EL SISTEMA COMPLEJO DE LA CUENCA HIDROGRÁFICA

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EL SISTEMA COMPLEJO
DE LA CUENCA HIDROGRÁFICA
Wilealdo García Charria
Ingeniero Forestal
La cuenca es un sistema de captación y concentración de aguas superficiales en el que interactúan
recursos naturales y asentamientos humanos dentro de un complejo de relaciones, donde los
recursos hídricos aparecen como factor determinante. El territorio de la cuenca facilita la relación
entre sus habitantes, independientemente de si éstos se agrupan allí en comunidades delimitadas
por razones político–administrativas, debido a su dependencia común a un sistema hídrico
compartido, a los caminos y vías de acceso y al hecho de que deben enfrentar peligros comunes.
El concepto de cuenca hidrográfica posee connotaciones amplias dependiendo de los objetivos que
se persiga. Los intereses perseguidos determinan, de algún modo, su definición y caracterización, y
por consiguiente su planificación y manejo. En general, para efectos de la gestión y administración
de los recursos naturales, la cuenca hidrográfica se ha entendido, bien como una fuente de
recursos hidráulicos, bien como un espacio ocupado por un grupo humano, que genera una
demanda sobre la oferta de los recursos naturales renovables y realiza transformaciones del medio,
bien como un sistema organizado de relaciones complejas, tanto internas como externas.
De cualquier manera que sea, por sus condiciones naturales particulares, el territorio de la cuenca
crea una relación entre sus habitantes debido a su dependencia común a un sistema hídrico
compartido. Por estas razones se convierte en un espacio natural (un conjunto de sistemas
entrelazados) idóneo para llevar a cabo la labor conjunta de la gestión y manejo de los recursos
naturales.
LA CUENCA HIDROGRÁFICA COMO UNIDAD DE PLANEACIÓN
La cuenca hidrográfica, sus recursos naturales y sus habitantes, poseen connotaciones físicas,
biológicas, económicas, sociales y culturales que le confieren características peculiares
(Dourojeanni 1994). En zonas cordilleranas y de altas montañas, las cuencas son ejes naturales de
comunicación y de intercambio económico, ya a lo largo de los ríos, ya a lo largo de las cumbres;
en las cuencas de valles y de grandes descargas, el eje fluvial es también una zona de articulación
de sus habitantes. En la cuenca se estructuran relaciones múltiples entre factores naturales y
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humanos en un espacio que es históricamente delimitado por el poblamiento y la utilización social
del espacio (Arias y Duque 1992). El territorio de la cuenca facilita la relación entre los habitantes
asentados, aunque éstos se agrupen por razones político–administrativas, debido a su dependencia
común a un sistema hídrico compartido, a los caminos y vías de acceso y al hecho de que deben
enfrentar peligros comunes (Dourojeanni 1994).
Así, es claro para varios autores (Dourojeanni et al 2002; Jouravlev 2001; CVC 1995; Dourojeanni
1994, 1993; Nadal 1993; Arias y Duque 1992; Varela 1992; OEA 1978), que la cuenca es un
espacio natural (un conjunto de sistemas entrelazados) idóneo para llevar a cabo la labor conjunta
de la planeación de los recursos naturales. No obstante, debe ser claro también (Vásquez 1997;
Dourojeanni 1994, 1993) que el territorio de la cuenca hidrográfica es sólo una de las opciones, con
más o menos validez, dependiendo del tamaño y las características geográficas de su entorno,
para llevar a cabo la gestión y manejo de los recursos naturales. Es, sí, una opción ambiental
importante porque, como se indicó arriba, propicia la coordinación entre usuarios unidos a un
mismo recurso y facilita la verificación de los progresos en el control de las medidas que se tomen.
El Concepto de Cuenca Hidrográfica
En términos simples, una cuenca hidrográfica es la superficie de terreno definida por el patrón de
escurrimiento del agua, es decir, es el área de un territorio que desagua en una quebrada, en un
río, en un lago, en un pantano, en el mar o en un acuífero subterráneo. En un valle, toda el agua
proveniente de lluvias y riego, que corre por la superficie del suelo (lo que se denomina agua de
escurrimiento) desemboca en corrientes fluviales, quebradas y ríos, que fluyen directamente al mar.
Tal como lo describe Maas (2005), una cuenca es una especie de embudo natural, cuyos bordes
son los vértices de las montañas y la boca es la salida del río o arroyo. Puede ser tan pequeña
como la palma de la mano, o tan grande como un continente completo (Figura 1).
Figura 1. Estructura jerárquica de la cuenca hidrográfica
El Decreto 1729 de 2002 retoma la definición del Código Nacional de Recursos Naturales (Decreto–
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Ley 2811 de 1974) y define la cuenca u hoya hidrográfica como “el área de aguas superficiales o
subterráneas, que vierten a una red natural con uno o varios cauces naturales, de caudal continuo o
intermitente, que confluyen en un curso mayor que, a su vez, puede desembocar en un río principal,
en un depósito natural de aguas, en un pantano o directamente en el mar” (República de Colombia
2002). La cuenca está delimitada por la línea de divorcio de las aguas, entendiendo ésta como la
cota o altura máxima que divide dos cuencas contiguas.
Esta unidad territorial, tomada en forma independiente, o interconectada con otras, es la más
aceptada para la gestión integrada de los recursos naturales, especialmente los hídricos
(Dourojeanni et al. 2002). En este sentido, aunque es un territorio delimitado naturalmente, la
cuenca hidrográfica posee connotaciones amplias dependiendo de los objetivos que se persiga.
Los intereses perseguidos determinan, de algún modo, su definición y caracterización, y por
consiguiente la ordenación de su territorio y el manejo de sus recursos naturales. En sentido
general, la cuenca hidrográfica puede considerarse como:
a) Un área que es fuente de recursos hidráulicos, en la cual debe haber un manejo planificado de
los recursos naturales y de la preservación del ecosistema. El manejo de los recursos naturales de
la cuenca es un complemento de la acción de administración del agua (Nadal 1993; Helweg 1992).
b) Un espacio ocupado por un grupo humano, que genera una demanda sobre la oferta de los
recursos naturales renovables y realiza transformaciones del medio. Bajo esta perspectiva, las
acciones que se ejecutan para la gestión y manejo de recursos naturales son las mismas acciones
que se ejecutan en un programa de desarrollo regional aplicado al espacio de la cuenca
hidrográfica (Dourojeanni 1994, 1993; Varela 1992; OEA 1978).
c) Un sistema organizado de relaciones complejas tanto internas como externas. Es un sistema
contenido dentro de otro sistema (ambiente) constituido por las interacciones de otros subsistemas
(biofísico, social, económico, etc.), cuyo fin principal es producir bienestar a la sociedad que la
gobierna (cantidad y calidad de agua, energía, insumos, alimentos, recreación, etc.). Ver CVC
(1995). En la Figura 2 se esquematiza la cuenca hidrográfica como habitualmente se suele
representar.
