La disminución gradual de las tasas de fecundidad va aumentando

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EL FUTURO DE LA EDUCACION EN
NICARAGUA
I. LA EDUCACIÓN PRE-ESCOLAR:
1. El derecho a la escolarización sobre la base del ciclo de vida pone de
relieve la importancia del acceso a la educación preescolar de
calidad. La primera infancia es fundamental para el desarrollo
cognitivo y emocional y la salud física y mental; en los primeros 3
años de vida se forman las conexiones neuronales, el cerebro alcanza
el 90% de su tamaño adulto y se logran habilidades como la
regulación emocional, el apego, el desarrollo del lenguaje y la
motricidad.
2. Dados, pues, los efectos positivos de la atención integral a la
infancia temprana en el desarrollo cognitivo, sería de esperar
que - en la fase siguiente: de 3 a 5 años de edad - un mayor
acceso de los niños y niñas a la educación preescolar se
exprese en mejores resultados, logros y progresión a lo largo
del nivel primario.
3. Está documentado que los niños que han asistido a la educación
preescolar logran mejores resultados posteriores. Esto es, si los
demás factores que influyen en el rendimiento escolar se mantienen
constantes, estos niños obtienen mejores puntajes en las mediciones
de aprendizaje y progresan más rápidamente. Esto se traduce en
menores tasas de repetición y de deserción, particularmente en los
primeros años de la primaria.
4. En este sentido, una mayor cobertura de la educación
preprimaria eleva la eficiencia del sistema educativo, pues
reduce el número de años necesarios para completar la
educación primaria y secundaria y contribuye a cerrar las
brechas entre los niños de distintos estratos sociales,
precisamente en las edades en que esas desigualdades
afectan más negativamente las oportunidades de bienestar
futuro.
5. Así, el progreso en materia de cobertura de la educación inicial
contribuye al logro del segundo objetivo de desarrollo del Milenio,
relativo a conclusión universal de la enseñanza primaria. Para el
sistema educativo, la repetición tiene un costo considerable.
1
6. Otra consideración importante es que la ampliación de la
atención preescolar otorga mayores posibilidades a las
mujeres de incorporarse al mercado de trabajo.
7. En tiempos de acelerado aumento de la participación laboral
femenina, la posibilidad de que los hijos accedan a establecimientos
de educación preprimaria influye tanto en las oportunidades futuras
de los niños como de las mujeres, especialmente en el caso de
hogares de bajos ingresos, en los que su aporte al presupuesto
familiar es decisivo para situarse fuera de la pobreza.
8. La tasa neta de matrícula en la educación pre-escolar en
Nicaragua según el MEDC ascendió al 41.75% en 2005. Esta
constituye la cifra corregida de acuerdo a los resultados del
ultimo censo de población, la cual representa un aumento
significativo, en comparación al 30% para 2005 que
mostraban las cifras oficiales previas al censo.
9. Esto significa que en Nicaragua, pese al avance que estarían
representando estas cifras, todavía casi 5.8 de cada 10 niños
en la edad correspondiente, no reciben educación preescolar.
10. América Latina muestra una tasa de matrícula pre-escolar promedio
del 62%, similar al promedio de los países de ingreso medio-alto. En
los países desarrollados, de alto ingreso, el promedio de la tasa de
escolaridad preescolar se eleva hasta el 75.5%.
2
11. Por otra parte, en términos de la prioridad relativa asignada a
la inversión en este nivel educativo, mientras en los países de
la OCDE, en los cuales población infantil como porcentaje de
la población total es mucho más reducida que en Nicaragua,
el Gasto Público por Estudiante de Pre-Escolar alcanza el 15%
del PIB Percápita, y en los países de ingreso medio que
integran el Proyecto WDI se eleva al 10% del PIB Percápita,
en Nicaragua dicho Gasto apenas alcanza el 2% del PIB
Percápita.
12.Esta falta de prioridad relativa asignada a la educación pre-escolar
resulta por completo contraproducente, en tanto la educación
preprimaria, o preescolar es trascendental para el desarrollo del
capital humano de un país (y para el desarrollo humano de las
personas, que es lo que verdaderamente importa).
II. LA CONCLUSIÓN UNIVERSAL DE LA EDUCACIÓN
PRIMARIA:
13. La principal meta contemplada en los “Objetivos de Desarrollo del
Milenio” en el campo educativo, reza así: “velar por que todos los
niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza
primaria”. Esta meta obviamente se refiere a elevar el porcentaje de
niños matriculados en la enseñanza primaria que logra culminarla,
hasta alcanzar un 100% del total de niños matriculados.
14. El primer indicador que analizaremos, para evaluar el grado
de avance hacia dicha meta, es un indicador de acceso. Es
evidente que garantizar que todos los niños y niñas puedan
concluir un ciclo completo de educación primaria supone, en
primer lugar, que tengan acceso a este nivel educativo. Por
tal razón, el primer indicador que se considera es la tasa neta
de matrícula en la educación primaria.
