Conjuntos estructurales de origen hercínico o cadenas de

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I.3. LAS GRANDES UNIDADES DEL RELIEVE EUROPEO.
I.3.1. GRANDES CONJUNTOS ESTRUCTURALES DE ORIGEN HERCÍNICO O
CADENAS DE FRACTURA
A.1.- ALPES ESCANDINAVOS
El paisaje de la península escandinava forma parte de la Europa de la era Arcaica. El zócalo
precámbrico que aflora en amplias superficies cristalinas de su territorio se vio afectado por la
orogénesis caledoniana, durante los periodos Silúrico y Devónico, dando lugar a la formación
de los Alpes escandinavos. Esta cadena se extiende a lo largo de unos 1.700 Km. Separando
Noruega y Suecia. Los materiales primigenios, como el resto de macizos hercínicos, sufrieron
los fuertes embates de la erosión secundaria. Los movimientos alpinos y provocaron el
choque de las placas continentales de Norteamérica y el Báltico que acabaron por configurar
la actual estructura.
Podemos distinguir tres grandes conjuntos estructurales, los de Kiolen que separa a Suecia de
Noruega, y que han sido tan fuertemente atacados por la erosión que en ocasiones, alguna de
sus cimas parecen conformar mesetas los Montes; los Dofrines que dividen a Noruega, y los
Tulianos que conforman la región más meridional.
La conformación actual de los Alpes Escandinavos es el resultado de la acción glaciar del
inlandsis que cubrió
el territorio en el
cuaternario.
Los
glaciares labraron en
las
alturas
plataformas rocosas,
llamadas
fjäll,
mientras que en los
valles ensanchados en
artesa constituyeron
depósitos
de
morrenas, que a su
vez han dado origen a
numerosos lagos. El
peso de los hielos
provocó también la
depresión de extensas
áreas bajo el nivel del mar. En las sucesivas y alternas fases se produjeron una serie de
levantamientos y rebajamientos isostáticos, con los consiguientes fenómenos de retirada y
entrada de las aguas marinas, que determinaron la morfología costera, destacando los fiordos,
amplios golfos, como el de Botnia; lo mismo se puede decir de la fragmentación de islas,
particularmente numerosa a la altura del golfo de Estocolmo. La retirada definitiva de los
glaciares, con la consiguiente disminución de la presión, provocó un levantamiento de las
tierras que todavía continúa en la actualidad.
A.2.- MACIZO CENTRAL FRANCES y VOSGOS
El macizo Central constituye un complejo sistema de montañas de materiales primarios que
fue afectado por los movimientos alpinos terciarios, que provocaron multitud de fracturas y
dislocaciones que elevaron unos bloques y hundieron otros, así resaltan las cumbres con
aspecto tabular y redondeado, y depresiones o cuencas de hundimiento o sedimentación.
También afloran abundantes relieves volcánicos que testifican la intensidad de los empujes
alpinos. Las líneas de fractura han sido ocupadas por los cursos fluviales que han excavado
profundos cañones. Las
máximas alturas las ofrecen
antiguos conos volcánicos
que casi alcanzan los 2.000
m., caso del Puy de Sancy
(1.886 m), el Puy Mary
(1.787 m), o el mítico, por
influencia del Tour de
Francia, Puy de Dôme
(1.465 m).
En conjunto, el macizo
Central, que tiene su límite
oriental en el valle del
Ródano, constituye un
intrincado
sistema
montañoso,
donde
los
numerosos
ríos
han
excavado profundas gargantas y desfiladeros.
También en Francia se localiza el macizo de los Vosgos. Son montañas bastante modestas,
puesto que su punto culminante alcanza apenas 1424 metros y presentan un aspecto
redondeado, por esta razón sus picos reciben el nombre de ballons, destaca el ballon de
Guebwiller con 1.424 m. de altura. Geológicamente demuestran que se trata de una cadena
hercínica, que a lo largo de la era Secundaria fue erosionada y más tarde recubierta por
sedimentos marinos. La orogenia alpina fracturará y basculará esta superficie de erosión y
provocará la morfología actual. Una vez elevado todo el conjunto, las áreas más elevadas
comenzarán a sufrir los ataques de la erosión y las cuencas sedimentarias comenzarán a
colmatarse.
