EDMUND HUSSERL El fundador del “movimiento fenomenológico” nació en Prossnitz, Moravia –que entonces era parte del Imperio Austro-Húngaro y que ahora es Prostĕjow, República Checa– el 8 de abril de 1859. La familia Husserl había residido en esta zona por muchas generaciones –su nombre mismo parece provenir de la palabra checa huisčka, que significa “ansarón”. Si bien la casa en que nació Husserl estaba situada en la zona judía de la ciudad, su familia era parte de la asimilación que tuvo lugar después de la revolución de marzo de 1848, cuando los judíos obtuvieron plenos derechos como ciudadanos y se integraron más a la vida social y comercial. El padre de Husserl abrió un negocio de textiles en el centro de la ciudad en 1860 y Edmund asistió a la primaria en una escuela pública en Prossnitz. Después de estos orígenes más bien humildes, Husserl fue al Gimnasio Alemán en Olmütz (Olomouc, República Checa). Comenzó sus estudios universitarios en Leipzig, donde, de 1876 a 1878, estudió astronomía y se interesó por las matemáticas, la física y la filosofía. Durante esta época conoció a Tomáš Masaryk (1850-1937), quien posteriormente se convirtió en el primer presidente de Checoslovaquia. En retrospectiva puede decirse que Masaryk desempeñó un papel sustancial en el desarrollo de Husserl, por haberlo inspirado a estudiar a Descartes y a Leibniz así como el Empirismo inglés. Además, Masaryk introdujo a su compatriota en el estudio de Franz Brentano, quien tuvo una importancia clave en la vida intelectual de Husserl. Comenzando en el semestre de verano de 1878, Husserl continuó sus estudios en Berlín, donde se concentró en las matemáticas bajo la tutela de Karl Weierstrass (1815-1897). Completó su instrucción matemática en Viena de 1881 a 1882, donde su tesis Beiträge zur Theorie der Variationsrechnung (Contribución a la teoría del cálculo de variaciones) fue aceptada el 8 de octubre de 1892, y Husserl recibió el grado de Doctor el 23 de enero de 1883. Después de un breve regreso a Berlín para trabajar con Weierstrass, Husserl se dedicó al estudio de la filosofía con Franz Brentano en Viena de 1884 a 1886. Siguiendo las recomendaciones de Brentano, estudió después en Halle an der Salle con Carl Stumpf (1849-1936), un antiguo discípulo de Brentano, e hizo su Habilitationsschrift en Halle en 1887. El título de su trabajo –”Über den Begriff der Zahl. Psychologische Analysen” (“Sobre el concepto de número. Análisis psicológicos”)– es muestra del giro que dio Husserl hacia un análisis de los métodos y los presupuestos no demostrados de las matemáticas. Husserl comenzó entonces su carrera como Privatdozent en Halle, donde permaneció hasta 1901. La primera publicación importante de Husserl del periodo de Halle fue la Philosophie der Arithmetik (Filosofía de la aritmética) de 1891 (cuyos cuatro primeros capítulos contienen, salvo algunos cambios menores, el texto de su Habilitationsschrift). En esta obra se pueden ver tanto huellas de su época de aprendizaje como los temas que caracterizarán su filosofía posterior. Sin duda, las influencias de Weierstrass y Brentano estþan presentes. Husserl admitió más tarde que el deseo de Weierstrass de que los matemáticos realizaran una fundamentación radical del análisis matemático a través de un desarrollo riguroso del sistema de números reales, estableció el tono de su propio trabajo científico. Este deseo de fundamentaciones absolutas y sólidas es evidente en todo el trabajo de Husserl, y sin duda el modelo proporcionado por el debate sobre las fundamentaciones en las matemáticas nunca está lejos de la mente de Husserl. Sin embargo, mientras que Weierstrass veía el establecimiento de dichas fundamentaciones como una tarea de las matemáticas mismas, Husserl considera este “trabajo de fundamentación” como una tarea propiamente filosófica. En efecto, esta primera dedicación de Husserl en la cuestión de la fundamentación en las matemáticas puede entenderse de dos maneras: en primer