el patrimonio construido

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EL PATRIMONIO CONSTRUIDO
Y SU MENSAJE CULTURAL
Arq. Roxana Civalero
Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina
Es importante aclarar, que se entiende por Patrimonio Construido a la construcción humana
que define la identidad de los pueblos o grupos humanos, particularmente en este caso se
refiere al patrimonio urbano, arquitectónico, no necesariamente monumental, que de alguna
manera esta ligado a lo ambiental y difícilmente separado de lo intangible de forma tajante. Ya
que a ningún objeto pueden asignársele o reconocérsele valores o significados, si no es en
relación con un grupo humano; sea este el contemporáneo del momento particular de la
historia que lo gestó, que es el que lo cargó con un mensaje cultural, que tiene un trasfondo y
sentido profundo que trasmite la obra, tanto como la sociedad que hoy lo posee; en éste
último caso el Patrimonio Construido no siempre es comprendido o valorado por el total de la
comunidad. La convivencia de grupos diferenciados con saberes, ideas, creencias religiosas,
experiencias estéticas, hace a la diversidad de sensibilidades y formas peculiares de percepción
de ese Patrimonio.
Sintéticamente se puede hacer un acercamiento al problema teniendo en cuenta que uno
de los factores que incide en este panorama es el fenómeno de globalización, ligado en gran
medida con el desarrollo tecnológico –informático y comunicacional, es un proceso
caracterizado por ser expansionista e internacional. La globalización es homogeneización, pero
también fracturas, desgarramiento, ya ha demostrado ser muy variable, estar cargada de
contradicciones, desigualdades, polaridades en donde el factor económico ha concentrado el
poder, desplazando un viejo paradigma que sostenía que quien poseía cultura ostentaba el
poder.
El fenómeno de globalización que sufrimos hace que cada vez sean más, las personas que
desconocen los lazos con los procesos históricos o el momento que le dio origen a ese
Patrimonio y por lo tanto ignoran su importancia. La creación de nuevas pautas culturales,
nuevos modelos, impiden que dicho grupo de la sociedad pueda valorarlo. En este punto
tendríamos que reflexionar sobre las posibles soluciones para que este Patrimonio Cultural
juegue un rol protagónico dentro del desarrollo de la sociedad, para que se convierta en el
motor del reconocimiento de los valores que posee, utilizándolo como herramienta para
reconstruir nuestra historia y reconocer nuestra identidad. Hay que reconocer que la pérdida
de la identidad se basaba en la pérdida de nuestra memoria histórica, o mejor dicho en la
pérdida de nuestros bienes culturales significativos.
Distinguir en el valor simbólico - significativo del patrimonio construido, el mensaje
cultural, es tarea fácil para los especialistas formados en la materia, pero no es así de sencillo
para el público en general, que podrá interesarse de manera sensible o por conocimientos
adquiridos, pero que en su gran mayoría no es capaz de entender los lenguajes arquitectónicos,
ni los códigos que por detrás de ellos existen, porque son parte de los hechos del pasado, de
tecnologías, mano de obra y criterios de proyectación, de un determinado momento histórico,
Josep Ballart expresa “Si un objeto significa es que es signo de alguna cosa”… “un signo significa
sólo si el destinatario del mismo es capaz de entenderlo como tal signo”.
A través de la lectura del Patrimonio Construido debería ser más fácil reconocer los signos
y sus significados, pero ello requiere de un conocimiento de la historia y de nuestra identidad.
Aquí nos enfrentamos a un tema que preocupa en este momento, que es la falta de interés por
conocer esa historia, por entender cual es nuestra identidad; postura que recurrentemente se
ha producido y que nos ha demostrado como en determinados momento se ha hecho una
negación a las cuestiones de la tradición y luego se la ha reivindicado, generalmente a través de
acciones y actitudes intelectuales.
Estos procesos se manifiestan en la arquitectura, como por ejemplo el Movimiento
Moderno para citar el más cercano a nuestros tiempos, con su desprecio al ornamento y
posteriormente en la arquitectura posmoderna la búsqueda de la historia perdida, con
diferentes gestos, por un lado los que intervienen en obras patrimoniales, en sus diferentes
escalas, reconociendo de esta manera no sólo el valor monumental sino también el doméstico
y los que tienen carácter de conjunto, otros en cambio usaron la historia como repertorio que
alude a citas metafóricas que en algunos casos poco tiene que ver con nuestro pasado y
nuestra identidad.
