Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2014;142(5):228–232 sepsis fulminante por C. canimorsus valorando la potencial utilidad diagnóstica de MALDI-TOF. Se trata de una mujer de 78 años sin hábitos tóxicos ni antecedentes epidemiológicos, afectada de diabetes mellitus, que consultó por alteración del nivel de conciencia y fiebre de pocas horas de evolución. En la exploración la paciente estaba febril, deshidratada y desorientada, aunque sin signos menı́ngeos. Analı́ticamente destacaba la presencia de 10,14 109 leucocitos/ l (83% polimorfonucleares y 5% de bandas). La Rx simple de tórax, la tomografı́a axial computarizada craneal y el análisis del lı́quido cefalorraquı́deo fueron normales. En Urgencias se inició tratamiento de soporte y cobertura antibiótica con ceftriaxona, que posteriormente se sustituyó por piperacilina-tazobactam. A las 13 h la situación de la paciente empeoró, procediéndose a intubación, ventilación mecánica, perfusión de noradrenalina y traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos de nuestro centro de referencia, donde falleció por fracaso multiorgánico 25 h después de la consulta inicial. A las 96 h de haber consultado se aisló en los hemocultivos un microorganismo que creció lentamente en las placas (72 h), exclusivamente en microaerofilia y en medios enriquecidos. En la tinción de Gram se observaron bacilos gramnegativos fusiformes y delgados, oxidasa y catalasa negativas. En la galerı́a bioquı́mica API1 Rapid 32 A el perfil obtenido no fue discriminatorio, aunque el género Capnocytophaga estaba entre las posibilidades contempladas. La cepa fue remitida al centro de referencia para la práctica de MALDI-TOF, que la identificó como C. canimorsus, que se corroboró mediante secuenciación del gen ARNr 16S. Las concentraciones mı́nimas inhibitorias por E-test a penicilina, ceftriaxona y ciprofloxacina fueron, respectivamente, de 0,006, 0,001 y 0,012, por lo que la cepa era sensible al tratamiento administrado, según criterios EUCAST PK/PD. La expresión de factores de virulencia por parte de C. canimorsus explica la gravedad de las infecciones causadas por este microorganismo y probablemente el desenlace rápidamente mortal de nuestra paciente a pesar de haber recibido un tratamiento antibiótico correcto6. Por ello resulta crucial obtener un diagnóstico microbiológico lo más precoz posible. Ya se han mencionado las dificultades diagnósticas que plantea C. canimorsus. Sirva de ejemplo nuestro caso, en el que las pruebas de oxidasa y catalasa, cuya positividad diferencia las especies humanas de las de origen animal, se interpretaron como negativas. Por ello, hoy en dı́a se suele recurrir al estudio del gen ARNr 16S por secuenciación o por técnicas de reacción en cadena de la polimerasa, pero estos procedimiento son complejos y caros10. En contraposición, en un estudio reciente la técnica de MALDI-TOF se mostró igual de eficaz y más rápida (10 min por muestra) que la secuenciación del ARNr 16S en la identificación de 22 cepas de especies de origen animal 231 de Capnocytophaga8. En otro estudio se evidenció de nuevo la rapidez con la que MALDI-TOF consiguió el diagnóstico en 2 casos de corioamnionitis debidos a dos Capnocytophaga de origen humano9. El caso presentado pone de manifiesto, en primer lugar, la gravedad de las infecciones causadas por C. canimorsus, y en segundo lugar, la utilidad de MALDI-TOF, que permitió el diagnóstico de la infección en nuestra paciente, si bien de forma retrospectiva. Bibliografı́a 1. Brenner DJ, Hollis DG, Fanning JR, Weaver RE. Capnocytophaga canimorsus sp. nov. (formerly CDC group DF-2), a cause of septicemia following dog bite, and C. cynodegmi sp. nov., a cause of localized wound infection following dog bite. J Clin Microbiol. 1989;27:231–5. 2. Nonnemacher C, Mutters R, de Jacoby LF. Microbiological characteristics of subgingival microbiota in adult periodontitis, localized periodontis and rapid progressive periodontitis subjects. Clin Microbiol Infect. 2001;7:217–31. 3. Martino R, Rámila E, Capdevila JA, Planes A, Rovira M, Ortega Md. et al. Bacteremia caused by Capnocytophaga species in patients with neutropenia and cancer: Results of a multicenter study. 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Capnocytophaga species and perinatal infections: Case report and review of the literature. Acta Clin Belg. 2012;67:42–5. 10. Ciantar M, Newman HN, Wilson M, Spratt DA. Molecular identification of Capnocytophaga spp. via 16S rRNA PCR-restriction fragment length polymorphism analysis. J Clin Microbiol. 