C ~5 de mayo de 1862~ ampos calcinados por los intensos rayos del sol veraniego que el viento helado del invierno barre. Lucha denodada y permanente del hombre contra el precario medio. Eterno reflejo de los caracteres humanos forjados en la dureza del empeño. Tal era el mapa físico del estado Coahuila-Texas en el principio de nuestra integración federalista, sobre el litoral del Golfo de México. Llegaron al lugar de San Antonio Béjar Miguel Zaragoza, veracruzano y militar, y María de Jesús Seguín, natural de aquellos rumbos. Un pequeño caserío y 700 habitantes daban nombre a Bahía del Espíritu Santo, hoy Goliad. Fruto de la unión de ese matrimonio, en la vieja misión franciscana inmediata a la casa solariega nació hace más de 180 años, el 24 de marzo de 1828, un hijo al que bautizaron como Ignacio, quien llegó a la vida prácticamente con la República, sistema que defenderá luego, a lo largo de su vida, bizarra y apasionadamente. Fue su sello. Se inició aquí un tránsito luminoso y breve, como un rayo en el firmamento, que culminó en Puebla el 8 de septiembre de 1862. Tránsito certero, batallador, patriótico de sólo 33 años. Tiempo suficiente en las personalidades señeras, como la de Zaragoza, para llenar cometidos históricos y trazar páginas imborrables, rutas y caminos a seguir por generaciones y pueblos. Manos colmadas de realidades. De Bahía del Espíritu Santo, el tráfago militar, el adiós repetido sin fin hasta la muerte en la carrera, llevó a la familia Zaragoza Seguín a Matamoros, Monterrey y Zacatecas. Ignacio, nuestro hombre, había dejado las aulas seminaristas y se dedicaba al comercio en la Sultana del Norte. Pero su destino era otro, como el de su padre: el ejército. Se inscribió en las milicias cívicas o guardias nacionales. En 1853 principió su carrera ejemplar. Pronto se sumó a la inconformidad popular contra el gobierno dictatorial de aquel payaso ~18~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 18 14/09/11 18:03 ~ZARAGOZA: RÍO, MADERA, HOMBRE PUEBLO~ trágico de nuestra historia: Santa Anna. Zaragoza, desde entonces, defendió la legalidad, la justicia y el honor. Su hoja de servicio consigna participaciones en Matamoros, Saltillo y Monterrey, en aciagos momentos para el país. Estuvo también en la capital del país, en Zacatecas y San Luis, luchando por la fidelidad a la carta constitucional de 1857. Tras larga estadía potosina, regresó a Monterrey y se casó con Rafaela Padilla en enero de ese año. Reemprendió la marcha hacia León y Guanajuato en la forja incomparable, aunque dolorosa, que fue para los militares la Guerra de Reforma, y alcanzó el grado de general en 1859, dirigiendo la brava brigada del norte, compuesta por fuerzas zacatecanas y neolonesas. Después del fracaso de Tacubaya volvió al centro de México y a Monterrey. En 1860 estuvo en el Puerto de Veracruz, tierra de su padre, y se unió a González Ortega en Zacatecas. Participó en la acción de Guadalajara contra Miramón y en Silao tuvo triunfos que serían definitivos para la causa juarista. Participó en la toma de Guadalajara, después en Calpulalpan, y por fin, luego de tres años de lucha sangrienta y fratricida, llegó a la capital mexicana. En abril de 1861 fue nombrado sustituto de González Ortega como secretario de Guerra. Tenía 32 años. Después se hizo cargo del Ejército de Oriente en diciembre del mismo calendario. Ese ejército sería el gran triunfador del 5 de mayo; el gajo que Puebla le quiso cortar a la epopeya. Frente a la Intervención Francesa, el reto de la historia, Zaragoza se yergue, reacio su carácter y acerada su voluntad. Reflejo de la larga lucha y de carencias materiales, como el escenario físico que lo vio nacer. Maduro en sus 33 años, pasó los 10 últimos en las filas republicanas. Forjado en las limitaciones técnicas de la guerra reformista, Zaragoza no era ni estratega genial ni conocedor de los ápices del arte de la guerra europea, pero tampoco los necesitó; en ~19~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 19 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ cambio, conocía admirablemente al soldado mexicano y la inmensa resistencia que había en él —y esa era su táctica—. Tenía, además, fe de primitivo, infinita y simple, no sólo en el derecho, sino en el triunfo de la patria —y esa era su estrategia. Suplía en el mando al general López Uraga, quien había estudiado a los ejércitos europeos en su terreno y era militar de carrera, pero carecía de la hermosa, admirable y ejemplar firmeza de carácter de Zaragoza, quien jamás dudó ni vaciló ante la responsabilidad inminente. No