lugar, como un interés por establecer una fundamentación sólida para las matemáticas; en segundo lugar, como un interés en la manera como unas matemáticas bien fundamentadas pueden funcionar como fundamentación de otras ciencias. Este enfoque corresponde exactamente con lo que Husserl buscará posteriormente para la filosofía misma –es decir, el deseo de que la filosofía esté bien fundamentada, y que en consecuencia constituya la fundamentación sólida de todas las ciencias. En esta concepción de una investigación filosófica omniabarcante se puede ver la influencia de Husserl.nbw 1. Brentano. Así pues, Husserl heredó no sólo un conjunto de problemas, sino también la ética de la vida intelectual como una labor constante para alcanzar una mayor claridad, no sólo acerca de los objetos de la reflexión propia, sino también acerca de los motivos subjetivos y las condiciones de dicha reflexión. Volviendo sobre este primer periodo, Husserl dijo que “a través del trabajo filosófico, decidí renunciar a todos los grandes objetivos y a regocijarme cuando pudiera alcanzar, aquí y allá, el menor fundamento sólido entre los pantanos de oscuridad carentes de fundamentación”. Si bien Husserl trabajó de una manera realmente intensa en Halle en condiciones nada ideales, no fue sino hasta el cambio de siglo cuando apareció otra publicación importante: los dos volúmenes de las Logische Untersuchungen (Investigaciones lógicas) en 1900-1901 (la traducción inglesa es de 1970; también se tradujo al ruso [1909], francés, español, italiano, portugués, japonés y chino). Como mencionamos anteriormente, todos los esfuerzos filosóficos de Husserl estuvieron determinados por el problema de la conexión entre la subjetividad y la objetividad, y en sus dos primeras obras tempranas del periodo de Halle este problema se discute dentro del contexto de la objetividad en la esfera de las matemáticas y la lógica y su relación con las funciones subjetivas de contar, juzgar y sacar conclusiones. Las Logische Untersuchungen pueden considerarse como el proyecto de un enfoque doble del problema. Primero, hay una aguda refutación (especialmente en el primer volumen, Prolegomena zur reinen logik [Prolegómenos para una lógica pura]) del psicologismo, esto es, la confusión de las leyes lógicas con leyes psicológicas o con actos psicológicos – confusión que aparece en muchas de las reflexiones sobre lógica durante ese periodo. Y en segundo lugar, hay un cuidadoso análisis de la intencionalidad como el rasgo definitorio de la conciencia. Aquí, una vez más, se ve la sombra de Brentano. Los volúmenes de las Logische Untersuchungen fueron ganando paulatinamente reconocimiento para Husserl mucho más allá de Halle y Gotinga, donde fue nombrado Professor Extraordinarius de filosofía en 1901. El número de escritos importantes que publicó Husserl en vida es relativamente pequeño en comparación con la gran cantidad de manuscritos encontrados por Herman Leo Van Breda durante su primera visita a Friburgo poco después de la muerte de Husserl. La razón de ello en parte está en que Husserl literalmente “pensaba” a través de la pluma, y su enorme disciplina y ética para intentar describir los “fenómenos” hasta en sus últimos detalles se conjugaron para producir un inmenso número de manuscritos, la mayor parte de ellos escritos en taquigrafía Gabelsberger. El periodo de Gotinga no es una excepción en este aspecto de la vida filosófica de Husserl, cuya única publicación de monta apareció en 1913: Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie, Erstes Buch (la primera traducción inglesa es de 1931 y la segunda de 1982; fue también traducido al francés, español, italiano, portugués y japonés). A pesar de las pausas entre cada publicación, el pensamiento de Husserl ejerció su influencia durante este periodo a través de la enseñanza y de otros medios. Por ejemplo, en 1902 Johannes Daubert, un estudiante de Theodor Lipps (1851-1914), visitó a Husserl en Gotinga y después dio