positiva de las afirmaciones de la fe. No tiene por qué buscarles un
que debe considerar con atención todo aquel que reflexione en el
motivo, sino más bien comprenderlas en su incomprensibilidad misma.»
ámbito de la teología filosófica». Esto era precisamente lo que había
Para Barth, el Aliquid quo nihil maius cogitari possit no es una doctrina
hecho en 1960 Norman Malcolm, utilizando los instrumentos del
sobre Dios o una definición de Dios. Constituye más bien un nombre de
«segundo»
Dios, entre los diversos nombres revelados. E. L. Allen (en su escrito de
fundamentales de la filosofía no son fácticos sino semánticos. En su
1947, El gran argumento) afirma, por su parte, que el secreto de la
obra Los argumentos ontológicos de Anselmo (1960), Malcolm sostiene
vitalidad del argumento ontológico que tan a menudo se ve rechazado
que «lo que Anselmo ha probado es que la noción de existencia
consiste en su utilización a través de un acto de adoración, en el que el
contingente o de no-existencia contingente no puede aplicarse a Dios
alma se siente inundada por el temor religioso. C. Hartshorne, en dos
de ninguna forma. La existencia de Dios debe ser lógicamente
de sus obras (¿Qué descubrió Anselmo?, 1962; y La lógica de la
necesaria o lógicamente imposible. La única manera inteligible de
Wittgenstein,
convencido
de
que
los
problemas
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rechazar la afirmación de Anselmo según la cual la existencia de Dios
capacidad de obrar el bien. En efecto, la libertad no se reduce, como
es algo necesario consiste en sostener que el concepto de Dios -como
pensaban muchos, a «poder pecar o no pecar», hipótesis en la cual ni
ser del cual no se puede concebir algo mayor- es autocontradictorio o
Dios ni los ángeles serían libres. La libertad es la capacidad de actuar
bien carece de sentido». Por lo tanto, si se acepta que la noción de Dios
con rectitud y, por lo tanto, se identifica con la voluntad del bien, con la
no resulta absurda desde un punto de vista lógico -y ni siquiera el ateo
buena voluntad. Somos libres con el propósito de conservar la rectitud
piensa tal cosa- entonces Dios necesariamente existe.
de la voluntad, por amor a la rectitud misma. Se trata, pues, de una
rectitud que hay que amar y buscar por sí misma, no por otros motivos.
Constituye el mayor bien, sin el cual es imposible obtener los demás
3. Dios y el hombre
valores. La rectitud de la voluntad y la rectitud del intelecto -en otras
palabras, la justicia y la verdad- se encuentran y se identifican. Es cierto
Las reflexiones de san Anselmo se fundamentan en este binomio.
que
la
voluntad
puede
extraviarse,
perdiendo
esa
rectitud
y
Resulta de gran interés el hacer referencia a la relación entre
convirtiéndose en esclava de los vicios. No obstante, también en este
conocimiento y palabra. Distinta la palabra como signo físico o externo a
caso la voluntad sigue conservando su libertad, aquel instinto de
nosotros, como puramente pensaba y por tanto dentro de no otros, y
rectitud en el que consiste la libertad, y que mediante la gracia de Dios y
finalmente como expresión interior, es decir como intelección de la
con la ayuda de El permite liberarse del pecado y volver a transitar por
realidad mediante nuestro intelecto san Anselmo se detiene en esta
el camino del bien.
última noción, de la que puede predicarse originariamente la verdad o la
falsedad. Esta palabra mental, o concepto, es más o menos verdadera
¿Cómo se lleva a cabo, empero, la concordancia entre libertad
según su mayor o menor grado de semejanza con la cosa. En
humana y presciencia divina? ¿Entre predestinación y libre arbitrio?
consecuencia, el conocimiento humano se halla medido en relación con
¿entre gracia y mérito? Ante un Dios omnipotente, omnisciente y
las cosas. A diferencia de la palabra humana, la palabra divina en
predestinador, ¿cómo se puede hablar de libertad y de responsabilidad
cambio es la medida de la cosas, porque es su modelo. Esto hace que,
humanas? Estos son algunos de los temas tratados en el ensayo De
como escribe Anselmo en De veritate, se considere que la verdad
concordia. Anselmo brinda esta respuesta a dichos interrogantes: «Si
humana es una especie de rectitud, de capacidad de decir cómo son las
determinado acontecimiento se produce sin necesidad, Dios, que prevé
cosas: significar esse quod esto. La rectitud no sólo se predica del
todos los acontecimientos futuros, también prevé dicho acontecimiento.
intelecto, sino también de la voluntad: en el primer caso se trata de la
En consecuencia, es necesario que algo se dé sin necesidad.» Esta
verdad, en el segundo consiste en la justicia y el bien. Más aún: la
respuesta, aparentemente académica, se ve enriquecida por otros
libertad misma, rasgo esencial de la voluntad, se define como rectitud o
elementos cuando Anselmo manifiesta que la previsión de la necesidad
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de que se lleve a cabo determinado acontecimiento futuro libre es
programa de Anselmo: aclarar mediante la razón humana lo que ya se
posible, porque tal previsión divina tiene lugar en la eternidad, en la que
posee a través de la fe.