hay en sus cartas, textos o alocuciones, frente al reto trascendente de la historia, el más leve asomo de duda. Al contrario, sólo la palabra victoria y una fe rotunda lo acompañaban. Por eso cumplió. Zaragoza —el hombre, “El Chicano Fronterizo”— concentró en seis meses la esperanza de la patria hollada de nueva cuenta. Era el primer ciudadano con mando militar. Hasta su muerte, Juárez dejó la actividad política en la guerra y la dirección de la guerra en el cuartel del jefe del Ejército de Oriente. Eso demuestra su importancia jamás defraudada. Fue llamado tras la batalla señera del 5 de mayo, “Hombre pueblo”, popularidad no tumultuante, sino fe mística en la potencia del héroe para conjurar desastres. Del cariño, el pueblo lo elevó a la apoteosis. El 5 de mayo y Zaragoza dieron a México inmensos resultados políticos, militares y, sobre todo, anímicos y sicológicos. Por eso la batalla fue definida como maratón, por sus resultados inmensos. Relampagueó la electricidad del patriotismo. En ese minuto admirable de nuestra historia nació, ciertamente, un nuevo México que empezó a confiar en sí mismo iniciando la transformación nacional. Momento luminoso y estelar que nos identificó, que sigue identificando en sus mejores esencias a los mexicanos de siempre. Se robusteció la fe popular en su propia capacidad, reafirmando la conciencia nacional. La historia patria tiene entonces un parteaguas ~20~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 20 14/09/11 18:03 ~ZARAGOZA: RÍO, MADERA, HOMBRE PUEBLO~ que la divide antes y después del 5 de mayo. El alma nacional tuvo, por fin, cohesión: surgió la fe en el derecho. Sobre la razón de la fuerza está la fuerza de la razón. Emergió, pues, la definitiva personalidad de México, por eso fue que los abuelos la consignaron como nuestra segunda independencia. Con el 5 de mayo también se salvó la federación norteamericana. Hecho importante, poco conocido y menos valorado. El triunfo sublime del vencedor de invencibles hizo perder un año a los ambiciosos designios de Napoleón “El Pequeño”. Un año retrasó Francia su vuelta a Puebla. Entre los objetivos franceses, además de México, estaba la Unión Americana, claramente señalado en las cartas de Napoleón al mariscal Forey. Cuando Zaragoza defendía nuestra ciudad, apareció en el marco de la guerra separatista, del otro lado del Río Bravo, Edmundo Lee, gran soldado de su país. Si Puebla hubiese caído el 5 de mayo de 1862, días después los galos se habrían unido a los sudistas y con la ayuda de la Gran Bretaña habrían reconquistado puertos y —decían— limpiado de estorbos marítimos la comunicación entre los estados rebeldes y el océano, lo que hubiera sido, quizás, la secesión definitiva. En Loreto y Guadalupe, pues, no se defendió solamente la integridad mexicana, sino la federación norteamericana. Allí, sin duda, cambió el rumbo de la historia universal, ángulo notabilísimo y casi inadvertido que trajo consigo la epopeya de Zaragoza. Por otra parte, la experiencia del 5 de mayo impactó el derecho internacional, aportando la libre autodeterminación, la igualdad soberana, el respeto mutuo entre las naciones, doctrinas y postulados, los cuales quedaron para siempre enraizados profundamente en nuestra limpia política internacional y, desde entonces, han sido respetados y emulados por muchas naciones hermanas. Pero, volviendo a Zaragoza ¿cómo era, física y humanamente? ~21~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 21 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ De estatura más bien aventajada, entero fuerte y ágil, moreno el color, frente amplia, boca grande y fina, nariz bien proporcionada sobre la que cabalgan los espejuelos correctores de una acentuada miopía, de unos ojos oscuros, continente sereno, que afina el cuidadoso aliño del pelo liso y negro. Su carácter sereno no es signo de debilidad orgánica, su calma habitual no es signo de indolencia, sino de profundo equilibrio emocional que refleja sus controladas reacciones; es valeroso sin ostentación, se le descubre la bondad a distancia, pese al ambiente de dislocaciones morales en que ha vivido, muy sensible a los contactos humanos; su generosidad no tendrá límites; porque es humilde le irritará la soberbia de los fuertes, como le conmoverá la desgracia de los desvalidos; honrado sin jactancia, nunca se manchó las manos con el hurto y el saqueo; de inteligencia despierta, está dotado de perspicacia que le permite abarcar de golpe, el origen, la magnitud y el rumbo de los aconteceres; en la raíz de su juventud late incontenida una voluntad