15. Esta tasa da cuenta de la proporción de personas en edad de estar
matriculadas en la educación primaria que efectivamente se
encuentra en dicha condición. Se calcula como el cociente entre los
escolares del rango de edades correspondiente a la educación
primaria, y la población total de este rango de edades. Este indicador,
a diferencia de la tasa bruta de matrícula primaria, no se ve afectado
por situaciones de extra-edad (matrícula en un grado inferior o
superior al oficialmente establecido para la edad) en tanto esta se dé
dentro del mismo nivel educativo.
3
16.Hasta antes
Población del
Nicaragua se
nivel similar
planeta.
de conocerse los resultados del Censo
2005, la tasa de matrícula primaria neta
estimaba en 80.3% para ese mismo año,
al promedio de los países más pobres
de
de
un
del
17. Sin embargo, luego de conocerse los resultados de dicho
Censo, que produjo un estimado de población mucho menor al
que había sido previamente proyectado para ese mismo año –
estimado que reflejaba sobre todo una reducción bastante
fuerte en la población en la población infantil en edad de
asistir a la primaria -, dicha tasa se estima ahora en 92%,
acercándose al promedio regional latinoamericano de 95%.
18. Este indicador estaría mostrando que el 92% de los niños y
niñas nicaragüenses en edad de matricularse en la educación
primaria, lo estarían haciendo, mostrando la factibilidad de
acercarse al 100% de matrícula primaria neta hacia el 2015.
19. Pero recuérdese que el objetivo del Milenio se refiere a que “todos los
niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza
primaria”, y por supuesto, matricularse en la educación primaria y
completarla no son la misma cosa. Existe mucho camino por recorrer
para que todos los niños y niñas que se matriculan en la enseñanza
primaria, logren completarla. Los niveles de acceso son una condición
necesaria para el logro de la meta relativa a la conclusión, pero, junto
a ello, se requiere que los estudiantes progresen de modo sostenido a
lo largo del ciclo escolar.
4
20. El segundo indicador de seguimiento de este objetivo, intenta
capturar en qué medida los niños y niñas que se matriculan
en primer grado de primaria logran sobrevivir hasta los
últimos grados de este ciclo, y corresponde a la tasa de
supervivencia al quinto grado. Esta mide la proporción de
miembros de una cohorte de entrantes al primer grado que
logrará matricularse en el quinto grado, dados algunos
supuestos que permiten reconstruir el flujo de esa cohorte.
21. En primer lugar, cabe destacar que, en América Latina, las tasas de
supervivencia al quinto grado son significativamente más bajas que
las tasas de matrícula o acceso. En gran medida, ello responde a
tasas de repetición relativamente elevadas en los primeros años de la
educación primaria que usualmente se traduce en deserción escolar.
22. Según cifras de la UNESCO, para una muestra de 19 países de
América Latina, Nicaragua muestra el valor más bajo de este
indicador. Para el año 2003, de acuerdo a cifras de UNESCO,
se estimó que en Chile que el 99% de los alumnos que se
matricularon en primer grado lograron llegar al quinto grado,
en Costa Rica el 92.4%, en Guatemala el 77.9%, en El
Salvador el 73%, mientras en Nicaragua únicamente lo hacía
el 58.8% de los alumnos que se matricularon en primer grado.
Porcentaje de alumnos que comienzan el primer grado y llegan
al quinto grado de enseñanza primaria (UNESCO)..
AMBOS SEXOS
País / Años
Argentina
Bolivia
1991
...
...
1999
90.3
82.2
2000
93.1
78
2001
92.2
84.4
2002
84.3
81.2
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Jamaica
México
Nicaragua
72.7
92.3
76.3
84.1
91.6
...
58
...
...
79.5
44.1
...
99.9
66.6
91
93.7
77
65.4
56
...
89
48.4
...
...
60.9
93.7
...
77.8
67.2
55.8
88.9
88.5
54.2
...
...
69.4
91.6
97.6
78
68.9
65.2
90.3
90.5
64.8
...
99.2
66.8
92.2
97.9
74.4
74.5
58.5
89.7
93
55.1
Panamá
Paraguay
Perú
...
91.9
78.1
87.4
88.6
77.2
86.1
89.8
69.7
83.6
83
81.6
...
74
...
2003
...
86.4
...
99
77.5
92.4
97.7
76.3
72.8
77.9
...
92.6
58.8
84.3
...
89.7
5
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana
de)
...
96.9
86
75.1
...
90.8
71.1
88.5
...
73.8
92.9
93.8
69.1
88.4
84.2
59.2
...
91
23. Comparando la tasa de supervivencia al quinto grado de Nicaragua
con la de Bolivia, otro país integrante de la Iniciativa HIPC que es
exactamente tan pobre como Nicaragua, encontramos que, mientras
en nuestro país sólo el 58.8% de los integrantes en una cohorte que
se matriculan en primer grado en algún momento alcanzaron el
quinto grado, en Bolivia lo hacía el 86.4%.