Ambiente
Social
Comunidades
Humanas
Cultural
Tradiciones /
Costumbres Económico
Recursos
disponibles/
Técnicas
Ambiental
Oferta
Ambiental
Cuenca hidrográfica
Figura 2. Esquema del Sistema Natural de la Cuenca Hidrográfica
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La consideración fundamental aquí es que la cuenca hidrográfica funciona como una unidad
geográfica, en la cual todos los elementos que la integran son interdependientes, y que a su vez
puede interrelacionar con otras cuencas u otras unidades semejantes.
Componentes y elementos de la cuenca hidrográfica
La cuenca hidrográfica, pues, se puede considerar como un sistema complejo compuesto por las
interacciones de los subsistemas biofísico, económico, social y cultural (Figura 2).
Como subsistema biofísico la cuenca está constituida por una oferta ambiental en un área
delimitada por la divisoria de aguas y con características específicas de clima, suelos, bosques, red
hidrográfica, usos del suelo, componentes geológicos, etc. Como subsistema económico la cuenca
presenta una disponibilidad de recursos que se combinan con técnicas diversas para producir
bienes y servicios; es decir, en toda cuenca hidrográfica existe alguna o algunas posibilidades de
explotación o transformación de recursos. Como subsistema social involucra las comunidades
humanas asentadas en su área, demografía, acceso a servicios básicos, estructura organizativa,
formas de organización, actividades, entre otros, que necesariamente causan impactos sobre el
ambiente natural. También incluye el conjunto de valores culturales y tradicionales, normas de
conducta y creencias de las comunidades asentadas. En la Figura 3 se presentan los diversos
elementos que componen una cuenca hidrográfica. En este sistema abierto existen influencias y
dependencias entre y hacia los elementos de los subsistemas, lo cual se manifiesta en una
dinámica de comportamiento que es compleja y que obliga a analizarla en forma integral.
El enfoque sistémico facilita un mejor conocimiento de la estructura y función de la cuenca
hidrográfica en términos de definir sus elementos y las relaciones entre ellos. Además permite
analizar y evaluar factores involucrados dentro de contextos mayores o menores desde diversos
escenarios (administrativos, económicos, naturales, socio-culturales, etc.). Por otra parte, ofrece un
marco conceptual dentro del cual los contenidos de las ciencias físicas y sociales pueden integrarse
de manera lógica. El enfoque también permite reconocer las interrelaciones de los diferentes
elementos de la cuenca hidrográfica dentro de fronteras establecidas y adicionalmente las
relaciones con el medio ambiente. Por lo tanto en el estudio de una cuenca se debe tener en cuenta
que todos los recursos que esta posee son interdependientes y han de ser considerados en su
conjunto, nunca uno independiente del otro. Es decir, considerar el medio natural en su carácter
global.
Entendida de este modo, parece claro que la cuenca hidrográfica define bien a nivel espacial el
ordenamiento de un territorio, no sólo desde el punto de vista geográfico natural, sino también
humano, porque en ella tienen asiento una complejidad de procesos que tienen que ver con las
relaciones hombre–hombre y hombre–naturaleza (Arias y Duque 1992). En ellas se reflejan
acciones recíprocas entre el agua, el suelo, las plantas y factores geológicos con la intervención del
hombre. De esta interacción se presentan resultados que se pueden cuantificar económicamente,
cuando se trata de efectos directos y tangibles. Hay otros efectos, que no se pueden cuantificar
económicamente, pero que sí representan un alto costo social.
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Elementos Socioculturales
Creencias
Conocimientos
Normas
Pautas de conducta
Instituciones
Tecnología
Valores
Relaciones y
Patrones
Productos Materiales
Clases Sociales
Grupos
Elementos Económicos
SUBSISTEMA CULTURAL
SISTEMA BIOFISICO
Atmósfera
Clima
Suelo
Subsuelo
Hidrología
Flora
Fauna
SISTEMA
CUENCA
HIDROGRÁFICA
SISTEMA ECONOMICO
Elementos Biofísicos
Sistemas de Producción
Distribución
Consumo
Empleo
Ocupación
Tenencia de la Tierra
Tamaño de la Propiedad
Condición Jurídica
Tipos de Cultivo
Ingreso
Crédito
Uso de la Tierra
Numero de predios
Sistemas Agrícolas
SISTEMA SOCIAL
Elementos Demográficos
Tamaño y distribución de la
Población por:
Edad – Sexo
Ocupación
Población
Económica activa
Figura 3. Componentes de una Cuenca Hidrográfica
LA CUENCA HIDROGRÁFICA Y LOS SISTEMAS HUMANOS
La interacción entre el medio social y el sistema natural se da fundamentalmente bajo tres
aspectos: el medio natural como soporte de actividades de los sistemas sociales; fuente de
recursos naturales; y receptor de residuos y efluentes. En la cuenca hidrográfica tienen lugar un
conjunto complejo de procesos que relacionan a los diferentes sistemas sociales que se asientan
en la cuenca entre sí y a éstos con el sistema natural. En la mayoría de las ocasiones las relaciones
de las comunidades con su ambiente son conflictivas, creando, como lo expresa Bethelmont
(1980), citado por Arias y Duque (1992), “graves desequilibrios que vuelven cada vez más precario
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el dominio que se pretende instaurar en ese ámbito”. Debido a su dependencia común a un sistema
hídrico compartido por razones naturales, la cuenca hidrográfica, como territorio, facilita las
relaciones entre sus habitantes. Cuando no existen sistemas de conciliación entre los diferentes
actores que dependen de la cuenca hidrográfica se producen conflictos (Dourojeanni 1993). Por
ello, Nadal (1993) sostiene que siempre que sea posible la cuenca hidrográfica debe ser tomada
como unidad para llevar a cabo la planeación de los recursos del agua, y para ello es necesario
hacer un completo análisis de la evolución económica y social de la zona.