Por último debemos hacer mención de los relieves montañosos de las Islas británicas, de
materiales cristalinos, apenas si superan los 1.000 m. y están profundamente afectadas por la
erosión glaciar. En el Norte de Gran Bretaña sobresalen los montes Grampianos que tienen su
continuidad hacia el Suroeste por Irlanda y en el SO, en Gales, podemos destacar los montes
Cambrianos. Estas dos unidades tienen un sustrato precámbrico y abundan las fallas de
dirección SO-NE. En el centro destaca la cadena Penina formada sobre materiales hercínicos.
MACIZOS DE HERCÍNICOS EN ESPAÑA.
EL MACIZO GALAICOLEONÉS
Abarca la práctica totalidad de la región gallega y parte de León y forma un conjunto
montañosos de escasa altitud (500 m. de media), muy erosionado pero sumamente
accidentado.
A lo largo del primario formaba parte del zócalo paleozoico y presentaba inclinación hacia
el actual Mediterráneo (bascula hacia el Este); a lo largo del secundario sufrirá fuertes
procesos erosivos que darán lugar a penillanuras. En el terciario surge su actual estructura ya
que, debido a la orogenia alpina estos materiales se fracturaron y bascularon en un reguero de
fallas que provocaron el surgimiento de horst y fosas. Los horst darán lugar a sierras o
alineaciones montañosas y las fosas a valles fluviales muy profundos y encajados por efecto de
la erosión fluvial cuaternaria.
A lo largo del cuaternario los procesos de erosión han modelado el actual relieve. Así:
• La erosión fluvial y la erosión marina. han actuando sobre las fallas y sobre los
materiales generalmente dando lugar a valles muy encajados. La marina, ayudada por
los ríos, ha dado lugar a las típicas y escarpadas rías1.
• La erosión glaciar se observa en la zona sureste, donde encontramos valles en U,
lagunas de origen
glaciar como el lago
de San Martín de
Castañeda o el lago
de Sanabria; valles
glaciares como el de
Bibey, Cabrera o
Cayuso, de pocos
km. de longitud y
morrenas.
• Cumbres
redondeadas muy arrasadas por la acción erosiva de las constantes y abundantes
precipitaciones, propias del dominio climático oceánico.
Predominan los materiales duros y cristalinos paleozoicos. Granito y gneis en el centro y
zona occidental, y pizarras y cuarcitas en el Este. En las depresiones y fosas dominan los
materiales sedimentarios de origen cuaternario.
Para su estudio morfológico suele dividirse en cinco subzonas:
1. Sierras interiores, donde se alcanzan las máximas alturas. Abundan los horst y las
fallas que actualmente están colmatadas por materiales sedimentarios.
1
.- DEFINICIÓN. RIA: Valle fluvial sumergido, resultante de la elevación del nivel del mar (eustasia) o
del hundimiento de la masa continental.
2. Meseta central. Fosilizada por materiales detríticos es una zona de gran riqueza
agrícola por la excelente calidad de sus suelos.
3. Dorsal gallega. Apenas si supera los 1.000 m. de altitud y sus cumbres son
redondeadas, puesto que fue levantada por los movimientos alpinos de materiales
peniplanados. Divide la Galicia interior de la costera.
4. Escalón de Santiago. Es la prolongación de la dorsal hacia la costa, sus alturas van
descendiendo conforme nos desplazamos hacia el W.
5. La costa. Destacan dos formas de relieve: las rasas y las rías. Las rasas son superficies
costeras planas que, se supone, por haberse quedado sumergidas temporalmente han
sido allanadas por la erosión de las aguas. La ría es un tipo de costa hundida con un
estuario invadido por el mar. Las rías Altas se deben a la erosión diferencial del mar y
de los ríos sobre las capas blandas, dejando en resalte los materiales más resistentes.
