Universidad Nacional de Trujillo Oficina General de Extensión y Proyección Social Ernesto Zierer La pedagogía del buen ejemplo Trujillo – Perú 2003 1 El autor, graduado de la Universidad de Heidelberg, Alemania (1952), es Profesor Emérito de lingüística de la Universidad Nacional de Trujillo (1992), a cuya docencia ingresó como profesor contratado en 1957, y como profesor ordinario, por concurso de méritos y oposición, en 1963. ____________ Hecho el Depósito Legal, Ley N° 26905 N° 1301012003-0351 ISBN 9972-9597-2-4 Copyright: Ernesto Zierer Universidad Nacional de Trujillo Trujillo – Perú 2003 Printed in Peru 2 Indice Prefacio El problema de los valores 7 Ambivalencias, incongruencias y falacias 23 La pedagogía del buen ejemplo 31 Etica ecológica, filosofía de la educación y educación ambiental 41 El valor del tiempo propio 53 INTERNET, virtualidad y valores 67 Rescate de valores en Costa Rica 79 Práctica de los valores: recuento de algunas vivencias: 87 El compromiso de una joven docente con la educación 88 La campaña moralizadora de un ingeniero 89 “Los mejores años de nuestra vida” 90 Sabiduría, humildad y desinterés 91 La nobleza de una madre judía en Jerusalén 93 Con rencores no se construye el futuro 95 Una ofrenda para un niño difunto 97 El sueldo simbólico de un sol 98 Un caballo salvador 99 3 El joven protector de caballos 101 El conflicto de conciencia de un maestro 103 La Rosa Blanca 104 Noble conducta de un exdirigente estudiantil 106 Un retrato significativo 107 El taxista y el discapacitado 109 Los pétalos y el centro de la flor 110 Solidaridad 111 La nobleza de un político 112 El valor que causó lágrimas 116 “…Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno de nosotros muere para sí” (Rom. 14, 7) 117 La alegría de dar 118 _______________ 4 Prefacio Tradicionalmente, la discusión de los valores estaba reservada a los que se dedicaban al estudio de la ética como rama de la filosofía. Sin embargo, en la medida en que se acentúe la crisis de la sociedad, la discusión sobre los valores aparece hoy en día prácticamente en todos los sectores de la vida: en la educación, en el ejercicio de las profesiones, en la administración pública, en el manejo de las economías nacionales y en la economía mundial, etc. Permanentemente, se realizan seminarios, cursos, simposios, talleres, etc. sobre valores; se organizan instituciones defensoras de los valores; se “capacita” en valores; y el volumen de las publicaciones sobre la problemática de los valores va creciendo considerablemente. El presente compendio lleva como título “La pedagogía del buen ejemplo” para expresar nuestra convicción de que el éxito en la defensa y rescate de valores se logra en la medida en que haya de por medio la autenticidad, es decir, la práctica de lo que se predica. El libro contiene varios trabajos que presentamos en diferentes eventos científicos. En el primer trabajo, se resumen algunas nociones básicas sobre valores, señalándose también una serie de manifestaciones de la crisis de valores en sociedad actual. En el trabajo siguiente, se discuten y se ilustran con ejemplos, los conceptos de ambivalencias, incongruencias y falacias como indicadores de la crisis de valores. La pedagogía del buen ejemplo como soporte de una regeneración moral de la sociedad es el tema del tercer trabajo. 5 En el cuarto trabajo, se discute la relación entre la ética ecológica, la filosofía de la educación y la educación ambiental. El quinto trabajo está dedicado al valor que constituye el llamado tiempo propio de los diferentes procesos en los que el ser humano está involucrado. En el sexto trabajo - INTERNET, virtualidad y valores - , se exponen algunas ideas críticas sobre el INTERNET dentro del contexto pedagógico y la reforma educativa en el Perú. En el séptimo trabajo se describe la formación y funcionamiento del Sistema Nacional de Rescate de Valores de Costa Rica. En el último trabajo, el autor relata una serie de experiencias personales relacionadas con la práctica de los valores. En la revisión del presente libro contamos con el importante apoyo de nuestro leal colega profesor Pompeyo Yábar Dextre, exalumno nuestro y hoy destacado lingüista, quechuólogo y japonólogo de nuestra Universidad. Le expresamos nuestro agradecimiento por esta abnegada y significativa colaboración. También le debemos gracias a nuestra joven colega y colaboradora profesora Milagros Morales García por la corrección del manuscrito. Finalmente, expresamos nuestra gratitud a la distinguida profesora Rosario Huertas Angulo, Jefa de la Oficina General de Extensión y Proyección Social de nuestra Universidad, por su decidido apoyo en la publicación de este libro. Trujillo (Perú), febrero de 2003 Ernesto Zierer 6 El problema de los valores *) 1. Los valores: algunos conceptos básicos Con respecto a la existencia de valores, se distinguen en la axiología ( teoría de los valores) dos concepciones ampliamente discutidas (Höffe 1997, 332-334; Weinberger 1989, 314-318): (1) Concepción objetiva: Los valores existen como entidades platónicas: “lo bueno”, “lo bello”, etc. (2) Concepción subjetiva: Toda persona (o comunidad) aprecia ciertos bienes (materiales o no materiales), les reconoce importancia en la organización de su vida, en su cultura, y está dispuesta a hacer un sacrificio por alcanzarlos, preservarlos o defenderlos. Estos bienes representan valores para ella. Los valores existen aquí como resultado de valoraciones, hechas desde algún punto de vista (moral, económico, estético, etc.) La magnitud del esfuerzo (o sacrificio) que una persona está dispuesta a realizar por alcanzar, preservar o defender un valor, es directamente proporcional al peso (importancia o intensidad) que ella le asigna (Alva & Zierer 1994, 4). La concepción subjetiva, si bien acepta la relatividad del valorar, no obstante, no ha de implicar que el valorar sea un acto arbitrario, independiente de los 7 conocimientos, de la razón, del sentido común y de fundamentaciones (Weinberger 1989, 315). Existen diferentes clases de valores (Fernández 1994, 117-131): valores fundamentales (p.e. el aprecio a la vida, a la salud, etc.); valores de la personalidad (p.e. honestidad, autoestima, etc.); valores estéticos etc. Un bien que ejerce influencia positiva en el comportamiento de una persona o comunidad, constituye un valor propiamente dicho. Un bien que ejerce una influencia negativa en el comportamiento de una persona o comunidad, constituye un valor negativo, “antivalor” o “disvalor” (Alva & Zierer 1996, 4). En este sentido, muchos valores se presentan también como polos opuestos. Ej.: “belleza” /”fealdad”, “sinceridad” / “falsedad”, etc. Existen también bienes que aparentan tener una influencia positiva sobre una persona o una comunidad, pero de hecho, la influencia es negativa. En este caso, se trata de falsos valores o “pseudovalores” (Alva & Zierer 1996, 4). Este tipo de “valores” frecuentemente adquieren vigencia en la publicidad comercial y en los efectos de ésta. Los valores tienen vigencia en una cultura en la medida en que influyan en las personas y comunidades que a ella pertenecen. No se descarta que al mismo fenómeno o cosa se le puede asignar un valor positivo desde un punto de vista, pero también un valor negativo desde otro, lo cual puede dar lugar a un conflicto de valores. Con mayor precisión, “valorar” significa asignar un determinado valor a un objeto o fenómeno. 8 La valoración se llama atributiva cuando se asignan determinados atributos valorativos a un ente o a un fenómeno. Ej.: “Esta es una persona de integridad moral.”. La valoración se llama relativa cuando el fenómeno es valorado a base del rango que ocupa en una escala de preferencias o escala de valores. Éstas se entienden aquí como la estructuración de los valores por orden jerárquico según el peso o intensidad que tengan en una cultura, y también según la perduración de su vigencia (Schröder 1978, 27). En este sentido, “el respeto a la vida” constituye un valor que ocupa un rango jerárquicamente superior al que ocupa, por ejemplo, el valor “respeto a la propiedad privada”. Las clases de valores caracterizadas por cierta afinidad así como sus escalas, constituyen un sistema de valores. El peso o intensidad del valor del respectivo objeto o fenómeno lo expresa el rango que el objeto o fenómeno valorado ocupa en la escala. Las escalas de valores pueden tener diferentes estructuras de intensidad (Weinberger 1989, 317). Por ejemplo, una escala puede consistir en una sección de valores negativos y en otra de valores positivos. En este caso, la escala se inicia con el valor negativo de mayor intensidad, pasa por la intensidad nula (ni negativo ni positivo), para finalizar en el valor positivo de mayor intensidad. La intensidad nula en la valoración expresa una indiferencia (a la persona que valora) ante el respectivo objeto o cosa dentro del sistema de valores dado. Así, dentro de cierto sistema de valores morales, a la 9 condición de tener una profesión académica, le puede corresponder la intensidad nula; esta condición es indiferente. Otro tipo de escala puede estar integrado solamente por valores positivos, asignándose una intensidad nula al valor inicial. Un objeto o fenómeno puede ser neutro o no pertinente en cuanto a la asignación de una atributo valorativo dentro del sistema de valores dado. Por ejemplo, en la valoración de la belleza de una mujer, la condición de que ella tenga casa propia no es pertinente, es neutra. En el caso de las normas jurídicas, se emplean escalas sin una graduación de valores. Así, al contenido deóntico constituido por un comportamiento obligado (obligatio) se le asigna un valor positivo, al contenido deóntico constituido por un comportamiento prohibido (vetitum), un valor negativo, y a un contenido deóntico que no representa ni un comportamiento prohibido ni un comportamiento obligado, se valora como indiferente (valor nulo). Se lo considera indiferente para una valoración. En el transcurso del desarrollo de las culturas, las escalas de valores pueden experimentar un desplazamiento. Cuando éste es ascendente, el rango neutro o valores negativos pueden convertirse en valores positivos, y en negativos, cuando el desplazamiento es descendente. Las escalas de valores pueden evolucionar también con tendencia hacia la concentración en su punto neutro. Los valores positivos pierden su vigencia, 10 frecuentemente, por sucumbir ante los valores negativos o anti-valores. En la medida en que se desplacen las escalas de valores en sentido ascendente o se concentren cada vez más en el punto neutro, los sistemas de valores comienzan a desmoronarse, dando lugar a una “crisis de valores”. El ordenamiento de una escala de valores, es decir, los rangos que los valores ocupan en la escala vigente en determinado contexto social, está determinado básicamente por la cultura donde tiene vigencia la escala, pero también experimenta modificaciones según la generación, el nivel instruccional y cultural del respectivo estrato social, la creencia religiosa, el género, el status social de los partícipes de esa cultura, así como según la evolución histórica de la sociedad, lo cual da a los valores una cierta relatividad. Las influencias de dichas variables pueden entrar en colisión, es decir, dar lugar a la vigencia de escalas de valores en pugna en mayor o menor grado, pudiendo producirse conflictos interculturales (étnicos) e intraculturales. La valoración se produce de manera global como, por ejemplo, cuando se emite un juicio de valor sobre la calidad artística de un cuadro, es decir, sin considerar detalles referentes a la obra. En el género musical, incluso, se impone una valoración global debido al principio holístico o gestaltista, que tiene vigencia en la captación de estructuras musicales como, por ejemplo, una melodía musical (Zierer 1985, 117-130). Sin embargo, el juicio de valor puede ser también la resultante precisamente de la integración de la valoración de elementos parciales, por ejemplo, cuando 11 se evalúa a un graduando en la universidad, procedimiento en que los evaluadores consideran varios rubros. Desde luego, en la práctica, el valorar globalmente constituye también un proceso integrativo, si bien éste, en la mayoría de los casos, se produce en la subconsciencia de quien valora. Si los resultados de la valoración de los aspectos parciales pueden cuantificarse, por ejemplo, a base de ponderaciones diferenciales según las respectivas categorías de valor, es posible calcular un valor numérico para la valoración global. Muchos valores constituyen los presupuestos y fundamentos de las normas sociales o ética aceptada dentro de una cultura (Schröder 1978, 26). En términos sociológicos, la “suma” o acervo de los valores compartidos por los miembros de una sociedad o de un pueblo, suele denominarse hoy “capital social”, el cual influye decisivamente en el desarrollo de un país (Fukuyama 1999, 33). Tener conciencia de los valores significa creer en la importancia de los valores, en el sentido de entenderlos como componentes orientadores en una cultura, dentro de la cual uno debe ubicarse a sí mismo en una adecuada relación de orden con su medio social y natural (Zierer 1998, 23). La conciencia de valores presupone una sensibilidad a los valores. Practicar valores significa conducirse en armonía con las normas éticas que emanan de los valores vigentes en la respectiva cultura. La práctica de valores está determinada por tres componentes: 12 (1) Componente cognoscitivo: la comprensión, fundamentación y formación de juicio, referentes a los bienes considerados como valores. (2) Componente accional: disposición y voluntad para actuar en concordancia con los contenidos de los valores. (3) Componente afectivo: las vivencias que influyen en los componentes cognoscitivo y accional (Oerter 1974, 233 y sigs.). Tener conciencia de un valor implica reconocer y sentir la obligación de practicarlo. Crear valores significa discernir determinados objetos o fenómenos como bienes positivos y orientadores en el desarrollo del hombre y de la sociedad (o de alguna comunidad), asignándoles un valor con vigencia concreta en la respectiva cultura. Defender valores significa defender su vigencia ante la amenaza proveniente, sobre todo, de los “antivalores”. No cabe duda que quienes defienden la vigencia de valores, particularmente dentro de una institución, a menudo, resultan ser involucrados en situaciones conflictivas, particularmente cuando hay relaciones de dependencia – no solamente económicas – de por medio. Por otro lado, los defensores de un valor tienen éxito en su esfuerzo en la medida en que no tengan vulnerabilidades en su conducta. Rescatar valores significa devolver la vigencia a valores relegados. También este esfuerzo implica tener valentía y no tener vulnerabilidades morales. Formar valores en una persona es un proceso educativo que implica el desarrollo de una sensibilidad a los valores y la formación de una conciencia de los 13 valores en el hombre, conceptuado éste como un ente abierto al mundo. La formación de valores es una tarea fundamental de todo quehacer educativo (Schröder 1978, 11). El grado de vivenciabilidad general de cada individuo influye en el desarrollo de su sensibilidad a los valores y en la formación de la conciencia de los valores. Un acto se considera moral en la medida en que los móviles de su actor sean guiados por valores morales. En una persona (o cultura) puede haber una pluralidad de valores, es decir, una coexistencia de diferentes sistemas de valores, la cual puede generar competencias de valores, e incluso conflictos de valores o una colisión de valores., con repercusión en la conducta de la persona o en la dinámica de la sociedad (Fuchs et al. 1973, 758); Schröder 1978, 28). La pérdida de un valor puede tener como consecuencia la pérdida de otro(s) valor(es), de manera similar al efecto “dominó”. La educación en valores se conceptúa como el esfuerzo de los educadores formales (maestro) y no formales (padre o madre de familia, autoridades de los diferentes niveles jerárquicos en la sociedad, etc.), de habilitar situaciones y contextos (“escenarios”) propicios para que los educandos o participantes descubran (disciernan), experimenten (vivan), e internalicen (hagan suyos) determinados valores, y desarrollen la disposición para practicarlos. Este esfuerzo tiene éxito en la medida en que se logre involucrar más el dominio afectivo que el dominio cognoscitivo del educando en este proceso, y en la medida en que el educador aplique la pedagogía del 14 buen ejemplo, es decir, educa practicando lo que predica (Abarca, Ovares y Vega 2001, 73; Zierer, La pedagogía del buen ejemplo, en esta edición). Nótese que esta tarea, cuando involucra al educador, tiene un favorable efecto retroactivo sobre éste mismo, toda vez que contribuye a fortalecer o aumentar su propio acervo de valores. Puede haber casos en que la práctica de dos valores, si bien compatibles en esencia, representa lo que se llama una colisión de deberes: Por ejemplo, el deber de un catedrático para con su familia, puede tropezar con el deber de ostentar una actitud crítica como miembro de la institución académica a la que pertenece aun cuando esta actitud le genere desventajas económicas que pueden afectar el adecuado cumplimiento de sus obligaciones frente a su familia. Todo valor tiene una dimensión social por cuanto, en última instancia, nace en el hombre como ser social. Los valores que una persona internaliza, defiende, y acepta como guía para su vida, plasman el carácter de ella, como también permiten comprender su cosmovisión y estilo de vida (Morris 1956, 1-19). 2. La problemática de los valores en el siglo XXI La crisis de valores, arrastrada desde las últimas décadas del siglo XX, se va acentuando. Algunas de sus principales manifestaciones son las siguientes: Se produce una rápida disolución de las “formas” en todos los niveles y sectores de la sociedad, fenómeno que hoy se llama eufemísticamente “informalidad”. Esta no solamente afecta el desarrollo de la sociedad 15 sino también la conducta del hombre, frecuentemente neutralizando los valores morales (Zierer 1998, 15). El hombre va perdiendo la capacidad de discernir valores, y de desarrollar una sensibilidad a ellos. La calidad de la cultura organizacional se va mermando, particularmente, la ética institucional, entendida ésta como: (1) La aceptación de una normatividad ética por los conductores y miembros de la institución; (2) la vigencia efectiva de esta normatividad en la vida institucional; y (3) la política que la institución sigue para mantener su vigencia (Zierer 1999, 75). Progresivamente se va perdiendo la autenticidad moral, lo cual se manifiesta en los actos de los individuos e instituciones, con la aparición cada vez más frecuente de comportamientos ambivalentes, incongruentes, y reñidos con la veracidad. Se imponen criterios mercantilistas sobre criterios académicos en la conducción de las instituciones de todos los niveles del sistema educativo formal. La educación social y la educación en los valores se relegan a un segundo plano. Se presta mayor importancia al desarrollo del dominio cognoscitivo, particularmente bajo el lema “estímulo temprano de la inteligencia y de la creatividad” (en el niño), que al dominio afectivo en el educando, con el consiguiente desfase entre dichos dominios, el cual causa múltiples problemas de conducta en el ser humano. 