Facilitador judicial: un trabajo que apunta a cambiar la situación de poblaciones olvidadas Son 256 los voluntarios que buscan la resolución de los conflictos antes de que llegue a estrados judiciales. El 61% son mujeres. La mayoría de las gestiones que realizan son acerca del acceso a la salud y conflictos de tierra. Además asesoran sobre trámites y beneficios. EN PLENA ACCIÓN CON JÓVENES DE LA COMUNIDAD. El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Corrientes, firmó convenio en el 2011 con el Programa Interamericano de Facilitadores Judiciales de la Organización de Estados Americanos (OEA). Así, el Poder Judicial de la Provincia de Corrientes, con el apoyo, la colaboración y asistencia Técnica del Programa Interamericano de Facilitadores Judiciales, de la Organización de Estados Americanos (OEA), implementa el Servicio de Facilitadores Judiciales (SFJ) que tiene como objetivo garantizar el acceso a justicia, promover una cultura de paz y fortalecer mecanismos de prevención y resolución alternativa de conflictos entre los habitantes de la comunidad, particularmente entre los sectores en condiciones de mayor vulnerabilidad. Oscar Danilo González, funcionario del Programa Interamericano de Facilitadores Judiciales, indicó a época que según el registro actual hay en Corrientes 256 facilitadores. Para conocer el trabajo de los facilitadores, que en esta parte del país son en su mayoría mujeres, este medio se acercó hasta “El Pontón” zona rural al Oeste del casco urbano de San Luis del Palmar. Allí, dos facilitadoras, Emilce Encinas e Isabel Blanco, explicaron sobre las tareas voluntarias que hacen en pos de su comunidad. Hace tres años la juez de Paz de la zona, Mariana Godoy, convocó a la comunidad en la escuela primaria 784 para que elijan a sus representantes. Así, Emilce e Isabel fueron seleccionadas por sus pares. Emilce es enfermera y trabaja en la Sala de Primeros Auxilios del lugar, Isabel es ama de casa y ambas con chicos de diferentes franjas etarias. En “El Pontón” viven 281 personas, en total serían unas 83 familias. “La mayoría de la población tiene beneficios como ser jubilaciones, pensiones y asignaciones. Sólo 10 familias se dedican al campo o la huerta y las demás tienen planes sociales”, aseveraron ambas. Pero desde hace un tiempo, y con distintas actividades fomentadas por las facilitadoras, lograron acercarlos a la siembra. “Todos tienen animales en mayor o menor cantidad y ahora empezaron a tener sus huertas gracias al nexo que logramos con el Municipio, con Desarrollo Humano, Acción Social, asistentes sociales y distintas organizaciones”, comentó con alegría Isabel. Es así que ambas se dedican a realizar asesoría para los pobladores, porque si quieren realizar algún trámite tienen que dirigirse a San Luis del Palmar a ocho kilómetros. “Entones muchos pobladores se acercan con inquietudes y problemas que son resueltos para que no tengan que ir con las manos vacías a realizar la gestión”, comento a su turno Emilce. En la zona, como en la mayoría de las áreas rurales, la movilidad es lo que más cuesta aunque desde hace poco, mediante la gestión de las Facilitadoras Judiciales, se logró tener un colectivo cuyos horarios son a las 6, a las 9, a las 14 y a las 17. Pero este móvil traslada a los pobladores de “El Pontón” a la capital correntina no así a San Luis. Igualmente muchas veces ellas mismas han acercado a sus vecinos al hospital, a la escuela o inclusive hasta la ANSES para que realicen sus gestiones sin problemas. “Es un servicio que a su vez nos permite adquirir conocimiento y bregar para que a nuestra gente se la respete”, aseveró Isabel. Una latente preocupación En “El Pontón” hay tres escuelas. Sólo funcionan dos porque no hay tantos chicos para cubrir la matrícula. Los que asisten a la secundaria deben recorrer seis kilómetros para el Espinillar (zona rural de San Luis) u ocho hacia San Cayetano. Ambas con hijos, y preocupadas por la situación actual, están organizando en las dos escuelas del Espinillar con maestros, padres, tutores y chicos una jornada sobre drogadicción. Según las madres, en la zona en la que realizan su labor voluntaria no existen (o no han tratado) temas relacionados con drogadicción y violencia de género, pero su temor es que los chicos “son tan inocentes todavía y al salir y juntarse con otros pueden caer en malas manos”, comentó Emilce, “y también queremos que los padres se ocupen más de los hijos”, agregó Isabel. ¿Quién es Facilitador Judicial? El Servicio de Facilitadores Judiciales surgió en Nicaragua, a finales de los años noventa, como apoyo a los jueces locales en comunidades aisladas. Al convertirse en una metodología eficaz y demostrar a la población que el facilitador judicial era un puente entre la comunidad y el Poder Judicial, este Servicio se amplió a todas las comunidades urbanas y rurales. De esta manera, el Facilitador Judicial se convierte en un líder de su comunidad que voluntariamente participa en el Programa. Su función principal es la de servir de enlace entre la ciudadanía y el Juzgado de Paz, para garantizar un genuino y eficiente acceso a justicia. Promover la cultura de paz, fortalecer mecanismo de prevención y resolución alterna de conflicto, como vía para mantener la convivencia pacífica entre los miembros de la comunidad. Ese acercamiento de la Justicia llega a través de, en este caso, estas mujeres quienes fueron escogidas, seleccionadas y designadas por los vecinos del paraje mediante una asamblea de ciudadanos de forma voluntaria. En la actualidad existen más de 10.000 facilitadores judiciales en ocho países de la región. Corrientes es la única provincia de Argentina con la presencia de estos servido- res voluntarios que se replican en Costa Rica, El Salvador,Guatemala, Honduras, Nicaragua,Panamá y Paraguay. Fuente: Diario Época http://diarioepoca.com/503695/facilitador-judicial-un-trabajo-que-apunta-a-cambiar-lasituacion-de-poblaciones-olvidadas/