Porcentaje de alumnos que comienzan el primer grado y llegan
al quinto grado de la enseñanza primaria (World Bank, WDI).
Países de Bajo Ingreso (Low Income)
Países del Sur de Asia
2000
62.1
59.4
2001
64.3
61.0
2002
77.8
79.9
2003
72.2
77.1
24. Inclusive, si comparamos el valor de este indicador en Nicaragua con
el que el mismo alcanza en promedio, en los países más pobres del
planeta, encontramos que la tasa de supervivencia al quinto grado en
estos países es del 72.2%, frente al 58.6% de Nicaragua. Los países
del Sur de Asia, que también son países sumamente pobres, alcanzan
un valor de 77.1% para este indicador, muy superior al de Nicaragua.
25. De acuerdo a las cifras más recientes publicadas por el MEDC, en
2005 la tasa de supervivencia al quinto grado se habría elevado hasta
un 62.5%, la cual aún se colocaría muy por debajo del nivel promedio
de los países más pobres del planeta, y muy por debajo de la de
Bolivia.
26. Resulta verdaderamente preocupante la extremadamente
baja
eficiencia
que
muestra
el
sistema
educativo
nicaragüense, en términos de asegurar la permanencia y
culminación de la educación primaria, a pesar de que el
acceso a la misma, medida por la tasa de matrícula primaria
neta, según las nuevas cifras oficiales alcanza ya más del
90%.
27. Especialmente preocupante resulta el hecho de que los
indicadores que sirven como “proxy” de dicha permanencia y
culminación, tales como la tasa de sobrevivencia al 5to grado,
registran valores inferiores, no sólo a los de países tan
pobres como nuestro país, como es el caso de Bolivia, sino
también a los registrados por los países más pobres del
planeta.
6
28. Este resultado indica que, de no realizarse un esfuerzo muy
considerable no sólo por ampliar el acceso, sino sobre todo la
permanencia en el sistema educativo, nuestro país no
lograría el objetivo de universalizar la conclusión de la
educación primaria.
29. Un estudio de la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y
El Caribe muestra que Nicaragua es el único país de la región
latinoamericana que muestra una probabilidad proyectada inferior al
70% para que la población menor de 5 años alcance a culminar la
educación primaria, indicando que casi un tercio de los niños y niñas
nicaragüenses con alta probabilidad no culminarán el ciclo completo
de la educación primaria para el año 2015.
7
30.En este sentido, debe llamar la atención el hecho que esta
probabilidad sea inferior al 70 por ciento mostraría que una
de las condiciones necesarias para el logro de la meta del
8
milenio de universalizar la culminación de la educación
primaria requeriría un significativo esfuerzo de política
adicional.
31. Como puede apreciarse, el progreso se hace cada vez más difícil a
medida que se avanza hacia la meta, ya que supone atender a
segmentos de la población que presentan rasgos de marginación.
Esta obedece ya sea a su ubicación territorial (en zonas de difícil
acceso) y/o a la pertenencia de los niños y niñas a estratos sociales
que enfrentan dificultades mucho mayores para progresar en el nivel,
lo que se traduce en elevadas tasas de deserción y repetición.
32.Esto exige llevar a cabo políticas que promuevan y faciliten a
los niños y niñas de estos segmentos no sólo el acceso, sino
la permanencia en el sistema educativo.
33. Un alumno que repite implica la necesidad de volver a sufragar los
costos de su educación y, en ese sentido, el porcentaje de alumnos
repetidores es un indicador directo de desperdicio de los recursos
invertidos. Estos efectos han sido ampliamente documentados.
34. En Nicaragua, en el año 2005 el costo de atención a los
alumnos repetidores se elevó a US$ 12 Millones, monto
equivalente al 82.3% de los recursos que ese año se
asignaron al Programa de Educación Secundaria.
35.El porcentaje de repetidores en la educación primaria en Nicaragua
es de 10%, uno de los más elevados en América Latina, sólo
superado por Guatemala y Brasil, mientras Bolivia muéstrale más
reducido..
9
36. Los altos niveles de deserción y repetición, que se traducen
en tasas muy bajas de completamiento de la educación
primaria, están profundamente vinculados al patrón de
elevada inequidad que caracteriza a nuestra sociedad. Los
niños de familias pobres tienen posibilidad de ingresar al
sistema educativo, pero su probabilidad de completar el
mismo está totalmente condicionada por la posición de la
familia en términos de la distribución del ingreso.
10
Fuente: Ministerio de Educación Cultura y Deportes.
37. El gráfico anterior muestra la fuerte asociación entre las
probabilidades de sobrevivencia escolar de los niños que acceden al
sistema educativo de acuerdo a la posición de los hogares en que
habitan en la distribución del ingreso por quintiles de hogares.