16 Se va perdiendo el hábito de la lectura, un importante recurso para la formación de valores, sobre todo en la juventud (Castañeda y Zierer 1999). En la sociedad, tanto en las relaciones entre sus miembros como en la vida pública, se va aceptando el criterio “El fin justifica los medios.” Dentro de la “globalización”, se manipulan las economías y políticas nacionales a través de organismos internacionales. La globalización alcanza también a muchos antivalores y pseudovalores, por ejemplo cuando éstos son propagados a través del INTERNET, la televisión, y la prensa escrita. Crece el número de problemas de orden ético en el campo económico a nivel internacional, debido a la pérdida de valores en este ámbito. Se presentan incongruencia entre el compromiso asumido por muchos Gobiernos, de defender el medio ambiente, por un lado, y la política contraria seguida por estos mismos Gobiernos en materia ecológica dentro de sus propios países, por el otro. Se debilita el componente ético en los programas de formación profesional universitaria (Abarca, Ovares & Vega 2001, pp. 75-76.) Crece la corrupción en todos los sectores de la vida pública. Nótese que los actos de corrupción se producen en múltiples modalidades, y no siempre son fáciles de discernir como tales. La corrupción ha invadido también la vida privada. Falta una adecuada orientación a los futuros maestros y a los docentes en servicio, en la aplicación 17 de estrategias eficaces contra el avance de los antivalores. Se va perdiendo la ética del trabajo, mientras que aumenta la gravitación de la “ética” del éxito (Ugarteche 1998, 167). El hecho de que los alumnos lleguen al aula con múltiples problemas humanos generados en sus hogares debido al debilitamiento de los valores, y a los cuales el maestro debe responder pedagógicamente, es un factor negativo que interfiere en su desempeño profesional (Zierer 1999, 64). Se va perdiendo del respeto a la dignidad de la mujer, reduciéndola a un mero medio en una publicidad comercial altamente erotisada. Se propicia y se implementa una planificación familiar que ya no implica la responsabilidad en la transmisión de la vida sino la simple promoción del uso de medios anticonceptivos. Se neutralizan los esfuerzos por crear una cultura de paz, al difundirse la violencia en múltiples formas a través de muchos programas de televisión y del INTERNET.. El sentido de ahorro se ha reemplazado por el consumismo, con efectos secundarios en la economía del hogar y en la educación. La estética del lenguaje está perdiendo su vigencia: No se emplea el lenguaje con propiedad. En vez de recurrir a las potencialidades de la respectiva lengua cuando hay que satisfacer nuevas necesidades comunicativas, se prefieren préstamos literales de otros idiomas, p.e. anglicismos. 18 También la ética del lenguaje va perdiendo su vigencia: Aumenta la manipulación social a través del lenguaje, particularmente mediante el uso hiperbólico de expresiones impactantes y sugestivas tales como “calidad total”, “globalización”, “excelencia académica”, “proyecto”, “espacio”, “diálogo”, “concertación” etc. (Zierer 1994). La acelerada condensación del tiempo (Tresierra 1999, 24) está restringiendo la capacidad reflexiva del hombre, en el siguiente sentido: La historia puede considerarse como un proceso de constante aceleración; es decir, en lapsos de tiempo cada vez más cortos, el hombre está expuesto a sucesos y estímulos cada vez más numerosos, cuyo creciente volumen excede su capacidad mental para reflexionar críticamente sobre ellos, y reaccionar adecuadamente dentro de un marco de valores morales. En la condensación del tiempo influye también el hecho de que los “tiempos propios” (Reheis 1998, 46-52) de los múltiples procesos de la vida orgánica e inorgánica han perdido su vigencia, al reducirse cada vez más, causando interferencias mutuas entre estos procesos y creando situaciones caóticas y de desequilibrio. A consecuencia de los modelos neoliberales, la seguridad social, particularmente las obligaciones del Estado al respecto, están pasando a segundo plano. Se constata que acceder a los cargos más altos en la administración pública, es cada vez más fácil para las personas de una solvencia moral cuestionable. 19 Tanto los antivalores y pseudovalores como los valores positivos se arraigan y se difunden más rápidamente cuando son practicados por personajes que ocupan altos cargos en las diferentes jerarquías de la sociedad. De ahí la obligación moral del gobernante de conducir a su país a base de la pedagogía del buen ejemplo. Al respecto vale recordar esta célebre frase del prócer José Faustino Sánchez Carrión (Centurión Vallejo 1975, 32): “¡Cuánto puede la verdadera sabiduría, la humildad y el desinterés!” Es oportuno citar aquí el ejemplo de Costa Rica, donde se ha implementado todo un Sistema Nacional de Comisiones de Rescate de Valores ( Abarca Díaz, Ovares Araya & Vega Miranda 200; Zierer 1995; Zierer: Rescate de Valores en Costa Rica, en la presente publicación). _______________ Referencias bibliográficas (1) Abarca Díaz, Marco, Olga Ovares Araya, y Hernán Vega Miranda: Fruto de la perseverancia – el Sistema Nacional de Comisiones de Valores de Costa Rica, San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica, 2001. (2) Alva Días, Doris & Ernesto Zierer: Rescate y formación de valores en Sauce – Informe sobre un Conversatorio Comunal (Sauce: 18-20/07/96), Publicación N° 22 del Proyecto UNT/Sauce, Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo (UNT) 1996. (3) Castañeda Almerí, Yolanda & Ernesto Zierer: La integración familiar en el desarrollo comunal del Distrito de Sauce – Informe sobre el XXVII Conversatorio-Taller Comunal (23-24/11/00), Publicación N° 39 del Proyecto UNT/Sauce, Trujllo: UNT, 2000. 20 (4) Centurión Vallejo, Héctor: José Faustino Sánchez Carrión – Ministro del Libertador, Caracas, Venezuela, Archivo General de la Nación, 1975. (5) Fernández Rojas, Carlos: La vivencia cotidiana de los valores en las escuelas costarricenses, San José, Costa Rica: Ministerio de Educación Pública, 1994. (6) Fuchs, Werner, Rolf Klima, Rüdiger Latmann, Ottheim Raumstedt & Hanns Wienold (eds): Lexikon zur Soziologie, Opladen: Westdeutscher Verlag, 1973. (7) Fukuyama, Francis: La gran ruptura, Buenos Aires: Atlantida, 1999. (8) Höffe, Otfried: Lexikon der Ethik, München: C.H. Beck’sche Verlagsbuchhandlung, 1997. (9) Morris, Charles: Variety of Human Value , Chicago & Londres: The University of Chicago Press, 1956. (10) Oerter, R.: Moderne Entwicklungspsychologie, Donauwörth: 1974.. (11) Reheis, Fritz: Die Kreativität der Langsamkeit – Neuer Wohlstand durch Entschleunigung, Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1998. (12) Schröder, Hartwig: Wertorientierter Unterricht, München: Ehrenwirth Verlag, 1978. (13) Tresierra, Reátegui Johanna: Los desafíos del tiempo en el siglo XXI, en: Gil Malca Guillermo, Johanna Tresierra Reátegui y Ernesto Zierer: Temas que nos inquietan y nos preocupan, Trujillo: UNT, 1999. (14) Ugartecho, Oscar: La arqueología de la modernidad, Lima: Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO), 1994. (15) Weinberger, Ota: Rechtslogik, Berlín: Duncker u. Humblot, 1989. (16) Zierer, Ernesto: Algunos aspectos neuropsíquicos del lenguaje y de la vivencia musical, en: Lenguaje y Ciencias 25.4, 1985. (17)“ : Neologismos hiperbólicos e hiperplasia léxicosemántica, en: Lenguaje y Ciencias 32.2, 1994. (18) “ : Desafíos del siglo XXI: la perspectiva humanista, en: Gil Malca, Guillermo & Ernesto Zierer: Ante los desafíos del siglo XXI – desde una perspectiva humanista, Trujllo: Universidad Nacional de Trujillo, 1998. 21 (19) “Rescate de valores: una iniciativa del Colegio de Abogados de Costa Rica, en: Revista Jurídica – Organo Oficial del Colegio de Abogados del Departamento de La Libertad 135 (Trujillo, Perú), 1995, pp. 197-201. (20) “ : Costa Rica: un programa de valores, Lima: Diario El Comercio, Suplemento Dominical, 06-08-95. (21)“: Cultura Universitaria - ¿Qué es? , en: Gil Malca, Guillermo, Johanna Tresierra Reátegui y Ernesto Zierer: Temas que nos inquietan y nos preocapan, Trujillo: UNT, 1999. (22) “ : Sistema Nacional de Rescate de Valores en Costa Rica, en el presente trabajo. _______________ *) Versión ampliada del trabajo: Milagros Morales García y Ernesto Zierer: Desafíos en el siglo XXI: el problema de los valores, presentado en: “Desafíos en el siglo XXI” – Cuarto Encuentro, Asociación Peruana para el Desarrollo Tecnológico (APEDET), Lima, 05/12/2000. 22 Ambivalencias, incongruencias y falacias *) La sociedad se va desarrollando hacia una creciente diferenciación funcional (Luhmann & De Goergi 1993), lo que plantea nuevos problemas para la coordinación de esfuerzos, y genera indeterminaciones e inseguridades en la sociedad, que va convirtiéndose en una sociedad de desconfianza en muchos sentidos (Fukuyama 1995). En este contexto, las ambivalencias, incongruencias y falacias van adquiriendo una mayor aceptación en la sociedad, He aquí algunos ejemplos, que enunciaremos escuetamente: La globalización resulta ser beneficiosa por cuanto viabiliza la constitución de fuerzas a nivel mundial para crear nuevos espacios económicos y culturales, afrontar problemas que demandan soluciones a nivel internacional, etc. Pero resulta ser perjudicial cuando sus mecanismos y estructuras sirven para la difusión de anti-valores (Zierer 1999). El INTERNET puede ser de una extraordinaria utilidad para el científico, estudiante universitario, profesional etc. en la búsqueda de información. Pero en los procesos educativos, puede ser desventajoso porque sustituye las vivencias y experiencias reales por virtualidades, que generan 23 “informalidad” en múltiples formas, y obstaculizan una educación social integral (Zierer 18-21/06/00). El estímulo del dominio cognoscitivo (inteligencia, creatividad, etc. ) es importante para el desarrollo integral del ser humano (del Ríos 1997, 87-88) Pero puede resultar contraproducente cuando no va acompañado del desarrollo del dominio afectivo, donde se forma la conciencia de los valores. La diversidad étnica del Perú es beneficiosa porque enriquece el patrimonio cultural del país, acrecienta su aporte a la cultura universal, y encierra potencialidades para el desarrollo de una “tercera civilización” en los países del Tercer Mundo (Yepes). Pero la administración de la multiculturalidad (atención, investigación, defensa, difusión, etc.) resulta ser muy costosa (Maletzke 1996). La diversidad idiomática del Perú patrimonio cultural del país y multiculturalidad. enriquece el refuerza su Pero la adecuada administración del multilingüismo (programas de educación bilingüe, política lingüística, planeamiento lingüístico) es muy compleja y también costosa, requiriendo, incluso, recursos humanos especializados (Larson, Davis y Ballena 1979). Las iniciativas en materia de gestión empresarial de las instituciones educativas aumentan la cobertura (por lo menos) cuantitativa de las necesidades educativas de la sociedad. 24 Pero en la educación superior, estas iniciativas pueden ser perjudiciales para la sociedad cuando se producen a expensas del nivel académico de los programas profesionales, y cuando se mercantilizan. Reconocer el trabajo como valor social – Abelardo Gamarra “El Tunante” (1857-1924): “Sólo el trabajo y la honestidad salvarán al Perú” – , y orientarlo hacia la realización del hombre, es uno de los fundamentos de la ética del trabajo. Pero orientarlo hacia una “ética del éxito”, merma ética del trabajo (Ugarteche 1998, 167). la La emancipación de la mujer en la sociedad es auténtica siempre que implique el respeto a su dignidad. Pero no lo es cuando implica la degradación de la mujer como medio de la publicidad comercial. El liderazgo social es eficaz y trasciende cuando se basa en la “pedagogía del buen ejemplo”, es decir, en la autenticidad (Zierer 2003). Pero contribuye a sembrar desconfianza en la sociedad cuando el líder no practica lo que predica. La planificación familiar es éticamente sostenible cuando implica la responsabilidad en la transmisión de la vida. Pero designar la simple promoción del uso de medios anticonceptivos con el término de “planificación familiar” es una falacia. 25 En el país se realizan loables esfuerzos para dirigir el desarrollo de la sociedad hacia una cultura de paz mediante una educación para la paz (MacGregor et al. 1989). Pero difundir la violencia en todas sus formas por la televisión y en el INTERNET es incongruente con este esfuerzo. De conformidad con el Artículo 14° de la actual Constitución Política del Perú, “los medios de comunicación social deben colaborar con el Estado en la educación y en la formación moral y cultural”. Sin embargo, la realidad muestra todo lo contrario: Los medios de mayor difusión, en su gran mayoría, se han convertido en vehículos para la propagación de los anti-valores en el país, contrarrestando así los esfuerzos que en materia de educación realizan los padres de familia y las instituciones educativas. El sentido de ahorro se considera tradicionalmente un valor importante para asegurar una sana economía en el hogar (Egner 1985). Sin embargo, este valor va perdiendo vigencia en la sociedad moderna, donde se va imponiendo el consumismo como base del desarrollo económico, con efectos secundarios en la moral de la sociedad. El lenguaje es un medio social sin el cual no sería posible el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Pero también es un potente medio para la manipulación social, particularmente en la arena política, donde 26 abundan las ambivalencias, incongruencias y falacias ( Kainz 1972, 375-413; Zierer 1999). A nivel internacional, los Gobiernos abogan por medidas concretas en la defensa del medio ambiente, aceptando compromisos. Pero a nivel nacional, lograr el cumplimiento de los compromisos contraídos en materia ecológica resulta difícil (Zierer 13-03-98). Cada año, se publican cada vez más libros. Sin embargo, el hábito de la lectura se va perdiendo, sobre todo entre los jóvenes (Castañeda y Zierer 1999). La historia es un proceso de constante aceleración: Esto rige también para el desarrollo de la ciencia y la tecnología: Se habilitan cada vez más conocimientos y tecnologías en lapsos cada vez más cortos. Una modernización entendida así implica un aumento del dinamismo de la sociedad. Pero al ser humano, como ente fisiológica y psíquicamente finito, le será cada vez más difícil adaptarse adecuadamente a los cambios que este desarrollo acelerado produce en la sociedad. Se genera incertidumbre y una sensación de desamparo (Lechner 2000). Creemos que el acelerado desarrollo tecnológico debe ser enfocado también a la luz de la problemática aquí abordada. 27 Referencias bibliográficas (1) Castañeda Almerí, Yolanda & Ernesto Zierer: El hábito de la lectura en el desarrollo educativo comunal del Distrito de Sauce, Informe sobre el XXIII Conversatorio-Taller Comunal (Sauce: 0407/11/99), Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo, 1999. (2) Del Río C., Carlos: Perspectivas en el siglo 21, Lima: CDRC, 1997. (3) Egner, Erich: Der Verlust der alten Ökonomik, Berlin: Duncker & Humblot, 1985. (4) Fukuyama, Francis: Trust: The Social Virtues and the Creation of Property, New York: Free Press, 1995. (5) Kainz, Friedrich: Über die Sprachverführung des Denkens, Berlin: Humblot, 1972. (6) Larson, Mildred L., Patricia M. Davis & Ballena Dávila Marlene: Educación Bilingüe – una experiencia en la Amazonía Peruana, Lima: Ignacio Prado Pastor, 1979. (7) Lechner, Norbert: “Tres formas de coordinación social – a propósito de la Sociedad de Redes” de Dirk Messner, en: Diálogo Científico, 9/1-2, 2000, p.45. (8) Luhman,Niklas & R. De Goergi: Teoría de la Sociedad México, D.F.: Universidad de Guadalajara, 1993 (9) MacGregor Rolina, Felipe etc.: Cultura de Paz, Lima: Ministerio de Educación, 1989. (10)Maletzke, Gerhard: Interkulturelle Kommunikation, Opladen: Westdeutscher Verlag, 1996. (11) Ugarteche, Oscar: La arqueología de la Modernidad, Lima: DESCO, 1998. (12) Yepes, Ernesto: “Las dos civilizaciones y el proceso de desarrollo”, fotocopia del Capítulo I de un libro del autor que no he tenido a la vista, razón por la cual los datos bibliográficos son incompletos. (13) Zierer, Ernesto: Desafíos del siglo XXI: la perspectiva humanista, en: Guillermo Gil Malca y Ernesto Zierer: Ante los desafíos del siglo XXI- desde una perspectiva humanista, Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo, l998. 28 (14) Zierer, Ernesto: Etica ecológica, algunos aspectos básicos, Trujillo: La Industria, 13-03-98. (15) Zierer, Ernesto: Desafíos de la globalización – desde una perspectiva humanista, en Guillermo Gil Malca, Johanna Tresierra Reátegui, y Ernesto Zierer: Temas que nos inquietan y nos preocupan, Trujillo: UNT, 1999. (16) Zierer, Ernesto: La filosofía del Internet (I), Trujillo: Diario “La Industria”, 18-06-00. (17) Zierer, Ernesto : : La filosofía del Internet (II), Trujillo: Diario “La Industria”, 21-06-00. (18) Zierer, Ernesto: La pedagogía del buen ejemplo, en la presente publicación. ________ *) Basado en: Ernesto Zierer: Diversidad, ambivalencias, falacias e incongruencias: sus desafíos en este siglo, trabajo presentado en el Qinto Encuentro: “Desafíos en el siglo XXI” de la Asociación Peruana para el Desarrollo de la Tecnología (APEDET), Lima: 13/12/01. __________ 29 30 La pedagogía del buen ejemplo *) Desde hace más de una década, el sistema educativo formal del Perú viene experimentando reformas, mayormente bajo la influencia del asesoramiento proveniente de organismos internacionales o extranjeros. Todos estos intentos se caracterizan por el hecho de que, cuando discuten la problemática de los valores e insisten en la educación en valores, no se da la debida importancia de la práctica de la llamada Pedagogía del Buen Ejemplo, sin la cual cualquier reforma educativa será una ilusión en nuestra época, caracterizada por un rápido desmoronamiento de los sistemas de valores morales. A continuación, presentaremos algunos conceptos y criterios básicos de lo que, en nuestro parecer, ha de entenderse por la pedagogía del buen ejemplo, y de las potencialidades de su práctica. 1. Las cuatro acepciones del término “pedagogía” En el término “pedagogía”, se distinguen generalmente cuatro acepciones: Pedagogía-1: Ej.: “María estudia pedagogía en la Universidad.” En este caso, se designa con el término “pedagogía” a la disciplina científica conocida como “ciencia de la educación.” 