Como sistema natural, la cuenca hidrográfica es un complejo conjunto de subsistemas y elementos,
flujos y ciclos de energía y materia, del cual el hombre es parte integral. Lo que distingue al hombre
del resto de los elementos vivos de la cuenca es su capacidad para adaptarse a una amplia gama
de ecosistemas y transformarlos. A lo largo de la historia de su asentamiento en la cuenca una
comunidad particular transforma el sistema natural alterando la composición de las poblaciones, la
regularidad de los ciclos de materia, los flujos de energía y con ello todo el equilibrio dinámico del
sistema. Para efectuar dichas modificaciones la sociedad se organiza y desarrolla instrumentos y
técnicas (Bifani 1999; Dourojeanni 1993). Los seres humanos modifican el sistema natural
fundamentalmente a través de la tecnología y la organización que el grupo social adopta.
Dourojeanni (1993) clasifica en dos corrientes complementarias las acciones que los seres
humanos realizan sobre una cuenca hidrográfica para habilitarla a sus necesidades. Por un lado,
como directas o técnicas, coloca todas aquellas acciones que un individuo realiza para transformar,
utilizar y protegerse del medio, así como para conservarlo. Por otro lado, define como acciones
gerenciales o indirectas, todas aquellas de tipo administrativo, legal, económico, que el individuo
debe realizar para llevar a cabo las acciones directas.
Los sistemas sociales, por otra parte, no son estáticos; cambian, se desarrollan, adoptan nuevas
formas organizativas y desarrollan técnicas nuevas. La organización social y las tecnologías se
hacen cada vez más complejas, introduciendo variaciones que van alejando al hombre de su
sistema natural. La forma más simple de relación sociedad-naturaleza es una relación directa
hombre–naturaleza, en la cual el primero recoge del entorno lo que necesita para subsistir.
Posteriormente ya no recoge, sino que, mediante una herramienta, un instrumento, una máquina,
actúa sobre la naturaleza. La herramienta se va haciendo cada vez más compleja y mayor su poder
de transformación; la vida humana se concentra y gira en torno a un ambiente construido en el cual
un denso universo tecnológico se interpone entre el ser humano y su entorno. La acción intencional
sobre el sistema natural tiene efectos, que son función tanto de las características de los
ecosistemas, como de la magnitud y peculiaridad de los cambios que se introducen en ellos. Los
impactos están aumentando en magnitud y frecuencia y tienen consecuencias que son
acumulativas con lo cual someten al sistema natural a una presión constante, lo que tiende a alterar
aquellas funciones claves que permitían su funcionamiento (Bifani 1999).
Bifani (1999) clasifica los impactos sobre el sistema natural originados en la actividad productiva del
hombre en tres grandes grupos:
– Ventajas o beneficios económicos obtenidos por la explotación de la productividad biológica del
sistema natural. Un elemento constitutivo de un ecosistema es retirado del mismo; por ejemplo,
especies forestales, animales, o ciertos cultivos agrícolas. En la medida que estas sustracciones no
regresan al ecosistema o no son sustituidas por otras para restablecer el ciclo biogeoquímico, la
estructura y el funcionamiento del sistema natural se verán afectados. Ello conduce a procesos de
desertización, deforestación, degradación, etc.
– Incorporación al ecosistema de cantidades mayores de ciertos elementos, un proceso contrario
al anterior. Por ejemplo, descargas de residuos en sus formas de contaminantes y desechos,
adición de fertilizantes, etc. De nuevo, el sistema natural se ve sometido a una presión para
continuar su normal funcionamiento.
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– Descarga en un ecosistema de un elemento nuevo, que le es completamente ajeno. El sistema
reacciona, ya sea tratando de asimilarlo, degradarlo o simplemente rechazarlo, lo cual se traduce
en presiones que pueden ser relativamente fuertes sobre el funcionamiento normal del sistema
natural.
La superación de los efectos negativos de estos impactos dependerá finalmente del grado de
1
homeostasis y resiliencia del sistema. El sobrepastoreo, por ejemplo, implica retirar del sistema
natural una cantidad de energía y nutrientes acumulados a un ritmo superior a su capacidad para
reciclar los nutrientes y fijar la energía. En general, los grupos sociales han mostrado una creciente
aptitud para utilizar la energía y los nutrientes del sistema natural, que no siempre son retornados
(Bifani 1999; Odum 1971). El transvase de agua de una cuenca a otra es otro ejemplo del impacto
que el sistema social puede causar en el sistema natural de la cuenca hidrográfica. Ello genera
desequilibrios en el ciclo hidrológico de la cuenca y desbalances en la oferta y demanda de agua
(véase Miller 1994).
Las acciones del hombre, en general, sobre el sistema natural de una cuenca hidrográfica originan
impactos difíciles de cuantificar y caracterizar. Entre estos impactos se encuentran (Bifani 1999;
Posada 1997; Costanza 1994; Goodland 1994; Miller 1994):
– Uso de fertilizantes fosfatados en la práctica de la agricultura moderna, lo cual deteriora
paulatinamente el sistema natural, originando pérdida de la fertilidad del suelo y, finalmente, su
incapacidad para sustentar el grupo social.
– Disminución de la biodiversidad. El uso de unas pocas especies para satisfacer las
necesidades del sistema socioeconómico ha conducido paulatinamente a una disminución de la
diversidad de especies en el sistema natural. La pérdida de biodiversidad, por otra parte, está
asociada a la eliminación de los bosques tropicales. La concentración selectiva en el uso de pocas
especies genéticas no sólo supone un mal aprovechamiento y un uso ineficiente de la naturaleza
por parte del sistema social, sino que, además, tiene efectos negativos, porque la pérdida de
diversidad se traduce en una mayor vulnerabilidad del sistema natural y en una alteración de sus
procesos autorreguladores y de sobrevivencia.
– Aplicación de técnicas y formas de utilización del sistema natural con ecosistemas
caracterizados por factores estructurales y funcionales distintos. El caso ya clásico para ilustrar esta
situación es la explotación de zonas tropicales y subtropicales agrícolas. Los suelos tropicales no
tienen inherentemente una alta fertilidad, ya que la biomasa se concentra en la porción aérea de las
plantas más que en el suelo mismo, como es normal en las zonas templadas.
– Introducción de elementos ajenos al sistema natural. La descarga de desechos químicos en el
sistema natural ataca ciertas plantas e insectos, eliminándolos y, por lo tanto, alterando el equilibrio
de relaciones biológicas existentes en el sistema.