38.De acuerdo con esta estimación, al alcanzar el grado 5, la
probabilidad de sobrevivencia de los niños pertenecientes al
quintil mas rico de los hogares excede al 95%, pero para los
niños en el quintil mas pobre esta probabilidad resulta menor
al 50%. Para la transición del sexto al séptimo grado, la
probabilidad de sobrevivencia para los niños en el quintil de
mayores ingresos continua por encima del 95%, mientras que
para los niños del quintil mas pobre se ha reducido al 30%.
39. Finalmente, en lo que respecta a la paridad de género, es
importante relevar que, pese al bajo valor de los indicadores de
culminación de la educación primaria, en 2001 el porcentaje de la
población de entre 15 a 19 años que había culminado la educación
primaria fue del 70.8% para las mujeres, y de sólo de 58.6% para los
varones.
40. Asimismo, la deserción escolar es un poco mayor para los varones
que para las mujeres. (7.5% para varones contra 5.5% para las
mujeres en 2005). En secundaria la tasa de deserción de los varones
es bastante mayor que la de las mujeres (12.8% contra 7.7%)
11
41. Por otra parte, el enfoque de derechos en cuanto al acceso a
la educación trae aparejada la obligación de atender también
los rezagos acumulados de los adultos, en términos de
persistencia del analfabetismo. Esto exige esfuerzos
especiales para alfabetizar a toda la población, prestando
especial atención a los estratos de menores ingresos, de
modo que estos adultos puedan acceder a los programas
sociales de erradicación de la extrema pobreza.
Tasas de alfabetismo de la población mayor de 15 años (World Bank,
WDI).
Country
Nicaragua
Nicaragua
Literacy rate, adult total (% of people ages 15 and above)
Literacy rate, youth total (% of people ages 15-24)
2004
76.7
86.2
42. En tal sentido, Nicaragua exhibe una tasa de analfabetismo (sin
incluir el funcional) equivalente al 23.3% de la población (24.35% de
acuerdo al MEDC), frente a un promedio del 9.8% en América Latina y
13.3% en Bolivia. En América Latina, sólo Guatemala y Haití exhiben
mayores tasas de analfabetismo que Nicaragua..
43. Para la población entre 15 y 24 años de edad, el analfabetismo en
Nicaragua se eleva al 13.8%, mientras el promedio regional es del
3.3% y para Bolivia del 2.7%.
44. Los patrones de analfabetismo también se encuentran
altamente influenciados por el patrón de elevada desigualdad
social que caracteriza a nuestra sociedad. Los cuadros que
siguen muestran las diferencias que existen entre las tasas
de analfabetismo, los anos promedio de escolarización, y las
tasas de matricula neta de los quintiles mas pobres de
hogares en términos de la distribución del ingreso y el
promedio nacional.
45. La tasa de analfabetismo de los tres quintiles inferiores de la
distribución del ingreso (el 60% más pobre de los hogares) se
encuentran por debajo del promedio nacional, y la diferencia entre la
tasa de analfabetismo entre el quintil mas pobre de los hogares y el
mas rico es de 8.4 veces.
Nicaragua: tasa de analfabetismo en el año 2001
Quintiles
Analfabetismo.
2001
1
2
38.7%
23.4%
12
3
4
5
Total
Fuente: EMNV 1998 y 2001
18.5%
12.2%
4.9%
18.7%
Tasas de Analfabetismo por Quintiles de Ingreso
45.0%
40.0%
38.7%
Tasa de Analfabetismo
35.0%
30.0%
23.4%
25.0%
18.5%
20.0%
15.0%
12.2%
10.0%
4.9%
5.0%
0.0%
Q1
Q2
Q3
Q4
Q5
III. LA EDUCACIÓN SECUNDARIA: EL UMBRAL MINIMO
46. Hasta aquí se ha presentado información que da cuenta del progreso
del país hacia la conclusión universal de la educación primaria. Sin
embargo este objetivo de desarrollo del Milenio está orientado —
además de a garantizar a toda la población la finalización de ese nivel
para brindar la condición necesaria para seguir progresando en los
siguientes — a que las personas adquieran los conocimientos
indispensables para enfrentar los desafíos del mundo actual y, sobre
todo, desarrollen su capacidad para aprender a lo largo de la vida.
47. La conclusión universal de la primaria no garantiza la
reducción de la pobreza. En ese sentido, surge la
preocupación adicional, derivada de la existencia de
creciente evidencia de que las personas requieren de niveles
de escolaridad que van más allá de la educación primaria, a
efectos de tener una mayor probabilidad de salir de la
pobreza. En el año 2000, la CEPAL estimó que, como promedio
regional, se requería un mínimo de 10 a 13 años de educación
13
formal para contar con buenas probabilidades de no caer o no
seguir en la pobreza.
48. La evidencia empírica confirma la validez de esta estimación para los
países de America Central, y para Nicaragua en particular1/.
49. Por tanto, urge incrementar el acceso y la conclusión de la
educación secundaria, que no solo permite acceso a mejores
empleos, sino además juega un rol protector e incrementa las
capacidades de los y las adolescentes para tomar decisiones
informadas y evitar riesgos de diversa índole.