31 Pedagogía-2: Ej.: “Este maestro no sabe enseñar. No tiene pedagogía (método).” En este caso, el término “pedagogía” tiene un uso coloquial, y se refiere a las estrategias instruccionales que el maestro emplea en la enseñanza. Pedagogía-3: Ej.: “María es una pedagoga nata.” Aquí se expresa que la persona en referencia se caracteriza por una conducta de educadora que no se debe a estudios formales en pedagogía, y se implica que esta persona, no obstante, ejerce una influencia formativa en otras personas. Pedagogía-4: Ej.: “La pedagogía del buen ejemplo es un recurso imprescindible para el éxito de toda acción educativa.” En este caso, el término denota una determinada concepción dentro de la pedagogía-1, incidiendo en el dominio afectivo, donde se forman los valores. 2. La base de la pedagogía del buen ejemplo En la práctica de la pedagogía del buen ejemplo, podemos distinguir los siguientes componentes: (1) El principio de la autenticidad: El educador (formal o no formal) practica lo que predica. La autenticidad funciona como un valor social. Se desarrolla en el dominio afectivo del ser humano. Genera confianza y respeto mutuo en la interacción social. Su 32 gravitación aumenta en la medida en que la persona que la ostenta, ascienda en la sociedad, o pretenda asumir un liderazgo. (2) El principio de la solidaridad: El educador se identifica afectivamente con la necesidad educativa de la persona a la cual va dirigido su interés educativo. También la solidaridad funciona como un valor social, y se desarrolla en el dominio afectivo. La solidaridad no se limita simplemente a ayudar materialmente al necesitado sino que implica (poder) participar afectivamente de su situación. De ahí que la verdadera solidaridad se da sobre todo entre los enfermos, como Buda la expresa con estas palabras: Sólo el enfermo comprende al enfermo. De manera más impactante, sobre todo en el terreno político, el pensador y político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre formula esta concepción de la solidaridad en el siguiente lema: ¡En el dolor, hermano(s)! (Los pobres sufren, y este sufrimiento los hermana.) (3) La libertad interior, interpretada como la disposición del educador, de realizar un esfuerzo ético al renunciar voluntariamente a privilegios, ambiciones, honores, ascensos en las diferentes escalas sociales, y en casos extremos, incluso a la vida, en bien de la realización de un valor, como Friedrich Schiller lo presenta en su obra maestra María Estuardo. La libertad interior está vinculada a la conciencia del hombre y a su fuerza de voluntad. Un bello ejemplo histórico de cómo la libertad interior puede enaltecer al hombre, lo tenemos en el almirante peruano Miguel Grau, quien prefirió salvar a los náufragos enemigos, 33 renunciando a la gloria que habría podido ganar en una batalla naval. (4) La vivenciabilidad: Es la facultad del educador (y de la persona hacia la cual se dirige la acción educativa) de experimentar vivencias. Las vivencias se producen en el dominio afectivo. El grado de su intensidad varía de individuo a individuo, y de circunstancia a circunstancia. La autenticidad, la solidaridad, la libertad interior y la vivenciabilidad en la interacción pedagógica, generan una situación vivencial que, involucra, pues, tanto al educador como a la persona hacia la cual va dirigida la acción educativa, y cuyo grado de intensidad determina su eficacia. El educador tiene éxito (fuerza de predicamento sobre los demás) en su acción educativa, en la medida en que sea auténtico y solidario, y cuente con la fuerza moral para ejercer su libertad interior. 3. La práctica de la pedagogía del buen ejemplo La práctica de la pedagogía del buen ejemplo no se limita a los contextos pedagógicos formales (centros educativos). Tiene importancia también en contextos educativos no formales, tales como el hogar, los centros de trabajo, los ambientes de esparcimiento, la interacción con otras personas en la vía pública, e incluso a través de los diferentes géneros literarios y artísticos. En este sentido, practicar la pedagogía del buen ejemplo no presupone necesariamente una intención educativa formal, como suele aparecer en un programa oficial de estudio. Es más; la práctica de la pedagogía del 34 buen ejemplo tampoco implica una prédica verbal: La práctica silenciosa del buen ejemplo puede hacer superfluas las palabras, teniendo, de por sí, un efecto educativo (incluso trascendental). Haber realizado estudios formales de pedagogía-1 no es una condición necesaria ni una garantía para poder practicar con éxito la pedagogía del buen ejemplo. La historia universal conoce hombres y mujeres que, sin haber seguido estudios pedagógicos formales, hasta sin haber seguidos estudios profesionales algunos, han sido grandes maestros y maestras de la humanidad, precisamente por haber sido siempre consecuentes con sus prédicas, es decir, por haber practicado siempre la pedagogía del buen ejemplo. Las situaciones vivenciales que genera la práctica de la pedagogía del buen ejemplo en un contexto de interacción comunicativa, suelen producir una empatía entre el educador (formal o no formal) y la persona hacia la cual va dirigida la acción educativa (formal o no formal), lo cual propicia una mayor efectividad educativa. Practicar la pedagogía del buen ejemplo viene a ser práctica de la ética. Es concordante con la ética cristiana (y la de otras religiones como, por ejemplo, el budismo). La competencia educativa del maestro a base de la pedagogía del buen ejemplo no se enseña a partir de contenidos cognoscitivos de un currículo, sino que se va desarrollando en él a través de situaciones vivenciales por las que logra pasar. Evidentemente, este hecho constituye un problema en el diseño de una “didáctica” de la educación en valores, en los programas de formación magisterial. 35 La práctica de la pedagogía del buen ejemplo puede causar conflictos en el contexto social, cuando tropieza con fuerzas e intereses contrarios (antivalores; pseudovalores) al trascender la respectiva interacción pedagógica. La pedagogía del buen ejemplo da fuerza moral a quien la practica, robustece su credibilidad, y le confiere autoridad moral a su practicante para ejercer crítica en su respectivo contexto comunicativo. Su crítica se escucha, se valora. Si bien la pedagogía del buen ejemplo es tanto más eficaz cuanto mayor sea el rango que ocupa su practicante en el respectivo sistema jerárquico, su eficacia puede impactar también en sentido ascendente en las escalas jerárquicas: El comportamiento de un alumno puede influir positivamente en la conducta de su profesor. A veces, la autenticidad en la que se sustenta la efectividad de la pedagogía del buen ejemplo, se reconoce en toda su amplitud recién después de haber cambiado las circunstancias en las que se practicó la pedagogía del buen ejemplo. La aplicación de la pedagogía del buen ejemplo a una situación dada, no garantiza el logro del respectivo objetivo educativo, toda vez que su éxito depende también de la vivenciabilidad de la persona hacia la cual va dirigida, pero sí promete alcanzarlo con alta probabilidad. La pedagogía del buen ejemplo puede ser una importante ayuda en la superación de frustraciones, tanto en quien la practique como en la persona hacia la cual va dirigido el esfuerzo educativo. 36 La práctica de la pedagogía del buen ejemplo es importante para promover la ética institucional como base de una buena cultura organizacional, donde reina la confianza y confiabilidad entre sus miembros de todos los niveles de conducción. La vivencia del éxito del maestro al practicar la pedagogía del buen ejemplo, tiene un favorable efecto de retroalimentación sobre su desempeño como profesional. La pedagogía del buen ejemplo practicada por el maestro dentro del contexto educativo formal, suele perder su fuerza cuando el maestro no la practica fuera de este contexto. La calidad del sistema educativo nacional, y de todos los sectores de la administración pública, mejorará en la medida en que la pedagogía del buen ejemplo adquiera mayor vigencia. La pedagogía del buen ejemplo se opone a la “pedagogía” del mal ejemplo, que facilita el avance de los antivalores, y que es tanto más dañino cuanto mayor sea el rango que ocupa su practicante en los diferentes sistemas jerárquicos de la sociedad. La práctica de la pedagogía del buen ejemplo es un recurso eficaz para combatir y prevenir la corrupción en sus múltiples modalidades, particularmente en la administración pública. 37 4. La reforma educativa y la pedagogía del buen ejemplo Consolidar la vigencia la pedagogía del buen ejemplo, debe ser el postulado de toda reforma educativa. La importancia de este valor debe considerarse adecuadamente en los programas de formación magisterial de las Facultades de Educación e Institutos Pedagógicos, así como también en las iniciativas que persiguen la orientación de los maestros en servicio. Promover la práctica de la pedagogía del buen ejemplo es un recurso didáctico imprescindible en la educación en valores, un área reconocida como de capital importancia en la reforma educativa actual. La estrategia didáctica “enseñar haciendo”, pregonada en la actual reforma educativa, no implica necesariamente una práctica de la pedagogía del buen ejemplo, toda vez que este recurso didáctico persigue mayormente mejorar la eficacia de la enseñanza en el desarrollo de las destrezas cognoscitivas, mientras que la pedagogía del buen ejemplo incide en el dominio afectivo, donde se desarrolla la conciencia de los valores. De manera análoga a la educación en valores, la pedagogía del buen ejemplo no ha de enseñarse formalmente, es decir, como el desarrollo de una asignatura autónoma en un currículo, sino que ha de desarrollarse a través de la práctica conducente a las correspondientes experiencias y vivencias en todas las asignaturas y actividades curriculares. 38 5. Ambitos de la práctica de la pedagogía del buen ejemplo en el contexto educativo formal Es oportuno mencionar que en un reciente Conversatorio de los docentes del Centro Educativo Integrado (estatal) “Pablo Chávez Villaverde” del Distrito de Sauce (Departamento San Martín, Perú), se señalaron los siguientes ámbitos de la práctica de la pedagogía del buen ejemplo en el contexto educativo formal (Calderón & Zierer 2002), relevantes para la reforma educativa: Conducta de los docentes y estudiantes dentro y fuera de los centros educativos. Relación entre docentes y alumnos. Relación entre los alumnos y las alumnas. Interacción de los docentes y alumnos con los demás miembros de la comunidad. Interacción entre los docentes y las asociaciones de padres de familia. Interacción de los centros educativos del Distrito con los organismos oficiales y otras instituciones en el Distrito. Interacción de los centros educativos del Distrito. Relación de los centros educativos con sus autoridades educativas superiores. Relación de los docentes y alumnos con la naturaleza en la zona. En este mismo evento, los participantes propusieron una serie de iniciativas para promover la práctica de la pedagogía del buen ejemplo. He aquí algunas: 39 A nivel de docentes, discutir la aplicación de la pedagogía del buen ejemplo. Concientizar a los padres y madres de familia en cuanto a la importancia de la práctica de la pedagogía del buen ejemplo en el hogar. Organizar proyectos de apoyo a la comunidad con la participación de docentes y alumnos. Promover la organización de asociaciones juveniles. Formar “comités de apoyo” a los miembros necesitados de la comunidad (adultos mayores, personas descapacitadas, etc.). Promover el hábito de la buena lectura. Organizar concursos literarios sobre valores. Ante el rápido desmoronamiento de los sistemas de valores, el rescate de la práctica de la pedagogía del buen ejemplo ha de constituir un importante factor en toda reforma educativa que persigue detener este proceso. ___________ *) Trabajo basado en: (1) Cristina Calderón Saldaña & Ernesto Zierer: La pedagogía del buen ejemplo: su importancia en la reforma educativa (Informe sobre el XXXI Conversatorio-taller en Sauce, del 24 al 25/09/02), Trujillo: Proyecto UNT-Sauce, Pub. 46, Oct. 2002. (2) Ernesto Zierer: “La pedagogía del buen ejemplo”, Trujillo (Perú): Diario LA INDUSTRIA, 04-11-2001.______________ 40 Ética Ecológica, Filosofía de la Educación y Educación Ambiental*) 1. Algunos conceptos generales de la ética ecológica La ética ecológica, llamada también ecoética, ética del medio ambiente o ética ambiental, propone normas de conducta y reglas de procedimiento para poner al hombre y a la sociedad en una relación de responsabilidad y compromiso moral con su medio ambiente (Jonas 1979). En este sentido, la ética ecológica constituye una rama de la ética de las normas (Summerer 1990, 39). La ética ecológica comienza a constituirse a partir de los años sesenta, cuando se toma conciencia de la crisis ecológica, particularmente a través de los estudios del Club de Roma (Meadows 1972). La ética ecológica puede tener varias orientaciones: (1) Una orientación teológica, según la cual el "dominium terrae", conferido por Dios al hombre (génesis 1,26), no convierte al hombre en "propietario" y explotador de la naturaleza sino que más bien le asigna la obligación y tarea de "administrarla" a su mejor saber y entender. En este sentido, el hombre responde ante Dios también en cuanto a su actuar frente a la naturaleza. El representante más genuino de esta concepción fue Albert Schweitzer. 41 (2) Una ética ecológica de orientación filosófica (propiamente dicha), que deriva sus normas de la ética general, extendiéndose la vigencia de ésta a la relación del hombre con la naturaleza, propugnando incluso un cambio de paradigma, en el sentido de pasar de una cosmovisión mecanicista a una cosmovisión orgánicoespiritual, es decir, una cosmovisión biocéntrica ( Capra 1983). (3) Una ética ecológica basada en las ciencias naturales, que parte de un reconocimiento de la funcionalidad de los ecosistemas, en los cuales está inmerso el hombre de manera directa o indirecta. La supervivencia del hombre depende de su relación simbiótica con su medio ambiente, razón por la cual es necesario derivar de esta relación normas de conducta que garanticen la supervivencia del hombre ( Weinzierl 1975). La ética ecológica se concreta hoy en varias modalidades: (1) Hace aporte al esclarecimiento del problema del valor moral en la relación del hombre con la naturaleza. Así, analiza críticamente los diferentes argumentos a favor o en contra de posiciones antropocentristas, según las cuales los valores de la naturaleza emanan de la relación del hombre con ella, o también posiciones fisiocentristas, según las cuales la naturaleza tiene valores propios (Krebs 350-352). (2) Explica, con criterios racionales, la relación multicausal entre la conducta del hombre y la crisis ecológica, haciendo hincapié en aquellas causas que se derivan de la crisis moral del hombre y de la sociedad, y que tienen implicancias para la crisis ecológica: el 42 excesivo afán de lucro, la falta de solidaridad, la pérdida de sensibilidad no sólo ante la belleza de la naturaleza sino también ante la depredación de ésta, la falta de responsabilidad intergeneracional, etc. (3) Formula normas que han de asegurar un mejor “trato” a la naturaleza por el hombre. Así, le compete a la ética ecológica establecer criterios generales y específicos que el individuo y la sociedad deben seguir al interaccionar con su medio ambiente natural y construido, a fin de que su actuar sea ecológicamente aceptable. En este contexto, deben mencionarse también las llamadas injusticias ecológicas, causadas por un manejo irresponsable de la naturaleza, por ejemplo, cuando sus consecuencias resultan ser daños irreversibles, que afectan a futuras generaciones, o cuando la intensa industrialización de los países del Primer Mundo tiene impacto climático también en muchos países del Tercer Mundo, alterando sus sistemas ecológicos, al extremo de causar desastres “naturales”. Se plantea la interrogante: ¿Quién indemniza a estos países? (Leist 1996, 395-401) Como la ética ecológica no se considera una mera doctrina filosófica sino también una disciplina pragmática, ella tratará que sus normas se acepten a nivel mundial, y se pongan en práctica. En este afán, obviamente, debe enfrentarse con múltiples obstáculos y dificultades: intereses económicos de empresas nacionales, multinacionales, y transnacionales; intereses políticos y económicos de los gobiernos potencialmente afectados por las acciones e iniciativas ecológicas; desigualdades socioeconómicas y diferencias culturales entre los pueblos; desniveles de desarrollo tecnológico 43 entre los países; poderes políticos a nivel mundial; sistemas educativos formales diferentes; condiciones geográficas diferentes, etc. Los diferentes agentes de la ética ecológica, oficiales y particulares, nacionales e internacionales, recurren a variadas estrategias para lograr que el hombre mejore substancialmente la interacción con su medio ambiente: organización de eventos científicos; motivación de los Gobiernos para que realicen “reuniones cumbre”; estimulación de la investigación y publicación en este campo; movilización de las “fuerzas vivas” de la sociedad, incluso los partidos políticos, organizaciones gremiales e instituciones culturales; apoyo a los sistemas educativos en la organización de la educación ambiental, etc. No cabe duda que para afrontar con éxito la creciente crisis ecológica, se requiere de la implementación de una efectiva y duradera política ecológica o ecopolítica, es decir, del esfuerzo de todos los países del mundo. Los objetivos globales de una política ecológica deben comprender la reducción significativa de la contaminación ambiental en todas sus formas, la preservación de los recursos naturales, la conservación de las especies, y la reducción del crecimiento poblacional. Desde luego, se presentan una serie de interrogantes al respecto: ¿Qué instancia define la ecopolítica? ¿Cómo se logra su aceptación? ¿Cómo se superan las resistencias? ¿Cómo se evalúan sus resultados, etc.? 44 2. Filosofía de la Educación y Educación Ambiental Los resultados de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas en Estocolmo en 1972 sobre "el medio ambiente del hombre" y una encuesta organizada por la UNESCO, en 1975, sobre el estado de la educación ambiental en sus respectivos países miembros, motivaron a la UNESCO a convocar, en 1977, a una Conferencia Intergubernamental en Tbilisi (Georgia) sobre educación ambiental. En este evento, se restablecieron un conjunto de principios como base para la educación ambiental. A partir de la Conferencia de Tbilisi, ha de entenderse por educación ambiental (o pedagogía ecológica) las acciones educativas que ayudan a personas de cualquier edad, tanto en los sistemas formales de educación, desde la educación inicial hasta la superior, como en los sistemas no formales, a comprender y valorar la interacción entre el hombre y su medio ambiente, y a desarrollar en él actitudes y patrones de conducta que mejoren esta interacción sobre la base de un respeto a la naturaleza, y del compromiso de asegurar la supervivencia de las futuras generaciones. Este postulado debe constituir la base de una "Filosofía de la Educación Ambiental", que, a su vez, debe reconocerse hoy como un soporte fundamental de la Filosofía de la Educación. En este sentido, desarrollar en