La alimentación de nuestros niños Los buenos hábitos alimenticios son tan importantes para la buena salud de los niños como lo es el sueño, el ejercicio, como lo es respirar. El rol de la familia es fundamental en la educación nutricional de la infancia. Algunos niños tienen un buen apetito, son curiosos (les encanta probarlo todo), lo que facilita la tarea educativa. Otros por el contrario, son inapetentes, perezosos, desinteresados por la comida, e incluso algunos la utilizan para conseguir lo que desean (acostarse más tarde, ver más televisión, etc.). La educación nutricional exige de los padres paciencia, dedicación, no hacer concesiones inaceptables y un cierto respeto por el apetito del niño, siempre que el crecimiento y desarrollo del mismo se encuentre dentro de lo esperado (a juicio del pediatra). Algunos puntos a tener en cuenta: La importancia del desayuno. Las prisas por llegar al colegio, al trabajo, y la somnolencia de los primeros momentos de la mañana no deben impedir la realización de esta primera comida correctamente, dado que puede provocar en los niños una disminución de la atención y del rendimiento en las primeras horas. La cena debe ser consumida a una hora no muy tardía, para que los niños duerman bien. El “picoteo” es una mala costumbre que generalmente genera ingestas de alimentos con gran contenido en grasas, azúcares y sal. Reunirse en la mesa es un punto de encuentro y de comunicación entre los miembros de la familia, siendo importante para los niños poder escuchar lo que dicen sus papás como así también ser escuchados ellos. Apaguemos el televisor en estos momentos. Cuanta mayor variedad de alimentos exista en una dieta, mayor es la posibilidad de que sea equilibrada y que contenga los nutrientes que necesitamos. Comer sólo lo que nos gusta es una mala práctica. El momento de la comida es un excelente estímulo para enseñar a convivir con otros, a masticar bien los alimentos, a poner en práctica modales adecuados como no hablar con la boca llena, utilizar correctamente los cubiertos, no jugar con la comida, sentarse adecuadamente… Procurar que el comportamiento de los miembros de la familia sea coherente con las recomendaciones verbales, resulta difícil inculcar un hábito alimentario saludable cuando quien lo aconseja no lo pone en práctica. Realizar actividad física (juegos, ejercicios). “Si logramos que nuestros niños se acostumbren a comer de todo y en su justa medida, y estimulamos prácticas regulares de actividad física, habremos aportado para un mejor estado de salud.” Bibliografíade la fundación diabetes.org Hölters Schule - Kindergarten 10 mensajes para una alimentación saludable. Para vivir con salud es bueno… comer con moderación e incluir alimentos variados en cada comida. consumir diariamente leche, yogur o quesos. Es necesario en todas las edades. comer diariamente frutas y verduras de todo tipo y color. comer una amplia variedad de carnes rojas y blancas retirando la grasa visible. preparar las comidas con aceite preferentemente crudo y evitar la grasa para cocinar. disminuir el consumo de azúcar y sal. consumir variedad de panes, cereales, harinas, féculas y legumbres. disminuir el consumo de bebidas alcohólicas y evitarlo en niños, adolescentes, embarazadas y madres lactantes. tomar abundante cantidad de agua potable durante todo el día. aprovechar los momentos de las comidas para el encuentro y diálogo con otros. Bibliografía : Guía alimentarias para la población Argentina (Asociación Argentina de dietistas y Nutricionistas Dietistas). La incoporación de un alimento nuevo Durante la niñez es donde más cambios se producen, y estos cambios tienen que ver con el crecimiento tanto físico como intelectual. De aquí la importancia de la buena alimentación infantil. Es beneficioso para los niños (y para todos en general) incorporar variedad de alimentos en las dietas diarias. Ofrecemos algunas sugerencias al momento de incorporar alimentos nuevos. En vez de preguntar si les gusta la comida nueva, pedir que describan su sabor. ¿Es salado? ¿Dulce? Sostener una actitud relajada. Servir el nuevo alimento varias veces de manera que los niños se vayan familiarizando con él, y de distintas maneras (por ejemplo: lentejas dentro de una albóndiga o hamburguesa casera). Empezar con una porción pequeña de la nueva comida. Comer el nuevo alimento con ellos. A menudo los niños comerán alimentos que ven comer a los adultos que ellos conocen. Los alimentos nuevos deben ser incorporados en el hogar por la familia. Servir el nuevo alimento con uno ya conocido, manteniendo un equilibrio entre la familiaridad y la variedad. Tener en cuenta que incorporar un nuevo alimento lleva probarlo varias veces , esto evitará frustraciones al segundo intento. Hölters Schule - Kindergarten Viandas escolares Por diversas razones los niños pasan muchas horas fuera de sus hogares y en estos casos es difícil tener certeza de lo que comen. A veces, los hijos comparten sólo una comida diaria con los padres, que son los educadores y modelos por excelencia. De manera tal que, y sin desmerecer lo que ingieren durante el almuerzo en la escuela, habrá que estar atentos a los momentos en que comen en casa y fortificar la ingesta en el desayuno, la merienda y la cena. Tomando en cuenta algunas pautas básicas de nutrición, conservación e higiene al momento de preparar viandas, estaremos favoreciendo a que cada comida del día sea una oportunidad de alimentarse saludablemente. Asegurarnos que los recipientes que utilizaremos para el guardado y traslado de la comida estén limpios, sanos. Procurar lavar el interior de las luncheras todos los días y luego dejarlas abiertas hasta el día siguiente para evitar la concentración de olores. Que los recipientes que contengan los alimentos sean aptos para el calentamiento que recibirán en la escuela. Colocar en contenedores distintos aquellos alimentos que se calientan de los que no (carne ensalada). Que los niños sepan que es lo que traen en sus viandas. El prepararlas juntos estimula a los niños. Si la comida es preparada la noche anterior, guardarla en la heladera hasta el otro día antes de colocarla en la vianda. Planificarlas para poder incluir variedad de alimentos. No incluir alimentos de fácil contaminación. Que los alimentos que traigan a la escuela sean ya conocidos y consumidos por los niños. Colocar nombre a todos los objetos (luncheras, contenedores incluyendo tapas, cubiertos, etc.) y que los niños conozcan sus elementos; esto permitirá disminuir las posibilidades de que los niños regresen del colegio con viandas equivocadas. Cuidar que la lunchera esté bien cerrada y que tengan suficiente refrigerante (al margen de la estación del año en que se esté). 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