2005;43:1894–901. Maria Teresa Bastidaa,*, Marta Valverdeb, Alex Smithsonb y Francesc Marcoc a Sección de Microbiologı´a, Fundació Hospital de l’Esperit Sant, Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, España b Servicio de Urgencias, Fundació Hospital de l’Esperit Sant, Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, España c Servicio de Microbiologı́a, Hospital Clı´nic, Barcelona, España * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected], [email protected] (M.T. Bastida). http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.05.039 La herramienta FRAX1 en la prevención de fracturas asociadas al tratamiento de privación androgénica en el cáncer de próstata The FRAX1 tool in the prevention of fractures associated with androgenic deprivation therapy for prostate cancer Sr. Editor: Hemos leı́do con interés el artı́culo de Varsavsky y Guadalix1 y nos parece una excelente actualización del efecto negativo que sobre la masa ósea ejercen los tratamientos con inhibidores de la aromatasa en el cáncer de mama, y los agonistas GnRH (Ag GnRH) en el tratamiento de privación androgénica (TPA) para el cáncer de próstata (CP). No obstante, quisiéramos realizar algunas aportaciones sobre la indicación de medicamentos antiosteoporóticos asociados al TPA en el CP y su indicación mediante FRAX1, que consideramos de interés. En el artı́culo se recoge la evidencia que existe sobre la rápida pérdida de masa ósea que ocurre especialmente al inicio del tratamiento del CP con TPA, aunque no es tan exhaustiva la evidencia sobre el incremento en la incidencia de fractura, aparte de algunos ensayos clı́nicos1. En el artı́culo se incluye una referencia que muestra un incremento en la incidencia de fractura del 6,8% en los primeros 5 años de tratamiento con TPA respecto a los pacientes que no lo siguieron1. Entre las recomendaciones del artı́culo, resaltan la necesidad de valorar el riesgo de fractura en los pacientes con CP al inicio del tratamiento con Ag GnRH o tras Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Cartas al Editor / Med Clin (Barc). 2014;142(5):228–232 orquidectomı́a bilateral, ante el previsible declive de la densidad mineral ósea (DMO) con el TPA1. Por otro lado, las autoras indican, aunque no justifican, que el tratamiento con fármacos antirresortivos debe iniciarse cuando la DMO, medida por densitometrı́a por absorción dual de rayos X (DXA), presente valores de T-score < -2 y/o antecedente de fractura osteoporótica (prevención secundaria), o en el caso de una T-score entre -1 y -2 en función de la presencia de otros factores de riesgo o ciertos fármacos (prevención primaria). No obstante, no concretan cómo deben ser tenidos en cuenta estos factores, es decir, si con un solo factor de riesgo de los comentados aconsejan el tratamiento, o si es preciso más de uno, o si todos los factores son iguales en la valoración del riesgo. En nuestra opinión, existe escasa evidencia que asocie la DMO y las fracturas por fragilidad en este tipo de pacientes y, además, la confianza depositada en la capacidad diagnóstica de la DXA no estarı́a justificada, dados los resultados de fiabilidad diagnóstica detectados en población española2,3. También quisiéramos realizar otra aportación referente a la recomendación que se hace en el artı́culo de utilizar la herramienta FRAX1 para indicar el tratamiento preventivo de la pérdida de DMO y/o fractura en estos pacientes con valores > 20% para fractura osteoporótica principal y > 3% para fractura de cadera1. Sobre este punto queremos aportar que estos umbrales de FRAX1 para el tratamiento farmacológico recogidos en la literatura médica, y recomendados por las autoras, provienen del consejo que realiza la National Osteoporosis Foundation y que describen en su guı́a (http:// www.nof.org/files/nof/public/content/file/344/upload/159.pdf) como la intervención coste-efectiva para población de los Estados Unidos de América, una vez que calibraron la herramienta FRAX1 para esta población4, pero no todos los paı́ses adoptan los mismos valores de FRAX1 5,6. Los valores de esta herramienta que proponen las autoras no se deberı́an aceptar en estos momentos para población española, principalmente porque los análisis realizados en 3 cohortes nacionales muestran que, a pesar de predecir bien la baja masa ósea medida por densitometrı́a7 y de tener una aceptable capacidad discriminativa8–10, FRAX1 no presenta una capacidad predictiva aceptable cuando asigna el riesgo individual de fractura por fragilidad en población española8– 10 . Estos análisis confirman que FRAX1 tiende a infravalorar el riesgo de fractura a los 10 años, es decir, asigna un riesgo individual menor que el hallado en estas cohortes