a conocer las Untersuchungen a otros estudiantes de Lipps en Munich, como Alexander Pfänder, Moritz Geiger y Adolph Reinach. En los años siguientes, el contacto con estos “fenomenólogos de Munich” también influyó sobre el propio desarrollo de Husserl. De 1905 en adelante, varios estudientes vinieron de Munich a estudiar con Husserl, y junto con otros formaron la “Sociedad Filosófica de Gotinga”, cuyos miembros eran Theodor Conrad, Hedwig ConradMartius, Dietrich von Hildebrand, Alexandre Koyré y Edith Stein. Muchas de las personalidades de este periodo de Gotinga contribuyeron a la formación de lo que se ha dado en llamar Fenomenología realista. Tal vez debido a la falta de publicaciones durante este periodo, el libro primero de Ideen fue una sorpresa para los primeros seguidores de Husserl. Fue visto por varios como un cambio de una posición ontológicamente neutral a una concepción más “idealista” de la vida intencional de la conciencia. Para Husserl, sin embargo, los trece años que pasaron desde las Logische Untersuchungen trajeron consigo una concepción más clara de la base metodológica de su lucha filosófica por aclarar la conexión entre la subjetividad y la objetividad. Una parte importante de esta nueva publicación desarrolló la noción de epojé y de reducción. Lo central de esta innovación metodológica (ya mencionada en lecciones de 1906-07) es la “desconexión” o “puesta entre paréntesis” de la creencia acrítica en la existencia del mundo con el fin de 2. Husserl.nbw exponer las estructuras de la conciencia trascendental. Solamente a través de tal descripción “pura” de la naturaleza en última instancia constituyente de la conciencia, se podría superar el naturalismo ingenuo que Husserl veía presente tanto en la vida ordinaria como en la investigación científica de su tiempo, y se podría establecer un punto de partida adecuado para la solución de los problemas filosóficos. Por tanto, el paso de las Logische Untersuchungen a Ideen I podría describirse como el paso de una fenomenología descriptiva a una fenomenología constitutiva. Sin duda, las expresiones tales como la hipótesis de una “aniquilación del mundo” en sus trabajos posteriores, condujeron a muchos lectores a ver en ese paso una motivo idealista. Es importante en la explicación de la conciencia que se da en Ideas I la introducción del término nóema para denotar el objeto intencional. La instauración de Husserl, durante la época de Gotinga, del Jahrbuch für Philosophie und Phänomenologische Forschung (Anuario de filosofía y de investigación fenomenológica), dio al creciente movimiento fenomenológico un instrumento efectivo para expresarse. Hasta su desaparición en 1930, el Jahrbuch presentó un gran número de investigaciones fenomenológicas importantes. Por ejemplo, el artículo inaugural fue Ideen I de Husserl, y otros textos significativos fueron Der Formalismus in der Ethik und die materiale Wertethik (El formalismo en la ética y la ética no formal del valor) de Max Scheler, publicada en dos partes en 1913 y 1916, y Sein und Zeit de Martin Heidegger en 1927. En 1916 Husserl fue nombrado sucesor de Heinrich Rickert (1863-1936) como titular de la “Lehrstuhl I” en la Facultad de filosofía de la Universidad de Friburgo de Brisgovia. En el mismo año su hijo menor, Wolfgang, murió en la Batalla de Verdún cuando servía como voluntario en el ejercito alemán. Husserl sostuvo sus propias inclinaciones nacionalistas (si bien menos extremas que las de algunos de sus colegas y estudiantes), y algunas huellas de esos sentimientos se dejan ver incluso en sus conferencias sobre Fichte en 1917. Sin embargo, la terrible tragedia de la Primera Guerra Mundial se puede considerar como lo que marcó un cambio en el pensamiento de Husserl (hay por ejemplo un desarrollo de la ética de Husserl). Por crucial que hayan sido la guerra y sus secuelas y el surgimiento del nacionalsocialismo para entender el desarrollo del pensamiento de Husserl, es igualmente importante destacar