50. Tanto la CEPAL como la UNESCO han señalado la necesidad de
establecer una meta relativa al incremento de la conclusión
de la educación secundaria. Esta meta se sustenta en la
evidencia de que la conclusión de este nivel constituye
actualmente un umbral educativo mínimo que eleva
significativamente la probabilidad de mantenerse fuera de la
pobreza absoluta en la vida activa, toda vez que se traduce
en un incremento importante de los ingresos laborales.
51.Sin embargo, antes de examinar los indicadores relativos al
completamiento de la educación secundaria, deben evaluarse los
indicadores de acceso.
52. El acceso a la educación secundaria continúa siendo
extremadamente bajo para los jóvenes en edad de asistir a
este nivel educativo. De acuerdo al MEDC, y conforme a las
cifras del Censo de Población del 2005, la tasa de matrícula
secundaria neta de Nicaragua alcanzó un valor del 44.4% en
dicho año. Esto significa que todavía más de la mitad de los
jóvenes en edad de asistir a la secundaria (5.5 de cada 10) se
quedan fuera del sistema educativo.
1
/ Véase José Ramón Laguna Torres, “AÑOS DE ESTUDIO Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA EN
NICARAGUA. EL CASO DE LA RED DE PROTECCIÓN SOCIAL:. “Mediante distintas estimaciones se
observa que la educación disminuye la probabilidad de ser pobre en un 80% para 11 años de estudio (desde el
punto de vista de la frecuencia relativa) y en un 4% por cada año de estudio adicional al utilizar un modelo
probabilístico que incluye un conjunto de variables que inciden en el fenómeno de la pobreza. Por último, se
confirma que la educación es un instrumento clave para superar la pobreza. Más que emprender esfuerzos
paliativos o asistencialistas, se debe pensar en una política de Estado que entregue a los nicaragüenses el nivel
mínimo de escolaridad para superar la pobreza (11 años de estudio). En tal sentido, y aunque significa un
enorme esfuerzo, el gobierno, la sociedad civil y los partidos políticos deben estar conscientes que de no
hacerlo, implicará la perpetuación de la pobreza y el subdesarrollo”.
14
53. Como referencia, la tasa de escolaridad secundaria neta de Nicaragua
es similar a la de Mozambique, un país de África país cuyo ingreso
percápita es cerca de 40% inferior al de Nicaragua, mientras que la
tasa de escolaridad neta de secundaria de Bolivia se eleva hasta el
73.6%. El promedio de América Latina es del 67.5%. En los países
desarrollados este indicador se eleva hasta el 90%.
Tasas de matricula neta en secundaria (World Bank, WDI).
Country
Bolivia
Nicaragua
Latin America & Caribbean
High Income
School enrollment, secondary (% net)
School enrollment, secondary (% net)
School enrollment, secondary (% net)
School enrollment, secondary (% net)
School enrollment, secondary (% net)
2004
73.6
42.4
67.5
90.1
54. Pero no solo la cobertura de la educación secundaria es baja, sino que
quienes acceden a ella con mucha frecuencia la abandonan antes de
completarla, debido al que el costo para las familias de enviar a los
niños a la escuela se eleva considerablemente en secundaria, y la
necesidad de generar ingresos, aunque sean precarios, desde una
edad temprana.
55. De acuerdo con las cifras del MEDC para 2005, la tasa de
culminación de la educación secundaria sería del 39.1%; esto
significa que, además de que apenas 4.4 jóvenes de ambos
sexos de cada 10 en edad de asistir a secundaria se
matriculan en este nivel educativo, solo unos 4 de cada 10 de
estos jóvenes que logran matricularse en secundaria, logran
completarla.
15
56. El rezago que muestra Nicaragua en la educación secundaria, está
asociado al hecho de que el país invierte exageradamente poco en
este nivel educativo. Así, mientras en 2005 la matrícula pública en
educación secundaria representó el 43.9% de la matrícula verificada
en la educación primaria, los recursos asignados por el MEDC al
programa de educación secundaria apenas representaron el 18.8% de
los asignados al de educación primaria.
57. Como resultado, mientras el costo por estudiante de la educación
primaria de acuerdo al MEDC ascendió a US$ 127.5 por estudiante en
2005, equivalente al 13.4% del PIB percápita de ese año, el costo por
estudiante de la educación secundaria apenas se elevó a US$ 48 por
estudiante, equivalente a apenas el 5% del PIB percápita.
58. Este nivel tan bajo de inversión por estudiante de secundaria,
como
porcentaje
del
PIB
por
habitante,
contrasta
marcadamente con el promedio observado en todas las
demás regiones del planeta, según cifras del Banco Mundial.