el hombre una conciencia ecológica y una actitud ecológica, suficientemente sólidas para lograr en él un comportamiento ecológico, es, pues, un importante objetivo de la educación ambiental, una nueva dimensión de la filosofía de la educación, si por ésta se 45 ha de entender el conjunto de las condiciones que deben observarse al establecerse los fines que han de orientar una concepción ecoeducativa. La educación ambiental conducente al desarrollo de una conciencia ecológica, comprende los siguientes componentes (Fietkau & Kessel, 1981): (1) Información relativa al medio ambiente: ¿Cuáles son los fenómenos ambientales relevantes para el hombre? (2) Experiencias y vivencias con respecto al medio ambiente: ¿Cómo experimenta el hombre el impacto de los fenómenos ambientales y la crisis ecológica? (3) Escalas de valores que el hombre acepta en su interacción con el medio ambiente: ¿Qué valor asigna a los diversos aspectos de su relación con su medio ambiente? (4) Actitud ecológica: ¿Qué consecuencias saca el hombre del valor que asigna a su relación con el medio ambiente? (5) Comportamiento ecológico: ¿En qué acciones concretas se traduce la actitud ecológica del hombre? Al respecto cabe notar que entre la actitud ecológica y el comportamiento ecológico del individuo suele existir una inconsistencia de mayor o menor grado, toda vez que aquélla, frecuentemente, debe competir con otros intereses e intenciones, cuya realización puede requerir menos esfuerzo, traer quizás menos conflictos en el contexto social o, incluso, producir economía o lucro, todo lo cual determinará el comportamiento ecológico del individuo y de la sociedad. Ante el hecho de que el medio ambiente cambia de manera cada vez más acelerada, es importante que la 46 educación ambiental se realice como un proceso continuo durante toda la vida, de manera adecuada a las diferentes etapas de la vida del hombre. La interacción del hombre con el medio ambiente es multidimensional, de modo que su enfoque debe ser holístico, y los contenidos de la educación ambiental, por consiguiente, deben tener una base multidisciplinaria. Los problemas ecológicos son omnipresentes. De ahí la importancia de recurrir a situaciones de aprendizaje diferentes, y a actividades prácticas del alumno, preferentemente aquellas que impliquen logros inmediatos en beneficio del respectivo contexto social. Muchos problemas ecológicos locales repercuten también en ámbitos más amplios, razón por la cual deben ser enfocados en diferentes planos. La educación ambiental debe considerar también fenómenos y situaciones que pueden convertirse en problemas ambientales en el futuro. En la implementación de la educación ambiental deben emplearse estrategias que tomen en cuenta las resistencias que pueden oponerse a este esfuerzo. Las metas concretas de la educación ambiental deben fijarse dentro de una administración educativa descentralizada, vale decir, en las mismas zonas donde funcionan los centros educativos, y en coordinación con las instituciones locales y regionales que, de un modo u otro, asumen el compromiso de defender el medio ambiente. Desde el punto de vista didáctico, se presentan dos modelos alternativos para el diseño curricular de la educación ambiental escolarizada: 47 (1) Modelo de asignatura autónoma: Diferentes disciplinas (biología, química, física, medicina, ciencias sociales, etc.) aportan conocimientos, métodos, etc. para la constitución y funcionamiento de una asignatura propia o autónoma de educación ambiental. (2) Modelo de “infusión”: La educación ambiental se realiza a través de varias asignaturas curriculares, en cuyo desarrollo se resaltan los aspectos relevantes para la educación ambiental desde la perspectiva de la respectiva asignatura. En principio, los dos modelos son compatibles, si bien existen diferencias entre ambos en cuanto a la facilidad de la implementación, competencia requerida del docente, carga curricular, facilidad de diseño y programación, evaluación del alumno, edad óptima de los alumnos, efectividad de la transferencia de las destrezas a otros campos, y costo (Zierer 1992). 3. La investigación ecológica: algunos rasgos distintivos El investigador en ecología no insiste en una autonomía de su disciplina. Más bien reclama su heteronomía, acogiendo también los valores provenientes de otras disciplinas durante el mismo proceso investigatorio. Esta actitud le permite captar y ponderar permanentemente las consecuencias de su actividad. En este sentido, la investigación no está desligada de la ética. La vigencia de la heteronomía en la investigación ecológica exige como base la interdisciplinaridad. En este sentido, la investigación ecológica tiende un puente entre las ciencias naturales y las tecnologías por un lado, 48 y las ciencias sociales por el otro. Incluso, promueve una investigación en otros campos que sea complementaria a sus propios fines, rechazando así la tendencia al aislamiento disciplinario en la búsqueda de nuevos conocimientos. Los fenómenos ecológicos se explican en términos gestaltistas u holísticos, y no reduccionistas, cuando se reconoce, por ejemplo, que las partes que conforman una estructura pueden cambiar, conservando ésta su función en su interrelación con otras estructuras, tal como sucede en el envejecimiento de un organismo biológico. Asimismo, la ecología acepta una transición gradual de entes físicos a entes biológicos. En este sentido, el principio de la autoorganización o autopoiesis, a base de factores tales como la sensibilidad fisiológica, la reproducción, el crecimiento, la simbiosis y la competencia, juega un rol importante (Maturana y Valera 1987). Este enfoque organicista se manifiesta, igualmente, cuando se da preferencia al estudio de los fenómenos ecológicos en su contexto natural. Los ecosistemas, para poder mantener su equilibrio, son sistemas abiertos, y desarrollan su propia dinámica. El ecólogo parte del hecho de que él también es un ente integrante del mundo investigado y en parte transformado por el hombre, considerándose inmerso en un ecosistema. De ahí que su cosmovisión no ha de ser egocentrista sino relativista. Debe ser tarea especial y primordial de la investigación en la ética ecológica habilitar criterios necesarios para que el hombre se oriente desde una perspectiva ecoética. ____________ 49 Referencias bibliográficas (1) Capra, F.: Wendezeit, München: Scherz, 1983. (2) Frietkau, H.J. & H. Kessel (Hg.): Umweltlehre, Königstein/Ts.:Hain, 1981. (3) Jonas, Hans: Das Prinzip Verantwortung. Versuch einer Ethik für die technologische Zivilisarion, Frankfurt am Main:, Insel Verlag, 1979. (4) Krebs, Angelika: Ökologische Ethik I: Grundlagen und Grundbegriffe, en :Julian Nida-Rümelin (Hg.): Angrwandte Ethik. Die Bereichsethiken und ihre theoretische Fundierung. Ein Hanbuch., Stuttgart: Kröner 1996. (5) Leist, Anton: Ökologische Ethik II: Gerechtigkeit, Ökonomie, Poltik, en: Julian Nida-Rümelin (Hg.) Angewandte Ethik. Die Bereichsethiken und ihre theoretische Fundierung. Ein Handbuch. Stuttgart: Kröner, 1996. (6) Maturana, Humberto R. & Francisco J. Varela: Der Baum der Erkenntnis. Die biologischen Wurzeln des menschlichen Erkennens, Bern & München: Scherz, 1984. (7) Meadow, Dennis E.: The Limits to Growth, New York: Uniere Books, 1972. (8) Summer, Stefan: Umweltethik, en: Lenelis Kruse, Carl-Friedrich Graumann y Ernst-Dieter Lantermann (Hg.): Ökologische Psychologie. Ein Handbuch in Schlüsselbegrifen, München: Psychologie Verlags Union, 1990, (9) Weinzierl, H.(Hg.): Natur in Not, München: Gersbach, 1979. (10) Zierer, Ernesto: Algunos criterios para la organización de la educación ambiental, documento de trabajo presentado en el Conversatorio sobre Educación Ambiental, Sauce (San Martín),1415/12/92. _____________ *) Trabajo basado en los siguientes artículos (1) a (5) del autor, como en los documentos (6) y (7) (1) “Ecología – un reto para otras disciplinas”, Lima: Diario El Comercio – Suplemento Dominical, 31-01-1993. 50 así (2) “Ética ecológica y filosofía de la educación”, en: Diario El Comercio – Suplemento Dominical, Lima: 21-03-93. (3) “Algunos principios de la educación ambiental”, en: Diario La Industria, Trujillo: 27-07-95. (4) “Educación ambiental en la UNT”, en: Diario La Industria, Trujillo: 04-11-96. (5) “Etica ecológica, algunos aspectos básicos”, en: Diario La Industria, Trujillo: 13-03-98.(6) Conversatorio sobre “Educación Ambiental en Sauce”, organizado por el Proyecto de Desarrollo Educativo Comunal del Distrito de Sauce, 14-15/12/92.(7) Seminario sobre “Algunos conceptos básicos de la ética ecológica”, organizado por la Universidad Nacional de Trujillo, 0205/02/98, Trujillo. __________ 51 52 El valor del tiempo propio*) 1. El concepto del tiempo propio Todo proceso que ocurre en el mundo orgánico e inorgánico, en el mundo psíquico del individuo, y en la sociedad (cultura), tiene una determinada extensión en el tiempo. Este lapso es su tiempo propio (Reheis 1998, 46-61). En cuanto al tiempo propio de un proceso, se distinguen los siguientes rasgos: La duración o extensión temporal que el proceso tiene: Cuanto más grande y complejo sea el sistema en que ocurren los procesos, tanto mayor es la duración de éstos (Kümmerer 1993, 89). La velocidad con que transcurre el proceso. El ritmo o la estructura cíclica que lo caracteriza. Desde el punto de vista de la ecología del tiempo (Held & Geissler, 1993), se sostiene que, para el normal funcionamiento de los organismos naturales , psíquicos y sociales, es necesario que exista un equilibrio (una armonía) entre los tiempos propios de los múltiples procesos que posibilitan el funcionamiento de un organismo. Este equilibrio o armonía es una propiedad inmanente al sistema funcional a base del cual un organismo se desenvuelve; viene a ser un principio ecológico básico (Reheis 1998, 34). Este principio se manifiesta, por ejemplo, en el hecho de que los múltiples procesos metabólicos tienen que 53 funcionar de manera coordinada en cuanto a duración, velocidad y ritmo, para que el organismo pueda desenvolverse normalmente. Durante el tiempo propio característico de algún proceso, el respectivo sistema material o no material va almacenando e integrando (orgánicamente) los recursos y reservas que el sistema necesita para su normal desarrollo (Reheis 1998, 53-53). Factores naturales como la edad, el esfuerzo físico, el cambio del clima, etc. pueden causar cambios regulares u orgánicos del tiempo propio de un proceso. 2. El problema de la reducción de los tiempos propios Existen varias causas que vienen restringiendo la vigencia del principio ecológico del tiempo propio: La historia es un proceso global de constante aceleración: Cada vez más sucesos se producen en lapsos cada vez más cortos, lo cual viene a ser una progresiva condensación del tiempo (Tresierra 1999, 22). En la medida en que se va imponiendo en la sociedad la reducción de los tiempos propios, es decir, la aceleración de la vida, va cambiando también el concepto tradicional que el hombre tenía de la temporalidad. Así, a consecuencia de la industrialización, se ha impuesto la concepción del tiempo como un fenómeno abstracto, lineal y en proceso de constante aceleración, mientras que antes, el hombre concebía el tiempo más como ligado a los múltiples ciclos rítmicos de la vida orgánica e inorgánica. En este sentido, el tiempo ha dejado de ser algo “objetivo”, al cual el hombre se integraba, 54 para convertirse en algo “subjetivo”, que el hombre programa en función de tales o cuales metas (Reheis 1998, 136). La sociedad contemporánea ha dejado de lado dicho principio de la ecología del tiempo, al “racionalizar” la vida de tal manera que se consumen las fuerzas de la sociedad más rápidamente de lo que pueden regenerarse (Reheis 1998, 34). El avance de la tecnología, cada vez más veloz, implica la creación de nuevas necesidades, más numerosas y sofisticadas, para el hombre, las que tienen que atenderse cada vez más rápidamente. En la medida en que se aceleren los múltiples procesos en la sociedad y en la vida del individuo, disminuyen los tiempos propios de estos procesos, y surgen nuevos procesos, también sujetos al principio ecológico del tiempo propio. Este fenómeno crea nuevos sistemas de interacción, cada vez más numerosos, tanto en la misma naturaleza como también en el medio ambiente construido y social del hombre, mayormente gracias al principio de la autopoiesis (Maturana & Varela 1987). Estos sistemas nacen y se desarrollan con tiempos propios cada vez más restringidos. La gradual pérdida de vigencia del principio del tiempo propio va afectando la formación normal de los recursos y reservas que necesitan los múltiples sistemas en la naturaleza y en la vida del hombre, causando, a su vez, una serie de cambios, muchos de los cuales son problemáticos: 55 Para la interacción del hombre con su medio natural, construido y social, aparecen situaciones de supervivencia cada vez más complejas, que le dificultan reaccionar adecuadamente y, al mismo tiempo, con la celeridad necesaria, a los múltiples estímulos que actúan sobre él. Decrece el tiempo intrasubjetivo, el tiempo del YO (Straus 1960, 126: Tresierra 1999, 21-25), es decir, la disponibilidad del tiempo que el individuo necesita para el cultivo de bienes culturales (lectura, música, apreciación artística, etc.), la reflexión crítica y creativa sobre los cambios que van produciéndose en su entorno, etc. La aceleración de la producción en las diferentes áreas (industria, campo, servicios, etc.) implica la búsqueda de nuevas técnicas y nuevas substancias químicas para poder acortar los tiempos propios de los diferentes procesos de producción.. Estas innovaciones no suelen examinarse en cuanto a su compatibilidad con la salud física y psíquica del hombre (Reheis 1999, 86). La aceleración de los múltiples procesos de la producción, y la consiguiente reducción de sus tiempos propios, reducen el radio de acción del hombre en cuanto a la satisfacción de sus inquietudes personales como son el estudio, la dedicación a sus hijos y a sus familiares ancianos, la realización de viajes, la lectura, y el cultivo de artes, etc. La aceleración de la producción induce al hombre al consumismo. Los estímulos que el hombre tiene que procesar son de tipo económico, lo cual frecuentemente implica una gradual pérdida de su 56 competencia ética y autonomía moral del hombre. Por otro lado, el hombre va perdiendo la vivenciabilidad para aspiraciones más sublimes. La aceleración de los múltiples procesos en la vida moderna contribuyen a un significativo debilitamiento del sistema inmunológico “antiinformacional” del hombre; el aluvión de información lo está agobiando. La reducción de los tiempos propios favorece la multiplicación e imposición de las virtualidades en la vida moderna, generando informalidades cada vez más numerosas, y una progresiva relativización y pérdida de los valores morales. La reducción de los tiempos propios en la vida orgánica más allá de ciertos límites de tolerancia, produce situaciones de tensión, que comúnmente se designan con el término “stress”. En este sentido, el stress viene a ser la resultante de la falta de equilibro entre los tiempos propios correspondientes a los procesos de los diferentes sistemas que condicionan el funcionamiento de un organismo o la conducta del hombre. Como el organismo humano, generalmente, no logra restablecer el equilibrio entre los tiempos propios, el stress se convierte en un factor de riesgo para su salud física y mental. También la velocidad y rigidez que se va imponiendo en el mundo laboral, tienden a soslayar los tiempos propios de los múltiples procesos fisiológicos en el organismo humano, afectando el ritmo vital del hombre, y pudiendo causarle múltiples problemas de salud (Oppolzer 1993, 113-154). 57 En las medidas terapéuticas en materia de salud, se suele insistir en el respeto a los tiempos propios de los respectivos procesos de curación, particularmente cuando se trata de una terapia naturista. Por otro lado, la formación de las defensas naturales del organismo, que es un proceso del sistema inmunológico, también se desarrolla en su respectivo tiempo propio. La aceleración de los múltiples procesos en la dinámica de la sociedad, particularmente en la producción de bienes y servicios, no es favorable para el desarrollo de una cultura institucional y de valores que orientan hacia la igualdad de oportunidades, ni para el desarrollo de la autoestima en el individuo, en el sentido de que éste se reconozca a sí mismo como un miembro útil a la sociedad, por su rendimiento, sus capacidades y su conducta, (Honneth 1992. 284). La reducción de los tiempos propios en la producción tiende a generar en la sociedad la cultura de los “veloces”, por lo general, los especialistas en electrónica, ciencias de la computación, biotecnología, etc., la cultura de los “medianamente veloces”, es decir, los que trabajan en las áreas tradicionales en vías de desaparición., y la cultura de los “lentos”, es decir, los que no encuentran trabajo por que su profesión o capacitación ya no tiene demanda (Reheis 1998, 108-109). El carácter diferencial de estas culturas va generando efectos discriminatorios, particularmente en el mercado laboral y en el dominio social en general, incluso a nivel internacional debido a la globalización. 58 En la medida en que el culto a la aceleración, reflejado en acciones cuyos efectos disminuyen los tiempos propios, abra más la brecha entre los “veloces” y los “lentos”, los sistemas de valores y sus constelaciones van experimentando cambios significativos, que afectan a la sociedad en múltiples aspectos. La aceleración sistemática de la producción, técnica y ciencia va generando nuevos conocimientos, que convierten muchos conocimientos preexistentes en información obsoleta, lo cual acentúa la formación de culturas generacionales, mayormente en beneficio de las generaciones jóvenes. Acelerar los múltiples procesos que afectan al hombre, puede interpretarse como el esfuerzo de traer el futuro al presente, soslayándose el pasado. Surge una sociedad con tendencia a desconectarse del pasado, y a actuar con cierta “arrogancia” y “prepotencia” con respecto al futuro y al pasado, proceso que se acentuará en la medida en que las generaciones jóvenes resulten involucradas cada vez más en las múltiples consecuencias de la disminución de los tiempos propios, participando en el acelerado aumento de las innovaciones en todos los campos. Reducir los tiempos propios, particularmente de los procesos del desenvolvimiento del hombre como ente racional y social, implica restringir su libertad de ubicarse en el tiempo con una perspectiva hacia el pasado y hacia el futuro, lo que trae como consecuencia el que la sociedad vaya perdiendo su memoria colectiva, y, sus miembros, su sentido de historicidad, es decir, la conciencia de sentirse 59 integrados al tiempo histórico (Reheis 1998, 167169). Si bien el Estado, los organismos internacionales, y las empresas transnacionales ejerzan hoy funciones “reguladoras”, o intervengan, de algún modo, en las economías nacionales, en la economía mundial, y en las áreas conexas, proponiendo “políticas”, el problema de la disminución de los tiempos propios, vale decir, la presión del tiempo, no se resuelve. Ésta más bien se reproduce como presión del tiempo también en la política, generando nuevos problemas, por ejemplo, decisiones políticas inadecuadas y cada vez menos transparentes, a veces con consecuencias perjudiciales. La globalización juega un rol importante en este fenómeno. El tiempo propio en la producción de los bienes y servicios se va imponiendo sobre los tiempos propios en otras áreas, adquiriendo el carácter de “imperialista”, por ejemplo, cuando acorta el tiempo propio que el hombre y la naturaleza necesitan para su recuperación (Adam 1995, 27). Cuanto más se acortan los tiempos propios del funcionamiento de los diferentes sistemas, mayor es el riesgo de que éstos se desplomen, o descarguen su “stress” hacia otros sistemas que les ofrezcan una menor resistencia que precisamente el sistema donde el “stress” se origina. Por ejemplo, en el caso del hombre inmerso en una situación económica crítica, la descarga puede ser hacia el interior del hombre, en perjuicio de su salud física o psíquica, o también hacia su exterior o entorno social. (familiares, compañeros de trabajos, etc.). 