Además, el sistema tecnológico requiere una determinada forma de organización social que permita
su puesta en práctica, lo que se traduce en alteraciones sobre formas tradicionales de la propia
organización social. El sistema social ha desarrollado una serie de capacidades para dominar su
sistema natural. La mayor capacidad de la sociedad para actuar sobre la naturaleza y transformarla
se da en los siguientes aspectos de su relación con el sistema natural (Bifani 1999; Max–Neef
1999; Posada y Vargas 1997; Odum 1971):
–
–
1
capacidad de utilizar, captar y manipular energía;
capacidad de utilizar, crear y manipular materiales;
La homeostasis es la propiedad de un sistema que define su nivel de respuesta y de adaptación al contexto. Es el nivel de
adaptación permanente del sistema o su tendencia a la supervivencia dinámica.
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–
–
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capacidad de influenciar, utilizar y modificar procesos biológicos, y
capacidad de producir, manejar y transformar y transmitir información.
La capacidad de captación, utilización y manipulación de energía permite llevar a cabo una serie de
procesos productivos, aumentar las posibilidades de transporte, construcción, información, manejo
de materiales, etc., así como alterar más violentamente los ecosistemas naturales. La mayor
capacidad en el manejo de los materiales permite a la sociedad disponer de más y más sofisticados
bienes y aumentar los rendimientos en las actividades productivas; pero son también la causa de
una mayor descarga de materiales bajo la forma de residuos, desechos y contaminantes en el
medio natural, que afectan los ciclos naturales y el funcionamiento del sistema. La capacidad del
manejo biológico permite disponer de nuevas variedades genéticas y aumentar la expectativa de
vida, pero al mismo tiempo puede reducir la diversidad genética y alienta el crecimiento poblacional
con la consiguiente presión sobre el sistema productivo de alimentos. Finalmente, el manejo de
información disponible, en términos de mayores conocimientos y de la forma de aplicarlos para
elevar al máximo los beneficios que la sociedad, o una parte de ella, obtiene del funcionamiento del
sistema productivo y la utilización de la naturaleza, constituye una de las características más
impresionantes del mundo contemporáneo.
Sin embargo, la sociedad no es ajena a las condiciones del sistema natural, del cual es parte
integrante, y está expuesta a la influencia de ese entorno. Las interrelaciones que se dan entre el
sistema natural de una cuenca hidrográfica y los sistemas sociales puede ilustrarse como se
muestra en la Figura 4, adaptada de Bifani (1999). Las interrelaciones, que se dan dentro del
sistema medio ambiente natural–medio ambiente social, tienen una doble dirección: del medio
ambiente sobre el grupo social, y de éste sobre el medio ambiente. Los efectos del medio ambiente
sobre el grupo social se dan como determinación e influencia ambiental, en tanto que los efectos
del grupo humano sobre el medio ambiente se dan como capacidad de manejo y/o transformación
del medio ambiente.
El sistema de interrelaciones entre sistema social y sistema natural sería un balance dinámico de
dos variables: la determinación, con sus diferentes grados, que emana del sustrato ambiental, y el
control y el manejo, que es propia del sistema social. Este equilibrio dependerá de las
características propias de la cuenca hidrográfica particular, y de la capacidad del grupo humano
para moverse entre los extremos de adecuación total a transformación total del sistema natural
dado.
Si se intenta caracterizar la interrelación cuenca hidrográfica–sociedad, se puede obtener una
tipología de diferentes sociedades y grupos humanos, y ubicar dentro de ella a los diferentes
grupos que interesa analizar. Tal tipología podría basarse en dos consideraciones generales:
– consideraciones cuantitativas: grado en que se produce la influencia y determinación ambiental
y grado en que se manifiesta la posibilidad de adecuación y transformación del medio ambiente por
un grupo social; y,
– consideraciones cualitativas: grado en que se produce la interrelación sociedad-medio
ambiente y características de la estructura dentro de la cual se da esta interrelación.
El acercamiento hacia polos extremos permitirá establecer un continuo:
Alta capacidad de manejo ambiental
Escasa determinación ambiental
Baja capacidad de manejo ambiental
Alto grado de determinación ambiental
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Grupo Social
Sistema Cultural
Sistema Social
Sistemas normativos y de control
Distribución de roles
Derechos de propiedad
Organización del grupo social
Movilidad geográfica del grupo y
asentamientos humanos
Organización económica para:
producción
distribución
consumo
Determinación e influencia
ambiental
Capacidad de manejo y
transformación del medio
ambiente
Sistema Económico
Tradición
Sistema de creencias y valores
Sistema Natural
Ciclos de nutrientes
Formas organizativas
Poblaciones
Funciones
Suministro de agua
Características del suelo
Régimen climático
Recursos naturales
Figura 4. Relaciones entre el sistema social y la cuenca hidrográfica (adaptado de Bifani 1999).
Estas variables podrían caracterizarse, entre otros, por la determinación ambiental, el manejo
ambiental, el grado de adecuación de la tecnología a las características del medio ambiente natural
y social, el tipo de tecnologías existentes, de acuerdo con las actividades de la comunidad, las
diferentes tecnologías de producción, el grado de sofisticación de la tecnología empleada, el grado
de control de los efectos de la tecnología empleada (Bifani 1999).
La ubicación de las comunidades, en uno u otro extremo de este continuo, guarda relación con su
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vulnerabilidad a las presiones adaptativas. Una comunidad muy primitiva, como algunas tribus
nómadas que habitan en un medio ambiente cuyas condiciones naturales carecen de variedad, en
que los fenómenos naturales son altamente imprevisibles, que basan su subsistencia en un solo
recurso natural y que la posibilidad de preservación de este recurso consiste en la restricción de la
dieta alimenticia, son más vulnerables a cualquier medida o situación que altere la precaria relación
de equilibrio que han establecido con su medio ambiente.
Siendo la relación sociedad–cuenca hidrográfica un complejo de interrelaciones, que presupone un
equilibrio dinámico entre sus diversos componentes, los elementos ajenos o nuevos que se
incorporen ya sea al sistema natural o al socieconómico producirán, dentro de un plazo más o
menos largo y con un mayor o menor grado de penetración, una modificación de la estructura total
al alterar el complejo de interrelaciones sociedad–medio ambiente. Gasparri y Grando (1999)
establecen que esta relación ocurre (particularmente en los países en desarrollo) a través de tres
elementos principales, que conforman una espiral: población, pobreza y medio ambiente. A través
de estos elementos, es posible identificar algunas relaciones.