de ser y de servir y si aspira a distinguirse, no será la notoriedad que tanto riñe con su modestia, sino para encauzar el rumbo generoso de su vida y en el momento de las grandes decisiones, rayará en la intrepidez y cuando sea necesario en la temeridad. Francisco Zarco, paladín del periodismo dijo de Zaragoza: “Si en las batallas demostró serenidad y genio militar, en el gobierno dio pruebas de gran valor civil, de adhesión sincera a las instituciones, de incomparable desinterés y de talento administrativo”. Tras el triunfo imborrable, Zaragoza pasó a la capital por cuestiones de servicio. Modesto, es recibido apoteóticamente, como héroe de la antigüedad, dicen los cronistas de su siglo. Retorna rápidamente a Puebla y desciende a tierras veracruzanas. Se le ve en el mirador caprichoso y magnífico de Acultzingo. Su físico es herido mortalmente. Está en Puebla enfermo, con altas temperaturas. Ansiedad de vida y triunfos e imágenes guerreras envuelven su agitada mente. ~22~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 22 14/09/11 18:03 ~ZARAGOZA: RÍO, MADERA, HOMBRE PUEBLO~ Muere con gesto victorioso en los labios. 8 de septiembre de 1862: deserción en su impecable hoja de servicios, la inevitable, la de la muerte. El mestizo de la frontera, el guardia nacional, el gran chinaco de la Reforma, el miliciano patriota, el soldado republicano es trasladado a la capital. La ciudad lo recibe triunfalmente. Su carro funerario está cubierto de incienso, flores y palmas. El féretro va envuelto en el lábaro tricolor; la patria eternizó el laurel de su victoria. Verde, fresco, lozano está aún. Juárez lo declara Benemérito de la Patria. Su nombre insigne ingresa a los muros camarales; la ciudad de su hazaña recibirá el nombre de Puebla de Zaragoza. Cuando se cumplieron 99 años de su proeza, en 1961, el doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara hizo la petición original frente a la tumba del héroe en San Fernando, de que sus restos retornaran a Puebla, al escenario físico de su gloria imperecedera, a Loreto y Guadalupe, y a la ciudad de su crepúsculo humano. La historia asistió a la justa petición, pero no fue sino hasta 1976 cuando el presidente Luis Echeverría decretó lo correspondiente. Así, bajo el sol incomparable de mayo, y después de 114 años, Zaragoza retornó a la ciudad de su nombre, que respetuosa y conmovida, en medio de una lluvia de rosas blancas —las flores de la fraternidad de Martí—, lo recibió cariñosa, ungida de emoción republicana. Llegó el cuerpo —no en cenizas— intacto, vestido con su uniforme de gala, con los imprescindibles anteojos calados, las botas puestas y el rictus señalado, como hace más de una centuria… Despojos respetados por el tiempo; ese tiempo mexicano al que Zaragoza le dio especial dimensión histórica. El 5 de mayo era la fecha obligada para reinhumarlo en un sobrio, digno monumento, enclavado precisamente allí, en el magno escenario de la epopeya, donde todos los días grita su mensaje entrañable de paz, su condena a la guerra y su pasión por la libertad. ~23~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 23 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ Así regresó a “Puebla de Zaragoza, Zaragoza de Puebla”, como dijo con fortuna Mario Moya Palencia, para seguir compartiendo desde nuestra capital, con los mexicanos, la lucha por la soberanía, la independencia nacional y una sociedad más justa, más libre y más digna. Ese fue el legado y la directriz, evocadora y perenne, con la frescura permanente de lo eterno, del hombre pueblo que fue Ignacio Zaragoza. El hombre de la fe, el que aprisionó la certidumbre de la esperanza. Evocamos la voz de Zaragoza en nuestra hora y tiempo. Observamos su vigoroso brazo y su índice de bronce, porque desde esa estatua sigue marcando directrices. Certidumbre de esperanza y de fe secular. Por todo ello Zaragoza siegue siendo actual, contemporáneo. Zaragoza río, Zaragoza madera. Río-hombre que desemboca al seguro término de su destino. Hombre-madera, sin revés ni derecho. Es corteza, fibra y médula. Hombre del mundo como los ríos, hombre cabal. Hechura de la naturaleza como la buena madera. Una sola tumba El 5 de mayo de 1976 —como hemos dicho— retornaron a Puebla los restos del gran militar. El mismo día y mes, pero del año de 1979, año del sesquicentenario del natalicio de Zaragoza, se reinhumaron los restos de doña Rafaela Padilla de Zaragoza, al lado de su esposo, en el monumento erigido a la memoria del gran vencedor. Era la hora del reencuentro, de un acto de estricta justicia. Llegó por derecho