LA PRODUCCION SOSTENIBLE DE MAIZ EN LA SELVA DE

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II SEMINARIO DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO EN ESPACIOS RURALES
IBEROAMERICANOS. SOSTENIBILIDAD E INDICADORES.
ALMERIA, 14-15 Julio, 2008
LA PRODUCCION SOSTENIBLE DE MAIZ EN LA SELVA DE
CHIAPAS MÉXICO
C. E. Aguilar Jiménez (p), A. Tolón Becerra, J. Galdámez Galdámez, A. Gutiérrez Martínez, S.
Mendoza Pérez y F. B. Martínez Aguilar
Resumen
En la Selva de Chiapas México, las sociedades indígenas cultivan maíz, cultivo básico
históricamente, bajo sistemas tradicionales, fundamentados en el sistema milenario de roza-tumbaquema o itinerante. La presión de uso de suelo, producto del alto crecimiento poblacional, origina
insostenibilidad del agroecosistema antiquísimo. El diseño, experimentación y transferencia de
tecnologías agroecológicas con enfoque participativo, y fundamentados en la no quema, el uso de
abonos verdes, la modificación del arreglo topológico, el fitomejoramiento participativo y el control
biológico de plagas, han mejorado sistemáticamente los indicadores ecológicos, económicos y
sociales. La validación in situ de los procesos de producción sostenible de maíz, fundamenta la
pertinencia de la tecnología alternativa. La extensión con enfoque participativo requiere la inclusión de
los agentes locales promotores del desarrollo (gobierno y organizaciones no gubernamentales), para
impactar progresivamente en el desarrollo sostenible del territorio.
Palabras claves: maíz, sostenibilidad, sistemas indígenas.
1. Introducción
La Región Socioeconómica Selva de Chiapas, es habitada esencialmente por comunidades
indígenas, choles y tzeltales, quienes acumulan un 70 % de la sociedad humana. Para estas estnias,
el maíz (Zea mays L.), constituye la principal fuente de ocupación y de alimento. El cultivo, esta
territorio tropical, se ha fundamentado históricamente en el sistema nómada (r-t-q). La presión de uso
de suelo, obliga, en estos sistemas de montaña, a experimentar con sistemas alternativos basados en
prácticas agroecológicas que sistemáticamente promuevan la sostenibilidad agrícola. Las razones
fundamentales para promover el cambio de paradigma de cultivo, se fundamenta en los altos índices
de crecimiento poblacional, que han incrementado la frontera agrícola más allá, de lo que ecológica y
naturalmente es factible, contribuyendo significativamente a la deforestación de la selva en las partes
más altas de las montañas, lo que coadyuva a los efectos ambientales de actualidad, como son el
degradación de los recursos naturales y cambio climático. Ambos fenómenos, de mayor población y
menor calidad ambiental, obligan a diseñar sistemas pertinentes agroecológicamente, desde la
perspectiva ecológica, económica y social.
Por otro lado, las políticas oficiales, promueven el desarrollo agrícola local, desde el enfoque de la
utilización de los insumos externos, esencialmente de origen sintético, fertilizantes químicos,
plaguicidas y semillas mejoradas. Este modelo, denominado revolución verde, e implementado en
otras regiones del trópico mexicano “aptas” para su funcionalidad, ha originado efectos negativos e
irreversibles, destacando la degradación de los suelos, la erosión de los recursos fitogenéticos, la
contaminación del agua, la dependencia de los agricultores a los insumos externos y efectos sobre la
salud humana. Estas experiencias reconocidas para los trópicos, parecen ser poco ilustrativas para
las políticas oficiales que siguen apostando a la implementación de las tecnologías “de alta
productividad”.
La situación problemática indicada, que se ilustra en la Figura 1, constituye la fundamentación para la
experimentación, promoción y extensión de las prácticas agroecológicas. El proceso se inicio en
2005, en el marco de un proyecto de investigación, por lo que se ha acumulado experiencia y
productos.
En Agricultura de R-T-Q
Reducción de los Periodos
de Barbecho (Descanso)
Explosión
Demográfica
Incremento espacial
de la
Frontera Agrícola
Reducción de la
sostenibilidad
agroecológica
¿Periodo necesario
para la recuperación
del Ecosistema
Perturbado?