60 El afán de acelerar el desarrollo cognoscitivo en el niño mediante la llamada “estimulación temprana”, hoy en boga en muchos contextos educativos, aumenta aún más el desfase entre aquél y el desarrollo afectivo, retardándose la formación de los valores, que se desarrollan en el dominio afectivo. Las cualidades meramente cognoscitivas - la “inteligencia” – tienden a independizarse de la orientación que deben proporcionar los valores, con los riesgos que trae consigo esta tendencia, por ejemplo, cuando se soslaya y se descuida la educación social. El afán de “racionalizar” los diferentes procesos de enseñanza-aprendizaje con la ayuda de sofisticadas técnicas didácticas (p.e. aprendizaje “computarizado”), reduciendo así los tiempos propios de estos procesos, por un lado, retarda la formación de valores en los educandos, y por otro, tiende a crear situaciones de “stress” en ellos. La aceleración cada vez mayor de los procesos de enseñanza-aprendizaje en el dominio cognoscitivo es contraproducente también porque dificulta la formación de la personalidad y madurez del educando, y el desarrollo de su habilidad de ponerse en una adecuada relación de orden con su medio ambiente natural y social. 3. Desafíos Afrontar los problemas que causa la reducción de los tiempos propios de los diferentes procesos de los múltiples sistemas en que el ser humano está inmerso, 61 implica para la sociedad saber inteligentemente a los siguientes desafíos: responder Determinar y analizar los tiempos propios, particularmente de los procesos que evidencian una aceleración impulsada, de un modo u otro, por la sociedad. Concientizar a sus miembros con respecto a los daños que la reducción de los tiempos propios puede causar a corto, mediano y largo plazo en el medio ambiente natural, construido y social. Encontrar estrategias para contrarrestar la reducción de los tiempos propios en los diferentes campos donde se desarrollan procesos que, de un modo u otro, involucran al hombre, es decir, encontrar modos para “decelerar” a la sociedad (Reheis 1998, 169). La “deceleración” debe acogerse, sobre todo, en el campo laboral, por ejemplo, a base del modelo de la llamada economía dual, que aconseja sacar del régimen salarial en las fábricas y oficinas empresariales, aquellas actividades que pueden realizarse también en “casa”, para convertirlas en trabajo propio del trabajador dentro de un régimen contractual, que le permitiría determinar él mismo el volumen, el ritmo y las condiciones de su actividad laboral en concordancia con sus competencias, disponibilidad de tiempo, aspiraciones en cuanto a calidad de vida, salud, etc. (Huber 1979 & 1984; Rifkin 1995). La economía de mercado, en vez de estimular permanentemente el consumismo mediante la 62 creación de nuevas necesidades en los consumidores, lo cual se traduce en una aceleración de los procesos de la producción, debería más bien orientar la producción hacia un consumo “democrático”, vale decir, hacer extensivo el consumo, concebido como consumo “racional”, a todos los estratos de la sociedad. Las diferentes fuerzas “vivas” de la sociedad deben promover el diseño e implementación de una política del tiempo que permita y motive al individuo a practicar una “higiene del tiempo”, es decir, usar el tiempo a la luz de la ecología del tiempo, particularmente con respecto al trabajo, el uso del tiempo libre, el consumo, la salud, etc. (Reheis 1998, 208-226). Es importante que el hombre inmerso en el gran espacio donde ocurre el avance vertiginoso de la tecnología, procure ir creando para sí un espacio aparte donde pueda desenvolverse según su propio ritmo de vida, y realizar sus diversas inquietudes, y donde no sufra bajo la presión del tiempo. Respetar el tiempo propio es una condición necesaria para que el hombre tenga sosiego y paz interior, un estado anímico propicio para que, como ser social, desarrolle y practique el deseo de contribuir también a la felicidad de los demás (Dalai Lama 2000, 70-71). 4. Observación final La “cultura de la celeridad”, que no respeta los tiempos propios de los múltiples procesos en la vida de hombre y en la naturaleza, ha generado un progreso de la 63 humanidad que es cuestionable desde una perspectiva ecológica y humanista. Nosotros creemos que, en defensa de la humanidad, hoy es imperativo sustituir la “cultura de la celeridad” por una “cultura de la lentitud”, entendida aquí como la habilidad y el deseo de la sociedad de reorganizarse, reconociendo la limitación de sus potencialidades, respetando el principio del tiempo propio, y ateniéndose a las consecuencias que de ello se derivan. _________________ Referencias bibliográficas (1) Adams, Barbara: Von Urzeiten und Uhrzeiten. Eine Symphonie der Rhythmen des täglichen Lebens, en: Karlheinz A. Geissler u. Martin Held (Hrsg.): Von Rhythmen und Eigenzeiten. Perpektiven einer Ökologie der Zeit, Stuttgart 1995. (2) Dalai Lama: El arte de vivir en el nuevo milenio, Barcelona 2000. (3) Honneth, Axel: Kampf um Anerkennung. Zur moralischen Grammatik sozialer Konflikte, Frankfurt a. M. 1992. (4) Huber, Joseph (Hrsg): Anders arbeiten – anders wirtschaften. Dualwirtschaft: Nicht jede Arbeit muss ein Job sein. Frankkfurt a.M. 1979. (5) Huber, Joseph: Die zwei Gesichter der Arbeit. Ungenutzte Möglichkeiten der Dualwirtschaft. Frankfurt a. M. 1984. (6) Kümmerer, Klaus: Zeiten der Natur – Zeiten des Menschen, ein Beitrag zur Ökologie der Zeit, en:Martin Held u.Karlheinz A. Geissler (Hrsgb.) Ökologie der Zeit. Vom Finden der rechten Zeitmasse, Stuttgart 1993. 64 (7) Maturana, Humberto R. & Francisco J. Varela: Der Baum der Erkenntnis – die biologischen Wurzeln des menschlichen Erkennens, Bern u. München 1987 (8) Oppolzer, Alfred: Ökologie der Arbeit. Mensch und Arbeitswelt: Belastungen und Gestaltungserfordernisse, Hamburg 1993. (9) Reheis, Fritz: Die Kreativität der Langsamkeit – Neuer Wohlstand durch Entschleunigung, Darmstast 1998. (10) Rifkin, Jeremy: Das Ende der Arbeit und ihre Zukunft. Mit einem Nachwort von Martin Kempe. Frankfurt a.M./New York 1995. (11) Straus, Erwin: Das Zeiterlebnis in der endogenen Depression und in der psychopathischen Verstimmung, en: Psychologie der menschlichen Welt, gesammelte Schriften, Berlin-GöttingenHeidelberg 1960. (12) Tresierra Reátegui, Johanna: Los desafíos del tiempo en el siglo XXI, en: Guillermo Gil Malca, Johanna Tresierra Reátegui y Ernesto Zierer: Temas que nos inquietan y nos preocupan, Trujillo 1999. __________________ *) Trabajo presentado en el VI Encuentro “Desafíos en el Siglo XXI” (Lima: 10-12-02) de la Asociación Peruana para el Desarrollo de la Tecnología (APEDET). __________________ 65 66 INTERNET, virtualidad y valores *) Toda época tiene sus agentes de cambio; el INTERNET es uno de esos agentes en nuestra época. Los cambios que el INTERNET está generando en la sociedad obligan al hombre a considerar nuevas perspectivas de orientación en un mundo cada vez más complejo, particularmente, a reflexionar críticamente sobre éstas a la luz de los diferentes sistemas de valores en los que está inmerso. Podemos distinguir dos enfoques de la realidad: el enfoque formal y el enfoque virtual. En términos etimológicos, la palabra “virtual” proviene de “virtualis”, adjetivo del latín de la Edad Media con el significado de “existente como posibilidad”, y este adjetivo, a su vez, se deriva del substantivo latino “virtus” (Münker 1997, 109). Cuando se hace prevalecer el rasgo formal (intersubjetivamente válido) sobre el rasgo inherente o inmanente (esencial o primario) al enfocar una determinada situación real, el enfoque se considera formal (Zierer 1986, 3-4). Por ejemplo, el siguiente juicio expresa un enfoque formal: “En sentido estricto (Formalmente), un profesor de medicina de la Facultad de Medicina no es un profesor, pues no existe ningún programa profesional para la docencia en medicina.” La negación contenida en esta afirmación se basa en un enfoque que hace prevalecer el rasgo formal - programa profesional en docencia médica – sobre el rasgo 67 inherente o primario, a saber, la actividad de enseñar. En cambio, en el siguiente ejemplo, se expresa un enfoque virtual: “Técnicamente hablando (Virtualmente), un profesor de medicina es profesor porque enseña habitualmente.” : Es una profesor vitual. En la afirmación que se expresa en este enfoque se hace prevalecer el rasgo inherente o primario que tipifica la situación, sobre el rasgo formal o secundario, que la “formalizaría” (la convertiría en realidad “formal”). Los sistemas lingüísticos tienen indicadores para expresar los enfoques formal y virtual. En el INTERNET, predomina el enfoque virtual de la realidad, tiene vigencia la virtualidad (Sandbothe 1997, 61). Es oportuno señalar algunos rasgos de la virtualidad que, de un modo u otro, se relacionan con los valores. La virtualidad se manifiesta como la tendencia hacia la disolución de las formas y normas, generando “informalidad” en la interacción social virtual, con incidencia en la ética, la estética, la educación, la política, la economía, la seguridad social, el estilo de vida, etc. Mucho de lo que en la interacción personal, de cara a cara, las reglas de la buena convivencia suelen rechazar, sí se acepta en el escenario virtual que se crea en el INTERNET. Allí, el tiempo, aun más el espacio. pierden su valor habitual, y el hombre se vuelve “virtualmente” ubicuo Kolb 1998, 17). Allí, la lejanía real se convierte en cercanía virtual, llamada hoy “tele-presencia”. El pasado y el futuro se cohesionan en un presente que el hombre anhela como imperecedero. 68 Surge una nueva concepción del espacio: el ciberespacio, entendido como el espacio virtual en el que se abstrae del rasgo inherente “materia” (Münker 1997, 110-11). Representa la simulación digital del espacio tridimensional en la red global de computadoras. En este sentido, el INTERNET se realiza a través del ciberespacio. En la virtualidad, los límites entre el fuero interno del hombre y el medio social en el que está inmerso, entre lo privado y lo público, entre lo discreto y lo indiscreto, etc., se vuelven borrosos, lo cual favorece el encubrimiento de identidades, el diluir la conciencia de valores, y el eludir responsabilidades, todo bajo el ropaje eufemístico de la informalidad. Como la virtualidad no está condicionada ni restringida por la forma, se impone más fácilmente, y mantiene viva la fuerza innovadora del pensar utópico y de la creatividad. Cuando virtualidades de diferente tipo entran en competencia, aumenta la informalidad, y con ello, la desorientación del hombre en los diferentes sectores de la vida. En el llamado “chateo” (del inglés: to chat = platicar) por INTERNET, la virtualidad puede impulsar la informalidad rápidamente a modalidades carentes de las formas y normas que suelen regular la convivencia social en la realidad no virtual. En este sentido, por ejemplo, mucho de lo que sí se puede preguntar y responder en el contexto social virtual del “chateo” por INTERNET, no sería posible preguntar y responder en el contexto social real sin romper las normas que en este rigen. 69 La virtualidad responde favorablemente al instinto lúdico del hombre. El INTERNET ha llegado a ser el “nicho ecológico” por excelencia del “homo ludens”. En este sentido, la cultura virtual que caracteriza al INTERNET, se debe al hombre como ente lúdico (Ruckenbauer 1998, 73-95). A diferencia de la televisión, donde el entretenimiento del hombre se limita a su rol de mero espectador (de lo bueno y de lo malo), en el INTERNET, el “homo ludens” se vuele virtualmente activo a través del “chateo”, los juegos mas variados, e incluso en la obscenidad, con las implicancias pedagógicas del caso. La rápida difusión de la computadora y del INTERNET se debe, en gran parte, a su atractivo lúdico, que apela precisamente al “homo ludens”. La cultura lúdica del INTERNET, sostenida por la virtualidad, entra en conflicto con los valores cuando genera adicción a los antivalores. En el INTERNET, el “cibernauta” está expuesto a la llamada hipertextualidad; es decir, a la propiedadad de un texto cuya estructura comunicativa no consiste en un encadenamiento lineal de sus elementos constitutivos, sino en una disposición ramificada de éstos, habilitándose vías alternativas por las cuales puede avanzar el lector “cibernavegante”, según su propia perspectiva receptiva (Sandbothe 1997, 68-82). Desde luego, frecuentemente,el cibernauta se convierte en “cibernáufrago” cuando navega sin brújula y cae víctima del llamado efecto “enciclopédico”, perdiendo tiempo al buscar información que en las vías alternativas entran en su foco de atención y lo distraen. 70 El proceso de la lectura en el INTERET no es la mera decodificación de elementos informativos dispuestos en forma secuencial o unidimensional, sino que constituye una interacción multidimensional creativa entre el lector, el autor del texto y el mismo texto. Producir hipertextos en el INTERNET consiste en integrar complejos semánticos asociativos en una red comunicativa, mientras que en el texto de un libro común, las complejas relaciones asociativas que existen entre los pensamientos tienen que representarse “artificialmente” mediante estructuras lineales, y en orden jerárquico. Analizar las características de la “ciberlectura” en el INTERNET nos permite también comprender y valorar mejor las bondades de leer un libro estructurado en forma tradicional. En contraste con los textos normales, el hipertexto del INTERNET, debido a la dinámica de su presentación, y gracias a la participación directa de los que producen nuevos conocimientos expresados en el hipertexto, facilita la difusión inmediata de éstos. Cabe recordar que existe cierta analogía entre el hipertexto del INTERNET y los “programas ramificados” en la “instrucción programada”, área de la aplicación de la pedagogía cibernética, que se desarrolló en los años 60 y 70 del siglo pasado (Zierer 1970). La “navegación” del “homo ludens” por la ruta de los hipertextos puede generar efectos secundarios que afectan la formación de valores de manera directa o indirecta; he aquí algunos: 71 Gradual pérdida del hábito de leer libros, el que constituye un elemento básico y con características propias en la formación cultural del individuo. Gradual alienación del cibernauta del mundo real: Se imponen los espejismos y facilismos a consecuencia de la virtualidad del ciberespacio. Al cibernauta, expuesto al continuo crecimiento del volumen informacional, le es cada vez más difícil, discernir el saber relevante, y convertir la ciberinformación en conocimientos susceptibles de ser integrados adecuadamente a las estructuras cosgnoscitivas de su mente. La comunicación en el INTERNET genera un nuevo tipo de espacio social, ocupado por la comunidad “electrónica” o cibercomunidad, que resulta cada vez más fragmentada en “sub-cibercomunidades”, diferenciadas según los intereses de sus miembros, y “democráticamente” abiertas, participatorias, y emanicipatorias en cuanto a género. La cibercomunidad del INTERNET se desenvuelve “hipertextualmente”, es decir, sus miembros se comunican a través de hipertextos. Por otro lado, bajo el manto de la virtualidad reinante en el INTERNET, el “ego” de los miembros de la cibercomunidad se desenvuelve mejor, aumentando la relación de intimidad y diminuyendo el grado de discreción en ellos, lo cual tiene implicancia para el desarrollo de su conciencia de valores. Así, por ejemplo, el valor de la modestia pasa a segundo plano: Hoy es frecuente que miembros de la cibercomunidad se “publiciten” y se “autopromocionen” 72 (con un extenso curriculum vitae y foto) en las páginas web del INTERNET. Como en la comunidad humana real, también en la cibercomunidad, comunidad virtual, debe haber vigencia de normas éticas. Evidentemente, en la creació e implementación de tales normas “ciberéticas”, deben tomarse en consideración las características de la cibercomunidad (Kolb, Esterbauer & Ruckenbauer 1998). Hacer cumplir las normas ciberéticas es una norma ciberética básica. Desde luego, subsisten una serie de interrogantes referentes a la creación e implementación de normas ciberéticas, como las siguientes: ¿Qué instancia había de establecer las normas ciberéticas, y cuál es el procedimiento deóntico para formularlas? ¿Cuál habría de ser la estrategia más eficaz para asegurar la aceptación de las normas ciberéticas por parte de de la cibercomunidad? ¿Qué instancia tendría la facultad legal y efectiva para velar por el cumplimiento de las normas ciberéticas en la práctica? ¿Ante qué instancia habrá de denunciar a los violadores de las normas ciberéticas, y cual sería el procedimiento correspondiente? ¿Cómo habría de concretarse, en la práctica, la imposición de las sanciones a los violadores de las normas ciberéticas? Sin dejar de reconocer las múltiples potencialidades que el INTERNET ofrece al hombre y a la sociedad en 73 cuanto a su desarrollo, es también un hecho de que, a través del INTERNET, la cibercomunidad integrada por jóvenes, ha comenzado a interaccionar con los antivalores, como lo podemos observar en los establecimientos públicos de cabinas de INTERNET. La ciberética tiene aquí una importante tarea que cumplir en la defensa de los valores morales. En materia de innovaciones pedagógicas, se preconiza hoy, por ejemplo en el Perú, la implementación masiva del INTERNET en el sistema educativo como una de las estrategias más importantes en la reforma educativa. Al respecto, es oportuno plantear algunas interrogantes: En el INTERNET, se sustituyen las vivencias y experiencias reales por virtualidades. Estas generan informalidad en múltiples formas, lo cual interfiere en la formación integral del educando. ¿Cómo se piensa contrarrestar esta interferencia? Como ya dijimos, en el INTERNET, la información suele presentarse en la forma de hipertextos, lo cual, desde el punto de vista pedagógico, representa una situación didáctica nueva. ¿Cómo evitar que en este nuevo tipo del proceso de enseñanza-aprendizaje, el alumno comience a navegar “sin brújula”? Debido a que el trabajo con la computadora produce un efecto “lúdico” en el usuario, esta herramienta ejerce mayor atracción para el educando que estudiar con un libro de texto o leer un libro. Además, genera adicción. ¿Pero cómo asegurar entonces que el educando desarrolle un buen dominio de su lengua materna, y también el hábito de la lectura, dos valores básicos en la formación del educando, en vez de convertirse en “virtualista”? 