que para él estos sucesos eran signos de que algo andaba muy mal en la civilización europea, de una enfermedad cuyas raíces eran mucho más profundas que las circunstancias inmediatas en que se daban estos terribles sucesos. Al escribir en 1923 sobre el “caos político, nacional, religioso, artístico y filosófico” en Alemania, Husserl no estaba solamente describiendo la Alemania de Weimar, ni estaba tampoco expresando simplemente su creencia de que la guerra, en cierto sentido, había continuado después de 1918, “librándose en forma de tortura psicológica, vacío moral y necesidad económica”. Más bien, considera la tragedia de la época como una indicación de que Europa había perdido de vista su propio telos racional, el proyecto que Husserl considerará posteriormente como la definición misma de la idea de “Europa”: la creencia en la posibilidad de una existencia plenamente racional y en la capacidad de los seres humanos para justificar y tener intelección de lo que hacen y de por qué lo hacen. En vista de esta idea de que su época había sucumbido ante formas estrechas e inadecuadas de racionalidad que finalmente mostraron su fracaso, sigue siendo un mérito de Husserl el no haber cedido a un pesimismo superficial o a un irracionalismo que se repite en todas las épocas, ni haberse puesto simplemente a proponer soluciones. En lugar de ello, en lo que equivale a cierta forma de optimismo en la razón misma, desarrolló las investigaciones fenomenológicas en curso en muchas áreas para descubrir las raíces últimas del malestar contemporáneo, y para remediarlo a través de una apropiada fundamentación de la razón misma. El pensamiento posterior de Husserl puede verse, pues, como una extensión de su meta básica consistente en una fenomenología de la razón en todas sus formas de expresión. Lo que para Husserl se volvió más evidente es que la descripción de las estructuras intencionales de la conciencia (la tarea de la fenomenología estática) debe acompañarse de una explicación de cómo se desarrollan dichas estructuras –en suma, una descripción fenomenológica de la génesis de los actos intencionales con sentido. De aquí emerge en el trabajo ulterior de Husserl una fenomenología genética que puede no sólo abarcar la descripción del origen constitutivo del mundo en la subjetividad trascendental, sino también explicar la relación del sujeto con otros sujetos y con el mundo de la vida histórico. Husserl.nbw 3. A lo largo de los años 20, Husserl se esforzó en resumir los resultados de sus investigaciones fenomenológicas en una obra sistemática. Lo más cerca que este proyecto estuvo de su realización fueron las Cartesianische Meditationen (Meditaciones cartesianas), publicadas en francés en 1931. Sin embargo, los temas tratados en los manuscritos, en las lecciones universitarias y otras conferencias (como las de Londres en 1922, Amsterdam en 1928 y París en 1929), dan una clara idea de la amplitud de los intereses de Husserl y dan el sentido de una obra sistemática. En los cursos universitarias de 1923-24 se encuentra la extensión de la fenomenología trascendental como ciencia fundamental, como Erste Philosophie (Filosofía primera), y en otras conferencias se explora la relación entre la fenomenología trascendental y la psicología. El estudio de la antropología filosófica intencional y de la apercepción del mundo, la constitución intersubjetiva y los problemas del tiempo y la individuación, son los temas centrales de muchos de los manuscritos. En 1929 Husserl publicó la Formale und transzendentale Logik (Lógica formal y trascendental), donde vuelve sobre los temas de las Logische Untersuchungen, aunque ahora sobre las bases de su fenomenología totalmente desarrollada. En su trabajo posterior a la guerra fueron especialmente importantes sus asistentes privados: Edith Stein, Ludwig Landgrebe y Eugen Fink. Ellos tenían la tarea de organizar los manuscritos, cuyo número no dejaba de aumentar, transcribir la taquigrafía de Husserl