Para la definición de políticas de intervención que sean efectivas y eficientes es necesario
considerar y analizar las variables de forma integral, tratando de identificar los efectos de cada una
sobre las demás. No es posible definir en general una variable clave, causa principal de los efectos
y de los problemas de los demás sectores. Sólo un análisis atento de cada contexto de acción
puede permitir la definición de una matriz de las relaciones entre las demás variables y de esta
manera conseguir definir estrategias integrales de acción que, definidas en términos sectoriales,
tengan en cuenta los efectos positivos y/o negativos de cada acción y de cada propuesta de
intervención.
EL SISTEMA COMPLEJO DE LA CUENCA HIDROGRÁFICA
Como se ha visto, la cuenca hidrográfica es un fenómeno complejo de interrelaciones entre
elementos, estructuras y funciones. Como punto de partida se puede representar en la versión más
sencilla de un sistema como un esquema en términos de entradas (E), procesos (P), salidas (S) y
control (C) o retroalimentación, que se puede expresar como la relación:
S = S{P[E, C]}
que indica que las salidas dependen de los procesos, los cuales a su vez dependen de las entradas
y del control del sistema. Planteado desde la perspectiva de Churchman (195*, citado por Varela
1992) se puede representar en términos de los componentes ambiente (A), objetivos (O), gestión
(G), recursos (R), procesos (P), salidas (S) o resultados y control (C) o realimentación, las que para
el corto plazo se definen en la relación:
S = S{P[R(A, G, C ), G(O, A ), C]}
que expresa la dependencia de las salidas del sistema de la cuenca de los procesos, estos de los
recursos, la gestión y del control; a su turno, los recursos dependen del ambiente, la gestión y el
control y, también, la gestión depende de los objetivos y el ambiente (Varela 1994).
De este modo, una cuenca es un sistema productor de recursos, bienes y servicios ambientales
(salidas), con base en unos suministros energéticos, unos materiales y una información disponible
(entradas) y un manejo que se hace al interior de ella (procesos). Estos manejos que pueden
referirse a los cambios de los procesos naturales que se dan en la cuenca, representan la función u
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objetivo de la cuenca. En la Figura 5 se hace una representación de a cuenca hidrográfica.
Entradas:
energía,
información
normas,
leyes,
recursos,
tecnología
Factores
condicionantes
externos: recursos,
tecnología, planes,
programas
regionales, etc.
Factores
condicionantes
internos: relaciones
socioculturales,
ambiente biofísico,
económico, recursos
Procesos
naturales y/o
sociales
Sistema de
Control natural
y/o social
Salidas:
recursos,
bienes,
servicios
Sistema de Evaluación
Figura 5. Representación del Sistema Cuenca Hidrográfica
Jerarquía y Límite de la Cuenca Hidrográfica
El significado de jerarquía se relaciona con el orden o grado que existe entre varias cosas. La
jerarquía es una de las propiedades más importantes de los sistemas. En la perspectiva de la teoría
de sistemas (Johansen 1996; Latorre 1996; Bertalanffy 1994), un sistema es un conjunto
interactuante o interdependiente de partes que forman un todo unificado. Esas partes que
constituyen el sistema pueden considerarse, a su vez, como subsistemas, o conjunto de partes e
interrelaciones que se encuentran, estructural y funcionalmente, dentro de un sistema mayor, y que
poseen sus propias características. De este modo, los subsistemas son sistemas más pequeños
dentro de sistemas mayores. Ambos, a su vez, el sistema y los subsistemas que lo componen,
hacen parte de un sistema mayor. Así, cada sistema puede entenderse como un todo o como una
parte, dependiendo de cómo se mire. Un sistema será un todo de aquellas partes que están por
debajo de él en jerarquía, pero será una parte del todo que está por encima de él.
Saravia (1983), citado por Malagón y Prager (2001), enfatiza la importancia de jerarquizar un
sistema en subsistemas como hecho imprescindible para que la investigación no caiga en la
generalización, al tomar como objeto un sistema demasiado amplio, o tan pequeño que complique
el análisis y que lo empuje al reduccionismo. Para entender mejor la importancia que juega la
jerarauización en el estudio de la cuenca hidrográfica, es necesario abordar el concepto de
2
3
estructura y función del sistema. Los componentes de un sistema se unen de tal forma que dan
origen a unos procesos que conducen a la función u objetivo del sistema. Dado que la cuenca
hidrográfica está relacionada con la producción de algún tipo de bien o servicio para la comunidad
2
La estructura de un sistema está definida por los componentes y las relaciones entre ellos que constituyen un sistema
particular en un dominio particular.
3
La relación recíproca que muestran los componentes de un sistema hace que tengan un objeto o propósito. Todo sistema
tiene uno o algunos propósitos. Los elementos (u objetos), como también las relaciones, definen una distribución que trata
siempre de alcanzar un objetivo.
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 12
que la habita, alguno de sus componentes y por consiguientes sus objetivos deben estar
relacionado con cualquiera algún bien o servicio como producción de agua para el consumo
humano, producción de recursos naturales para su explotación y posterior transformación,
protección de la biodiversidad, etc.
La amplitud del concepto expuesto conlleva la necesidad de definir, no sólo el objetivo o función de
la cuenca hidrográfica sino el objetivo de estudio, situándose en un nivel jerárquico que permita
comprender la relación de la cuenca con sistemas mayores, en los cuales está contenido, y con los
subsistemas que la componen. Si se distinguen cuatro dominios o áreas de trabajo –físico,
económico, sociopolítico y cultural– se podrían representar los niveles jerárquicos de la cuenca
hidrográfica tal como se esquematiza en la Figura 6, adaptada de Van Dyne y Abramsky (1975).
Universo
Mundo
Continente
Nación
Región
Empresa
Ecosistema
Población
Organismo
Tejido
Célula
Partícula Sub
celular
Físico
Económico
Socio–Político
Cultural
Figura 6. Niveles Jerárquicos de la Cuenca Hidrográfica
La necesidad de jerarquizar lleva a definir objetivos, por lo cual es necesario definir, para cada nivel,
4
unos límites que guían el estudio a un mayor grado de precisión. El límite es una de las
características de los sistemas y se relaciona con la necesidad de delimitarlos, de tal forma que se
permita una mayor comprensión.