Pérdida de la
Biodiversidad
No recuperación
del Ecosistema
Perturbado
Evaluación de la
Sostenibilidad
Reconversión
Productiva
Introducción de
Programas
Con tecnología
inadecuada
(Política oficial)
Tecnología
Incipiente
(Baja Asesoría
Técnica)
Baja Disponibilidad de
alimentos a la Familia
Decremento en la
Calidad Nutricional
de la Familia
DEGRADACION DEL
SUELO
Prácticas
Culturales
Inadecuadas
Baja Productividad
del Agroecosistema
(Monocultivo)
Retrogresión
ecológica
(Desertificación)
Emigración
Campo-Ciudad
Indicadores:
- Ecológicos
- Económicos
- Sociales
Introducción de
prácticas
agroecológicas
(No quema,
Abono verde,
Modificación del
arreglo topológico,
control biológico,
fitomejoramiento
participativo)
Falta de
Subsidios y
apoyos oficiales
Baja Oferta
Agropecuaria
Regional
Incremento de los
Precios
Agropecuarios
Subdesarrollo
(Problemas
Socioeconómicos
Regionales)
Figura 1. Puntos críticos de la agricultura de roza-tumba-quema en la Región Selva de Chiapas,
2. Objetivo
Evaluar el efecto de las prácticas agroecológicas de: no quema, uso de abono verde,
modificación del arreglo topológico, control biológico de plagas y fitomejoramiento
participativo en el incremento de la sostenibilidad de los sistemas agrícolas. Así mismo,
conocer la percepción de los innovadores locales que han experimentado las prácticas
agroecológicas en sus sistemas de producción.
3. Materiales y métodos
3.1 Localización geográfica
El sitio de investigación, Región Socioeconómica VI Selva (cuya superficie es de 19,789.2 km², 26.2 %
del estado de Chiapas), se expande desde las Regiones Fisiográficas Montañas del Norte hasta la
Llanura Costera del Golfo (INEGI, 2000). Las comunidades de estudio se encuentran a distancias no
mayores de 10 km una de otra, por lo que las condiciones naturales son similares.
Algunas características básicas para identificar el área de estudio son; la localización de las parcelas
de los productores cooperantes se localizan a altitudes promedios de 100 msnm, ubicadas en las
coordenadas 17º 22’ de LN y 92º 02’ de LW. . El Valle del Tulijá, es atravesado en la parte media por
el Río Tulijá, de allí toma el nombre el Valle. Los suelos son de topografía escarpada y de muy buena
fertilidad.
3.2 Clima
La exuberante vegetación y su orientación montañosa, permite que se capte gran parte de la
humedad que traen consigo los vientos provenientes del Golfo de México, los que originan
condiciones propias del trópico húmedo; el INEGI (1984 y 2000b) reporta, de acuerdo a la
clasificación de Köppen modificada por García (1989), que el clima es Af(m) (cálido húmedo con
lluvias prácticamente todo el año), se presenta un período de seca (aproximadamente de 30 a 45
días) en los meses de marzo, abril y mayo; la precipitación promedio anual es de 3200 mm
o
aproximadamente, existen de 150 a 210 días de lluvia; la temperatura máxima promedio es de 30 C,
o
y la mínima de 18 C, con una media anual de 27.5 °C.
Las condiciones climáticas originan una diferenciación de dos ciclos agrícolas (primavera-verano y
otoño/invierno). La humedad relativa es elevada, propia de las regiones con este tipo de clima. La
radiación solar es alta, disminuida por la abundancia de nubes, principalmente entre octubre y enero.
El índice de aridez es de 0 % y los vientos dominantes son suaves (30 km h-1), con dirección
noroeste.
La radiación solar es alta, disminuida por la abundancia de nubes, principalmente entre octubre y
marzo. No obstante existe suficiente luminosidad para el buen crecimiento de los cultivos. Otros
parámetros climatológicos son la evapotranspiración media que asciende a 1,752.9 mm; el índice de
aridez es de 0.0 % y los vientos dominantes son suaves (20 km/hr).
3.3 Constitución geológica-geomorfológica
De acuerdo a la división de Raisz (1964), citado por INEGI (2000a), los sitios de investigación se
ubican en la Provincia Fisiográfica de la porción austral Tierras Altas de Chiapas Guatemala,
principalmente en la subprovincia Sierras Plegadas. Los terrenos están formados por cordones
montañosos (serranías), orientados hacia el noroeste; estos cordones están separados por valles
intermontanos y tienen altitudes variables. La geoforma sumamente escarpada (con declives mayores
de 30 %), presenta un relieve plicativo, en relación directa con las estructuras, no obstante, aparece
dislocado en bloques, según fallas transcurrentes siniestrales que definen valles tectónicos. El relieve
presenta el desarrollo de valles sinclinales que se han labrado en las rocas clásticas, las corrientes de
agua y el agua subterránea son los agentes que han modelado el área con mayor energía. La
disección fluvial es profunda, frecuentemente ha esculpido gargantas y cañones. Las rocas
carbonatadas del área muestran una topografía cárstica con numerosas dolinas, sumideros y grutas.