Ribadeo, Vivero, Barquero, etc. Las rías Bajas son de origen tectónico parecen
consecuencia de un bloque hundido entre dos fallas. Son más abiertas. Destacan las de
Muros, Noya y Arosa.
EL SISTEMA CENTRAL.
Es una alineación montañosa que surca la Meseta en sentido OSO–ENE. Tiene una
longitud de unos 400 Km. y una anchura de 35 a 70 Km. Se extiende desde la Sierra de la
Estrella en Portugal, hasta entroncar con el Sistema Ibérico.
Las unidades topográficas del Sistema Central son: Sierra de la Estrella en Portugal;
Sierras de Gata y Peña de Francia, enmarcadas por río Alagón y la frontera portuguesa; Sierra
de Gredos delimitada por los ríos Alagón y Alberche; Sierra de Guadarrama entre el Alberche
y el Sistema Ibérico, es la más extensa.
Su altitud máxima la alcanza en el pico del Moro Almanzor, en Gredos, con 2.592 m., si
bien todas sus sierras sobrepasan los 2.000 m. Contrasta la abrupta pendiente del Tajo con la
más suave del Duero.
A lo largo del
primario formaba
parte del zócalo
paleozoico
y
presentaba
inclinación hacia
el
actual
Mediterráneo
(bascula hacia el
Este); a lo largo
del
secundario
sufrirá
fuertes
procesos erosivos que darán lugar a penillanuras. Su estructura actual surge a consecuencia de
las presiones de la orogenia alpina que falló y elevó durante el plegamiento alpino. Presenta
fallas transversales orientación E–W de origen alpino y N–S de origen miocénico.
Dominan los materiales paleozoicos, destacando los granitos, pizarras, gneis, calizas
cristalinas, etc. Debido a los procesos erosivos cuaternarios en el sector oriental los materiales
que hoy afloran son más modernos que los del Oeste, pero su diferencia fundamental estriba en
el color, rojizo de las arcillas miocénicas frente los grises de los graníticos
Las diversas sierras que forman
el Sistema central son elevaciones
del zócalo meseteño u horst que
surgen al fracturarse el zócalo
debido a los empujes alpinos. El
estilo de tectónica dominante es la
germánica que dará lugar a graben
o bloques hundidos y a horst o
bloques levantados (cada una de las
sierras
del
Sistema
Central)
basculados hacia el S. En el sector
oriental, aparecen formas sajónicas2, y en las zonas donde hay alternancia de cuarcitas y
pizarras (en la parte oriental) aparecen formas apalachenses.
Las formas de relieve más comunes son:
• Cumbres redondeadas muy arrasadas por la erosión.
• Depósitos de rañas que forman suaves rampas que conectan las fosas y los horst.
• Formas de retoque o erosión glaciar,
como circos, morrenas o pequeñas
lagunas. No son muy frecuentes por la
escasa altura del conjunto. No obstante,
donde se encuentran con mayor
intensidad es el la sierra de Gredos y
Peñalara.
• Como
zona
predominantemente
granítica, tenemos una forma de detalle:
el retoque “en bolas” (granito
erosionado, que se deposita en forma de
grandes esferas pétreas).
Su sistema fluvial presenta una red hidrográfica en bayoneta, por influencia de las fallas
existentes.
LOS MONTES DE TOLEDO – SIERRAS CACEREÑAS.
Corresponden a un abombamiento del zócalo paleozoico meseteño. Son montañas de
escasa altitud y entidad, ya que no forman una barrera importante ni continua, y apenas si
superan los 1.000 m. de altura, excepto en Guadalupe (1.610m.), los Montes de Toledo
(1.447m.) y Sierra de la Calderina (1.208m.).