propio su digna esposa, quien no podía estar ausente de esa cripta. Volvieron a encontrarse tras 118 años. Ellos, Ignacio y Rafaela, se separaron físicamente en diciembre de 1861 en la Ciudad de México. Más de una centuria después, se reencontraron bajo la tierra amorosa de Puebla que Ignacio fecundó con su hazaña imperecedera. ~24~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 24 14/09/11 18:03 ~ZARAGOZA: RÍO, MADERA, HOMBRE PUEBLO~ Rafaela enfermó de pleuresía. En esos días, el patricio Juárez designó a Zaragoza afrontar la grave responsabilidad de dirigir el Ejército Nacional, ante la amenaza de guerra de los tripartitas. Una y otro, pudiendo hacerlo, ocultaron la enfermedad al presidente. La noche del 13 de enero de 1862 —año paradójico de la tragedia y la gloria— hasta tierras veracruzanas llegó la terrible nueva al bizarro militar: Rafaela había muerto unas horas antes, a los 26 años de edad. En la soledad de la tienda de campaña, en medio de un tropel de imágenes retrospectivas, lloró la desgracia irreparable, pero el deber militar lo mantuvo en primera línea, sin desprenderse de la acción, lejos del duelo familiar: íntimo, profundo, el suyo. Años de zozobra terrible los de aquel dramático siglo xix en la gestación del país, que afectaron a quienes como Zaragoza, eran partícipes de la natividad de la patria nueva con extensión a sus familias. Cuando se casó con Rafaela tuvo que hacerlo por poder y representado por su hermano Miguel, en Monterrey, porque el deber —siempre el deber— lo ataba a la campaña contra los conservadores. Cinco años escasos de matrimonio, con la pérdida de dos de los tres hijos, los varones Ignacio e Ignacio Estanislao —y la de su esposa después—. Preocupado permanente por las carencias materiales, su ausencia del hogar y la falta de cuidados paternos que exigía la pequeña huérfana Rafaela —quien vivió hasta 1927—, Zaragoza enfermó a los pocos meses de la muerte de su esposa, y falleció a los 33 años. Pero ni las angustias, ni las limitaciones afectaron aquel matrimonio modelo con Rafaela entregada al hogar como madre y esposa. Mujer digna y cabal, jamás esquivó los sacrificios. Luchó contra el infortunio y su corazón generoso y alma de infinita grandeza le permitieron comunicar ánimo, fortaleza, espíritu y fe permanentes al compañero de vida y de anhelos. Esa fe, unida a la de Juárez, movió montañas. Ellos entendieron el patriotismo como deber, los ~25~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 25 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ sacrificios que impone y los esfuerzos y demandas que exige. Había que satisfacer plenamente y con convicción y voluntad, sin regateos, sin cobardía, sin discusión y con entrega generosa y apasionada. Así lo cumplieron los esposos Zaragoza-Padilla. La gloria los separó en la tumba. Rafaela fue enterrada originalmente en el cementerio de San Diego, en la capital, y luego trasladada a San Fernando, en una fosa distinta a la de Ignacio, también inhumado allí. En el reencuentro, gracias a la anuencia del presidente José López Portillo y a la simpatía de los descendientes de doña Rafaela, los restos de aquella abnegada mujer se unieron a los de Ignacio en la misma tumba. Es de plena justicia que la compartan, como compartieron los claroscuros de la vida. Uno junto al otro, puesto que junto a un gran hombre, hubo una gran mujer y para que la posteridad les rinda homenaje dual, como fue el profundo sentimiento y comunión de su vida espiritual y “si el cumplimiento del deber los separó, ha sido la voluntad misma del pueblo la que los ha vuelto a reunir”, para que bajo el cielo de Puebla reposen en paz quienes jamás la tuvieron por circunstancias del tiempo. Sus funerales en San Fernando y las reinhumaciones en Puebla tienen una vinculación especial. Esa puede ser su gloria, la mejor de todas, haber ido al término de la jornada, descansado en hombros; es decir, en la sinceridad de su pueblo del que fueron y son sustancia. Recordemos, mexicanos todos, que los muertos como Rafaela e Ignacio mandan aún en nuestras conciencias. Y su ejemplo nos invita a ir al mausoleo con humilde emoción y honestidad, donde —parafraseando al manchego ilustre— aún hay sol, el sol heroico de mayo. Vayamos ahí, a ese monumento, cada vez que la duda sobresalte, a avivar la llamada de nuestra libertad y a escuchar en la elocuencia del silencio, la voz intemporal y eterna de México. ~26~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 26 14/09/11 18:03 Momento luminoso y estelar de la historia VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 