Las rocas calizas (CaCO3) de color blanco, son originadas en la era Mesozoica en el período
Cretácico época Superior y en la era Cenozoica en el período Terciario Inferior época Paleoceno. Las
rocas se disponen en plegamientos. De acuerdo al ciclo de desarrollo geomorfológico, se puede
considerar en etapa madura (INEGI, 1990).
Las secuencia sedimentaria del área define estructuras plegadas, con orientación sureste-noreste,
sobre todo las del Terciario. Los pliegues son isopacos, asimétricos y buzantes, se observan
anticlinales en forma de cofre, y sinclinales con topografía invertida. Las estructuras plegadas están
dislocadas por un sistema de fallas transcurrentes siniestrales, frecuentemente paralelas al rumbo de
los pliegues, con un desplazamiento lateral en ocasiones de muchos kilómetros. De acuerdo con la
disposición de las características de las unidades expuestas en el área, se puede identificar una fase
tectónica de deformación de carácter compresivo (INEGI, 1990).
Estas formas orográficas originan que las actividades primarias se efectúen bajo condiciones
sumamente difíciles, donde la agricultura de roza-tumba-quema (por las ventajas que ofrece el uso
del fuego en estas condiciones) sea la que predomine desde tiempos prehispánicos.
3.4 Suelos
Los suelos son moderadamente desarrollados, de buen drenaje, ácidos, aluviales, constituidos por
depósitos terrígenos sin consolidar de granulometría, que varía de arenas gruesas y gravas al pie de
las sierras, a limos y arcillas hacia terrenos con menor pendiente (INEGI, 1990), con abundancia de
humedad en su perfil prácticamente todo el año; no aptos para la mecanización, debido a la
pendiente y a la presencia de rocas calizas (30 %). Según la clasificación de la FAO/UNESCO (1968),
los suelos predominantes son litosoles con asociaciones de redzinas y luvisoles crómico,
moderadamente desarrollados, cuya profundidad no va más allá de los 60 cm, horizontes A (de 0-25),
B (de 20-40) y C (más de 40), algunos sitios carecen del horizonte B; la fase física del horizonte A es
mólico y del horizonte B es espódico; color 10YR3/1, con una textura media y estructura de bloques
subangulares de tamaño fino, presentan muy débil reacción al HCL/NaF (INEGI, 2000a).
Los suelos del Valle del Tulijá son casi planos, ácidos, aluviales, con abundancia de humedad en su
perfil prácticamente todo el año; potencialmente mecanizables, sujetos a períodos de exceso de agua y
parcialmente inundables, por lo que desde el punto de vista agrícola y pecuario son apropiados para
cultivos, plantaciones y praderas. Algunas limitaciones ocasionadas por exceso de agua, texturas y
acidez, son factibles de ser corregidas. Los tipos de suelo existente son: luvisol órtico, acrisol lúmico,
regosol eútrico, nitosol eútrico, gleysol vértico (INEGI, 2000a).
Al ser suelos generalmente delgados, el INEGI (2000b) los considera no aptos para las actividades
agropecuarias, y hace referencia a su potencial forestal. No obstante, en toda la región se efectúa
actividad primaria, cuyas limitantes y tecnología de cultivo originan, generalmente, bajos rendimientos
y altas tasas de erosión del suelo.
Aún cuando se denomina Valle del Tulijá, topográficamente se trata de una planicie ondulada, limitada
por el cauce del río Tulijá con una pendiente media de 8 metros de desnivel por cada 100 metros de
distancia horizontal. Sin embargo, en las partes más lejas del río, los terrenos son muy pronunciados,
con pendientes de más de 30 %, espacios usados para actividades agrícolas, mientras que las
márgenes del río son pastizales.