españolas. Bien es cierto que son cohortes de mujeres y, por tanto, no incluyen a pacientes varones en TPA. Por tanto, estos estudios demuestran que los valores que refleja en estos momentos la herramienta FRAX1 en población española deberı́an ser ajustados al alza para equipararse a los valores de riesgo que son considerados costeefectivos en otros paı́ses4-6, como los propuestos por las autoras, o bien encontrar los valores equivalentes entre el FRAX1 actual y unos valores umbrales de riesgo coste-efectivos para población española, especialmente en el caso de los varones, en los que otros estudios ya han observado diferente infraestimación que en mujeres5. Finalmente, quisiéramos apuntar que consideramos más ajustado traducir major fracture por «fractura principal» debido a que los promotores del FRAX1 se refieren a la fractura frecuente y no consideran, por ejemplo, que la fractura de antebrazo sea una fractura «mayor» y que una de pelvis o de tibia sea una fractura «menor». En la herramienta FRAX1 el concepto major osteoporotic http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.06.008 fracture incluye las fracturas de fémur proximal (cadera), vértebra, húmero proximal y muñeca (antebrazo distal)6. Bibliografı́a 1. Varsavsky M, Guadalix S. Efecto del tratamiento del carcinoma de mama y del carcinoma de próstata sobre la masa ósea. Med Clin (Barc). 2013;140: 164–8. 2. Azagra R, Zwart M, Aguyé A, Encabo G. Precauciones necesarias al utilizar los umbrales predictivos de la herramienta FRAX1 en población española para decidir la necesidad de solicitar una densitometrı́a ósea axial. Aten Primaria. 2012;44:183–4. 3. Azagra R, López-Expósito F, Aguyé A, Encabo G, grupo GROIMAP. Predicción de fracturas por fragilidad o predicción de osteoporosis densitométrica. Esta es la cuestión! Med Clin (Barc). 2013;141:43–4, http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.11.031. 4. Tosteson AN, Melton 3rd LJ, Dawson-Hughes B, Baim S, Favus MJ, Khosla S, et al.; National Osteoporosis Foundation Guide Committee. Cost-effective osteoporosis treatment thresholds: The United States perspective. Osteoporos Int. 2008;19:437–47. 5. Fraser LA, Langsetmo L, Berger C, Ioannidis G, Goltzman D, Adachi JD, et al. Fracture prediction and calibration of a Canadian FRAX1 tool: A populationbased report from CaMos. Osteoporos Int. 2011;22:829–37. 6. Kanis JA, McCloskey EV, Johansson H, Strom O, Borgstrom F, Oden A, National Osteoporosis Guideline Group. Case finding for the management of osteoporosis with FRAX–Assessment and intervention thresholds for the UK. Osteoporos Int. 2008;19:1395–408. 7. Azagra Ledesma R, Prieto-Alhambra D, Encabo Duró G, Casado Burgos E, Aguyé Batista A, Dı́ez-Pérez A, Grupo de estudio FRIDEX. Usefulness of FRAX tool for the management of osteoporosis in the Spanish female population. Med Clin (Barc). 2011;136:613–9. 8. Azagra R, Roca G, Encabo G, Aguyé A, Zwart M, Güell S, et al. FRAX1 tool, the WHO algorithm to predict osteoporotic fractures: The first analysis of its discriminative and predictive ability in the Spanish FRIDEX cohort. BMC Musculoskelet Disord. 2012;13:204. 9. González-Macı́as J, Marin F, Vila J, Dı́ez-Pérez A. Probability of fractures predicted by FRAX1 and observed incidence in the Spanish ECOSAP Study cohort. Bone. 2012;50:373–7. 10. Tebé C, del Rı́o LM, di Gregorio S, Casas L, Estrada MD, Kotzeva A, et al. Validation of the FRAX1 predictive model for major osteoporotic fracture in a historical cohort of Spanish women. J Clin Densitom. 2013;16:231–7. ! 232 Rafael Azagraa,b,c,*, Marta Zwartd, Juan Carlos Martı́n-Sáncheze y Amada Aguyéf, en representación del grupo GROIMAP a Equip d’Atenció Primària Badia del Vallès, Servei d’Atenció Primària Vallès Occidental-Institut Català de la Salut, Unitat de Suport a la Recerca Metropolitana Nord, Institut d’Investigació en Atenció Primària Jordi Gol, Barcelona, España b Departamento de Medicina, Universitat Autònoma de Barcelona, Barcelona, España c Departamento de Medicina, Universitat Internacional de Catalunya, Barcelona, España d Equip d’Atenció Primària Girona-2, Institut Català de la Salut, Unitat de Suport a la Recerca-Girona, Intitut d’Investigació en Atenció Primària Jordi Gol, Girona, España e Bioestadı´stica, Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Campus Sant Cugat, Universitat Internacional de Catalunya, Barcelona, España f Equip d’Atenció Primària Vallès Oriental-Granollers Centre, Servei d’Atenció Primària Vallès Oriental-Institut Catalá de la Salut, Barcelona, España * Autor para correspondencia. Correos electrónico: [email protected], [email protected] (R. Azagra).