27 14/09/11 18:03 P ~5 de mayo de 1862~ ara situarnos en el mirador histórico iremos a los antecedentes. Cuando menos hasta 1861, al 17 de julio, fecha en que corre el telón y hace surgir los deseos europeos, cuando la penuria asolaba al gobierno juarista y por decreto del Congreso declaró suspender por dos años el pago de las deudas extranjeras. Justo Sierra nos dice cómo se incubó el mal: El alejamiento del peligro militar inminente1 permitió al gobierno, a los grupos políticos fijarse en el exterior; hacía tiempo que se aglomeraba una tempestad en nuestro horizonte. Durante la lucha civil se habían confabulado los gabinetes de Inglaterra, Francia y España con la posibilidad de intervenir en nuestros asuntos y para ponernos en paz, por fuerza apoderarse de nuestros recursos y pagarse, Inglaterra sus enormes créditos, España sus discutibles derechos y Francia los insignificantes suyos. Europa, ciertamente, había desdibujado a nuestra nación: atraso, inmoralidad y abyección eran las palabras preferidas de los representantes europeos en nuestro medio. Todos ellos llegaban a la conclusión lógica de intervenir. Así, Dunlop escribía a Inglaterra: “Para el restablecimiento del orden de cosas, una monarquía constitucional sería la más propia, instaurando un poder central que consolidase la paz de la nación”. El también inglés Wyke epistolaba: “Las facciones combatientes luchan por adueñarse del poder, a fin de satisfacer su codicia o su venganza, entretanto el país se hunde más y más bajo cada día, mientras la población se ha brutalizado y desgranado hasta un punto que causa horror el contemplar”. Pero más “explícito” es Dubois de Saligny, que dice: “Me parece absolutamente necesario tengamos en las costas de México, una fuerza material bastante para atender, suceda lo que quiera, a la protección de nuestros intereses”. En junio exclamó: “El puñal de los asesinos se dirigía especialmente contra los franceses y los ~28~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 28 14/09/11 18:03 ~MOMENTO LUMINOSO Y ESTELAR DE LA HISTORIA~ alemanes”. El 27 de julio su verborrea era definitiva, tras la suspensión de pagos, categóricamente afirmó: “La población francesa está unánime en su indignación contra ese gobierno y en su deseo de ver aplicarle un castigo pronto y ejemplar”. He allí, amigos, la verdad de la intervención que se avecinaba. Los pretextos europeos Aquel, decíamos, era el pretexto para armar la trama. La suspensión de pagos fue la “unión tripartita” entre los gobiernos de Francia, España e Inglaterra. ¿Cuál era el monto? Era de 82 316 290.86 pesos. Así: a los franceses se les adeudaba 1 600 000 pesos de capital más 384 000 de intereses (1% mensual de dos años), deuda que resultaba del discutible crédito con el suizo nacionalizado francés Jekcker (protegido de Saligny); a Inglaterra 69 994 542 pesos, y a España 9 460 986 pesos y 29 centavos. España protestaba por la repulsa al Tratado Mon Almonte y la expulsión de su ministro Pacheco; los ingleses por los robos a los tenedores de fondos de la deuda inglesa y la conducta en Laguna Seca. México reconocía las deudas reales y pedía tiempo para solventarlas. Su economía estaba desequilibrada, en la intranquilidad continua por las asonadas, los golpes de Estado y por las revoluciones fratricidas. Juan Antonio de la Fuente, quien fungió como ministro de Relaciones, había estado en las cortes de Inglaterra y Francia, buscando solución a las reclamaciones, sin mucho éxito porque los planes ya estaban definidos hacía tiempo. Las reclamaciones se aglomeraban, dice un documento oficial de la época, y “mientras las exigencias por indemnizaciones con cantidades exorbitantes sean mayores, tanto menos es la posibilidad de pago”. El gobierno juarista envió al diplomático con una nota que encontró oídos sordos en las cortes europeas; en ella decía: ~29~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 29 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ El señor de la Fuente puede hacer valer religiosidad con que el gobierno legítimo ha procurado llenar sus compromisos, aun en medio de cuantiosas atenciones de la guerra, que quizás no se habrían prolongado tanto si los acreedores de la nación hubiesen sido menos exigentes. El gobierno no quiere, pues, que haya para lo sucesivo, trastornos ni motivos de queja, y para lograrlo, quiere contar con la cooperación de sus acreedores. No hubo éxito en las gestiones europeas y Estados Unidos, por medio de Corwin, ofrecía su “leal ayuda”; un préstamo que pudiera desbaratar la intervención y que