y preparar textos para su publicación. A raíz de esta colaboración sólo se publicó un texto durante la vida de Husserl: Phänomenologie des inneren Zeitbewusstseins (Sobre la fenomenología de la conciencia del tiempo inmanente) en 1928. Esta obra fue preparada por Edith Stein y editada por Martin Heidegger, aunque, en vista de la magnitud del trabajo de Stein, sólo con ciertas reservas puede considerarse como un texto auténtico de Husserl. Lo mismo puede decirse de un texto editado y revisado por Landgrebe que apareció en 1939 con el título de Erfahrung und Urteil (Experiencia y juicio). La relación entre Husserl y Heidegger tuvo también una gran significación. Husserl tenía grandes esperanzas en que Heidegger asumiría el liderazgo del movimiento fenomenológico. En 1927-28 Heidegger colaboró en la redacción de un artículo para la Encyclopaedia Britannica que definiría la fenomenología. Cuando Husserl adquirió oficialmente la categoría de profesor emérito en Friburgo en marzo de 1928, Husserl propuso a Heidegger como su sucesor. Sin embargo, como Husserl pudo percatarse después de una cuidadosa lectura de Sein und Zeit (Ser y tiempo) de Heidegger (1927), el pensamiento de éste había seguido otras direcciones. En 1931, la conferencia de Husserl “Fenomenología y antropología”, leída en Frankfurt, Halle y Berlín, era una clara crítica a Heidegger por lo que husserl consideraba como una traición a los principios de la fenomenología trascendental. Además de Heidegger, otros dos asistentes del Seminario de Filosofía que trabajaron con Husserl fueron Oskar Becker y Arnold Metzger. Hay que añadir que incluso una lista incompleta de los estudiantes de este periodo da cuenta de lo profundo que era y lo difundido que estaba el interés en la fenomenología de Husserl. Entre los que trabajaban con él estaban: Fritz Kaufmann, Alfred Schutz, Aron Gurwitsch, Hans-Georg Gadamer, Karl Löwith, Herbert Spiegelberg, Emmanuel Levinas, PaulLouis Landsberg, Rudolf Carnap (1891-1970) y Herbert Marcuse (1898-1979), junto con los norteamericanos Dorion Cairns y Marvin Farber y los japoneses Shuzo Kuki y Hajime Tanabe. Los últimos años de la vida de Husserl fueron de grandes dificultades debido al acceso al poder de los nacionalsocialistas en enero de 1933. Su rango de emérito fue suspendido por los nacionalsocialistas el 6 de abril de 1933 (si bien fue restituido el 20 de julio, cuando el primer grupo de leyes raciales en Alemania permitió a los “no arios” que tenían puestos académicos antes de 1o. de agosto de 1914 conservarlos). Después de la promulgación de las leyes raciales de Nuremberg de 1935, Husserl fue totalmente excluido de la vida académica y también tuvo que abandonar la casa en que llevaba más de veinte años viviendo. Sin embargo, incluso en estas terribles circunstancias, las investigaciones filosóficas de Husserl continuaron. Tuvo pláticas con muchos visitantes, como Gaston Berger y Jan Patočka. Las conferencias que dio como invitado en Viena y Praga en 1935 constituyen la base de la publicación en 1936 de las Partes I y II de Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie (La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental) en la revista Philosophia de Belgrado. Este penetrante texto dio a algunos 4. Husserl.nbw seguidores la fuerte impresión de que Husserl se encaminaba por rumbos nuevos. Un énfasis en la historia y un enfoque temático sobre el mundo concreto de la vida, dan la impresión de un giro hacia una fenomenología hermenéutica y una fenomenología existencial. Si bien la obra de Husserl sigue diversos enfoques, su objetivo último sigue siendo hasta el fin un intento de renovación fundamental de la filosofía como una ciencia rigurosa. Husserl tenía la convicción de que sólo a través del desocultamiento y la verificación de la subjetividad por medio de la fenomenología se podrían superar, por un lado, el peligro de un objetivismo unilateral y, por el otro, las amenazas opuestas del escepticismo