El problema es que estos procesos cíclicos han ocasionado la pérdida de parte de nuestro
patrimonio, en gran medida ello se debió a la falta de legislación o normativas desactualizadas,
que daban lugar al recambio tipológico, con un considerable incremento en la densidad
poblacional, permitido por los factores de ocupación del suelo. Hoy deberíamos encontrarnos
mejor posicionados, frente al vertiginoso avance de las nuevas estrategias de comercialización
y de consumo, lo cierto es que las cuestiones burocráticas institucionales son lentas, y los
reclamos individuales de los sectores que tienden a proteger el Patrimonio Construido son
frecuentemente desatendidos y menospreciados.
Rápidamente los Desarrollistas Urbanos con sus prácticas profesionales concretan
modificaciones del área central, de los barrios tradicionales, como así también de los
periféricos. Sin lugar a dudas muchos sectores de la ciudad están perdiendo su identidad, no
sólo se trata de la pérdida del Patrimonio Cultural sino que se sustancian alteraciones en el
tejido urbano y la calidad ambiental barrial, como la destrucción del paisaje, por la tala de
frondosos arbolados se pierden las características que por décadas han identificado a los
barrios jardín, con el único fin de conseguir mayor cantidad de metros cuadrados; además de la
pérdida de prácticas sociales consagradas, en donde está involucrado lo intangible, las
costumbres de esos grupos sociales, que se ven reducidos y terminan marginados en sus
propios ámbitos.
Estas actitudes tomadas por el poder económico que ostentan los Desarrollistas Urbanos
se materializan en nuevos productos para las diferentes áreas, como edificios en altura o
conjuntos habitacionales, de gran impacto ambiental, fruto del descontextualismo, propio del
vedetismo de algunos profesionales al cual no pueden resistirse, han sido pensados para un
nuevo mercado de inversionistas como el sector del campo, que se ha visto favorecido
económicamente en los últimos años, ya que se trata de pequeñas unidades, que sólo admiten
un usuario transitorio que alquilará por un tiempo sin fijar raíces en el lugar. Todo este proceso
que se va concretando esta consentido por la falta de previsión de las normativas, que
frecuentemente se modifican cuando el problema ya no puede revertirse.
Muchas de estas debilidades están manifiestas en el diagnostico de las Bases para el Plan
Director de la Ciudad de Córdoba que ha elaborado la Municipalidad y que data de diciembre
de 2008. Lo sorprendente es que las acciones programadas en dicho Plan siguen teniendo el
mismo carácter puntual histórico y criticado en el diagnóstico. Como así también textos
contradictorios para las acciones en los barrios tradicionales cuan expresa que: “requieren de
Programas específicos atentos a sus singularidades urbanas”…”la integración de la renovación
al ambiente tradicional”... en un “(equilibrio renovación – preservación)”, equilibrio que no se
sabe cuál es, mientras permiten que las singularidades urbanas desaparezcan. Ya que hasta la
fecha no se han tomado las medidas necesarias para realizar las acciones propuestas al corto
plazo, como la verificación de las normativas existentes.
En el caso particular de nuestra ciudad asistimos frecuentemente a pujas entre los
representantes de intereses privados y los funcionarios Públicos, que consienten canjes
modificando normativas u ordenanzas por retribuciones “seductoras” de alto rédito político
como la construcción de algún servicio comunitario en sector marginal. Las ideologías del poder
ganan en desmedro y desprecio por lo local, permitiendo las alteraciones urbanas –
arquitectónicas, con argumentos poco consistentes.
Este juego de doble sentido que nos transmiten como mensaje quienes debieran sembrar
con el ejemplo se podrá explicar a través de la ambigüedad que plantea Mario Cassalla cuando
expresa que: “Se trata por cierto de una sensación contradictoria y difícil de explicar”… “La
característica básica de este fin de siglo y milenio es precisamente esa ambigüedad básica de
todo lo existente (instituciones, valores, creencias, sistemas filosóficos y científicos, etc)”…Será
esta sensación la que admite diferentes interpretaciones y da motivos de duda o confusión de
algo incierto o dudoso acerca de ciertas decisiones políticas.
La duda vista desde una posición filosófica podríamos decir que puede calificarse de
activista, según Ferrater Mora “consiste en poner de relieve que la acción es la única
posibilidad que hay de vencer la duda. Según esta posición, la duda emerge solamente cuando
permanecemos en el plano intelectual. En cambio, en el plano vital son inevitables las
decisiones, de modo que solamente de un modo transitorio puede darse el estado de
fluctuaciones e irresolución que caracteriza la duda”.
Planteado el problema desde la óptica filosófica, tendríamos que tratar de intervenir más
en la formación para que la relación entre el plano el intelectual y el vital en el que se toman las
decisiones de las acciones a seguir prime el intelecto, el entendimiento, ese acercarse a los
datos sensibles que posee el mensaje del Patrimonio Construido. Los mensajes políticos
ideológicos depositados en la arquitectura son interpretados por la sociedad y tomados como
modelos consagrados.