3.5 Vegetación natural y de cultivos
De manera natural el geosistema investigado presenta, en pequeñas áreas, sobre todos en l spartes
altas y medias de la montaña, Selva Alta Perennifolia, con un estrato arbóreo que fluctúa entre los 30
y 45 m; en el estrato superior está caracterizado por las especies: Canchán, Terminalia
abovata(Steud); Huapauqe, Dialium guianense (Aubl.) Sandw; Chicle, Achras chicle Pitt; Ramón,
Brosimum olicastrum Sw.; Chicozapote, Monilkora zapota) (L.) v. Royen.; Barí, Calphyllum
brasiliiense Camb.; Zopo, Guatterla onomala R. E. Fries.; Laurel, Nectandra sp.; Caoba, Swietenia
macrophilla King.; Palo mulato, Bursera simaruba (L.) sarg.; Tinco, Vatairea lundelii (Standl) Killip.;
Palo picho, Schizolobium parahibum (Vell.) Blake.; Pelmas, Aspidosperma magalocarpum Muell. Arg.;
Amapola, Pseodobombax elliptium (Kunth) Dugand.; Jolmas té, Talauma mexicana (DC) Don. y Bayo,
Aspidosperma cruentum Woods. En el estrato medio se presentan las siguientes especies: Corcho,
Heliocarpus apendiculatus L.; Guarumbo, Cecropia obtusifolia L.; Cedrillo, Guarea sp.; Chechén
blanco, Sebastiana longicuspis Standl.; Jobo, Spondias mombin L.; Guaité, Poteria unilicularis (Donn.
Sm) Baehni.; Mamba, Pseudolmedia oxyphyllaria Donn. Smith.; Molinillo, Quararibea funebris (Llave)
Vischer.; Chacahuanté, Sickingia salvadorensis Standl.; Bojón, Cordia allidorata (Ruiz & Par.) Cham.;
Carne de pescado, Poulsenia armata (Miq.) Standl.; Papelollo Alseis yucatanensis Standl.; Zapote
faisán, Dipholis salicifoli DC.; Castarrica, Guarea sp.; Hoja fresca, Dendropanas arboreus (L.) Planch
& Decne.; Patastillo, Alchornea latifolia Swartz. y Ramoncillo, Trophis recemosa (L.) Urb. Por último
en el sotobosque dominan las palmas de las especies: Astrocarium mexicanum Burr. y Chamaedorea
sp. (López, 1995 y Miranda, 1998).
Las actividades agrícolas de roza-tumba-quema (agricultura nómada), han modificado
sustancialmente la vegetación primaria; actualmente se encuentra que predomina la vegetación
secundaria (acahuales) en diferentes períodos de descanso para el cultivo de maíz (Zea mays L.,
Ixim en Ch’ol) y Fríjol (Phaseollus vulgaris L., Bu’ul en Ch’ol); para estos granos básicos se utilizan
exclusivamente variedades criollas de la raza tuxpeño (Wellhausen et al., 1985). Se presentan
superficies importantes de café (Coffea arabiga L., Kajpe’ en Ch’ol), y en menor proporción, cacao
(Theobroma cacao L., Kuku’ en Ch’ol) y naranja (Citrus sinensis Osbeck.. Alaxax en Ch’ol).
3.6 Características Hidrográficas
Las corrientes principales son subsecuentes y sus tributarios resecuentes y obsecuentes, aunque
también existen controladas por fallas transcurrentes. Corren fundamentalmente el río Tulijá, formado
por otros de menos afluencia; este caudaloso río pertenece a la cuenca Grijalva-Villahermosa de la
Región Hidrológica Grijalva-Usumacinta (RH-30). Su fondo es rocoso calizo, aguas frías provenientes
de las montañas altas con vegetación exuberante (INEGI, 2000b). En el periodo de lluvias, llega a
desbordarse hacia las partes más planas, que ocasionalmente provocan daños económicos a los
cultivos anuales, y en el periodo de seca, su caudal disminuye marginalmente. De acuerdo a sus
características y a la vegetación existente, presenta potencial ecoturístico.
Existen además, pequeños arroyos y manantiales de agua que corren por las cañadas de las
montañas rocosas (en mayor abundancia en épocas de lluvia) que constantemente aportan el vital
líquido a las comunidades indígenas de esta región.
3.7 Actividades socioeconómicas (etnocultura)
La totalidad de los habitantes de los sitios de investigación pertenecen a la lengua Ch’ol, perteneciente a
la familia maya-quichena que se desenvolvió, originalmente, en Guatemala y que emigró con el tiempo
hacia el norte, Basuari (1990). Los Choles habitan exclusivamente en este territorio y constituyen el
tercer grupo de importancia en Chiapas, con una población aproximada de 65,000 habitantes (INEGI,
2000b).