A lo largo del primario formaba parte del zócalo paleozoico y presentaba inclinación hacia
el actual Mediterráneo (bascula hacia el Este); a lo largo del secundario sufrirá fuertes
procesos erosivos que darán lugar a penillanuras. Su estructura actual surge a consecuencia de
las presiones de la orogenia alpina que fracturó y elevó zócalo paleozoico durante el
plegamiento alpino. Presenta fallas de doble orientación E–W y transversales N–S.
2
.- DEFINICIÓN. Plegamiento de ESTILO
consecuencia de la alternancia en
paleozoicos; de tal manera que el
pliega, adaptándose a la estructura
SAJÓNICO combina ambos procesos, fracturas y pliegues, como
la deposición de materiales sedimentarios sobre los macizos
zócalo paleozóico se fractura y la cobertera sedimentaria se
subyacente. Es característico del Sistema Ibérico.
Los materiales que la forman son sobre todo granitos y otras rocas paleozoicas como
gneis, granitos, pizarras, micacitas, calizas cristalinas, etc. que fueron fuertemente erosionadas
a lo largo del secundario y fracturas y elevadas o hundidas por los empujes de la orogenia
alpina.
Morfológicamente podemos destacar dos sectores:
a) Sector Occidental. Corresponde a la elevación provocada por la orogenia alpina que
fracturo el zócalo meseteño y dio lugar a una serie de horst, que siguen la dirección
herciniana NW–SE, de cuarcitas y pizarras, sobre el que la erosión ha dado lugar a
formas de relieve apalachenses por la distinta resistencia a la erosión. Destacan las
Sierras de San Mamed, Montanche y San Pedro.
b) Sector Oriental. Posee una doble tectónica, así encontramos tanto fracturas como de
plegamientos. Destaca la Sierra de Guadalupe.
Hoy la erosión fluvial ha creado, como en el Sistema Central, a pie de monte depósitos de
derrubio de cuarcitas conocidos con el nombre de "rañas" y glacis. En los Montes de Toledo
no se observa ni erosión ni modelado glaciar.
SIERRA MORENA
Se extiende con dirección WNW-ESE desde el Algarbe portugués hasta el contacto entre
las cordilleras béticas
e Ibérica, es decir
unos 400 Km. de
largo y tiene una
anchura variable de
40 a 80 Km. La
altitud máxima no
supera los 1.323 m.
en Sierra Madrona.
Sierra Morena es
un claro ejemplo de
disimetría del relieve, ya que desde la
Meseta
es
una
prolongación del Campo de Calatrava y la penillanura extremeña, mientras que desde el valle
del Gaudalquivir resulta un escarpe muy abrupto.
El gran problema geológico de S. Morena es saber si se trata de una falla o una flexión del
zócalo paleozoico recorrida por fallas de disposición Noreste-Suroeste, sobre todo en el tramo
central. Esta falla o flexión se produjo por un empuje desde el Sural ascender la Cordillera
Bética.
Los materiales que la forman son sobre todo del primario, duros y cristalinos. Destacan
cuarcitas, pizarras y granitos que dan un color oscuro al paisaje.
Se distinguen tres grandes
unidades:
Sector occidental. Desde
Huelva hasta Sevilla. Aparece
formado por sierras bajas de
material paleozoico (granitos),
como las de Aroche y Aracena
que no superan los 1.000 m. Los
valles están excavados por las
redes
del
Guadiana,
Guadalquivir, Tinto y Odiel.
Sector
central.
Entre
Córdoba y Jaén, presenta un
relieve más enérgico como las sierras Bañuela con 1.323 m., la Sierra de Puertollano, de
cuarcitas y la Sierra Madrona, de pizarras que han sido erosionadas por el río Jándula. La red
hidrográfica se aloja por erosión diferencial en las pizarras y las cuarcitas.
Sector oriental. Al E de Despeñaperros, esta constituido por suaves crestas de cuarcitas,
como las de Cabeza de Buey de 1.155 m. y por pizarras. La red hidrográfica se aloja por
erosión diferencial en las pizarras y las cuarcitas.
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