México debía garantizar con una hipoteca sobre territorios fronterizos y minas, y pagar en cinco años. Desde luego, tan leal ofrecimiento fue rechazado por nuestro gobierno. El plan maquiavélico Lord Palmerson, jefe del gabinete británico en aquellos años, quería una institución monárquica en México para contener la expansión de Estados Unidos. Napoleón III anhelaba otra monarquía, manejada por él, y una porción de Sonora cuyas minas le fascinaban hasta el delirio. Allí había caído —en 1854, en Guaymas— aquel iluso aventurero galo, el barón Gastón de Raousset, quien tenía las mismas ideas que su emperador. Napoleón deseaba “proteger la raza latina, abrir fuentes a su comercio”, mientras España soñaba con un trono que evitara la guerra carlista y otros excesos. ¿Y Estados Unidos? Ya vimos que fueron invitados por los quejosos. Pero en aquellos días, después del ofrecimiento de Corwin, estaban en guerra civil y permanecieron al margen. De la Fuente fue recibido el 3 de septiembre de 1861 por el ministro Thouvenel en una entrevista de tres minutos en la que se ~30~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 30 14/09/11 18:03 ~MOMENTO LUMINOSO Y ESTELAR DE LA HISTORIA~ aprobaba plenamente la aptitud gestora injusta de Saligny. No entendía de explicaciones y amenazaba, junto con Inglaterra, enviar una escuadra a exigir lo que ellos llamaban sus derechos. Por fin, el 31 de octubre del mismo año se despejó el panorama. En Londres la maquinación nefasta concretó sus puntos y se lanzó a la realización de sus planes. Se firmaba el contrato tripartita que ponía en movimiento fuerzas de mar y tierra de España, Francia e Inglaterra, en el acuerdo signado por Javier Istúriz, Flahuat y Russel. En términos generales el acuerdo se reducía a unir fuerzas para efectos de indemnización, protestando solemnemente en el artículo segundo que “las altas partes contratantes se obligan a no buscar para sí mismas adquisición de territorio ni ninguna ventaja particular y a no ejercer sobre los negocios interiores de México, influencia alguna capaz de menoscabar el derecho que tiene la nación mexicana para escoger y construir libremente la forma de su gobierno”. Fueron sólo las palabras, porque ya en Miramar se daban pasos serios para el establecimiento de una monarquía, con Maximiliano de Habsburgo como emperador. El artículo cuarto de la convención invitaba a Estados Unidos, pero Seward, ministro de Estado, respondió que su país prefería mantener la “política tradicional recomendada por Washington que les prohibía entrar en alianzas con naciones extranjeras”. En noviembre 21, México trataba todavía de arreglar las dificultades. Zamacona, ministro de Relaciones y el embajador inglés Wyke firmaron un convenio que rechazó la Cámara. Y todo siguió igual. ~31~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 31 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ La fuerza con la fuerza México, tradicionalmente amigo de la paz y de la concordia, para evitar cualquier acción ofensiva y en su afán de arreglar cordialmente las dificultades, el 23 de noviembre derogó la ley del 17 de julio de 1861 que suspendía pagos a las deudas extranjeras. Pero fue una medida tardía para los planes de los gabinetes europeos. Días después, el 8 de diciembre, apareció en el puerto bullente de Díaz Mirón, la escuadra española. La intervención era una realidad. La armada llegó con 11 buques de guerra y casi 6 000 hombres al mando de Joaquín Gutiérrez de Ruvalcaba, quien el día 14 envió un ultimátum al gobernador de Veracruz, Ignacio de la Llave, exigiendo la entrega de la plaza en un plazo perentorio. El español ignoraba a ingleses y franceses —de las fragatas Ariadne y Foudré— quienes estaban en Antón Lizardo y esperaban cumplir los acuerdos de Londres. Ignacio de la Llave transmitió las palabras de Ruvalcaba al gobierno federal, al que obviamente, como máxima autoridad, debió dirigirlas el comandante español. La contestación del Ministerio de Relaciones fue esta: Ajeno sería el gobierno de la República dirigirse a un jefe, que salvando las formalidades del derecho de gentes, comienza intimidando a la entrega de una plaza. El grito de guerra que la nación ha lanzado espontáneamente marca al gobierno el camino que debe seguir, y no será el presidente el que retroceda delante de una invasión extranjera; con tanta más razón, cuanto que en el caso, México no hace más que rechazar la fuerza con la fuerza, usando de su derecho natural e incontestable. El 17 desembarcaron los españoles y Gasset declaró estado de sitio a Veracruz. Para