Para todos los sistemas se pueden definir dos tipos de fronteras: una física y otra funcional, ligada
la primera a un espacio geográfico y la segunda, a actividades y tareas. A nivel de unidades
geográficas, como las cuencas hidrográficas, la frontera o “límite” es un problema de escala. Para
determinar el límite de la cuenca se deben tener en cuenta dos pautas: el tipo de interacción entre
componentes que forman el sistema; y el nivel de control que el componente socio–cultural ejerce
sobre las entradas y salidas.
Al definir el límite el analista define el alcance de acción o dominio sobre un área específica, la
cuenca hidrográfica en este caso. En la cuenca se pueden definir tres tipos de límites: un límite
4
El límite o frontera de un sistema es la “línea” que lo separa de su entorno. El concepto se utiliza para delimitar el sistema
y poder identificar lo que pertenece y lo que no pertenece a él. En muchos casos es un concepto arbitrario definido por un
observador y depende de la escala.
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 13
biofísico, un límite socio–político y, un límite socio–cultural. La cuenca está delimitada naturalmente,
básicamente por la línea de divorcio de aguas. A ella se encuentran asociados unos recursos
naturales básicos y una población que hace uso de esos recursos.
En general, los límites naturales de la cuenca no coinciden con otros límites físicos como los
político–administrativos. El límite socio–político involucra al hombre en tanto administrador,
planificador, como usuario de unos recursos, cuya producción, comercio y consumo en muchos
casos supera el límite natural de la cuenca. En ocasiones, en la limitación de la cuenca para su
análisis es necesario considerar aspectos sociales y culturales (etnias, familias, relaciones sociales
y de intercambio) que, en general, no coinciden con sus límites geográficos.
El sistema ambiental
Una cuenca hidrográfica, como se especificó antes, es un espacio geográfico delimitado
naturalmente, en la cual, dependiendo del tamaño que se considere, interactúan los elementos que
la constituyen entre sí y con el ambiente al que pertenece. La cuenca hidrográfica como unidad
tiene características geográficas, físicas y biológicas similares que la hacen funcionar como un
ecosistema (Dourejeanni 1994; Henao 1988). Como tal es el resultado de interacciones de
influencias globales y locales a lo largo del tiempo, en una dinámica constante que ha conducido a
la unidad geográfica que conforma.
Son muchas, y muy diversas, las influencias implicadas en la formación de una cuenca hidrográfica.
Éstas pueden ser entendidas considerando su efecto sobre los procesos dominantes que le han
dado origen y que constantemente la modelan como paisaje, entre ellos, el ciclo hidrológico, a gran
escala, como formador en el tiempo de las corrientes; las mismas corrientes; la escorrentía; la
erosión, en todas sus manifestaciones; la erodabilidad del suelo; la deposición de materiales; los
procesos geológicos; las raíces de la vegetación, como factor básico en el efecto estabilizador de
los suelos. Todos estos procesos actúan como fuerzas contrarias que se entrecruzan e interactúan
para formar la cuenca hidrográfica. En la Figura 7 se esquematiza, de una forma muy simple,
algunos de los componentes y proceso de formación implicados en una cuenca hidrográfica.
Muchas de esas interacciones han conducido a la estructura relativamente estática de la cuenca
hidrográfica como espacio geográfico. Otras, sin embargo, dan lugar a estructuras dinámicas. Las
llanuras de inundación, por ejemplo, fluctúan de acuerdo al nivel de las aguas de las corrientes. En
algunas cuencas, los altos regímenes de precipitación, la erodabilidad alta de los suelos, la
desprotección de los suelos, conduce a que las geoformas cambien por efecto de la acción de
movimientos en masa. Los componentes biológicos a lo largo de las corrientes (la vegetación
ribereña) pueden también tener una influencia, por ejemplo estabilizando los taludes con sus
sistemas radicales.
Uno de los aspectos más importantes que tienen que ver con la cuenca hidrográfica es el que se
refiere a la alteración que las comunidades hacen del territorio. En efecto, los sistemas sociales
interconectados al sistema ambiental influencian muchos de los procesos geofísicos en la cuenca
hidrográfica. Es importante aclarar, sin embargo, que aún si se redujera sólo a aquellos aspectos
que tienen que ver con los impactos negativos que se causa en el ambiente físico, la gama
completa de los aspectos sociales que se relacionan con la cuenca hidrográfica es grande. Por ello
mismo, además de ser una unidad idónea para la planeación territorial, la cuenca hidrográfica se
constituye en una opción mayor de sostenibilidad de los recursos naturales, entendida la
sostenibilidad como una característica de los sistemas, reconocida como una función de interacción
entre el sistema y su ambiente, y definida como la capacidad que tiene un sistema para sobrevivir o
persistir. La sostenibilidad, tal como lo advierte Gray and Davidson (2000), dependen, en primer
lugar, de planificar adecuadamente, las acciones humanas sobre los ecosistemas terrestres y
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 14
Energía
Procesos
Geológicos
Clima
Corrientes
Ciclo
Hidrológico
Deposición
Agua
subterránea
Suelos
Escorrentía
Llanuras de
inundación
Procesos
Erosivos
Hombre
Geoformas
Animales
Vegetación
Cuenca
Hidrográfica
Tiempo
Componentes
formados
Influencias globales
y locales
Figura 7. Componentes y procesos de formación de la cuenca hidrográfica
acuáticos de la tierra; y, en segundo lugar, de identificar y definir correctamente las interrelaciones
entre los diferentes elementos de los ecosistemas: composición, estructura y función. En la Figura 8
se presentan, por ejemplo, algunos de los elementos (y su interrelación) en lo que se debería hacer
hincapié al momento de caracterizar una cuenca hidrográfica objeto de estudio.
Así, pues, aunque las sociedades humanas intenten crear unidades espaciales políticas y
administrativas (como países, provincias, distritos, municipios, por ejemplo) o temáticas (como
fuente de recursos minerales, hábitat de especies, áreas protegidas y reservas naturales), todas
ellas encaminadas a definir sus relaciones con otras sociedades y elementos naturales de la tierra;
lo cierto es que los ecosistemas han albergado la vida en la tierra por espacio de billones de años, y
ninguna sociedad, por más dotada de tecnología y conocimiento que esté, puede escapar a la
realidad de que la vida deriva de la ecósfera y sus ecosistemas constituyentes (Gray and Davidson
2000).