Quedarse en un planteo complejo y pesimista no trae soluciones, para lograr entonces
que nuestro Patrimonio Construido permanezca en el imaginario social y mantenga su vida útil,
tenemos que tener en cuenta algunos aspectos enunciados por Horacio Gnemmi cuando señala
que hay dos instancias imprescindibles para la Conservación del patrimonio construido que
son: tanto la valoración como la definición de los criterios de intervención… Por criterio se
entiende generalmente al signo, marca, característica o nota mediante la cual algo es
reconocido como verdadero…” La valoración en tanto es imprescindible para fundamentar los
criterios a asumir en cada caso. También insiste en “advertir sobre la importancia que tiene la
elección de los criterios a partir de la realidad sobre la que se pretende trabajar, los cuales
serán los justos y oportunos sólo cuando se funden en la verdad que la realidad construida
muestra a partir de su estudio y conocimiento”.
La participación social es fundamental en el momento de la valoración del patrimonio para
lograr que la comunidad se sienta incluida, no excluida y donde lo que tratamos de proteger no
margine, integre, sea comprendido y apropiado por la comunidad. Trabajar con disciplinas
como la sociología y la psicología es fundamental para que nos ayude a entender los nuevos
paradigmas sociales. El Patrimonio es una realidad sociológica y puede ser una fuente de
recursos económicos y de desarrollo y progreso social.
Marina Waisman expresa que “Los valores a reconocer serán entonces, antes que los
derivados de la pura imagen, los que hacen a un conjunto de cuestiones relacionadas con las
vivencias sociales: a la memoria social, esto es, al papel que el objeto en cuestión ha
desempeñado en la historia social; a la lectura que de él hace la gente, tanto el usuario directo
como el indirecto, esto es, la persona que en ese "objeto" puede reconocer el hábitat de un
determinado grupo socio-cultural; a la capacidad para conformar un entorno significativo, a
conferir sentido a un fragmento urbano, etcétera. Todo esto no implica, por cierto, descuidar el
peso propio que puede otorgarle su valor estético o su originalidad”. En realidad se trata de
tener en cuenta multicriterios para un adecuado juicio cuali-cuantitativo.
La recuperación y el mantenimiento del Patrimonio Construido tienen que ser la
consecuencia de un Plan de Gestión integral e interdisciplinario que tenga en cuenta la
reactivación económica y social; que sea democrático para que tenga un alto grado de
participación de la comunidad en la toma de decisiones a lo largo del tiempo y consenso. Para
ello es imprescindible comenzar por la definición de los objetivos que sean posibles y realistas
de alcanzar, que contemple etapas concretas para su ejecución y financiación, con la
identificación de los participantes, las acciones a realizar dentro de los ejes estratégicos
seleccionados, -como el conocimiento, la protección, la participación, el desarrollo y la difusióny los objetivos para cada una de las instancias, es importante también establecer los tiempos
que demandaran estas acciones, en el corto, mediano o largo plazo.
Naturalmente que, este proceso requiere de un monitoreo sistemático del cumplimiento
de los objetivos, de los resultados en el tiempo, ya que se va aprendiendo sobre la marcha y se
irán tomando las medidas necesarias para corregir, ajustar o mejorar la problemática
económico y social ya que el plan de gestión modifica la realidad creando un nuevo escenario
para el Patrimonio construido que sumará nuevos mensajes culturales a través del paso del
tiempo, y que serán comprensibles por una comunidad participativa, que se ha visto favorecida
por la formación y la educación en cuestiones de patrimonio cultural.
BIBLIOGRAFÍA
BASES PARA EL PLAN DIRECTOR DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA Lineamientos y Estrategia general para el
reordenamiento del territorio -2020-. Municipalidad de la Ciudad de Córdoba –Secretaría de Desarrollo Urbano,
2008.
BALLART, Josep, El patrimonio histórico y arqueológico: valor y uso. Ed. Ariel. Barcelona.1997.
CASSALLA, Mario, Los dilemas del laberinto. Vida, pensamiento y creatividad en tiempos ambiguos. –en
Globalización e Identidad Cultural. Ed. CICCUS. Bs. As. 1998.
FERRATER MORA, José, Diccionario de filosofía. Ed. Ariel. Barcelona.1999.
GNEMMI, Horacio J., Aproximaciones a una Teoría de la Conservación del Patrimonio Construido. Desde los
principios y fundamentos, Ed. Brujas, Córdoba, 2005.
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca, El patrimonio cultural: la memoria recuperada. Ed. Trea, S.L. España. 2002.
WAISMAN, Marina, El Interior de la Historia. Historiografía arquitectónica para uso de Latinoamericanos. Ed.
Escala. Colombia. 1990.
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