entonces los ministros francés e inglés se ~32~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 32 14/09/11 18:03 ~MOMENTO LUMINOSO Y ESTELAR DE LA HISTORIA~ habían retirado de la capital y roto las relaciones con sus países, y desde luego con España. Al finalizar el periodo del Congreso, el 15 de diciembre, Juárez exclamó en su discurso: El gobierno espera que en la guerra con que está amagada la República, se dejará escuchar la razón, la justicia y la equidad, y que antes que con el poder de las armas, el peligro se conjure con un arreglo justo y equitativo, compatible con el honor y la dignidad de la nación. Pero si así no fuere, si resultare frustrada esa esperanza, el gobierno empleará toda la energía que inspira el amor a la patria y la conciencia del deber, para impulsar al país y defender su revolución y su independencia. Los tripartitas en Veracruz Poco después de la ocupación de Veracruz, el 18 de diciembre, Juárez lanzó un manifiesto a la nación, explicando a la luz del derecho y la verdad, la situación con España, sus reclamaciones económicas y la invasión acaecida días antes. En ese documento se afirmaba: El gobierno ha estado y está dispuesto a satisfacer todas las reclamaciones justas, hasta donde lo permitan los recursos de la nación, bien conocidos de la potencia que hoy la invade. Sólo a México se le exigen sacrificios superiores a sus fuerzas (…) Si se intentase humillar a México, desmembrar su territorio, intervenir en su administración política interior, o tal vez extinguir su nacionalidad, yo apelo a vuestro patriotismo y os excito a que deponiendo los odios y las enemistades a que ha dado lugar la diversidad de nuestras opiniones y sacrificando vuestros recursos y vuestra sangre os unáis en derredor del gobierno y en defensa de la causa más grande y más sagrada para los hombres y para los pueblos en defensa de vuestra patria. ~33~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 33 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ En París y Londres, la actitud de Ruvalcaba no era aceptada. Pero ya sus contingentes armados venían hacia el Nuevo Mundo, a La Habana donde se había concertado una reunión. El general Juan Prim, marqués de Los Castillejos y jefe del Cuerpo Expedicionario Español, salió de Cádiz el 27 de noviembre y llegó a Cuba la víspera de Navidad. Días después, al mando de Jurien de la Gravière, llegaron 2 000 franceses en 11 embarcaciones; además de 800 ingleses con siete buques al mando del almirante Milnes, quien fue reemplazado por el comodoro Dunlop. Francia quería ocupar los puertos del Golfo de México, recibir los derechos aduanales hasta el arreglo de las reclamaciones, y, de ser posible, avanzar hasta la capital y apoyar las ideas monárquicas. España no aceptaba la candidatura de un príncipe austriaco e Inglaterra insistía ceñirse al acuerdo tripartita. El 6 de enero del año siguiente llegaron a Veracruz ingleses y franceses, izando banderas, la francesa en medio, la inglesa a la derecha y la española a la izquierda. Con ellos llegó Juan Prim, conde de Reus, quien declaró —dando un paso atrás a las agresivas palabras de Gasset— que no venían ni a conquistar ni a dominar, sino “a exigir satisfacción de agravios pasados y a obtener garantías para el provenir”. El clima empezó a hacer de las suyas en los soldados invasores y mientras unos pedían avanzar hasta Tejería, otros fueron enviados a La Habana. El 13 de enero hubo la primera reunión oficial de los aliados en que Saligny hacía exigencias fuera de lo acordado, lo que ocasionó las protestas de España e Inglaterra. Las bellas frases del engaño Francia enseñaba su posición desde ese momento: hacía suya la reclamación particular de Jecker, como pretexto para seguir adelante ~34~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 34 14/09/11 18:03 ~MOMENTO LUMINOSO Y ESTELAR DE LA HISTORIA~ en sus propósitos monarquistas, mientras que Wyke y Prim consideraban, y así lo expresaban en su escrito a Russel, “que debían apurarse todos los medios de conciliación con el gobierno mexicano antes de recurrir a las armas”. El 14 de enero salió la comisión encargada de presentar el ultimátum en la capital. La comitiva estaba integrada por el español brigadier Lorenzo Milán de Bosch, el capitán de la marina inglesa Tatham, el jefe del Estado Mayor Tromasset y algunos agregados más. El 18 de enero escribían a Juárez melodiosamente: Tres grandes naciones no forman una alianza para reclamar a un pueblo a quien afligen males terribles, la satisfacción de los agravios que se les han inferido; tres grandes