Esto significa que la prioridad relativa que otorga Nicaragua
al Gasto en Educación Secundaria es excesivamente reducida
Gasto por Estudiante de Ensenanza Secundaria como porcentaje del
Ingreso percapita
30%
26%
25%
22%
20%
17%
15%
18%
13%
10%
5%
5%
0%
Nicaragua
Paises de mas
bajo Ingreso
Paises de
Paises de
Latinoamerica
Ingreso Medio ingreso medioalto
OCDE
59. Resalta además, el hecho de que Nicaragua parece ser el único país
del hemisferio americano cuyo Gasto por Estudiante de Secundaria es
prácticamente la mitad o menos del Gasto por Estudiante de
Primaria. El Proyecto para la Educación en Nicaragua (NICARAGUA:
EDUCACION PROJECT) del Banco Mundial, se establece que:
"Nicaragua is perhaps the only country in the hemisphere where per
16
students expenditures in secondary are less than one-half of the per
student expenditures in primary".
60.En efecto, resulta difícil encontrar otros casos, no sólo en
América Latina sino en todo el mundo, en el que el Gasto por
Estudiante de secundaria sea la mitad o menos del Gasto por
Estudiante de Primaria.
1200.00%
972.00%
1000.00%
800.00%
606.78%
600.00%
346.00%
400.00%
260.00%
200.00%
509.74%
482.00%
100.00%
100.00% 117.99%
86.33%
394.36%
286.41%
88.15%
123.32% 149.64% 115.83% 103.30% 153.03%
Gasto por Estudiante Primaria/PIB percápita
ia
am
ib
N
aw
i
M
al
bw
e
m
ba
ho
Zi
Le
so
t
C
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R
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a
La
t
m
er
ic
a
A
G
uy
an
a
B
ic
ar
ag
u
N
ol
iv
ia
0.00%
a
% del Gasto por Estudiante de Nicaragua
Gasto por Estudiante de Primaria y Secundaria como % del de Nicaragua
Gasto por Estudiante Secundaria/PIB percápita
61. El gasto por estudiante de secundaria tan reducido que evidencia
Nicaragua, resulta muy difícil de justificar, porque, como se
argumenta en el mencionado Proyecto “the provision of education at
the Secondary level would require a comparatively higher level of
expenditures - teachers with specialized subject knowledge, bigger
textbooks across more subjects, other didactic materials such as
laboratory equipment and materials and so on”.
62. Por supuesto, son los jóvenes de ambos sexos provenientes
de los hogares de menores ingresos los que, primero, tienen
como ya vimos muchísimo menores probabilidades de poder
asistir a la secundaria, y cuando logran tener acceso a este
nivel educativo, son los que en gran parte no logran culminar
este nivel educativo, el cual constituye, como también ya
vimos, en un umbral mínimo para tener mayores
probabilidades de no tener que sobrevivir el resto de la vida
adulta bajo el umbral de la pobreza absoluta.
63. La polarización educativa reproduce y profundiza la gigantesca
polarización y desigualdad social pre-existente:: los niños de los
17
hogares de menores ingresos, que representan la mayoría absoluta
de los niños, solo pueden alcanzar una escolaridad muy baja - en
Nicaragua, a lo sumo 4 anos, y con una calidad muy deficiente -, y
por tanto, se ven irremediablemente condenados, por el resto de su
vida, a encontrar ocupaciones que los mantendrán bajo el umbral de
la pobreza.
64. Por el contrario, los niños de los hogares de mayores ingresos
alcanzan niveles de calificación mucho mas elevados, que les
permiten acceder posteriormente a los empleos de calidad y bien
remunerados que logran crearse.
65. Lo que es mas, detrás de la enorme polarización y
desigualdad en la distribución del ingreso que existe, cada
vez mas se encuentra el diverso acceso que las personas
tienen a la educación. En efecto cada vez mas, los limitados
sectores poblacionales con acceso a niveles medios y
superiores de educación, se ubican en los quintiles superiores
de la distribución del ingreso, mientras que la gran mayoría
de la población, con acceso a niveles muy pobres de
educación, se ven condenados a permanecer de manera
irremediable en los quintiles de menores ingresos
66. En tal sentido, la extremadamente baja prioridad asignada a la
inversión pública en educación secundaria, con vistas a asegurar que
la mayor parte de los jóvenes de ambos sexos en edad de asistir a la
secundaria logren matricularse en este nivel educativo y completarlo
- lo cual implicaría ante todo asegurar que los jóvenes provenientes
de los hogares de menores ingresos, lo hagan -, se constituye en un
mecanismo que contribuye a reproducción y ampliación de las
enormes desigualdades que exhibe el país.
IV. ESCOLARIDAD Y “ESTILO DE DESARROLLO” EN
NICARAGUA:
67. Como se sabe, el “estilo de desarrollo” de Nicaragua, se ha
caracterizado por una forma de especialización internacional
empobrecedora. En efecto, la inserción de Nicaragua en el mercado
mundial ha estado caracterizada por el aprovechamiento de
“ventajas
comparativas”
sustentadas
en
la
disponibilidad
relativamente amplia de fuerza de trabajo y recursos naturales a muy
bajo costo, más que en la incorporación continua del progreso técnico
en los procesos productivos.