y del relativismo. Viendo en retrospectiva desde el punto de vista de la Krisis, es evidente que el pensamiento posterior de Husserl no marca una ruptura radical con el anterior. Ya en el ensayo “Philosophie als strenge Wissenschaft” (“La filosofía como ciencia rigurosa”), publicado en la revista Logos en 1911, no se trata de ubicar la crisis en la fundamentación de un campo en particular, como las matemáticas (como podría interpretarse la Philosophie der Arithmetik), ni de llamar la atención sobre lo inadecuado de la reflexión sobre las formas del pensamiento en general (lógica). En lugar de ello, se advierte que toda la gama de las ciencias naturales y sociales padece de los prejuicios del naturalismo, el positivismo, el psicologismo y el historicismo. El surgimiento de estas crisis se debe a una falta de claridad en la comprensión de las ciencias particulares respecto de sus respectivas tareas, origen y fundamentación –en suma, a una falta de comprensión de sí mismas. Sin embargo, al mismo tiempo que Husserl reconoce con claridad creciente la crisis en las diferentes ciencias y la necesidad de una fundamentación filosófica de las ciencias, también percibe con mayor claridad la impotencia de la filosofía existente. La filosofía misma no está en posición de proporcionar lo que se necesita “porque todavía no es una ciencia en absoluto”. Husserl considera, pues, que la primera tarea de la filosofía es, esencialmente, la de establecerse a sí misma como una ciencia rigurosa. También puede apreciarse en “La filosofía como ciencia rigurosa” que Hussserl considera que estas dificultades en las ciencias y en la filosofía tienen ramificaciones culturales de gran alcance. Según Husserl, la cultura de Occidente está basada en la ciencia, y una ciencia insegura trae como resultado una cultura insegura. De ahí que la búsqueda de una filosofía como ciencia rigurosa sea una búsqueda de una firme fundamentación de la cultura. Los temas de una crisis en la cultura y la relación de la filosofía con las necesidades imperiosas de la vida moderna, adquieren un significado aún más profundo en los cinco ensayos sobre “Erneuerung” o “renovación” escritos en 1922-23 para la revista japonesa Kaizo. Husserl hace un llamado a la renovación o rehabilitación del espíritu europeo basada en una filosofía renovada, y busca, en efecto, una rehabilitación del mundo basada en una Europa renovada. La crisis fundamental es descrita como una pérdida de fe en la razón y la renovación es el reestablecimiento o reanimaciónde de la fe en la razón. La fe que se ha perdido había sostenido a Europa desde su “fundación” u origen, esto es, desde los griegos. Esta fe proclama no sólo la posibilidad de una existencia racional, sino también que dicha existencia tiene como meta una humanidad auténtica, que para que la vida humana sea verdaderamente humana ha de ser racional. La creencia de que una vida humana auténtica es una vida racional, es la creencia de que esta vida debe estar imbuida de un sentido crítico y del deseo de ver por uno mismo, de no aceptar nada simplemente sobre la base de la tradición, de estar dispuesto a examinarse a uno mismo y a examinar las propias acciones. La racionalidad, en su verdadero sentido, también implica una actitud que no está dominada por preocupaciones inmediatas y apremiantes. No está sólo interesada en el funcionamiento, sino en comprender y conocer verdaderamente por qué el mundo y sus habitantes funcionan como lo hacen. La racionalidad de esta actitud teórica-crítica no debe confundirse con el empobrecido sentido de racionalidad propuesta por los positivistas y su equiparación de la racionalidad con los hechos empíricos. Es más, para Husserl los hechos, vistos sólo empíricamente, representan cierta “irracionalidad”. Solamente un sentido cabal de la racionalidad, movido por ideas universales y omnitemporales, es capaz de renovar a Europa y de lograr la realización del significado de su propia existencia. Los tipos