naciones se unen, se estrechan y obran en completo acuerdo para tender a ese pueblo una mano amiga y generosa que lo levante, sin humillarle de la lamentable postración en que se encuentra. Venimos a ser testigos, y si necesario fuese, protectores de la regeneración mexicana. Queremos asistir a su regeneración definitiva, sin intervención alguna en la forma de su gobierno ni en su administración interior. Al pueblo mexicano, por sí solo, con toda libertad, con la más absoluta independencia y sin la intervención extraña toca el seguir el camino que mejor le parezca. Juárez, por su parte, contestó el 23 de enero: Es muy satisfactorio para el gobierno ver que las intenciones de los aliados son tan favorables como parecen. El gobierno no cree que se hayan aliado tres potencias para venir a hacer estériles en un día los heroicos esfuerzos hechos durante tres años por un pueblo amigo. El gobierno confía en que los representantes de las tres potencias, en vista del movimiento y de la gran vida que el gobierno de la Reforma ha procurado a la nación que antes estaba encadenada a las preocupaciones, se volverán a sus países ~35~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 35 14/09/11 18:03 ~5 de mayo de 1862~ con el testimonio de la realización de la grande obra de pacificación de México, llevada a cabo en virtud de los principios de libertad y progreso. La comisión extranjera fue recibida con consideración y se le contestó que el gobierno invitaba a los delegados a Orizaba para discutir los problemas con una guardia de 1 000 hombres, reembarcándose al resto de la tropa. El 29 de enero regresaron los comisionados a Veracruz, acompañados del ministro Zamacona y del general Uraga, como intérpretes oficiales. Saligny quería regresarlos con cajas destempladas pero no lo consiguió. Las potencias firmaron una petición, avanzar hacia Jalapa y Córdoba a mediados de febrero a causa del caluroso clima. Los tratados de La Soledad El gobierno juarista nombró al gobernador de Guanajuato, Manuel Doblado, ministro de Relaciones, quien el 6 de febrero contestó así el último escrito tripartita: Como ignora el gobierno de la República cuál puede ser la misión que trae a México a los comisarios de las potencias aliadas, tanto más cuanto que hasta ahora no han dado más que seguridades amistosas pero vagas, cuyo objetivo verdadero no se hace conocer, no puede permitir que avancen las fuerzas invasoras, a menos que se establezcan de un modo claro y preciso las bases generales que hagan conocer las intenciones de los aliados después de lo cual puedan tener lugar negociaciones ulteriores con la garantía debida a los importantes intereses que deben discutirse. En el plan conciliatorio, Doblado cumplía instrucciones presidenciales al decirles: ~36~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 36 14/09/11 18:03 ~MOMENTO LUMINOSO Y ESTELAR DE LA HISTORIA~ El ciudadano presidente me manda que manifieste a vuestras excelencias que si envían pronto a Córdoba, antes de mediados de este mes, un comisionado para discutir con otro nombrado por el gobierno mexicano, las bases arriba mencionadas, se dará la orden permitiendo que esas fuerzas avancen los puntos que se convenga. Establecidos dichos “preliminares” podría el gobierno sin comprometerse la independencia nacional, conceder un permiso que ahora se mirará como una traición. Los invasores aceptaron y nombraron a Juan Prim su representante. El 18 de febrero de 1862 llegó hasta La Soledad a entrevistarse con Manuel Doblado, quien, con los de la Fuente y los Lerdo, firmó un día después el Tratado de La Soledad, que después rompería la unión tripartita. Por su parte, el gobierno en el aspecto militar había tomado providencia, nombrando como general en jefe del Ejército de Oriente a Ignacio Zaragoza, cuyos antecedentes eran magníficos. Algunas entidades en que había dificultades fueron puestas en estado de sitio y se expidió un decreto de pena de muerte contra quienes vulneraran la independencia y seguridad de la nación. Pero la esperanza de la desaparición de la guerra y el rompimiento de la invasión se cifró antes y después de la conferencia de La Soledad, población que hoy lleva el agregado: de Doblado. Los prolegómenos íntegros Preliminares de La Soledad, Veracruz, firmados el 19 de febrero de 1862. Primero. Supuesto que el gobierno constitucional que actual rige en la República Mexicana ha manifestado a los comisionarios de las potencias aliadas que no necesita el auxilio que tan benévolamente han ofrecido al ~37~ VERSION FINAL LIBRO 5 DE MAYO.indd 37 14/09/11 18:03