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68. Es decir, que la viabilidad de este modelo se basaba en
mantener a la fuerza de trabajo devengando salarios muy
bajos, lo cual a su vez requiere mantener una abundancia
relativa de fuerza de trabajo, de muy baja calificación. La
fuerza de trabajo requería mantenerse, por toda su vida,
pobre, para que el país pudiera permanecer “competitivo”.
69. “Así, el crecimiento de la producción no se sustentaba en la creciente
productividad y progresiva sofisticación con que se utilizaban los
recursos productivos, sino en su uso simple, extensivo y mal pagado.
Al convertirse en criterio clave de competitividad, los bajos salarios
fomentaron la baja productividad que, a su vez, en un típico círculo
vicioso hizo que los salarios se mantuvieran bajos” (Leonardo
Garnier.”Las Políticas Económicas en los países Centroamericanos, y
República Dominicana, y su efecto sobre el empleo. Desafíos y
propuestas de Políticas”.)
70. “Así, se fue entretejiendo ese complejo círculo vicioso por
medio del cual la presión competitiva de los mercados
empujaba a las economías de la región a profundizar ese
patrón de baja productividad, bajas remuneraciones de los
factores productivos y baja inversión pública, al que bien
podríamos referirnos como un esquema de ‘crecimiento
basado en la pobreza’. Como ha sido característico a lo largo
de la historia de la región, con empleos agrícolas
rudimentarios y bajos salarios que redundaban en exiguos
ingresos familiares, la gran mayoría de la población se
mantuvo sumida en la pobreza”.
71. “La educación pública mantenía una cobertura insuficiente: eran
muchos – y, sobre todo, muchas – quienes quedaban por fuera, y, aún
para aquellos que sí entraban, la calidad de la educación recibida era
deprimente. Los servicios sociales básicos no llegaban a cubrir
siquiera a la población de las ciudades, mucho menos a la del campo.
El acceso a servicios más modernos – energía, transporte,
comunicaciones – era claramente un privilegio de muy pocos. En esas
condiciones, el círculo del crecimiento basado en pobreza cerraba de
manera consistente en Centroamérica: los salarios eran bajos, pero
también lo era la capacidad productiva de la fuerza de trabajo”.
72. En efecto, el tipo de desarrollo exportador de Nicaragua,
sustentado desde muy temprano en la sobre-explotación de
una fuerza de trabajo relativamente abundante y muy barata,
y de recursos naturales cuyo costo de acceso era nulo, no
requería de grandes inversiones en la formación de capital
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humano ni en ciencia y tecnología, ni desarrollo institucional,
como lo hubiese demandado un tipo de inserción
internacional más dinámica, sustentada en crecientes niveles
de productividad.
73. El primer tipo de “competitividad” ha sido catalogada por la CEPAL
como “competitividad espuria” a diferencia del segundo tipo de
inserción
internacional,
que
estaría
sustentada
en
una
“competitividad auténtica”.
74. Por esta razón, al contrario de lo que sucedió en los países de
mayor desarrollo, nunca se necesitó de un Estado capaz de
obtener, a través de esquemas de tributación progresiva, el
volumen de recursos requerido para invertir en capital
humano,
en
conocimiento
y
tecnología
y
en
una
infraestructura más desarrollada, así como en el requerido
capital institucional, que resultan ser tanto pre-requisitos
como elementos fundamentales del desarrollo.
75.En tanto tales inversiones sólo pueden ser financiadas por un sistema
tributario progresivo, que grave proporcionalmente más a los
segmentos de mayores ingresos, y que la inversión en capital y
desarrollo humano favorece también la equidad, no es casual que los
países de mayor desarrollo, no sólo lograron desarrollarse a través de
un patrón de “competitividad auténtica”, sino que muestran niveles
mucho mayores de equidad.
76. Por el contrario, los países que, como el nuestro, se han
mantenido – y se mantienen, en la primera década del Siglo
XXI – en la senda de la “especialización empobrecedora”,
exhiben niveles intolerables de desigualdad, que se refleja
por un lado en una chocante concentración del ingreso en
manos de las élites, y por otro en niveles lacerantes de
exclusión social, marginalidad y pobreza, para extensos
segmentos de la población.
77. La consecuencia es clara: sin un amplio acceso de la población a una
dotación adecuada de capital humano, y sin la requerida inversión en
infraestructura básica, la principal y casi exclusiva “ventaja
comparativa” del país continuará siendo, también a futuro, la
dotación de fuerza de trabajo abundante, poco calificada y muy
barata, y la explotación a bajo costo de sus recursos naturales,: y por
tanto, una especialización internacional empobrecedora, basada en la
explotación de ventajas comparativas estáticas, y más que eso, en el
otorgamiento de “ventajas absolutas de costos” a la inversión
extranjera (competitividad espuria)
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78. La tendencia de este “estilo de crecimiento”, que depende
más del uso extensivo y mal pagado de los recursos humanos
y naturales, que de su productividad y remuneraciones
crecientes, se ha visto agravada por el hecho de que, en el
actual período, la fuerza de trabajo ha comenzado a crecer
más rápido que la población, lo que se explica tanto por la
‘transición demográfica’ que vive el país, como por la rápida
incorporación de la mujer al mercado laboral.