Las prácticas agrícolas son análogas en casi toda la Región (ocupada, principalmente, por indios de
origen mayense), y constituye la única actividad económica, representada por el maíz, fríjol y café. El
régimen de tenencia de la tierra es ejidal (social) y cada ejidatario posesiona en promedio 10 has, las
cuales han iniciado a repartir a sus hijos, lo que origina un minifundio y, consecuentemente (debido a los
sistema de producción), una alta presión de uso del suelo. El promedio de integrantes por familia es de
5, con un analfabetismo promedio de 25 %, cuentan con clínicas rurales únicamente de servicios
básicos, las escuelas ofrecen 12 años de educación, y la gran mayoría de los jóvenes no estudian
carreras profesionales debido a problemas económicos, pues las universidades están muy distantes,
todo lo anterior origina un territorio de alta marginación.
Los granos de origen local constituyen la base de la alimentación (además de vegetales y ganado
menor), mientras que el ganado mayo (bovino) es la base de la economía.
La economía local, está fundamenta por las actividades agropecuarias, practicando los agricultores un
sistema mixto, en donde combinan actividades agrícolas y pecuarias. Ambas sectores de producción
dentro de la economía de subsistencia. Las apropiaciones tecnológicas son incipientes, se carece de
estudios formales de la actividad agropecuaria. Los habitantes del Valle del Tulijá, son Choles en su
totalidad y sus niveles de desarrollo, son considerados como de muy alta marginación.
El cultivo de maíz, forma parte de la cultura agrícola de este grupo indígena de origen mayense, el
cereal es el principal alimento de los indígenas, mismo que cultivan bajo dos ciclos agrícolas de
temporal, primavera/verano y otoño/invierno. La apropiación tecnológica de los procedimientos
productivos es incipiente, recurriendo en todos los casos al uso de semillas criollas bajos sistemas
tradicionales, constituyendo el trabajo familiar el principal insumo externo del sistema. Los insumos
sintéticos están representados por los herbicidas (sistémicos y de contacto) y en menor proporción se
usan insecticidas (carbamatos y piretroides). Este enfoque productivo mixto, que prioriza la agricultura
tradicional, constituye un potencial propio que debe utilizarse para diseñar y desarrollar modelos
productivos sostenibles, fundamentados en el uso de recursos locales (semillas, mano de obra,
insumos, etc).
Un aspecto importante a destacar y que afecta la actividad primaria del territorio, es la migración de
los jóvenes hacia otras partes estado y del país, incluso a los Estados Unidos. Esto origina que los
agricultores cada vez sean menos y sobre todo el promedio de edad de ellos sea alto, originando un
envejecimiento de los agricultores, situación similar para otras partes de Chiapas. La principal causa
de esta migración, lo constituye la escasa o nula rentabilidad que ofrece a los jóvenes la agricultura.
Es de destacar también, que la búsqueda de mejores niveles de vida de los jóvenes, constituye una
condición para la salida de sus comunidades de origen.
3.8 Metodología
El enfoque de la investigación y transferencia de tecnología lo constituye la agroecología, entendida
esta como una forma de potencializar las interacciones ecológicas positivas, y de promover la
agricultura bajo un esquema ascendente, que potencializa el uso de los recursos locales y promueve
la innovación local, partiendo de la premisa de que los procesos de investigación y/o validación y
transferencia son sistemáticos. Además los procesos participativos constituyen nuestro principal
instrumento de transferencia de la tecnología agroecológica, las técnicas de cursos-talleres,
campesino a campesinos, parcelas demostrativas experimentales, giras y entrevistas semi
estructuradas, constituyen nuestros principales instrumentos de generación, transferencia de la
tecnología y diagnostico de impacto.
Las prácticas que se promueven sistemáticamente para el incremento de la producción sostenida de
maíz son: no quema (lo que contribuye con la reducción de los impactos ambientales como la
reducción de las emisiones de CO2 y de la erosión, compromisos mundiales a los que nuestra estado
y nación sistemáticamente se han adherido); el uso de abono verde tipo (Mucuna deeringiana Bort.,
para el mejoramiento biológico de los suelos de cultivo); la siembra alternativa, (fundamentada en la
modificación de las distancias de siembra y el número de plantas por punto, proponiendo siembras de
1 metro entre hileras y de 50 cm entre plantas, depositando solamente 2 semillas por punto, lo que
mantiene o incrementa la densidad tradicional, pero con una mejor distribución sobre el terreno,
desplazando a la cultura local de siembra distante que existe milenariamente en la región de sembrar
a 1.2 m2 entre plantas e hileras y depositar 5 semillas por punto de siembra; el fitomejoramiento
participativo de las semillas criollas, (la cual se fundamenta en la recombinación genética
promovida en parcelas experimentales manejadas en el marco del proyecto, en donde se enseña a
los agricultores la forma adecuada de la selección de las semilla en campo y la necesidad de
promover el intercambio de sus semillas entre ellos, ya que tradicionalmente utilizan su misma semilla
por tiempos indefinidos); y el control biológico del gusano barrenador del tallo del maíz, (el cual
constituye la principal plaga del cultivo básico en la región, y que los agricultores desconocen por
encontrarse dentro del tallo. Se ha propuesto la utilización del agente entomopatógeno de control
biológico Bauveria bassiana, por su disposión local para que pueda ser adquirido por los agricultores).