de crisis descritos por Husserl con tal convicción en la Krisis, son paralelos al tipo de crisis en matemáticas y lógica perfilado en sus primeros trabajos. Funcionar sin una visión de lo que uno hace, trabajar bajo formas de pensamiento que se aceptan sin cuestionamiento, ignorar de dónde vienen estas formas Husserl.nbw 5. de pensamiento –éstos son algunos de los rasgos dominantes de la crisis de la ciencia, la filosofía y la cultura. En un texto escrito en 1936 y posteriormente publicado por Fink con el título de “Die Frage nach dem Ursprung der Geometrie als intentional-historisches Problem” (“La cuestión del origen de la geometría como problema histórico-intencional”), Husserl da una explicación del lenguaje que muestra claramente que dichas crisis no impiden el mero funcionamiento. Pero un funcionamiento en el que se pierde el significado del lenguaje, y en el que uno puede hablar y escribir palabras sin saber realmente lo que uno está diciendo o escribiendo, es similar a la pérdida de significado que ocurre en una ciencia que sigue funcionando bien como una “técnica”, pero que no se entiende a sí misma, su origen o su objetivo. La lucha de la cultura por tener una intelección de sí misma y de todas sus actividades es paralela a la lucha del filósofo como individuo por poder verdaderamente “responder” de su pensamiento y acción. De ahí que la más completa descripción de una vida humana auténtica es la responsabilidad de sí misma, y la caracterización última de la filosofía de Husserl es la absoluta responsabilidad de sí mismo. Ser plenamente humano es saber lo que hacemos y por qué lo hacemos, y por lo tanto ser totalmente responsable de quiénes somos. La lucha por alcanzar tal responsabilidad y el intento por poder dar cuenta de lo que uno es y lo que uno hace no es una tarea fácil. Sin embargo, para Husserl esta lucha es lo único que da significado a la vida tanto personal como comunitaria. El carácter y genio de Husserl, así como sus logros, contribuyen a explicar el crecimiento y la difusión del movimiento fenomenológico por todo el planeta. Al acercarse a su muerte, acaecida en Friburgo el 27 de abril de 1938, se sintió justificado para afirmar que su vida había sido fiel a la lucha filosófica por la responsabilidad de sí mismo. Poco después, Herman Leo van Breda logró rescatar más de 40,000 páginas de manuscritos de Friburgo y ponerlos a salvo en el Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Van Breda también logró trasladar la vasta biblioteca de filosofía de Husserl que contenía 2817 libros y 1152 separatas, así como correspondencia y otros documentos concernientes a la vida y carrera de Husserl. Ya en el otoño de 1938 puede decirse que se fundaron los Archivos Husserl, cuando Van Breda pudo contratar a Landgrebe y Fink, los últimos asistentes de Husserl. Antes de la muerte de Husserl, Fink había empezado a organizar los manuscritos de Husserl, y este trabajo sobre el Nachlass (legado póstumo) de Husserl continuó en Lovaina junto con la transcripción de los manuscritos en taquigrafía Gabelsberger. Estas transcripciones pudieron entonces ser estudiadas por investigadores visitantes, como fue el caso de Maurice Merlau-Ponty durante su primera visita a Lovaina en 1939. El trabajo de edición propiamente dicho de estos manuscritos para su publicación, no comenzó en serio sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces han aparecido más de 30 volúmenes en la colección Husserliana –las obras reunidas de Edmund Husserl. Los Archivos continúan hoy en día los trabajos de transcripción, edición y publicación de las obras de Husserl, y dirigen investigaciones sobre la naturaleza del pensamiento de Husserl y su relación con otros desarrollos claves de la filosofía. R. PHILIP BUCKLEY McGill University (Tomado de Encyclopedia of Phenomenology, editor general Lester Embree. Contributions to Phenomenology. Dordrecht/Boston/London: Kluwer Academic Publishers, 1997, pp. 326-331.) 6. Husserl.nbw