79. En términos de transición demográfica, la disminución gradual de las
tasas de fecundidad va aumentando el peso de la población en edad
activa (15 a 64 años de edad) en comparación con los grupos
“dependientes” (0 a 15 y 65 y más años de edad), así tienen menos
dependientes, ancianos y niños. El peso de la población activa
aumentó de 51% en 1993 a 56,1% en el 2001 (Barahona, 2005). De
acuerdo al Censo de Población de 2005, la población activa (15-64
años) se habría elevado hasta el 58.2% de la población..
80. Teóricamente, este rápido aumento en el porcentaje de
población que representa la fuerza de trabajo, en
comparación con el resto de la población “dependiente”,
representaría un “bono demográfico”.
81. Por un lado, esto aumenta las posibilidades de reducir la pobreza en
la medida en que, por cada persona en edad activa, hay menos
dependientes, sobre todo niños,
que sostener, lo cual, si esa
población activa encuentra empleos dignos, permitiría un mayor
ingreso percápita en los hogares, y una mayor inversión por niño; y
por otro lado, si esta creciente fuerza de trabajo fuese ocupada en
empleos de alta productividad, el potencial de crecimiento de la
economía se expandiría considerablemente.
82. Sin embargo, frente a este rápido crecimiento de la fuerza de
trabajo, lo que la economía nicaragüense está generando son
fundamentalmente
empleos
precarios
e
informales,
frecuentemente caracterizados por el auto-empleo, de muy
baja productividad, los cuales únicamente demandan, para su
desempeño, una fuerza de trabajo de muy baja calificación, y
que proporcionan a quienes los desempeñan, una muy pobre
remuneración.
83. En cierto sentido, nuestra sociedad desigual, esta cosechando lo que
sembró: al cerrar a los niños y niñas de los hogares de menores
ingresos - que constituyen la mayoría absoluta de los niños - el
acceso a una educación suficiente y de calidad, se condenó al país a
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tener hoy una fuerza de trabajo de bajísima calificación, la cual
únicamente puede ser absorbida por el tipo de empleos que, de
manera predominante, esta generando nuestra economía.
84. Este es el resultado acumulativo del “estilo de desarrollo”
prevaleciente durante tanto tiempo: un estilo de crecimiento
basado en las “ventajas comparativas” que proporciona una
fuerza de trabajo comparativamente abundante, y de bajísima
calificación, que devenga salarios muy reducidos.
85. Por un lado, una economía cuyas “ventajas comparativas” (estáticas)
descansan en la permanente baratura de la fuerza de trabajo, y que
por consiguiente no ha invertido a lo largo de las décadas en el
desarrollo de una “competitividad auténtica” (ni de ventajas
comparativas dinámicas), no puede aspirar a generar, súbitamente,
empleos productivos de mayor remuneración, que demandan, para
su desempeño, de una calificación mucho más elevada.
86.Una
economía
como
esta
sólo
puede
generar,
predominantemente, el tipo de empleos que genera la
economía nicaragüense.
87. Por otra parte, dado el predominio de este tipo de empleos, la
mayoría de los países de la región se han mostrado renuentes a
incrementar la inversión educativa ya que, aparentemente, no habría
demanda para tal esfuerzo: para qué invertir más en educación si la
economía no genera los empleos capaces de absorber la fuerza de
trabajo más educada que se produciría como resultado de esta
inversión. Por tanto, se continúa cerrando y reproduciendo el
centenario círculo vicioso.
88. Lo que esto implica es que el rápido crecimiento de la
población joven que se incorpora año con año a la fuerza de
trabajo, no se traduce en la materialización de ningún “bono
demográfico”.
89. Por el contrario, desde ya se está condenando a la mayor
parte la población de jóvenes que alcanzan la edad de
trabajar, la cual crece a un ritmo de decenas de miles por año
- los cuales entran al mercado de trabajo con una escolaridad
muy baja -, al desempleo y sobre todo al subempleo forzoso,
y a tener que sobrevivir, por el próximo medio siglo de su vida
adulta, de ocupaciones precarias, de bajísima remuneración,
que los mantendrán, sin alternativas, bajo el umbral de la
pobreza absoluta.
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90. En efecto, el Censo de Población de 2005 muestra que el 63.6% de la
fuerza de trabajo en Nicaragua exhibía una escolaridad entre nula o
únicamente de primaria. El 36.6% mostraba una escolaridad de entre
0 y 3 anos (esto es, eran analfabetas o analfabetas funcionales).
91. Sólo el 19.8% mostraba una escolaridad de 10 a 12 años o
superior, esto es, dentro o por encima del “umbral mínimo”
del nivel de escolaridad que permite tener mayores
probabilidades de no tener que sobrevivir en la pobreza
absoluta. El 80.2% de la fuerza de trabajo se encontraba por
debajo de ese umbral.
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