74 Incentivar al educando para que trabaje más con la computadora en vez de desenvolverse en la interacción social real, encierra el riesgo de que se relegue a segundo plano la educación social, que hoy, en esta crisis de la sociedad, es tan importante como el desarrollo de las cualidades cognoscitivas. ¿Qué estrategias pedagógicas se proponen para que la implementación masiva del INTERNET en el sistema educativo no se produzca en detrimento de la educación social del educando? Se sabe que el INTERNET permite el acceso directo a los antivalores (pornografía, juegos de violencia etc.). ¿Cómo se protegerá al educando contra este tipo de información a la luz del mandato pedagógico de formar una conciencia de valores en el educando? Los contenidos de enseñanza que se ofrecen vía INTERNET deben corresponder al currículo oficial ¿Los contenidos de enseñanza que los diferentes programas ofrecerán al educando vía INTERNET serán contenidos básicos o contenidos meramente suplementarios, y dónde se originarán estos contenidos y programas? El educando tendrá que saber desenvolverse en dos contextos didácticos diferentes: en el contexto tradicional. Donde el proceso de enseñanza-aprendizaje se realiza en la interacción del educando con su maestro y con sus compañeros en un espacio físico y temporal real; pero también en el ciberspacio que habilita el INTERNET. ¿A qué estrategias concretas habrá de recurrir el maestro para coordinar estos dos contextos adecuadamente en la práctica, particularmente para asegurar que el INTERNET no llegue a ser más que una 75 herramienta del educando, y que el educando no se convierta en un “subsistema” del INTERNET? Hoy como nunca antes, se insiste en que los padres de familia participen en el proceso de la educación escolar de sus hijos, particularmente a nivel inicial y primario. ¿En qué modalidad, ellos deberán y podrán participar positivamente en este nuevo contexto educativo, modificado significativamente mediante la introducción masiva del INTERNET? Es oportuno recordar que los resultados que produce una reforma educativa no se pueden valorar sino a largo plazo, lo cual aconseja prudencia y reflexión en la implementación de innovaciones. Finalmente, esta exposición no ha de entenderse como un alegato en contra del INTERNET, cuyas enormes ventajas para el hombre hoy son ampliamente publicitadas, reconocidas y usadas, sino que más bien persiguió señalar algunas potencialidades cuestionables a la luz de la defensa de valores. ______________ Referencias bibliográficas (1) Kolb, Anton: Virtuele Ontologie und Anthropologie, en: Anton Kolb, Reinhold Esterbauer & Hans-Walter Ruckenbauer (Hrsg.): Cycberethik – Verwantwortung in der digital vernetzten Welt, Stuttgart-Berlin-Kölen: Verlag W. Kohlhammer,1998. (2) Münker, Stefan: Was heiszt eigentlich “virtuelle Realität”? Ein philosophischer Kommentar zum neuesten Versuch der Verdopplung 76 der Welt, en: Stefan Münker & Alexander Roeasler (Hrsgb.) Mythos Internet, Frankfurt am Main: Suhrkamp Verlag, 1997. (3) Poster, Mark: Elektronische Identitäten und Demokratie, en: Stefan Münker & Aleander Roesler (Hrsgb.): op.cit. (4) Ruckenbauer, Hans-Walter: Homo ludens auf der Datenautobahn: das Spiel mit imaginären Wirklichkeiten, en: Anton Kolb, Reinhold Esterbauer & Hans-Walter Ruckenbauer: op.cit. (5) Sandbothe, Mike: Interaktivität – Hypertextualität – Transversalität. Eine medienphilosophische Analyse des Internet, en: Stefan Münker & Alexander Roeler: op. Cit. (6) Zierer, Ernesto: Los indicadores relativizantes del idioma alemán y sus equivalentes en el idioma español en: Lenguaje y Ciencias 26.1-4, número especial, (Trujillo:UNT). Diciembre 1986. (7) “ : Elementos de Pedagogía Cibernética para la didáctica de los idiomas extranjeros, Trujillo: UNT, 1970, 165pp. ___________ *) Trabajo basado en: (1) Seminario sobre “Aspectos filosóficos y sicosociales del INTERNET” (03-05/04/2000), Universidad Nacional de Trujillo (conducido por el autor). – (2) Zierer, Ernesto: “La filosofía del INTERNET” I & II, Diario La Industria (Trujillo, Perú), 18 y 21/06/2000. – (3) “ : “ INTERNET y reforma educativa”, Diario La Industria (Trujillo, Perú), 20/2001, _____________ 77 78 Rescate de Valores en Costa Rica La historia es un proceso de constante aceleración: Cada vez se producen más sucesos en lapsos cada vez más cortos, con la consecuencia de que se involucre al hombre en procesos que aumentan en número y diversidad, con tiempos propios que se van reduciendo. Esta realidad implica la disminución del espacio requerido para la formación de valores en la conciencia del hombre, proceso que también requiere su tiempo propio, particularmente por cuanto transcurre en el dominio afectivo. Por otro lado, el debilitamiento de la fuerza que los valores morales representan en la sociedad, da cabida al avance de los antivalores, generando una sociedad en creciente crisis, cuya manifestación más llamativa es la corrupción, que ya no puede detenerse únicamente con medidas represivas. Sería necesario emprender acciones preventivas de gran alcance. ¿Mas cuáles? Costa Rica respondió a este reto. En la década del ochenta del siglo pasado, el Colegio de Abogados de Costa Rica, consciente de esta problemática, se convirtió en gestor de un movimiento nacional para la defensa y el rescate de valores, logrando comprometer a diferentes instituciones en esta tarea. Con apoyo de este movimiento, se formó, el 1° de octubre de 1987 con carácter de provisional, la “Comisión Nacional para el Rescate de los Valores Morales, Cívicos y Religiosos”. En la misma fecha, el Colegio de Abogados presentó al país el “Plan Nacional de Rescate de Valores Morales, 79 Cívicos y Religiosos”, cuya ejecución previó la participación de la educación formal y no formal, de las diferentes instituciones estatales, de la empresa privada, de los sindicatos, de los medios de comunicación, de los colegios profesionales y de las iglesias de Costa Rica. El Plan Nacional contiene una declaración de principios en materia de valores, especifica sus objetivos, y en su parte final, contiene la firma de sus autores en cumplimiento del compromiso asumido por ellos. (Abarca Días, Ovares Araya & Vega Miranda 2001, 16; 165-180). El mismo año (1987), con fecha 3 de diciembre, el Gobierno de Costa Rica, con el Decreto n° 17908-J, oficializa la creación de la mencionada Comisión, instando a las entidades públicas y privadas a colaborar con la Comisión en sus diferentes actividades, y apoyarla financieramente. De hecho, bajo la égida de la Comisión Nacional, comenzaron a constituirse “Comisiones Centrales”, con sus correspondientes comisiones filiales en los diferentes sectores públicos, formándose así el Sistema Nacional de Comisiones de Rescate de Valores (SNCRV) (Abarca Díaz et al. 2001, 18-32) Con el propósito de reforzar y evaluar los esfuerzos del Sistema Nacional de Comisiones de Rescate de Valores, se creó en 1989 la Asociación Nacional de Rescate y Formación de Valores Morales, Cívicos y Religiosos, la cual se encuentra inscrita en el Registro de Asociaciones bajo el expediente N° 3374, del 2 de diciembre de 1989, folio del 1 al 22, y que se identifica con cédula de persona jurídica N° 3-002-104597-11. 80 Funciona de acuerdo a su propio Estatuto, que prevee una Asamblea General, una Junta Directiva, una Dirección Ejecutiva y un Presidente (Abarca et al. 2001, 18). El día 12 de diciembre 1994, el Presidente de la República (José María Figueres Olsen) y los Ministros de Justicia y Gracia y de Cultura, Juventud y Deportes respectivamente), expidieron el Decreto ejecutivo N° 23944-J-C, que en su artículo primero establece que “en cada Ministerio e institución adscrita al Poder Ejecutivo se conformará una Comisión de Rescate de Valores.” Con esta medida, quedó implementado legal y formalmente el Sistema Nacional de Comisiones de Valores, conformado por 65 Comisiones institucionales del sector público (1996)(Abarca Díaz et al. 2001, 224). Con el fin de fortalecer la acción de la Comisión Nacional de Rescate de Valores, el Consejo de Gobierno de Costa Rica, en sesión del 23 de setiembre de 1996 acordó reconocer, respaldar y apoyar la labor de la Comisión Nacional y de las Comisiones Sectoriales integrantes del Sistema Nacional. Este acuerdo fue transcrito por el mencionado Consejo de Gobierno al Presidente de la Comisión Nacional, Licenciado Hernán Vega Miranda con fecha 11 de octubre de 1996 (Abarca Díaz et al. 2001, 215-217). La Comisión Nacional de Rescate de Valores articula sus labores a través de una estructura organizativa conformada por una Junta Directiva, una Dirección Ejecutiva, y a través de las Areas de: Comisiones (Sectoriales), Capacitación, Investigación, y Relaciones Públicas. 81 La labor del Sistema Nacional de Rescate de Valores (SNCRV), a nivel de la Comisión Nacional o a nivel de las Comisiones Sectoriales, se concreta de diferentes maneras: Realización y edición de estudios sobre la clarificación de valores, estrategias de su defensa y rescate, y sobre la incidencia de la falta de valores en la sociedad, incluyendo trabajos de diagnóstico de la situación de los valores en Costa Rica (Fernández Rojas 1997; 2001, B-K; Vega Miranda 2001, 255315; Abarca Díaz et al. 2001, 53-77; 137-154). Elaboración del Proyecto Piloto: Fortalecimiento de Valores y prevención de la corrupción ( Abarca Díaz et al. 2001, 231-251). Organización de eventos académicos como seminarios, simposios, talleres, conferencias, charlas etc. sobre una gran variedad de temas específicos relacionados con valores, en diferentes contextos (reuniones científicas nacionales e internacionales; universidades y otros centros educativos; instituciones de administración pública, colegios profesionales, etc.). Organización de campañas de defensa y rescate de valores en los diferentes sectores de la sociedad costarricense a base de programas para la participación ciudadana. Organización de programas de formación en valores para educadores, funcionarios públicos, ejecutivos, políticos, etc. Colaboración, a base de convenios, con instituciones internacionales afines, en la defensa y rescate de valores, y en la lucha contra la corrupción. 82 Asesoramiento a entidades públicas y privadas en la defensa, el rescate y la promoción de valores. La Comisión Nacional de Rescate de Valores da cuenta de sus actividades en los “Informes Anuales” que se editan y se distribuyen dentro y fuera de Costa Rica. Si bien hay que reconocer que es más fácil destruir valores que rescatarlos, no cabe duda que un esfuerzo de la magnitud como Costa Rica lo viene realizando, ha de repercutir favorablemente en la formación de su capital social (Fukuyama 1999, 33), incidiendo particularmente, entre otros, en los siguientes ámbitos: La familia: Se detiene la desintegración de las familias. La salud: El hombre desarrolla una conciencia de responsabilidad frente a su cuerpo, con las consecuencias que éstas significan para su estilo de vida. Poder legislativo: Se mejora la calidad de su labor. Entidades públicas y privadas: Se refuerza su ética institucional y se efectiviza la lucha contra la corrupción. Medio ambiente: Se refuerza la ética ambiental, particularmente, la convivencia de los miembros de la sociedad, y su relación con el medio natural y construido. Comercio: En el consumidor, se desarrolla una mayor responsabilidad, basada en la consideración de sus posibilidades económicas reales, y en el valor ético del ahorro, frente a un desmedido consumismo. 83 Vida cultural: Se distingue mejor la autenticidad de los diferentes bienes que se ofrecen como bienes “culturales”. La iniciativa costarricense en la defensa y rescate de valores aquí escuetamente descrita, es interesante por dos razones: Por un lado, el Colegio de Abogados de Costa Rica trasciende el tradicional ámbito de acción de un colegio profesional, al convertirse en gestor de un movimiento moralizador nacional; y por el otro, el mismo Gobierno y las mismas instituciones públicas responden positivamente a este llamado, hasta el punto de institucionalizarse esta inquietud. Desde luego, no hemos de perder de vista que esta singular inquietud de Costa Rica nació y fue impulsada gracias a algunos miembros de su Colegio de Abogados que se distinguían por su profunda conciencia de valores y que supieron responder, con perseverancia, al desafío de nuestra sociedad en crisis. ____________ Referencias bibliográficas (1) Abarco Díaz, Marco, Olga Ovares Araya & Hernán Vega Miranda: Fruto de la perseverancia – El Sistema Nacional de Comisiones de Valores de Costa Rica, San José, Costa Rica: Comisión Nacional de Rescate de Valores y Universidad de Costa Rica, 2001. 84 (2) Fernández Rojas, César (antologador): La vivencia cotidiana de los valores en las escuelas costarricenses, San José, Costa Rica: Ministerio de Educación Pública – Comisión Central para la Formación y el Fortalecimiento de los Valores, 1994. (3) Fukuyama, Francis: La gran ruptura, Buenos Aires: Atlántida, 1999. ______________ 85 86 Práctica de los valores: recuento de algunas vivencias Una cosa es hablar y teorizar sobre valores, y otra, experimentarlos. En el primer caso se trata de una acción que transcurre en el nivel cognoscitivo, y en el segundo, de vivencias que se producen en el dominio afectivo. La transmisión de la noción del valor puede programarse en forma de unidades de enseñanza. Las vivencias, en cambio, se caracterizan por espontaneidad, que no puede producirse a voluntad, sino que depende de la vivenciabilidad y la historia personal del individuo, así como de factores circunstanciales. En este sentido, no es posible programar la experimentación de un valor, ni su internalización como criterio rector, lo que constituye precisamente el problema principal de la educación en valores. Por otro lado, creemos que todo ser humano pasa por experiencias que pueden generar una sensibilidad a tal o cual valor. La vivencia del valor puede ocurrir en múltiples modalidades: la impresión positiva, incluso la emoción, que nos causa el comportamiento ejemplar de una persona en nuestro medio ambiente como también determinados fenómenos de belleza que observamos en nuestro medio ambiente natural, la lectura, el contacto con los diferentes géneros artísticos; pero también situaciones de crisis personal (enfermedad grave, pérdida de un ser querido, etc.). 87 Muchas de las experiencias que propician la formación o el rescate de valores en el individuo, se producen gracias a la práctica de la pedagogía del buen ejemplo (véase el trabajo sobre este tema en esta publicación). A continuación, describiremos varias experiencias nuestras que ilustran la diversidad de situaciones propicias para la formación de valores. __________ El compromiso de una joven docente con la educación En 1990, una joven docente, recién graduada de la Universidad Nacional de Trujillo, exalumna nuestra, acepta el reto de dejar su hogar en Cartavio (Departamento de. La Libertad, Perú), para desempeñarse como maestra en un colegio estatal en una zona rural de la selva alta del país,), y, además, colaborar “ad honorem”, es decir, sin percibir remuneración alguna, también en un Proyecto de Desarrollo Educativo Comunal (Zierer 1998), a pesar de que esta zona estaba dominada por la subversión (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru). . La joven maestra evidenció así su autenticidad, cumpliendo con su deber de maestra en circunstancias de riesgo para ella, practicando el valor de la pedagogía del buen ejemplo. El haber podido contar con su colaboración en el mencionado Proyecto (iniciado por la Universidad Nacional de Trujillo) fue una hermosa experiencia para nosotros. ___________ 88 Referencias bibliográficas (1) Zierer, Ernesto: Desarrollo Educativo Comunal – una experiencia en el Distrito de Sauce, Región San Martín, Perú. Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo, 1995. (2) “ : Desarrollo Educativo Comunal desde la base – un proyecto no convencional en al Distrito de Sauce (Región San Martín, Perú), Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo, 1998. _____________ La campaña moralizadora de un ingeniero Hace algunos años, un ingeniero civil y destacado profesor de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Trujillo, con quien nos unía una larga y estrecha amistad, a su iniciativa y por su cuenta, mandó confeccionar un buen número de calcomanías en rojo y blanco, colores del pabellón nacional del Perú, con la inscripción de la célebre frase del ilustre escritor peruano Abelardo Gamarra : “Sólo el trabajo y la honestidad salvarán al Perú – Abelardo Gamarra – el Tunante”. Las repartió entre sus amigos y conocidos que tenían automóvil para que las colocaran allí. Es un ejemplo de cómo también un individuo puede movilizar su creatividad en defensa y rescate de los valores morales. ______________ 89 “Los mejores años de nuestra vida” En los años sesenta, el autor de estas líneas, viajó de retorno de Africa. En una de las ciudades donde hizo escala el avión, subió un pasajero con dos brazos ortopédicos, que se sentó a su lado. Después de algún tiempo en silencio, el primero le manifestó en idioma inglés que creía haberlo visto alguna vez. El pasajero minusválido, le contestó escuetamente en inglés con esta frase: “The best years of our life.” En seguida, su compañero de viaje recordó lo siguiente: Poco después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, se rodó en los Estados Unidos una película considerada la mejor de la postguerra, y que llevaba precisamente este título: “The best years of our life.” En esta película, se presenta la historia de un joven recluta americano que pierde los dos brazos en la guerra, y se relatan todos los problemas de su readaptación a la sociedad. Obviamente, el objetivo de esta película era hacer reflexionar a la sociedad sobre las tragedias que causan las guerras. Con referencia a esta película hubo otro aspecto aún más dramático, que merece ser destacado: No encontraron ningún artista profesional con dos brazos ortopédicos para desempeñar el papel del protagonista de la película, de modo que se buscó entre los que regresaron mutilados de la Segunda Guerra Mundial, hasta que se encontrara un excombatiente que había perdido los dos brazos. Este, que nunca se había desempañado como actor en su vida, se hizo mundialmente famoso por la extraordinaria calidad 90 artística con que desempeñó el papel protagónico en esta película, doblada a muchos idiomas. El pasajero de al lado en el avión, un americano blanco, era, pues, este personaje. Estaba regresando de una conferencia internacional sobre la paz, que se había llevado a cabo en Zaire. Recién luego de su punzante reacción, cargada de emoción contenida, pudimos comprender en toda su dimensión la carga emocional que habría significado para él convertirse, de la noche a la mañana, en actor, y llevar su propia tragedia a la pantalla, contribuyendo con este esfuerzo a la paz. ¡Hasta qué extremo dramático puede llegar la autenticidad! _____________ Sabiduría, humildad y desinterés Además de la cultura precolombina, tangible y ligada al pueblo peruano, estudiada, registrada y admirada en todas sus dimensiones, existe otra cultura peruana, generalmente pasada por alto, a pesar de su trascendencia: Nos referimos a las ideas y comportamientos ejemplares de peruanos que representan valores y que, como tales, han enriquecido el ideario universal de la humanidad. En la importante biografía del historiador Héctor Centurión Vallejo (Universidad Nacional de Trujillo) sobre José Faustino Sánchez Carrión (1787-1825) Ministro del Libertador Simón Bolívar, prócer de la Independencia del Perú, leemos la transcripción de la 91 siguiente frase, extraída de una carta particular que Sánchez Carrión dirige a su amigo José Joaquín Urdapileta, el 23 de diciembre de 1817: ¡Cuánto puede la verdadera sabiduría, la humildad, y el desinterés¡ (Centurión 1975). Esta sentencia del prócer, no pronunciada en un discurso público sino escrita en una sencilla carta dirigida a un amigo, nos impresionó por su vigencia universal e incuestionable actualidad en la sociedad en que estamos viviendo, nos revela también el alto nivel ético de las relaciones al que solían cultivarse las relaciones de amistad en aquel tiempo. De ahí que propusimos con fecha 17-06-02 al entonces Rector de la Universidad Nacional de Trujillo, que se incluyera esta sentencia en el cuadro alegórico que representa la fundación de dicha Universidad, y que se encuentra en el frontis de la entrada principal a la ciudad universitaria. Nuestra idea era que la presencia permanente de este pensamiento de Sánchez Carrión en el mismo portón de ingreso a la ciudad universitaria, fuera el espíritu rector de la Institución, con el consiguiente compromiso de seguirlo, para sus estudiantes, docentes, autoridades y trabajadores no docentes, La relativamente corta vida de Sánchez Carrión – 38 años, tres meses, 17 días – es rica en la práctica de la pedagogía del buen ejemplo. Simón Bolívar supo valorarlo en su carta de condolencia del 4 de julio de 1925, a doña Mercedes Dueñas, viuda del Prócer, con estas bellas y significativas palabras (Centurión Vallejo 1975, 211): “… Mas yo me consuelo al considerar que él fue un virtuoso, como nadie, y que se ha sacrificado por su País. El premio, pues, de tanta 92 virtud, no estaba en la tierra, sino en el cielo, allá donde tienen su mansión las almas justas.” El encuentro con José Faustino Sánchez Carrión a través de la obra de Héctor Centurión Vallejo, ha sido una extraordinaria vivencia enriquecedora para el autor de estas líneas. ________________ Referencia bibliográfica Centurión Vallejo, Héctor: José Faustino Sánchez Carrión – Ministro del Libertador, Caracas/Venezuela: Archivo General de la Nación 1975, No. 22. _____________ La nobleza de una madre judía en Jerusalén A principios de la década del 60, con ocasión de una breve estadía en Israel, el autor de este relato – alemán, viajando en un medio de transporte público hacia el Mar Rojo, conoció a un señor que, logró salir con sus padres de Alemania en los años treinta, antes de comenzar la persecución de los judíos durante el régimen detler en los años treinta, para establecerse en la entonces Palestina. El contacto entre ambos continuó por correspondencia. Cuando el amigo de Israel se casó, su esposa solía agregar algún saludo en inglés, a diferencia de él, que escribía siempre en alemán. Explicó esta actitud de su esposa, manifestando que, a pesar de ser el idioma alemán su lengua materna, preferiría no usarlo desde que 93 sus padres perecieron en un campo de concentración del régimen de Hitler, habiéndose salvado ella por pura casualidad. En un viaje de retorno del Lejano Oriente al Perú vía Europa, el alemán, aceptando la invitación de sus amigos en Israel para visitarlos en Jerusalén, llegó de Nueva Delhi, India, en la madrugada, a Tel Aviv, donde hizo conexión en un bus para dirigirse inmediatamente a Jerusalén. Para el alemán, comprensiblemente, se presentaba el problema emocional de si debería usar el idioma inglés o su lengua materna al dirigirse a la señora. El momento álgido se produjo cuando ella abrió la puerta de su departamento, y él la saludó y se presentó en alemán, que era la lengua materna de ambos. La señora, unos 20 años mayor que él, vaciló por pocos instantes para luego responder - en el mismo idioma. Inmediatamente, no sólo le hizo pasar sino que le colmó de tantas frases cordiales y atenciones maternales que el visitante alemán quedó estupefacto, pues, nunca se había imaginado ser recibido con tanto cariño, casi como hijo de la familia, precisamente por una madre judía cuyos padres (y otros familiares) habían sido asesinados por alemanes en un campo de concentración. Experimentar tan de cerca la nobleza de carácter de un ser humano fue así para él una experiencia inolvidable.. Pocos años después de este encuentro, el alemán se casó con una dama de Trujillo. Viajando a Asia en una gira académica de conferencias, los dos hicieron escala en Israel para visitar a sus amigos. En esta oportunidad, se estableció una estrecha amistad entre ambas mujeres. 94 Es preciso mencionar todavía un fino detalle: Cuando los amigos en Israel se enteraron del fallecimiento del hijo único del alemán y su esposa en 1972, siguiendo una bella costumbre judaica, expresaron su condolencia, plantando cinco arbolitos – simbolizando los cinco años de vida que había alcanzado el niño - , y les enviaron un bonito pergamino con una certificación de este acto (Zierer 1997, 39). Referencia bibliográfica Zierer, Ernesto: Madre e hijo, cruzando el río, Trujillo: Computer Age, 1997. Con rencores no se construye el futuro Tratar de construir un futuro sobre odios y resentimientos tiene poca perspectiva de éxito. ¡Mas cuán poca gente se atiene a esta sabio principio en la práctica! Aquí quisiéramos recordar a un Rector que llevó a la práctica una verdadera pedagogía del buen ejemplo. Los años sesenta fueron de mucha efervescencia política en las universidades del país, incluyendo la Universidad Nacional de Trujillo. Como docentes éramos testigos de las acerbas críticas de los alumnos a las autoridades del Claustro. Uno de los líderes estudiantiles de nuestra Universidad, estudiante de la Facultad de 95 Derecho, ya en la última etapa de sus estudios, se caracterizó por su vehementes, sarcásticos e insultantes ataques verbales a uno de los Vice-Rectores de aquel entonces. El fogoso líder estudiantil se graduó e incluso llegó a ingresar a la docencia universitaria.. Posteriormente, el Vice-Rector referido es elegido Rector, y , lejos de guardar rencor a su exalumno por la falta de respeto a su persona, lo nombra en el entonces cargo de Director Universitario de Proyección Social, lo que manifestó precisamente su sabiduría y nobleza de espíritu. Somos testigos del ahinco y de la creatividad con que este joven Director Universitario luego se desempeñaba en el cumplimiento del .cargo. En poco tiempo, logró organizar una verdadera proyección social y extensión universitaria, gratuita para la comunidad trujillana y con unas dimensiones que nadie se había imaginado antes. Supo obtener para sus múltiples acciones el desinteresado apoyo de la empresa privada, de docentes, de artistas, de políticos, etc. En el local propio de Proyección Social, se dictaron charlas y cursos sobre una gran variedad de temas, se presentaron actuaciones artísticas, se organizaron cine forum , se discutieron problemas del país con políticos y ministros, se ofrecieron exposiciones de arte, etc. Muchos años después, este Director de Proyección Social, ya era cesante de nuestra Universidad, en una conversación con nosotros, reconoció que el éxito de su labor a favor de nuestra Universidad se lo debió a la noble actitud del entonces Rector. Cuán acertada era la sentencia de José Faustino Sánchez Carrión, a la cual nos 96 referimos en un relato anterior: ¡Cuánto puede la verdadera sabiduría, la humildad y el desinterés! _______ Una ofrenda para un niño difunto El hombre es un ente social. Lo que es, se lo debe a los demás. Entre este “los demás” se incluyen también a los niños. También ellos nos enseñan. Transmiten y asimilan los valores con mayor autenticidad que nosotros. De ahí que muchas veces nos impresionan por su sensibilidad. .. Un día, el padre de un niño de apenas 4 años, regresó de su trabajo y lo vio en el portón de la casa con otro niño de la calle. Se dio cuenta de que este último tenía en sus manos un valioso juguete pedagógico que él le había traído de Alemania a su hijito, y le miró con una mirada seria. La reacción inmediata y escueta del niño en idioma alemán – el niño era bilingüe castellano-alemán, – fueran estas palabras (traducidas aquí al español): “Papá, este niño no tiene zapatos.” El mensaje era claro. Padre e hijo entraron a la casa, sin el juguete pedagógico. En otra oportunidad, llegó a casa un colega de Inglaterra, quien había trabajado como profesor durante varios años en el Departamento de Idiomas y Lingüística de la Universidad Nacional de Trujillo,. portando un ramo de flores a la anfitriona. El niño se fijó en este gesto, y le dijo a su mamá (en alemán): “Cuando yo sea grande, también te regalaré flores.” 97 En otras circunstancia, el niño manifestó nuevamente su sensibilidad: Pocas semanas antes de morir, de cáncer al cerebro (Zierer 1997) a la edad de apenas 5 años en una clínica, y antes de perder el habla (afasia motriz), le dijo en castellano a la enfermera que le cuidaba durante la noche: “María Carmen, tú estás ahora cansada, échate en esta cama de al lado.” Algunos meses después del fallecimiento del niño, su madre retornó a las aulas de la Universidad, esta vez para adquirir una licenciatura en educación, especialidad de idiomas extranjeros Terminó con éxito sus estudios. Cuando regresó de la ceremonia de colación de grados, con el diploma desplegado en la mano, le dijo a su esposo: “Es mi ofrenda para nuestro hijito.” (Zierer 1997, 38) Referencia bibliográfica Zierer, Ernesto: Madre e hijo – cruzando el río, Trujillo: Computer Age,. 1997. El sueldo simbólico de un sol En 1979, se instaló en el Perú una Asamblea Constituyente. Su Presidente fue el político y pensador Víctor Raúl Haya de la Torre. Es oportuno recordar que cobró sólo el sueldo simbólico mensual de un sol. 98 Una similar actitud tuvo Lal Bahadur Shastri, Primer Ministro de la India en los años sesenta. Recién después de su muerte se difundió que nunca había cobrado su sueldo. Son prácticas de la pedagogía del buen ejemplo, que encontramos en la historia de todos los pueblos, y cumplen un importante rol en el rescate, defensa y formación de los valores morales ________________ Un caballo salvador Durante la Segunda Guerra Mundial, vimos una película que nos impactó, sobre todo a los jóvenes en Alemania. Su título (traducido al castellano) era: “Willi Birgel . . . cabalga por Alemania.” Willi Birgel no era el nombre del protagonista de la película, que “cabalgaba por Alemania”, sino del actor que lo representaba, desde luego uno de los mejores actores de aquel entonces en Alemania. El título así formulado tenía que atraer al público; todos los jóvenes la vimos. El argumento de la película es el siguiente: Poco antes de estallar la Primera Guerra Mundial, un oficial perteneciente a la nobleza alemana, representa a Alemania en varios concursos hípicos internacionales, obteniendo primeros premios. Cuando estalla la guerra, de nuevo le toca al oficial “cabalgar por Alemania”, mas esta vez en un regimiento de caballería en el frente oriental en guerra contra los rusos. 99 En uno de los combates durante el invierno, el oficial, montado en su caballo, el mismo con que se ganaba galardones antes de la guerra, recibe el impacto de una bala enemiga, que le hiere gravemente. El caballo, ya sin la conducción del jinete, sigue su camino, alejándose del campo de batalla, para luego detenerse. El jinete logra bajarse del caballo y acomodarse en el suelo cubierto de nieve. El caballo se aleja e, instintivamente, encuentra el camino de regreso a las posiciones alemanas, donde se le reconoce en seguida como el caballo del oficial, a quien ya habían dado por desaparecido. Luego, el caballo comienza a alejarse por el mismo camino por el que había venido. Le siguen varios compañeros hasta llegar al sitio donde estaba el oficial tendido en la nieve. El caballo en esta oportunidad, en vez de ganarle galardones a su jinete, le había salvado la vida. El mensaje de la película es que también los animales, pueden transmitir y poner en práctica los valores: La confianza del oficial en su caballo, le da esperanzas de volver a la posición de sus compañeros y traerlos donde se encontraba él postrado en la nieve, para salvarlo; y los compañeros del oficial tienen confianza de que el caballo salvador los guiará al lugar, como, de hecho, sucedió. _____________ 100 El joven protector de caballos Anton Semiónovich Makárenko (1888-1939) fue uno de los representantes más destacados de la pedagogía soviética, transformó la escuela según los principios del socialismo, dándole un carácter colectivo y productivo. El año de 1920, organizó una colonia de trabajo para la reeducación de delincuentes menores de edad, la misma que posteriormente recibió el nombre de Colonia Máximo Gorki, visitada y admirada por muchos pedagogos europeos de aquel entonces. En su libro Poema Pedagógico (1935), que no es un poema propiamente dicho, Makárenko, autor también de muchas otras obras en materia de pedagogía, relata sus experiencias en la organización de esta colonia. En este relato, encontramos una anécdota sobre un joven colono de apenas 15 años, muy despierto y de un carácter muy difícil, que pronto desarrollaría una marcada afición por los caballos y el trabajo de cochero, razón por la cual Makárenko, Director de la colonia, lo había nombrado Jefe de la cuadra de la colonia. Una noche, le informan al Director de la colonia, que uno de los colonos está gravemente enfermo. El Director ordena al joven Jefe de la cuadra, que enganche inmediatamente, para ir a la ciudad y traer al médico. Sin embargo, el Jefe de la cuadra se niega rotundamente a cumplir con la orden, alegando que los caballos habían trabajado todo el día y estaban agotados, y que, además, para el caballo más viejo, y enfermo, tampoco se traía ningún médico. El Director, enojado, decide reemplazarlo inmediatamente por otro colono, mientras que el defensor de los caballos abandona la 101 colonia el mismo día, para regresar dentro de unos días a la cuadra. Al ver una terrible rozadura en las cruces del caballo más viejo, inculpa, furioso y con violencia, del mal trato que le habían dado al caballo enfermo, a los colonos que trabajaban en la cuadra. El Director llega a tiempo para restablecer la calma. En invierno de 1922, debido a la mala cosecha y falta de abastecimiento de la Oficina Regional de Abastos, no había forraje para los caballos. El joven defensor de los caballos lloraba al verlos tumbados, y que ya llevaban dos días sin comer. Sin decir nada a nadie, salió de la colonia, y retornó acompañado de un aldeano con una carreta de paja al día siguiente. El había persuadido al aldeano de que podía entregar una carga de heno “a cuenta de impuestos en especie” a la colonia. Esta estrategia la repitió un par de veces, hasta que la Oficina Regional de Abastos se enteró de la argucia. El Comisario Regional de Abastos en persona llegó a la colonia para investigar. El joven defensor de los caballos, con sagacidad e ironía, logra no solamente convencer al Comisario de la legitimidad de su acción sino incluso ganarse su simpatía, y el problema quedó resuelto. Al incluir Makárenko esta anécdota en su relato, que en el original contiene más detalles , podemos reconocer y valorar también la importancia de la ética ecológica en la colonia de rehabilitación que fundó. ____________ 102 Referencia bibliográfica Makárenko, Anton Semiónovich: Poema Pedagógica, en tres partes,, I Parte, Traducido del Ruso al Español y Presentado por S. Telingater, Moscú: Editorial Progreso, 1979. ___________ El conflicto de conciencia de un maestro Ya después de radicar muchos años en Trujillo, visitamos a nuestro antiguo profesor de latín del Instituto en nuestro pueblo natal. Nos contó la siguiente anécdota. Según las normas para el examen de Bachillerato, vigentes en aquel entonces, las pruebas escritas eran evaluadas por dos profesores de la especialidad: el profesor de aula, y el profesor-revisor. En caso de divergencias, prevalecía el calificativo del profesorrevisor. Se presentó la situación de una alumna cuya prueba de latín fue calificada por el profesor-revisor con una nota superior a la que había dado el profesor de aula, que era precisamente nuestro profesor de latín. Esta situación se convirtió en un conflicto de conciencia para él, de modo que con la prueba en el cartapacio, viajó al Ministerio de Educación en Munich (a una distancia de 150 kilómetros), no para lograr que prevaleciera el calificativo dado por él, lo cual no era posible por la norma reglamentaria, sino simplemente para consultar en la sección correspondiente a lenguas clásicas del Ministerio si su calificación era correcta o no. Los especialistas opinaron que ellos habrían dado el 103 mismo calificativo que él. El profesor regreso tranquilo al Instituto, donde nadie se enteró de su diligencia, y allí terminó el asunto. El maestro había resuelto su conflicto de conciencia. Realmente impresionante esta escrupulosidad. ____________ La Rosa Blanca Quien visite el local central de la Universidad de Munich, encontrará en el patio interior acristalado una placa recordatoria de la Rosa Blanca, y un museo sobre la Rosa Blanca. Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de estudiantes de la Universidad de Munich, sin ninguna filiación políticopartidarista, desde la clandestinidad, iniciaron un movimiento de protesta contra el régimen nacionalsocialista. Rosa Blanca era el nombre de ese movimiento. Las espinas de la rosa simbolizaron los sacrificios que la lucha implicaba, y el color blanco, la pureza del movimiento. Los estudiantes lucharon bajo el signo de la ética e inteligencia. No emplearon medios violentos. Recurrieron a la pinta de palabras como “libertad”, “humanidad”, etc. en edificios públicos, y distribuyeron volantes en los cuales transcribieron extractos de las obras de pensadores alemanes como Kant, Goethe, Schiller y otros, como fundamento para las acérrimas críticas que hicieron al régimen, denunciando la continua 104 violación de los derechos humanos. Eran parte de la otra Alemania, como después de la guerra se los calificó. La Gestapo (“Policía Estatal Secreta”) logró identificar a la mayoría de los estudiantes de la Rosa Blanca, entre los cuales Sofía Scholl, estudiante de biología y filosofía, y su hermano Hans Scholl, estudiante de medicina, destacaron como líderes del grupo, y por la valentía con que no solamente se defendieron sino criticaron al régimen en las mismas audiencias públicas del Tribunal Popular en el Palacio de Justicia de Munich, adonde fueron llevados los estudiantes junto con un renombrado profesor de sicología de la misma Universidad, Kurt Huber, también implicado. Hans Scholl (edad: 25) y Sofía Scholl (22) y otros miembros de la Rosa Blanca, así como el profesor Huber, condenados a muerte, murieron bajo la guillotina en 1943. Tanto por las últimas cartas de los estudiantes a sus familiares, como por los testimonios del sacerdote de la cárcel, sabemos de la profunda religiosidad, de su abnegación por la patria, y de la valentía con que estos jóvenes estudiantes se enfrentaron con la muerte. Cabe relatar aquí el sueño premonitorio que Sofía Scholl tuvo la víspera de su ajusticiamiento, según contaba a sus compañeros de celda (Drobisch 1968, 50). “Un día con sol, vestida de blanco, llevaba un niño para ser bautizado. El camino a la iglesia era empinado. Sostenía al niño con fuerza en mis brazos. De repente, me encuentro ante una grieta, y apenas alcanzo a poner a la criatura a salvo al otro lado de la grieta – y yo caigo en la grieta.” 105 Sofía interpretó el sentido de su sueño a sus compañeros de celda como sigue:: “El niño representa nuestro ideal, que va a vencer todos los obstáculos. A nosotros nos tocó preparar el camino, pero con el sacrificio de nuestra vidas.” _______________ Referencia bibliográfica Drobisch, Klaus: Wir schweigen nicht! Eine Dokumentation über den antifaschistischen Kampf Münchener Studenten 1942/43, Berlin: Union Verlag, 1968. ________________ Noble gesto de un exdirigente estudiantil Sucedió hace un año en el centro de Trujillo. Un señor de estatura alta cruza la calle en dirección al autor de este relato, docente en la Universidad Nacional de Trujillo, y lo aborda. Se identifica, y menciona que tiene pendiente una deuda que liquidar con el sorprendido profesor, que, en los primeros instantes creía que el caballero debe haberlo confundido con otra persona, pues no recuerda que alguien le debiera dinero. Mas luego se aclara la situación. El desconocido le explica que, cuando era dirigente estudiantil en una de las Facultades de la Universidad Nacional de Trujillo, hacía por lo menos unos 20 años, 106 respaldó una acción estudiantil en contra del profesor, y que este comportamiento le venía pesando, motivo por el cual quiere disculparse ahora ante él.. Con esta aclaración, regresa aquella experiencia de hace más de dos décadas a la memoria del profesor. Sin embargo, la conducta del exdirigente estudiantil le asombra, pues, no recuerda ningún comportamiento en particular que le obligara a pedir disculpas por mala conducta. Pero sí le impresiona la nobleza del exdirigente estudiantil, de pedir disculpas después de 20 años, por un comportamiento que él consideraba incorrecto. El exdirigente es hoy un prestigioso y respetado abogado en Trujillo. Este ejemplo muestra que los valores no se enseñan como una materia cognoscitiva sino que se desarrollan a través de vivencias, y con su tiempo “propio”. _______________ Un retrato significativo Quien visite el Departamento de Idiomas y Lingüística de la Universidad Nacional de Trujillo, podrá contemplar en una de sus aulas el bello retrato fotográfico de una joven. Se trata de Rosalinda Arana Mendocilla, graduada de la primera promoción de la Especialidad de Idiomas de la Facultad de Educación, docente en nuestra Universidad hasta su muerte en 1975, a la edad de apenas 30 años. El retrato permanece en el mencionado Departamento desde el año de 1996 (Zierer 1966), en que nuestra Universidad le rindió un homenaje póstumo a esta joven 107 docente por su importante aporte al desarrollo académico de nuestra Universidad: participación significativa en la introducción y consolidación de la pedagogía cibernética e instrucción programada; presentación de ponencias en certámenes científicos en Alemania y en el Brasil; participación en la organización y edición de la Revista Peruana de Pedagogía Cibernética e Instrucción Programada; participación en acciones de asesoramiento a otras instituciones académicas, etc. De la copiosa producción científica de Rosalinda Arana, se exhibieron 20 trabajos científicos en el acto de homenaje. Se trató de trabajos publicados por Instituciones académicas o revistas especializadas. Ella nos ha dejado también varios trabajos todavía por editarse. ¡Realmente, una labor académica fructífera de una joven docente en apenas 8 años! Mas Rosalinda Arana destacó no sólo por sus cualidades académicas. De cerca, pudimos apreciar también sus cualidades humanas: su nobleza de espíritu, su decencia y honestidad en todos sus actos, su abnegación a favor de la Institución, su modestia, y su espíritu de solidaridad con sus colegas. El encuentro con un valor como Rosalinda Arana, como nuestra alumna y luego como colega, ha significado un enriquecimiento de nuestra vida en la Universidad. Esperamos que su retrato tenga su sitio permanente en el Departamento de Idiomas y Lingüística de la Universidad Nacional de Trujillo, simbolizando la pedagogía del buen ejemplo, practicada por una joven docente, quedando para los docentes y alumnos que 108 cruzan el umbral de la Institución, el implícito compromiso de contribuir al progreso de la Universidad y al fortalecimiento de su ética institucional. ____________ Referencias bibliográficas (1) Zierer, Ernesto: Rescate de valores en la UNT, en Diario La Industria (Trujillo), 12-11-96. (2) “ : El aporte de la Universidad Nacional de Trujillo a la Pedagogía Cibernética e Instrucción Programada, Trujillo: UNT, 2001. ___________ El taxista y el discapacitado Un día laborable, caminábamos en la vereda de la primera cuadra de la avenida José Pardo de Miraflores, Lima. Fue en horas de intenso tráfico, cuando de repente se paró un taxi, y nos hizo una señal para acercarnos a la ventana de su vehículo. Mientras titubeamos un breve instante, comenzó la protesta de los vehículos que venían detrás del taxi parado en la pista, interrumpiendo el tránsito. Nos acercamos al taxista, pensando que se trataba de alguna emergencia. Grande fue nuestra sorpresa cuando el humilde taxista nos dio dos soles con el pedido de entregárselos a un discapacitado sentado en la vereda. Nosotros al pasar por la vereda, no nos habíamos “fijado” en el minusválido, pero el taxista, desde su vehículo en pleno tráfico, sí. _____________ 109 Los pétalos y el centro de la flor Como nos decía una vez un amigo jesuita: Hay muchos caminos que conducen a Dios. Nietzsche es más directo y más radical al respecto: La filosofía que profesamos depende de la clase de carácter que tenemos. Esto nos hace recordar la reflexión de una mujer en su lecho de enferma en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas de Lima, a quien le llevamos unas flores silvestres de color lila, y que en el Perú se llaman “Isabelitas”. La paciente dirigió nuestra atención hacia los pétalos de la flor que convergen todas en torno a un punto de color más oscuro. Sin esta convergencia, generada por el punto, la flor no conformaría la estructura que precisamente causa la impresión estética en el observador. A partir de esta explicación, la paciente argumenta que en todo, en la vida, en la naturaleza, en el hombre está la presencia de Dios de alguna forma, pero descubrirla, desde luego, es un gran problema: Dios como salvador, Dios como creador, Dios como creador-interventor, Dios como consciencia moral, Dios como amigo, Dios como padre, Dios como iluminación, Dios como intuición, Dios como inspirador, etc. Esta reflexión nos hizo recordar la víspera de Navidad que, hace muchos años, pasamos en la iglesia de SacréCoeur de Montmartre en París, cuando un obispo, en un templo repleto mayormente de jóvenes, pronunció lo que, en vez de un sermón, fue en realidad una conferencia académica sobre el problema de la soledad del hombre en nuestra época, enfocado desde un punto de vista sicológico y teológico, con esa minuciosidad tan típica 110 de los intelectuales franceses. El mensaje del sermón fue que el hombre nunca está solo, siempre está acompañado de Dios de algún modo. Esta experiencia en la iglesia Sagrado Corazón de París fue para nosotros el mejor regalo de Navidad. _______________ Solidaridad La paciente era una señora sencilla. Sufría de cáncer avanzado. El pronóstico, hecho en Lima, era “reservado”. Decidió retornar a su casa en Tarapoto, donde su estado siguió empeorando hasta que ya no pudo levantarse. Una joven colega y amiga nuestra en Trujillo que había conocido circunstancialmente a la señora en Tarapoto, nos manifestó su deseo de viajar a Tarapoto para acompañarla siquiera un par de días, y darle apoyo moral en este trance. La joven colega solicitó permiso al centro educativo donde prestaba servicio, y se embarcó en un bus. Después de un fatigoso viaje de unas 25 horas, llegó a Tarapoto, donde inmediatamente fue a la casa de la paciente.. La atendió en múltiples formas, durante su permanencia de apenas 3 días en Tarapoto. Agotada, pero contenta por haber podido apoyar a la señora en estado terminal, emprendió viaje de retorno a Trujillo, nuevamente 25 horas en bus, y reanudó inmediatamente su tarea docente en el colegio. He aquí un hermoso ejemplo de auténtica solidaridad. La solidaridad es mucho más que un mero acto de 111 caridad; es un valor que se materializa cuando un impulso interior nos hace compartir la angustia o el sufrimiento (físico o psíquico) del prójimo. Nuestra joven colega nos dio un extraordinario ejemplo de solidaridad. _____________ La nobleza de un político Era el año de 1968, en que el golpe del general Juan Velazco Alvarado puso fin al Gobierno Constitucional del Arquitecto Fernando Belaunde Terry, fundador del partido Acción Popular en el Perú. Hubo la casualidad de que uno de los jóvenes correligionarios y más leales colaboradores de Fernando Belaunde en el partido, fue alumno nuestro en la Universidad Nacional de Trujillo. Teníamos programada una visita al Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T) en Cambridge, Estados Unidos, para un diálogo con destacados científicos en lingüística. Ante el hecho de que Belaunde Terry, después de su deportación del Perú, había llegado a ser profesor visitante en la Universidad de Harvard en la misma ciudad, nuestro exalumno nos pidió que lleváramos un paquete de recortes de periódicos y otro material impreso al arquitecto Belaunde en Harvard. Fue un honor para nosotros aceptar este encargo. Consideramos conveniente anunciar nuestra visita al arquitecto Belaunde mediante una carta desde otra ciudad en los Estados Unidos. 112 El primer encuentro se produjo en el departamento donde Belaunde residía con su hija. Cuando nos encontramos frente a Belaunde en la entrada a su departamento, nos percatamos inmediatamente de que de este hombre emanaba un fluido poco común. Nos dimos cuenta de que esta emanación podía corresponder sólo a una nobleza de espíritu. Este efecto sobre nosotros, lo sentimos luego con mayor intensidad durante la conversación que tuvimos con Belaunde no sólo sobre la actualidad del Perú en aquel momento, sino también sobre una serie de temas éticofilosóficos, De este diálogo, tan instructivo como edificante para nosotros, recordamos particularmente lo siguiente: (1) La admirable ecuanimidad de Belaunde ante el golpe militar, que había interrumpido bruscamente el mandato presidencial del arquitecto. Esta serenidad se expresaba en el lenguaje alturado en que se refería a este acaecimiento. (2) Su autenticidad como demócrata – practicando la pedagogía del buen ejemplo -, cuando nos recordó que “…nunca caímos en la tentación de cerrar el Congreso porque ellos fueron elegidos por el pueblo como yo”, al referirse a los problemas que tuvo al haber tenido que gobernar al país con una minoría en el Congreso. (3) El rescate del valor que representa la ética del trabajo, particularmente, la ética del trabajo manual, valor inherente a la organización social del Incanato, y el que fue incorporado por Belaunde, como uno de los pilares a su partido Acción Popular, a través de las acciones de cooperación popular, que comprendía 113 también a la juventud. Al respecto recordamos que nuestro mejor alumno en la asignatura de lingüística, joven ancashino, y luego profesor de lingüística, quechua y japonés, y nuestro más leal colega en la Universidad, pasó por esta extraordinaria experiencia, que había sido para él su participación en la cooperación popular universitaria. (4) Su absoluta honestidad: Belaunde nos causó la impresión de ser un hombre cuya honestidad “se percibía encima de la ropa”. Tuvimos que recordar la famosa frase de Abelardo Gamarra – El Tunante: “Sólo el trabajo y la honestidad salvarán al Perú.” Al despedirnos de Belaunde aquella noche, nos honró con el gesto de invitarnos a visitarle la mañana siguiente en su oficina en la Universidad. De hecho, el día siguiente, a la hora acordada, ya nos esperaba Belaunde en su oficina, para continuar el diálogo. Luego, nos condujo a una biblioteca especializada en asuntos de América Latina, haciendo reveladores comentarios acerca de varias obras sobre el Perú, recientemente publicadas. Fue una clase para nosotrros. Cuando era hora de retirarnos para acudir a nuestro compromiso en el M.I.T, Belaunde, en un nuevo gesto de nobleza – es oportuno mencionar que él nos llevaba 17 años -, a pesar de la lluvia, nos acompañó a pie hasta la entrada a la estación del Metro, donde nos despedimos. Ya en el tren en dirección al M.I.T, recién nos acordamos de una sencilla pero muy significativa vivencia que tuvimos en 1963, que queríamos mencionar en nuestro encuentro con Belaunde, y que es oportuno 114 recordarla aquí porque ilustra la nobleza de espíritu de este hombre hasta en los detalles minúsculos: Cuando se cerró la campaña electoral de 1963, escuchamos a Belaunde hacer una declaración de sus bienes por radio. Incluso mencionó, si mal no recordamos, que su casa estaba hipotecada por la Revista Peruana de Arquitectura (que él editaba en aquel entonces). El hecho de cerrar su campaña con esta declaración minuciosa de sus bienes, nos movió a mandarle una felicitación, como muchas otras personas lo habrán hecho, cuando se le proclamó ganador de la contienda electoral para Presidente de la República. Grande fue nuestra sorpresa cuando apenas un par de semanas después, recibimos de él, por correo certificado, una tarjeta de agradecimiento, con firma de su puño y letra. El año de 1980, Belaunde inició la campaña para su segundo mandato, con su recordado discurso en la manifestación del Paseo Colón (Lima) el 29 de febrero. En nuestros archivos guardamos el texto impreso de este histórico mensaje, posteriormente publicado; Belaunde nos lo hizo llegar con una bella dedicatoria. El encuentro con este hombre tan noble de espíritu como auténtico en su conducta, fue para nosotros de un extraordinario valor formativo y orientador en este mundo tan problemático. 115 El valor que nos causó lágrimas La paciente convalecía de una intervención quirúrgica a consecuencia de un cáncer al colon, practicada en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (local antiguo) de Lima. Diez años antes, su único hijo había fallecido de un cáncer al cerebro cuando tenía apenas cinco años. Ella, recordando este triste suceso, solía frecuentar la Sección de Pediatría del mencionado Instituto, para llevar juguetes a los niños con cáncer allí hospitalizados, y para jugar con ellos. Uno de esos días, ella llegó al ambiente donde estaban jugando los niños, y vio a uno de ellos jugar con uno de los juguetes que ella les había llevado. Cuando la enfermera se percató de la presencia de ella, le dijo al niño, “ésta es la señora que nos ha regalado tu juguete”. El niño voltea la cabecita hacia la señora , y con una sonrisa en la carita, le dijo “Muchas gracias por el regalo, señora”. Era un niño al cual habían tenido que amputarle una pierna La reacción con estas palabras de un niño de apenas 7 años, proveniente de un hogar humilde, que pocas semanas antes había tenido que pasar por esta operación mutilante a consecuencia de un sarcoma, le había impresionado tanto que, cuando nos contaba esta experiencia, le brotaban las lágrimas de los ojos. El recuerdo de la noble actitud de este humilde niño en esta situación, le conmocionaba de nuevo. Fue la única vez que se vio llorar a la señora durante su enfermedad (Zierer 1997, 61). ________________ 116 Referencia bibliográfica Zierer, Ernesto: Madre e hijo, cruzando el río, Trujillo (Perú): Editorial Computer Age, 1997. _________________ “… Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno de nosotros muere para sí” (Rom. 14, 7) Una tarde, el esposo se ausentó por unos quince minutos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas en Lima, donde se encontraba hospitalizada su señora en estado terminal, con cáncer. En la entrada principal, se encontró con uno de los cirujanos que habían intervenido en dos operaciones practicadas a la paciente un año antes. El cirujano estaba saliendo del Instituto, para irse a su casa. Los dos hombres se saludaron. A continuación, el cirujano entra nuevamente al Instituto. Poco después, de regreso en el cuarto de la paciente, el esposo se enteró de que, durante su breve ausencia, el cirujano había visitado a su esposa. A juzgar por la expresión de cierto contento en el rostro de ella, se da cuenta de que la visita del cirujano debe haberle hecho bien. 117 El esposo, al saludarse con el cirujano en la entrada del Instituto, no se imaginaba que aquél iba a ingresar al instituto con el solo fin de ver a la paciente, y de darle consuelo con su mera presencia y sus gestos de cariño, aunque fuera solamente por algunos minutos (Zierer, 1997, 89-90). He aquí un médico que ha demostrado que sigue siendo médico más allá de sus destrezas y capacidad de cirujano. Como decía Jacques Bréhant (1976), el verdadero médico es aquél que sabe ayudar y aliviar al enfermo cuando médicamente, es decir, con la ayuda de los múltiples recursos de la ciencia médica, ya no puede hacer nada, cuando el paciente y el médico como mortales ambos se encuentran ante la muerte. ____________ Referencias bibliográficas (1) Bréhant, Jacques: Thanatos – le malade et le médecin devant la mort, Paris : Éditions Robert Laffont, 1976. (2) Zierer, Ernesto : Madre e hijos, cruzando el río, Trujillo: Computer Age, 1997. ____________ La alegría de dar Este breve reencuentro con nuestras vivencias de valores, lo queremos concluir con el poema “Dar” de la poetisa peruana Isabel Reyes Carrillo. Su transcripción aparece en la carátula interior de este libro. ______________ 118 ¡ Cuánto puede la verdadera sabiduría, la humildad, y el desinterés ! José Faustino Sánchez Carrión (1787 – 1825) (Carta del 23/12/1817 a su amigo José Joaquín Urdapileta) 119