Colateralmente se promueven otras prácticas agroecológicas que no son factor de estudio, pero que
agronómicamente han enseñado efectos positivos en ambientes tropicales, se destacan dentro de
ellas, las alternativas de los agrotoxicos, el uso de policultivos, la rotación de cultivos y de
agroquímicos (plaguicidas y herbicidas), la conservación de los recursos fitogenéticos, la
diversificación de las fincas, entre otras.
En síntesis el proyecto se fundamenta en la premisa y necesidad de sistematizar, revalorar el
conocimiento agrícola local e iniciar con el uso de prácticas agroecológicas en los sistemas de
producción de los de los indígenas de la Selva de Chiapas, para promover la innovación local como
instrumento de impacto para el incremento de la producción sostenible de maíz, en este territorio
representativo del Estado de Chiapas carente de instituciones de investigación, reflejado en el escaso
desarrollo de tecnologías agroecológicas que fundamenten la agricultura sostenible, enfoque
promovido mundialmente, y compromiso asumido por la federación en la Ley de Desarrollo Rural
Sustentable.
Para nuestros propósitos, los recursos locales, lo constituyen los naturales (físico-biológicos), los
culturales y socioeconómicos. Esta riqueza agrícola milenaria acumulada (de amplio conocimiento del
medio), y la generación local y/o adecuación de tecnología agrícola sostenible (científicamente
sistematizada), constituye nuestro fundamento para promover la innovación local que coadyuvará a
incrementar la sostenibilidad del agroecosistema de maíz.
4. Resultados
Los efectos individuales y combinados de las prácticas agroecológicas, no quema, uso de abono
verde, modificación del arreglo topológico, control biológico de plagas y fitomejoramiento participativo,
contribuyen a mejorar los indicadores ecológicos, económicos y sociales de los sistemas de
producción local.
4.1 Indicadores Ecológicos
Los indicadores ecológicos más favorecidos por efecto del uso de las componentes alternativas
propuestas son: materia orgánica, suelos cuyo contenido supera el 7 %, producto del efecto de la no
quema y uso de abono verde tipo Mucuna, los cuales aportan residuos orgánicos que se incorporan
al sistema edáfico y lo favorecen en sus fertilidad física, química y biológica. La erosión hídrica de los
suelos también se ven reducida por efecto de la no quema y uso de abono verde, al acumular
pérdidas de masa de suelo de 10 t ha-1 por ciclo de cultivo, mientras que en sistemas de quema la
media acumulada es de 50 t ha-1. Finalmente el indicador de rendimiento de grano de maíz, se
incrementa hasta en 1 t ha-1 por ciclo, por efecto combinado de las prácticas agroecológicas
indicadas.
4.1 Indicadores Económicos
Los principales indicadores económicos que se favorecen por efecto de las prácticas agroecológicas
son: la economía del ambiente se mejora sistemáticamente en los sistemas de producción de maíz,
principalmente, porque al constituir el maíz un cultivo de subsistencia, los volúmenes requeridos por
las familias para el consumo, con el uso de la tecnología propuesta, se puede cosechar en menos
superficie reduciéndose así las superficies de desmonte. La economía familiar también se ve
favorecida por efecto de la mayor cosecha, misma que se comercializa de manera local, y contribuye
de manera significativa a los ingresos de las familias indígenas ubicadas en la franja de extrema
pobreza.
4.1 Indicadores Sociales
Esta componente de los productos se fundamenta en una entrevista semi estructurada aplicada al 30
% de los productores cooperantes. El propósito de esta herramienta participativa fue para conocer las
impresiones actuales de los cooperantes en el proyecto de investigación y transferencia de
tecnología.