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 15
Suelos
Clima
Hidrología
Flora/
Fauna
Geología
Taxonomía
Geotaxonomía
Uso Actual
Uso Potencial
Conflictos por uso
del suelo
Amenazas
Zonas Críticas
Precipitación
Isoyetas
Evaporación
Temperatura
Altimetría
Zonas de Vidas
Caracterización
Edáfica
Caracterización
Climática
Caracterización
biofísica
Caracterización
morfométrica
Localización de
estaciones
Estudio de
precipitación y
caudales
Fuentes de agua
Hidrología
Uso del Recurso
hídrico
Balance
Hídrico
Caracterización
Usos flora/fauna
Figura 8. Sistema Natural de la cuenca hidrográfica
El sistema social
Los sistemas sociales comprenden una amplia variedad de interacciones que van desde
transacciones económicas a relaciones interpersonales, y de intereses familiares, a intereses
nacionales. Algunos de los aspectos de estos sistemas sociales se codifican formalmente en
estructuras legales, políticas, educativas e institucionales, en general. Otros son menos formales,
aunque no menos influyentes, e incluyen el conjunto de normas de conducta, creencias, ética, y
valores morales que comparten los diferentes miembros del sistema social. Como quedó
establecido, entre los sistemas sociales y la cuenca hidrográfica existen complejos conjuntos de
interrelaciones que afectan mutuamente a ambos sistemas.
Para reconocer correctamente el sistema de la cuenca hidrográfica habría que abordarla desde las
características de los sistemas complejos, tal como se define en García 2002. La cuenca
hidrográfica como sistema complejo determina en los sistemas sociales todos los procesos que
5
actúan sobre los sistemas emergentes . Es necesario, pues, considerar los factores de
5
La creciente complejidad en los sucesivos niveles jerárquicos de los sistemas es un axioma. Tal como se expresa en
García (2002) un sistema emergente es un sistema que surge de sistemas anteriores y cuyas propiedades son diferentes
de los sistemas que le dieron origen. Cada nuevo nivel jerárquico tiene propiedades significativamente diferentes –
propiedades emergentes– de los sistemas componentes de los cuales fueron creados. Los nuevos sistemas son “mayores
que la suma de sus partes”. En cada caso, varios elementos (componentes) se organizan, al azar, en patrones coherentes
(sistemas). Puesto que cada nivel es generado a partir de sistemas sucesivamente más complejos, cada uno incorpora
nuevos grados de complejidad. Para considerar el comportamiento de los sistemas sociales, particularmente, es imperativo
reconocer su carácter emergente: el sistema como un “todo más grande que la suma de sus partes”. Los elementos
(individuos) se organizan al azar en patrones y arreglos particulares (grupos sociales), que crea nuevos conjuntos de
relaciones entre ellos.
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 16
6
autoorganización que actúan sobre los seres humanos para conformar sistemas emergentes.
Considerar estos factores ayudará a entenderlos y, por tanto, a aplicar sistemas de planeación más
efectivos.
Gutiérrez (2000) hace un análisis de la forma en que los seres humanos autoorganizan sus
estructuras políticas y culturales, y la evolución que los sistemas complejos que conforman
evolucionan como sistemas dinámicos. Estos sistemas pueden ser aparentemente estables o pasar
por intervalos de cambio acelerado, lo cual explica la dinámica compleja del sistema social. Abel
(2001, 1998), Bowles and Hopfenzitz (2000) y Gutiérrez (2000) discuten el desarrollo coevolutivo de
los sistemas culturales y naturales a los cuales están integrados. La cultura de un sistema social se
percibe como grandes sistemas interactivos en los cuales: los actores están inmersos en una
extensa red de interconexiones; el cambio en uno de esos elementos implica cambios en toda la
red; y la dinámica produce el surgimiento de propiedades nuevas que modifican aspectos
esenciales del sistema.
Por otra parte, de estudios de caso llevados a cabo por historiadores e investigadores se concluye
que muchos aspectos de las culturales se relacionan, "no propiamente con creencias religiosas o
políticas sino con una interdependencia ecológica de las comunidades sociales con su entorno;
formas espontáneas de inducir la aplicación de una estrategia que garantice, a largo plazo, la
sobrevivencia de la especie” (Gutiérrez 2000).
Lo que queda claro, pues, de los estudios realizados sobre la estructuración de los sistemas
sociales (Abel 2001, 1998; Bowles and Hopfenzitz 2000; Gutiérrez 2000; Dempster 2000, 1998) es
que los factores de autoorganización de las sociedades o sistemas sociales descansa en la mutua
interrelación de los seres humanos con su sistema natural en una dinámica sistémica donde se
alternan lapsos de aparente estabilidad con intercambios de cambio acelerado. Si se sustituye
equivalentes no físicos de energía como la información, las emociones, los sentimientos o las ideas
de los seres humanos, se podría entender la estructura disipativa de este sistema. A través del
intercambio de estos equivalentes, el sistema mantendrá su capacidad de intercambio de energía
con el entorno mediante el ajuste a un nuevo régimen dinámico cada vez que la entropía empieza a
abrumar al viejo régimen. La Figura 9 ilustra algunos de los factores sociales que tienen influencia
en la cuenca hidrográfica.
Para tratar de comprender los factores de autoorganización que influyen en la generación de los
sistemas sociales, considérese un ejemplo sencillo: una familia asentada en la llanura de
inundación de una corriente. Obligada a dicho asentamiento por razones económicas o por la falta
de lugares más propicios, la familia se enfrenta a una doble decisión: intentar, por cualquier medio
posible, la protección de su propiedad, o enfrentar la amenaza constante de inundación. En muchas
ocasiones, el temor hará que los integrantes intenten algunas medidas de control (construcciones
elevadas, por ejemplo).
Este ejemplo involucra muchas influencias encontradas. Los asentamientos humanos crecientes en
las llanuras de inundación, unido al convencimiento de los propietarios en los derechos de
propiedad y el nivel de riesgo existente, se contrapone a los costos de intervención, las
regulaciones y todo lo relacionado con la política y normas ambientales. La interacción de estas
influencias creará grados variables de intervención en la llanura de inundación. La intervención
sobre una sola vivienda o de una sola familia tendrá un impacto insignificante, pero los factores
implicados, que son influencias direccionales de tipo global (que actúan sobre todos las familias
asentadas en la llanura), al interactuar con influencias de tipo local comunes (necesidades similares
de reubicación, por ejemplo) darán como resultado impacto general de gran significancia.