no existen cambios, mientras que el acontecimiento libre sucede en el
tiempo. Se trata de dos planos distintos, el de la eternidad y el del
Ésta era la solicitud que le habían dirigido los monjes: que lo
tiempo. Con respecto a nuestra responsabilidad y a los méritos que
revelado no se impusiese exclusivamente apelando a la autoridad de la
acumulamos a través de nuestra vida, Anselmo recuerda lo que en otro
escritura, sino que también resplandeciese gracias a la luminosidad del
lugar ha expuesto con mayor amplitud: la libertad se identifica con la
razonamiento. De aquí surgen las pruebas de la existencia de Dios, el
voluntad y, por lo tanto, con la rectitud. Dios no puede quitar o conceder
intento de entender por qué se encarnó el Verbo de Dios, por qué Dios
esa rectitud, o eliminar la libertad, sin suprimir la voluntad al mismo
es uno y trino, y cómo se hacen posibles al mismo tiempo la
tiempo. Si ocurriese tal cosa, Dios actuaría en contra del objetivo para el
predestinación y la libertad humana. Anselmo posee una gran confianza
cual creó al hombre libre y responsable de sus acciones, cosa que en
en la razón humana, que está capacitada en su opinión para arrojar luz
último término constituye su superioridad en relación con las demás
sobre los misterios de la fe cristiana, demostrando su coherencia, su
criaturas. Esto no significa que el hombre sea autosuficiente y que no
conveniencia y su necesidad.
necesite la ayuda de Dios para alcanzar su meta final. Esta sigue
siendo una dádiva gratuita. Sin embargo, la fidelidad a esta dádiva y a
Se trata, pues, de una fe que busca la inteligencia (fides quaerens
sus implicaciones depende de nuestra libertad de adhesión. De aquí
intellectum), de una continuada y compleja meditación racional acerca
surge la necesidad del acuerdo y no de la oposición entre gracia de
de las razones de la fe. Ya se trate de que Anselmo ponga entre
Dios y libertad humana.
paréntesis las verdades que acepta mediante la fe para llegar a ellas a
través de la razón, o bien que reflexione sobre las verdades de fe, lo
cierto es que tanto en uno como en otro caso la razón se mueve de
4. La razón en el seno de la fe
forma constante a lo largo de la trayectoria de la fe, para explicitar las
verdades de ésta. Éste es el programa y el ámbito en el que madura la
En el prólogo al Proslogion, Anselmo invoca a Dios de esta forma:
razón anselmiana. En tal contexto se comprenden a la perfección las
«Señor, no trato de profundizar en tus misterios porque mi inteligencia
dos afirmaciones sintéticas: fides quaerens intellectum y credo ut
no es la adecuada para ello, pero deseo comprender un poco de tu
intelligam, que sostienen que la fe queda iluminada por la inteligencia.
verdad, que mi corazón ya cree y ama. No busco comprenderte para
Las verdades de fe se hallan previamente supuestas (fides quae
creer, sino que creo para poderte comprender.» En efecto, éste fue el
creditur) en sus contenidos, que no son el fruto de una indagación
racional, sino que la fe misma los ofrece a dicha indagación. La fe
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continúa siendo el punto de partida, una especie de pilar de toda la
Justamente porque la fe es la que auxilia el movimiento lógico de la
construcción racional. La razón sirve para desentrañar las verdades de
razón y de sus nociones y no la mera experiencia, nos hallamos en
fe o para iluminadas mediante una argumentación dialéctica. De todo
condiciones de comprender la fuerza crítica de la objeción del monje
este conjunto surge un perfecto acuerdo entre razón y fe, a condición de
Gaunilón, quien hacía notar -y después de él, santo Tomás- que cuando
que la razón sea utilizada mediante reglas precisas o supuestos
pronunciamos el nombre «Dios» no siempre vamos más allá del sonido
indubitables. ¿Cuál es, empero, este supuesto fundamental? El primero,
físico de la palabra, sobre todo en el caso de los ateos o no creyentes.
y el que condiciona todos los demás, consiste en la unidad y la perfecta
Por tal motivo resulta imposible sostener que del concepto de Dios cabe
correspondencia entre lenguaje, pensamiento y realidad, en la recíproca
deducir su existencia. En definitiva, para decido con pocas palabras,
vinculación entre lógica y mundo, entre res y voces. La realidad se
Gaunilón ponía en tela de juicio la concepción realista de los conceptos
corresponde con los conceptos, y la vinculación entre éstos y aquélla es
defendida por Anselmo y obligaba a su maestro a reconocer
consecuencia de un movimiento objetivo. Anselmo defiende una
abiertamente que colocaba la fe como fundamento. Por ello, Anselmo
concepción realista de los universales. A los conceptos de bondad,
sólo se dirigía a quien ya poseía a través de la fe aquellas verdades que
sabiduría, ser, naturaleza les corresponde una realidad ontológico-
intentaba demostrar mediante la razón, y no al necio del que habla la
teológica, de la que depende toda la actividad cognoscitiva del intelecto,
Biblia o al ateo.
relacionada con aquellas cosas que participan de la bondad, del ser o
de la naturaleza. Las cosas buenas, grandes, existentes, etc. no
resultarían concebibles si no presupusiesen la bondad, el ser, etc.,
ideas universales y arquetípicas, situadas en la mente divina, de las que
ha tomado ejemplo lo creado.
A este realismo de inspiración platónica hay que añadir el realismo
teológico, que justifica la indagación racional acerca de los misterios de
la fe cristiana. El hecho de poseer mediante la fe las verdades
reveladas lleva a que" la razón se adhiera de modo constante a su
contenido y a que sus indagaciones se adecuen al movimiento lógico
iniciado por la fe, para explicitar su contenido e iluminar sus relaciones.
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