En la Tabla 1, se indica que los agricultores locales tienen una edad media de 52 años, lo que indica
que son de edad madura, sin llegar a ser un territorio con habitantes envejecidos como en otros
ambientes del territorio chiapaneco. La escolaridad es de solo 4 años, lo que hace referencia a que se
trata de una sociedad de muy baja expectativa cultural, lo que influye significativamente en los
proceso de trasferencia y apropiación tecnológica. Finalmente también se destaca el alto número de
integrantes por familia, lo que repercute en niveles de desarrollo humano bajo, considerándose al
territorio como de muy alta marginación.
Tabla 1. Componentes sociales de los productores indígenas cooperantes del Valle del Tulijá, Chiapas. México.
Datos básicos
Edad
Escolaridad
No de Elementos
por Familia
Media
52.37
4.06
5.56
Varianza
57.79
6.89
2.18
La Tabla 2 indica que de acuerdo a la apreciación de la totalidad de los agricultores el clima ha
cambiado en la región de estudio, lo que indica que los cambios climáticos globales constituyen una
realidad local que les afecta a los procesos productivos. El 95 % de ellos no pertenece a ninguna
organización social o productiva, impactando esto de manera negativa en los beneficios que esto
conlleva para la consecución de apoyos productivos y de comercialización agropecuaria. El 50 % de
ellos renta su mano de obra, lo que es propio de la economía campesina de las regiones tropicales y
un indicador de que las actividades agropecuarias por si solas no tienen la capacidad sustentar a una
familia media de la región Selva de Chiapas. Es oportuno mencionar que casi el 80 % de los
productores recibe apoyo oficiales, específicamente procampo y en menor medida maíz solidario.
Tabla 2. Componentes sociales de los productores indígenas cooperantes del Valle del Tulijá, Chiapas. México.
Indicador
Porcentaje
Ha cambiado el clima en la región
100
No pertenece a ninguna organización productiva
95
Oferta su mano de obra fuera de su sistema de producción
50
Recibe apoyo del Estado para el cultivo de maíz
78
La Tabla 3 indica las apreciaciones de los agricultores con respecto a utilización de las prácticas
agroecológicas que se promueven y que fundamentan la producción sostenible de maíz para la Selva
de Chiapas. Estas apreciaciones son comentadas por agricultores que han participados y/o
experimentado por más de dos ciclos agrícolas bajo los procesos de sostenibilidad agrícola.
Debe destacarse que el 80 % de ellos indicó que la siembra distante la realizan debido a la cultura
que existe en ellos de manera milenaria; lo que supone que romper con esta práctica deberá ser un
proceso que requiere tiempo y trabajo con enfoque agroecológico. Los agricultores no creen que se
pueda sembrar maíz a menores distancias. Agronómicamente el manejo de la densidad de población
viene a constituir una estrategia de alta pertinencia tropical para incrementar los rendimientos por
unidad de superficie, lo importante no es el número de plantas sembradas, sino las cosechadas, y
más aun el número de mazorcas colectadas al final del ciclo de cultivo. Sin embargo, a pesar de ser
un proceso cultural muy arraigado, la aceptación de la modificación de la forma de siembra ha sido un
proceso muy aceptado entre los participantes, toda vez que esto origina resultados en la producción
de maíz.
Tabla 3. Apreciaciones tecnológicas de los productores indígenas cooperantes del Valle del Tulijá, Chiapas.
México.
Indicador
Porcentaje
Conserva la forma tradicional de siembra (mala distribución)
80
Existen problemas de degradación de su suelo
40
La semillas mejoradas no son buenas para la región
94
Mayor producción de maíz con las prácticas agroecológicas
97
Las prácticas agroecológicas ayudan a conservar su suelo
95
Seguirá utilizando las prácticas agroecológicas
100
No existen desventajas con las prácticas agroecológicas
85
Cree que la gente utilizaría las prácticas agroecológicas
97
Recomendaría la utilización de la prácticas agroecológicas
100
Sólo el 40 % de los agricultores considera que existen problemas de degradación del suelo, aun
cuando la totalidad tiene terrenos de ladera. Esto indica que no realizan de manera tradicional
prácticas de conservación de suelos. Ante esta realidad la utilización de la labranza de conservación
se viene a constituir como una práctica de alta pertinencia, toda vez que evita la erosión hídrica del
suelo.
Casi el 100 % reitera que las semillas mejoradas que se reparten por las instituciones oficiales, no
son buenas para la región debido a las consecuencias expuestas anteriormente. Esta situación
augura la necesidad de trabajar con los genotipos criollos, recurso endémico de alto valor fitogenético
que es muy diverso en las regiones tropicales y que han sido generadas empíricamente por los
indígenas, quienes además promueven su conservación. Por ello es, desde la perspectiva técnica y
productiva local, la introducción de genotipos mejorados a estos sistemas de producción de maíz
tradicional, cuyo principal propósito es la subsistencia.