6
La autoorganización se refiere a la formación espontánea de sistemas complejos (emergentes). Surge de varios tipos de
influencias sobre los elementos. Los factores que juegan un papel importante en el proceso de autoorganización incluyen
(Dempster 1998): influencias globales y locales; tensión dinámica; realimentación y recursividad; complejidad.
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 17
Política
ambiental
Orientación del
“Desarrollo”
Regulaciones
Derechos de
propiedad
individual
Prácticas de
producción
Acciones para
mitigar o controlar
riesgos y amenazas
Vulnerabilidad
Creencias y
normas de
conducta
Régimen
climático
Llanuras de
inundación
Erodabilidad
de los suelos
Geología
estructural
Sistema Geofísico
Componentes focales
Influencias globales
Figura 9. Elementos del sistema social que influyen en la cuenca hidrográfica
Las regulaciones y otras políticas gubernamentales pueden tener efectos variables y conflictivos.
Esto es evidente, por ejemplo, en la aplicación de las políticas del nivel nacional, sectorial y de
desarrollo que se aplican comúnmente en el país. Otro ejemplo que ilustrará la conceptualización
de las influencias de las regulaciones institucionales permitirá una mayor comprensión de los
factores de autoorganización involucrados. En la Figura 9, la vulnerabilidad representa un bucle de
realimentación: las intervenciones pueden exacerbar más que mitigar los problemas. Tal como se
entiende habitualmente, la vulnerabilidad es un concepto utilizado para determinar el “conjunto de
factores y variables que determinan la incapacidad de o inhabilidad de una comunidad para actuar
permanentemente, prevenir, reaccionar, atender y recuperarse ante cualquier situación de crisis”. El
concepto se vincula directamente con el concepto de Amenaza para proporcionar la probabilidad de
que ocurra un desastre y las consecuencias sociales y económicas esperadas de un evento
particular (Municipio de Medellín 1998). Como tal, la vulnerabilidad puede conducir a las personas
por sí mismas a tomar acciones para mitigar o controlar los riesgos y/o las amenazas a las que
están expuestas, lo cual puede acelerar los problemas, lo que a su vez incrementa la amenaza e
intervenciones subsecuentes cada vez mayores.
Es esencial, también, entender la naturaleza interconectada de las variables, especialmente el peso
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 18
de cada una de ellas, en las diferentes influencias. Algunas influencias tendrán un mayor efecto
sobre las acciones. Es necesario recalcar, como lo hacen, entre otros autores, Oyuela (2002),
Durston (2000), García (1998), Lissack (1998), Rocha (1998), Jones (1996), en el valor que tiene
para la planificación de los recursos ahondar en la actitud de las personas o la comunidad. De una
u otra forma cada uno de ellos puntualiza la importancia que tiene este aspecto y el enfoque de la
información para transformar los comportamientos y las actitudes de la gente con el propósito final
de alcanzar la sostenibilidad. Asumir, por ejemplo, como válida la asunción estándar de que
conocimiento y entendimiento modelan nuestras aptitudes y comportamientos puede llevarnos a
error (Smith 1993, citado por Dempster (1998). Los habitantes en una llanura de inundación pueden
tener una actitud que refleje un alto nivel de preocupación ambiental y conocer las dinámicas
propias de los niveles de las corrientes. Sin embargo, de nada les valdrá esa actitud y ese
conocimiento si fenómenos picos en la precipitación están afectando la corriente aguas arriba. Las
acciones de los otros pueden también tener influencia sobre nuestras acciones. Influida por otras
familias que construyen barreras de contención para prevenir las inundaciones pero a sabiendas de
que ello no servirá de nada, una familia puede decidir construir también barreras para su protección
convencida de que sus vecinos reaccionarán negativamente si decide no hacer nada. Todo ello
hace parte de las complejas relaciones de los sistemas con su ambiente y de lo que en el capítulo
anterior hemos llamado la paradoja de la interdependencia en las relaciones que los individuos
sostienen con la comunidad a la cual pertenecen.
CONCLUSIÓN
Como se ha visto, la cuenca hidrográfica funciona como una unidad geográfica, en la cual todos los
elementos que la integran son interdependientes, y que a su vez puede interrelacionar con otras
cuencas u otras unidades semejantes. La cuenca es un conjunto de interrelaciones entre
elementos, estructuras y funciones, en la cual tienen lugar un conjunto complejo de procesos que
relacionan a los diferentes sistemas sociales que se asientan en la cuenca entre sí y a éstos con el
sistema natural. En términos generales, se puede entender como un sistema productor de
recursos, bienes y servicios ambientales, con base en unos suministros (naturales y antrópicos) de
energía, materiales e información, así como de un manejo que se hace al interior de ella. Estos
manejos que pueden referirse a los cambios de los procesos naturales que se dan en la cuenca,
representan la función u objetivo de la cuenca.
Así concebida, la cuenca hidrográfica, sus recursos naturales y sus habitantes, poseen
connotaciones físicas, biológicas, económicas, sociales y culturales que le confieren características
peculiares y que la convierten en un espacio natural (un conjunto de sistemas entrelazados) idóneo
para llevar a cabo la labor conjunta de la planeación y manejo sostenible de los recursos naturales.
Dentro de esta conceptualización, la sostenibilidad es entendida como una característica de los
sistemas, reconocida como una función de interacción entre el sistema y su ambiente, y definida
como la capacidad que tiene un sistema para sobrevivir o persistir. La sostenibilidad depende, en
primer lugar, de planificar adecuadamente las acciones humanas sobre los ecosistemas terrestres
y acuáticos de la tierra; y, en segundo lugar, de identificar y definir correctamente las interrelaciones
entre los diferentes elementos de los ecosistemas: composición, estructura y función.
En este sentido se recomienda para identificar y caracterizar una cuenca objeto de estudio:
−
−
−
reconocer el sujeto a quien corresponde la interpretación y análisis de la situación en estudio;
determinar el objeto, precisando la cuenca hidrográfica en relación con los organismos vivientes
y grupos sociales u organizaciones socio económicas;
caracterizar la interrelación ambiente–sociedad existente en la cuenca;
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 19
−
−
−
determinar la estructura y funcionamiento de la cuenca hidrográfica, reconociendo las
relaciones de los distintos elementos que la componen, y establecer su función u objetivo;
definir el propósito u objetivo de planeación con respecto a la cuenca hidrográfica, cumpliendo
con una función respecto al ambiente y a la satisfacción de necesidades del colectivo social
que la habita;
establecer la escala y el detalle de estudio.
El Sistema Complejo de la Cuenca Hidrográfica 20
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