Con respecto al uno de las practicas agroecológicas, de acuerdo a su experiencia (de al menos dos
ciclos agrícolas de temporal), el 97 % de ellos indicó que existe mayor producción local de maíz con
su utilización; 95 % asegura que éstas ayudan a conservar el suelo; 100 % seguirá utilizando las
prácticas agroecológicas, indicador inequívoco del empoderamiento local sucedido con respecto a las
prácticas agroecológicas. En proporciones similares se han manifestado que no existen desventajas
por la utilización de estas prácticas, que la gente si utilizaría estas prácticas y que las recomendaría
ampliamente a los otros campesinos que siembran maíz en la Selva de Chiapas, México.
Las afirmaciones anteriores realizadas por los agricultores cooperantes, constituyen elementos que
fundamentan la aseveración de que las practicas agroecológicas promueven sistemáticamente la
producción sostenible de maíz en la Selva de Chiapas. Los procesos de empoderamiento suceden de
manera rápida, toda vez que los resultados son experimentados por los indígenas en sus propias
parcelas de producción.
Con estos elementos señalados, y el cúmulo de experiencia agronómica acumulada, se asegura que
se puede incrementar la producción maíz sostenible en la selva de Chiapas, México. Para lograr este
propósito, es necesario que las instancias correspondientes (Municipios, Gobierno del Estado, ONGs,
productores), se apropien de estos procesos.
6. Conclusiones
Las prácticas agroecológicas alternativas, basadas en: la de modificación del arreglo topológico
(siembra alternativa), uso de abono verde tipo nescafé (Mucuna deeringiana Bort.), el control
biológico y cultural del gusano barrenador del tallo del maíz y la continuidad del fitomejoramiento
genético de las semillas criollas de maíz, mejoran los indicadores ecológicos, económicos y sociales,
lo que coadyuva al incremento potencial de la sostenibilidad de los agroecosistemas de maíz de la
región Selva de Chiapas; México. Por lo anterior es necesario continuar con: la sistematización de la
información, la transferencia hacia productores e instituciones y la validación local en cada ejido, de
tal manera que constitúyanlas evidencias locales lo que lleve a los productores a apropiarse de
tecnología de sostenibilidad.
Debe promoverse para ellos la adaptación de estas tecnologías a las condiciones particulares de los
agricultores (mediante la investigación en acción), y la participación de más comunidades y
agricultores del territorio a estos procesos agroecológicos. Será importante también evaluar nuevas
prácticas agroecológicas que coadyuven con el incremento productividad sostenida del maíz. Así
mismo, se requiere, que las instituciones oficiales y no gubernamentales se apropien de estas
prácticas alternativas, proceso que deberá fundamentarse en el enfoque agroecológico (investigación
y/o extensión interactiva con productores). Para garantizar la funcionalidad de la propuesta en la
Región Selva de Chiapas, es necesaria la participación de las instituciones de investigación, para
sistematizar las adecuaciones particulares en cada caso.
7. Literatura citada
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). 1990. Cartas, topográficas,
geológicas, Edafológicas y de uso del suelo. Escalas: 1:50 000, 1.250 000 y 1.1 000 000.
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). 2000a. Agenda Estadística
Chiapas. INEGI-Gobierno del Estado de Chiapas: secretaria de Hacienda. 651 p.
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). 2000b. Anuario Estadístico del
estado de Chiapas. INEGI-Gobierno del Estado de Chiapas. 506 p.
López M., R. 1995. Tipos de vegetación y su distribución en el estado de Tabasco y Norte de
Chiapas. Universidad Autónoma Chapingo. 122 p.
Miranda, F. 1998. La vegetación de Chiapas. Gobierno del Estado. México.
Agradecimientos
Se agradece el apoyo financiero otorgado al proyecto por parte de la Fundación Produce Chiapas A.
C. y del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) de la Secretaría de Educación
Pública de México. Así mismo, es oportuno agradecer de manera especial a las comunidades y/o
productores del Valle del Tulijá, Municipio de Salto de Agua, Chiapas, participantes en este proceso
de desarrollo sostenible.
Correspondencia
Universidad Autónoma de Chiapas. Facultad de Ciencias Agronómicas, Campus V. Km. 7. Carret.
Villaflores-Tuxtla Gutiérrez. Villaflores, Chiapas; México. C.P. 30470. TelFax: +52-9656521477. Email:
[email protected] y [email protected].
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